Partida Rol por web

Montalbano masticaba su bolígrafo bic a consciencia mientras observaba detenidamente un trozo de pared. Meciéndose adelante y hacia atrás sobre sus zapatos, parecía estar rumiando un pensamiento. Se acercó a uno de la científica y empezó a darle la tabarra con las fotos de la escena del crimen, intentando cerciorarse de que todo había sido fotografiado.

Mirando aún al interrogatorio con poco interés pareció haber terminado de rumiar su idea y se decidió a dar un paseo por la casa. Le llamaba poderosamente la atención la falta de personalización de su ¿antigua dueña? Se dedicó a dar un paseo con tranquilidad por la casa mientras sus compañeros terminaban con Carmona.

Dejando a los demás realizar sus tareas Montalbano recorrió metódicamente la casa. Todo estaba en su lugar. Tanto que resultaba casi desconcertante. Mientras Jesús conectaba un aparato a la terminal de la caja fuerte revisó el armario de la difunta. Diversa ropa, toda de buena factura, muy cara. El tocador con sus joyas. Las zapatillas. Todo muy pulcro, nada fuera de lugar. En el baño un cepillo de dientes, barbitúricos, medicinas de botiquín.

Llego al despachó. Parecía ser lo más utilizado de la casa. Más que un despacho parecía un cuarto de estudio. Una mesa funcional, sobre la que reposaba un ordenador con una generosa pantalla, una estantería sencilla, con algunos libros y una supletoria con una impresora. Se acercó a la impresora: Guillermo no entendía demasiado del tema pero a todas luces eran cartas astrales. Sólo los símbolos, sin ningún tipo de letra que diera alguna pista.

Sobre la mesa del ordenador había una baraja de tarot. Una carta se encontraba encima del teclado. Guillermo se quedó mirándola un tanto sorprendido. Era la carta del colgado. Pero lo que le sorprendió fue la postura de la carta: ¿no era como habían encontrado a Adela? Brazos extendidos, pierna sobre la otra formando un 4... Aquella carta no estaba allí por azar. ¿Una burla? ¿Un mensaje? ¿O una premonición? 

-Hum- un sonido gutural entre asentimiento y suspicacia escapa de la boca de Montalbano mientras observa la carta y la mueve ligeramente con la punta de su bolígrafo. Mastica una pipa que no estaba ahí en un acto reflejo que le recuerda su viejo hábito de fumar y llama de nuevo al chico de la científica con la cámara de fotos.

-Saca fotos de esto también, tenemos que procesar esta zona con precaución por si podemos encontrar huellas.- La cabeza le duele un poco, lo que empieza a cabrearle. No le gusta utilizar los anteojos, pero cada vez está mas claro que los necesita para escribir. Así que a regañadientes consigo mismo los busca en el bolsillo interior de su americana y se los pone antes de seguir tomando notas.

Los de la científica hacen su trabajo diligentemente. Mientras tanto en el dormitorio Jesús sigue trabajando en la caja fuerte.

Mientras 'Sheldon' toqueteaba la caja fuerte, Pedro observaba por encima de su hombro, curioso por su magia. A ratos observaba el dormitorio, repasando mentalmente de los detalles que habían ido encontrado.

La cama sin deshacer podía indicar que la víctima no había dormido allí esa noche. Su falta de ropa era extraña, no habían encontrado la que llevaba, así que o bien había empezado el asunto totalmente desnuda o la habían desnudado posteriormente. Si la habían desnudado tenían dos posibilidades, a cada cual peor, o bien se habían llevado la ropa o bien la habían lavado y guardado en sus cajones. La falta de indicios de violencia en el cuerpo o en el lugar de los hechos más allá del agujero en el pecho podían explicarse por estar sedada (habría que esperar a los análisis de la autopsia) o por una víctima colaborativa, rollo secta o algo así... demasiadas suposiciones, ninguna certeza.

Tras repasar por completo el cuarto de estudio recogió la carta con mucho cuidado utilizando uno de sus pañuelos y la introdujo en una bolsa de plástico. Hizo lo mismo con el resto de la baraja en otra bolsa y se la paso a uno de los chicos para que la registrara y guardase como prueba. La bolsa individual con la carta del ahorcado se la quedó en la mano.

