Partida Rol por web

Lo primero que llegó a sus oídos fue el sonido del motor de un vehículo que de alguna forma había logrado dar con el camino hasta su humilde morada.

Al mirar por la ventana verían el clásico auto amarillo con líneas negras, un taxi común y corriente de los que plagaban la ciudad.

Del auto descendió la silueta de un muchacho con el cabello alborotado, unos jeans muy gastados y una camiseta descolorida. Lo más terrible eran las viejas zapatillas gastadas color blanco que parecían apunto de perder hasta la lengueta.

Detrás de él, pareció bajar una muchacha esbelta y bien vestida, no se le pudo ver el rostro porque inmediatamente se colocó detrás de Will. Este le tomó la mano y le decía algo, pero ella igual caminó ligeramente detrás de él.

Con Helen de la mano, tiro de ella levemente para situarla a mi lado, le doy un beso  y golpeo la puerta con suavidad. 

Larissa regresa sin respuestas de los espíritus, confirmando que estos no están dispuestos a ofrecer respuestas al enigma. ¿Eso confirma la teoría que barajamos, o no tiene por qué? Sin nada más a lo que aferrarnos, no hay forma de saberlo.

Pero también trae esperanza. Ha sabido algo de Will, nuestro Theurge ¿ha triunfado donde Zarpa-compasiva y la misma Madre Larissa han fracasado? Inspiro profundamente, henchido de orgullo. Mis hermanos son los mejores, ¿como puedo hacer otra cosa que darlo todo por ellos? ¿Por qué no puedo ofrecerle respuestas a este galimatías que anega su espíritu?

Asiento cuando Larissa deja claro que ella y Ben irán a por las chicas. Parece que las he enviado en una búsqueda inutil. Bien por mí. No es que hubiera muchas más opciones es, si no quería que Amber se subiera por las paredes, pero aún así...

A partir de ahí, la Theurge vuelve a hablar a medias. No quiere inmiscuirse en asuntos tribales, por lo visto. Ser una manada tribal debe tener este tipo de inconvenientes, supongo. Pensar que esto pueda suponer un problema para un clan me resulta confuso, inconcebible, una muestra del tipo de cosas que van mal en la Nación. Si nos dedicáramos a nuestra misión para con Gaia en lugar de a disputas tribales...

Puedo ver el cariño en los ojos de la anciana cuando se acerca y me acaricia el cabello con sus manos arrugadas. Un tipo de mirada que no he conocido desde... Desde que mi maldición me privó de ello. Me besa en la mejilla, y yo le correspondo con otro beso en la cara y un abrazo.

Siento no haber mantenido el contacto, Madre... Lo haré, lo haremos, visitaremos tu hogar, sin problemas...

Más mensajes a medias. Sí recibimos respuesta, sólo que no la vimos. No la vemos aún. Debemos encontrar la solución a ese acertijo.

Encontrarse.

No encontrar, no encontrar a otro. Encontrarse. Encontrarse uno mismo.

¿Quienes somos?

¿Qué tenemos, que nos hace Hijos de Halcón?

Miro a Alex, desconcertado ante tal interrogante. Un Metis vilipendiado con una perspicacia sin igual. Levanto la mirada, nervioso, mirando a ninguna parte, y veo la imagen de Jane. Acosada con visiones de uno de los más graves errores de la historia de la Nación. Su imagen mental se convierte en seguida en la de Amber, una rebelde sin causa, apasionada y bondadosa. Me giro, poniendo las manos sobre la encimera. Will, un joven vidente con la percepción distorsionada, tímido mientras no se encuentra en su hábitat espiritual. ¿Y yo? Temo no ser un alfa a su altura, como temo por una Nación que convierte en parias a sus más valiosos baluartes. Pienso en Jason Guardián-de-Troya, apartado del pueblo del que debía ser uno de sus más grandes héroes, por amar a una de las más admirables mujeres que he conocido.

¿Por qué somos Hijos de Halcón?

¿Qué tenemos que él busque? No, no puede ser el honor. Hay gente más honorable que nosotros por ahí. El honor es importante, pero no es una característica especial en nosotros. Cierro los ojos con fuerza, imaginándonos a todos juntos, sentados en torno a la mesa de la cocina, como hemos hecho tantas y tantas veces. Con comida, refrescos, conversacion y risas. ¿Qué tenemos de particular? ¿Que hay en común entre nosotros, que pueda buscar? ¿Quienes somos, qué somos?

