Partida Rol por web

Llego hasta la posición del Subjefe sin más contratiempos que unos pocos arañazos en mi preciosa armadura, ocasionados por los dos lacayos que el verdoso asqueroso tiene bajo su mando.

Me encuentro cara a cara con el subjefe y tras otro intento de alcanzarme por parte de uno de los lacayos del goblin, éste, tambien se dispone a hacerme frente ferozmente, pero se topa de bruces con mi brillante armadura que soporta el golpecito sin más problemas que un pequeño rasguño - Maldito bicho, me has arañado la armadura ¡¡lo pagaras con tu vida!! -

Tras estas palabras, agarro firmemente mi espada y mi escudo y me dispongo a lanzar uno de mis más temibles ataques. Ttras una pequeña plegaria para conseguir que mi poder crezca y hacer más daño al goblin que tengo frente a mi, lanzo una terrible estocada.......

Zannan ya se había enzarzado con el jefe goblin, así que era el momento de actuar. Ando unos pasos hasta estar más cerca del fragor de la batalla y conjuro una potente onda, cuyo ruido ensordecedor restalla en mis oídos y golpea a uno de los goblins, lanzandolo varios metros hacia atrás.

Se desplaza unos metros a su izquierda hasta tener al jefe al alcance y le lanza el más potente de sus golpes. El arma alcanza el objetivo aunque no con la fuerza que esperaba. Aún así, aprovecha la defensa levantada y lanza otro potente golpe en el mismo sitio. Ha conseguido dañar al trasgo, y sobre todo ha conseguido marcar a los demás el camino.

El tiflin se vale de su velocidad y de la oportunidad que tiene contra el enemigo que permanece inconsciente.

El goblin vuelve a la batalla despues del potente poder que el mago utilzó contra él, se mueve pesadamente para tener al paladín a tiro y le apunta con una de sus jabalinas. El goblin chilla de alegría cuando ve su jabalina clavándose en la espalda del enano paladín.

Este goblin se encuentra bastante malherido pero sabe que no puede dejar solo a su jefe, rápidamente arremete contra el Señor de la guerra que está parado a su derecha.

Continúa atacando instintivamente al paladín que parece estar volviéndose más resistente que nunca. El Subjefe levanta su espada contra él y le da un duro golpe, el golpe es mucho más potente de lo que parece, deja una profunda herida en el hombro del enano y la sangre emana en gran cantidad.

El combate estaba empezando a tomar un color feo. Estaba trabado en combate con el Subjefe y un combatiente. De repente, uno de los ataques de Alatar, me quita de encima al combatiente - Bien, esto me dejará un poco de espacio para poder atacar al subjefe sin preocuparme del combatiente - pensaba tontamente feliz, mientras el goblin desplazado comenzaba a tomar una muy buena posición contra mi espalda, la cual tenía desprotegída.

Sin darme esperarmelo ni mucho menos, sentí un terrible dolor en mi espalda. Algo había conseguido atravesar mi durísima armadura y llegado a impactar contra mi carne, solté un gran rugido de dolor - ¡que ha pasado! Mierda, Alatar lo ha puesto en una situación más ventajosa de la que gozaba cuando estaba junto a mi..... - pensé mientras un dolor insoportable subía de mi espalda hasta llegar a lo más profundo de mi cerebro. En ese preciso instante, el Subjefe aprovechó mi baja guardia para asestarme un tremendo golpe que me deja en un estado desastroso. - ¡¡Maldito Alatar!! como salga de esta le meto el escudo por el culo y le doy vueltas.... - pensaba totalmente enfurecido, por el desenlace que ha tenido la acción de Alatar.

Me consigo recomponer como buenamente puedo, me concentro en mis heridas haciendo que mi cuerpo reaccione para detener las hemorragias causadas.

Fijo un nuevo objetivo con el orbe en la palma de mi mano. Un aire helado se arremolina en torno al objeto  mágico y un rayo de color blanco-azulado se estrella directamente contra el goblin hoja negra, cubriendo a la criatura de escarcha y helandolo hasta la muerte - Uno menos - susurro con voz lúgubre. 

