Partida Rol por web

El Hombre de Hielo se sitúa delante del escenario, en medio de donde se acaban de instalar las rampas para la actuación del Capitán y Jason y primero empieza haciendo unos sencillos malabares con bolas de nieve.

Poco a poco añade una bola más y el público empieza a aplaudir cuando llega a mantener seis en el aire al mismo tiempo. En ese instante Bobby las lanza más arriba y, conforme van cayendo, se van convirtiendo en una ligera nevada que cubre el césped, para deleite de los más pequeños.

Tras esto sube al escenario y sin aparente esfuerzo alguno, empieza a generar bajo sus pies un tobogán de hielo por el que se desliza a toda velocidad, arrojando más copos de nieve a la chiquillería.

Pronto el tobogán se ha convertido en una pequeña montaña rusa que enlaza principio y final, y el Hombre de Hielo invita a los niños –y a los no tan niños- a subir y deslizarse por su atracción helada

Aquello desata el delirio entre los niños que, pese a todo, hacen cola para subirse y deslizarse, sentados en unas alfombrillas que los atentos voluntarios les proporcionan

Mientras el público aplaude entusiasmado, Bobby Drake se queda controlando que todo vaya como una seda gracias a sus poderes, esperando a que el Capitán esté listo para iniciar su intervención…

Tras terminar la conversación con Jason, Steve Rogers se dirige tranquilamente hacia el escenario, sonriendo al ver el show que el Hombre de Hielo está montando

Al llegar a donde están los demás chicos y chicas, les saluda cordialmente, y felicita a los que ya han actuado de forma sincera y educada. Al ver que Haruka está hablando con una persona que no conoce, se limita a levantar el brazo para darle ánimos para su próximo número, y espera a que Jason llegue con la moto

Bueno, chicos y chicas, espero que os lo estéis pasando bien os pregunta, haciéndole un  gesto a Jason de por dónde tenía que acercarse con la Harley para tener menos problemas y quedar ya encarado para actuar

¿Tiene suficiente gasolina la moto? Le pregunta al chico, mientras le sonríe divertido ante la broma privada…

Pongo la cerveza a un lado, en la misma moto, mientras me lío un cigarro del nuevo tabaco que me ha dado el Capitán América. Lo enciendo y tras expulsar la primera calada le doy un trago a la cerveza hasta acabarla. La lanzo contra una papelera del parque, encestándola por bien poco (mejor, no habría ido a buscarla joder). Con el cigarro en la boca, conduzco la moto casi casi al ralentí hacia la zona donde deberíamos hacer el maldito número.

Sin apagar el motor, dejo que la misma moto llegue por inercia hacia la posición del Capitán y pongo el pie izquierdo en el suelo. Suelto una pequeña risotada entre dientes.

- Digamos que al menos ya no está en reserva -Continúo la broma, aunque es evidente que nunca he visto que dos cervezas fuesen suficiente para mí. A menos que fuesen dos cervezas de las de Dios Hércules, claro que también fueron tres. - ¿Preparado para un pequeño viaje? -Doy un par de palmadas al asiento que hay detrás de mí y hago rugir una vez el motor. Busco con la mirada a Haruka, encontrándola con un tío con sus mismos rasgos. Le lanzo un guiño descarado, esbozando una sonrisa con inocente maldad después-. He pensado algo mejor. Salto, haces tu truco ése de quedarte en medio y doy la vuelta, volviendo a saltar. Y tú subes a la moto de un salto, ¿te parece?

Éso lo hará más vistoso, más divertido y, sobretodo, más peligroso.

- Cuando digas

-Hank no va a decir nada, así que si algo quieres, tendrás que mojarte el culo.-es mi consejo sabio, meditado y, desde luego, para nada dicho desde la estupidez en la que tengo la cabeza hundida, para Irene.

Cuando pregunta si conocemos la ciudad y tal, yo niego lentamente, mirando un momento a Niobe, porque no sé si ella sí.

-Yo al menos es la primera vez que estoy en Nueva York.-levanto la mano con pesadez, aún teniendo que depender del respaldo de la silla para sostener mi cabeza. Los ojos se me han cerrado y no sé bien cuándo.-Peromolaríasaberpordóndesepuedesalirytal...-suelto de un sólo, con un soplido.

Cuando el chico helado vuelve con la niña me tiende un vaso fresquito al que doy un trago sin siquiera esperar a que me haya dicho lo que hay dentro. Cuando me lo dice ya es tarde; tengo la boca llena, pero no he tragado.
Joder...¿Y ahora? No voy a escupirlo, pero es que nunca he tomado café y he oído que es bastante asqueroso...Valor, Val. Cierra los ojos y traga.

Lo hago haciendo una mueca, y sacudo la cabeza después. Bueno...da igual, está frío y es lo bastante intenso como para impedir que me quede frita en la silla.

Lo que me trae la niña pinta mejor: UN-PEDAZO-HELADO. Puedo quitarme el sabor del café alterándolo con lametazos a esta bestialidad de helado.
Sonrío a Sammy como agradecimiento y le meto un bocado para compensar el tragazo que he metido al café.

Entonces, tras darle M&M's a Niobe, se fija en Bubo.

-¡Eh, Bubo!-le llamo, medio sonriendo.-¿Por qué no bajas y te presentas?-miro después a Nio, tendiéndole el café.-¿Te hace?

Acepto los M&M's que me da la niña, sonriente.

- Vaya... ¡Muchas gracias! - le digo llevándome uno a la boca - Son de mis favoritos - luego miro a Val cuando me pregunta si me apetece café, pero niego - No, gracias, estoy bien.

Dicho esto, me giro hacia el "escenario" para seguir viendo las actuaciones y le hablo a Irene sin mirarla directamente.

- Estoy con Val, deberías tomar las riendas... A veces sale mejor así - comento en relación a lo de Hank - Y también estoy con ella en eso de que molaría saber sitios guays por donde salir.

