Partida Rol por web

Bajo la capucha antes de comenzar a ponerme la muñequera,  sintiendo con alivio como regresa el familiar peso, pero sin disfrutar el momento como lo habría hecho media hora antes. Al contrario, ahora me siento culpable: yo quejándome de no tener un arma, creyéndome desgraciada incluso cuando salí en una pieza del incendio, y Alba en silencio aun con todas sus heridas.

No, si soy una desgraciada, solo que en un sentido diferente al que pensaba antes.

Pero Mark me hace volver a levantar la vista cuando hace algo más. No me molestaba que me tocara la mejilla, al contrario, sin saber cómo fue un gesto que apenas sentirlo me calmaba. Cuando me beso la frente en el bosque fue algo inesperado que me dejo inmóvil unos segundos antes de levantarme. Pero la forma en que tomó mi mano, mirándome directamente a los ojos…

Me pierdo un momento, cuando otra voz me hace volver.

Habría apostado dinero a que Derek entre Alba y yo no dudaría en librarse de mí, pero que dijera que no me iba a dejar hacerlo me ha dejado sorprendida. Alguien por quien no habría dado mucho, pero que ahora incluso jura protegernos. ¡A mí!

Vuelvo a mirar a Alba, a profundidad, mientras todos se preparan para partir. Sir Optimus dijo que era fuerte, pero lleva toda una noche así. ¿En verdad aguantará hasta el final del día?

Asiento a lo que dice Edwards, apreciando su preocupación, pero en lugar de hablar me vuelvo a poner la capucha. Nunca, nunca en los cinco años de tener esta cosa me había sentido tan… ¡maldita sea, solo pensar en la palabra impotente hace que se me revuelva el estómago!

EL grupo se separó, los amigos se reconciliaron en ese acto, porque los enojos entre personas que en verdad se quieren no pueden durar eternamente, y Mark asi lo entendió, por eso, tomó el antebrazo de Derek y en una peculiar forma de tomar su mano se despidió, diciéndole que cuidara a las dos chicas, que pronto volvería.

El grupo de aventureros se alejó y dejó solos a en la cueva a los dos hermanos que más que esto, parecían un par de enemigos, pero era el momento de soledad que quizás necesitaban, sobre todo Derek que sabía la verdad gracias a Harol, sin embargo, los quejidos de Alba les hacía recordar de que no estaban completamente solos, y que la bestia interna de Derek no podía desatar todos sus instintos más bajos.

Era una gran  carga para el joven llevar aquella maldición que no buscó, así como para Ava, que debía cargar consigo aquella pluma, que según las palabras de Mark, debía ser arrancada de su piel, o sino, terminaría revolcándose como gusano al que le han echado  sal, cada vez que se acercaran a algún enemigo con magia negra.

El fuego en medio de la cueva estaba apagándose, podrían buscar algo más que quemar en esa cueva, porque afuera, todo estaba mojado por la nieve, siempre era así, siempre...pero se podía ver el sol, por lo menos, no estaba nublado, aunque ese sol estaba practicamente de adorno en el alto cielo.

Ahora, podrían explorar aquella cueva, dado que podían ver que continuaba hacia el fondo, pero deberían tener cuidado, podría ser muy peligroso, también podrían salir y buscar algo que comer, aunque la mochila que habían salvado, tenía algo de té con un cacharro que podría servir para hervir agua.

EL grupo se separó, los amigos se reconciliaron en ese acto, porque los enojos entre personas que en verdad se quieren no pueden durar eternamente, y Mark asi lo entendió, por eso, tomó el antebrazo de Derek y en una peculiar forma de tomar su mano se despidió, diciéndole que cuidara a las dos chicas, que pronto volverían.

Apenas salieron, el viento helado los golpeo, aunque no estaba nevando y había un sol helado en el alto cielo, pero debían seguir el camino, todos estaban cansados, sobre todo Edwards, que estaba aún convalenciente de su escape, y Mark se da cuenta de esto, acercándose a él y colocando el brazo en sus hombros.

