Partida Rol por web

El Festival del Unicornio (Finalizada)

4.- Escena pública: La cabaña en el bosque

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09/02/2013, 02:26
Director

Nívea tuvo que concentrarse más que nunca para llegar con su esencia hasta algún lugar donde la naturaleza le fuera afín. Aquel era el conjuro que más le había costado lanzar desde que era una aprendiz que se esforzaba por entender el lenguaje de las plantas para poder darles órdenes. 

Para Auria fue aún más extraño, no era ni mucho menos la primera vez que recibía magia curativa, por lo que sorprendida no pudo evitar un grito al sentir en lugar de la tibia calidez habitualmente asociada a la curación mágica un fuerte escozor en la herida similar al que se recibía al bañar una herida abierta en alcohol. 

A pesar de ello cuando Nívea terminó su conjuro la herida de Auria se había cerrado, aunque seguía habiendo una alargada marca rojiza a lo largo de la espalda de la pequeña, allí donde la garra del monstruo se había hundido en su carne.

Nívea por su parte acabó la experiencia con un ligero malestar, como si el estómago se le hubiera revuelto y amenazaba con provocarle arcadas.

- Tiradas (1)

Motivo: Curación para Auria

Tirada: 1d8

Resultado: 5(+3)=8

Notas de juego

El conjuro funciona, aunque de una forma inusual. Apunta en la hoja que lo has gastado.

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09/02/2013, 09:51
Karlack Rowder

El guerrero había conseguido poner a salvo al grupo gracias a la guía de Evea. Con el arma en la mano, aseguró la zona mientras atendían a la joven elfa. 

El corazón le latía más rápido de lo normal. No era necesario ser experto en el bosque para ver que aquella zona no era normal y que algo terrible había actuado allí.

Con la adrenalina todavía recorriendo por las venas aguardó instrucciones

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10/02/2013, 12:28
Evea, la gata

La batidora volvió a notar la presencia de Lady Tianna en la proximidad de la bestia, superponiéndose a su voz los lamentos la helaban el corazón. No era una experta en ese tipo de enemigos, pero suponía que de alguna forma su mentora estaba unida a la bestia y eso la causaba un gran dolor. Sin embargo no estaban en disposición de hacer frente a ese enemigo con los medios actuales.

Esperó cubriendo con el arco a que el resto de compañeros llegaran al claro, moviéndolo a un lado y a otro ante los ruidos que causaba entre el follaje su perseguidor que, parecía, finalmente desistió. No había mucha elección sobre la forma de actuar, únicamente podían avanzar hacia la cabaña. Una mirada a Theonil la confirmó que él también lo había oído esta vez y se acercó a comentarlo.

En esos momentos se percataron de unas runas en el suelo, no muy seguros de cómo proceder advirtió a los demás que se detuvieran -Quietos un momento- el aasimar y ella analizaron un poco el lugar llegando a la conclusión que lo mejor sería intentar evitarlas para llegar a la desvencijada cabaña-Pisad donde pisemos nosotros, es posible que haya custodias mágicas fuera de nuestro camino-prefería que los otros fueran conscientes del peligro.

Y con todo el cuidado del mundo avanzó por un camino seguro, fuera lo que fuera lo que les esperaba deseó fervientemente que les permitiera acabar con la bestia y liberar a Lady Tianna. Ya estaba decidido, aunque sospechaba que la resolución final no la iba a gustar nada...

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11/02/2013, 03:24
Auria

Auria gritó de dolor mientras la que hasta ahora había sido su compañera le haría a cada gota de magia que entraba en su cuerpo. La druida trató de quitar varias veces las manos de Nivea, no quería que le siguiera tocando, pues había sentido otras veces heridas y cortes en su cuerpo, heridas del mismo tipo, pero lo que jamás había sentido era esa extraña magia meterse en su cuerpo.

Cuando se miró la herida, casi curada por completo se sorprendió. Tenía la herida prácticamente cerrada y podía moverse con facilidad, pero la sensación había sido horrible y así se lo explicó a Selen.

No podía creérselo. Aquel lugar era, como poco, desagradable. Insufrible y lo único que quería en aquel momento era largarse de allí. Sin duda, haber tomado la decisión de acompañar a aquel grupo había sido un tremendo error. De momento solo había provocado en ella grandes penas y sufrimientos.

