Partida Rol por web

Gaëlle se dedicó a jugar con los demás tranquila, sin nada que le llamase la atención en el momento; pero las palabras de Theonil habían quedado dando vueltas en el fondo de su consciencia y su mente trabajaba en un segundo plano, sin que ni si quiera la propia muchacha fuera consciente de ello.

Había pasado un cuarto de hora desde la pregunta de Theonil cuando algo encajó en la mente de Gaëlle, unas ruedas totalmente oxidadas por la inocencia de la barda que hacía que nunca se plantease la posibilidad de que la gente fuera peor de lo que demostraba hasta que los hechos hablaban.

Estaban aquellos tipos, los que no perdían ocasión de hacerle comentarios groseros, sin que Theonil dijera nada, la barda nunca habría sospechado de ellos, pero así... Era muy sospechoso, lo suficiente como para que incluso a Gaëlle le llamase la atención que hubieran bajado de la caravana antes de llegar, con los primeros almacenes de Arrabal aún a un lado del camino.

La bardo nunca juzgaría a nadie por su aspecto, cierto que el de los tipos era peligroso y amenazante; pero también lo eran el de Karlack, Drieric o Evea y habían resultado ser gente agradable. Pero añadir eso a su comportamiento gregario, aislado, suspicaz y zafio en la caravana, junto a que saltaron de los carros aún en marcha y sólo con sus mochilas de camino tras haber dicho que eran mercaderes que acudían al Festival por negocios... Tampoco es que fuese raro, pero ciertamente si Gaëlle tuviera que señalar un contrabandista en la caravana... bueno ella no señalaría a nadie sin pruebas, pero si no tuviese más remedio, serían ellos. Los tres tipos de ropajes oscuros, barba de varios días y armaduras de cuero tachonado puestas todo el tiempo, algo que, dicho sea de paso, sólo tenían los guardias de la caravana y el cervecero enano.

Durante unos instantes Gaëlle se quedó pensativa, se quedó callada mientras su mirada se perdía en el fondo de la taberna, sin enfocar ningún punto en concreto. De pronto parecía concentrada, le estaba dando vueltas a algo.

Abrió la boca, parecía que iba a decir algo, pero no se oyó ninguna palabra. Miró a un lado entrecerrando ligeramente los ojos mientras se llevaba la mano a la barbilla. Giró de nuevo la cabeza mientras se mordía el labio inferior.

-Ahora que lo dices...- comenzó – En la caravana había unos...  – decía vacilante – ...unos tipos que se bajaron antes de que llegáramos... cuando alcanzamos los primeros almacenes del Arrabal.

Se detuvo un momento tratando de recordar los detalles.

-La verdad es que eran unos hombres de lo más desagradable... no dejaron de lanzarme obscenidades y de sugerir... – parecía estremecerse de recordarlo - bueno... el caso es que me daban escalofríos, y eran los únicos ademas de los guardias que llevaban armaduras...

Esos son los tipejos que debo de andar buscando - Digo, sin apartar la mirada de los dados. - Si me echas una mano a Evea y a mi puedes creerme que no te arrepentirás, chica. Hasta los dioses estarán encantados de que les ayudes.

Miro a los dos lados, y añado en un tono más bajo:

Además de que así podrías ganarte un paso a la ciudad interior, añadiéndole a eso la recompensa que os pueda ofrecer el hermano.

Aquella proposición la sorprendió y la intrigó. ¿Los dioses? ¿De que hablaba este hombre? ¿De que clase de contrabando estaban hablando? Debía tratarse de algo tremendamente importante, y por supuesto peligroso... Aunque si esto involucraba a alguna deidad, seguramente la vida de mucha gente corriese peligro. 

No podía quedarse de brazos cruzados, aquella situación requería de su pericia, y no iba a acobardarse. No necesitaba recompensa alguna, las historias que podía contar eran recompensa suficiente, aunque tampoco es que fuese a rechazarla, y menos si incluía un pase a la ciudad interior. 

-Cuente conmigo, señor Bremârck - le susurró al oído con su melodiosa voz

Ante la palabra recompensa Karlack prestó atención a las palabras de Theonil

Si hay recompensa y necesitas una espada, cuenta conmigo también

Vale, vale, eso es lo que quería oir. - Digo, mientras asiento levemente.

¿Podríais marcarnos el camino, señorita? Prefiero terminar con esto cuanto antes. 

 La joven termina de engullir la escasa cena y añadirse con cierto tinte intrigante.

