Partida Rol por web

El vanir mira a Knut con desprecio y le contesta:

- Rorik es un viejo zorro. Apostamos vigías a este lado de las montañas. Uno de ellos os vio de lejos cuando descendísteis por la ladera y os seguimos la pista hasta aquí. Rorik nos envió con la misión de infiltrarnos en el pueblo. Os encontramos en el mercado y os seguimos hasta un lugar menos transitado para emboscaros...

-CONNOR!, TIENES 1 MINUTO ANTES DE QUE LO HIERVA EN AGUA, HASTA QUE LA CARNE SE SEPARE DE SUS HUESOS-

-PREGÚNTALE DONDE ESTAN!-

el furiosos Kellen andaba de un lado para otro, resoplando pura cólera, apenas podía contenerse y sus puños estaban blancos de la fuerza ejercida al apretarlos.

La caldera podía estallar en cualquier momento.

 - Queremos saber donde están unas personas... - Le pregunté al tuerto. A continuación le describí al detalle a la familia de Kellen. - ... Te recomendaría que nos respondieras con sinceridad sobre su paradero, al menos que quieras tener una desagradable conversación a solas con mi amigo.

Los asuntos de los cimmerios con este tipo parecían realmente serios. Así que decidí apartarme y dejarles hacer.

Miro alrededor por si hubiera curiosos o algún guardia, no quisiera que hubiese ningún altercado.

Al oír los gritos de Kellen y ver su furia, el tuerto deja de sonreír y empieza a mostrar signos de preocupación y miedo:

-No sé de que personas estáis hablando. Pero si siguen vivos, lo más probable es que ahora estén sirviendo en la casa de algún noble hiperbóreo o si eran lo suficientemente hermosas tal vez ejerzan en algún harén o en un burdel.

-En su afán por hacerse rico y famoso, Rorik hizo tratos con un esclavista hiperbóreo llamado Hogun. Continuamos con nuestra campaña de incursiones matando a todos los que se resistían, masacrando a los débiles y ancianos, y tomando prisioneros a las mujeres y jóvenes fuertes para venderlos como esclavos. Poco a poco nuestra fama se fue extendiendo por todo Vanaheim, y cada vez más guerreros quisieron unirse a nuestro grupo con la promesa de la violencia y el botín. Y así la banda de los “Lobos Sanguinarios” nos convertimos en uno de los grupos más conocidos y temidos de mi tierra y Rorik “el enviudador” en uno de los jefes guerreros más famosos y respetados.

 - ¿Donde podemos encontrar al tal Hogun?. - Le pregunté con tono peligroso. Tal vez ese hombre pudiera servir como fuente de información sobre donde se llevaron a las mujeres, ya que si Rorik se las vendió, puede que sepa a quien y cuando.

Mientras sigues oyendo parte del interrogatorio que está teniendo lugar dentro, te asomas a la puerta del establo. Tu intuición era acertada, ya que ves a un grupo de guardias aparecer por allí. Con ellos va Geir el herrero.

Empuñando su pesado martillo, señala hacia donde estáis:

-Se fueron corriendo por ahí. Parece que se dirigían hacia la empalizada.

Uno de los guardias responde:

-No deben andar muy lejos porque no se les ha visto llegar a la cerca.

-Sólo Rorik tiene tratos personales con Hogun. Nosotros sólo entregamos la mercancía en el lugar señalado y nos llevamos nuestra parte. Mientras nos paguen, no hacemos preguntas. Hace varios meses que el esclavista no ha vuelto a Vanaheim a cerrar otro trato.

 - ¿Tenéis alguna pregunta que hacerle?. - Les pregunté a mis compañeros, con fría calma. Le lancé a Kellen un significativo gesto indicando claramente que no tocase al prisionero... Después de todo, era solo mío.

-Amigos, viene la guardia, - susurro acercándome de nuevo a ellos.

- Lo que vayáis a hacer, hacedlo ya, - y echando una última mirada al cara cortada me vuelvo a alejar para volver a asomarme por la puerta del establo.

Giro la cabeza hacia los dos cimmerios con resolución, - calculo que podré conseguiros unos segundos, ¡aprovechadlos!, - y con las mismas salgo del establo...

-¡AMIGOS! ...

Saliendo lo más sigiloso posible del establo para no delatar la posición inicial me acerco a los guardias.