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11/02/2013, 14:40
Gaëlle Bellerose

Ninguno de vosotros posee conocimiento arcano ¿verdad? Aunque sea un poco... - preguntó Gaëlle mientras observaba con preocupación las runas que tenían ante ellos - No me gusta ser portadora de malas noticias, pero el poder contenido en estas runas parece suficiente para acabar con todos nosotros. No reconozco el hechizo, pero si puedo decir que el mago que hizo esto era alguien poderoso. Debemos tener mucho cuidado si vamos a cruzar.

Tras advertir a sus compañeros, y aun albergando algunas dudas sobre aquello, siguió a Evea por el que parecía el único camino seguro. 

Notas de juego

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11/02/2013, 21:59
Theonil Bremârck

Theonil cargó su ballesta y siguió a las chicas, remarcando el camino que iba trazando Evea para asegurarse de que quienes vinieran detrás tuvieran clara la ruta que les podía llevar hasta la chabola sin activar las runas.

Notas de juego

Theonil sigue pnjtizado dado que no parece que Jormaine vaya a recuperarlo en breve.

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18/02/2013, 22:44
Director

Evea y Gaëlle avanzaban al frente, con Theonil remarcando el camino para que el resto pudiera seguir más tarde sin ponerse en riesgo. Tras un minuto de gran tensión y avance extremadamente cuidadoso llegaron hasta la puerta de la chabola, para gran alivio de todos, pero sobre todo de Gaëlle, que miraba con pavor a las runas, realmente parecía asustada por ellas.

La puerta eran cuatro tablas irregulares mantenidas juntas por unos listones no menos cochambrosos atados con cuerda de esparto basto. Ni siquiera tenía cierre y se mantenía en posición gracias a una trabilla formada por un palo enganchado entre el travesaño y las planchas de madera en la puerta y una protuberancia en forma de L que tenía el tronco mal rematado que servía de marco. La misma puerta daba de si lo suficiente para levantarla y bajarla para dejarla encallada o libre.

El temor que las runas, protección a todas luces incongruente con la destartalada choza, habían suscitado en el grupo llevó a Theonil a pasar un buen rato asegurándose de que no había ninguna trampa que fuera a aniquilarles al abrir la puerta. Realmente parecía tan cutre e inofensiva como se la veía.

Una vez que decidieron abrir la puerta, la cabaña no mejoró demasiado en aspecto. Estaba bastante vacía, salvo en los rincones. A la derecha de la puerta había un jergón, poco más que una caja de madera rellena de helechos y plantas cubierto con una manta arrugada y un poco sucia. La esquina opuesta, a la izquierda desde la entrada, estaba ocupada por una estufa-cocina de leña, a su lado un caldero de peltre manchado de hollín y con restos de guiso reposaba sobre un pequeño montón de troncos. Un cubo de metal con agua sucia ocupaba el otro lado de la estufa, con algo de menaje de cocina en remojo.

Pero el lugar principal del destartalado chamizo era, claramente, la esquina opuesta al fuego. Allí había una irregular mesa de tableros con tocones de árbol como patas que ocupaba no solo toda la esquina sino la mayoría de la pared de enfrente. Junto a ella había una silla de madera, amorfa, aunque de cuidado y liso asiento, acojinado con tela rellena de plumas que parecía de pobre factura pero bastante cómoda y constituía la única muestra de concesión a la comodidad para vivir del lugar.

La pared de la mesa tenía la única ventana de la casa, con postigos de madera que estaban cerrados, al lado de ella, prácticamente en la esquina y a cierta altura sobre la mesa, había una estantería tan mal construida como el resto de los muebles del lugar y que parecía ser más una protuberancia del tronco de la pared que un elemento a parte. El estante soportaba cuatro libros, aunque era obvio que había un hueco entre medias.

El libro que faltaba, seguramente, era el que formaba parte del desbarajuste que había sobre la mesa. Resultaba obvio que era el lugar de trabajo de un arcanista. Era casi imposible enumerar todo lo que había en ella; la mesa estaba ocupada con instrumental, tinta de colores, plumas de varias clases, pergamino de diversas calidades, manuscritos – algunos burdos papiros artesanales, otros elegantes cuadernos élficos - y vasijas de cristal con todo tipo de rellenos que iban de lo desconocido a lo francamente repugnante, entre otras cosas inidentificables. Aunque parecía una dispersión caótica, podía verse un orden difuso e ininteligible en la colección de objetos; probablemente para su dueño eso estaba ordenado de acuerdo a un criterio indescifrable para el resto del mundo.