Salió del cuarto y estableció contacto visual con sus compañeros, todos parecían estar esperando que el técnico diese buena cuenta de la cerradura electrónica. Para Montalbano aquello estaba durando más de lo que debería. Había muchas preguntas y no parecía que las respuestas las pudiesen encontrar allí mismo.

Se acercó a Pedro y llamó con un gesto a Aldara y Juibert en el pasillo delante de la habitación. Extendió la bolsa con la carta sin mayor ceremonia, aunque intentando que Carmona no fuera consciente de lo que habían encontrado. En voz baja les informó de lo que había visto y les prometió que en el despacho podrían ver las fotos de la distribución de la prueba tal como la encontró.

Les dejó observar la carta y sopesar lo que aquello significaba mientras observaba al técnico trabajando. Finalmente agregó solo para ellos.

-Se han tomado demasiadas molestias para hacernos creer que es un crimen con un motivo "místico".

-Es bastante probable...también tenemos la opción de que la anciana estuviera loca y planeara esto...en un principio aún no tenemos rastros de violencia a fin de cuentas...ni... Aldara sufrió una arcada pensando en la escena ...ni tampoco podemos descartar que todo estuviera preparado para hacernos creer la teoría que he formulado...creó que podemos sacar aún algo más en limpio de este sitio antes de irnos.

Pedro contempló la carta un rato y escuchó la posibilidad planteada por Aldara.

No sabía que le disgustaba más, si la idea de que alguien pudiera planear hacerse a si mismo algo así o que pudiera encontrar a alguien dispuesto a ayudarla. - Lo planeara o no, eso - dijo señalando casualmente hacia la zona general de la carnicería - no lo hizo ella. Al menos, no ella sola. - puntualizó.

Mientras los detectives sopesaban el valor del naipe dentro del acertijo que conformaba aquel asesinato la voz de Jesús los sobresaltó desde la habitación:

- Listo. No ha sido tan difícil. La verdad es que la gente nunca aprenderá que una clave de 6 dígitos no es un problema para una terminal simple. Si alguien se hubiera tomado las molestias de romper la seguridad física de la casa ¿acaso iba a venir sin un terminal con el que acabar el trabajo? Pfff... que gente.

Los detectives no tenían tiempo para las tonterías de 'Sheldon'. No perdían detalle mientras los de la científica iban sacando los objetos y enumerándolos mientras los metían en bolsas:

- Tres pasaportes. Uno español a nombre de la víctima, otro ruso con un nombre distinto: Valeria Iztigova. Otro brasileño con nombre de Victoria Abrente. Los tres con fotos recientes de la víctima. Un sobre con 12000 euros en metálico, en billetes de 100 y 50. - el de la científica abrió una carpeta de cartón llena de documentos y fotos - Documentación... al parecer perteneciente a los movimientos de varias personas. Hum... parece gente importante: políticos, actores, empresarios de renombre... rutas, horarios, contactos.- metió la carpeta dentro de un sobre transparente grande para coger una pequeña caja de joyería - Un anillo. 

Mostró el anillo a los presentes. La verdad es que no era nada del otro mundo: parecía un anillo de latón, con un enorme círculo en su superficie en el que se había tallado burdamente una especie de ojo. No tenía mucho sentido guardar una baratija así en un sitio tan protegido.

Al ver el contenido de la caja, Pedro vio varios hilos de los que tirar - Esos documentos. Habrá que investigarlos. - dijo parcamente. - ¡Espera un segundo, coño! - Exclamó antes de que metieran los pasaportes en las bolsas. Se apuntó los números de pasaporte y los nombres, por si podía hacer preguntas más tarde por conductos no oficiales y echó un ojo a los registros de los pasaportes para ver si había cruzado fronteras con ellos. Desde luego los de la central iban a estar entretenidos jugando con sus ordenadores a buscar vidas paralelas.

De todas formas podían ser falsificaciones. Con suerte, no lo serían y desvelarían movimientos, posesiones o relaciones desconocidas de la victima.

