Partida Rol por web

El cruce de caminos

*Los cuervos de Neverville*

Cargando editor
17/11/2010, 23:31
Vania

Intenté dormir pero aunque al principio lo conseguí, al poco rato me desperté, tenía fiebre y no conseguía controlar el frío, temblaba de pies a cabeza. Me movía en la cama lo más que podía buscando la mejor manera de calentarme en ella pero seguía sin conseguirlo, lo único que conseguí fue tirar los platos de la cena haciendo un escándalo en la alcoba.

Cargando editor
17/11/2010, 23:33
Narradora

Notas de juego

No, chicos. Con ustedes ya nada, excepto lo que quieran postear. Me queda algo pendiente con George y Vania y si acaso Leonor pero ustedes, pues luego de la boda y eso, si quieren ;)

Pero podemos hacer pasar el tiempo.

Cargando editor
17/11/2010, 23:33
George Wellington III
Sólo para el director

Me despierto sobresaltado casi desenvainando mi espada. Ya pensaba que ....pero no es nada de eso.

Me acerco a Vania y cojo su mano.

-Hey...estás sudando mucho, y estás ardiendo....shhh, estoy aquí, tranquila.-

La cojo en brazos con mantas y sábanas incluidas y la acerco al sofá, la tumbo allí y lo acerco aún más al fuego. Además de que el sofá estaba caliente por mi, y no helado por su sudor. Le echo además mi capa por encima.

-Dame un momento Vania. enseguida vuelvo.-

Bajo y despierto al tabernero.

-Traigame al médico a mi habitación. Agua fresca y sopa caliente. Ya. Les daré 5 monedas de oro a cada uno.- lo que es más que la estancia de un mes en la habitación.

Vuelvo con Vania y le seco el sudor de la cara tras avivar el fuego. Acto seguido, busco sus pies bajo las mantas y se los masajeo y froto hasta que entren en calor. eso me hacía mi madre cuando tenía frío, y funcionaba.

No dejo que me vea preocupado, siempre me muestro seguro y sólido, pero en realidad estoy asustado, jamás he cuidado de nadie...solo he visto hacerlo.

Cargando editor
17/11/2010, 23:44
Narradora

Aunque el dueño de la posada ha dado en el clavo con quién eres, no va a decir nada por el buen dinero que le estás dando. Luego de un rato aparece con el médico, no es necesario explicarle mucho, ve la herida y asegura que la fiebre es causada por el cuerpo para regenerarse, que no va a matar a la joven. Te entrega una botellita con una infusión que ayudará a controlar la fiebre y ambos se alejan. Al poco rato ella ha dejado de temblar y te mira con sus grandes ojos azules, sabe que nunca podrá pagarte lo que estás haciendo por ella.

Cargando editor
17/11/2010, 23:48
George Wellington III
Sólo para el director

-Has sudado mucho, tómate esto que ha traido el médico, y después la sopa, te haré bien.-

Una vez se bebe la infusión, le doy la sopa a cucharadas, para evitar el temblor de su mano.*

-Lo siento, debería haber limpiado la herida cuando cambiaba las vendas pero...no me atrevía a tocarla...-

-Ahora duerme, descansa que te hace falta. Pensandolo bien, nos quedaremos un par de dias aquí, hasta que estés bien del todo.-

Notas de juego

* si es que aun le tiembla

Cargando editor
17/11/2010, 23:53
Vania

-¡No, no quiero quedarme!

Dije ansiosa tras beber otro sorbo de la sopa.

-Quiero irme ya, ahora mismo si es posible... Se lo suplico, mi señor. No quiero estar donde alguien, quien sea, pudiera encontrarme y menos si saben que estoy con vos...

Lo sujeté del cuello sin darme cuenta, con apenas fuerza pero lo sujeté.

-Me arrastraré si es necesario pero no quiero quedarme aquí...

Cargando editor
17/11/2010, 23:57
George Wellington III
Sólo para el director

-Oh...eh....está bien. Podemos marcharnos...¿ahora? ¿Seguro? No estás bien...-

La veo tan mal que accedo y empiezo a recogerlo todo.

-Dame un momento.-

Busco al tabernero y le compro una manta y comida.

Lo guardo todo menos la manta, que se la pongo a ella además de mi capa.

Monto a mi caballo, con ella entre mis brazos. El otro caballo lo ato a la silla del mio par que nos siga.

