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El salto por parte del enano no pilló desprevenido al edain, que de forma presta desenvainó su espada y se dispuso a cargar con su fiel caballo.

Al ver caer al noldo de su montura, los orcos lo dejaron de lado para centrarse en el resto del grupo.

Reran espoleo a su caballo, realizando una carga corta pero eficaz. Ya que amputó el brazo armado del orco, el cual instintivamente solto el escudo y se llevo la mano a la herida para parar la gran hemmorragia, sin embargo, nada podía hacer como se comprobo medio minuto después al llegarle la muerte  ya  en el suelo  entre grtios de agonía.

Arzarin saltó del caballo mientrás realizaba un ataque descendente que paro su enemigo con el escudo, y este hizó bien ya que ni siquiera tal protección le salvo de una fractura en esa extremidad.

En ambos combates, los orcos sólo pudieron realizar rasguños con sus cimitarras en las magníficas corazas de sus contrincanes.

Conocedor de la habilidad en combate de sus compañeros, y que por la tanto no necesitarían de su ayuda para encargarse de los orcos del camino, se introdujo en el bosque en busca del arquero.

El elfo se movía con rapidez de árbol en árbol para intentar no ser descubierto, y si fuera así que fuera más difícil que el virote le alcanzará. Aunque también estaba atento en su búsqueda del orco.

El humano armó de nuevo su brazo y lo descargo hacia el orco con una estocada.

Viéndose rodeado, Arzarin cogió su escudo de su espalda mientras que a su vez utilizaba su martillo para mantener a distancia a sus atacantes.

El mago vió entre toda la maleza a 3 orcos con arco que estaban apostados sobre las ramas de algunos árboles.

Arzarin aprovecho el retroceso de su martillo del choque con el orco para girar todo su cuerpo apoyado sobre las puntas de sus pies para a la vez coger el escudo de una forma rápida, además de espectacular, y realizar con su arma un gran arco.

Los orcos que rodeaban al enano, temiendo el golpe letal de su arma se echaron unos pasos hacia atrás. Acto que confirmó la eficacia de la acción defensiva del khâzad.

En el otro combate, la estocada de Reran alcanzo a su oponente, produciendo un tajo en su costado que no llego a más por su rapidez. Los orcos atacaron, pero sin efectividad alguna, debido en parte a la ventajosa posición del humano.

En última instancia, un orco, que había permanecido escondido y que se había subido hasta una rama por encima de la posición de Reran, salto yendo a parar detrás del hombre. Tomando así una posición ventajosa que no pudo aprovechar en estos primeros instantes debido a que tuvo que recuperar el equilibrio para no caerse, agarrándose a la capa del caballero.

Los orcos que ya habían recargado las flechas de sus arcos, se dieron cuenta de la presencia del elfo, apuntándole todos ellos y descargando su munición sobre el "intruso".

Cambió drásticamente su táctica de combate, al pasar de una defensa total a una ofensiva de iguales características.

Ante el temor de convertirse en un alfiletero y sabiendo que no tenía tiempo de ponerse a cubierto, Beren alzó su cayado y utilizo su poder para crear un muro invisible al frente.

!Maldito orco!- exclamó el humano. Luego, intentado mantener la calma que en muchas ocasiones le había salvado la vida, y el equilibrio, intentó deshacerse del orco.

Las flechas surcaron el aire en la buena dirección, formándose instantes después una cara de satisfacción en los orcos, que cambio de forma brusca a una de resignación cuando las flechas fueron repelidas por la magia de Beren.

Dos de las saetas fueron desviadas por el campo de fuerza creado por el bastón del noldo, mientras que otra simplemente se paro y cayó al suelo cuando llego a la altura del muro invisible.

El orco montado a la grupa, agarró con su brazo izquierdo el cuerpo de Reran, mientras que con su mano diestra intentaba darle una puñalada en el pecho.

Pero el guerrero edain interpuso su espada en la trayectoria del ataque, para luego sin demoras inclinarse levemente hacia delante para coger fuerzas para darle un cabezazo al orco, cuya consecuencia fue la caída de este y que Reran tuviera que esforzarse por mantener el equilibrio.

Mientrás, el caballo del guerrero mantuvo alejado a los enemigos de su amo, girando. Aunque por esta valiente acción sufrió varios tajos en su cuerpo. Además, cuando su jinete tiró a su agresor, sus cascos dieron por casualidad en la sien del orco, el cuál murió en el acto.

La acción de Arzarin no pilló totalmente por sorpresa la orco, el cuál pudo amortiguar bastante bien parte del golpe con el escudo. Y como ya era habitual en esta lucha, los orcos no podían atravesar la formidable defensa del enano.

El instinto del mago hizo que sin pensar, sus labios comenzaran a formular un conjuro que le librará rápidamente de los orcos.