Partida Rol por web

Con la gema recuperada, las batallas ganadas, los adversarios vencidos, las dificultades superadas, las amenazas superadas y la muerte engañada nuestros aventureros se disponen a recibir la recompensa de la tare que se les ha encomendado.

Camináis por la noche de Nuln, el barrio en el que os encontráis empieza a tener movimiento, artesanos abren sus talleres y comienzan a fabricar sus manufacturas, alfareros, costureras, armeros, herreros, y gente competente en general, conocedora de su oficio y perteneciente a esta próspera ciudad.

Giráis por una calle y cruzáis por el magnífico puente, que llaman de los valientes, en recuerdo a la heroica aunque inútil defensa del mismo ante las hordas de Grong el Panzudo, el río sigue igual de caudaloso que cuando lo habéis cruzado, fijándoos veis El Refugio, lugar del que venís y donde no queréis volver.

Avanzáis por calles anchas y biene empedradas, el mismo recorrido que hicisteis ayer desde la Reiksplatz, y llegáis. La Casa Oldenhaller, residencia de vuestro futuro dinero. Las verjas están abiertas y un criado adormilado se sienta en una silla en el exterior, tapado con una manta, protegiéndose del frío.

Rainer camina taciturno por la ciudad de Nuln. Todavia se resiente de las heridas sufridas durante la batalla en El Refugio.

Cuando llega a las puertas del Señor Oldenhaller y ve al criado se alegra.

Buenos dias caballero... tenemos un asunto que arreglar con su señor Oldenhaller. Hemos cumplido... ¿podria dejarnos pasar?

Permanezco en silencio, apoyado en mi arco, mientras Rainer anuncia nuestra llegada. Estoy cansado y herido, pero mis ojos brillan con suave fulgor debido a la victoria, y a los nuevos amigos.

El paseo hasta la mansión de Oldenhaller me sirve para pensar en el pasado. En la noche que Gunther y yo irrumpimos en la mansión Van Haas con perspectivas de un buen botín.

Tras fallar el robo, Van Haas movió la joya hasta Nuln, donde empezó todo este lío. - los pensamientos se suceden formando un todo, mientras intento comprender las implicaciones de lo sucedido - Está claro que los tipos que dejamos atras eran cultistas de alguna clase, herejes alineados con los poderes ruinosos. - un escalofrío me recorre la columna y sufro una breve arcada, al pensar en los Dioses Oscuros - Su aparición no puede ser fruto de la casualidad, debían ir tras la joya. -  me siento intranquilo ante la posibilidad de que aún estemos en peligro, observados por secuaces de los poderes ruinosos que ansién la piedra -  Por mucho que Oldenhaller quitase importancia a los rumores que rodean la gema, es obvio que no es una joya corriente. La presencia de los cultistas así lo indica. ¡Diantres! ¡El propio Oldenhaller nos dío una cajita mágica! La pregunta que debo hacer es: ¿Estaba mintiendo Oldenhaller? ¿Para qué quiere una joya perteneciente al Caos? Quizás no sepa nada, y sólo sea un simple intermediario para el dueño original: Kurt Van Haas. No me gusta el cariz que está tomando esto. Quiero cobrar mi recompensa y salir de aquí.

Llegamos a la mansión y todavía no ha amanecido. Aun estamos a tiempo de hacer la entrega. El edificio ahora me parece más oscuro y tétrico, con cultistas acechando en cada esquina. Claramente la paranoia me está afectando. Incluso observo con suspicacia al pobre criado que dormita en la entrada, seguramente esperando a que llegáramos con la joya.

Dejo que Rainer hable con el criado, mientras me quedo atrás, vigilante. Hasta que no nos hayamos desecho de la piedra y salido de aquí, no me quedaré tranquilo.

Tras llegar a la mansión, y antes de que el mayordomo se marche, le digo- Buen hombre, no se si recordará que la última vez nos dijo que podíamos usar las cosas que encontrásemos por la casa. ¿Verdad?. Bien, entonces, mi pregunta es, ¿esa oferta sigue en pie?. Lo cierto es que necesitaría usar un par de cosas de esta mansión tan bonita y lujosa que se han montado ustedes, como, por ejemplo, el baño, para acicalarme un poco. ¿O es que acaso quiere que su señor piense que somos unos guarros?. Si nos lo dice, seguro que es culpa suya, por no dejarnos usar el baño. Además, estamos así de sucios por la misión que su señor nos encomendó, por lo que vería justo que nos dejase lavarnos un poco. ¿No cree?. Así que venga, no se hable más. Antes de ir a ver a su señor, conduzcanos al baño de la mansión.