Y una idea cruza mi mente.

Abro los ojos, consternado, negando tal posibilidad. No tiene sentido... ¿O sí?

Somos rebeldes...

No es lo que se espera de Halcón. No es lo que de espera que él espere de los suyos. Pero los suyos, nuestra tribu, ha liderado a la nación en los mayores desastres y errores de su historia, y se regocija aún hoy de ello. Amo a mi tribu, Jason me mostró la bella nobleza que subyace a ser un Colmillo Plateado. Pero, aunque no quiso mostrármelo, vi en él la desgracia de una clase dirigente dispuesta a llamar honor a lo que no es honorable, sólo por justificarse. Y en esa mesa lo veo. ¿Quién, dentro del Círculo de Plata, no estaría dispuesto a darlo todo por cambiar eso? ¿Quién no desearía con todas sus fuerzas limpiar las faltas de la tribu, expiar sus pecados pasados y presentes? Somos jóvenes, no tenemos poder, pero no somos solamente honorables como se espera de nosotros. Somos nobles. Y esa nobleza nos hace rebeldes. Rebeldes ante todo lo que sea injusto.

S-somos rebel...

El ronroneo de un motor acercándose por el camino corta mi frase a la mitad. ¿Un coche? ¿Aquí? Miro por la ventana, sorprendido, para comprobar que se trata de un taxi. ¿En serio? ¿Más visitas?

¡Will! -Exclamo al ver su figura sirviendo del interior del vehículo. Me aparto de la ventana y me lanzo a la carrera hacia la puerta, que abro de un empujón en medio de un sprint que me hace saltar los escalones del porche hasta pisar la tierra de la entrada.

¡Will, ¿estás bien...?! -Le pregunto, preocupado, cuando me doy cuenta de que no viene sólo. Freno en seco, obligándome a caminar lentamente el trecho que me separa de mi hermano, lanzando una extrañada mirada a la chica- Estábamos preocupados por ti...

Te caeran bien, son muy buena gente, pienso apretando su mano, nuestros dedos entrelazados,  es todo cuanto puedo hacer ahora para confortarla. Y tú les vas a encantar... se van a alegrar tanto por nosotros.

La puerta entonces se abre con fuerza, ¿Amber?, ¡Ty!, siento deseos de correr hacia él, y abrazarle, estamos viviendo un momento difícil, pero aun no tengo todas las respuestas y no quiero separarme de Helen. Necesito contarle todo, contarles todo.

Sujeto la mano de Helen, y le miro con una sonrisa en la cara, para mirar después a Ty, paso entonces mi mano libre por la cabeza, algo azorado y emocionado a la vez. Luego respondo a su pregunta con un leve asentimiento de cabeza, para señalarme después la garganta y hacer con la mano un gesto simulando escribir.

Me agacho al suelo entonces, sin soltar su mano, y sobre la tierra, escribo como puedo.

Miro entonces a Helen para escribir finalmente

Me alzo después con la cabeza agachada, miro a Helen, para mirar después a Ty, con una sonrisa de oreja a oreja y cara de bobalicón.

Una libreta me vendrá mejor para explicar todo con detalle... cuando estemos dentro.

El Taxi se marcha y vuelve a la ciudad.

Desde detrás de Will, halada por este de un tirón aparece una chica de larga cabellera rubia que le cae lacio en el nacimiento y luego en una cascada de suaves bucles desde la zona media hacia la cintura. Sus labios rojos tienen una atractiva voluptuosidad, parecen dos suaves frambuesas dibujadas con cuidado sobre su rostro, sus pómulos altos la obsequian con un aire elegante, sus ojos se veían hoy de un color azul cielo, cuando Tyler se acercó a saludar pudo ver en esos ojos, dos anillos esmeralda alrededor del centro de los mismos y con ellos, tiraba de las miradas de cualquiera como dos cautivadores imanes.
Su cuerpo esbelto revelaba que pareciera mantenerse en forma, llevaba un vestido sencillo pero muy bonito, de color beige. Parecía tener jirones en la base,sobre los hombros llevaba una chaqueta de cuero negro y en los pies unas gastadas botas militares que claramente no eran suyas.

Era tremendamente guapa, incluso más que Jane y Amber.