Bubo parpadea un par de veces antes de alzar el vuelo y posarse en el hombro de Val. Ladea la cabeza a un lado y otro mirando a Sammy, mientras la niña, divertida e intrigada, le imita

Hola! Yo Bubo, ¿y tú? Pregunta de repente la mascota olímpica Val y Haruka amigas. ¿Quieres ser mi amiga también?

Yaaaaiiiii!!!! Mamiiiii, mida! Habla de veddad! Grita la niña entre sorprendida y entusiasmada, mientras da saltos de alegría girando como si fuera una peonza, hasta que acaba cayendo de culo y quedando sentada sin  que por ello disminuya ni un ápice su alegría

Clado que quiedo sed tu amiga! Yo zoy Sammy y eza es mi mamá Idene…

Irene de Haro sonríe, también algo sorprendida Caramba, ésta sí que es una buena mascota! Le dice divertida a Val, mientras contempla como el búho salta del hombro de la chica y aterriza justo en frente de Sammy

Te voy a explicar un cuento de hace mucho, muuuucho tiempo… empieza a decir Bubo, abriendo sus alas para apoyar su narración, que hace que la niña se quede embobada, con la cabeza apoyada en sus manos, y los codos en las piernas…

Y encima parece que le gusta hacer de niñera… es todo un tesoro! Os dice Irene, antes de contestaros al resto de cosas…
 

Una vez Sammy está entretenida con Bubo, Irene escucha atentamente vuestras opiniones sobre Hank y qué hacer, y termina riendo suavemente

Seguramente tenéis razón… tendré que tomar la iniciativa, y me parece… me parece que ya sé qué voy a hacer. En teoría, cuando el acto acabe, Hank y yo tenemos que ir a cenar y tomar algo, pero le cambiaré el plan…

Voy a decirle que vayamos a mi casa a cenar y que cocine él, que lleva tiempo presumiendo delante de las dos de lo bien que lo hace… Alegaré que la canguro no va a venir… y no vendrá porque la llamo ya mismo… y así no tendrá excusa. Trama Irene con una sonrisa decidida, mientras saca su móvil y con rapidez cancela la canguro que había pedido…

Sammy seguramente caerá rendida tras todo el trajín de hoy y, una vez puesta a dormir, en casa, con una buena botella de vino y solos los dos… espero que sea el momento y la situación adecuada…

¿Qué os parece mi plan de batalla, chicas? Os pregunta con absoluta confianza y sinceridad

Tras discutir un poco más sobre el tema, Irene pasa a explicaros un poco los sitios que ella considera que os pueden interesar más para salir…

Vamos a dejar el tema cultural para otro día, y pasaremos a los locales de ocio que más os pueden molar, ¿eh?

Llama a uno de los voluntarios y le pide que traiga un plano de la ciudad, de los que reparte el ayuntamiento, y al poco, os lo traen. Con él en la mano, ella os va marcando los lugares y os da pequeñas explicaciones de ambiente, música y demás…

Bueno, estos son los locales que creo os pueden gustar más. Además, claro está, no hay que olvidar Coney Island, que es algo diferente, en plan atracciones, casetas de feria, y cosas así… pero tiene su encanto y es muy divertido para ir en grupo…

Mientras os habla, busca en el interior de su bolso y, sacando una tarjeta que veis que lleva el emblema de la Naciones Unidas, la firma por detrás y os la pasa

En algunos de los locales que os he dicho os podéis encontrar con restricciones al entrar, o que os digan que se trata de una fiesta privada. Ni caso… pedid que venga el encargado de seguridad y mostradle esto, y tendréis paso franco sin problemas.

Podéis dar mi nombre, claro está, si os lo preguntan, aunque esa gente conoce muy bien mi firma… Gajes de trabajar en la ONU y tener que hacer a veces de guía de diplomáticos que quieren conocer la noche de la ciudad tras una jornada agotadora… os comenta, guiñando un ojo

Estáis acabando de hablar de bares y discos cuando aparece Hank, que se queda sorprendido al ver a Sammy ensimismada ante la historia que Bubo le está contando

Caramba, desde luego parece que aquí todo el mundo se lo está pasando bien. ¿Planeando qué hacer más tarde, chicas? Pregunta el Dr McCoy de forma completamente inocente
 

Le hago un gesto de sentarnos en la mesa a mi tío, cuando se marchan Bobby y Clint, aunque eso no impide que les siga con la mirada hasta que salen fuera de mi visión. Yo también me siento, lo más correcta y educadamente posible. Sonrío afablemente cuando me acaricia el pelo.

-Oh, el profesor McCoy le llamó entonces... Nadie me dijo nada, la verdad, pero me alegro de que viniera- sonrío de nuevo, con sinceridad. Le escucho con sincero respeto y se me escaparian las lágrima al nombrar a mis padres si no fuera porque no recuerdo como se hace eso, llorar, pero si pudiera, seguro que este sería el momento, con esas palabras.

Veo a lo lejos como Jason me lanza un guiño, va a empezar en breve su número, le respondo con una sonrisa juguetona y alzando una mano, haciendo el signo de la victoria, para animarle. Vuelvo en seguida y disimuladamente a la conversación con mi tío.

-Gracias- inclino la cabeza, como muestra de agradecimiento, algo arrebolada. Al poco centra la atención de la conversación en la cajita y la abuela, o mejor dicho su contenido.

-Me dan bien de comer, no se preocupe, hasta consigo leche de soja y tofu- río algo por lo bajo, algo más alegremente. Sí, ese comentario es de la abuela, a pesar de todo.

-Los dulces... - balbuceo por unos segundos -Ooohhh son mochis?! la abuela ha cocinado mochis para mí?!- casi me muero de la emoción. Madre los hacía muy de vez en cuando, en algún ataque de nostalgia, pero los de la abuela los superan de largo, son perfectos. Cojo la caja y la abro sólo para mirar y oler los mochis.

