Partida Rol por web

El Festival del Unicornio (Finalizada)

2.- Escena pública: El Día del Festival del Unicornio

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30/11/2011, 16:23
Director

Tras comprobar que apenas se había llegado al mediodía y, por tanto, aún tenía un par de horas antes de reunirse con Nasha, Theonil se dirigió a una de las posadas más lejanas del Arrabal; estaba en dirección contraria del almacén en el que tuvo el encontronazo la noche anterior con los contrabandista y, de hecho, a unos centenares de metros de su propia casa.

La tranquilidad en la taberna contrastaba con el ajetreo de las más cercanas a la Plaza del Fielato donde se celebraba la feria, apenas había media docena de viejos locales poco amantes de las fiestas, en su mayoría humanos. En un rincón, el mismo en el que les había visto la vez anterior estaban los dos viejecillos, con su juego en marcha y un par de jarras de bebida llenas.

El tabernero hizo un saludo con la cabeza al aasimar y tras servirle su bebida volvió a sus quehaceres detrás de la barra de  piedra. El investigador se tomó un tiempo para observar a los jugadores, tratando de recordar algo más que le ayudase o ver algo que le llamase la atención, por algún motivo la escena en que los vio la vez anterior, cuando oyó a uno de ellos jurar por el Caballero Rojo, volvió a su mente como si nunca se hubiera ido.

Estaba seguro de que la ropa que llevaban era la misma, pulcra, recién planchada, limpia como recién salida de la lavandería y ligeramente perfumada, pero exactamente la misma o una muda condenadamente igual. La partida podía haber avanzado unas jugadas, pero o Theonil no conocía el juego (aunque no era un experto, sabía mover las fichas y las reglas) o la partida era la misma que jugaban entonces y los viejos no habían cambiado nada ni siquiera la longitud de pelo o el peinado, de hecho le parecía que incluso la conversación era la misma, quizá no palabra por palabra, pero los temas sí. Lo más raro de todo es que hacía, al menos, dos primaveras desde que él los había visto la primera vez.

 

- Tiradas (1)

Motivo: Avistar

Tirada: 1d20

Resultado: 20(+9)=29

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30/11/2011, 16:37
Theonil Bremârck

Condenadamente sospechoso... -Pienso, tras un largo sorbo a la bebida. Con un gesto ágil me reincorporo y avanzo haciendo bastante ruido hacia la mesa de los jugadores.

Apoyo la mano en el hombro de uno de ellos, para comprobar si son algún tipo de ilusión, y digo:

-¡Por todas las batallas! ¿No veis que os está tendiendo una trampa? ¡No hace falta ser el caballero rojo para darse cuenta! - Algo más cortado digo - Oh, disculpad, no debería haberme entrometido en la partida. ¿os importa si echo un vistazo?

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30/11/2011, 20:47
Evea, la gata

 Tras abrirse paso hacia primera línea, la joven se bajó la capucha, esperó a que el paladín pasara cerca y entonces dijo con voz clara.

 - Gracias, caballero Elemmir.

 Dijo esperando que le llegara al paladín su voz, aprovechando la proximidad. Cuando este la miró, al escuchar su nombre, la joven ladeó levemente la cabeza añadiendo.

 - Gracias por vuestra atención...- volvió a agradecerle al caballero antes de proseguir.- Qui-quisiera poder hablar con vos, pero veo que este quizás no sea el momento más adecuado, ¿podríamos encontrarnos en otro momento?

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01/12/2011, 00:26
Director

Los dos vejetes se ríen divertidos mientras se miran uno a otro, luego uno de ellos clava su mirada en ti y dice:

-"Pues claro que es una trampa, muchacho, estrategia, chaval, estrategia... De eso se trata todo. Todo en la vida es estrategia. Sí señor." - su compañero asiente mientras te mira también fijamente.

-"¿Y qué sabes tú del Caballero Rojo, muchacho?"- preguntó el que no había hablado aún.

-"¿Qué más da lo que sepa? Lo importante es si sabe las preguntas. Eso es lo importante. Y dime chaval, ¿las sabes?" - le interrumpió el primero.

-"El no puede saber las preguntas, se supone que tiene que ser una chica. ¿Ves que tenga tetas? Además tiene barba." - el segundo dio un puñetazo en la mesa que atrajo algunas miradas.

-"¿Y qué? Tiene la misma sangre que la que se perderá. Eso tiene que contar para algo ¿no?" - insistió el primero.

-"¡Calla! no debes dar pistas, no podemos dar pistas o todo se echará a perder, ¡podríamos llevar a que quien no debe hiciera las preguntas, o igual de malo a que quien debe no haga las preguntas adecuadas!." - el segundo pareció por un momento aterrado, y al primero se le desorbitaron los ojos.

Entonces los dos miraron a Theonil a la vez y preguntaron:

-"Bueno, muchacho, ¿conoces las preguntas o no? Porque ésta partida no se va a jugar sola, tenemos que ayudarla, ¿sabes?" - y se quedaron mirando expectantes.