Mientras will dibujaba en el suelo ella, se aproximó algo dubitativa a Tyler - He... Helen Harcourt -su voz era suave y muy agradable, estiró la mano para saludar- hizo una promesa a un búho y no puede hablar -agrega algo nerviosa mirando a Tyler y su imponente figura.

En esos momentos un búho blanco desciende al suelo junto a los dibujos de Will.

Mi mente y mis sentidos se cierran a la cocina de nuestro refugio y en el tiempo que toma un parpadeo los abro de nuevo, al paisaje umbral. Lo primero que hago es buscar a Jane con la mirada, asegurándome de que está a mi lado y en perfecto estado. Le dedico una sonrisa decidida. - Vamos a encontrar a Will -afirmo, sin ningún tipo de duda o titubeo en mi voz-.

Mi determinación no se frena ni siquiera cuando miro a nuestro alrededor con algo de recelo. Nunca sé qué esperar de aquel lugar. Las advertencias de Ben resuenan en mi mente con la voz afable del mentor de Jane. Sacudo la cabeza, no es momento para dudar. Tenemos que encontrar a Will.

Contemplo durante un instante a la anciana hablando con el ave y ladeo un poco la cabeza mientras una leve sonrisa aparece en mis labios al ver el extraño equilibrio en que se mantiene. Sin embargo, mis ojos se dirigen rápidamente hacia el camino que las lúnulas marcan. - Will primero. La curiosidad para después. 

Lo cierto es que ahora que ya estamos allí, no tengo ni idea de cómo buscarlo. Aunque al mismo tiempo estoy convencida de que lograremos encontrarlo. Somos capaces de eso y más. Finalmente, muevo las aletas de la nariz, olfateando el aire, buscando alguna traza del conocido aroma de mi primo. Will huele a agua dulce y a madera verde, a sumergirse en lo desconocido, a silencio y recogimiento. Cierro los ojos para olfatear mejor y giro sobre mí misma, buscando su rastro.

La Umbra me aterra, pero al mismo tiempo me produce una sensación de paz en el fondo de mi ser. Es como cuando alguien te levanta la mano y te encoges pero al final sólo notas una palmada en la espalda. Eso siento cuando Camino de Lado, cada vez que cruzo la Celosía en esta tierra. En Australia sería un suicidio hacerlo, en poco tiempo tendría sobre mí una barahúnda de espíritus furiosos, pero aquí...aquí puedo respirar en la noche eterna, siempre iluminada por Selene y sus lúnulas. De hecho, es el mejor momento para dejar fluir mi forma a una que me gusta asumir pero que rara vez puedo tomar largos periodos de tiempo. Demasiado grande para disimular, y demasiado cuadrúpeda para las batallas si eres artista marcial. La forma de lobo primitivo. Las veces que he contemplado mi reflejo, siempre me sorprendo por las hermosas líneas de mi pelaje blanco con listas doradas, en recuerdo de mi propio cabello. La forma del hocico, el brillo de los ojos...una loba pura. No sé si de la estepa, o de los bosques escandinavos, o de los Alpes...lo único que sé de mi linaje es que es de los Colmillos Plateados, y que como soy británica soy del Aullido, pero puede que mi familia pertenezca a otra Casa, a otro clado de lobos.

- El que lo encuentre se lo come - bromeo en Elevado, y lo recalco con algunos movimientos de la cola y las orejas que entre los lobos indican anticipación y diversión, "divirtámonos cazando". 

Al escuchar la voz de Jane modular gruñidos en lugar de palabras abro los ojos y mi sonrisa se afila compartiendo su anticipación de diversión. Dejo que mi cuerpo fluya, que mis músculos crezcan y cambien, que mi piel se cubra de un pelaje de color pelirrojo oscuro. Mi manto no es tan puro como el de mi hermana y está salpicado por algunas vetas negras y blancas, pero es esponjoso y denso, reflejando la pureza de mi sangre.

Me acerco a ella y golpeo con la frente su lomo en un gesto juguetón, incitándola. - Cacemos a ese pequeño borrachín. - Bromeo moviendo el rabo, aliviada ahora que siento que por fin estamos en marcha y haciendo algo para encontrar a Will. Mis orejas se mueven entonces, estirándose hacia arriba y olfateo con más facilidad separando todos los olores del de mi primo. 