-Oiiii son mis favoritos los ichigo daifuku* y los de té verde!- me relamo sólo de pensar en lo ricos que estarán cuando se fundan en mi boca al comermelos... Vuelvo a cerrar la cajita, con un suspiro de felicidad y expectativa de muerte por mochis en un rato, tras la actuación. Debería compartirlos pero tengo mis serias dudas de que a ninguno de mis "nuevos amigos" les gusten los mochis, "pero bueno, al menos les ofreceré, sólo espero que no los escupan o algo peor... Y eso sería una ofensa enorme contra los mochis de mi abuela! Puede ser muchas cosas pero sus mochis son lo más gloriso que te puedas encontrar en el universo!".

Pongo algo de cara rara con la mención de la escuela y de Hank, especialmente ante las altas expectativas de mi tío, no sabía que esperara tanto de mí, y más tras la actitud de la abuela de tenerme encerrada en casa para que los vecinos no se enteraran de que su nieta era un bicho raro. Eso me hace dudar, sobretodo porque cuando el Acto acabara quería hablar del tema con Bobby y Clint, ahora me siento culpable por no querer ir a la escuela.

-Claro, podemos hablar luego, hay tiempo, tío Jin- sonrío de nuevo, con dulzura. Me levanto para seguir sus "órdenes".

-De acuerdo, vuelvo en un rato!- me despido de forma educada, le doy un abrazo y con la caja en una mano, me encamino hacia el escenario.

Río un poco al ver a Bubo entretener a la niña a rollo cuentacuentos. Al menos la tendrá ocupadita y no me pedirá que le haga otra ilusión. ¡Si, descanso!

Levanto el pulgar ante el plan de Irene.

-Vale, vale, vale; demasiados detalles.-le digo cuando pregunta, porque aún no tengo la cabeza en su sitio y he tenido una imagen mental poco agradable.-Pero mola.-alzo el pulgar.-Suena a buen plan.

Entonces Irene nos da una lista de lugares y una tarjeta, y observo cada nombre que va escribiendo mientras apuro un poco el café y me lo tomo con calma con el helado.

Con esto...Miro de reojo a Niobe. Con esto tenemos entretenimiento para cuando nos cansemos de la feria. Va a ser una noche interesante. ¡Y además con pase cortesía de la ONU! ¡Take that!

Cotilleo un momento la lista con Niobe, qué suena guay y qué no, pero cuando se acerca Hank la doblo enseguida y me la meto en el sujetador con la tarjeta que nos ha dado Irene.

-Pues si, un poquito.-respondo igual de inocente a Hank, sonriendo, y recojo mi vaso de café del suelo para ofrecérselo.-¿Café frío?

No me ha dado tiempo a mirar la lista que nos ha dado Irene pero vamos, lo suficiente para hacerme una idea de la clase de fiesta que nos podemos pegar. Sonrío contenta, sin disimularlo cuando viene McCoy porque no puedo; la perspectiva de salir me pone de buen humor. Es lo mejor para estrenar esta "nueva vida".

- Un poco de ocio, ¿no? - comento sin darle mayor importancia, quitándome un momento el sombrero y peinándome el pelo antes de volver a ponérmelo - Además, tenemos que establecer lazos entre nosotros - ladeo la sonrisa.

El Capitán América escucha la propuesta de Jason y asiente Me gusta, buena idea. Lo haremos así!

El Vengador levanta su guante y, al parecer, habla por algún tipo de transmisor y, al momento, en el escenario Miles levanta la mano en señal de haberlo entendido.

Y montando en su Harley tras Jason añade Tú eres el conductor, así que la orden de empezar es tuya!

Desde el escenario, Johnny Depp llama la atención del público sobre la actuación de la pareja, pero al público, nada más ver al Capitán, ya había intuido que su número iba a empezar de inmediato.

La Harley da una vuelta por detrás del escenario para ir cogiendo velocidad y, al irse acercando a la rampa, su velocidad se incrementa exponencialmente, hasta que el rugido del perfectamente calibrado motor de la moto se oye por encima del murmullo de los presentes…

Al entrar en la rampa, el silencio entre los espectadores es total, y el Capitán capta la atención de todos al erguirse sobre los estribos de su vehículo…

Justo segundos antes de que la Harley inicie su salto hacia la otra rampa, Steve Rogers se propulsa a sí mismo de forma increíble y, dando un doble salto mortal pasa por delante de la Harley, para caer en el hueco que hay entre las dos rampas.

Apenas sus pies han tocado el suelo y Jason ha saltado al otro lado, cuatro blancos metálicos de tamaño natural, como los que se usan en las galerías de tiro, se elevan desde la hierba. Tres representan a malhechores y el cuarto, que se encuentra entre los otros, obviamente a un civil.

Aún casi no se han levantado, el Capitán echa atrás el brazo donde lleva su escudo y lo lanza en una increíble trayectoria elíptica que le lleva a derribar primero a dos de los delincuentes, y luego al tercero, tras esquivar al civil, regresando unos instantes después a la mano de Steve Rogers…

El público empieza a irrumpir en aplausos, cuando el rugir de la Harley vuelve a llamar su atención, y todo el mundo se queda mudo al ver cómo, en el justo instante en que Jason vuelve a saltar, el Capitán da un bote para propulsarse y, tras poner un pie en un estribo, se cuelga de uno de los lados de la Harley, para saltar al otro un momento después y, tras un tercer bote, acabar sentado tras Jason, al más puro estilo cowboy!

Cuando el muchacho detiene la moto, el Capitán le palmea el hombro en gesto de reconocimiento y le hace gesto de que conduzca hasta delante del escenario… Hora de una pequeña recompensa, Jason… y hay que disfrutarla…

Al parar frente a donde le dice el capitán, el aplauso es atronador, tanto que casi acalla la voz de Johhny  Depp

El Capitán América, cómo no, señoras y señores! Un aplauso para el más famoso de los Vengadores! Y un aplauso tan o más fuerte para el audaz piloto de esa maravillosa máquina, el señor Jason GreenWood, que ha demostrado tener nervios de acero y una pericia al manillar que ya quisiera más de un piloto profesional Enhorabuena, Jason!