Al avispado investigador no se le pasó por alto que las voces de los dos viejos sonaban iguales, además si uno ignoraba los peinados y colores de pelo diferentes, las gafas de uno y la ropa, miraba más allá de la barba kilométrica que lucía el primero mientras la del segundo era rala... podría haberse dicho que eran la misma persona.

 

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01/12/2011, 03:52
Elemmir Espadestrella

El elfo miró a Evea, escudriñando bajo su capucha al oírla dirigirse a él, se acercó hacia dónde estaba ella, provocando que la multitud de alborotadores se retirara unos pasos dejándola de repente aislada. El gesto hosco del guardia se relajó al reconocerla e incluso mostró una ligera sonrisa.

-"¡Ah! Dama Evea. No os había reconocido al principio. No hay nada que agradecer, por lo visto en las investigaciones sólo cumplí con mi obligación. Tampoco es que tuviera dudas desde el primer momento. La diferencia de auras entre los grupos era abrumadora."

Escuchó atento la petición vacilante de la muchacha de piel oscura y asintió, encogiéndose de hombros.

-"En realidad no terminaré mi turno hasta después de medianoche, cuando el Festival haya acabado oficialmente. Y eso si no hay disturbios tras la llegada del unicornio. De modo que, salvo que el asunto que deseáis tratar pueda esperar a mañana, deberíamos tratarlo ahora. Podemos hablar más discretamente a la vuelta de la carpa." - el paladín señaló en la dirección opuesta al camino por el que entraban los clientes, más allá de la multitud, mientras atravesaba la cordada. La gente se alejó incluso un poco más de modo que nadie estaba a menos de cinco metros de Evea.

El elfo se dirigió a los manifestantes, que retrocedieron otro par de pasos y enfocó en ellos la mirada, algo que no había hecho hasta ese momento, salvo con Evea después de reconocerla, aunque la chica no pudo ver bien cuando empezó a hablar, porque ahora el paladín le daba la espalda.

-"Si cualquiera de vosotros decide aprovechar mientras no estoy mirando para hacer algo, sea una provocación inadecuada a mis guardias, sea un asalto a un visitante o cualquier otra cosa que no os habríais atrevido a hacer mi presencia, me aseguraré personalmente de que no veáis el Festival de este año. Puede que convenzáis a la teniente Recta de dejaros salir del calabozo a tiempo para ver el unicornio, pero os garantizo que no le veréis. Y ni la magia de Merryl podrá romper la mía, os lo aseguro." - A Evea no le pasó por alto el énfasis que hizo Elemmir en la palabra veréis ni que su alegato provocó auténtico pánico en la multitud, hasta el punto de provocar que algunos rostros se quedasen lívidos.

Inmediatamente después, el elfo se dirigió hacia donde había señalado a Evea, ofreciéndole el brazo para que le acompañase. La multitud había quedado casi silenciada, incluso sus provocaciones e insultos parecían haberse rebajado un grado respecto a cuando el paladín patrullaba la entrada a la carpa. Una vez se habían alejado unas docenas de metros, preguntó en voz baja.

-"Bien, mi señora, ¿en qué puedo ayudaros?"

 

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01/12/2011, 09:20
Evea, la gata

 Le gustó aquella sonrisa, era una buena forma de empezar la conversación. Pero cuando el caballero le anunció que no terminaría su trabajo hasta pasado el festival, se debió reflejar la desilusión en sus facciones pues el Elemmir se ofreció para atenderla ahora mismo.

 - Os estaría muy agradecida si pudiera ser así.- Añade con una tímida sonrisa y una mirada clara.

 Fue entonces cuando el paladín advirtió a los aldeanos de que no hicieran nada de lo que arrepentirse, le recordó bastante a su querida Tianna, pero había notas diferentes en el proceder, pero si era muy parecido el autocontrol que mostraban. Realmente hacía falta mucho caracter para seguir esta exigente senda.

 Finalmente le cedió el brazo para acompañarle a la vuelta de la carpa. La joven lo miró unos momentos sorprendida, pero se repuso pronto, tomándole del brazo.

Cuando llegaron a la parte posterior de la carpa de colores negro y rojo, la joven empezó diciendo.

 - Antes de nada gracias por ofrecerme vuestro tiempo, caballero Elemmir, siendo un día tan ocupado como se presenta y siendo yo una forastera a la aldea como soy.- Tras una pausa, para organizar sus pensamientos añadió.- Es una lástima que no haya llegado antes a este lugar, parece un buen sitio. Pero la vida que llevaba hasta hace unos meses no me lo permitía.- Añadió mirando al paladín.- ... me estoy desviando del tema, lo siento.

 Empezó de nuevo.