-Bien, pásame un brazo por la espalda Vania, así irás más cómoda. Duermete, tienes que descansar. No te caerás, yo estoy aquí y te estoy sujetando.-

Pongo rumbo al norte.

Cargando editor
18/11/2010, 17:37
Narradora

Tras un rato de mucho andar, con Vania sujetándose a la espalda de George, finalmente se ve cuando el día empieza a clarear, la enorme casa de los Wellington; en el pueblo aún duermen y casi nadie ha notado la llegada del antiguo rey con una mujer en el lomo de su caballo. La casa está vacía y fría pero es mejor que nada a esas horas cuando otra ligera capa de nieve comienza a caer.

Cargando editor
18/11/2010, 17:41
Vania

Abrí los ojos, habíamos llegado a algún lugar pero pronto los volví a cerrar, me sentía muy cansada pero no sentía frío y seguía aferrada a él. Lo miré pero no hablé, no quería decir nada más que pudiera molestar.

Cargando editor
18/11/2010, 17:46
George Wellington III
Sólo para el director

Lo primero que hago es dejarla en la cama del cuarto que vea en mejor estado, y encender la chimenea con abundante leña.

En cuanto hago eso, le preparo un baño caliente, para que se quite el sudor de la fiebre y se limpie la herida.

-Estaré al lado de a puerta, por si necesitas ayuda en algún momento, pero no entraré si no me llamas, no quiero invadir tu intimidad.- le digo en la puerta del baño.

Mientras se baña, aprovecho para cortar queso y carne seca, para cuando salga.

Cargando editor
18/11/2010, 18:27
Vania

Cuando entré en el agua agradecí aquello, hacía demasiado tiempo que no tenía un baño así y de pronto, lo tenía casi todo. Me costó secarme y como pude me envolví en las vendas para luego, finalmente y con el cabello ligeramente humedecido, abrir la puerta aún descalza y mirar a George con una sonrisa.

-Lo hace bastante bien, Su Majestad...

Cargando editor
18/11/2010, 18:36
George Wellington III
Sólo para el director

-¿Hacer? ¿A qué te refieres? Y llámame George por favor.-

La ayudo a llegar a la cama y me aseguro de ponerle bien las vendas.

-¿Te ha sentado bien el baño?-

Acerco el plato de carne y queso con trozos de pan, y nos sirvo un vaso del coñac que queda.

Cargando editor
18/11/2010, 18:44
Vania

-Pues cuidarme... Y perdón si no consigo olvidarme de sólo llamaros George pero es que... Se me hace tan difícil, hasta donde yo sabía, vos solíais ser el rey y ahora, ahora me decís que no lo sos y yo, que soy la hija de la cocinera estoy aquí bajo vuestro cuidado...

Puse mi mano en su mejilla.

-Debió ser muy difícil recibir el reinado siendo tan joven... Hay cosas que nos pesan tanto y terminan por envejecernos aún cuando nuestras almas son chiquillos correteando por el bosque...

Aparté la mano lentamente, estaba tibia en su rostro pero era mucho más de lo que alguien como yo se podía permitir.

Cargando editor
18/11/2010, 19:00
George Wellington III
Sólo para el director

Sonrío ante sus palabras. Cojo su mano cuando la retira, y la llevo a mis labios.

-Ahora tu eres la reina, al menos serás tratada como una mientras estes herida. Solo descansa y yo haré lo demás.

-No soy tan joven Vania. Te saco al menos 12 años, pareces más joven que mi hermano, y a él le saco 10.-

Voy yendo de ventana en ventana, echando cortinas y colocando paños si se suela viento o humedad.

Cargando editor
18/11/2010, 19:17
Narradora

La noche transcurre tranquila y al otro día ella está mucho más relajada, su color mejora y es sin duda una bendición saber que no va a morir y que no necesitarán traer a nadie a casa para revisarla pues de esa manera nadie más sabrá dónde están. Vania se despertó antes que él, así que preparó té para ambos usando la vieja olla al lado del hogar que por suerte tenía agua para beber. Con una taza se acercó hasta donde había descansado él y le acercó la taza para que pudiera oler las yerbas y despertar con esto.

Aún tenía cosas para comer pero no durarían mucho y según se venía en invierno, iba a ser difícil salir algunas veces. Tenían que arreglárselas para conseguir comida y tendrían que seguir compartiendo la alcoba porque las otras cuatro eran un desastre y hasta que ella no estuviera bien del todo, no podrían arreglarlas pero un avance era un avance.