Cuando os acercáis el criado se incorpora del asiento y os comunica con una voz somnolienta sus órdenes.

Mi señor me ha pedido que en cuanto les vea aparecer les haga pasar a su estudio sin demora-aquí mira a Wolfgang-, así que síganme al interior...

El criado os conduce por los majestuosos pasillos que ya visteis una vez hasta el despacho donde Oldenhaller acaba de entrar vestido con una bata de noche, muy elegante y cara.

Bien, les felicito señores, pues han regresado a tiempo, ¿traen lo que pedí?

Rainer saca la caja y la abre, mostrando su contenido, para luego volver a cerrarla.

Perfecto, Adolphus, despierta al joyero, que coloque la piedra inmediatamente en el bastón, que toda la nobleza sienta la envidia por dentro cuando la lleve en el carnaval, así sabrán que Albrecht Oldenhaller consigue cualquier cosa.

El criado se retira con la caja. oldenhaller se sienta en la silla de su despacho y abre un cajón.

Aquí tienen su pago, un centenar de monedas de oro por cabeza, como acordamos...sin embargo, he de "pedirles" que hagan una cosa más. Fuera mi criado a preparado cuatro fardos, contienen comida y bebida para una semana, nada del otro mundo, pan y queso, podrían comprarlo con el dinero que les he dado pero quiero que abandonen la ciudad cuanto antes...

Ustedes...se han vuelto muy...populares.

De un cajón saca un cartel en el que están plasmados vuestras caras, algunos no sabéis leer pero todos sabéis lo que significa.

Según parece ustedes empezaron el altercado del puerto y ofrecen 20 coronas de oro por cada uno de ustedes, lo que les convertirá mañana en gente muy reconocible, cuando se distribuyan los papeles por la ciudad. No deseo que les encuentren pues resultará molesto, pero si eso ocurriera su palabra no valdrá nada, pues nadie hallará pruebas de nuestra corta relación...así que...ya pueden irse lejos de Nuln.

Rainer observa a Oldenhaller con curiosidad, tratando de discernir si realmente sabe lo que tiene entre sus manos o si la codicia ha podido con él. Definitivamente ha vencido lo segundo.

Maese Oldenhaller dice tras coger el oro gustoso y guardarlo en su monedero ha sido un placer servirle y sepa que siempre podra contar con nosotros en el futuro. Espero que la farsa esta del incidente portuario pase pronto... y podamos volver a hablar de negocios.

Antes de irme me gustaria que supiera algo, no se si tendra o no que ver con su gema pero ante la duda prefiero no guardarme eso hasta la muerte. Alli abajo combatimos contra fieros adversarios, pero los peores fueron unos cultistas del dios de la pestilencia... invocaron un engendro incluso que nuestras armas destrozaron...

Tenga ... cuidado con la gema, solo le pido eso.

Antes de irse, Rainer se acerca y le da la mano al que acaba de solucionar su problema economico... al menos durante un tiempo

Y gracias por los fardos, nos haran mucho bien. ¡Que Ulric le proteja en estos tiempos oscuros que vivimos!

Tras las palabras del Conde (y monedas, y fardos), solo debo añadir- ¡Muchas gracias, Señor Conde!. Por lo que veo, el pago es lo acordado, eso sí, algo insuficiente para el trabajo realizado, pero bueno. En fin, creo que nuestro trato ya está finiquitado, pero antes, quisiese pedirle una cosa más, señor Conde. ¿Podría dejarnos usar su baño y proporcionarnos algo de ropa?. Después de nuestra incursión para conseguir la gema, no tenemos un olor muy agradable, y nos será difícil pasar desapercibidos. ¿No cree?. Por eso se lo digo. Un poco de agua con jabón puede hacer milagros, al igual que algo de ropa que no apeste. Vamos, pero yo lo digo si no es mucha molestia. Si no, no pasa nada, nos iremos por donde hemos venido. ¡Ah!, y para que vea que no miento, mire, huela, huela, ya verá que hedor más agradable desprendemos...

Oldenhaller (QUE NO ES UN NOBLE Y MENOS CONDE) se queda pensando y asiente con la cabeza.