 - No es casual que haya llegado a este pueblo, algo me ha impulsado para hacerlo, y no es el unicornio del que todos hablan. Estoy buscando información, algo que me permita encontrar a alguien.- Sin decir aún el nombre de Tianna continuó.- Pero al parecer lo que esperaba que fuera una fuente fiable resultó no serme útil, pero... esta noche, tras vuestra imposición de manos creo que hay otra posibilidad. Estoy buscando a Dama Tianna, una paladín como vos que se crió aquí en estas tierras.

 La joven espero a ver la reacción del caballero antes de proseguir.

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01/12/2011, 10:23
Theonil Bremârck

Me quedo atónito. Abro los ojos e intento trascribir los detalles de la conversación a un cuadernillo, indispensable en el trabajo de investigador.

-Soy un investigador privado; sólo busco respuestas. Y en respuesta vuestra pregunta, conozco a quién buscáis. Os guardaré el secreto, amigo. -  Le guiño un ojo y me marcho corriendo, corriendo, en busca de Evea. Ella podría encargarse mejor de los vejetes que yo, y casi era la hora. Aunque me intrigaba mucho ese ser o seres.

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03/12/2011, 04:35
Elemmir Espadestrella

Elemmir escuchó atento las explicaciones de Evea, tanto que ponía un poco de los nervios, aunque a mitad de la argumentación de la joven esbozó una sonrisa ligera que quitó hierro a la situación.
-“Bueno, sea el que sea el motivo que os trae aquí, me alegro que lo haya hecho, en especial durante el Festival, Zoquejo merece la pena durante estas fechas.” – el paladín empezó con temas intrascendentes, pero enseguida pasó a otros más serios.
-“Conozco a Tianna, aunque no demasiado. Cuando yo vine a éste destino, no hace mucho, ella era ya casi una mujer con votos de caballero, de hecho se marchó al poco de llegar yo.” – A Evea no le terminó de sorprender aquello, pero siempre resultaba desconcertante cuando quedaba de manifiesto que, a pesar de su aspecto juvenil reforzado por su rostro barbilampiño, un elfo como con el que hablaba podía tener siglos de edad – “Sí tuvimos algo de relación, aquí nuestra senda no es en absoluto común, ni siquiera con el tema de los unicornios. La naturaleza legal de Tianna no cuadraba muy bien con la base caótica del pueblo y que eligiera a esa diosa tan extraña… Y humana, además, no ayudó a su integración en la comunidad religiosa del pueblo. La gente aquí no tenía demasiada simpatía a su elección y su apoyo en el templo local era escaso. No creo que vieran con buenos ojos que alguien con sangre eladrin antepusiera un culto humano tan minoritario al del Seldarine, así que yo era de los pocos con los que podía hablar de religión y de su devoción de guerrera sagrada sin que le torcieran el gesto; ella y su amigo Geralt, los dos estaban demasiado solos en su camino espiritual. Y aquí el respeto por la figura de un paladín no es tanto como puedes venir acostumbrada de tierras humanas; los elfos ven más en la figura del explorador lo que vosotros veis en el paladín.”
Pero hace un poco que no la veo.” – se quedó pensativo un rato – “Normalmente me cuesta mucho estimar el tiempo de forma precisa en tramos tan cortos, pero esta vez resulta fácil. Fue hace cinco años, durante el anterior Festival. Tianna siempre vuelve para el Festival, le gusta mucho ver los unicornios; aunque nunca  vista el blanco, supongo que ser amazona no cuadra mucho con las exigencias de su diosa o…” – se quedó pensativo unos segundos, luego se sonrojó profundamente, carraspeó y continuó con un cambio de tema. –“Realmente resulta muy extraño que no haya venido esta vez, algo grave debe haberla retenido. Seguramente habría sabido de ella, habría venido a saludar o, tal vez, se hubiera alojado en los cuarteles. Como figura militar de la ciudad es su prerrogativa hacerlo.” – se quedó callado un momento y acompañó el gesto, que se le había tornado de preocupación, con una mueca de lástima.
-“¡Vaya! Vienes buscando respuestas y en su lugar lo único que hago es preocuparte más” – el elfo tomó las manos de Evea entre las suyas y miró a sus ojos con compasión – “No veo cómo podría ayudarte, dama Evea, pero si hay algo que pueda hacer, sólo tienes que decírmelo. No se me ocurre nada, salvo que preguntases a Theonil Bremârk, que comparte con Tianna su sangre celestial y desciende del mismo Ghaele, por lo que se y podría haber sentido su pérdida si hubiera cruzado el velo a los planos superiores. Pero, dado que ayer te vi con él, supongo que ya lo has andado ese camino. Tal vez pudiera pedir un favor en el templo…” – aunque su tono era reconfortante sus palabras no lo eran, Theonil no sabía nada y en el templo ya habían hecho el ritual más poderoso de que eran capaces y, aunque había resultado, sus respuestas no habían sido para nada satisfactorias.

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04/12/2011, 00:05
Evea, la gata

 La joven humana asentía ante las palabras del paladín. Guardando respetuoso silencio. Pero no podía evitar que en su rostro alforaran el mar de sensaciones que sentía.