- si quieres, puedes quedarte con ellos - murmuró el hombre,  caminando por la nieve que no estaba demasiado alta, en esos lares no había nevado demasiado -te veo aún débil, aunque el agua de aquel manatial, te hará bien - sonrió,  sacando de entre sus ropas una barra de maní dándosela al príncipe y otro poco a Optimus, sin dejarse nada a él.

_Gracias.

Sir Optimus se mandó casi de un trago la barra que Mark le dio. Estaba ansioso, más que preocupado. Quería terminar cuanto antes con eso para que su amiga se mejorara. Y no estaba preocupado porque sabía que así iba a ser. Ella era fuerte, iba a aguantar, pero no tenía sentido hacerla esperar.

Ante la propuesta de Mark asintió. Si Edwards seguía débil era mejor que se quedara con el resto o de lo contrario solo conseguiría retrasarlos. Además no era gran cosa lo que debían hacer, solo conseguir un poco de agua.

_Mark tiene razón, si te siente débil será mejor que te quedes con ellos. Además las chicas necesitan más protección que nosotros, y si bien confío en Derek, ha quedado solo para proteger a las dos.

Finalmente abandonamos la seguridad de la cueva, en cuanto noté el frío del exterior el recuerdo de mi estado me llegó de lleno, había pasado tantos días huyendo... y apenas había dormido un día en una cama. Al menos había conseguido dormir algo en aquella cueva, pero seguía cansado, tanto que incluso mis compañeros que apenas me conocían lo notaron.
En un principio aquello me sentó mal, que me quisieran quitar de en medio como si fuera un estorbo, que solo me limitara a esperar en la cueva, ya había pasado años encerrado en una torre o una mazmorra, estaba cansado de simplemente esperar. Pero enseguida entendí que simplemente se preocupaban por mi, así que me relajé.

-Os agradezco la preocupación, pero no es necesario, estaré bien.- Dije con una sonrisa ligeramente cansada.- Con un poco de suerte estaré al cien por cien cuando beba ese agua.- Comenté algo más alegre mientras comía la mitad de lo que Mark me ofrecía y le devolvía el resto.- También tú deberías comer.

Era cierto de que Mark y Sir Optimus se podrían valer por ellos mismos, pero veía mucho más arriesgada su tarea que la de quedarse dentro de la cueva. Derek y compañía estaban en peores condiciones, pero nadie tenía porque descubrirlos si no salían de allí.

Mark pone su mano en el hombro del príncipe, dándole ánimos y claro, sabiendo que fue una buena decisión llevarlo con ellos, de todas formas necesitaban toda la ayuda posible, aquel manantial estaba protegido por criaturas peligrosas, pero creía que era la única forma de salvar a Alba y ayudar a Edwards. Al poco andar, eso sí, se detienen unos segundos instantes para que Mark sacara un poco de pan que traían y se lo dio a sus compañeros, contándoles que antes de las nevasones, ese lugar estaba lleno de manzanos y almendros pero de eso, ahora no había nada.

Continuaron su camino, y a medida que se adentraban más en el bosque, empezaron a dar cuenta de que la nieve se hacía más y más escasa, hasta que vieron los árboles en flor y con frutos, de hecho, Mark mueve uno de los árboles derribando algunas manzanas para sus compañeros.

- guarden unas para los demás .- murmuró, aunque era evidente que se demorarían en volver, ya llevaban caminando unas tres horas, y no parecía que estuvieran cerca de aquel manantial, de hecho, ni siquiera saben si Mark está en lo cierto o no, hasta que escuchan unos aullidos... habían lobos...

- shuuu..- murmuró Mark, cuando una oscura sombra voló desde los matorrales y saltó sobre Mark derribándolo, ambos rodaron por el suelo, y cuando Mark quedó de espalda contra el suelo, pudo ver que era un lobo de pelaje negro, que estaba apunto de matarlo, Los demás, quedarían rodeados por tres lobos más que estaban apunto de saltar sobre ustedes...

La impaciencia de Sir Optimus se acrecentaba a cada segundo que pasaba. Ya habían estado caminando durante tres horas, por lo que en el mejor de los casos llegarían seis horas después de la partida. Tenía confianza en el aguante de Alba, pero no contaba con que se iban a demorar tanto; esto lo llevó a preocuparse mucho.