Luego, la documentación sobre VIPs podía ser parte del show de Adelaida. Investigar a sus clientes para luego "descubrir" cosas sobre ellos con trucos de magia. También podía ser que hubiera descubierto algo que no debía y decidieran hacer un "truco de magia" con ella, pero la idea chirriaba demasiado... De todas maneras la revisaría luego, las personas investigadas acababan de entrar en la de momento escasa lista de 'personas relacionados con el fiambre'.

Pero sin duda, lo que desentonaba allí era el anillo. ¿Valor sentimental? ¿Tendría algún significado? Todo eran más preguntas. - ¿Alguien ha visto ese símbolo antes?

- Si la mujer era mística, no me extrañaria que eso estuviera relacionado con alguna religión extraña. Por lo tanto no sería tanto el valor sentimental como el simbólico. ¿Alguien tiene alguna idea de Ciencias Ocultas, o llamamos a Iker Jiménez?

Pensó en los documentos.

- ¿Podeis comprobar que dicen los documentos de alguna persona importante pero accesible, para hablar con ella y preguntarle si lo que le contó la vidente es lo mismo que hay en esa documentacion?

Julibert y Pedro ojeaban la cuantiosa - y jugosa - información descubierta. Los pasaportes eran todos recientes y estaban inmaculados, sin un sólo uso, salvo el ruso. Éste estaba caducado desde el año 1987 (había sido expedido en 1985). ¡Desde antes de la Perestroika! ¿Qué era Adela? ¿Una especie de espía? Eso le daría un giro total a la investigación. Pero los tiempos de novelas de Le Carré ya habían quedado atrás ¿o no? 

Y luego estaba la documentación. No había ningún membrete ni nota que pudiera dar una idea del origen de la misma. ¿Una agencia de detectives? ¿Trabajo de campo propio? Miraron los dossieres. Había varios políticos, un director de cine conocido y una buena cantidad de gente desconocida. ¿Empresarios de esos que tienen tanto dinero que no salen en las revistas de economía? Pedro tenía razón: allí había mucha información y toda muy jugosa.

Julibert destacó el dossier del director de cine. Ramón Pastrana. Era un director de películas de terror que había logrado incluso hacer algún pinito en Hollywood. Le sonaba que su nombre había sonado en una investigación de los de narcotráfico como un comprador habitual. Eso lo podría hacer accesible. Estaría encantado de colaborar con tal de que no se hurgase más en como pasaba su tiempo libre.

- Vale - dijo Julibert tras anotar varias cosas en su cuaderno y dibujar el logo del anillo - Ser vidente, como ya sabemos, no es algo del otro mundo. Una tipa que utiliza el trabajo de vidente para obtener información o, puede que pase al revés, puede que obtenga la información y después la utilice para ganar dinero como vidente. Aún asi, y aun existiendo el hecho de que la mujer sea tan importante, no explica como puede llevar 800 pavos en el bolsillo y tener un puñetero sobre con 12000 en su casa ¡en billetes de 100! No me jodas, que case de fraude es eso. ¿Me direis ahora que están sin marcar y numerados no consecutivos?

Se rascó la cabeza.

- ¡Eureka! - dijo al sacar el documento del director - Este nos puede sacar de algunas dudas. Por las cosas que nos diga puede ser que entendamos si obtenia información o la usaba. Siempre puede decirnos que le dijo donde y como apretar para llegar a Hollywood - dijo con cierta sorna.

- Me llama la atención ese puto pasaporte (no solo por la foto) - Julibert fue un segundo al salón y volvió con un libro en la mano, que arrojo al suelo delante de sus compañeros - Este es solo uno de los muchos libros que tenia la mujer sobre la Revolucion Rusa. ¿Alguna relación? Ni idea, pero ahi lo dejo.

El viejo sabueso masticó de nuevo una pipa que no estaba allí mientras iban desvelando cosas delante de sus ojos. Cuando sus compañeros hubieron terminado con los pasaportes los cogió los tres a la vez entre sus manos y les puso a la distancia de sus brazos para poder observarlos mejor, en un gesto inequívoco en la gente de su edad. Reparó en las tres fotos intentando encontrar las diferencias que la edad habían marcado en la mujer y pensando si acaso su perfil podría valer para hacer un reconocimiento en las fotos de archivo. Aunque para eso mejor sería indagar en sus huellas.