 Al terminar la joven guardó silencio durante unos instantes.

 - No quisiera poneros en un compromiso, caballero.- Termina por decir con voz clara.- Ayer tuve la fortuna de poder ver al padre Merryl, fuí a verle con el señor Theonil Bremarck. Y muy amablemente hizo cuanto pudo para ayudarme, no obstante a pesar de sus esfuerzos tan solo logramos obtener un... un enigma.

 Tras un carraspeo, la joven recita:

"Cuando el carcelero cautivo quede libre la cautiva podrá ser liberada.

Jugaréis en la ruleta el destino de los cautivos y el vuestras vidas.

Los actos de los que conocen la profecía marcan la libertad de la cautiva.

Los actos de los que le acompañan marcan la libertad del carcelero.”

 Tras una pausa, aún extrañada y confundida por el mensaje de estas palabras, apunta.

 - También pudimos hacer tres preguntas y recibir respuesta. Primera pregunta: ¿está Tianna en Zoguejo o en sus proximidades? La respuesta fue aún no. La segunda pregunta fue: ¿Geralt tiene algún dato que nos pueda indicar dónde está Lady Tianna? Cuya respuesta fue un no tajante. Finalmente no pude evitar preguntar: ¿está en peligro Lady Tianna? Afortunadamente la respuesta fue sí.- Ante la expresión de sorpresa de Elemmir ante eso de "afortunadamente fue sí", la joven añade.- Yo he estado junto a dama Tianna los últimos años. Sé que partió para resolver una terrible misión. Que tras un mes la respuesta a si estaba en peligro fuera un sí, significaba, por lo menos, que sigue viva.

 La humedad se agolpó en los ojos de la muchacha sin posibilidad de frenarla. Era una terriblemente fuerte angustia la que sentía. Evea quedó muda sin saber que decir. Esforzándose en parpadear para no llorar.

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04/12/2011, 17:27
Elemmir Espadestrella

 Elemmir escuchó las palabras de Evea, asintió pensativo mientras escuchaba las profecías y las respuestas a los interrogantes, después meditó un rato antes de contestar:
-“Si Merryl ha hecho ese ritual para ti, me temo que ha hecho todo lo que puede, no hay nada que pueda conseguir de él para ti. Las respuestas de los dioses son así, debes tener en cuenta que sus mentes no son como las nuestras, ni siquiera podemos imaginar cómo es su lenguaje ni la forma en que se comunican, por eso resulta tan extraño y complicado contactar con sus mentes. No creas que es que no quieren ayudarte, sólo que la forma en que pueden hacerlo es… difícil de comprender para nosotros, por eso suelen manifestarse en el mundo a través de enviados y representantes. Es menos poderoso pero más seguro y sus acciones más comprensibles.

De todos modos tengo cierta experiencia con la forma de hablar de las divinidades, aunque Rillifane es especialmente complicado de entender, puesto que ni siquiera es una criatura como nosotros, sino una fuerza natural del mundo salvaje.

Diría que algo retiene a Tianna en algún lugar, pero que en un momento u otro ella o quien la retiene puede acercarse a Zoquejo dando una opción de liberarla; por desgracia eso puede ser dentro de mucho tiempo, aunque igualmente puede ser hoy mismo. Los dioses no perciben el tiempo como nosotros, algunos ni siquiera lo perciben en absoluto.
Lo que sí me queda claro es que vosotros, quienes conocéis la profecía, sois los únicos que podréis liberarla pero que hacerlo será peligroso. Eso es lo que interpreto respecto a Tianna por lo que me dices. Hay más datos interesantes, el tema del carcelero cautivo o que vuestros actos marquen la libertad del carcelero creo que es importante también, pero me temo que eso no tendrá demasiado sentido hasta que sea evidente o demasiado tarde. Pero deduzco que os jugaréis mucho más que la libertad de Tianna.
No creo que Rillifane hubiera concedido una profecía así para una sierva del Caballero Rojo, incluso con la intercesión de Merryl, si no ganase algo con ella, de modo que intuyo que en esa historia habrá un mal significativo que acecha al bosque, tal vez sea el carcelero misterioso, tal vez sea quien aprisiona al carcelero o tal vez una tercera fuerza que no ha sido mencionada en la profecía por algún motivo.


Me temo que no te puedo ayudar más, salvo manteniéndome atento. Si veo a Tianna por el Festival, le diré que estás buscándola.” - Finalmente el caballero parecía haber terminado su discurso, y suponía que no había mucho más que pudiera hacer por ella, puesto que liberó el brazo de la joven y apretó sus manos entre las suyas y las besó en un gesto confortante, para después soltarlas, parecía dispuesto a despedirse salvo que la humana tuviera algo más que añadir.

