Partida Rol por web

Eve se quedó mirando la escena impávida, olvidando el roce que el ahroun le había dado en la espalda, pero Tyler pudo notar como sus ojos parecieron moverse con un poco más de atención sobre Jane y Amber, su rostro vistió otra vez de la misma altivez de siempre.

- Riley... -pronunció con suavidad pero con tono demandante- ¿sucede algo que deba enterarme y corregir? -la miró de reojo pero su rostro no se desvió demasiado del resto- porque me ha parecido que aquella muchacha está insinuando que Jonas me vendería. -situó la mirada firme en Jane- Iré donde me plazca ir. -omite aquella respuesta que le indica en donde está su prima.

Especialmente por Tyler empieza a llamarlos, apremiando que se acerquen a la sala, entonces oye las órdenes de Tyler y la petición que le hace a Jane. Hay un gesto de aprobación en su mirada aunque no pronuncie nada.

Tras ser presentada, Eve hace una pequeña inclinación de antigua usanza - Un gusto conocerlos a todos, me llamo Eve Rothschild -su voz meliflua es cautivante y sincera.

Observa a la garou que está en crinos, regresar a su forma de raza y nota su desnudez sin ruborizarse, tan diferente a lo que ocurriría con Helen. Parecía que Eve estaba acostumbrada a ver garous y las formas de guerra no le eran desconocidas.

Su atención vuelve a la niña rubia, que empieza a disculparse con "sus protectoras" y con ella misma
- Por supuesto que no me podrían vender al peso. No soy un objeto y tampoco existe un equivalente ni de tasación ni de índole monetaria o en riquezas que pueda calcular o pagar lo que valdría si fuera el caso.
Se llena de orgullo mientras la muchacha la observa e Eve, responde clavando la mirada en ella, ahondánse en los ojos verdes de Jane, con una mezcla de cierto enojo pero también de curiosidad.

Pero se distrae de ella en cuanto lleva su atención a Alex - Dispénsame. No deseo acompañarte. -responde con una educada frialdad. Mientras otra vez su atención regresa a la niña rubia, justo cuando Tyler se aproxima a ella, la acaricia y le dice unas palabras de cariño.

Eve levanta la mirada altiva, su respiración parece agitarse un poco cuando lleva los ojos al suelo y su mente empieza a hilvanar pensativa. Cierra los ojos y solo los abre cuando Tyler se aproxima y se dirige a ella.

- No es necesario -responde escueta como si algo le molestara y cuando él intenta tomar su brazo, es ella quien también retrocede con una mirada hiriente
- No. -su rostro está lívido, mientras lo mira a los ojos e ignora a todo el resto de la sala- He reconsiderado no me quedarme. Parece que he malinterpretado nuestra conversación previa y aparentemente, tiene asuntos importantes que tratar aquí. -desvía la mirada a Jane y luego a ti nuevamente, su rostro se ruboriza pero se mantiene con esa mirada indignada.

- En cuanto vea a mi prima y conversé con ella decidiré qué hacer -se mantiene de pie en donde está, con aquel porte solemne y supraterrenal.

De pronto los espíritus y el gran ábol, el corazón del túmulo, empiezan a oscilar de energía, vibran emitiendo un tenue luz agradable y acudiendo al cuarto en donde está Will, dejando volar con la brisa de su paso hojas sueltas que caen al suelo como el vaivén de una canción de otoño.

Me quedo turbada. Vaya, parece que esta sabe de qué va la película. Entonces más le vale colaborar, porque somos su mejor opción y ella es luz para polillas. Sólo con saber que está en la ciudad, vamos a tener que instalar misiles-tierra aire para poder manejar a los Garou que se nos van a echar encima. Y eso sin contar a los Danzantes. Curiosa la noche en la que echo de menos a nuestros enemigos.

Abro la boca para contestarle alguna otra gilipollez, probablemente, cuando Ty me abraza. Su intención es buena, y creo que precisamente por eso consigo calmarme a tiempo, antes de transformarme, pero estoy en tensión, y hay algo dentro de mí que está muy disgustado por la situación. En otras circunstancias, he aceptado instrucciones (no órdenes, por cierto) de Ty, pero ahora mismo, me revienta. No me gusta que me reprenda delante de la recién llegada. No me gusta haber bajado la cabeza delante de la recién llegada. ¡No me gusta que me trate como una niña delante de la recién llegada! ¡No me gusta ser su hermana pequeña delante de la recién llegada! Sé mucho más que él, si quisiera, en el peor de los casos podría plantearle más problemas en combate que el resto de la manada junta, seguramente, y en el mejor, le mandaría por los aires de una patada. ¿Por qué pienso en esto? ¿Por qué quiero desafiar a Ty? ¡No quiero desafiar a Ty! ¡Pero no quiero que me trate como una niña! ¡No soy una niña! ¡No quiero ser una niña delante de Eve!

