Partida Rol por web

Tal y como me esperaba era una celda típica sin nada de lo que pudiera sacar ventaja a mi favor, suspire a un volumen muy bajo antes de ladear la cabeza hacia la chica con la que hablaba, o mas bien hacia el lado de los barrotes que era por donde nos comunicábamos, interesado por el trato que me ofrecía pero solo viendo un fallo y no por mi...

- Es un trato muy tentador pero me sienta mal dejar a estos lugareños con un alcalde corrupto al mando que piensa no solo hundir a su pueblo si no también a la banda de Furr, unos hombres de bien y por consecuencia a todo el continente entero. Haría lo que fuera porque pagara por sus crímenes y alguien de buena fe se pusiera en su puesto para solucionar todo lo que ha enredado.

Intento respirar calmadamente, sé lo que está intentando hacer, cabrearme, que monte el numerito y así tener una excusa para afirmar lo mala que soy. Pues no lo voy a consentir, voy a castigarla con mi indeferencia.

- Haz caso a Ed, ven con nosotros.

Tras echarle un ojo al tablón de anuncios me dispongo a irme de allí, si continuaba escuchando las sandeces de aquella mujer íbamos a acabar mal.

Aquello empezaba a tener demasiados lados oscuros. La mención de la horca hizo que Tozoku se decidiera: él estaba en una búsqueda sagrada, no estaba bien mezclarse con criminales. 

Uno por uno, arrancó los papeles con las ofertas de trabajo del tablón de anuncios. Parecían tareas más honestas para sacarse unas monedas. 

-Vamos entonces-indicó a los dos muchachos⁽¹⁾-Conozco un par de trabajos más fáciles.

Coincidía con las intenciones de Khya para alejarnos de esa mujer pero no tanto con las del granjero.

No me fiaba de él. ¿Antes de entrar nosotros estaba intentando hacer tratos con ella y ahora cambiaba de bando? Aunque seguro que sus habilidades nos abrirían un abanico de posibles trabajos. Se veía un tipo fuerte y seguro de si mismo, pero aún así, no iba a quitarle un ojo de encima.

- Sí... vamos... - dije siguiendo a ambos hacía la salida.

Finalmente, los tres decidieron abandonar la taberna después de coger unos pocos carteles al azar. La mujer lo único que pudo hacer fue hacer una mueca de desprecio y regresar de nuevo a la barra para seguir con su bebida. Una vez fuera, pudieron leer los trabajos. Uno de ellos pedía cazar unos pocos ciervos en el bosque para conseguir carne y piel. Otro pedía recoger hierbas medicinales, pero de unos específicos que solo crecían en la parte interna del bosque. Y por último, decían que se había visto un lobo blanco por el bosque que últimamente parecía asaltar granjas. Era muy peligroso y querían que alguien acabara con él y trajera la piel como prueba. Pero ahora, además de eso, podrían hablar entre ellos sin nadie que les interrumpiera.

-Dudo que puedas hacer mucho si acabas colgado.- Replicó la mujer antes las palabras de Jacklin.- Diría que el primer paso que necesitas sería salir de aquí. Pero si no...

Antes de que la mujer pudiera terminar la frase, se escuchó como la puerta se abrió y unos guardias entraron en el pasillo de celdas. Sus armaduras hacían ruido mientras se acercaban hasta llegar a la celda de Jacklin. Entonces uno de ellos comenzó a abrir la puerta.

-Levanta. Llega la hora de que cantes un poco.

Tras leer los trabajos me apoyo contra un árbol mirando al nuevo.

- A ver como te lo explico rápidamente, la tipa esa es de una banda de bandidos "malos", a nosotros nos contrataron unos bandidos "buenos" para infiltrarnos en esa banda y ayudar a los que tenían prisioneros. Al final la llevamos con los bandidos "buenos" y resultó ser familiar suya, vamos que es una trifulca familiar extraña, ¿verdad Ed? Y nos metimos en problemas por no haberla matada... - suspiro - sigue tú, que lo siguiente es muy lioso de explicar y no sé como hacerlo.

En un primer momento, no tenía intención alguna de explicarle nada al desconocido... como mucho me iba a plantear hacer equipo para conseguir algo de dinero, pero Khya necesitaba desfogarse y convencerlo sobre quien realmente era el malo, así que la miré y asentí.

- Resumiendo un poco... indagamos sobre el tema porque muchas cosas no nos cuadraban y descubrimos que la banda de bandidos "malos" se dedica al tráfico de esclavos, raptando mujeres en la isla y enviándolas al continente. Por eso la capturamos, queríamos más información para intentar revolverlo... se lo debíamos a una amiga que nos salvó la vida. - respiré hondo y me aseguré de que no había gente escuchando en las proximidades con un vistazo y luego, acerqué la cabeza para continuar en un tono más bajo - Nuestro compañero decidió traerla al pueblo y culparla públicamente, pero el alcalde está metido en el ajo, por lo que le acabaron deteniendo a él y seguramente lo ejecuten por secuestro.

Respiré hondo tras la aclaración y aunque había más información como el tema de Wineda y el gremio de bandidos que nos había comentado Furr, preferí decir únicamente lo necesario sobre el tema de Jacklin.

