Partida Rol por web

Me quedo un poco consternado con las palabras de la jovén. Me hacen recordar la historia de mis padres.

Hará un tiempo mi madre fue convertida en pájaro por una malvada bruja, mi padre en un intento de rescatarla cuando se acercó al castillo se quedó paralizado, como petrificado... la bruja aquella noche le quitó el embrujo y mi padre juró volver a por su amada.

Finalmente encontró una forma de rescatarla y era con esa flor, esa flor neutralizaba esos hechizos. "Quizá... quizá la flor pueda desencantar a este pueblo" pienso después de recordar la historia de mis padres.

-Eolande, creo que podemos hacer que vuelvan a la vida todas estas personas. La flor que buscamos logró soltar de sus ataduras a mis padres hechizados.- Siento que puedo hacer algo por estas personas, por lo que, de nuevo, vuelvo a contar más cosas de las que debiera. -Si quieres puedes venir con nosotros. Seguramente nos puedas guiar por estas tierras mejor que nadie y con tu ayuda conseguiremos la flor. ¿Qué me dices?- busco con mi mirada la aprobación del capitán aunque nuevamente me haya adelantado a proponer cosas. Seguramente como el fin es salvar vidas estará de acuerdo ¿no?

Mientras, Púa busca a la osita con intención de jugar. Se mueve veloz por todos lados para llamar su atención y de vez en cuando gruñe en señal de amistad.

Me puede más la vergüenza que la emoción por descubrir que Mary sigue vive.

Azorada por el encuentro simplemente me vuelvo a vestir y no digo ni una palabra.

Me aclaro la voz y digo antes de irme de allí.

- Mary, me emociona mucho que sigas viva. En el fondo de mi corazón lo sabía. Si me disculpáis...

Y me marcho corriendo en busca de mi hermano con los ojos anegados de lágrimas.

Selina sale huyendo del lugar a punto de llorar y todo porque ella les ha interrumpido. Se siente muy culpable así que sale corriendo detrás de Selina para tratar de disculparse, de preguntarle qué le pasa aunque ya lo sabe. Seguro que se siente azorada por haber sido descubierta en tan íntima situación... ella también lo estaría. Es más, ella ha huido por haberlas descubierto así.

-¡Selina! ¡Espera!

Su amiga es más rápida que ella así que solo puede seguirla.

James salió de la entrada de aquella ciudad bastante molesto, su anfitriona no había escatimado en forma de demostrar que su presencia no era bien recibida en sus dominios, pero al capitán tampoco le agradaba esa extraña, no sabía quien era, ni que había pasado en ese castillo, sólo había visto los cuerpos transformados en piedra y cómo Didac había caído rendido ante la belleza sobre natural de Eolande, pero James no era tan sencillo de engañar, para nada , estaba acostumbrado a convivir con bellezas sobre naturales, las sirenas eran de las criaturas más preciosas de Landover, había besado a una de ellas, había acariciado su piel húmeda y tan suave como la más fina de las cerámicas, había acariciado sus cabellos sedosos, y bebido de su boca, de sus labios, por eso una extraña que aparece de la nada, no podía encantarlo, pero lo mismo no podía decirse de Didac, lo que era frustrante, porque ahora, si esa tal Eolande podría ser una aliada de la reina Roja, y con el bocaza de Didac, sabría que hacen ahí.

Camina James por el sendero que antes recorrieron, hasta el punto en donde sus compañeras se habían separado del grupo, y aun mascando rabia, intenta buscarlas, sólo siendo guiado por la voz de las chicas y de alguien más, una voz que no pensaste volver a escuchar... Mary...

James corre por los arbustos hasta dar con el grupo, Selina se encuentra de lleno con James, estaba sonrojada y con la roma a medio arreglar, más bien a medio vestir, mientras que Eizhan estaba más lejos a medio vestir, sólo con sus pantalones puestos y la blusa a medio abrochar, que por lo demás tenía un hermoso cuerpo, fibroso y pechos turgentes, sus rizos caían por sus hombros hasta su cintura, pero lo que en verdad  sorprendió al joven fue encontrarse con Mary, en cuerpo y alma, ahí, corriendo detrás de Selina, vestida con unas extrañas ropas que dejaban a relucir su piel clara y claro,  que sólo ayudaban a resaltar su belleza, y ahora las escamas color madrepierna que adornaban sus mantorrillas, y por los costados de su cintura, también había en sus brazos, como muestras de su origen marino.