Sí...¡Adolphus! Que les preparen un baño y ropa de los criados...después se irán y quizá en un futuro lejano volvamos a vernos, por si necesito más objetos o cualquier otra diligencia...

A duras penas, sólo consigo asentir al escuchar las palabras de Rainer, de acuerdo con el. El cansancio y el dolor de mis heridas sólo consiguen hacer más irreal las noticias que nos da Oldenhaller. ¿Fugitivo yo? Ningún altercado había sido comenzado por nosotros. Aunque, en esta ciudad extraña, parecía que nos favorecían mas los criminales que la ley.

No daría oportunidad a esta que me demostrase errado en mi creencia de que debía primar la ley. Huiría, tal como aconsejara Oldenhaller. Aunque, por el  momento, el baño me vendría muy bien.

Rainer mira curioso a Wolfgang. ¿Le dicen que le persiguen y quiere un baño? Snif snif... ¡ciertamente lo necesitamos! Aunque solo portamos el hedor de la batalla... no es tan malo...

Por un momento duda en tomar el baño y las ropas limpias pero si ya le buscan por un delito que no ha cometido, al menos no lo haran por cerdo. Tras mirar al elfo y sentir algo de lastima por las heridas que sufrio habla con el señor.

Solo una cosa mi buen señor... desearia comprar con su oro una pieza de armadura... una completa mas bien... se que usted podra conseguirme lo que pido a un buen precio, aunque eso merme la calidad final de la misma.

Durante la contienda por conseguir su ansiada gema resultamos gravemente heridos... ¡ninguna vil flecha atravesara este torso nunca mas! grita Rainer mientras muestra heridas de guerra de su peludo pecho.

Obviamente la pagare con el oro que vos me ha dado... ¿seria posible? Necesito una Cota de Mallas completa...

¿Todo esto para que pueda lucir la joya en un jodido bastón? Queda claro que no es un cultista, sino un imbecil. Y encima nos echa de la ciudad, ¡seguro que los carteles son obra suya! Esto cambia mis planes de contactar con los Huyderman. Bueno, ya se me ocurrirá algo. Bien pensado, es lo mejor, ya que los Valantina nos la tendrán jurada.

Normalmente no diría nada, pero Rainer ya le ha advertido sobre la gema. Además, haciendole creer que me preocupa tal vez le saque algo de información.

- Encantado de hacer negocios con usted, señor Oldenhaller. - digo con una sonrisa que pronto desparece - Pero debo unirme a la advertencia del sacerdote. Tenga cuidado con esa gema, pues temo que los rumores que circulan sobre ella sean ciertos. Me preocupa su seguridad. Si esos herejes que encontramos allá abajo - señalo con un gesto vago en dirección al Refugio - iban tras la joya, pueden volver a intentarlo.

Necesito saber que pasó en Altdorf...

Dejo que la gravedad del asunto cale hondo en la mente del ricachón antes de continuar.

- Es más, ¿quien dice que no lo han intentado ya? Cuando nos dió el trabajo, comento un intento de robo en la mansión donde se alojaba la gema. La casa de un noble, ¿verdad? Ese tal..Van Kaap o Haas, ¿me equivoco? - le miro fijamente a los ojos - Pudieron ser los cultistas...

Y aquí viene la pregunta...

- ¿Qué puede decirnos sobre el robo? Los recientes eventos pueden arrojar algo de luz a lo que pasó. ¿Se capturó al malechor o malechores? ¿Se conocían sus intenciones?

Vamos suelta prenda, bastardo.

Creo que ya tenemos todo lo que este hombre va a darnos

Ha sido un placer hacer negocios con usted... espero verle en el futuro. Yo... si fuera usted tendria cuidado con la gema. Solo espero que cuando vuelva este usted vivo mi señor...

Tras despedirse, Rainer se acerca a sus compañeros pensativo...

¡Amigos! ¡Necesitamos una nueva ocupacion! ¿que os parece si vamos a la Capital de nuestro amado imperio? Seguro que alli podre comprar una armadura decente... ¡y os podre comprar colgantes de Ulric para que nos proteja en Batalla! ¡Y Wolfgang nos podra instruir en el arte de comer alcachofas! Se le ve ducto en el tema...

¿Que os parece? Nunca he ido... pero seguro que es un lugar de oportunidades. ¡¡Por Altdorf!! finaliza su discursito Rainer mientras alza la maza

Sí, tengo entendido que se la relaciona con el Dios Nurgle, pero todos esos rumores son falsos...cierto erudito amigo mío me lo ha confirmado.