Me dice que está bien, pero no habla. Se señala la garganta, ¿le han hecho algo? ¿Le han hecho daño? MATARÉ a quien lo haya hecho, le descuartizaré con mis propias...

Pero no hay marcas en su cuello, no hay cicatrices ni sangre en sus ropas. No, no puede ser eso. ¿Y de donde ha salido la chica? Eso queda, en parte, una pequeñísima parte, explicado cuando Will se agacha y dibuja un par de glifos en el suelo.

¿Parentela, pareja?

¿A-amor?

Miro a la chica, sorprendido. Hacía a Will en una búsqueda espiritual en lo profundo de la umbra, y vuelve con ¿novia? Mundo de locos. La chica se me acerca y se presenta, explicándome lo que sucede con la voz de Will. Una promesa a un búho, ¿un chiminaje? El precio a pagar por las respuestas de las que hablaba Madre Larissa...

Tyler Jackson. Encantado, Helen. -Me acerco y le doy dos besos, con aire solemne. Es nuestra invitada. Es la chica de nuestro hermano. Eso la convierte en protegida del Círculo de Plata. Si está con Will, es familia- Vamos dentro. ¿Tienes hambre? Estamos preparando algo de comer, bueno Alex lo está preparando. Entremos, te presentaré a los demás y encontraremos un papel y un boli para Will... -Miro a nuestro Theurge, guiñándole un ojo de forma aprobatoria.

Bien hecho, tío...

Sus sentidos en la forma de lobo adoptan una sensibilidad temible, siendo manada están ambas en la capacidad de percibir el aroma de un compañero de manada. Amber lo percibe primero, sus fosas nasales captan el aroma de Will internándose en el amplio camino hacia la oscuridad.

Jane, percibe el aroma, su entrenamiento y formación rigurosa le permite captar, un poco después que Amber, dos aromas. Uno que se interna en la oscuridad del camino umbral y otro que parece venir del frente de la casa.

Cuando vuelven a mirar, Larissa ha desaparecido.

El camino donde la vieja estaba de pie, empezó a vibrar y se deshizo, ante sus ojos, cayendo en brillantes pedazos en la negrura del vacío umbral. Si acaso existía algo como eso, vacío.

Helen se sobresalta levemente ante el saludo de Tyler, se avergüenza un poco, pero mantiene la sonrisa gentil en el rostro. Cuando esta la invita adentro a comer algo, ella mira a Will esperando que se encuentre de acuerdo, tras lo cual finalmente decide ingresar a la casa.
- ¿Alex? -vuelve a buscar a Will con la mirada, parece estar recordando algo- el es el más pequeño ¿no? -dice tratando de acordarse todo lo que Will le había explicado durante el trayecto, para no equivocarse.
- ¿Puedo ayudar con algo? -pregunta a Tyler, refiriéndose a la comida o poner la mesa.
Cuando ella pasa, entra con ella a la cabaña un aroma a flores luminosas, cálidas temperadas de frutas, unos agradables y sutiles acordes de jazmínes, rosas y melocotones.
El búho tenaz, intenta seguirlos dentro, pero finalmente rodea la casa.

Sonrío y asiento por respuesta ante la sugerencia de Ty de entrar a comer algo, la verdad es que no lo había notado, pero empiezo a tener hambre. Luego cuando me guiña el ojo, me pongo un poco colorado, y de nuevo, en un gesto habitual cuando estoy algo turbado, paso la mano por mi cabeza, frotandome el pelo.

Antes de entrar, paso la mano por el suelo, borrando los glifos que dibujé, sacudiendome después el polvo en el pantalón.

Camino de la mano de Helen mientras entramos casa. Alex, si, digo moviendo suavemente la cabeza, bueno, salvo que este en su forma de nacimiento.

Voy dirigiendo de vez en cuando miradas a Helen.

En lo que se esta convirtiendo en una constante en esta Manada, la situación cambia repentinamente. Y, como si fuera un mal chiste, vuelvo a sentirme desorientado y desconcertado... "Bailando con el paso cambiado, sigh..."

Y, para rematar, volvemos a tener visita sin ningún tipo de aviso. Apenas he podido analizar lo que han dicho Zarpa-Compasiva y Ensarta-Lobas sobre que todo lo que nos esta pasando es nuevo dentro de la Nación Garou y dentro de la experiencia vital de cada uno de nosotros.