Notas de juego

Bueno, comida para una semana tienen. Si no quieres hacer nada importante, podemos hacer pasar los días y cerrar con algunos posts finales en una historia de amor o de odio, según quieras ;).

Cargando editor
18/11/2010, 19:27
George Wellington III
Sólo para el director

La ayudo en todo lo que puedo, hago yo todo el trabajo, negándome a que ella haga nada incluso cuando ya está perfectamente. No quiero arriesgar nada.

Cada vez tenemos más complicidad, pero eso mismo hace que yo haya momentos en los que me siento inquieto.

Quiero olvidar a Lena y a Grace. ella es una mujer tan buena como cualquier otra, en realidad mejor que la mayoría. Es muy hermosa, amable, inteligente y cocina como un angel.

Pero me da miedo que si intento dar cierto paso...le haga daño. Yo quiero olvidar, pero no sé si ella también. Tal vez no quiera que nuestra relación cambie. Ese miedo me refrena en situaciones en las que debería, tal vez, haber hecho otra cosa.

Duermo siempre en el sillón orejero de la esquina, no me atrevo a compartir cama, por miedo a dejarme llevar. Siempre digo que es para que su herida descanse bien.

Cargando editor
18/11/2010, 19:49
Narradora

Una noche, habiendo conseguido que un campesino vecino les trajera algunos víveres por unas cuantas monedas, Vania preparó una espectacular cena, estaba cansada de que George no le dejara hacer nada cuando ella ya se sentía mucho mejor. Llamó desde la cocina a George y al bajar se encontró con una acogedora cocina y una bonita mesa que además de vino tenía un guisado de conejo. Ella no estaba por ningún lado.

Cargando editor
18/11/2010, 19:57
George Wellington III
Sólo para el director

Bajo de reparar el tejado de una de las habitaciones, y el olor me visita antes de que vea la comida.

-Vaya, te has acordado Vania. Gracias. ¿Vania?- me doy cuenta de que no está y la llamo de nuevo. Sirvo las copas de vino, y como no viene, la busco, extrañado, tanto dentro como fuera.

-¿Vania? Esto huele de maravilla, se nos va a enfriar. ¿dónde estás cocinerita?-

Cargando editor
18/11/2010, 20:13
Vania

Escuché que me llamaba y volví a adentro, había estado en el establo. Pequeños copos de nieve se esparcían por mi cabello, me sequé las manos, en ellas tenía algunos duraznos y ramas de canela que puse sobre la mesa, luego haría un postre.

-George... Nunca olvidaré que te prometí guiso de conejo y he aprovechado que hoy no hacía tanto frío... ¿Cenamos?

Me había acostumbrado a su presencia, me había olvidado que una vez fue el rey de Neverville y ahora estaba mucho más tranquila con él. Mi herida estaba casi completamente curada y pronto podría ayudarle a arreglar otra de las habitaciones para que él descansara bien, que siempre dormía en el sillón a los pies de la cama. Serví el vino de su copa y se la acerqué.

-Espero no haber olvidado como hacerlo...

Lo miré a los ojos, más de lo normal y mis mejillas se enrojecieron, lo único que me faltaba era que para olvidar a Charles pusiera mis ojos en su hermano que además era un hombre enamorado de otra o de otras, ya no lo sabía.

Cargando editor
18/11/2010, 20:24
George Wellington III
Sólo para el director

Esa miráda, más intensa de lo habitual, junto al leve sonrojo de sus mejillas, me turba astante. Hace que me plantee muchas cosas, sin dejar de mirarla a los ojos, con mi mano rozando la suya, al haber ido a coger la copa de vino que me ofrece, sin querer romper el contacto.

De pronto noto la boca seca, y que mi autocontrol va a desaparecer en breve, por lo que sonrío al dejar de mirarla. Sin duda a podido leerlo en mis ojos. Bebo un largo sorbo.

-Comamos pues.-

Delicioso.

-Tu madre te enseñó bien....delicioso, las especias justas y la carne se deshace en la boca...y no se te ha colado ni un hueso, y las papas empapadas en el jugo...Gracias a Dios que no tenía una cocinera como tú hace dos años, ¡no pararias de trabajar! y yo estaría hecho una bola.- rio, el sabor de la comida me hace dejar atrás, al menos por el momento, los deseos que estaban a punto de desmadrarse. Por mi parte al menos.