El Capitán se baja de la Harley y saluda al público, mientras un grupo de chicas se acerca y rodea a Jason, pidiéndole algunas su autógrafo, y otras, algunos datos más personales…

Atiende a tus admiradoras, chico, y luego vete a descansar con el resto. Yo mientras me llevaré la moto, para que tú puedas tener las dos manos libres… dice divertido el Capitán, que ve como Ojo de Halcón ya se acerca para repasar los últimos detalles de su actuación…
 

Hank mira a una y otra chica, parpadeando un poco desconcertado, pero al instante alarga su mano aceptando el café con hielo

Muchas gracias, Val! Me hacía falta tras todo el ajetreo, aunque la recompensa es buena. La gente se lo está pasando de miedo y todos vosotros os estáis soltando un poco… dice sonriendo y mirándoos a las dos, añade

Hablando de ocio… algo me ha parecido oír que luego queréis ir a Coney Island, o algo así… Sin problema, id y pasadlo bien. No os diré aquello de no volváis tarde, porque yo también he sido joven y sé que cuanto más se dice más tarde se vuelve…
Por ello simplemente os diré que lo disfrutéis de forma responsable, y que si hay algún problema, me llamáis al móvil a mí, o al Vengador de guardia, ¿ok?

El Dr McCoy hace una pausa y tras sonreíros de una forma aún más abierta, os revela

Cuando termine el acto, os daré a cada uno unos dólares como modesta recompensa por vuestra colaboración… ninguna fortuna, pero eso os permitirá como mínimo cenar unos burguers y unas sodas y disfrutar de las atracciones de la feria. Y ya que no conocéis la ciudad, un microbús os esperará aquí delante después de comer y que os hayáis cambiado para salir, y os llevará a donde queráis, y luego de vuelta a la mansión sin problemas… ¿os parece buena idea?

Mientras Hank espera vuestra respuesta, oye carraspear con delicadeza a Irene, tratando de llamar su atención…
 

¿Hank? Hablando de nuestro ocio… Vamos a tener que cambiar nuestros planes, porque la canguro no vendrá… va diciendo Irene, con cara inocente, aunque sonriendo cuando os mira a vosotras dos

Y he pensado que ya que tango presumes de tus spaguettis a la McCoy, podríamos cenar esta noche en casa. A Sammy seguro que le haría mucha ilusión verte cocinar y sería lo más cómodo para los tres…

La niña, pese a parecer completamente ensimismada en el cuento de Bubo, se gira un instante y levanta los brazos alegre

Zí, zí! Ezo! Que Hank cocine pada nozotras, y pada Odejitaz también!

Hank iba a decir algo, pero las palabras de Sammy acaban por desarmarle

De acuerdo, de acuerdo. El afamado chef Henry McCoy cocinará sus mundialmente alabados spaguettis para todo el mundo, incluido tu peluche, cariño!

Piensa si hay algo que tengamos que comprar para que nos hagas tu receta secreta, Hank. Puedo encargarlo a la tienda de la esquina de casa por teléfono y lo recogemos de camino a casa… le pide Irene, que aprovechando que Hank se gira para ver a Ojo de Halcón que ya se prepara para su número, os vocaliza sin sonido la palabra GRACIAS

El Dr McCoy asiente, pero su atención se acaba centrando en un par de recién llegados que se acercan al grupo…

Bobby, vete preparando para irte, que Logan ya está aquí… dice Hank, pensando que la chica que acompaña al X Men debe ser otra de las nuevas alumnas que llegaba directamente a la escuela…
 

Ojo de Halcón sale al césped que hay delante del escenario con el arco ya montado y, mientras Johnny Depp le presenta, hace una teatral reverencia al público…

Tras ello empieza a avanzar entre lo que poco a poco parece ser un  bosque de blancos similares a los que utilizó el Capitán en su actuación, y Clint va disparando y abatiendo a los que representan malhechores y respetando a los civiles, entre la admiración del público.

Mientras avanza y dispara en algunos instantes se deja caer al suelo y vuelve a ponerse en pie con una ágil voltereta, utilizando tanto flechas normales como algunas de su arsenal especial: vibradoras, eléctricas, de gas y térmicas.

Una vez terminada la primera parte de su número, entre los aplausos de la gente, pasa a situarse frente a una diana clásica y después de que Bobby aparezca para vendarle los ojos, realiza el clásico número circense del tirador cegado.

Cuando Pájaro Burlón se sitúa enfrente de la diana y Clint carga a la vez tres flechas, el silencio es sepulcral… pero los presentes irrumpen en una salva de aplausos interminable tras que su triple disparo consiga sus objetivos sin alcanzar a la dama!

Después de esto, y mientras Bobby marcha a reunirse con Haruka para su número, Clint dispara varias flechas tipo bengala al aire, y otras creadas para la ocasión que son verdaderos cohetes pirotécnicos, y que llenan  el cielo por encima de los asistentes de luz y color.

Aprovechando que la gente mira al cielo, Ojo de Halcón carga una flecha cable y, apuntando a la parte superior del escenario, lanza hasta allí un cabo, que usa para trepar ágilmente hasta el techo, desde donde saluda cumplidamente al público, entre grandes aplausos y palabras de alabanza de Johnny Depp.