 - Pues bienvenidos seaís.- Dice con una sonrisa picarona.- ¿Por cierto me puedes decir algo más de esos tipejos, Gaêlle?

Gaëlle trató de recordar, pero lo cierto es que cuando los tipos saltaron del carro sin apenas equipaje, lo único que pensó es en lo aliviada que se sentía al verlos marchar, en ese momento no pensó que pudieran ser importantes.

 La realidad era que la bardo no sabía dónde se habían refugiado, sólo que saltaron de la caravana junto a los primeros almacenes del arrabal, lo que ahora serían los últimos, más allá de donde llegan los puestos del Festival.

 Theonil sabe que esa zona, suponiendo que los tipos se dirigieran allí, dado que se puede asumir que la ciudad no han entrado, está llena de almacenes y establos. Carece casi por completo de iluminación pública, dado que está fuera de los límites del centro de la ciudad y apartada incluso del centro del Arrabal y muy pocos propietarios de esos edificios (los más baratos de la ciudad) pueden permitirse nada mejor que candiles y antorchas. A estas horas estará casi en penumbra y el número potencial de sitios en los que podrían haberse escondido supera el centenar. Tampoco se puede contar con las patrullas pasen por allí a menudo o estén cerca.

 Por otro lado cuando amanezca, con la llegada del Festival, todos los almacenes decentes de esa zona estarán cerrados y deshabitados y los pocos que no estén es porque habrán montado merenderos u espectáculos públicos en su interior.

 La joven meditó sobre las palabras de la juglar. Su rostro reflejaba esta meditación a través de sus labios, fruncidos levemente.

 - Ahora que caigo... algo me suena acerca de los tipos esos. No les presté excesiva atención, pero a decir verdad sí que eran los únicos armados y ataviados con armaduras aparte de los guardas de la caravana.- Con una determinación creciente en su rostro añade finalmente.- Si se separaron de la caravana desde la parte posterior. Posiblemente Drieric, encargado de la vigilancia en la retaguardia, sepa algo más.

 Tras un silencio, en los que mira a unos y otros dice finalmente.

 - Yo le iría a despertar y preguntaría. Quizás nos pueda puntualizar algo acerca de esos tipos. Y si nos indica el lugar exacto, podría ir a dar un vistazo por si veo algún rastro. Será difícil, pero no me pagan por mi cara bonita, sinó por mi destreza buscando rastros y peligros.

Bien, me gusta oír eso, Evea! - Digo, mientras me dirijo a la salida.

Será mejor que nos preparemos, puede ser una noche movidita... ¿ Que sabéis hacer en combate? He de decir que no es mi fuerte, pero "mi niña" puede cubriros. -Les enseño mi ballesta pesada, con una especie de pequeño catalejo encima.

 La joven miró al aasimar y comentó.

 - Lo mío es intentar evitar problemas, aunque haré una excepción en este caso. Me muevo bien por entornos naturales. Y cuando es preciso llegar a las armas... me sé defensar.- Dice señalando vagamente una espada corta y una hachuela que cuelgan de un cinto que tiene descansando sobre el respaldo de la silla. La empuñadura y el mango de esta muestran varias muestras de un uso prolongado, pero a pesar de haber sido usadas habitualmente parecen en buen estado.

-¿Combate? - se sorprendió Gaëlle - ¿Esta noche? Yo... la verdad es que no me gusta luchar, pero si es necesario podeis contar con mi espada. Aunque... bueno... debería ir a buscarla... ahora mismo no llevo ningún arma ni... este atuendo no es el más adecuado para luchar. 

Se levantó acercándose a la puerta, a donde se había dirigido Theonil.

-¿Nos encontramos aquí de nuevo? - preguntó justo antes de salir a buscar a su hermano. 

La verdad es que cuando había empezado la noche solo había esperado divertirse un rato, nada de investigaciones ni mucho menos tener que luchar. Aunque con todo lo que estaba en juego no iba a acobardarse ahora. Tenía que ir a la posada en busca de sus armas y su armadura, en no demasiado estaría completamente lista para enfrentarse a lo que fuese. 

Pero ante todo quería hablar con su hermano, seguro que se sentiría muy emocionado porque hubiese encontrado la forma de pasar a la ciudad interior. 

Sinceramente espero poder entregarles a la guardia sin derramamiento de sangre, pero... Será mejor ir preparados. 

Nos reuniremos aquí en un rato, será lo mejor- Digo, mientras me rasco la cabeza- Voy a ver si consigo averiguar a donde fueron esos tipos, quizás alguien conocido los viera.