Tuerzo el gesto y regruño, mosqueado por tener la vaga sensación de que todo esto esta mal enfocado y que, como si se tratase de uno de esos cuadros que tienes que ver guiñando los ojos, la verdad se revelará de repente, dejandome la sensación y la cara de un idiota.

"Si hubiese sido yo quien hubiese estado alli... Todo tendria sentido... Tyler... Joder... Y, sin embargo... Hay una lógica escondida en todo esto... Tiene que haberla... Ni siquiera... No, no seria capaz... No tiene esas capacidades..."

Madre Larissa vuelve de la Umbra en ese momento, justo cuando queria llamar la atención a mis compañeros sobre la posibilidad de que cierto personaje de mi pasado familiar este detras de todo esto. Sin embargo, la criptica forma de hablar de la Anciana vuelve a reclamar mi atención y a obligarme prestar atención, despejando mi mente de irrelevantes memeces... Espero...

Obviamente, prestar atención a veces sorprende más de lo que uno esperaria y las noticias sobre el silencio Umbral son solo un poco menos alentadoras que la palmadita en la espalda para nuestro errante Theurge.

 - O sea, que tenemos una pista...- Esbozo una sonrisa lobuna, que traiciona por un lado mi alegria por tener un hilo con el que desenrendar la madeja y, por otro, la satisfacción del lio en que se ha metido William.- Porque, si no habla, puede ser porque no quieren, por que no saben o... Porque no les dejan...

Y, justo en ese momento, cuando creo que he tenido una brillante idea, la anciana anuncia que la "misión de rescate" ordenada por Tyler no tiene sentido y que se va a llevar a Ben con ella para traerlas de vuelta.

La seguridad que semejante afirmación deberia transmitirme no es tanta como el resentimiento que me produce la negativa a darnos la oportunidad de probarnos en el mundo espíritual.

"Claro que, a su manera, nos da via libre... Este es un asunto de los hijos de Halcón... Y, respetar sus ordenes y quedarnos aqui, no esta reñido con buscar información sobre todos este asunto en el Túmulo..."

Un tremendo puñetazo sobre la mesa me sobresalta y hace descarrilar mis pensamientos.

Por un instante, me quedo desconcertado, mirandola sin decir nada. Poco a poco, sin embargo, la Rabia, aún escasa se inflama. Años de bilis, de resentimiento inflaman mi mente. Noches de llantos y lloros en la parte de atras de una camioneta, horas de aguantar a mis padres echandose en cara todo tipo de basura. Y el fantasma del miedo al pasado, al presente, al futuro, riendose de mi, poniendose la máscara de Tyler, de Jane, de William, de Amber, de Benjamin, de Isaac... Todo el poder de la Tribu de los Colmillos riendose se una masa amorfa y torpe, de andares anadeantes y lento de mollera.

Mi Rabia es debil, insignificante... Fácil de controlar y de domeñar... Es sencillo cogerla y plegarla, lentamente, cuidadosamente hasta reducirlo a una infima particula de odio.

"Una cánica. Un rodamiento. Una pequeña bolita de miga de pan..."

- ¿Preguntas que nos hace hijos de Halcón, mald....?- Empiezo a hablar a la misma vez que Tyler, sin hacerle caso...

En ese momento, el sonido de un coche deteniendose frente a nuestra puerta corta de raíz mi arrebato de colera... "Salvado por la campana, amigo..."

Ahogo un lastimero quejido al ver como William desciende del taxi con una expresión de arrobo en su rostro seguido por una desconocida. Una visita imprevista invade mis dominios y los de mi Manada. Ni siquiera hago caso a la extraña belleza de la recien llegada, tal es mi enfado.

El asunto me desconcierta tanto, que estoy seguro de que me he quedado con la boca abierta. Una imagen un tanto peculiar para un individuo de mi talla y mi linaje...

Y alli estamos, frente a frente, mientras el taxi se aleja de vuelta a la ciudad, con sus humos y su espectro de la Tejedora, devolviendo la paz y la tranquilidad a este concurrido lugar del mundo. No sé muy bien que decir, dejando que Tyler sea quien salude a nuestro Theurge, expresando con su habitual elocuencia los comunes sentimientos de desconcierto y sorpresa.

"Jo-der. Esta buenisima..."