Una luz de esperanza se asomó cuando vieron cómo la nieve menguaba. Después de mucho tiempo Sir Optimus vio flores y pudo comer frutos que no estaban congelados. Pero no podía ser perfecto...

Cuando el lobo saltó sobre Mark, Sir Optimus no dudó en ir al rescate de su compañero. Saltó hacia él como una flecha para intentar derribar al lobo que tenía encima, con tal furia que no le importaba si delante de él había otro lobo. Arrasaría con lo que tuviera delante con tal de salvar la vida de su compañero.

A Derek no le hacia ninguna gracia quedarse a solas con Ava. Intentaba ignorar su presencia mientras entendia que su bestia interior estaba disfrutando que aquella circustancia. Ella ahora era una victima facil, confiaba parcialmente en el y estaban solos en aquella cueva, con Alba en un estado del que no significaria ninguna amenaza.

Imaginaba saltar sobre ella y arrancarle la ropa, enseñarle quien mandaba y cual era su lugar. Nego con la cabeza intentando apartar aquellos sucios pensamientos de su cabeza, recordandose que tenian la misma sangre pero ello solo alimentaba la lujuria de la bestia.

- Voy a por leña.- dijo de pronto, tenia que apartarse de ella. Estaba tenso y evitaba mirarla.- Puede que al fondo de la cueva encuentre algo para alimentar el fuego. Tu quedate con Alba... por favor.- añadio con tono de suplica, no sabia que podia pasar si ella lo seguia o lo enfadaba en aquel momento.

Después de tanto caminar entre la nieve, ver aquella zona con algo de color, flores y fruta, casi hicieron que mis energías se recuperaran. Seguía cansado, pero por dentro estaba como nuevo, había esperanza. Recogí algunas manzanas deseando volver a la cueva para compartirlas con los otros, pero entonces nos atacaron.

Había estado tan despistado pensando en la fruta y en lo maravilloso del lugar que no había estado atento, y Landover era una tierra donde ahora siempre debías estar atento...

Mi primera intención fue la de hablar, pero Sir Optimus se lanzó con ferocidad. Saqué la espada apuntando con ella alternativamente hacia los tres lobos, intentando no dar tiempo a ninguno para que me atacara.

-No queremos hacerles daño... iros por favor.- Le dije con un tono de suplica, no me gustaba manchar la espada de sangre, aunque lo haría si era necesario, pero esperaba que las bestias fueran razonables.

Permanezco sentada en el suelo, zapateando por la impaciencia, hasta que poco a poco logro no calmarme, pero si pensar más en todo lo que nos pasó en las últimas horas. Permanezco al lado de Alba, inmóvil. Apoyo una mano a su lado, estirando el dedo meñique cerca de su propia mano.

He tenido momentos malos. Sé de primera mano lo que es estar herido o desesperado. Sé lo que es sangrar, sé lo que es luchar, sé lo que es estar a punto de perder y ganar por muy poco. Pero si hay algo que no sabía o no quería saber era lo que se sentía tener que esperar mientras otros hacen el trabajo y otros son los que luchan. O algo aun peor, que ella esté sufriendo, sentir la vibración en la muñeca izquierda, y yo no hacer nada. Sin saber cómo decir en voz alta que lo siento.

Me levanto pesadamente, tratando de no molestar a Alba. Cruzo los brazos, observando la entrada de la cueva. Frente al paisaje, sin mirar realmente. Solo pensar.

Cuando estaba en la cabaña no pensé en nada más que en Maslova, y cuando salimos no pensé en nada más que mi sable, y aun antes de eso el estar continuamente peleando con él terminaba de desviar mi atención, por lo que no me molesté en reflexionar sobre la extraña actitud de Derek. La primera noche que nos conocimos se mostró impaciente, luego sarcástico. Al principio pensaba que así era él, pero después más que atacar comenzó a reaccionar. Después de encontrarnos con la bruja, después de que Mark me defendió (otra palabra que me cuesta trabajo, no porque nadie lo haya hecho sino porque hacía dos años que no trataba mucho con la gente) Derek pasó a ponerse a la defensiva., Mark mismo me detuvo de darle una paliza, pero cuando le pedí una buena razón para no terminar de subir las escaleras ni él supo explicarme que era lo que se traía. Bien podría haber sido por haber salido el tema de la princesa Alice, pero mi instinto me gritaba que era algo más que eso.