Se quedaron todos mirando en ese silencio incómodo que antecede a cualquier reacción ante una situación límite, no sólo porque James aparece de la nada, encontrándose con Eizhan a medio vestir, y a la misma Selina casi igual, sino porque descubre que la sirena estaba viva y con sus dos piernas.

Se detiene de pronto al ver que Selina ha topado de lleno con James. Su corazón comienza a latir más deprisa y se tapa con la capa de Eizhan para cubrir esa vestimenta tan poco adecuada para alguien como ella... aun no entiende porque Locasta la vistió con esa ropa. Se sonroja levemente al verle y se mantiene en su sitio, sin atreverse a moverse, a dar el primer paso hacia él.

Recuerda que desde que salió por la noche del camarote hasta el momento en el que cruzaron los remolinos de agua no le ha dicho nada, aunque recuerda una única mirada. Piensa que quizá hizo algo mal que el capitán le tiene en cuenta y eso no es algo que le guste.

Abre los labios como para hablar, pero al final no dice nada.

Sentí cierto malestar en mi cuerpo cuando escuché sus palabras. Shea lo notó, lo que provocó que alzase la cabeza para observarme con gran atención. Lejos de querer preocuparle bajé la mirada hacia ella, haciendo un gesto con mi cabeza de forma lenta, tras eso le piqué el hocico a la par que la invitaba a ir a jugar con Púa. Ella muy a su pesar lo hizo, lenta se levantó desperezádose, para después salir tras su amiga, en un juego de pillar y escapar. Eso provocó que riese suavemente, olvidando por un instante mis preocupaciones y pesares. Yo también quería ser cómo ella, disfrutar de la vida, ser libre... Cerré unos instantes los ojos, para después mirar a Didac.

Pese a todo lo que bombardeaba mi mente, sobre mis labios apareció una sonrisa bastante tranquila.- Acompañaros... Al bosque...-Nuevamente miró a su pueblo ¿Y si esa era la solución? Algo hizo que su corazón se encogiese, pero no dejo verlo. Nuevamente miró a Didac.- Allí donde deseáis ir... Es un lugar peligroso ¿Tan valiosa es esa flor? ¿Por qué la perseguís de esa manera? Darme un motivo por el que deba acompañaros y guiaros. Uno que se sostenga... Y os ayudaré a cruzar.-Shea volvió a mi, golpeándome con el hocico. La miré, pero esta vez no sonreí, solo la acaricié, cómo haciéndole ver que estaba bien.-Tranquila pequeña... Estoy bien. Ve a jugar, la hurona te espera..-La osa mordió mi mano con suavidad, en un gesto de cariño, lo que me sacó la más cálida de las sonrisas.

Se notaba que Eolande estaba compunginda. Solo su pequeña osa lograba alegrar esa dulce cara, no podía evitar encontrarme mal a la hora de darle esperanzas, al fin y al cabo no estoy seguro del poder que alberga esa flor. Aunque si la busca tanta gente será mucho.

-¿Te parece poco ayudar a tu pueblo? Pienso que esa flor podría ayudarnos a desencantarlos... Nosotros por nuestra parte la queremos para combatir el mal de Landover, queremos que nuestro mundo vuelva a ser como antes y necesitamos la flor para ello.

Observo detenídamente a nuestras mascotas.

-¿Sabes? Antes era así, mi hermana y yo jugábamos sin parar retozando por la verde hierva, saltando de árbol en árbol. ¿A caso no te gustaría que volviera todo aquello? ¿Qué algún día nuestros hijos puedan tener una infancia feliz?

Bajo mí mirada y hago una pausa en mi voz.

-Ese es mi gran deseo, además quiero vengar a mis padres... ellos fueron asesinados sin piedad, esa flor tiene que ser poderosa, ellos la buscaban.

No sabía que me sorprendía más, si ver a Mary caminando de nuevo, o a Eizhan y Selina salir de entre los matorrales después de retozar juntas...

- Me teníais preocupado. - Reproché a las dos féminas.

Me acerqué a Mary intantando evitar mirar a Eizhan y Selina. Aquella era una situación abastante incómoda.