Noto como mis orejas adquieren un tono bermellon, mientras me sonrojo... y noto un embarazoso crecimiento en la entrepierna. Afortunadamente, esta tan azorada como nosotros, casi como si estuvieres en una tienda de comics.

William hace unos dibujos en el suelo que atraen mi atención. De nuevo, siento como se me descuelga la mandibula, asombrado al traducir lo que esta escrito en la complicada iconografía Garou.

-Pero, ¿porque no hab...?- La recien llegada se presenta a si misma como Helen y explica que le pasa a nuestro silencioso hermano.- Ah.. Oh.. Je, jeje...

Esbozo una sonrisa. "Esta chica tiene algo que tranquiliza... Supongo que le pega a William... Sobre todo, porque parece más centrada que él."

- Alexander Van Der Hoffen. Todos estos me llaman Alex... Incluido tu Romeo, Helen.- Sonrio y hago una absurda reverencia a nuestra invitada. Acto seguido me dirijo a todos para hacer un nuevo gesto hacia la casa.- Sera un honor invitarte a unirte a nuestra comida... familiar. Tyler os acompañará al comedor, mientras voy a buscar algo para que nuestro amigo se explique... detalladamente y traeros algo de beber... ¿Café helado, tal vez?

Sonrío al ver cómo se refiere a Alex, asintiendo por toda respuesta. Parece que Will le ha hablado de nosotros, supongo que antes del chiminaje. Niego con la cabeza cuando se ofrece, tan amablemente, a ayudar.

Eres nuestra invitada, tú sólo ponte cómoda. -Le comento, dejando que la pareja pase delante tras borrar Will las marcas del suelo. Me fijo en el pequeño búho que trata de seguirles sin mucho convencimiento, que parece desistir finalmente- Las chicas no están, pero regresarán pronto.

Espero.

Alex se acerca y se presenta, indicando que entremos y ofreciéndose a traer bebida y algo para que Will pueda explicarse. Hago un gesto a Helen y a Will para que me sigan adentro, dedicándole una pícara sonrisa a nuestro hermano Theurge, y un toque en su pecho, cerca del hombro, con el puño cerrado.

Helen, te presento a Benjamin y Madre Larissa. -Presento nada más acceder a la cocina- Esta es Helen, "amiga" de William, quien va a estar calladito un rato por una promesa a un Búho... -Lo cual, dicho así, suena bastante ridículo. Y sin embargo, tiene sentido entre nosotros- Alex, otro plato más para comer. ¿Nos falta algo? ¿Me acerco a la tienda a comprar algo? -Le pregunto cuando accede tras nosotros. Mientras tanto, me acerco a un armario de la cocina y saco de uno de los cajones una libreta tamaño A5, que solemos usar para hacer la lista de la compra, y un bolígrafo azul, y se lo ofrezco a Will- Esto podría servir...

La llegada del taxi ha dejado pendiente una conversación, pero habrá de esperar. Además, lo que Will tenga que decirlos -escribirnos- puede ser determinante en la misma...

Al entrar y observar que no estamos solos, me siento desconcertado, miro a Ty y a Alex, Benjamin, Madre Larissa, busco en mi memoria tratando de recordar esos nombre, cuando te hablan y ves destellos de color, a veces cuesta quedarse con algunos detalles. Miro a Helen entonces, no habrán venido a por ella, no les dejaré, e inconscientemente la sitúo un poco por detrás de mi, como tratando de resguardarla.

Sin dejar de observar a los "intrusos", tomo la libreta que me tienden y me dirijo al salón, haciéndole un gesto a Helen para que me acompañe.

Escribo primero en la libreta para mostrarselo después a Helen: ¿quieres ducharte primero?, puedo dejarte algo de ropa. Cuando quieras descansar me lo dices y te acompaño a tu nuestra habitación.

Después paso la hoja y comienzo a escribir de nuevo, esta vez para mis hermanos: salí de casa y me adentré en el bosque, caminé durante un rato, y luego caminé de lado. En la Umbra me encontré con uno de los hijos de Búho, hablamos, y le ofrecí mi voz, durante 24 horas no hablaría, así que hasta mañana a esta hora, no podré hablar. Lo que hablamos el y yo, aún no puedo contarlo, deberé regresar con el después de visitar la Gran Nidada con vosotros, y me contará toda la historia, entonces podréis conocer vosotros la historia completa.