Theonil se marcha de la taberna, esperando tener tiempo de hablar con unas cuantas personas mientras sus nuevos compañeros preparan su armamento.

La zona del Arrabal, tal como se esperaba, estaba desierta y a oscuras. Sería difícil vigilar los movimientos en ella, aunque a cambio sería fácil vigilar un edificio, si se supiese cual vigilar. Por desgracia esa era la zona menos conocida del pueblo para el investigador, la mayoría de edificios pertenecían a extranjeros que Theonil no conocía, con los que no tenía relación  o con los que había tenido roces en el pasado, dado que la mayoría de los negocios turbios de Zoquejo tenían lugar en ese distrito del Arrabal. Como resultado Theonil no tenía a nadie que le garantizase respuestas si lo despertaba en mitad de la noche previa al Festival.

Por suerte el Festival estaba bastante animado, a pesar de ser bastante tarde ya. Por desgracia ninguno de los feriantes fue capaz de proporcionar información nueva. Bastantes recordaban a los tipos de la caravana, la descripción de Gaëlle parecía fidedigna y acertada, pero ninguno recordaba haberles visto dirigirse a ningún sitio en particular, nadie recordaba que hubieran llegado a la plaza con la caravana y unos pocos (en particular un enano vocinglero y un poco borracho que parecía regentar una taberna hecha de metal con un cartel que anunciaba un concurso de beber para mañana en el Festival) confirmaba la versión de la bardo, asegurando que los tipos habían saltado en marcha de su carromato llevando tan sólo su equipo y una mochilas de viaje, nada de fardos, petates de buhoneros o sacos de mercancías.

Decidió jugar su última carta con la guardia, dado que el cambio se habría producido con el anochecer, su mejor opción era acercase a la torre de vigilancia de la plaza del Festival. En ella podría a encontrar a Aleena Recta, la teniente encargada de la seguridad en el Festival, la competente y seria Aleena no dormiría seguramente ni hoy ni mañana, vigilando todo el tiempo que no haya problemas en la fiesta. Aleena habría recibido el informe de la guardia y si había algo importante, lo sabría.

-"Saludos, Theonil. ¿Cómo llevas la investigación del templo? Merryl parecía realmente preocupado cuando me dijo que te encargaría a ti el trabajo." - la elfa saludo con un amago de sonrisa. Era amable y considerada, pero muy seria y formal. Cuando escuchó las sospechas de Theonil, torció el gesto mientras asentía.

-"Creo que puedes andar en la pista correcta. Uno de mis guardias me informó que vio a unos tipos, tres humanos, me dijo, bajando de la caravana antes de tiempo e internándose en las afueras. Le parecieron sospechosos y trató de seguirlos; por desgracia le dieron esquinazo. Es un veterano, así que cuando dice que le dieron esquinazo, quiere decir eso, que le evadieron a posta. Dado que de momento no han hecho nada ilegal que sepamos y en las circunstancias actuales, con el Festival y todo eso, no he podido organizar una búsqueda apropiada. En cualquier caso tampoco tenemos nada contra ellos ahora mismo, bajar de forma sospechosa de la caravana no es ilegal. De lo que sí está seguro mi hombre es de que se escondieron en una de las instalaciones de las afueras, no llegaron a las primeras tiendas."

La información de la guardiana no es muy útil, aunque al menos reduce el espacio de búsqueda a más o menos la mitad de lo que pensabas antes. Por desgracia sigue siendo demasiado para investigar uno por uno, al menos a esta hora de la noche donde todos están cerrados y sus moradores durmiendo.

 Antes de que partieran la joven levanta una mano llamando la atención.

 - Antes de ir directamente allí sería bueno intentar dar con Drieric por si tuviera algo de información para añadir, como cuantos eran y si los vió partir en alguna direccion concreta o, incluso, por si se quiere apuntar.- Haciendo una pausa y mirando intensamente a Gaêlle apunta finalmente.- Y ya que vienes con nosotros, quizás pudieramos sacar provecho de sus instintos bajos...

 Bajando la voz más aún, confidencialmente, comenta.

 - Seguro que con tus destrezas, y el interés que mostraran anteriormente en ti, podríamos diseñar algún señuelo.- Viendo como iba incrementándose la atención en la juglar, continúa.- Podrías simular que vas con Theonil o Karlack, buscando un lugar discreto en la zona de los almacenes, algo pasados de copas, buscando un lugar donde terminar de saciaros. Si estuvieran cerca, es muy posible que salieran para ver que ocurre y quien sabe...