Partida Rol por web

Flin giró su hacha 180º, y continuó la acción de Nagredog de intentar amedentrar a los enemigos al chocar la pate metálica de su arma contra el suelo.

Al poco rato, todos los enanos siguieron la iniciativa de Nagredog, incluso los que no poseían armas aptas para tal acto, causaban la misma impresión o más al chocar repetidas veces uno de sus puños contra su pecho.

Algunos trasgos se echaron unos cuantos pasos hacia atrás por la confianza que demostraban los enanos. Pero su reacción por el temor se esfumó rápidamente cuando desde retaguardia, unos gritos daban orden de carga.- Aaahhhhhhhh!- Los enemigos vociferaron gritos de lucha, hasta alguna baba de troll lego hasta los rostros enanos, y luego una nueva y quizás la última carga se produjo.

Flin devolvió el grito a los orcos y cargo contra el troll, sin hacer caso a otros enemigos que se le pusieran por delante.

El sonido del metal golpeado y el estruendo ocasionado por nuestras voces, resuenan sobre los gritos de los trasgos. Estos amilanados por la demostracion de entereza y valentia de nuestro ya mermado grupo de valientes enanos, parecen detener su inminente ataque. Instados por las ordenes de su jefe, quizas mas temerosos de él que de nosotros, reanudan su ofensiva.

Al ver a Flin que se lanza al contrataque, alzo mi hacha hasta el cielo, y con un fuerte golpe de escudo sobre mi pecho, me lanzo hacia el enemigo, sediento de sangre de troll.

Girando mi hacha sobre mi cabeza, con un claro objetivo, y sin importarme cuantos caigan en mi camino, corro en direccion al tremendo troll.

En conjunto, la nueva carga no fue beneficiosa para los enemigos, que sólo consiguieron que sus filas mermaran de número.

Flin cargo hacia el troll, y con un fuerte hachazo en su abdomen hizo que la criatura se volviera loca, dejando su defensa a un lado y contraatacando al enano con todas sus fuerzas. Uno de los golpes de la criatura rozo al jefe de los mercenarios, aun así el golpe fue lo suficientemente contundente como para aturdirlo.

Por su parte, los enanos dispararon sus armas contra otro de los monstruos con la buena suerte, que a pesar de que los daños provocados no fueron graves si que consiguieron detener su avance por unos segundos.

En el otro de combate, el hacha de Nagredog formo un gran arco para alcanzar con la mayor fuerza a su oponente, sin embargo tuvo el efecto contrario, ya que a la criatura le dio tiempo de apartarse lo suficiente de la trayectoria del arma, que lo único que le produjo es una pequeña herida superficial. Después fue el turno del troll, el cuál con un garrotazo provocó que el enano cayera de espaldas al suelo, dañándose en tal acción.

El ataque al troll no tuvo las consecuencias esperadas, en lugar de herrirle, habia sido yo el golpeado.

Tras recuperarme un poco y aun con la imagen del troll golpeandome, levanto mi hacha para asestarle un nuevo golpe. El momento me hizo descuidar mi defensa, mi escudo embrazado no me cubre, solo cuelga del brazo, solo espero que eso me sirva para concentrarme en herir al ser.

Con un poco de suerte aun podria salir indemne, y con mas suerte aun, lograr salir de este atolladero en que estamos metidos.

Con unos movimientos cruzados de su hacha por delante y retrasando su posición paso a paso, Flin cambió su modo de lucha a un arte defensivo. Sólo esperaba que pronto volviera a un estado totalmente normal de consciencia, sino no duraría mucho más embestidas de pie y vivo.

Como era de esperar, la formación defensiva de los enanos fue rota por su punto más débil, los comerciantes, aunque por lo menos habían contribuido antes de su caída a reducir el número de efectivos enemigos. Además se unió la mala suerte y el mercenario con arco no pudo detener de nuevo al troll, por lo que este contribuyo a la muerte de los mercaderes anteriores.

Por su contra, un soldado de Belegost consiguió acabar el sólo con dos trasgos en una ráfaga de hachazos. Y Flin pudo  retomar una buena posición de ataque al desviar lo suficiente el golpe de su gran oponente, las cimitarras de los orcos circundantes sólo conseguían mellar su coraza.

Nagredog se levanto, pero viendo que no le daría tiempo a esquivar el brutal garrotazo del troll, su única opción paso por golpear antes que él y que fuera mortal. Y así sucedió, cuando su hacha se incrustó primero en el monstruo tras romper una costilla que fugazmente se alojo en su corazón, matándolo en el acto y salvando la vida del enano. El garrote de la criatura se detuvo a unos pocos palmos de la cabeza del naugrim, para luego caer al suelo como su portador.

Los arqueros orcos permanecían quietos y con sus arcos cargados.

En la mente de todos los defensores se formo el mismo pensamiento.- Ahora que la formación estaba rota ¿duraría mucho más tiempo el combate?-

Ahora la cosa estaba realmente dificil para nosotros, rodeados por unos veinte trasgos, y un par de trolls, por no contar los arqueros que esperaban en retaguardia, junto a sus jefes. Todos ellos hacian mas de cuarenta enemigos.

Nosotros solo eramos siete, y ademas con la formacion rota. No teniamos demasiado que hacer, salvo huir arriesgandonos a que facilmente nos dieran caza, o morir luchando. Esta manada de trasgos no solia dejar a nadie con vida, y el hecho de que nos capturasen, provocaba terror en mi.

Habria que luchar hasta la muerte si era necesario. - ¡Ningun enano sera apresado, luchar hasta el ultimo aliento!- grito a todos mis compañeros mientras continuo repartiendo hachazos a todo enemigo que ose acercarse.