Me detengo un momento y hago un gesto de llevarme un vaso de agua a la boca.

Luego continúo escribiendo: el Hijo de Búho me condujo hasta un parque, donde encontré a Helen, había mas búhos, como el que nos ha seguido, hablamos, y ...

Me paro un instante pensativo, para proseguir una vez ordeno mis ideas: no sabía donde estaba y me sentía confuso, pensé que podía ser una trampa, y cambié de forma asustandola, para mi vergüenza, Halcón se mostró ante mi, y me arrebató el lobo, ella pudo ver a Halcón y entender sus palabras, hasta que subsanase mi error y aún debo expiar mi deshonra. Ella escapo, pero finalmente pude alcanzarla...

Me detengo de nuevo mirando a Helen y una tímida sonrisa se muestra de nuevo en mi cara, mientras me pongo un poco colorado, y comienzo a escribir de nuevo: ella y yo, tuvimos una especie de conexión espiritual, no hay manera de explicar lo que sentí.

Vuelvo la hoja de nuevo y escribo para mostrarle a Helen: Helen, son mis hermanos, ellos nos ayudaran, voy a contarles lo de tu familia.

Tras escribir unas pocas palabras y mostrarselas a Helen, dejo el boligrafo un instante sobre la libreta, y apoyo la mano en su regazo, para abrazarla después con cariño.

Después, cuando me aseguro de que está bien, continúo escribiendo: ella ha perdido a su familia, fueron masacrados durante la boda de su hermana, Helen pudo escapar, su hermana le entregó algo que creo que es un fetiche. Cuando estabamos en el parque, el asesino llamó a su movil, sin batería, y le dijo que la mataría. Luego ya buscamos un modo de regresar.

Termino de escribir y dejo la libreta al alcance de mis hermanos, y busco de nuevo la mano de Helen para entrelazar nuestros dedos.

- Vamos alla...- Resoplo, caricontecido y resignado. Una sonrisa aletea en mi rostro a mi pesar. El alivio de verle de vuelta, bastante más animado y calmado que hace un rato.- No, no, por favor Helen, eres nuestra invitada... Que Will te acompañe hasta la sala...- Inclino la cabeza, embargado por una calida sensación de paz.- La cocina se va a quedar pequeña dentro de poco.

Me vuelvo a la cocina, para ponerme a ello. Un rapido vistazo a la nevera me indica que tenemos lo que necesitamos... por los pelos.

- No, Tyler. No nos hace falta nada... mientras tengais claro que no soy el Chef Ramsey...- Le guiño un ojo y le endilgo el bol con la ensalada de patata.- En aquella alacena tenemos un paquete o dos de galletas saladas para acompañar y en la de al lado, los cuencos.

A toda velocidad me pongo a preparar tortillas francesas, añadiendo todo lo que encuentro en la nevera para darle algo de chicha al asunto. Las hago dar vueltas una y otra vez, concentrado en quedar bien con las visitas, conscientes de lo capullo que he estado todo el dia.

- ¡¡Tortillas!!- Berreo al techo, preocupado por la posibilidad de que la presencia de la recien llegada afecte a las chicas... Y a la manada.

Arramblo con un par de bolsas grandes de nachos, un par de boles de buen tamaño y vacio los restos de los botes de Ketchup, Mostaza y salsa cheddar en unos cuantos cuencos para salsas.

- Joder... Que estres...

Por un instante, me quedo quieto, en silencio, escuchando el rumor de las conversaciones de la sala.

"Es agradable... Risas, murmullos, sorpresas..."

- Hora de volver a la zona de combate...

Coloco la mitad de las viandas en una bandeja de desayuno y lo acerco a la sala, con una sonrisa de satisfacción en los labios.

- ¡¡A comeeeer!!

Mientras dejo la comida para que sirvan, agarro las hojas de libreta descartados por William y los leo con atención. Adopto la pose de abogado del diablo en busca de algo fuera de lugar para enviarle al patibulo... Aunque una sonrisa sincera diluye la pose...

Recibió de buen agrado el cariño de Jackson y le tomó la palabra de las visitas, observó como ambos por fin pensaban en las palabras del tótem de su tribu, con cierta aprobación, pero entornó los ojos cuando anticipó las conclusiones de Tyler.