Recibe un fuerte impacto que le hace sangrar a borbotones, pero se repone para intentar ayudar a sus compañeros. El enano también parece especialmente malherido.

- ¡Vamos Zannan, demuéstrale a este malnacido de qué están hechos los enanos!

Acto seguido, da un paso a su izquierda para atacar por la espalda al líder de los goblins, aprovechando que parece especialmente entretenido con su compañero.

Tras haber recibido la tremenda estocada por la espalda del combatiente y despues de haberme comido, literalmente, el arma del Subjefe, me concentro unos instantes en mis heridas las cuales comienzan a sangrar bastante menos, pero sin curarse del todo. Miro al subjefe con cara de loco - ¿te crees que vas a conseguir reducir a un Enano con un cuchillito y un pinchito por la espala? ¡¡HE HE HE!! - comenté y reí fuertemente, mientras agarraba mi precioso martillo de guerra. Lo levanté sobre mi cabeza y.... fffiiiiúúúúúúúúú.... como un relámpago, el martillo se abalanzó sobre el goblin y desplazó todo el aire que se interponía entre él y su enemigo y consiguió un tremendo impacto contra bicharraco verde - ¡¡te voy a aplastar como se aplasta a un sapo verde!! - le comenté con los ojos inyectados en sangre.

Tras el feroz ataque, veo como Keward se sitúa tras el subjefe y me anima a seguir así.

Mientras Zannan y Keward se concentran en curar las heridas del enano y atacar al subjefe de los goblins, Alatar aprovecha la oportunidad para deshacerse de uno de los goblins Hoja Negra, despejando el terreno cada vez más. Los goblins se encuentran en graves problemas.
 

El tiflin ve al goblin combatiente lanzando una jabalina al enano e inmediatamente toma uno de sus shurikens y se lo lanza al enemige. El Goblin emite un chillido cuando el shuriken le corta el cuello y hace desangrarse hasta morir.

El subjefe goblin queda completamente sólo y rodeado, la desesperación le hace cometer errores, da media vuelta para atacar al semielfo y en ese momento siente un calor radiante que le quema las entrañas. En cuanto ataca a Keward ese mismo ardor le hace fallar el golpe. Su final es inminente, él sólo no podrá contra estos fuertes enemigos.

El combate estaba ya bastante favorable a nosotros. Solamente quedaba en pié el subjefe gracias a los ataques de los compañeros contra los lacayos de éste último que había sido reducidos a tripas y cenizas.

Prácticamente recuperado de mis heridas gracias a mi concentración y a Keward, vuelvo a alzar mi martillo contra el subjefe, que gracias a nuestros atraques estaba ya en un estado bastante deplorable, pero todavía le quedaban fuerzas para seguir en pié y esquivar el furioso ataque que le lanzaba.

Alatar y Davorin se encargan del resto de goblins, dejando al líder sólo contra los cuatro. El combate está bastante desequilibrado, por lo que debemos aprovechar la ocasión.

- Voy a machacarte, rata asquerosa. Se acabó aterrorizar a esta gente

Aprovechando de nuevo mi ventaja, lanzo un perfecto tajo que impacta justo donde quería.

Los aliados del subjefe goblin ya habían caído y tan solo restaba él. Keward y Zannan ya lo tenían flanqueado y sería cuestión de tiempo acabar con el enemigo. Sin arriesgar demasiado, conjuro una pequeña bola de energía arcana que se dirige infalible hacia el goblin y se estrella, causándole daño.

Una seguidilla de golpes impacta contra el subjefe goblin que se encuentra completamente sólo, el tifling se une a la golpiza de inmediato, apelando a su ira racial consigue propinarle un duro golpe al enemigo.

Uno tras otro van golpeándolo y el subjefe siente la muerte acercándose, intenta por todos los medios posibles llevarse a una víctima con él. De inmediato nota que el tiflin que lo atacó se encuentra bastante herido, entonces arremete contra él. Con un duro golpe consigue provocarle otra herida.