Demostrando todavía recordar su época circense, Clint vuelve a cogerse a la cuerda, esta vez solamente con una mano y un pie, y se desliza hasta el suelo, para reunirse con Bobby y Haruka en el escenario

Bien, espero que os haya gustado! Ahora que ya están calientes, salid vosotras y rematad la faena, que sois lo suficientemente buenas para que se queden de piedra! Dice un sonriente Clint, que besa a su mujer en los labios, y a Haruka en una mejilla…

Pero antes de que se marchen, Clint añade algo más Ah, Haruka, voy a necesitar una ayudante para mi número final… ¿querrás serlo? Es algo muy sencillo que sé que sabes hacer muy bien… comenta enigmático

Bobby mira a Haruka como si no supiera nada del asunto, pero con una amplia y segura sonrisa Venga, cariño, vamos a darles que hablar durante un buen tiempo, ¿de acuerdo? Hemos practicado nuestro número y va a salir de maravilla, así que a salir y a disfrutar!
 

Observo el resto de la actuacion junto a Jack mientras disfruto del helado. Mas tarde oigo a Hank, un poco alejado hablar sobre pagarnos por la actuacion.

Eso esta bien. Asi podre devolverle el dinero a Dorian

La fiesta ha terminado, al menos la parte mas importante de ella, y cada uno esta a lo suyo. Miro el reloj, aun faltan unas horas para la cita de esta tarde, y despues del helado no tengo hambre para comer aun, asi que puedo aprovechar el tiempo que me queda.

Me dirijo hacia el exterior del parque en busca de alguna libreria.

Asiento con la cabeza, cogiendo con fuerza el manillar de la moto y dando la vuelta al escenario con el único fin de encararme y coger algo de velocidad. Nena, ésto será como correrse. Tiro la colilla apagada y hago rugir el motor a la vez que encaro la moto y comienzo a ganar velocidad. A ver cómo te mueves. Veo las rampas, 120. Doy más gas y la Harley empuja de nosotros, no al revés. Entro en las trampas a 145 cuando noto que el Capitán se levanta sobre sus pies y por mi cabeza pasa la curiosa idea de dar un frenazo brusco para ver cómo reacciona. Es un superhéroe, ¿no?

Me acojono cuando él salta por delante de la moto (¡pensaba que saltaría hacia atrás!) al no poder evitar pensar que me choco contra su cuerpo con el conseqüente bochorno de preguntas y "buenas intenciones". Tu padre. Incluso me dan ganas de lanzar una patada hacia su cabeza, pero mi atención se fija más en la rampa de delante. Sin creérmelo (¡las otras veces que intenté algo parecido con una de mis motos arregladas, me caí), suelto un gemido de placer hago vibrar la moto una vez más antes de pasarme de largo, frenando gradualmente para darme la vuelta e ir a buscar el paquete.

Oigo los aplausos de la gente, por lo que doy gas y encaro de nuevo la rampa para jugar sobre fuego. Si sale, ¡hoy peleo! Vuelvo a notar las cosquillas en la barriga mientras el Capitán hace de nuevo una actuación de cómo montar en una moto tras un tío y NO parecer maricones. Oléé.

Me saco las gafas que previamente me habían dejado y se las devuelvo, yo no necesito ésas mariconadas. Si las he llevado es para que no protestaran más, aunque reconozco que han sido útiles. La parte de ir ante la gente ya no mola tanto, pero en fin, supongo que he de dejar al héroe delante de la masa.

- Tan fácil como respirar -Murmuro entre dientes ante las palabras del presentador, haciendo que el motor acalle mis palabras. ¿Por qué no podía dar también mi número de identidad a todos los putos fanáticos del mundo? Ya que estamos, diles a todos que curo con las manos y acabemos de humillarme.

Sentado sobre la moto (aunque con el motor apagado) desde un lateral, con las manos en los bolsillos y expresión de "disfrutar" de contar con miles de ojos observando hacia una posición en la que claramente no puedo esconderme, veo cómo el Capitán se acerca a saludar a la gente. Yoo... bueno, me iba a ir. No me ha gustado que haya dado mi nombre completo ése papanatas de presentador y quería cantarle las cuarenta, pero...

- Tranquilas, tranquiiilas -Murmuro, pasando un brazo por detrás de los hombros de una y otro por el de otra, a mis anchas. Aprovechándome, como siempre, de la situación-. Que hay Jason para todas.

¡Groupies guarrillas! El sueño de todo norte-americano! Pero hay que jugar bien las cartas si te quieres tirar a una. Guarras son, pero calienta-braguetas más. Firmo un par de autógrafos con un simple "Jason 23" en todos ellos. ¿23? Para que piensen que es el tamaño de mi cip..o.. cipo. O para que crean que es mi edad, ¿qué más da? Levanto la vista hacia una que me pide que le diga mi... mi...

Me dan ganas de bajar las manos a las tetas de las dos que rodeo con el brazo, pero no tengo ganas de llevarme una hostia y aunque les guste el sexo más que a mí las peleas, imagino que tienen dignidad. O lo que sea que tengan.

- Es que no me gusta hablar de mí - Y con plena maldad, murmuro: - Descúbrelo por tí misma.

Lentamente como quien no quiere la cosa, llevo mis manos a los bolsillos, aunque en realidad sea para que ella fije su vista en mi paquete. ¡Yo te hechizoooo! Tú follar a mi hoy!

Finalmente, ni siquiera sé qué ha pasado con las chavalas. ¿Las he mandado a tomar por culo? ¿He quedado con una para luego? Hmmm... Hmmmm... Bah. Que le peten, pido a uno de los 'sirvientes' que me traigan dos jarras de cerveza, una para tragármela como si fuese agua y la otra para saborearla. Busco a Haruka con la mirada y me acerco a ella, ignorando completamente a la mujer que hay a su lado.

- Soy la polla, ¿eh? Suerte -Le revuelvo el pelo y, ahora sí, miro a la mujer que hay con ella (Bobby se llamaba?) durante unos segundos y apartarme, viendo que está a punto de ser el turno de la canija. Me acerco a los demás, encogiéndome de hombros como saludo.

¿Cuánto quedará de toda ésta tortura?