Evea había estado atenta a las explicaciones del paladín, pero la posición en la que estaban le permitió ver, a lo lejos, a Theonil, parecía venir del Arrabal, se movía deprisa, nervioso y sin rumbo claro, como buscando algo, la batidora supuso que a ella, porque cuando la vio se disipó su tensión y se dirigió hacia ella directamente, aunque desde lejos, puesto que aún estaba cerca de las últimas casas del Arrabal.

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04/12/2011, 17:41
Director

Theonil no tenía muy claro dónde buscar a Evea, después de comprobar que no estaba en la posada donde se habían reunido, pensó en preguntar a Aleena Recta, cuyo puesto de vigilancia estaba muy cerca de allí.

Aunque se ganó una ceñuda mirada por molestarla con trivialidades estando tan ocupada, y realmente lo estaba, la siempre eficiente y pragmática elfa, prefirió no perder más tiempo discutiendo del que tardó en contestar a Theonil que Evea había preguntado por Elemmir Espadestrella, quien tenía turno de vigilancia para evitar disturbios entre los que protestaban contra el burdel que habían puesto el exterior de Zoquejo.

Hacia allá se dirigió Theonil, el lugar era una de las carpas más grandes que se habían montado en el Festival, detrás del Circo de los Horrores y el enorme mamotreto que se desplegaba del carro del tabernero Garreck Destilador, que esa tarde haría el concurso de bebida. La tienda era de colores rojos y negros y estaba decorada con dibujos eróticos que en el pueblo que considerarían excesivos, una cordada dorada hacía un pasillo hasta la entrada, más concurrida de lo que uno podía esperar en un poblado del Reino élfico y no solo por extranjeros visitantes del Festival. Dos guardias, un elfo y una elfa, mantenían bajo vigilancia a un grupo de vociferantes ciudadanos locales que lanzaban proclamas contra el burdel y la esclavitud sexual de mujeres mientras acusaban al negocio de ser una afrenta para los unicornios y un insulto para el buen nombre del Festival, aunque los ánimos estaban crispados, los vociferantes parecían contentarse con zaherir a los que visitaban el lugar y gritar contra los dueños.

Finalmente consiguió distinguir a Evea, estaba junto al guardia que había llegado la noche anterior con Aleena, el paladín que les había curado a él y a la mujer. Estaban caballerosamente cogidos del brazo y el hombre parecía estar diciendo algo que la exploradora escuchaba con mucha atención y gesto serio y atribulado, su mirada se cruzó con la de Evea y mientras avanzaba hacia ella. Tardó un rato en acortar la distancia, puesto que estaban más allá de la carpa y él apenas había terminado de salir del Arrabal, y por el camino pudo distinguir que se separaban, el caballero llevándose a los labios las manos de la joven tras apretarlas en un gesto reconfortante.

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04/12/2011, 17:56
Director

La entrada en el arco no supuso problema en lo que al guardia se refería, tras constatar que Gaëlle seguía figurando como pendiente de una visita al templo y que Karlack correspondía con la descripción de otro invitado del mismo. Sin embargo la multitud de turistas que intentaba convencer al guardia de que les dejase entrar no resultó tan comprensiva y montó un gran alboroto al comprobar que ellos dos les dejaban pasar cuando al resto se les negaba el acceso, llegando a hacer comentarios procaces acerca de los motivos que tendría el guardia para dejar pasar a la bella Gaëlle. Eso resultó ser la gota que colmó el vaso de la paciencia del guardia que amenazó a los desvergonzados con hacerles pasar al Centro, pero a la prisión en un tono de voz tan serio y con un tono de piel tan rojo, medio de ira medio de vergüenza que durante unos breves minutos se disipó la congregación de aspirantes a visitante de Zoquejo Centro.