Además, aunque no lo había sacado a relucir, y mucho menos preguntar, no se me había olvidado su apellido…

- No te agrado y tú no me agradas, pero no sabemos que hay allá y aunque me gustaría partirle a algo la cara no pienso meter a Alba en medio de otra pelea.

Dejé de cruzar los brazos, de nuevo sintiendo el reconfortante peso del sable sobre mi muñeca derecha. Bordeando el fuego me acerco a la ruta que da al fondo, resonando mis pasos en la roca, a solo un metro de su espalda. No, no es normal como ha estado actuando.

- Y eso sin mencionar que tu y yo tenemos algo de que hablar.

Ella no iba a ponerselo facil, no podia dejarle apartarse un poco y busca algo de paz en un lugar donde la bestia no olfateara sus femeninas hormonas o viera sus curvas, no... ella no podia dejarle tranquilo ni un maldito segundo.

No se giro, cerro los puños para contenerse tratando de mantener el control sobre si mismo, no queria verla. La bestia gruñia de hambre, de sed de sangre y de deseo ya que Derek no se permitia acercarse a ninguna mujer por el miedo a que la bestia pudiera abrirse paso al baja la guardia. Aquella era la razon por la que siempre permanecia observando a su princesa de lejos, tal vez le gustara porque era tan inalcanzable que podria amarla por siempre si temor a hacerle daño, ya que era imposible que ella consintiera en una relacion con una bestia como el.

Pero Ava estaba alli, a un metro de el. El olor de su pelo, el calor de su presencia misma e incluso su sombra se estaban convirtiendo en un peso dificil de soportar. La bestia rio por el, una risa que se abrio paso entre las comisuras de sus labios. La sola idea de una pelea entre ambos hacia que el oscuro ser que lo habitaba se relamiera.

- "Ofendela, provocala...".- escuchaba en su cabeza.- "Haz que se moleste y te ataque para que puedas ponerla en su lugar. Sabes que lo deseas, quieres hacerlo, sentir su cuerpo bajo el tuyo, su olor en tus fosas nasales, el sabor de su calida sangre en tu boca... Lo quieres, te lo deben... Tienes el placer a tu alcance, tomalo Derek... dejame salir y te enseñare gozos que ni sueñas"

- Se lo que sea que tengas que decirme hazlo rapido.- pidio Derek sin girarse, algo brusco y seco.

¿Volvimos a los buenos modales?

No te entiendo, en verdad no te entiendo. A veces pareces realmente preocuparte por mí, y otras listo para arrancarme la cabeza.

¿Qué pasa contigo?

- Está bien, solo una pregunta y te dejo en paz. Una – remarco con la voz.

Quizá no sea la mejor pregunta, o el mejor momento, pero es el único que puedo tener en mucho tiempo. Y si quiero realmente trabajar con él necesito sacarme esa espina, saber si lo que sospecho es verdad o no. Y aunque no lo fuera, si puedo encontrar a ese lobo, si puedo hacerle justicia...

- Hace algunos años una bestia atacó a mi madre. La viuda del zar Iván, aunque probablemente escuchaste hablar de ella porque vivió cerca de donde el cazador Hunter lo hace ahora. – miro hacia un lado, buscando donde continuar - Antes de ser zarina tuvo un origen bastante humilde. En Imlambris le llaman Helena la Hermosa, pero por donde vivía antes le decían Caperucita Roja.

Sigue dándome la espalda. Respiro hondo antes de continuar. No suelo hablar de nadie sobre mi familia, y estoy a punto de sacar un tema bastante delicado.

- Solo sé de ese lobo que se llamaba Feroz. ¿Tiene algo que ver contigo?

Ava pudo ver como todo el vello de Derek se erizaba, era una reaccion interior y profundamente visceral. ¿Eso era todo lo que le habian contado?

Guardo un momento de silencio tenso e incomodo entre los dos antes de hablar, aunque seguia sin volverse ni querer mirarla.