-¡AMIGOS!

Comenzando a cojear visiblemente me acerco a ellos señalando en dirección a la empalizada, - ¡unos perros vanires! ¡nos atacaron! ...

 Sin más, mientras Knut entretiene a los guardias, cojo su espada y se la clavo en el corazón al Vanir de mierda, mientras le tapo la boca para que no grité:

 - Esto es por mi padre, cabrón... - Le susurro al oído, mientras su vida se acaba.

 A continuación corto sus ligaduras y me deshago de ellas, tirándolas a un fuego con brasas, ya que no creo que quedase bien visto que un prisionero fuera asesinado a sangre fría, sin importar la razón que nos impulsara a ello.

El guardia que os detuvo en la puerta cuando llegasteis al pueblo te señala:

-!El viajero de pelo blanco¡ Sabía que estarían detrás de todo este lío. En cuanto los vi en la entrada supe que nos traerían problemas. No me fiaba de su aspecto, ni tampoco el del cimmerio grandote que lo acompañaba. Sus compañeros no deben de andar muy lejos.

Otro de ellos, el de mayor edad y tamaño, y que parece estar al mando, le recrimina secamente:

-¡Entonces eres más necio de lo que pensaba Hursa! Eres en parte responsable de este desastre por haberles permitido el paso, así que ¡cierra el pico!

El tal Hursa, agacha la cabeza humillado y avergonzado.

Luego el grandote se dirige a ti:

-Soy Niord, jefe de la guardia del rey Cnulf, encargado de la defensa de la ciudad. ¿Has dicho vanires?¡Por la barbas de Ymir, hace veinte años que los vanires no atacan Aggersborg*! ¡Exijo una explicación!

Los caballos relinchan y se mueven nerviosos, mientras el vanir exhala su último aliento con los ojos desencajados. Luego te apresuras a quemar las cuerdas con una antorcha, con cuidado de no prender la paja y provocar un incendio.

Sonrío para mis adentros ante la recriminación al necio guardia de la puerta.

-¡Si! Se debieron colar durante la noche saltando la empalizada, nos esperaban a mis compañeros y a mi en un callejón, junto a la "zorra de las nieves". Allí encontraréis a todos menos al que escapó.

Luego hago una pausa sopesando la situación y mirando al llamado Hursa, antes de continuar, - como le dijimos a tu hombre al entrar, portábamos una  carga de gran valor. Que como véis, los Vanires también ansían. Menos mal que no tuvimos que dejar las manos en la entrada también, sino tendríamos que habernos defendido a mordiscos...- bromeo en alusión a la norma de no dejarnos entrar con armas.

Busco un sitio para sentarme, y poder mirarme mis maltrechos pies, - ese malnacido dejó unos regalitos para que los pisara. 

-¿Qué el enemigo ha traspasado la empalizada?- Mirando a sus hombres furioso- ¡Perros inútiles, los responsables merecéis ser azotados!

A pesar de tus precauciones, algunos de los guardias te han visto salir del establo, así que Niord ordena a Hursa y a otros tres hombres:

-¡Entrad allí y si veis a sus compañeros sacadlos aunque sea a rastras, por las pelotas heladas de Ymir!

Los cuatro se dirigen a la entrada acompañados por el herrero.

Otros dos guardias te flanquean a ambos lados y Niord se acerca a unos metros enfrente tuya con expresión muy seria e inquisitiva:

-Y ahora vas a presentarte como es debido y a explicarme con más detalle cuál es el motivo de vuestra visita a Aggersborg y por qué unos vanires os persiguen y osarían entrar aquí. Y en que consiste es esa carga tan valiosa que lleváis.

No le gustó que Connor acabase con aquel perro pelirrojo, pero tambien tenía sus razones para ello, aunque tuvo que desquitarse, pisándole la cabeza a caracortada, hasta que el seso y los huesos machacados cubrieron el suelo. Luego se sacó el miembro y orinó encima.

-Espero que el olor te siga en la otra vida, hijo de perra-

Cuando terminó se enfundó de nuevo su herramienta y se giró hacia Connor

-Hay que coger a Rorik, sea como sea, le haré confesar y luego me comeré su corazón, como hacen los pictos-

Estaba furioso por la información recibida, y seguro que no se le pasaría hasta dentro de varios dias, o varias cogorzas.