¿Qué coño me pasa?

Ni le miro. Simplemente paso junto a él y me dirijo a algún sitio donde pueda estar sola. ¡Joder!

La efusiva muestra de apoyo me ha revuelto. Tenso como una cuerda de guitarra o el arco de un violin, apenas puedo sentir la calidez de su abrazo. Cuando por fin me suelta, una mezcla de alivio y aborrecimiento me embarga. Me alejo de él unos pasos, profundamente avergonzado y cabizbajo.

A pesar de mi estado de desconcierto, mi finisimo detector de rolletes universitarios suelta un ligerisimo zumbido cuando escucho la brevisima conversación entre Eve y Tyler.

"¡¿Pero que coño...?!

Entonces, Isaac aprovecha para soltar una explicación que nos hubiese venido muy bien hace quince o veinte minutos... "Tarde para lamentarse...". Acato la decisión, reconcomido por la vergüenza y la certeza de que cada una de las palabras de Libra-Esterlina es apropiada.

Sacudo la cabeza, lentamente, agonicamente, mientras espero el visto bueno de la Furia Negra. Y, en ese momento, la chica, el angel huido del cielo de Victoria´s Secret, abre la boca y la cosa se complica todavia mas.

"No habia pensado en esto... Joder... Una victima del Sindrome de Estocolmo..."

Me siento de nuevo asqueado de ser lo que soy... "Soy un Garou... Se supone que soy un defensor de la Tierra... De Gaia, de todas sus criaturas... He escuchado historias sobre los reinos de terror de mis congeneres... He leido historias en las que unas tribus acusan a otras de ser los más crueles y malvados con los seres humanos, tratandoles poco más que como reserva genetica... Ni si quiera los Garras Rojas tratan a sus Parientes asi... Mierda."

Como era de esperar, el condicionamiento de Eve hace su aparición de nuevo y exige que la dejen salir, que la liberemos, que la llevemos con los suyos... "Pero, sin embargo, hay algo ahi... Una vena de rebeldía... Una esperanza levisima... Pero... ¿Puede ser que podamos alimentar ese breve rescoldo y convertirlo en una hoguera que la devuelva su libre albedrío?"

Una futil sonrisa aletea en mis labios y decido posponer mi disculpa a Paso-Gris. "Tengo que hacer lo que tengo que hacer... Aunque me duela..."

Con una renovada esperanza, frágil como el titilar de una llama, asiento a nuestra invitada y la sonrio.

- Enseguida la aviso, señorita Rothschild. Por favor, acepte un tentempie ligero.- Alzo la mirada y le guiño un ojo a Tyler.- ¿Podria preparar un café o un té para nuestra invitada, señor Jackson.?

Echo a correr a paso vivo hacia el rincón de Willam.

Me acerco despacio, subitamente preocupado por lo que tengo que hacer y por como hacerlo. "Vale... Es un Theurge de los Colmillos Plateados... Y no hemos terminado de congeniar... Pero parece un buen tipo... Y, lo que es más importante, esta Helen."

A unos pasos de la puerta del sancta sanctorum de William, me estremezco con el recuerdo de aquella sonrisa, aquella mirada asombrada y el valiente desplante que nos hizo a todos a pesar de los asustada que estaba. Y, en ese momento, vulevo a sentir el estremecimiento espiritual del Túmulo.  Por un instante, me siento tan mareado como el viejo Obi-Wan cuando sintió una alteración en la Fuerza.

- Joder...

Hasta yo, que soy un negado para estas cosas, capto la fuerza y la energia de este momento. Noto como se me erizan todos los cabellos y como si estuviese creciendo. En ese momento, toda la lujuria de mi mente desaparece como por ensalmo, sustituida por una oleada de emoción pura.

- La energia de la creación...

Una breve sonrisa se pinta en mi rostro, antes de que tenga que tomar aliento un par de veces para tranquilizarme. Lanzo una rápida mirada en derredor hasta localizar un bloc de notas a medio usar y un boligrafo en las últimas.

"En fin."

Me acerco y llamo a la puerta con suavidad un par de veces. Bajo la voz respetuosamente, consciente de que lo que estoy haciendo no se le hace un colega que esta con su chica.