No puedo, ni quiero, conseguir equipo para ustedes, pues deseo que marchen rápidamente sin que haya tiempo para que les relacionen conmigo.

Le aseguro señor Zimmerman que la joya ya está a salvo, y el asalto en Altdorf fue realizado por un par de ladrones torpes, además ya estábamos sobre aviso.

Bien señores debo irme, adiós.

A irse el dueño de la casa, y mientras nos preparamos para un buen baño a su cargo, les pregunto a los demás:

-¿Que os parece que hagamos luego de acicalarnos un poco, amigos? ¿Iremos a Altdorf, como propone Rainer, o hacia otro lado? Yo no conozco la gran ciudad imperial, pero, si juzgo a ella por esta de aqui, no me apetece demasiado viajar por esos lares. Ya una ciudad así es mucho para mí.-digo, mientras reviso mis heridas, que no se hayan infectado.

Al ver irse tan rapido al señor de la casa, casi sin ganas de hablar con ellos tras todo lo que han sufrido Rainer esta apunto de irse para él y machacarle la cabeza. Entonces si lo buscarian con razon...

Pero se contiene.

Resopla un par de veces. Cuenta mentalmente ... uno, dos , tres, cuatro... ¡¡ya!!

Oye al elfo hablar pero realmente no le presta atencion.

Perdon amigo Eldarendil... ¿deciais algo de ir a Altdorf? ... lo siento... a mi tambien me cuesta soportar cosas asi. Limpiemonos aqui y partamos a algun sitio donde seamos recibidos como merecemos... y podamos trabajar en algo de provecho. Juntos, espero dice mientras arquea la mitad derecha de su labio en un intento de sonreir.

Tras las palabras del elfo y del clérigo, digo- Eh... Mejor no ir a Altdorf Capital. Son mejores sus alrededores. Sin lugar a dudas. Más tranquilidad, mejores gentes, menos bullicio... Ah, y mejores platos con alcachofas. Sin duda. Así que, si queréis, podemos ir a algún sitio que esté cerca de la ciudad, pero no a la ciudad misma. No, no es una buena idea. Además... ¿Qué clase de aventuras nos esperan en un lugar como ese?. En las grandes ciudades no hay trabajos interesantes, ni aventuras excitantes. Solo hay guardias de la ciudad malvados, comerciantes abotargados por su dinero, y demás chusma. Mejor ir a otro lugar. Dime Rainer... ¿Tú no tienes que ir a tu ciudad a que te hagan super clérigo?. Seguro que después de matar a un grupo de cultistas de un dios del caos, te nombran clérigo de honor, o algo por el estilo. Estoy seguro de ello. Tanto, como que ir a Altdorf no es una buena idea...

Lo sabía, estaba seguro de que alguien nos tendió una trampa. ¿El Gremio tal vez? Ya me enteraré, oh sí, me enteraré...

Sin tiempo para replicarle, Oldenhaller se marcha, como si no fuesemos dignos de él. Cosa que seguro que piensa. No es algo que me preocupe ni me importe, el tiempo pone a todos en su lugar, y los ricos y poderosos son presa de ladrones como yo.

Con un ademán recojo la saca con provisiones que me corresponde y sigo a los demás mientras nos guían hacia los baños.

Por un fín un momento para relajarnos - pienso con anticipación.

Por el camino discutimos nuestro próximo destino.

¡Altdorf! - me sorprendo - No ha pasado tanto tiempo desde que me fui. Puede que la guardia se haya cansado de buscarme, son unos holgazanes, pero el Gremio seguro que no.

- Estoy con Wolfgang, no se nos ha perdido nada en Altdorf. Si os digo la verdad, venía de allí cuando os conocí y no tengo prisa por volver. Como dice nuestro amigo, podemos acompañarte a Middenheim, Rainer. Por lo pronto, demonos un baño y marchémonos de Nuln, antes de que la guardia se nos eche encima. Ya tendremos tiempo de decidir nuestro destino cuando estemos lejos de aquí. Es más, si no os importa tomar la vía rupestre, podemos pensarlo por el camino.

Los criados os acompañana a una gran habitación donde hay tres grandes bañeras, os tendréis que duchar por orden...y en una silla han amontonado algo de ropa sencilla, de un típico ciudadano obrero, ropa diferente una de otra que no llamará la atención...os dejan solos, pero no hay nada de valor, a excepción de las bañeras, que son de mármol...