- Me alegro de verte Mary, tenemos una conversación pendiente. - Dije a la sirena. - ¿Hablamos ahora o prefieres esperar a un momento más tranquilo?. -

-A... ¿ahora? - se muestra dubitativa.

Quizá sea mejor acabar las cosas pendientes, las conversaciones... aunque ella no tenga mucho que decir. Baja la mirada, aun con las mejillas sonrojadas por verle, pero entonces recuerda que fue a encontrarse con la Reina cuando debía cruzar los remolinos y que ni siquiera le dijo nada. Se entristece un poco al pensar que quizá haya cambiado su parecer con sus palabras de la noche anterior.

Sí, quizá lo mejor sea hablar en ese momento, no dilatar más las cosas. No es bueno estar esperando por cosas que posiblemente jamás pasarán.

-Será mejor un lugar tranquilo... - dice con un tono entre la voz alta y el susurro.

Se queda mirando a James con un gesto de " ¿ Qué culpa tengo yo ? "

Tranquilamente y sin ponerse nerviosa, se arregla del todo bien la ropa.

Es una buena idea, vosotros dos tenéis que hablar de muchas cosas, iré a recolectar fruta e iré de caza, necesitaremos comida extra. - dice Eizhan, dando unas palmaditas en la espalda a Mary, como diciéndole " valor".

Volveré al campamento en un momento, mejor recuperar fuerzas y alimentarnos bien, para lo que nos depare esta Isla... - dice Eizhan ya partiendo para cazar y recolectar frutos.

Se sentía en el fondo molesta por la huida prematura de Selina.. ¿ tan horrible era ?

Mientrs conversan, Anthony les dice que debe ausentarse, que irá a buscar al resto porque demoraba mucho en llegar y aunque estaba entretenida la conversación, deseaba saber que sucedía con James y las chicas, que ya debían de haber vuelto.

- ¿Otra vez el a recolectar y a cazar? Eso me suena de algo. - Dije irónicamente.

- Esta vez iré contigo. Quiero que hablemos de algo. Sólo dame un segundo con Mary. - Esperé a ver si Mary quería hablar ahora o prefería otro momento. Creo que lo segundo sería lo mejor, pues había que preparar muchas cosas todavía y quedaban otras tantas por solucionar.

- Hablaremos esta noche mejor Mary, en el campamento. Tendremos más tiempo y calma. - No esperé respuesta, la verdad es que me costaba mirarla a los ojos después de lo que le había hecho. Como un cobarde me di la vuelta en busca de Eizhan.

-Como... como tú veas, James... - susurra.

Parece que es más importante hablar con Eizhan sobre el tema que tengan que tratar que hablar con ella así que se hace a un lado para que ellos puedan irse y mantener esa conversación. Ha sido bastante tonta al creer que Eizhan tenía razón y que James se alegraría de verdad al verla de nuevo. Quizá se ha equivocado en volver...

-Iré... iré al campamento a saludar a los demás.

Se acerca a Selina para ir con ella, si es que no se ha ido azorada por el repentino encuentro.

- James, ¿dónde está mi hermano? Espero que no esté solo, no sabemos lo peligroso que puede ser este sitio.
Y sí Mary, pu... puedes venir conmigo.

Me acerco hasta Mary y le doy el abrazo que tenía que haberle dado hace unos minutos, en cuanto apareció.

Mientras todos conversaban y se daban la sorpresa de que Mary estaba entre los vivos y con piernas, se escuchó de nuevo ese rugido terrible que antes escucharon desde las montañas, ahora provenía de demasiado cerca que erizaba los vellos de la nuca, que los detuvo a todos en sus acciones y conversaciones,  luego de ese rugido, se escuchó un grito aún más terrible,  y pudieron reconocerlo en el acto, era Anthony, el gritaba y sus gritos de dolor se perdían entre los árboles....

El rugido venía desde un punto entre la entrada del castillo y desde donde estaba el grupo de Eizhan y el resto, que habían ido a buscar frutas.

Reconocerías el rugido, era la bestia del bosque de espinas, era tu padre, lo has escuchar  por demasiado tiempo, y ahora, lo volvías a escuchar, pero esta vez demasiado cerca del castillo, nunca antes se había atrevido a bajar desde las montañas hasta la ciudad. Si seguía cerca, estaban todos en peligro.

Sin más dilación, se pone para buscar a Anthony..