- Queremos rescatar a nuestro compañero e intentar solucionar el problema de raíz… aunque se que no es tu problema, pero quizás podamos unirnos con el tema de las misiones para conseguir dinero más rápidamente – ofrecí finalmente al granjero, ya que, por el momento, era la única motivación que compartíamos.

Observe desde el suelo sentado como se acercaban los guardias y me levante cuando lo ordenaron, limpiándome la ropa antes de centrar mi atención en ellos.

- ¿Entonces me vais a escuchar por fin? Llevo queriendo hablar desde que vine, sois vosotros los que os negáis a escucharme alegando que miento sin tener la mas mínima prueba en mi contra. Que yo sepa así no es como la justicia funciona... -les hice un ademán con la mano- Pues venga, vamos soy el primero que quiero acabar con esto cuanto antes.

Tal vez este tipo de actitud era la última que se podría esperar de alguien que pronto sería sentenciado a muerte probablemente pero es que si vacilaba aunque fuera una sola vez mi plan se iría al traste ya que me basaba en que alguien, cualquiera creyera en mis palabra ya que a partir de ahí lo demás vendría solo sin que casi tuviera nada que hacer.

-Mi nombre es Tozoku-dijo Tozoku sencillamente-Trabajo en las tierras del templo de Kikujai-Sadama.

Toda aquella historia de bandidos buenos, bandidos malos, raptos y mujeres esclavizadas le sonaba muy rara. Era evidente que aquellos muchachos no le habían contado toda la verdad pero al menos, en lo tocante a su amigo, parecían genuinamente preocupados. Eran extranjeros en tierra extraña, igual que él. Incluso si mentían un poco, nadie merecía ser ejecutado en tierra ajena por una ley que no le incumbía. 

-Haremos una cosa-dijo tras meditarlo-Os ayudaré a salvar a vuestro amigo y vosotros, a cambio, me ayudaréis a llegar a ese continente olvidado. 

Miró tras de sí para asegurarse de que no les espiaban. 

-No soy de aquí-admitió con boca pequeña-No estoy familiarizado con la etiqueta local. La gente aquí es muy rara.

En el momento en el que Tozoku miró a su alrededor, en una esquina fuera de la taberna vio a una mujer vestida con una capa que se tapaba la cabeza con una capucha. La mujer parecía estar mirando en la dirección de los tres pero, parecía demasiado sospechoso, pues cuando Tozoku la miró, ella desvió la mirada rápidamente, tratando de que no se percatara en ella. Pero parecía que era demasiado tarde.

-Es... esa mujer. Creo que nos está espiando. 

​Tozoku se volvió hacia sus compañeros, confuso. 

Miro hacia donde dice el granjero después de escuchar su historia.

- Trato hecho y ahora vayamos a ver que le pasa a esa chica- cuantos más mejor, así rescatar a Jacklin quizás no fuese misión imposible.

Me acerco a ella rápidamente.

- ¿Querías algo?

- Demasiado fácil - pensé desconfiando del ofrecimiento. Pero la realidad era que necesitábamos cuanta más ayuda mejor y si realmente sus intenciones eran buenas, bienvenido sea.

Cuando el granjero pareció advertir que había alguien más interesado en nuestra conversación, me giré igual que el resto y seguí a Khya para intentar descubrir que estaba pasando - parece imposible pasar desapercibidos - lamenté recordando el plan inicial del que habíamos hablado antes de entrar en el pueblo.

Cuando Khya fue tan directa a preguntar a la chica, esta se puso nerviosa y comenzó a balbucear.

-Esto... Sí... Yo... No... Bueno...- Finalmente la chica, que parecía no saber mentir, acabó rindiéndose y se quitó la capucha, mostrando así un bello pelo blanco formando una melena. Entonces bajando la mirada, comenzó a hablar al grupo.- Perdonadme... Yo... os estaba escuchando... He escuchado lo del alcalde y... os he visto con esa mujer... También lo de vuestro amigo y...- La chica se quedó en silencio y, de golpe, levantó su vista para mirar a los tres de forma decidida.- ¡Por favor, necesito vuestra ayuda!

Los soldados llevaron a Jacklin fuera de la zona de celdas y lo condujeron por un pasillo hasta llegar a una sala. Al entrar, Jacklin no pudo tener más mala espina de lo que tuvo. La sala era muy simple. Una sala sin ventanas y solo con una puerta. Una mesa reposaba en el centro junto con una silla, las cuales, estaban manchadas de sangre seca. Los soldados entonces agarraron a Jacklin y lo ataron a la silla de pies y manos y lo sentaron frente a la mesa. Entonces uno de ellos sacó un cuchillo y lo clavó en la madera de la mesa, frente a él, con fuerza y de manera intimidatoria.

-Muy bien, rufián. Parece que te gusta secuestrar a gente y jugar a robar. Pues hoy vamos a jugar juntos. A ver si queda claro este juego. Yo hago una pregunta, tú respondes y, si no me gusta esa respuesta, con este cuchillo te "robaré" unos gritos. ¿Te gusta el juego?