- El Feroz al que buscas murio, Hunter termino por darle caza.- dijo tajante. Eso era lo que a el le habian contado. Era un ser sanguinario que atacaba a la gente y se ocultaba en el bosque, un criminal peligroso con un alma tan oscura como la suya. Podia dejarlo en ese punto pero penso que si le decia algo que pudiera repelerla y alejarla de el estaria mas a salvo.- Era mi padre.- añadio con el mismo tono frio.

No queria girarse pero necesitaba verla, ver la repulsion que se iba a reflejar en su mirada y que la mantendria tan alejada de el como lo habia hecho durante años con todo el mundo.- Ataco a muchas chicas.- explico.- una de ellas se quedo embarazada y me pario, pero ella no soportaba verme ni tenerme cerca un segundo.- dijo y sin darse cuenta habia avanzado un paso acia ella, acortando la distancia entre ambos.- Por eso me abandono, me dejo con el cazador para que me controlara, para que me matara si alguna vez veia que podia convertirme en algo como mi padre... es lo que todo el mundo teme, que me convierta en una bestia.- dijo dando otro paso, en alguna parte de su conversacion la bestia se habia abierto un camino, una rendija en su prision. Los ojos de Derek centellearon de hambre y deseo. Su mano se acerco como si quisiera apartar un mecho de su cabello, con una sonrisa tenebrosa en el rostro, apenas dejando el espacio entre ambos para que pasara el aire.

No llego a tocarla. Derek se dio cuenta de que habia bajado la guardia y se hizo de nuevo con el mando de su cuerpo y sus instintos. Se aparto de nuevo, a grandes zancadas.- Pero eso no va a pasar.- gruño mas regañandose a si mismo que para tranquilidad de Ava.

Mark luchaba por sus vida, mientras la fauces de esa bestia estaban apunto de agarrarlo de la garganta y desgarrarla, sentía su aliento nauseabundo y la saliva sobre su cara, y cuando pensó que no podría salvarse, Sir Optimus salió al rescate, cual caballería, saltando sobre el lomo del lobo y derribándolo sin mayores dificultades, el lobo rodó por la nieve, alejándose de Mark, y Optimus quedó delante de él, siendo ahora él el objetivo de sus ataques. Con el lomo engrifado, y mostrando sus filosos colmillos, intimidaría a cualquier, menos al valiente Sir Optimus, que se había enfrentado a mayores peligros.

Mark,por su parte, ya se ponía de pie, con su espada en la mano,  y corrió hacia el príncipe que iba a ser atacado por uno de los lobos por el flanco derecho, que no estaba defendiendo, al intentar dialogar con esas criaturas.

- es mejor que luches, no razonan! - lo reprende en un rugido que se asimilaba a los que eran lanzados por los lobos, mientras su espada se hundía en el pecho el lobo que había saltado sobre ellos, pero el animal no dejaba de luchar, mientras la vida se le iba de sus pupilas dilatadas, hasta que al fin cayó al suelo.

Ahora quedaban tres lobos, los otros dos lobos se acercaban hacia donde estaba Mark y Edwards, hasta que el que estaba más cerca del príncipe saltó sobre él para morderlo.

Aquellas bestias parecían incapaces de razonar, o quizá lo hicieran, pero la maldad que los llenaba era superior a cualquier atisbo de inteligencia. Fuera como fuese había ganado tiempo suficiente para que Sir Optimus ayudará a Mark, quien ahora estaba a mi lado. Este me regañó por intentar dialogar.

-Entiendo.- Asentí sin perder de vista a los lobos.

Entonces uno de ellos saltó sobre mi, tenía que realizar una buena maniobra si no quería que el lobo me hiriera, o aun peor, me matara. Mi cuerpo aun estaba resentido, pero confié en que los años de entrenamiento prevalecieran sobre mi estado físico, giré sobre mi mismo para intentar esquivar a la bestia y lanzarle un tajo directo al cuello.

Mark no parecía que fuera a tener problemas con los lobos. Se notaba su entrenamiento, y además de estar entero físicamente, estaba herido en su orgullo por haber sido derribado por una de las bestias, cosa que lo hacía aún más mortífero. El príncipe, por su parte, también demostraba una gran capacidad con las armas, pero al intentar razonar con esas bestias salvajes mostraba que no estaba acostumbrado a enfrentarse a ellas, y eso podía jugarle en contra. Además estaba débil, si bien desde que había llegado a esa parte del bosque se lo notaba más animado que antes.