La parte central de la mesa, situada frente a la silla, parecía ser el punto de trabajo propiamente dicho. Esa zona estaba menos ordenada, aunque había pocas cosas. Descansaba, a un lado, como si fuera el punto de consulta principal para el trabajo que se operaba en ese banco de trabajo, un libro abierto, con un punto de lectura marcando una página que no era la que ahora estaba primera, tal vez porque el gélido aire que corría por la cabaña a veces había movido las hojas, aunque no llegaba a apreciarse al estar sobre el lomo y abierto de par en par, se intuía que tenía un grueso encuadernado en cuero o tal vez en piel. En el extremo contrario del área de labor había un plano celeste, tenía numerosas anotaciones y cálculos, así como trayectorias trazadas e intersecciones remarcadas, era tan grande que no había podido ser extendido sin interferir en la zona útil, de modo que tapaba parte de la colección de frascos cristalinos. El centro, el área donde quien quiera que viviera en la cabaña había estado laborando, tenía tres pergaminos y junto a ellos dos tinteros y dos plumas diferentes con la tinta seca, uno de los tinteros - y una de las plumas - contenía un líquido negruzco pero de brillantes destellos irisados que Gaëlle reconoció como la tinta que los magos solían emplear para sus trabajos mágicos; la otra pareja parecía tener tinta normal de color negro.

Notas de juego

Os pongo un plano de la zona, no porque vayamos a hacer juego con tablero estricto sino para que os hagáis una idea de la disposición de la zona y sepáis qué podéis hacer y qué no (por ejemplo sólo puede haber tres personas mirando por la puerta sin entrar en la zona que activa las runas o hacen falta 75 pies para salir de la cabaña de vuelta a la parte segura del claro, apenas queda sitio dentro de la cabaña si entráis los seis y sólo cuatro personas pueden examinar a la vez la mesa)

Los códigos de color: 

Azul oscuro: El sitio del que venís, la zona segura donde no explotan las runas y que se va estrechando hasta cerrarse del todo en el sitio donde el monstruo misterioso atacó a Auria.

Rojo: La parte del claro que Evea y Theonil piensan que activa las runas que, de acuerdo a Gaëlle, tienen magia capaz de matar a todo el grupo.

Verde: La maraña que rodea el claro. No es seguro que parte de ella no active también las runas, pero tiene las mismas reglas que otras veces (movimiento reducido, daño por avanzar a más de 5', etc.)

Cyan: La parte del claro que parece ser segura.

Naranja la cabaña en sí, abajo a la derecha está el jergón, abajo a la izquierda la estufa y arriba la mesa.

Recordad que no tenéis porqué ir turno a turno y, si alguien no había tenido tiempo de postear algo y quería hacer lo que sea antes de acercarse a la cabaña, que lo incluya de forma previa en su siguiente post. He parado de narrar a partir de que es importante lo que hagáis. Se supone que nadie ha entrado en la cabaña ni ha cogido nada ni lo ha examinado en detalle. De hecho, Auria, Karlack y Nívea no tienen ni porqué haberse acercado si no quieren.

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19/02/2013, 18:29
Evea, la gata

La batidora examinó por encima la casucha, poco interesada en libros mágicos que escapaban a su conocimiento; sin embargo tal vez encontrase alguna puerta o trampilla que desvelara un pasaje oculto. A fin de cuentas la escamaba mucho la cantidad de defensas para una simple cabaña aislada sin más.

Aflojó la presión del arco y mientras continuaba con la búsqueda asomó la cabeza por la puerta
-Gaëlle, Nívea, hay ciertos libros que tal vez podáis examinar para ver qué función tienen... Theonil está en ello pero creo que podría agradecer una mano-volvió a meterse dentro de la cabaña para terminar su recorrido.

Durante un instante la preocupó nuevamente el destino de Lady Tianna, y el hecho que sus compañeras pisaran donde no debían mientras se acercaban y todo acabara allí; pero maldijo en voz baja y volvió a concentrarse en la autoimpuesta tarea. Deseó que los demás tuvieran el sentido común de no quedarse solos en medio de la nada, invitando a otro ataque de la "bestia"; aunque por otra parte tampoco cabrían todos en la choza.

-Todo esto era más fácil cuando sólo éramos dos-

- Tiradas (1)

Motivo: Buscar Puertas Ocultas

Tirada: 1d20

Resultado: 14(+7)=21

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19/02/2013, 18:50
Director

Evea se dedicó a examinar a conciencia el suelo de la chabola, sobre todo debajo del camastro, dado que la estructura estaba aislada en mitad de un claro y no había ningún sitio de interés al que pudiera irse por las paredes que, en cualquier caso, eran simples maderos. Mientras sus compañeras examinaban los libros, ella examinó todas las pistas que se le ocurrían.