- ¡¿Chicos?!- Vuelvo a llamar otro par de veces.- ¿Chicos? Soy Alex... A ver como... Necesitamos que bajeís antes de diez minutos, por favor...- Caigo en la cuenta de que, aunque quisiera, Willam no deberia contestar, asi que me toca putear a Helen.- ¿Helen? Tenemos... Novedades... Se que es una putad... Sé que esto no se hace, pero es importante... Lo siento... En serio...

Rápidamente garabateo un par de frases en un papel y lo deslizo por debajo de la puerta. Doy un nuevo golpe y me despido.

- Me largo, chicos... La nota es para Helen... Os esperamos abajo.

Eve vuelve a sacar su desmedido orgullo a pasear, primero reprendiendo las poco acertadas palabras de Jane, dejando claro el alto concepto que tiene de sí misma. Cuán diferente es cuando se pone así de la chica con la que he estado charlando en privado, dando un paseo por el Campus. Su actitud, desde luego, no ayuda en absoluto. Al contrario, parece pretender dinamitar todos mis esfuerzos por controlar la situación.

Cuando, lo que realmente me gustaría, es que todos se llevaran bien con ella...

¿Por qué pienso eso? En esta situación, en estos momentos... Cuando responde al ofrecimiento de Alex con una absoluta frialdad, altiva como sólo ella es capaz de ser. ¿Qué diablos le pasa?

Pero es cuando me acerco a ella de nuevo, ofreciéndole hospitalidad y atenciones, cuando me parte en dos al apartarse de mí, negando cualquier ofrecimiento. Mi rostro se queda lívido por la impresión, desconcertado, y me quedo con la mano en alto sin comprender. De repente reniega de todo lo que hemos hablado, con una mirada hiriente, indignada. ¿Qué ha cambiado? ¿Por qué? "Asuntos que tratar", me dice, y su mirada se desvía a mi espalda.

Me giro justo a tiempo para ver a Jane alejarse de muy mal humor, saliendo de la sala. La cabeza me da vueltas, cierro los ojos y me froto las sienes con una mano sin entender nada. ¿Qué le pasa a Jane ahora? ¿Cuantos más fuegos se van a encender antes de que termine este puto día? Tengo que hablar con ella... Y con Alex... Y con Amber... Joder, ¿con quién no tengo que hablar? Esto es una pesadilla...

Vuelvo a mirar a Eve y veo cómo vuelve su mirada de Jane a mí, y entonces comprendo. ¿Comprendo? No, esto no tiene ningún sentido. No puede creer que... O sea, ¿Jane y yo? Es decir, es Jane. Es como una hermana para mí, si hasta lo he dicho hace un momento, y no es que no sea ya toda una mujer, pero... ¡¡Es Jane!! ¿En que cabeza...? No, no, no puede ser, debe ser otra cosa...

Alex me arranca de mis propios pensamientos, aceptando la negativa de Eve con entereza, e incluso haciendo un comentario con el que me guiña un ojo mientras siento un nudo en mi garganta reseca. Veo cómo mi amigo se aleja, y la sala principal da vueltas a mi alrededor, amenazando con devorarme en un torbellino de pensamientos y sentimientos.

¿Eve...? -Me acerco a ella, herido, molesto, perdido, hasta situarme justo delante, con mis ojos en los suyos, volviendo a sentirme atenazado por su imponente presencia. Pero, al mismo, tiempo, decidido a no dejarlo pasar- Permíteme unos instantes, en privado. -Le digo señalando con mi brazo un rincón apartado de la sala principal, un despacho adyacente. No se lo he preguntado, pero hay súplica en mis ojos azules- Por favor.

La caligrafía es lamentable, alejada de la cuidad letra de Alexander.

"Will es un tipo con suerte, Helen. Ten fé en él, amiga mia."

Cuando consigo con dificultad apartar la mirada de aquel ángel, detengo mis ojos en cada uno de mis hermanos. Alex parece verdaderamente afectado y eso hace que un nuevo ramalazo de furia azote mi sangre, encendiéndome. Aprieto las mandíbulas y me fijo en Jane, que parece confusa. La miro con extrañeza mientras se marcha y mis ojos pasan entonces a Tyler, que no deja de sonrojarse avergonzado con una timidez más propia de Will que de él mismo. Cada vez entiendo menos lo que pasa con nosotros. Vaya puta mierda de día raro.