Los nervios de la situación vivida a la entrada no tardaron en disiparse al caminar por el adornado y embellecido distrito residencial de la ciudad, los jardines, las fuentes, los paseos, los árboles-edificios todos estaban engalanados con luces e ilusiones, las plazas tenían escenarios más pequeños y menos concurridos que los de la feria pero que daban espectáculos musicales incluso más bellos que los de fuera, aunque casi todos de naturaleza mucho más relajada y ceremoniosa que las alegres y festivas canciones más pensadas para bailar que abundaban fuera. El resultado era un paseo encantador y muy agradable, una experiencia que merecía la pena vivir al menos una vez.
El gran árbol que constituía el templo de Zoquejo estaba aún más engalanado, imágenes de unicornios y luces de colores, desde lejos ya se oía un coro angelical entonando loas y alabanzas en élfico que Gaëlle pudo reconocer como cantos ceremoniales del panteón de los elfos, el Seldarine y particularmente de su dios de la naturaleza Rillifane. Cuando entraron en el templo pudieron atisbar brevemente el coro, dirigido por una muchacha muy joven de cabello que parecía de platino puro y con la voz de un ángel, los dos la reconocieron como la niña que acompañó a Evea la noche anterior a la posada para despedirse de Theonil, era su hija, y eso podía explicar la voz angelical, dado que entonces tendría sangre de eladrines.
No pudieron apreciar el coro mucho rato, puesto que enseguida les recogió un novicio que les llevó hasta una sala, por turnos entraron a recibir su magia restablecedora, un sacerdote les ungió con gestos místicos mientras entonaba complejas oraciones rituales que hicieron que sintieran un calor invadir sus venas y extenderse por todo su cuerpo, un agradable sentimiento de calidez les invadió durante unos instantes y al disiparse se llevó con él el cansancio, la fatiga y el dolor de cabeza de Gaëlle que estaba haciendo que no disfrutara completamente de los magníficos acordes que llenaban el Centro de Zoquejo.
Media hora después de haberse separado de Evea y Theonil, tras un paseo de vuelta por el festivamente paradisíaco Centro de Zoquejo, salían por el arco que separaba la Plaza del Fielato del distrito residencial. Dejaron atrás la música suave, casi de cámara para adentrarse de lleno en la mucho más fiestera y bailable de la feria. Estaban renovados, se sentían fuertes y descansados, despiertos y seguros e incluso el ánimo parecía haber mejorado tras el conjuro de restablecimiento. Gaëlle estaba segura de que incluso se le habrían quitado las ojeras y las marcas de los llantos de hacía menos de una hora.
Ni Theonil ni Evea estaban en la posada, ni tampoco en el sitio donde se encontraron, a apenas unas decenas de metros del arco que acaban de cruzar y por el que ya no podían volver.

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04/12/2011, 18:44
Director

Mientras comenzaba la charla con Nívea Selen, Auria distinguió atravesando la plaza a la amable humana de pelo rojizo que había conocido la noche anterior cuando salió a perseguir a Karl, caminaba junto a otro humano al que distinguió vagamente como uno de los que confabulaban con ella al otro lado de los espinos, pero ahora no llevaba su armadura de guerra, sino solamente la elegante coraza. Le extrañó verles andar libremente por el interior, aunque parecía que se dirigían al exterior.

Nívea Selen también se fijó en ellos, en parte al ver que Auria se los quedaba mirando un poco, pero sobre todo porque eran los únicos humanos que se podían ver en todo el Centro en el tiempo que ella había pasado en Zoquejo.

Notas de juego

Únicamente señalar que os cruzáis con ellos. Si Auria quiere contactar con Gaëlle, sabe por dónde está, al menos de momento.

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07/12/2011, 02:11
Gaëlle Bellerose

Entre el cansancio del viaje, lo que había estado bebiendo el día anterior y el estado en que se encontraba antes de ir al templo Gaëlle apenas se había fijado en Zoquejo. Ahora, mientras caminaba acompañada de Karlack, no podía evitar posar su mirada en todo con lo que se cruzaba. De pronto todo en aquel lugar le parecía aun más hermoso. Veía en el arrabal, al que acababan de llegar, señas de arquitectura élfica por todas partes, veía los pequeños arboles y jardines, la mezcla de gentes y el bullicio del festival. Todo en aquel pequeño lugar le parecía una maravilla. Debía ser simplemente por encontrarse más animada, pero incluso el día le parecía que tenía un color diferente, más vivo.

De pronto hasta sus problemas parecían diluirse. Estaba alegre por haber arreglado las cosas con Pía, y todo aquel asunto de la noche anterior parecía completamente cerrado. Quedaba el asunto de Notcha, pero estaba convencida de que algo ocurriría. Estaba segura de que tendría suerte. 

Cogió a Karlack de la mano y tiró de él en dirección a la posada donde se habían reunido el día anterior*.

-Vamos, bebamos algo - le dijo cuando ya estaban en marcha - ¿tienes prisa? Si puedes quedarte hablaremos de lo que iba a pedirle antes a Theonil. No es una petición cualquiera, tiene bastante historia detrás. 

Notas de juego

* Recuerdo que había linea visible hasta la entrada al centro

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07/12/2011, 04:38
Luna
Sólo para el director

Auria se quedó mirando a aquella muchacha de pelo rojizo, no se acercó a ella pues estaba acompañada y las mujeres si iban acompañadas por hombres a veces eran tan horrorosas como podían serlo ellos mismos. Quizá en otro momento si no estaba bajo su supervisión o no se sentía amenazada por la presencia masculina de su acompañante iría a buscarla.

Mientras tanto tomó un palito que había en el suelo y se puso a dibujar en el suelo, cuando miró el dibujo que había hecho era similar a la cara de Karl. Auria siempre había sido muy buena dibujante y aún en el suelo arenoso se podía distinguir la cara de aquel que tanto daño le había hecho durante tanto tiempo. Ahora ya estaba muerto, le había matado, pero quizá debiera ver su cadáver una última vez para comprobar que nadie le había salvado.

Entonces emborronó el dibujo, lanzó el palo y se quedó mirando a la posada.

No puede tardar en salir mucho más...