_Pero si son tan solo unos cachorros...

Y ningún cachorro iba a hacerle frente a él. Sir Optimus se lanzó sobre el cuello del lobo que tenía adelante, y no pensaba soltarse de él hasta dejarlo sin vida.

Lo primero que me puso alerta fue su reacción cuando hablé del lobo, aunque aun así me quedé a escuchar. Así que está muerto. Bajo la vista, me habría gustarlo haberlo hecho yo. Pero eso no significa que no sienta cierta satisfacción. La mano que tenía sobre la muñeca se transforma en un puño: ojala haya sufrido mucho.

Pero de pronto menciona otra cosa que me hace levantar súbitamente la vista sobre él, justo a tiempo para ver como voltea hacia mí. Habla de lo que hizo su padre, de porqué su madre lo abandonó, y entonces su mirada se va transformando. Abro más los ojos, retrocediendo conforme avanza, sin apartar la vista de un Derek que comienza a ser peligroso. Cuanto acerca su mano instintivamente estiro el brazo para dejar salir el sable de la muñequera, hasta que se aparta tan súbitamente como intentó acercarse.

Me quedé inmóvil, tratando de asimilar lo que sea que acababa de pasar. Pero luego comencé a sentir lo que reemplaza el miedo cuando se trata de una amenaza: furia. Con la escasa prudencia que me queda vuelvo a guardar el sable antes de alcanzarlo, tentando al destino cuando lo jalo de un brazo para obligarlo a encararme.

- Dije que te haría una pregunta, pero esta la voy a responder yo misma: ¿sabes que le dije a Mark la primera vez que lo vi, que por cierto me puso un cuchillo en la garganta? -  esta vez soy yo la que sonríe, pero más que como amenaza con ironía. - Que mi padre se encargó de que no me pasara lo mismo que a mi madre, por eso y por lo que pasó después con él es que aprendí a luchar. – Alzo un brazo antes de dejarlo caer, remarcando lo absurdo que fue – Mark se río por media hora, solo que hubo otra cosa que yo no le dije – alzo un dedo frente a él, apretando los demás en la palma de mi mano – Otra cosa: que ya me habían amenazado antes. Ya había visto y continua persiguiendome una bestia aun peor. Tu padre desgració a mi madre, pero a la hora de los traumas hubo otro que hizo aun un mejor trabajo… – alzo otro dedo - …con las dos.

Pareciera que estoy mirándolo de frente, pero lo que realmente veo es la sonrisa de mi tío la única vez que lo vi sin máscara, esa mirada que ni Derek pudo igualar. Esa sonrisa que traía Dimitry en su deforme rostro cuando vio lo que hicieron sus hombres. La misma que me hizo conocer lo que es el odio.

- Tu padre habrá sido un desgraciado, ¿pero en verdad quieres comparar apuntes? Júntalo con mi tío. Allí tienes a una verdadera bestia.

Volteo a mirarlo, con una meda sonrisa, o una mueca que no me llega a los ojos. Lo que hay es la burla, desafio, ironía, el rencor contra cada infeliz que intentó atemorizarme antes, la sonrisa arrogante de quien ya vio el peligro demasiadas veces para su bien. O quizá para permanecer bien.

- ¿En verdad deseas inspirar miedo? Tendrás que intentarlo mejor, porque aunque te creas el malo una cosa es estar resentido y otra es ser tan desquiciado como ellos - me llevo una mano a la muñeca izquierda - te habla la voz de la experiencia.

- No lo entiendes.- dijo con un susurro de voz, nego con la cabeza. Su mano subio a su frente como si le doliera la cabeza y se dio un segundo. Se paso las manos por el pelo retirandolo acia atras. La bestia hervia en su sangre pero no queria dejarla salir.