No le cabía duda de que el suelo era firme y natural, los tablones mal puestos que lo formaban estaban plantados simplemente sobre el suelo del campo y le era obvio que quien quiera que viviera allí, entraba y salía por la puerta principal porque encontró huellas frecuentes que no eran las de ninguno de ellos. Huellas de pie pequeño, probablemente de elfo o de una mujer humana menuda.

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19/02/2013, 19:29
Karlack Rowder

Karlack aguardó en la puerta, haciendo guardia, pendiente de cualquier peligro que les pudiera llegar.

Poco entendía él de libros y de magia. Además el espacio en la cabaña era reducido, y él, con sus anchas espaldas y su dura armadura sólo estorbaría.

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25/02/2013, 02:57
Auria

Auria ya se sentía bastante dolorida como para arriesgarse a avanzar más. Aquella zona en la que se encontraban parecía bastante segura y ahora que todos habían decidido formar un grupo era probable que no había ninguna intención de separarse. Así que, en caso de que encontrasen cualquier cosa suficientemente interesante se lo harían llegar a todos, por lo que no habría problema en que ella no abanzase hasta la cabaña.

Era mejor permancer allí, tenía que mantenerse segura si es que quería continuar con vida.

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25/02/2013, 18:56
Gaëlle Bellerose

Asintiendo a las palabras de Evea, Gaëlle entró en la casa y se dirigió con cuidado hacia la mesa. Pese a que parecían haber dejado atrás los peligros más inmediatos, no se encontraba cómoda en aquel lugar. La guarida de un arcanista... uno capaz de acabar con ellos con las defensas que había preparado... ¿quizá el mismo que había traído a la criatura? ¿quizá se había convertido en la propia criatura?

Al llegar observó los pergaminos, tratando de descifrar su contenido. No era experta en magia, nunca lo había sido, pero si tenía algunos conocimientos básicos, y sus viajes le habían proporcionado grandes cantidades de conocimiento inconexo acerca de los más variopintos temas. Sin poner las manos sobre la mesa consultó también el mapa.

Dejó para el último lugar el libro. Al no encontrarse colocado en la página que le interesaba leer, no le iba a quedar más remedio que tocarlo, y no estaba del todo convencida de que aquello no desencadenase algún tipo de salvaguarda arcana. ¿Por qué habría agotado su capacidad mágica durante el festival? Ni siquiera había conseguido que aquello le sirviese de mucho... Pero no podía haber sabido que todo esto iba a pasar, era imposible imaginarse algo así. Conteniendo la respiración pasó las páginas del libro para volver a la que estaba marcada y poder leer lo que el arcanista estaba leyendo.

- Tiradas (1)

Motivo: Conocimiento

Tirada: 1d20

Resultado: 12

Notas de juego

Tirada de conocimiento de bardo (+7), apoyada con todo lo que tenga que sea aplicable* xD

*Saber arcano, geografía, historia, los planos, religión. Idiomas élfico, enano y celestial. 

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27/02/2013, 18:58
Nívea Selen Telq'ssir

Selen permaneció indecisa al lado de Auria, dividida entre quedarse con su pequeña amiga y el impulso de investigar la casucha, que tuvo que reconocer que se debia mayormente a curiosidad personal ya que ella no sería de gran utilidad allí.

Sin embargo era mala idea quedarse las dos solas lejos del grupo.

-Acerquémonos a los demás. Si surge algún problema no vamos a tener tiempo de recorrer el camino con cuidado y llegar hasta ellos

Comenzó a caminar cuidadosamente sobre las huellas que habían marcado el camino seguro.

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04/03/2013, 04:00
Auria

Auria confiaba plenamente en Nivea desde que la había conocido, así que si ella prefería adentrarse en el lugar, la pequeña elfa no se quedaría allí parada. Así que, aunque andaba algo indecisa se aventuró al interior detrás de su amiga. Dispuesta a ayudarla en cualquier cosa que necesitase.

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04/03/2013, 23:05
Director

Karlack se apartó un poco para que las elfas pudieran acceder a la cabaña; tras ayudar en la inspección, Theonil se unió al guerrero en la puerta, para vigilar el entorno armado con su ballesta y dejar más sitio en el interior de la pequeña cabaña de modo que los ocupantes no estuvieran agobiados.