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07/12/2011, 09:12
Karlack Rowder

Había quedado con Theonil en la posada, ¿o era en su despacho?, daba igual, si ella quería tomarse una copa, no había nada más importante......dioses, ¿pero qué le pasaba? Era un gran guerrero y actuaba como un granjero quinceañero.

Seguro que era por culpa de la bruja que tenía delante, con su endiablada música que había conseguido nublar los sentidos del gran guerrero, debería agarrarla por el precioso cuello y estrujárselo hasta que no pudiera soltar ni una más de sus malignas notas.

No, no tengo prisa. Tomemos algo y me pones al día de lo que necesitas. Si puedo ayudarte cuenta conmigo.

¿Qué diablos podría ofrecerle Theonil que él no puediera?

 

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08/12/2011, 13:28
Theonil Bremârck

Algo cansado, me acerco a Evea, y mientras recobro el aliento no puedo sino enarcar una ceja divertido cuando veo al paladín.

Me acerco a la gata, y con una sonrisa pícara digo: - Veo que no sólo sus hechizos sirven para curar... - hago un gesto quitándole importancia y añado:-  He encontrado una pista. Importante. Sobre el caballero rojo. En una taberna de los arrabales, dos hombres están jugando a una especie de divertimento estratégico. Fíjate bien; ambos son la misma persona, pero con ropas distintas, y llevan allí sentados varios meses, sin moverse prácticamente. Están atascados por una jugada, y hacen unas preguntas muy raras...  Creo que tu podrías encargarte de ello mejor que yo, compañera... -  Miro a la torre del reloj, y viendo lo tarde que es digo- Después de comer iré por allí; tengo que hablar con mi hija.   

Cuando estaba a punto de irme pego un respingo:

-¡Ah! ¡Me olvidaba! Me preguntaron si conocía las preguntas... Por lo visto esperaban a una mujer. Aunque mencionaron que mi sangre será la misma que la de quién se perderá. -Abro un momento los ojos- Nasha... ¿Tendrá algo que ver con ella? Pego una patada en el suelo, de puro odio, pensando que alguien... o algo le pusiera una mano encima- Por todos los dioses... Seguro que tiene que ver con ella... Debo evitarlo. Si ves a Karlack dile que después de comer vaya a mi oficina; es urgente... Y me gustaría contar con tu ayuda. No puedo permitir que le pase nada.

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08/12/2011, 21:37
Gaëlle Bellerose

Gaëlle recorrió el camino hacia la posada a buen ritmo, caminando con paso alegre. Prácticamente bailaba al ritmo de la música* que, con motivo del festival, se es escuchaba casi en cualquier parte del pueblo, tratando en ocasiones de incluir a Karlack. Desde que había salido del templo se encontraba extrañamente alegre, con la sensación de que todo iría bien. 

Al llegar buscó una mesa cerca de una ventana, un lugar bien iluminado, se sentó frente a Karlack**, y a la que se acercó un camarero pidió una copa de vino élfico. Quizá no debiese beber, pero se encontraba extrañamente alegre, y una copa no iba a hacerle daño. 

-Bien, verás - comenzó en cuanto les sirvieron - Mi problema es un poco especial... no tengo claro que haya alguien que pueda ayudarme -le cogió las manos mientras se lo decía- Si vosotros pudieseis os estaría eternamente agradecida... 

Aunque al empezar a hablar parte de su entusiasmo anterior se había esfumado, no parecía hundida como lo había hecho cuando había sacado el tema frente a Theonil y Evea la primera vez. 

-Nunca conocí a mis padres. Me críe entre elfos, en un poblado en el interior del reino. Una juglaresa llamada Carolien Camellia hizo de madre para mi, me enseñó todo lo que se...  Ásvaldr Torosian fue un hermano para mi... - se detuvo un instante - no, es mi hermano. Estaba enamorado de una chica llamada Notcha, fue hace muchos años... muchos para un humano, no tantos para un elfo. Cuando volvió a buscarla descubrió que había sido elegida por el unicornio... fue la ultima doncella del unicornio. 

Volvió a detenerse. Hablar de ello volvía a hacer presente para ella que con seguridad iba a fallarle a su hermano. Lentamente volvía a desanimarla. 

-Ayer estaba aquí... quizá me vieseis con él, un elfo alto, de cabellos negros... había vuelto a buscarla. Confiaba en que con la nueva elección alguna de las anteriores doncellas estuviese en las cercanías de Zoquejo. Pero tuvo que partir hacia el Norte... a la guerra...

Otra vez sus mejillas comenzaban a humedecerse por las lagrimas.  

-Vaya día llevo ,¿eh? Siempre me veis llorando - bromeó en un tono bastante patético mientras se secaba las lagrimas. 

-Tengo que encontrar a Notcha... darle un mensaje... Tengo que decirle que Ásvaldr aun la quiere, que dentro de cinco años volverá a buscarla...- A cada frase iba haciéndose patente el derrotismo con el que afrontaba aquello. Estaba claro que ella no creía que fuera a conseguirlo. 