Me paro a medio camino para observar el número de Capi y Jason con la moto y como luego es asaltado por un montón de fangirleys, sonrío divertida pensando en lo bien que se lo debe estar pasando rebozándose contra todas aquellas chicas histéricas. Finalmente alcanzo el escenario antes de que empiece el número de Ojo de Halcón. Me acerco a Valary y Niobe. Me inclino para saludar a Bubo, rascándole detrás de la cabeza y acariciándole las plumas del cuello y de las alas.

-Val, quieres un mochi de fresa?- le ofrezco como ofrenda de paz, con una pequeña sonrisa. Creo que sigue enfadada conmigo y no me gusta -No sé si los has probado nunca... Los rosas llevan fresas enteras dentro y los de color verde clarito llevan una crema dulce de té verde- le comento -Son caseros, los hizo mi abuela...

Me muerdo el labio algo ansiosamente antes de volver a hablar.

-No sé si servirá de algo, pero lo siento, en serio, tenía mis motivos...- le digo en voz baja, poniendo cara de perrillo suplicante.

-Te encuentras bien?- le pregunto finalmente, preocupada por su pose medio echada en la silla. Tras eso, le ofrezco mochis también a Nio y luego a aquella mujer que se había presentado con la niña, por educación, y a Hank (aunque siga "enfadada" por su modo de hacer como adulto que es). Luego le ofrezco a Jack y a Miles si quieren probarlos. A pesar de los ofrecimientos, aparto y guardo dos mochis de fresas para Bobby y para mi y uno de té verde para Clint, dentro de la misma caja.

Ma callo en cuanto empieza el número de Ojo de Halcón y sólo abro la boca para vitorear, silbar  y aplaudir con entusiasmo al finalizar éste de forma tan perfecta, como exactamente su mayor fan. "Papá hablaba maravillas de su puntería y tenía toda la razón! En directo es espectacular!" me maravillo en silencio.

-Ha sido genial!- sonrío totalmente sobreexcitada con los medios desplegados por mi futuro segundo padre y le devuelvo el beso con un abrazo breve pero cariñoso.

-Claro pa..- casi se me escapa un "papá" al responderle, por unos segundos me recordó tanto a mi padre, cuando me pedía que le asistiera en sus números en el circo... -Sí, dime qué quieres que haga y lo haré lo mejor que sepa- respondo sonriente, aún algo perturbada por mi propio desliz mental. Inclino la cabeza afirmativamente y me recoloco bien el cinturón con los cuchillos, con el juego ya completado tras haber añadido antes los dos cuchillos que había utilizado en mi poco vistoso número individual. Al levantar la cabeza tras finalizar el preparativo mi mirada se cruza con la de Jason que ya se ha librado de sus fans.

-Está claro, pero que no se te suba a la cabeza, melón- bromeo, sacándole la lengua -Dí mejor rompete una pierna o mucha mierda, esto es el mundo del espectáculo!- sonrío pícaramente. Me saco las sandalias de nuevo, se las planto en las manos a Jason, junto con la caja de mochis, me pongo de puntillas y le doy un beso en la mejilla.

-Cuida ambas cosas como si te fueran la vida en ello o me tendrás que volver a llevar a caballito...- y sonriendo de nuevo, me marcho detrás de Bobby, para iniciar nuestro número.

Aunque mi primera intención era poner la canción de Pantera como música de acompañamiento, al final opto por no decir nada, sin música estará incluso más perfecto. Nada más ser presentadas, sigo a Bobby hasta el centro del escenario, saludamos al más puro estilo circense, cruzando una pierna por detrás e inclinando el cuerpo hacia delante en una reverencia, con los brazos en cruz, con suma elegancia. Tras eso nos colocamos la una frente a la otra y damos comienzo a la primera parte del número, entrecruzando bastones de metal y cuchillos, que bailan al compás de nuestros ritmos perfectamente coordinados. Los primeros segundos aparentan unos simples malabares algo más peligrosos de lo normal pero en seguida se añaden las acrobacias y la complejidad es mayor, un sólo despiste o error de cálculo y cualquiera de las dos puede salir con una oreja o un dedo menos, tal es la peligrosidad del espectáculo que estamos dando. Dos perfectas bailarinas mortales, cubriendo con acrobacias toda la pista, saltando, rodando, alzando una mano, luego otra, sin que ni los cuchillos ni los bastones toquen el suelo en ningún momento.

Repentinamente hacemos un cambio de ritmo, haciendo entrar en escena el combate. Recepción y lanzamiento la una contra la otra, cuchillos rebotando y siendo bloqueados por los bastones de metal de Pájaro Burlón y siendo recuperados por mis manos a base de acrobacias. Lo mismo por parte de Bobby, en de nuevo una perfecta espiral de brillos mortales.

Y para finalizar, atacamos la última parte, donde los cuchillos y los bastones han de hacer punteria en las dianas colocadas expreso para el número. La dificultad? que tanto mis cuchillos como sus bastones han de esquivarse los unos a los otros si quieren acertar los objetivos. Para ello de nuevo, uso de acrobacias coordinadas para esquivar los lanzamientos de una y de otra y así alcanzar las dianas. El número termina cuando cada uno de mis cuchillos se clava en las dianas y Bobby los desclava con golpes de sus bastones, siendo recuperados en secuencia lineal por mi hasta que los tengo todos en mis manos, formando dos bonitos abanicos entre mis dedos, uno en cada mano.

Tras eso, ambas mostramos las armas en nuestras manos, cruzando los brazos delante del pecho, como despedida, esperando que al menos algo haya gustado, bueno eso y yo poder recuperar la respiración por tanto ejercicio seguido, que el primero lo puedo hacer con los ojos cerrados pero éste requería absolutamente cada milimetro de mi atención, agilidad y destreza para no cagarla y que no se me escapara un cuchillo o uno de los bastones de Bobby y fuera a parar al público o a alguna parte de nuestro cuerpo...

Simon se aleja del gentío y, tras cruzar Central Park llega hasta una de las avenidas que avanzan paralelas al parque.