Dentro Evea se mantenía al tanto, por si algo en la cabaña le llamaba la atención, pero dejaba el trabajo a Gaëlle que miraba interesada los distintos objetos del área de trabajo. Había examinado con interés los tres pergaminos, antes de pasar al mapa solar, momento para el que habían llegado las elfas, lo que vino muy bien para que Auria y Nívea le ayudasen con los mapas celestes. Para el final quedaría el libro, que era sin duda lo que más aprensión causaba, no sólo a la bardo sino también a las druidas.

Los tres pergaminos que había dispuestos en la mesa tenían sus diferencias. Dos de ellos fueron reconocidos por Gaëlle como pergaminos mágicos, uno de ellos tenía quemados los trazos que tuvieron tinta, señal inequívoca de que había sido consumido, liberando la magia que contenía. El segundo parecía a medio terminar, escrito con aquella tinta fulgurante que había en uno de los tinteros, era obvio que se trataba de un conjuro a medio embutir en el papel de gran calidad, un trabajo a medio completar.

No resultaba fácil, para ninguna de las mujeres, entender qué eran esos pergaminos. La magia era arcana, de mago, con la que no estaban muy familiarizadas; y, por si fuera poco, muy avanzada y, Gaëlle creía, una variación inusual de conjuros normales. Lo que sí estaba segura la bardo era que se trababa de un encantamiento, uno extremadamente poderoso, magia de dominación mental. Uno de los pergaminos había sido empleado para lanzar el conjuro, el otro parecía destinado a sustituirle, pero no estaba acabado, a la espera de que su escribano tuviera tiempo de completar los difíciles y precisos trazos necesarios para atrapar en el pergamino la magia.

El tercer pergamino, escrito con tinta normal, no tenía nada de místico y la tinta estaba desgastada. El legajo se encontraba un tanto ajado, debía haber pasado en aquel ambiente duro varias décadas, aunque probablemente guardado con un cierto cuidado. Era un simple texto en élfico, pero muy indicativo, la bardo lo leyó en voz alta, traduciendo a la vez:

-“A cambio de éste sacrificio exijo: Que sean retrotraídos a su situación de hace cinco años, medidos de acuerdo a la definición que se da de los mismos en éste Reino donde estamos ahora mismo, todos los efectos perjudiciales, negativos o lesivos que produjo en mi organismo y mi mente mi permanencia en el entorno que es conocido como el Plano de las Sombras, en éste mi plano natal de existencia. La consecuencia principal e indispensable de éste trato será que gozaré los próximos cinco años de la misma salud que he gozado los últimos cinco.”

Para ese momento las druidas habían llegado hasta ella y pudieron ayudarla a examinar el plano celeste lleno de garabatos y trazos de extrema precisión, que sólo podían haber sido dibujados con la ayuda de elementos cartográficos. Ninguna tenía un conocimiento avanzado de astronomía, pero entre todas pudieron reconocer varias de las estrellas más importantes, la luna, el sol y algunos otros cuerpos estelares y una estimación de sus movimientos por la bóveda celeste. Aunque no tenían claro qué era lo que se cruzaba ni dónde, parecía trazar una confluencia para esa misma noche, los trazos de tinta parecían viejos y desgastados, como si los cálculos se hubieran hecho hace mucho tiempo y, si lo entendían bien, el movimiento celeste reproducía aquella misma configuración periódicamente en aquella misma fecha.

Por fin Gaëlle se aventuró a examinar el libro. Un primer vistazo ya envió escalofríos por su columna vertebral, antes incluso de sujetar el punto de lectura. Las páginas que veía - y las que vio a continuación - empezaban todas, a modo de encabezado, con el título del libro repitiéndose en el centro de cada una. Escrito con cuidada y recargada caligrafía gótica se repetía un nombre aterrador “Daemonum Ritualica”, parte del texto estaba escrito en una lengua que no podía entender, aunque el resto - anotaciones, comentarios y aclaraciones – estaba en élfico.

La bardo pudo reconocer, por su fama obscena y herética, el título como la obra más importante de los rituales infernalistas, un libro impío y maldito, prohibido en todas las naciones del mundo, salvo las más decadentes. La mera posesión de un ejemplar era suficiente para ser condenado por herejía y brujería en casi cualquier lugar. Gaëlle tenía que recurrir a toda su lógica como persona cabal para convencerse de que no iba a convertirse en una bruja maligna con sólo tocarlo, su cabeza bullía con docenas de historias – disparatadas, en el sentido de las que una usa en una hoguera de campamento – sobre gente que se había vuelto loca o había sufrido destinos terribles al tocar o leer el libro.