Solo entonces reparó en el anillo.

-Bueno, la mujer después de todo era una "vidente". Hay muy pocos de esos que tengan la sangre fría para embarcarse en el mundillo de la estafa del siglo. La mayoría creen, o mejor dicho, en algún momento de su vida creyeron de verdad en supercherías. Quizá para ella este anillo tenía ese tipo de valor.

-Parece que vamos a tener una larga investigación por delante. El número de sitios y nombres que tendremos que recorrer va aumentando cuantas más cajas abrimos.

Dice esto último con una mueca de descontento. Ya no es el hombre lleno de energía de hace unos años y pensar que tiene que recorrerse tres veces Madrid es una perspectiva poco alagueña. Pero en el fondo sabe que todo esto no es más que la pose de cascarrabias que la impronta del tiempo le ha dejado, en el fondo le gusta esto le gusta su trabajo. Sin él se sentiría un verdadero inútil.

Los pasaportes apuntaban a que Adela (si es que ese era su verdadero nombre) había venido de Rusia haría unos treinta años. Y para quedarse. Y había hecho una serie de identidades falsas, vete tu a saber para qué. Todo eso, claro, suponiendo que no hubiera más pasaportes (destruidos o no) aparte de los que se encontraban allí.

La documentación era interesante. Muy interesante. Pedro tomó nota mental de que quería una copia. Para la investigación, claro, aunque uno nunca sabe para qué podía servir fuera de eso. Se alegró de no ver entre los investigados a gente a la que debiera favores, le habría supuesto un conflicto de intereses. Con eso en mente, pasó a la organización.

- O sea que tenemos a una mujer misteriosa asesinada con un ritual peliculero. Como la prensa se entere vamos a tener una tormenta de mierda. - previó. Pensando en la efectividad, propuso coordinar las peticiones de información a la central. Preparó su libretilla y enunció - Hagamos una lista de qué vamos a pedir a la central... - empezó por lo que había pensado - Quiero toda la vida de la víctima, desde el certificado de nacimiento al de defunción. Autopsia incluida. Sus cuentas corrientes. - los jueces podían ser algo más laxos con el secreto bancario de una asesinada - Quiero saber si esos pasaportes son auténticos. Y si sus titulares han tenido vida o posesiones aquí o en otro país. - Pedro era consciente de que eso llevaría tiempo. - Ah, quiero saber si se ha limpiado el salón o si han traido al cadaver aquí. - Miró interrogativo a los presentes. - ¿Más?

Julibert volvió a pedirle los pasaportes a Montalbano para revisar cuidadosamente las fotos. La mujer que le devolvía la mirada desde aquellas fotos parecía tener la misma edad indeterminada entre los cuarenta y mucho y los cincuenta y pocos. No eran idénticos pero comparando uno de los pasaportes más recientes - el español - con el ruso del año 85... podría pensarse que entre una foto y otra no había pasado más de un año. 

Sí, claro, había gente que se conservaba cojonudamente. A Julibert le venía la cabeza gente de la tele como Jordi Hurtado - del que incluso se hacían bromas en internet - o el infame Ramoncín. Pero estas fotos eran más exageradas. La lógica le indicaba que la única posibilidad es que alguien hubiera cambiado la foto original del pasaporte ruso por una actual... o que todo el pasaporte ruso fuera falso. Pero ¿para qué iba alguien a querer hacer eso?

Este caso, se mirase por donde se mirase, era demasiado extraño en todos sus sentidos.

Una vez hayan finalizado todas las cabalas, Aldara Seoane comprobará el edificio...si el ascensor llega a todas las plantas, que cada una tenga el mismo número de pisos, la decoración, que tengan la misma puerta, comprobará si lo hay el desván o ático y finalmente la portería...finalmente una vez terminado estas comprobaciones desearía realizar alguna pregunta más al testigo principal que encontró el cadáver, su "ayudante".