A poco que pregunta, los viandantes le indican la situación de varias librerías cercanas… una más grande, de varias plantas, y un par de más pequeñas.

¿Buscas algún tipo de libro en especial? Porque si es un libro sobre un tema en concreto, por aquí cerca hay también dos o tres librerías temáticas… te informa un amable anciano, que parece del tipo al que le encanta leer…
 

[Conjunta introducción Billy Jean]

Billy: Central Park es enorme. Creo que no he visto tanta gente junta desde que... que... no sé, la última vez que hubo un homenaje a Metallica en el bar donde trabajaba. Si no llega a ser por Logan estoy segura de que me hubiera quedado embobada con las luces o la gente guay que se paseaba por ahí. Al parecer eran todos pro-mutantes; eso me gustaba, me hacía sentir bien. No necesitaba esconderme.

Y es que, a veces, no es fácil olvidar que a tus padres, eso de que fueras "rarita", no les gustaba. Jodidos progenitores.
Llegamos a un punto donde me dejan ir a mis anchas. Me indican más o menos dónde están los que todavía me falta por conocer en la escuela (por el escenario, supongo. A saber donde se meten estos) y me dirijo hacia allí a paso seguro. Otro piti para acompañar, así me caliento un poco, y empiezo a rezar para que no se me rompa el tacón. O para no trastabillar. Como me caiga me voy a cagar en todo.

Me acerco hasta lo que considero el punto de encuentro y consigo distinguir a un tío un poco alejado. También fuma y le da tragos a la cerveza de vez en cuando. A medida que me voy aproximando, me doy cuenta de que podría esculpir piedra en su jodida espalda. Joder con los mutantes.
- ¿Y tú qué? -le cojo la cerveza con suavidad y le doy un trago. Se la tiendo con una sonrisa de medio lado y me paso la lengua por los labios, para deshacerme de los restos- ¿Te has cansado del espectáculo?

Jason: En silencio, les miro a todos. Valary parece medio dormida en una silla, Niobe está con ella... hay otra tía, no la conozco. Una niña. ¡Odio los niños! Y... y... bah, que os den a todos. Con las sandalias de Haruka bajo el brazo, la caja de dulces en la mano y la jarra en la otra, me alejo lo justo para poder sentarme en el césped de detrás el escenario. Ahí, me apalanco a la sombra de un árbol dejando todos los bártulos en el suelo y preparándome un cigarro. Una vez terminado, lo enciendo y le doy un trago a la cerveza.

Enarco una ceja al oír una voz femenina y me roban la cerveza, pero ni siquiera pasa la idea de protestar al ver quién ha sido la que ha hecho algo semejante. Abro la boca aunque al instante la cierro, viendo su sonrisa y cómo se relame los labios. Bajando inevitablemente la mirada a sus tetas y luego a la forma de su cuerpo. Eeeeee... ¿y qué iba a decir yo ahora? Ah, sí, el espectáculo.
- Estaba cansado antes de comenzar -Vuelvo a mirarle las tetas y después, automáticamente, otra vez su cuerpo. Luego la cara. Las tetas. Hmmmm-. Joder, qué buena estás, ¿no?

Espera, ¿he dicho éso en voz alta? Mierda, era un pensamiento. Bueno, dá igual. Como si no hubiese dicho nada más que "hey", me presento:
- Jason. ¿Eres...? - Le doy un trago a la cerveza y se la ofrezco, volviendo inevitablemente mi mirada hacia sus piernas. Joder, es que si no la miro varias veces como que no me lo creo.

Billy: Alzo una ceja cuando hace ese comentario, pero no puedo evitar reírme. Un buen comienzo, sí señor. Haciendo amigos desde el primer momento. Estoy tentada de soltarle algo como "tú también estás para mojar pan", pero me lo callo porque se presenta ya en condiciones y no es cuestión de meterle cizaña al tema. Bueno, vale, en realidad no lo hago porque eh, queda todavía mucha noche por delante
- Billy Jean -digo. Acepto la cerveza como si fuera una sustitución a estrechar manos y me la llevo a la boca-. Billy Jean Jackson. Y no te rías; mi madre era una friki del puto lejías -suelto. Me apoyo en el árbol y le paso la cerveza.
No estoy segura de si es uno de los estudiantes, pero me ha caído bien. Es simpático. Seguro que los demás también lo son. Al final me pegaré una buena bienvenida con estos y todos.
- ¿Eres uno de los "becados"? -pregunto, haciendo hincapié en lo de becados. Hay que ir con cuidado con quién te cruzas; a saber si en realidad es un nazi anti-mutantes, saca un bate de la nada y me infla a hostias.

Jason: Pese a su "no te rías", sí que lo hago entredientes al conectar el nombre Billy Jean con la canción de Michael Jackson, del cual sale su apellido. Billy Jean Jackson. Je. Me abstengo de hacer ningún comentario, más que nada porque no sé qué debería decir en ésta situación y creo que Haruka no estaría muy contenta con la respuesta que pasa por mi cabeza, así que mejor mantener la boca cerrada y los ojos en sus tet...mirada.
- ¿Becado? No, no, obligado -Puntualizo, teniendo en cuenta las múltiples veces que he intentado pirarme y por un motivo u otro aquí sigo-. Aunque se podría decir becado, sí.

No le pregunto un "¿y tú?", porque ya es evidente que sí si lo pregunta, ¿no? Y bueno, si no es así, pues mala suerte, pero si lo es... joder, joder, ¿cómo coño voy a aprobar yo o lo que sea que tenga que hacer en la Escuela si no voy a poder centrarme? Porque a ver, Valary... sí, joder, también me pone. Pero me pone, no me PONE. Niobe... uh, destila más masculinidad que Simon y Miles juntos y algo dice que si intento refugiar a mi soldado de la lluvia en su cueva, me pega. Haruka... coño, es Haruka. Sería como cometer incesto y pedofilia. Y... ¿en qué pensaba? Mierda, otra vez mirando sus tetas.
- Eeee... ¿Así que tú eres la última en "fichar" por éstos tarados? -Apuro la cerveza, rompiendo el vaso contra el árbol (que luego sabemos lo que pasa...) y vuelvo a centrar mi atención en ella. Abro la boca para decirle algo más pero no se me ocurre, así que... - Ven, que te diré quiénes son los demás.