Esa conversación deberá de esperar James, tenemos a alguien que nos necesita. Espero que esos trastos tuyos, funcionen aún... - dice para al instante salir a toda velocidad en dirección a donde escuchó los gritos.

Gritando, se le puede oir mientras se aleja..

SELINA, CUIDA DE MARY Y TU HERMANO, REGRESAMOS EN CUANDO ACABEMOS CON LO QUE SEA QUE GRUÑE... - dice en un tono bastante alegre, ya se sentía oxidada y encima se tenía que desfogar del cabreo que tenía encima, de que la hubiesen interrumpido en lo más interesante, mas encima de extra, que Selina la dejara tirada y James la hubiera visto mas carne de la necesaria.

Siente el abrazo reconfortante de Selina y se siente mejor. Al menos parece que no tiene nada contra ella y eso le hace feliz porque Selina es su amiga, pero también es como la hermana que nunca ha tenido y alguien con quien compartir confidencias y preocupaciones. A pesar de haberse conocido hace poco, siente mucho cariño hacia ella...

Pero se separa un poco asustada al escuchar esos sonidos grotescos y los gritos de Anthony. ¿Qué está pasando en esa isla? ¿Hay ese tipo de monstruos en un lugar tan bonito como ese? Mira a los demás, asustada, busca el arco aunque le tiemblan la manos... seguramente no pueda acertar de la misma forma que con el árbol... 

-¿Qu... qué es esa cosa? ¿Y como ha atrapado a Anthony? ¿Didac estaba con él? - mira preocupada a Selina.

Si le pasa algo a su hermano seguro que nunca se perdonará el haber estado con Eizhan en esos matorrales y seguro que todo acaba mal. Se arma de un poco de valor y se separa de Selina para acercarse a James y le coge de la mano...

-Ten... ten cuidado... - le dice preocupada antes de dejarle ir.

Quizá no tenga derecho a hacer eso, pero siente que debe hacerlo.

-Hace mucho mucho tiempo... Algo malo ocurrió. Vi morir a quien más amaba... No te imaginas cómo fue el dolor que golpeó mi cuerpo al ver que la vida de mi madre espiraba en el último intento por salvarme de la Reina Roja.-Bajé la mirada lentamente mordiendo mi labio, pues un profundo dolor se apoderó de mi corazón otra vez más.- No pude hacer nada... Le había jurado que me mantendría oculta, que salvaría a nuestro pueblo.-Mis ojos se llenaron de lágrimas, las cuales no caía, a excepción de una que lentamente se deslizó por la mejilla hasta el mentón.-Entonces La Reina Roja subió al trono... Y esto es cuanto queda de aquella maravillosa ciudad. Son cuanto tengo, cuanto me queda.-Shea no tardó en darse cuenta de todo, dándole un toque a Púa la avisó de que no era hora de jugar.

Con paso lento se acercó a mis piernas, subiéndose sin dudarlo. Sentí cómo su hocico acariciaba mi húmeda mejilla, comportándose cómo si de un humano se tratase. Sin poder evitarlo, posé mis manos en los lados de su cabeza, juntando nuestras frentes.-Te prometí no llorar... Lo siento, pero no sabes cuanto duele.-Ella solo emitió un gruñidito, junto a una lamida en mi mejilla. El tacto de lengua provocó que me riese suavemente, volviendo a levantar la mirada, limpiándome las lágrimas lo más rápido posible, para que él no notase nada.

-Compartimos un mismo dolor...-No pude terminar la frase, algo rompió la armonía de aquel hermoso lugar. Mi mirada se levantó y mis ojos buscaron el origen. Ese rugido, otra vez ese rugido. Noté que mi corazón se encogía de temor, de pánico... No tardé en levantarme de donde estaba, seguida de Shea.- Está cerca... -Corrí hacia Didac y tomando su brazo tiré con algo de fuerza, intentando levantarlo.-¿Te quedarás solo? Venga arriba, sube.-Nuevamente mi inquieta mirada paseó por todos lados, sentía mi corazón latir con fuerza. De repente toda esa tristeza, había sido transformada en temor. Solté el brazo de él, para mirarlo, tras eso salí corriendo de allí y Shea junto a mí. Didac podía seguirme si quería, era eso o quedarse solo pues sus amigos habían elegido irse.