Si, le estaba recordando cada vez más a aquel chicuelo Buen corazón pero algo lento en la sesera. Si era así se preguntaba si sería acaso igual de bueno en el combate como aquel mocoso... 

De pronto entró aquel muchacho del que le habían informado, parecía aún estar en desarrollo, era claro el contraste porque Tyler parecía opacarlo con su talla y porte. Nada que el desarrollo no terminara de igualar en algunas cosas.

Acepto la explicación de su mutismo, incluso consideraba que había sido un precio barato a pagar para encontrar sentido a semejante problema con los espíritus. 

Pero apenas vio a la muchachita que ingresó, Larissa levantó una ceja y miró a Benjamín, encontrando que el theurge ya la miraba. Leyó el relato de Will y el rostro de ambos pareció sosegarse.

- ¿Halcón de nuevo? ¡Ja! ¡ahi lo tienen! gran nidada -intervino señalando ese punto del papel, como si fuera obvio para todos lo que ella estaba hablando.

Luego se acuclilló frente a Will y Helen, tomó las manos de la muchacha con suavidad - No tengas miedo, te vamos a ayudar ¿qué es lo que estás resguardando en el bolso pequeña? -.

Helen sonríe y se lleva las manos para cubrirse los labios carmesí cuando Alex hace aquella demostración de gala 

- Mucho gusto Alex -mira a Will cuando el philodox lo llama Romeo, pero no dice nada solo sonríe, se agacha y le da un beso en la mejilla- lo que gustes invitarme estará bien para mi. Pero en serio me gustaría ayudar en algo... mientras llegan sus chicas -esa parte era una de las que no había entendido a Will pero si vivían todos juntos era porque seguramente eran pareja algunos con otros ¿no?

Ella sigue a Tyler por donde este le indica y saluda con mucha cortesía a sus dos visitantes Benjamín y Larissa. Se pone contenta cuando le acercan a Will un medio para que se comunique. 

Helen se sienta junto a William y asoma el rostro cerca de él cuando este le muestra algo que ha escrito - Sí, por favor, una ducha me vendría bien, la ropa no es necesaria. Tengo otro vestido aquí -dice señalando la cartera que aún lleva cruzada sobre el pecho, parece sonrojarse por algo más que lee, mira alrededor con esos ojos cautivadores y toma el bolígrafo de la mano de Will y le escribe algo en respuesta.

Mientras Will escribía y les mostraba la libreta, ella miraba el paisaje alrededor y la cabaña, desde donde estaba, se fijaba en Tyler, en Alex, en Benjamín y Larissa. Hasta que Will le acercó la libreta y lo que sucedió luego, fue como si su rostro hubiera muerto de repente, como si los tulipanes y jasmines de su rostro empezaran a perder pétalos y cayeran a la tierra seca.

Pálido era poco para describir la ausencia de color sobre la piel de su rostro, había terror en su mirada y de no haber sido por el cariño y amabilidad de Will, posiblemente ella hubiera salido corriendo del lugar.

Se sobresaltó un poco cuando Larissa se le acercó de pronto, pero se recompuso y sonrió con dulzura unos instante, aunque al poco tiempo su rostro volvió a mostrarse perturbado- No, no puedo... -miró a Will, tratando de oír que pensaba al respecto- Discúlpeme usted, aunque sea la madre de Tyler y Will confíe en ustedes, no... se si deba. Por favor -dijo aferrando su bolso contra sí- es lo único que me queda de mi familia... pero puedo mostrársela -ella toma su cartera y extrae el objeto de su interior.

Tiene el tamaño casi de la palma de ella  -parece un colgante bonito ¿no?, lo vi una vez de pequeña lo llevaba mi abuelo en una caja antigua con grabados y estaba guardado en el sótano. No nos dejaban entrar ahí nunca. Escuche que se lo entregarían al novio de mi hermana al casarse, porque era herencia y algo de un pacto. El... el esposo de mi hermana era como ustedes-su voz es calma, como si no estuviera afectada pero sus ojos la traicionan, adquieren una película acuosa que amenaza con caer por sus mejillas, pero logra contener la marea de lágrimas que se asomaban desde el interior -tengo que llevarlo con los lobos del norte, eso me dijo mi hermana antes de... -se quedo callada súbitamente.

En el borde de esa misma hoja te escribe:

Con que me prestes una camiseta para dormir, basta. Si, estoy cansada, pero no quiero estar sola...