Billy: - Eh, eh, eh -lo cojo del brazo-. ¿Cómo que obligado? -pregunto, entre sorprendida y disgustada- No será esto como una secta en la que puedes entrar pero no salir, ¿no? De esas que te secuestran y esas cosas. Que yo he visto mucha televisión.

Pero en realidad no lo digo por la televisión. No tiene que ver que me haya tragado documentales enteros sobre supuestas comunas hippies que en realidad son grupos de frikis satánicos o que me sepa todos los capítulos de CSI de todas las veces que la han repuesto. No. Lo que pasa es que no me fui hace años de una casa en la que me tenían literalmente encerrada para entrar en otra, por mucha gente como yo que esté. Además, los ha llamado tarados. TARADOS. A ver si esto es como la familia del maldito Cara de cuero y yo no me he enterado por no leer la letra pequeña, o algo así.
- Y dímelo ahora, porque yo acabo de llegar y no quiero volver a pasar por lo mismo.

Pasar por lo mismo. Vale, eso no lo tendría que haber dicho; se me ha escapado. Aunque, sinceramente, no lo va a pillar, así que me mantengo en mi posición con la misma cara inquisitiva que he puesto al principio.

Jason: Me la quedo mirando, mezcla de curiosidad y perplejidad. ¿De qué coño habla? Mira, porque estás cañón, tía, pero no digas cosas raras coño, que me descentro de las formas de tus tetas joder.
- Bueno, comienza a parecerme una obligación bastante soportable -La miro de arriba abajo, con completo descaro otra vez-, la verdad -Y sonrío con malicia-. Nah, es simplemente que ésta gente -Señalo hacia la posición del Peludo y varios adultos-, son unos aburridos. Pero no... está bien... supongo.

Le hago un gesto de que me siga, dirigiéndola hacia donde están todos... o casi.
- Así que nueva... Hmmmm -Me doy cuenta de que voy delante suya. Por dios, Jason, ¿¡cómo se te ocurre!? Así no ves culo. La dejo pasar y, ah, ésto es otra cosa. Miro atentamente cómo se le mueve el culito a cada paso y... vaya, ¿es ésto una erección matinal?

Billy: Suspiro aliviada cuando aclara la situación, y ni me molesto en recriminarle que sea tan descarado cuando me mira de arriba abajo. Si quisiera hacerlo, habría empezado cuando decidió que mis tetas parecían ser más interesantes que mi cara. Sonrío de oreja a oreja e incluso me sonrojo un poco cuando, al adelantarse, tengo un poco de intimidad para decirme a mí misma lo paranoica que soy a veces. Ahora creerá que soy una rarita con razón.

Lo sigo en la marcha hacia el resto del grupo y, con la tontería de antes y el no dejar de pensar entre risitas por lo bajo que soy idiota, tardo en percatarme que ahora es él el que se ha quedado atrás. Noto su mirada fija y, cuando me giro, me doy cuenta de que otra parte de su cuerpo también querría clavarse en mí.

- Siento la paranoia -me acerco a él y apoyo un brazo sobre su hombro, sin dejar de caminar. Estamos casi llegando; puedo ver ya a unos cuantos amodorrados por ahí-. Y... -pego los labios a su oreja- joder, qué bueno estás, ¿no? -susurro para, después, moderle ligera y efímeramente el lóbulo y alejarme rápidamente con un pequeño empujón en el brazo.

Ya daba igual si había ido allí cargada con un puñado de buenas intenciones. Si todos eran igual que Jason, me lo iba a pasar de puta madre

Jason: Me sobresalto al ser pillado de lleno, bueno, no es algo que me importe, pero realmente no pretendía dejar que me pillara. Carraspeo aunque sea evidente que no puedo ocultar lo sucedido, recordando el cigarro medio consumido y apagado que, sin más demora, lo enciendo para ganarme unos segundos. Desconfío en el acto de acercarse y poner su brazo en mi hombro, pero como no veo ninguna intención de pegarme un collejón, me tranquilizo. Aunque no entiendo muy bien tanta cercanía sin conocernos, no es algo que me vaya a quejar. No ahora. Y no con ella, precisamente.

Casi me dan ganas de no presentarla a las demás, sólo para que ninguno intente echar garras ahí donde las quiero echar yo, cabrones mal nacidos! Primero fueron las peleas, luego la diversión y ahora pretenderán quitarme incluso a la única tía buenorra que no parece que vaya a darme un bofetón por intentarlo.
- ¿Paranoia? Eee... claro

Me paro al acercarse para hablarme al oído, imaginando que querrá decirme algo importante como que tiene polla, es lesbiana, que en realidad tiene 80 años pero su poder le hace parecer joven o vete-tú-a-saber. Lo que no me esperaba, sin duda, es que repitiera mis palabras y me mordiera la oreja. Boquiabierto y con el pantalón a punto de reventar, me quedo en el sitio mientras la chica sigue caminando. Incluso siento cierto calor en la cara. Finalmente esbozo una sonrisa y miro al cielo. "Gracias, Dios. Gracias!". Por fin algo menos de remilgos! Recupero el terreno perdido, evitando que se vea lo "contento" que voy a base de sentarme en una silla y llamo la atención de todos los presentes.

- Chavales, chavalas. Ella es Billy Jean Jackson -Mi voz adquiere un tono amenazador al decir: - y partiré rodillas a quien se ría del nombre -para volver a hablar con voz clara al: -, parece que será compañera también.