Con cuidado y cierta aprensión, sujetó el punto de lectura. Tenía el tacto suave del cabello humano – o élfico, más probablemente, en este caso – y le permitió pasar las páginas sin tocarlas, hasta aquella que marcaba y que tenía pinta de haber sido usada con más frecuencia.

Comenzó con una hojeada general. El centro de la página parecía, por la forma del texto, una especie de poesía ¿quizá un cántico? en esa lengua desconocida que le provocaba nauseas cada vez que trababa de enfocarla e interpretarla. El resto de la hoja estaba lleno de anotaciones y comentarios a diversas partes del texto, todos ellos en élfico, aunque la escritura era recargada, curvilínea y parecían pequeños bichitos moviéndose, lo que dificultaba la lectura. Estimó que necesitaría unos quince minutos para leer la escritura en lengua elfo de aquella página. Consiguió leer el primer párrafo, una especie de introducción, que decía:

-“De la invocación de infernales y su atadura para el intercambio de favores negociados, requisitos, riesgos, rituales, ofrendas, limitaciones y elementos para la invocación. Parte XLIII. Ritualización específica para entidades intermedias.”

Pero antes de que la trovadora pudiera seguir con unas investigaciones que parecían poder arrojar algo de luz a lo que estaba sucediendo allí esa noche, todo volvió a estallar en una serie de sucesos caóticos.

Primero llegó la voz de Theonil, avisando de que algo se movía en el bosque. Unos segundos después Evea confirmó que ella también lo oía, las druidas parecía que iban a decir algo también, pero las dos cayeron al suelo simultáneamente, presa de espasmos y nauseas como si hubieran ingerido veneno. Durante unos segundos las druidas permanecieron en esa situación, aterrando a sus compañeros que no comprendían qué podía pasarlas, aunque tras ello se les pasó tan misteriosamente como había empezado o – tal vez -, a juzgar por sus caras doloridas y asqueadas, se habían acostumbrado al repentino malestar. Mientras incluso Karlack que, con su casco metálico y su propia orquesta personal formada por su armadura y escudo de pared, solía tener problemas para oír nada que no estuviera muy cerca o fuera muy ruidosos, había podido escuchar los pasos que se acercaban con tranquilidad y seguridad.

En ese tiempo algo había avanzado por el bosque, más allá del claro. Una criatura que, a diferencia del monstruo que les había acechado en su periplo por el bosque, era de gran tamaño; también se diferenciaba de su acosador en que no atravesaba los matorrales y zarzas destrozándolos a pura fuerza sino que parecía transitar sin dificultad, como si para él hubiera caminos secretos que no obstaculizaba la maleza.

De hecho, un trozo de maraña se abrió de repente, como cuando Auria y Nívea Selen entraban en ella, franqueando el paso del ser que emergió por el hueco, una figura oscura de gran tamaño cuya presencia explicaba el malestar de las druidas.

Entre los molestos espinos, que tanto les habían estorbado, emergió una figura equina, una bestia formidable coronada de un cuerno. Un unicornio. Pero algo no andaba bien en la bestia mágica. Inmensamente similar al que habían visto, arrobados de éxtasis en algunos casos y seguros de presenciar una experiencia mística en el resto. Pero a la vez inmensamente diferente, dado que ahora todos sentían que lo que tenían ante sí era una experiencia impía, una situación herética y antinatural, pensaban las druidas.

Porque el ser que tenían ante ellos tenía la misma majestuosidad que el anterior, solo que totalmente pervertida. El aura beatífica de aquel, se tornaba en éste ejemplar en una de malignidad casi palpable. Su piel del blanco nacarado más puro se había convertido en un negro brillante como una noche sin estrellas ni luna. El cuerno de marfil que tenía el unicornio del Festival era en éste de obsidiana pura. La sensación de paz que emanaba aquel, éste la tornaba en una presencia amenazante y aterradora. Los ojos de plata brillante que transmitían sabiduría y calma se veían en éste como pozos de fuego rojo llenos de ira y hostilidad. La sensación de bienestar que se expandía en su cercanía, todo lo que tenía de sagrado y místico el unicornio, se tornaba en una sensación de malestar - que para las druidas se intensificaba hasta enfermedad -, de maldad e impiedad, en presencia del unicornio negro.

La bestia aberrante se paró un segundo al inicio del camino para mirarles con sus ojos de rubí ardiente. Todos pudieron notar su odio, odio por estar vivos, odio por ser criaturas naturales, odio porque sus almas no estaban podridas. Pero las druidas lo notaban más fuerte, un odio infinito y envidioso, un ansia asesina sin límite, porque ellas tenían todo lo que él había perdido y añoraba, porque eran el perfecto ejemplo recordatorio de su fracaso. Y transcurrido ese segundo, comenzó a caminar, veloz aunque sin prisa, siguiendo milimétricamente el camino seguro entre las runas mortales, como si lo conociera de memoria resoplando casi con alegría, con una lengua negra relamiendo sus quijadas en previsión de la sangre de la que saciaría.