Sin embargo, son las palabras de Libra-esterlina las que hacen que mi rostro se mueva de inmediato, buscándolo con desaprobación. Chasqueo la lengua, muy molesta. ¿Ni siquiera merecíamos que él y Ben nos hubieran avisado con antelación de algo así? ¿Tan incapaces nos consideran de defender nuestro túmulo por nosotros mismos que necesitan pedir ayuda de fuera? Aprieto los puños y me clavo las uñas en las palmas de las manos. Me jode sobremanera que Isaac en lugar de ponerse del lado de Alex y defenderlo, lo mire con esa cara de disgusto.

Si me quedo aquí voy a acabar abriendo la boca y espetándole todo lo que pienso al mentor de Alex. Y con lo caldeado que está el asunto a ver quién aguanta después a Tyler si me enfrento a uno de nuestros mayores. Entrecierro los ojos al mirar a Libra-esterlina y utilizo mi último ápice de autocontrol para emitir un suspiro largo y profundo antes de dedicarle tan sólo siete palabras pronunciadas muy lentamente y que, si bien no son ofensivas en sí mismas, van teñidas de un tono irrespetuoso y decepcionado. 

- Las cosas no se hacen así, Isaac. - Niego con la cabeza antes de girarme airada para marcharme de allí.

- Avisadme cuando sea necesaria. - Le espeto a Tyler de malas maneras al pasar por su lado. Ni siquiera estoy realmente enfadada con él, pero no soy capaz de detenerme a pensar en ello. 

Tan sólo me detengo para recoger la guitarra. Llevo todo el día buscando el momento de tocar y aplazándolo por unas cosas u otras. O más bien por unas u otras personas. La novia de Will, el nuevo ligue de Tyler, la soberbia de nuestros mayores al pasar por encima de nosotros como si no existiéramos o tuviéramos voz y voto en este túmulo. Ya estoy hasta las narices de todos. Se me pasa por la cabeza salir al campus, llamar a Evy y largarme con ella a emborracharnos, pero las palabras de Jane resuenan en mi mente haciéndome abandonar esa idea. - Noblesse obligue. - Con una mueca de fastidio, busco algún rincón donde sentarme a tocar a solas. 

...

La melodía que me estaba rondando durante todo el día se ha desvanecido con las ganas de componer, disolviéndose en la Rabia que me revuelve por dentro. No la busco ahora, no es el momento. Mis dedos rasgan descuidadamente las cuerdas de la guitarra y me invade la misma sensación que al beber estando sedienta. - Lo necesitaba... - pienso, antes de liberar mi garganta y dejarme llevar por la primera melodía que me viene a la mente.

Apoyada contra uno de los estantes y con los brazos cruzados, miraba como un águila los movimientos de Eve y de Tyler. Y cuando éste último la miró con cara de signo de interrogación, Riley soltó un bufido y le desvió la mirada. No por mucho, porque sintió a Jane responderle de una forma que empezaba a reunir la rabia otra vez alrededor de su cuerpo, de no ser por que la intervención de Eve, que le sorprendió cuando se dirigió a ella de manera tan cercana, se hubiera lanzado por la rubia sin dudar. Eso y que, por fin, Libra-esterlina intervino aclarando el asunto.

- Como digas princesilla -respondió seca, no quería que a Eve se le subiera a la cabeza el hecho de que estaba sorprendida de su trato- Tú decide cuando y nosotras te llevamos -responde refiriéndose al lugar al que acordaron volver.

Vio al pequeño enano acercarse al estudio en donde estaba descansando Paso-gris, le clavó la mirada un rato mientras que trataba de adivinar qué era lo que quería.

Se sobresalta al notar las hojas volar aunado a ese cierto escalofrío que le recorrió la piel inexplicablemente, más decidió no preguntar ni darle importancia al asunto, momento en el cual aquel hombre pequeño volvió a ofrecerle atenciones, casi parecía que estuviera dispuesto a darle saraos.

- Si insiste, estaré muy agradecida de sus atenciones -responde en un tono menos intransigente, algo más amable.

Por lo menos, hasta que Jackson se situó frente a ella buscándole la mirada, Eve al principio la mantuvo, con un rastro de indignación, no le duró mucho pues en aquel mismo momento su rostro se ruborizó como siempre solía hacer cada vez que se miraban.

Siguió con la mirada el lugar que Tyler había señalado, un rincón bastante apartado del túmulo. Parpadeó suave sin comprender qué era lo que éste tenía que decirle, pero finalmente accedió perdiéndose en aquella mirada suplicante - De... de acuerdo -respondió nerviosa y empezó a caminar hacia donde acordaron.