Bebió un trago antes de continuar. 

-Y bien, Karlack Rowder, ¿tienes idea de que puedo hacer para encontrar a Notcha o a alguna de las demás Amazonas?

Y en ese momento se quedó completamente parada, como una estatua. Abrió la boca y se quedó mirando fijamente al frente. Poco a poco su expresión fue convirtiéndose en una intensa sonrisa mientras su mirada se iluminaba. Cogió con fuerza las manos del guerrero mientras, de nuevo, las lagrimas le recorrían el rostro, pero esta vez eran de felicidad.

 -¡¡Lo tengo!! - exclamó entonces - ¡¡Si, lo tengo!! - se levantó de un salto - Pero por Olidammara ¡¡Como no se me había ocurrido!! 

Lanzada como una flecha se sentó junto a Karlack y le abrazó con fuerza.

-¡Oh, te quiero Karlack Rowder! - exclamó mientras le besaba una y otra vez en la mejilla - Sin no hubiera venido contigo aquí... si no te no hubiera contado todo esto... ¡¡Gracias, gracias, gracias!!

Se apartó ligeramente de él, sacó un pañuelo, y se secó las lagrimas.

-¿Como no se me había ocurrido antes? - parecía completamente loca de alegría - ¡Solo tengo que esperar a la elección! Tengo que darle el mensaje a la nueva doncella del unicornio*** -hablaba en voz alta para si misma, con mucha rapidez - Ella se lo dará después a Notcha, y ella esperará a mi hermano... si, funcionará, funcionará ¡tiene que hacerlo! ¿Verdad que funcionará? 

Se volvió de nuevo hacia Karlack, le cogió las manos con fuerza y le miró fijamente a los ojos. 

-¡Por favor, dime que me ayudareis! Por favor, por favor... necesito que esto funcione... y ni siquiera se como funciona la elección... -le hablaba a toda velocidad, sin parar a respirar, casi ahogandose - ¿Theonil lo sabe, verdad? ¿Podré estar allí, verdad? ¿Habrá alguna manera de acercarse y darle el mensaje, verdad?

Se detuvo un segundo mientras respiraba profundamente.  

-Ayúdame Karlack Rowder, eres mi única esperanza. 

Notas de juego

*Royo Disney, pero sin cantar

**Asumo que te sientas, aunque sea actuar por ti, por no fragmentar demasiado la escena. 

***Que retard soy, sinceramente no se me había ocurrido hasta ahora, y mira que le he dado vueltas. No se si funcionaría o si es posible (master, ni una palabra xD), pero de pronto me parece tan obvio... xD

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09/12/2011, 00:57
Director

Tan pronto como Theonil dio la noticia a Evea, ignorando la severa mirada que le dirigió el paladín, la muchacha se dirigió hacia allá, tras agradecerle sus esfuerzos y recibir instrucciones para llegar a la pequeña taberna de las afueras, si a Theonil le apetecía ir con ella o no resultó intrascendente, dado que la hora de comer se acercaba. Nasha saldría del templo en menos de diez minutos, lo que quería decir que el aasimar tenía el tiempo bastante justo para llegar al restaurante en el que había quedado con ella puesto que pillaba mucho más cerca del templo que del sitio donde estaban Theonil y Evea lejos no sólo del Centro sino incluso del Arrabal.

Notas de juego

Bueno, Jormaine, Gaelos va a estar un tiempo indeterminado no disponible, así que separamos caminos de los personajes aquí, tu puedes atender asuntos de tu personaje y otros que me parece te vendrán pronto y Gaelos puede ocuparse de los viejos misteriosos cuando pueda volver y si eso luego te cuenta cuando volváis a encontraros.

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11/12/2011, 02:14
Karlack Rowder

El camino hasta la posada se le hizo eterno, cada vez que Gaelle le agarraba para intentar que se uniera a su baile, los músculos se le agarrotaban y parecía que le hubieran metido un palo de escoba por donde la espalda pierde su casto nombre.

Al fin llegaron a la posada, tomaron asiento y cuando le iba a volver a preguntar por su problema, ella empezó a hablar sin parar.

No entendió nada de lo que le dijo, nombres de personas que no conocía, de dioses de los que no había oído hablar, de sitios en los que nunca había estado....sólo dos cosas se le habían quedado....los besos en la mejilla que parecía que se los habían grabado a fuego y un te quiero que había hecho que su corazón se le acelerara hasta el punto de tener que cerrar la boca por temor a que le saliera por la garganta.

Emmm, sí claro, hemos combatido juntos, ya somos como camaradas de armas....por los dioses Karlack, qué tonterías estás diciendo....y los camaradas de armas se ayudan entre sí. Cuenta con mi ayuda, Gaëlle Bellerose.

En cuanto a Theonil, no estoy tan seguro de que lo sepa, deberías hablar con él