- Tiradas (1)

Motivo: Iniciativa unicornio negro

Tirada: 1d20

Resultado: 6(+7)=13

Notas de juego

La criatura que se os enfrenta, por si hay alguna duda:

Unicornio Negro

La imagen puede verse originalmente en: http://lostsoulsart.deviantart.com/art/The-Black-Unicorn-98933389

Por ahora seguimos en modo libre. Todos podéis desarrollar diálogos y los sentimientos que os inspira todo éste proceso, pero sólo tenéis un asalto desde que se da la alarma porque Theonil avisa y las druidas caen al suelo hasta que aparece el unicornio. Acabad el que consideréis que es vuestro último post antes del combate con una tirada de iniciativa. La del monstruo se incluye en éste mismo post. El combate le haremos por turnos estrictos.

Como siempre consultarme cualquier duda, cualquier cosa que penséis que vuestros personajes podrían saber o sobre dudas que tengáis con posibles acciones.

Recordad de cara al asalto de preparación que tenéis el mapa que os puse de la cabaña y las casillas peligrosas. El unicornio empezará el encuentro al principio del camino.

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04/03/2013, 23:48
Director

Tanto Auria como Nívea Selen, al mirar a los ojos de aquel monstruo repugnante, podían ver al mismo ser que unas horas antes las había sumido en el éxtasis sagrado. Aunque su alma se había podrido como sólo el mal más puro podía conseguir era el mismo ser. Sólo a través de actos de gran maldad un Unicornio Sagrado, el mayor guardián de la Madre podría transformarse en aquello, la criatura más impía para los druidas, el símbolo de los asoladores que combatían la vida y que representaba todo lo que ellas odiaban, un Unicornio Negro. Qué podría haber hecho aquella criatura de perfección para convertirse en esa aberración, preferían no imaginarlo siquiera.
Aquello explicaba también sus nauseas y porqué aquel lugar les era tan extremadamente hostil, pues el bosque respondía a su guardián y si éste caía, la naturaleza que protegía lo seguiría pronto. El malestar que había empezado cuando aquel ser antinatural se había acercado seguía haciendo presa en sus entrañas, pero ahora podían contenerlo e, incluso, sentían que podían convertirlo en una justa cólera.

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05/03/2013, 00:24
Nívea Selen Telq'ssir

¡No! , ¡NO! ¿por qué? - Convulsionada de horror y pánico Selen miraba desorbitada al unicornio. Dividida entre el ansia de huir desesperadamente, y la necesidad casi física de destruir a aquella abominación, Selen temblaba.

¿qué hiciste? ¿cómo PUDISTE? - Se encontró gritando histéricamente, mientras se le escapaban lágrimas incontenibles de angustia. Nunca en su vida hubo un dolor más grande; un dolor que siendo impalpable era más completo, dolor en su espíritu, del alma que se le rompía. Inconscientemente bajó una rodilla al piso, buscando con una mano sentir el suelo entre las tablas, la tierra que era su raíz y fuerza; mientras con el otro brazo extendido trataba de resguardarse de esa pesadilla. - ¡Madre! ¡MADRE AYÚDAME!

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05/03/2013, 00:50
Nívea Selen Telq'ssir
- Tiradas (1)

Motivo: iniciativa

Tirada: 1d20

Resultado: 10(+4)=14

Notas de juego

Iniciativa.

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05/03/2013, 12:24
Evea, la gata

Por lo que podía oír sus compañeros estaban estudiando la información que se podía sacar de los documentos de la cabaña. Ella, por su parte, mantuvo la guardia del exterior pues la criatura aún debía rondar por ahí. Los minutos pasaban y la batidora se impacientaba, aunque era consciente que cualquier intento por "sugerir" que acelerasen únicamente conseguiría retrasar más el proceso de investigación. Así que no la quedaba más remedio que tragarse su impaciencia mordiéndose alternativamente las comisuras de la boca. Incluso Theonil, más locuaz que ella, estaba taciturno y callado...

De pronto oyó un ruido y dio la voz de aviso. Lo primero era que los demás estuvieran preparados, luego ya se identificaría la potencial amenaza que, con la bestia rondando, debería estar clara. Sin embargo el sonido era diferente: no sonaba como una carga a ciegas atravesando la maleza sino un trote sin ruidos de maleza, lo que extrañó a Evea.