Escuchaste movimiento dentro y la voz delicada de Helen que ya conocías bastante bien:

- E...está bien -respondió ella con timidez y algún otro rastro en su voz que no reconociste. La hoja que deslizaste bajo la puerta fue tomada por alguien, pero no hubo más respuesta

El color de las mejillas de Helen disminuyó, había una amplia sonrisa en su rostro y cuando te recostaste, ella empezó a darte caricias sobre el cabello, enlazar sus dedos en tus rizos mientras su cuerpo iba disminuyendo la temperatura, pero manteniendo el calor al estar a tu lado.
- Me gusta... -dijo refiriéndose al momento que compartieron- He sentido algo mágico hoy ¿por qué? -se tocó el lugar detrás de la oreja, extrañada pues ya no le dolía.
Te dio un par de besos cariñosos hasta que la puerta sonó, con un golpeteo incesante. Reconociste la voz de Alex excusándose, pero claro tú no podías hablar, asi que Helen respondió por ti - E...está bien -se colocó el vestido rápidamente para cubrir su cuerpo desnudo y se aproximó a la puerta, notaste que recibió algo bajo la puerta... una hoja, un papel que desdobló, leyó, miró y te luego, con una sonrisa tonta compartió contigo cuando se acercó otra vez a tu lado:

Cita:

Se acurruca a tu lado, te abraza fuerte y te besa - Te quiero Will

Me acerco a la sala principal un tanto ufano, vigorizado.

- Enseguida baja.

Me paro un momento, tratando de organizar la ideas que bullen en mi cabeza, planes alocados, alucinaciones, ensoñaciones, todo llevado como por alas de halcón... o de búho.

Subitamente me acuerdo de las enigmaticas palabras de Aletheia y me doy un golpe en la frente que resuena por toda la silenciosa biblioteca. Esbozo una estupida sonrisa a la vez que que hago aspavientos y gestos para tranquilizarlos...

- Tranquilos... No pasa nada... Solo.. Solo es que me acorde de una cosa.

Anadeo hasta el despacho que nos servirá de improvisado comedor con un poco de suerte y que por ahora solo ejerce la misión de despensa. Al poco rato salgo disparado de alli, con una botella de agua y un bol para cereales en las manos. Estoy tan euforico que, como sonria un poco más, se me abrira la cabeza como un melón, justo por debajo de las orejas. Sin motivo, lanzo guiños a todos con los que me cruzo.

Alzo la vista, buscando los ventanales que surten de luz natural la sala principal de la biblioteca. Decido desistir y dejarlos estar y me decido por la opción más silvestre. Rebusco en mis bolsillos hasta dar con las llaves de las puertas y abandono aquel lugar, todavia sonriendo.

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Al cabo de unos minutos, regreso sin el bol y apurando la botella de agua. Dejo el tapón en la improvisada caja de recogida para algún proyecto solidario y estrujo la botella vacia antes de dejarla en el cubo de reciclaje. Me sacudo las manos en la parte de atras del pantalón y me acerco hacia donde esta Eve. En un rincón veo a Tyler y a Eve aclarando lo que quieran aclarar. Jane y Amber parecen sumidas en sus cosas, junto a Isaac. Les hago un breve gesto con el pulgar y me acerco a Riley.

Despacio, lentamente, como si estuviese desactivando una bomba.

- Riley... ¿Puedo hablar contigo?- Esbozo una sonrisa, que trata de ser animosa.- Mira... Quiero disculparme contigo, con vosotras... Han pasado muchas cosas, muy deprisa y estamos todos  muy alterados...-  Me acomodo a su lado, manteniendo una respetuosa distancia con ella.- Libra-Esterlina nos lo ha explicado todo. Y lo siento mucho...  Sé que habeis estado combatiendo con Danzantes y Fomori... Seguro que esa es una buena historia... Que me gustaria escuchar.

Me decido y me planto frente a ella. Extiendo mis manos frente a ella, con las palmas hacia arriba.

- Sol-de-la-mañana, me gustaria... Joder... Estamos en un lio muy gordo... Ya has visto a Eve... Esta obsesionada, ida... Y Helen, nuestra amiga, esta asustada... Ayudanos a ayudarlas... Vale, se que suena manido y cursi, pero creo que entiendes lo que quiero decirte... Eve y Helen tienen derecho a decidir su destino... Ha hacer lo que quieren... Lo que realmente quieren... Sin toda la presión de la tradición y del adoctrinamiento.

Suspiro, todavia con las palmas hacia arriba, esperando un gesto.

