Partida Rol por web

Salen de la tienda, y Nikolai se cubre la cabeza con la capa,  caminando detrás de Derek - tienes una habilidad enorme para hacer amigos, - se burla un poco, poniéndose al lado derecho de Derek, dejando en el flanco abierto al híbrido - ahora.. acompáñame... iremos al bosque, aún nos queda una hora, y quiero estar menos nervioso, también quiero ver como usas la espada, el torneo de caballeros se mide inteligencia y no sólo fuerza...

Se alejan del pueblo, abriéndose paso hacia el bosque, en donde se detienen, ahí, Nikolai busca dos troncos, y da con los ideales, eran algo pesados y largos, delgados, le lanza uno Derek y se pone en guardia, Derek puede ver la espada en su vaina, colgando del cinto del caballero.

- muéstrame tu postura... jovencillo...

Sir Optimus volvía bastante conforme. Él había salido con la idea de reclutar gente de a uno; en lugar de eso se encontró con una resistencia ya relativamente organizada que, aunque con recaudos, pareció reconocerlo como a un líder y aceptó sus palabras. La renovada esperanza que percibió en los ojos de algunos hombres y mujeres lo reconfortó y reavivó al mismo tiempo la suya. Sabía que todo sería difícil, pero tenía Fe.

A Alba, sin embargo, no la notaba demasiado entusiasmada. Entendió el motivo cuando ella misma se lo comentó. El se relamió intentando llegar con su lengua hasta donde ella se encontraba abrazándolo.

_Amiga, no tienes nada que temer. Todos aquí hemos perdido seres queridos, por Dimitri o directamente la Reina Roja. Estamos aquí para asegurarnos de que lo que nos pasó a nosotros no le ocurra a las futuras generaciones, y eso es lo que haremos. Mientras te quedes junto a mí estarás a salvo. Quien quiera hacerte algo debera primero acabar con mi vida -dijo en un tono extrañamente emotivo y sincero-.

Alice se deslizo por los pasillos como un raton. Buscaba rincones donde esconderse, cosas que en un momento dado pudiera usar como armas en su defensa o puertas abiertas que le permitiera husmear en los cuartos. Sabia que no podia escapar en ese momento pero posiblemente hubiera otras oportunidades y queria hacer un plan por si debia marcharse.

Se le revolvia el estomago pensando en lo que sucederia si no podia escapar... Tal vez la solucion no fuera correr...¿y si lo mataba y se ponia su mascara y sus ropas para fingir que era el zar?. Era una buena idea pero ella jamas habia matado a nadie y podia resultar algo pueril pensar que podria hacerlo.

Se armo de valor y se dirigio a husmear en las cocinas, en parte llevada por su estomago y en parte para encontrar alguna cosa que pudiera emplear.

- Fui soldado un dia.- dijo Derek con una mezcla de orgullo y tristeza. Colocandose en una postura mas que correcta.- Me esforce mucho en actuar y parecer como una persona normal. Ahora se que controle o no a la bestia, nunca sere como el resto.- argumento preparandose para la contienda.

Se esforzo en dejar atada a la bestia, eso debia hacerlo como hombre.

Un grito ahogado casi se escapa de mi garganta a la vez que aprieto las sábanas. Es casi imposible no hacer ruido y ocultar los gemidos, y menos al sentir su boca entre mis piernas. Arqueo de nuevo la espalda, pronunciando otra vez su nombre, cada vez me está llevando más al límite.

De pronto se detiene y cuando abro los ojos me doy cuenta que se está quitando el pantalon. Por unos momentos no hago más que mirarlo con algo de curiosidad al principio, pese a que regresa el rubor, hasta que vuelvo a sentir su peso y sus manos. Los gemidos son reemplazados por los besos, que me hacen volar incluso bajo él. Todo ha quedado lejos, el mundo es Mark. Paso las manos por su cuello, su nuca, moviendo en instinto la cadera, su piel contra mi piel.

- Te amo... - dejo escapar en medio de un beso, de forma espontánea, sin haberlo pensado y aun así respondiendo a sus palabras, a sus manos que dicen lo mismo sin necesidad de hablar.

Se me escapa de nuevo el are, pero ahora al sentirlo no solo entre mis piernas, sino un roce que me hace volver a arquear la espalda.  Mi corazón late violentamente contra su pecho y mis manos se aferran a las suyas, mientras asiento en una respuesta silenciosa, pese a que mis ojos gritan mis sentimientos. Estoy segura, y confío en ti, parece decir mi cuerpo, casi en un lenguaje secreto, tan antiguo como las estrellas. Y eso fue lo que vi, estrellas.

El montaraz no pudo hablar, no había lugar para las palabras, ni para otros gestos que no fuera su propio cuerpo, sus labios, su boca. Mark besó tus labios ahogadamente y  su cuerpo se acoplando como si fuera hecho para el de ella, entrando delicadamente, haciendo que sintiera su sexo, su humedad, gimiendo contenidamente. Sus ojos se posaron sobre los ojos de su amada, y besó su boca, a medida que entraba más y más profundo en su virginal interior, muy suave, procurando cuidar de ella, pero cuando por fin está acompasado a su cuerpo, comienza a moverse,  y a gemir.