Si queria protegerla tenia que contarle la verdad...toda.- Yo no quiero asustar a nadie, al contrario, quiero proteger a la gente de los seres como mi padre pero hay algo en mi...algo malo. El colgante de plata que llevo al cuello lo mantiene encerrado, dormido en un rincon de mi alma pero tu presencia lo despierta, tu lo provocas por quien eres... Derek resoplo y la miro a los ojos. Tenia que decirselo y ese era el momento pero no encontraba las palabras.- Yo sabia que existias y te he envidiado mucho tiempo porque tu tenias algo que yo no he conocido, el calor de una madre... de nuestra madre.- dijo y espero solo un segundo antes de continuar hablando.- Tu eres la deseada, la niña querida...yo el engendro bastardo... podia afrontarlo cuando no te conocia pero ahora la sangre me hierve cada vez que te acercas a mi, me cuesta cada vez mas dominarlo... porque eres tu...

Derek se acerco a ella, esta vez la miraba con el temor a lastimarla.- Yo solo quiero protegerte pero si algun dia no puedo... si intento acerte daño...No lo dudes- Se inclino para contarle un secreto al oido.- La plata es lo unico que puede matarme. Tienes que undir algo afilado en mi corazon.

Vuelvo a caminar hacia la entrada de la cueva. Ahora soy yo quien le da la espalda, con los brazos nuevamente cruzados. Miro hacia el bosque, tratando de ver cualquier señal del regreso de nuestros compañeros mientras Derek continua hablando. Estoy a punto de intentarle explicar cómo es que funciona la pluma cuando dice que yo lo provoco. Afino el oído aun sin voltear, esperando una explicación decente, cuando de pronto dice algo que  me tomo completamente desprevenida.

Ah… ¿Qué?

Me giro de golpe, viéndolo incrédula, escuchando todo lo que dice que lejos de tener sentido sigue poniéndose más y más extravagante. Retiro lo dicho, definitivamente perdió la cabeza. Si no fuera por Alba ahora mismo me soltaba riendo, aunque ahora tengo algo que nadie, en cinco años, me había sacado: una sonrisa bastante nerviosa.

- Espera, espera un momento… - lo interrumpo alzando ambas manos para detenerlo - uno, no voy a matarte. Lo creas o no, en verdad que no voy a matarte, una cosa es que me hagas pensarlo y otra que realmente vaya a hacerlo – e incluso con lo de decir que lo pienso de pronto me suena exagerado, incluso cuando iba a perseguirlo por las escaleras no se me cruzó la idea por la cabeza, ¡ni siquiera lo golpee!- y dos, perdón pero creo que te estás confundiendo.

Y vaya que tiene que ser una confusion enorme. Digo, hace menos de tres minutos me dijo que Feroz violó a varias mujeres, en verdad que tiene que haber un error.

Derek se sentia un poco mas relajado despues de su confesion, en lo que a la bestia referia, aunque no sabia si interpretar eso como algo bueno o simplemente solo estaba esperando el momento de volver a saltar y poner a prueba su voluntad para someterla.

- Se que no quieres, pero es posible que debas hacerlo.- Le explico el muchacho.- He vivido toda mi vida con esta oscuridad en mi interior, se lo que piensa, se lo que desea y si mi voluntad falquea ira a por ti... yo prefiero que me mates a hacerte daño a ti... o a otra mujer, creeme, no hay otra forma de pararlo y prefiero la muerte que vivir como un asesino. No quiero convertirme en un monstruo como mi padre y tienes que prometerme que si no hay otra opcion me pararas.- le pidio casi suplicante. Era la primera persona a quien se lo contaba y bajar las defensas le hacia sentir vulnerable como un niño en pañales pero a la vez era un alivio.

La garganta se le estaba secando pero tenia que seguir.- Se que para ti es dificil de creer pero lo has entendido bien. Feroz ataco a muchas mujeres pero solo dejo viva a una. No se si fue un subito acto de piedad o ella logro escapar... o él sabia que dejandola ir sufriria mas que matandola.- Confeso y se encogio de hombros al desconocer la respuesta correcta.- Puedes no creerme pero no tengo motivos para mentirte. Harol me dijo quien eras antes de ir al bosque a buscaros y yo no pensaba decirte nada. Si tu madre me a repudiado hasta el punto de ocultar mi propia existencia ante ti, no consideraba que tuviera que decirte nada... Pero la bestia reacciona ante ti de forma brutal y tenia que decirtelo para que entendieras y estuvieras preparada.