- Me gustaria contar como vosotras... Como amigas... Como aliadas... Como ejemplos... Como lo que querais, pero dadnos la oportunidad de demostraros de lo que somos capaces.

- Por favor.
 

El largo instante que tarda en responder se me hace interminable. Aguanto la respiración, mientras me pierdo con dolor en esos ojos inmensos que me tienen cautivado incluso ahora. Incluso cuando afirma de nuevo querer alejarse de mí, sentir que todo ha cambiado. ¿El qué? Si no tenemos nada, en realidad...

Tan sólo mi inexplicable deseo, necesidad, de tenerla cerca...

Finalmente, accede. Con nerviosismo, ruborizada, en ese tono mucho más cercano que adopta cuando se desprende de esa capa de orgullo arrogante exagerado y se convierte en la chica de mis sueños.

Dejó escapar el aire viciado acumulado en mis pulmones, en un suspiro silencioso, en cuanto Eve me da la espalda caminando delante de mí. Voy tras ella, preocupado, desesperado, perdido en una corriente de sentimientos que no controló, que no se de donde vienen ni cuando han podido crecer con tanta fuerza. ¿Cómo se puede sentir algo así por alguien a quien se ha conocido hace menos de una hora? Esto no tiene sentido...

Y sin embargo, parece tenerlo en cuanto Eve llega al rincón, un despacho oscuro con varias mesas amplias y dos escaleras de caracol que dan a la planta superior, y se gira para mirarme.

Y el rostro que veo, lo explica todo.

En pie frente a la mesa más amplia, abarrotada de libros y manuscritos, Eve me mira entre turbada y expectante. Yo la miro nervioso, temeroso, incrédulo.

¿Q-qué ha pasado? -Le pregunto encogiéndome de hombros, desviando la vista a un lado, con el rostro pálido por los nervios- Me dices de repente que has malinterpretado, y que te quieres marchar... -Vuelvo a mirarla fijamente, llevándome las manos al pecho mientras me inclino ligeramente hacia ella, con gesto desesperado- ¿Qué he hecho? Tengo que haber hecho algo para que te pongas así, para perd... -Me detengo antes de decir "perderte". ¿Que estupidez iba a soltar? No se puede perder lo que no se posee- ¿Que he hecho para disgustarte tanto, Eve...?

A-MI TAM-BIEN, vocalizo de manera exagerada, cuando me comenta que le gusto. Me señalo el pecho al escucharle hablar de lo que sintió en la oreja, señalandome el pecho, a mi me ha pasado igual, y una sonrisa de felicidad parece permanentemente instalada en mi cara.

Cuando escucho que nos llaman, alzo la cabeza como si en todo momento hubiese estado alerta, posando mis ojos sobre la puerta.

Mas cuando identifico la voz de Alex, me relajo.

Miro a Helen mientras le escucho, y sonrío con picardia, diez minutos...podríamos intentarlo una vez mas, la agarro jugando, atrayendola de nuevo hacia mi evitando que se vista, y tras darle dos besos la dejo escapar. Comienza a arreglarse el vestido y yo voy recogiendo mi ropa y comienzo a vestirme.

Veo como toma la nota y comienza a sonreir, ¿qué?

Cuando me la tiende, sonrío yo de igual modo. Alex, tio, muchas gracias.

Respondo a su beso y a su abrazo que me pilla desprevenido. TE QUIE-RO.

Abro la puerta entonces, echando un último vistazo a la habitación.

Abro la puerta y me detengo un instante mirando el interior, al terminar de salir no llego a cerrar la habitación completamente, la dejo entreabierta.

Agarro a Helen por la cintura, con una sonrisa y acerco mis labios a su oído como si fuese a susurrarle palabras propias de enamorados.

Después la libero sin perder la sonrisa y entrelazo mi mano con su mano, para comenzar a bajar las escaleras, voy bajando y le dedico miradas furtivas a Helen, mientras me muerdo un poco el labio inferior.

Al llegar abajo, miro a los lados, solo veo a Alex, y algo nervioso me paso la mano por la cabeza mientras trato de contener la sonrisa., ¿donde se han metido los demás?

Sus ojos nerviosos recorren la sala intentando distraerse entre los volúmenes forrados en piel y las estanterías labradas en caoba, se pasea con las mejillas ligeramente sonrojadas que con disimulo intenta ocultar. Cierra una de sus manos en un puño y cubre uno de sus labios, bien pensativa o bien imaginando qué es lo que se viene, qué tiene que decir, cómo tiene que actuar.