- Eres... eres... una diosa...- gimió, arqueando su espalda y buscar como un niño los pechos de la princesa,  y lamerlos, dulces que se deshacían en su boca,  siguió entrando, cada vez más fuerte, más intenso, hasta que se puso de rodillas, y siguió arremetiendo contra las caderas de Ava, apoyándose en la cama, y disfrutando de su cuerpo, que ahora puede ver al erguirse sin salir de su húmedo interior.

Sus manos repasan la cintura de la princesa, sus pechos que aprieta, y su cuello, luego, sigue hasta abajo, y la jala de las caderas para continuar con  los movimientos de placer, con esa fuerza que buscaba hacer de esa experiencia inolvidable, Se inclinó hacia ella, pero sin sacar las rodillas de los costados de los muslos de Ava, u siguió entrando,  mirándola desde arriba, y gimiendo, cada vez más excitado, extasiado por la sensualidad de la mujer que amaba.

Chocaron los palos como si de un juego de niños se tratase - y en eso.. está tu valor - exclama, dando otro golpe, sin dejar de dar golpes a a Derek, que cada vez se hacían más un más rápidos - la guardia entrena pero para usar la fuerza y no la agilidad, los seres como tú y yo, somos tan fueres como ágiles - dio otros golpes, haciendo retroceder a Derek.

- dime, ¿que siente tu bestia ahora?- sigue golpeando con fuerza, hasta que las varas se hacen astillas, y te agarra de las ropas alzándote contra un árbol - dime que siente cuando pierde! - aprieta con fuerza, Nikolai era fuerte y ágil, y ahora tenía a Derek contra un tronco, agarrado de las sopas, ahogándolo con la presión que aplicaba sobre su pecho.

Alba acaricia las orejas de su amigo, y vuela hasta posarse sobre una de las rocas, arreglando su vestido, queda mirando a su amigo, y se encoge de hombros.

- sé que sí amigo mío, pero pensaba en algo, - se muerde su pequeño labio - yo soy la más pequeña de todas, y puedo esconderme con facilidad, podría... ir al castillo, volar hasta allá y buscar a la princesa, ver que esté bien y protegerla, Optimus, quiero hacerlo, le temo a Dimitri, pero quiero hacer algo por todos ustedes - propone, aunque el brillo en sus ojos demuestra que es más una decisión que otra cosa.

Derek se limitaba a luchar como le habian enseñado, manteniendo a la bestia apartada de aquello pero parecia que su oponente deseara desafiarla. Sabia que no podia dejarla escapar, veia lo que pretendia su rival, llevarle al limite y averiguar si era capaz de retenerla.

- ¿Quien dice que he perdido?.- pregunto Derek levantando la rodilla, con toda la intencion de dar un golpe bajo y nada reglamentario a su oponente.- Mi bestia interior dice que aun no ha empezado. Metio el hombro cargando con fuerza para apartarlo de el.

El perro se enterneció. Sí, era la más pequeñita y al mismo tiempo posiblemente la más valiente. Estaba orgulloso de ella, de ser su amigo.

_Sé que sí, princesa, pero no debemos desesperarnos. La Princesa Alice está bien, si hubiesen querido lastimarla ya lo podrían haber hecho cientos de veces. Y ya has demostrado ser de gran utilidad para el grupo, nos has salvado más de una vez. ¿Recuerdas cuando nos ocultaste del Koschei? No dudo de tu valor y de tu fuerza. Incluso si quisieras entrar al castillo, creo que sería más útil que hablaras con la Zarina y ver si ella aún puede mover algún hilo que nos sea de ayuda. De todas formas deberíamos hablarlo con los demás. El riesgo de que te descubran existe y perderíamos el factor sorpresa. Debemos pensarlo muy bien.

- puede ser... pero ellos no deben saber que estoy con ustedes, sólo soy un hada y pocas personas me pueden reconocer, no sé si la bruja tiene datos de nosotros, quizás se lo sacó a la familia de la joven Mary y de los hermanos Nightingale, pero aún así, es verdad, puedo llegar donde la reina y... y preparar algo para poder atacar -respira, siendo tan pequeña, motivaba su valentía.

- mejor sigamos caminando, ya casi pasan las dos horas, y podemos hablar con el resto para ver que sucede - sonríe y vuela sobre el lomo de Optimus.

EL golpe lo pilla desprevenido, y le da en las costillas, sacándole el aire, Nikolai mueve la cabeza de lado a lado, para recuperar el aliento y lanzar una mirada recriminadora por tu bajo ardil, pero bueno, cosas así te habían mantenido vivo y no te ibas a disculpar. Ahora la segunda arremetida de Derek, o hace cruzarse de brazos, y repeler la fuerza, intentando hacer que se detenga, pero es el propio Nikolai el que es deslizando hasta hundirse en la hojarasca. 