Pese a tener algunos trasgos cerca, corro hacia el troll que habia ayudado a acabar con los comerciantes, el que no estaba luchado con Flin, para intentar asestarle un golpe igual de certero que el anterior.

La vista y sentidos de Flin volvieron a la normalidad, por lo que de forma repentina se lanzo hacia adelante formando con su hacha un gran arco de arriba a abajo.

Flin se dirigía hacia el troll, este rugió mientras abría sus brazos, mala idea, pues dejaba toda su defensa abierta, no estando preparado para lo que le vino después. El hacha de doble filo del enano se alojo con gran profundidad en la cavidad torácica del monstruo tras romper el esternón. En cuanto la saco, el troll cayó de bruces hacia delante, aplastando en su proceso aun trasgo que hostigaba a Flin.

En su camino hacia el troll, Nagredog recibió varios ataques por la espalda y por el lateral, pero la armadura y el escudo del naugrim absorbieron todo los golpes.

Cuando aún no había acabado de apuntar con su arco al rival, un martillazo del troll lo lanzo por los aires, pero aun le dio tiempo de soltar la cuerda y así clavarle la flecha en uno de sus grandes pies. A continuación, el ataque de Nagredog lo hirió en la cadera. Y finalmente, tras la gran sucesión de golpes que había recibido en pocos segundos, a la que se le unió un virotazo, el troll sucumbió y la oscuridad lo invadió por siempre.

Desde retaguardia, uno de los orcos al mando se cansó de que aun no hubieran acabado con los enanos y de que estos hubieran matado a todos los trolls, por lo que con una orden envió a los arqueros a su lado al combate.

Los trolls habian caido, eso golpearia la moral del enemigo. Aun rodeados por una quincena trasgos, la batalla seguia decantandose en nuestra contra. Habia que sobrevivir, como fuese, jamas seriamos apresados.

Cuando su jefe, ordeno avanzar a los arqueros, todo empeoro, si llegaban hasta una distancia de disparo estabamos perdidos, tan solo nos salvaria reguardarnos de los proyectiles tras alguna carreta. Pero los trasgos nos lo impedian.

Echando un rapido vistazo alrededor, intento ver una via de escape, cosa bastante imrpobable. Ademas, ¿Los arqueros dispararian sobre sus propios soldados?, yo estaba convencido de que asi seria, con lo cual busco con la mirada la carreta que antes habia tumbado el troll, y que seria la que mejor cobijo nos ofreceria contra las flechas.

Agarrando el escudo con fuerza, busco mi siguiente victima para asestarle un nuevo hachazo. Lanzo la hoja describiendo una trayectoria descendente, mientras mi escuddo proteje mi cuerpo.

- Parece que aun podremos salir de esta.- Y sin pensarlo más Flin cargo hacia un trasgo solitario.

Aunque el golpe de Flin no fue nada del otro mundo, fue los suficientemente fuerte como para acabar con un enclenque trasgo debido a la precisión del tajo.

Los enanos que ya se encontraban al punto de la extenuación total se vieron abrumados ante la numerosa cantidad de enemigos, y de sus ataques provenientes de todos lados. Sólo pudieron acabar con unos cuantos enemigos más antes de ser asesinados por las viles criaturas. El ballestero ni siquiera pudo defenderse ante la fugaz caída de la formación, y debido también a que estaba recargando su arma cuando se le abalanzaron.

Sin pararse por lo que sucedía a sus espaldas, la trayectoria descendente del hacha de Nagredog fue aumentando de velocidad hasta cortar la pierna de un enemigo. El trasgo se echo las manos a su reciente extremidad amputada, pero poco podía hacer salvo morir tras gritar de autentico dolor.

-Sí, consiguen aislarnos estaremos perdidos.- Pensaba mientras recordaba los últimos gritos de los muchos y buenos naugrim que habían muerto esa noche.

- ¡Nagredog, espalda contra espalda!- grito mientras descargaba un nuevo golpe para reunirse con el enano.

Esto era el final, tan solo quedabamos Flin y yo, ya aunqeu feroces, no eramos suficientes para derrotar a todos los trasgos, sin embargo, nadie podria decir nunca que un enano se rindio. Luchariamos hasta el final.

El grito de Flin me dovolvio a la realidad, y rapida y obedientemente, voy hasta su posicion para defendernos. En el camino giro mi hacha en el aire para intentar abrirme camino y de paso rebanar alguanas cabezas, para despues pegar mi espalda a la de mi compañero. Mi escudo, me protegeria de frente, la espalda un enano y nadie osaria acercarse por mi derecha, mi hacha se ocuparia de el.

En su "retirada" hasta Flin, Nagredog acabó con un trasgo con un sólo golpe. Tras retirar la hoja de su enemigo la sangre salpicó a los que se encontraban a su alrededor.

El jefe de mercenarios, por su parte, tras parar con su arma la cimitarra de uno de sus rivales le cerceno la cabeza en un movimiento fluido al boqueo.

Los orcos no consiguieron detener su táctica, y sólo consiguieron realizarles pequeños cortes. Aun así el cansancio que acumulaban sus cuerpos por la lucha hizo el dolor de esas leves heridas se intensificará. Cada vez que levantaban de nuevo el arma para atacar les costaba más.

De detrás de la carretas llegó una nueva orden, pero esta vez no era simplemente un grito gutural, sino que fue acompañado de palabras. Los arqueros que corrían a ayudar a los suyos se pararon, quizás debido al significado de dichos vocablos.

Flin, conocedor del idioma trasgo en las ordenes de combate aviso a Nagredog de lo que iba a producirse.- Parece que se han cansado, chico. Cubrete.- Y nada más decir esto un silbido de flechas se escucho por la zona.

Aun así, el enano lanzo un ataque antes de protegerse.