Avanza un poco más frente a la amplia mesa que se encuentra de más volumenes y ediciones raras que, ya le gustaría revisar en algún momento más calmo. Se apoya contra el borde, recostada ligeramente y apoyando sus manos también en aquella madera pulida.

Pero no se espera en ningún momento que el tipo de conversación que quieres sostener sea de esa índole. Por lo que rápidamente se descoloca y parpadea suavemente varias veces por la sorpresa y la escala de sentimientos de nerviosismo, de ansiedad.

- Es que allá abajo... -su respiración se aceleró, especialmente cuando te aproximaste, inclinándote hacia ella. Los dedos de Eve se aferraron más al borde de la mesa, azorada por la intensidad de tus palabras, tu energía y tu casi confesión, que pareció comprender aunque no terminaras de hablar. Contuvo la respiración en ese momento, sus ojos se internaron en los tuyos, mientras tu última pregunta la empujó más hacia aquella verdad personal que no quería oír- ¡tu y ella! ¡no quiero ser la que sobra! -respondió sin pensar, perdiendo los papeles, empujada por tu cercanía, alzando la voz, cerrando los ojos, por lo increiblemente estúpido que aquella había sido- Y tengo que concentrarme en Helen... y no puedo por tu culpa

Justo cuando espero que la rápida mano de Riley me cruce la cara, percibo cierta agitación reflejada en sus ojos. Con cuidado, me hago a un lado para poder ver bajar a Will con esa sonrisilla estupida de quienes han compartido algo muy intimo y personal. Y, a su lado, más radiante de lo que recordaba, baja Helen.

Lentamente, mi euforia se diluye en una tristeza profunda. Toda esa felicidad que destilan, toda esa energia que transmiten y que, de alguna manera, encuentra su eco espiritual en el Túmulo. Me permito un instante de reflexión, cerrando los ojos.

"Te ruego que me perdones..."

Abro los ojos y me yergo en toda mi estatura, solo unos centimetros por debajo del busto de las chicas.

- William. Helen.-Sin saber muy bien por que, bajo el tono de mi voz.- Os presento a Riley Mc Mahon, llamada Sol-de-la-mañana, Galliard de la Tribu de las Furias Negras.

- Riley... Te presento a William Voz-de-la Umbra...- Llegado este punto, tengo que esbozar una sonrisa.- Que ironicamente, no puede hablar en este momento por un voto que ha hecho a un...- Me giro hacia la Furia Negra, fijandome por primera vez en lo bonitos que son sus ojos.- Búho.

Sonrio a la pareja, aunque se que es un poco forzada y que mis ojos delatan cierta tristeza.

- Riley y su alfa, una Fostern de las Furias Negras, Aletheia Paso-Gris son nuestras invitadas y aliadas en la defensa de este bello lugar.- Hago un gesto hacia McMahon, dedicandole una de mis más encantadoras sonrisas.- Y han llegado aqui en viaje de escolta y protección.

De nuevo, tengo que guardar silencio, acosado por los fantasmas de las dudas, el remordimiento y las paranoias. Trato de hallar respuesta en los preocupados ojos de Helen, en la perpleja expresión de Riley, en los palidos nudillos de nuestro Theurge y en la forma en que trata de acercarse aún más a su chica.

- Helen... Tú prima Eve se ha escapado para buscarte. Aletheia y Riley la han escoltado hasta aqui. Necesitamos que hables con ella y la tranquilices, porque esta muy nerviosa.

Suelto la parrafada del tirón, evitando mirar a ninguno de ellos más de un par de segundos.

- Eve esta hablando con Tyler, porque hemos estado muy maleducados y crispados hasta hace un rato... Las chicas estan tratando de relajarse... Y eso es todo... ¿Preguntas?

Doblo esquinas, sollozando. Nuestro túmulo es pequeño, pero los espíritus como las Musas no habitan en un lugar sin sus secretos. En concreto, me he hecho con un lugar, que no sé si los otros desconocen o simplemente respetan. Está algo alejado del Corazón, aunque abajo, es un pequeño pasillo entre estantes, al final del todo, ya contra la pared. Allí hay una ventana que no tiene ningún sentido, porque debería estar más arriba y porque en teoría, no es un lugar de lectura ni desde donde ver el campus. Es como si alguien supiera que me gusta leer de pie y con luz natural. Cosa que no tenemos ahora, pero bueno.