- veo que sabes pelear, no como caballero, pero sabes pelear  - exclama, bajando los brazos, y tomando a Derek por los hombros, y de un saltó demasiado agil en donde usaba al mismo Derek como potro, se quedo atrás, de este, y lo agarró de un brazo al chico, apretándolo con fuerza contra su espalda, y empujándolo contra uno de los árboles, en donde presionó  su pecho contra el tronco.

- déjame ver tu bestia... déjame verla, quiero verla libre!  - lo instaba, deseaba que comprendiera que reprimíendolo, sólo le daría poder, que debía dominarlo desde la propia fuerza  y usar su poder en favor de sus objetivos, los ojos del licano estaban amarillos, su bestia estaba presente, pero aún en un control, o colaboración.

Me aferré a su espalda, enterrando la cara en su cuello, a la par que un gemido cuando entra en mí. Aprieto los ojos, conteniendo el dolor.

- Mark... Mark...

Enredo los dedos en su cabello. Por un momento solo estan nuestras respiraciones agitadas, mientras nos acostumbramos el uno al otro. Poco a poco bajo la otra mano por su espalda, llegando sin pensarlo hasta la base. Su calidez es confortante. Y entonces, de nuevo, comienza a moverse, llevándome de vuelta al paraíso.

Volví a abandonarme al placer. Mi espalda se arqueó, ofreciéndome más a él, perdiéndome en sus ojos, con su nombre en mi garganta, haciendome mover mis caderas al ritmo de las suyas, hasta que los gemidos son reemplazados por gritos que ya no puedo contener. Desde "te amo" hasta volver a repetir su nombre, en un desahogo inconsciente de todo lo que me está haciendo sentir.

Derek gruño, no queria liberar a la bestia.- La bestia no va a pelear en el torneo.

Hacia un gran esfuerzo por mantenerla atras cuando se sentia atacada.- ¿Que pretendes?.- pregunto.- ¿No se suponia que debia controlarla? ¡No voy a liberarla!.- exclamo el muchacho haciendo un esfuerzo por soltarse el mismo.

El muchacho sabia como era y lo dificil que era despues volver a meterla dentro.

Sir Optimus la acaricia con su cabeza y la lame, para luego ponerse en marcha nuevamente.

Le presto atención a cada palabra que me dice, aunque solo me inquieta una cuestión que finalmente le acabo soltando. Espero que sea un buen hombre como me ha parecido...

-¿Y es cierto eso que cuentan de que la princesa Alicia reside en esta ciudad?

El hombrón deja de  limpiar los jarrones de cerveza,  su gesto se vuelve más molesto,  llevando sus ojos hacia ti y luego hacia su amada hija que seguía llevando jarras de un lado a otro, eran tiempos difíciles, donde el pillaje se hacía cada vez más masivo, los mismos que debían proteger a las personas, eran los peores bandidos.

- sí, eso he oído - dice de mala gana, y se vuelve a girar hacia ti - la Reina Roja la ha traído hasta acá, antes del torneo, para.. imagino - sus palabras dudan por unos segundos - hacer gala de su poder y control sobre todos, - exclama  el hombre con un tono más bajo - pero dime ¿por que te interesa la suerte de esa chica, caballero andante?

Nikolai no responde nada, y sigue atacando al joven Derek, hasta que logra dar con el palo en la espalda del chico haciéndolo caer al suelo, y puso su pierna sobre su  espalda presionando hacia abajo, con fuerza, para que no se levantase.- es simple... muy simple, y me sorprende que no te hayas dado cuenta, si siempre la estas intentando controlar, esta se revelará, debes asumirla como parte tuya - sus ojos se volvieron amarillos, y su fuerza era evidente, no estaba como un simple humano, presionaba con más fuerza, hasta que soltó a Derek, y tomó su mano para que se levantara.

- por eso yo... no la controlo, la hago mía...- exclama el licano, con una medida sonrisa en los labios.

Derek estaría con Nikolai en medio del bosque, Nikolai ayudaba a levantarse a Derek, cuando entre las hojas de los arbustos, estas se agitaron y pondría en alerta a ambos licanos, pero de esta surgiría una cara conocida, o mejor dicho, un hocico conocido, era Sir Optimus, y volando a su lado, la princesa Alba, que al ver a Derek, voló contenta hasta él para tomarse de su cara y abrazarlo.

- que bueno es verlos - dice la jovencita trasformada en hada - ¿no que debían dar con un  herrero? -pregunta sentándose  en el hombro del joven Feroz. Nikolai les dice que sí, y les muestra las armas que habían logrado conseguir, no era mucho, pero podrían hacer pasar a dos por caballeros para el torneo.

Mis ojos están encendidos en ira, dices que eres uno con la bestia.... si es cierto me vencerás si no me controlo. Te desafío a un combate, no a  muerte si podemos evitarlo pero... si estas seguro que asumiendo mi bestia como mía es la solución defiende tu verdad en este desafío.

Miro a los ojos de Nikolai con firmeza y decisión mientras respondo al abrazo de la princesa.