Alrededor, he ido moviendo volúmenes para colocar los que más me gustan en mi rincón preferido. Me he construido una suerte de casita en el árbol en la biblioteca, protegida por los estantes, para que nadie me vea llorar. Allí me apoyo contra la ventana y dejo correr mis lágrimas en silencio. ¿Qué me ha pasado? Me he puesto agresiva con Ty por una completa desconocida, por lo que pueda pensar una yuppie pija y estirada pariente que seguro que se cree más mayestática que todos los Reyes juntos. Es el poder de la sangre, intento convencerme. Entonces mi llanto se vuelve más fuerte, tanto que me tengo que tapar la boca. ¿He juzgado mal a toda la Nación? Ante semejante arrebato, ¿Qué puede hacer cualquiera de nosotros? ¿O acaso yo debería estar por encima? ¿Debería exigirme más? Noblesse obligue. No sé cual de las dos opciones que me planteo es peor.

No quiero que me oigan llorar, pero no he podido evitar respirar con fuerza. No soy más que un residuo. Un maldito error genético. Nunca debería haber existido. Por eso los espíritus me rechazan y me atacan. Soy un fallo en la piel de Gaia, un ensayo que debió morir en el laboratorio de la Tejedora donde fui engendrada entre probetas. En el mejor de los casos, soy artificial. Por eso no respondo bien a la Umbra, por eso me atacan los malos sueños. 

¿Y por eso no he podido evitar el impulso? ¿Porque está programado en mi código genético? ¿O acaso...me gusta? ¿Me gustan las mujeres? ¿Eso no es algo natural? También lo tendré programado en el cuerpo. Aunque alguien me dijo que es una elección, ¿Como una decisión consciente? ¿Cómo puedo saber qué parte de mi mente es mía y no de los otros cuatro cuerpos que la comparten? ¿Cómo puedo saber que no soy simplemente defectuosa en mi fabricación?

Frustrada, lanzo un golpe contra el alfeizar de la ventana. Me abro la piel. Me escuece, y eso, en cierto sentido, me reconforta. Sigo llorando y sangrando. No creo que nuestras Musas puedan inspirarme en este asunto. Talía, Erato, Calíope, Clío, Melpómene...leí aquellos nombres cuando las convertí en patronas del que sería mi túmulo. Todas ellas tienen campos de influencia, pero ninguna puede inspirar una mente rota, compartida con un lobo espiritual y posiblemente plagada de daños experimentales, sobre qué hacer con su instinto y su razón.

Sonríe, despeinada, pero sonríe radiante, feliz, como si no hubiera sucedido nada malo en su vida.

Le da un par de besos cariñosos y se pega más a él, en su mirada hay mucho cariño...el principio del amor.

Sonríe animosa a Alex y esta por agradecerle cuando las noticias le borran toda la felicidad del rostro.

- yo... No tengo ninguna prima llamada Eve -retrocedió asustada y se aferró a Will.

Veo a Alex acompañado por las dos Garous que llegaron antes, pero no veo al resto de mis hermanos, ¿Ty aún no ha vuelto? y ¿dónde estan Jane y Amber?, me llegan entonces unos acordes, ya vale, Amber tocando...

Asiento a las presentaciones y me encojo sonriendo de hombros cuando Alex cuenta el porque de mi silencio, la verdad es que parece un mal chiste.

Pero conforme va avanzando la explicación de Alex, puedo ver como cambia la expresión de sus rostro, y mi puño se cierra quedándo los nudillos blancos, ¿que cojones pasa aquí?, hay mas en tus gestos de lo que dicen tus palabras, macho. Y mi postura se vuelve mas rígida, sostengo la mano de Helen quizás con algo mas de fuerza, y me acerco mas a ella.

Y entonces suelta lo que tanto temía, Eve, una prima de Helen, y está viva, creí que todos habían muerto, quizás ella estaba en el norte, comprometida... y en medio de todos esos pensamientos se abre camino la voz de Helen, no tengo ninguna prima llamada Eve, pòso mis ojos un instante sobre Helen y la vuelvo de nuevo a las dos Furias, siento la Rabia fluir dentro de mi, una trampa, son quienes la están buscando.

Me cruzo delante de Helen mientras mi respiración y mis pulsaciones se vuelven mas violentas, Alex, ¿cómo no te has dado cuenta? Y en apenas una fracción de segundo mi cuerpo se convulsiona, caigo sobre el suelo convertido en un enorme lobo blanco con leves manchas grises en la patas, en la nuca y bajo los ojos, una mirada a Alex lo dice todo, llama a nuestro hermanos, AYUDA, con un rápido movimiento subo a Helen sobre mi lomo y salgo corriendo hacia el exterior del Túmulo tratando de mantenerla a salvo.