Instintivamente alzó el arco cuando una figura emergió al claro ¡abriéndose paso donde las druidas no habían podido! La sorpresa la hizo dudar, pues se resistía a creer que lo que había emergido a su vista tuviera algo que ver con la majestuosa criatura que había visto hacía lo que parecía una eternidad...

-U...unicornio...¿negro?-acto seguido notó cómo una sensación de fatalidad se iba extendiendo por el lugar afectándola como a sus compañeros, si bien en menor medida que a las dos druidas. Sacudiendo la cabeza decidió que algo que la hacía sentir así no podía ser bueno y habría que defenderse de la perturbada criatura.

- Tiradas (1)

Motivo: Iniciativa

Tirada: 1d20

Resultado: 17(+4)=21

Cargando editor
06/03/2013, 03:14
Gaëlle Bellerose

 

Gaëlle examinó intrigada los pergaminos, tratando de encajar todo aquello en su cabeza. La terrible pesadilla que en esos momentos estaba viviendo le parecía cada vez más enrevesada. Cada vez que creía tener una idea clara de lo que estaba pasando, un nuevo misterio se abría ante ella desconcertándola de nuevo. ¿Qué significaban aquellos pergaminos? ¿Qué hacía uno sin acabar? ¿Acaso el mago que allí vivía había tenido a la criatura bajo su control? ¿Había tenido que escapar al agotarse el efecto de su conjuro? Aún más se complicaba la cosa al llegar a esa especie de contrato que había en el último. ¿Se trataba quizá de uno de los miembros de aquella casa olvidada? ¿Había sido encerrado en el plano de las sombras? ¿Se había escondido allí? Demasiadas preguntas sin respuesta para reconstruir la historia.

De la observación del material que había desperdigado sobre la mesa solo le quedó una cosa clara. Fuese lo que fuese lo que iba a pasar, iba a ocurrir antes de que amaneciese. El plano celeste lo indicaba con claridad. Aquella conjunción que esa noche se produciría iba a causar algo. Algo que ya había ocurrido con anterioridad. ¿Quizá facilitar el portal entre diferentes planos?

¿Por qué no nos acompañaría un mago o algún erudito? – se lamentó para sí, justo antes de proceder a investigar el libro.

Apenas había entornado los ojos hacia el libro cuando se quedó paralizada. Por un momento su mente no quería creerse lo que estaba viendo. Aquel libro, del que solo había tenido noticia en historias de terror, y de cuya autenticidad muchas veces había dudado, se encontraba ahora justo ante ella. Su primer impulso fue el de apartarse, correr y salir de allí. Si quien habitaba aquella choza tenía conocimientos para hacer las cosas que las leyendas le atribuían a aquel impío ejemplar, no tenían ninguna posibilidad de enfrentarse a él, o a lo que hubiese traído. Una vez más su valor se evaporó, dejando allí a una niña asustada, insegura, cuyo único deseo era apartarse de todo aquello antes de que esta historia se la llevase por delante.

–¿Por qué no me habré ido con Pia? – Pensaba – Ahora podría estar abrazada a ella, ligeramente ebria, tumbada en algún verde prado pajo las estrellas…

Pero mientras su cabeza se apartaba de aquel lugar, un instinto más poderoso que el valor o que el miedo movió sus dedos hacia el punto de lectura para alcanzar la página marcada. Por naturaleza Gaëlle siempre había sido curiosa, y aquel terrible libro de leyenda representaba una tentación difícil de rechazar para quien vivía su vida entre historias.

Un primer vistazo a la página a punto estuvo de hacer que vomitase. La maldad que aquella lengua, desconocida para ella, desprendía era algo con lo que no estaba acostumbrada a tratar. Respiró hondo tratando de controlarse, y cuando creyó ser capaz de soportarlo volvió a ojear el libro. Se fijó entonces en la cantidad de anotaciones en élfico que tenía, y comenzó a leerlas evitando en la medida de lo posible enfocar la vista en el texto principal.

Apenas había comenzado a leer cuando la voz de Theonil la alertó. Abandonó entonces de inmediato la lectura y se acercó a la puerta a tratar de ver lo que se acercaba. Ella no era tan capaz para distinguir y reconocer los sonidos en el bosque como sus compañeros, pero muy pronto se dio cuenta de que aquello no podía indicar nada bueno.

Tengo un mal presentimiento – susurró al tiempo que sacaba su arco.

Fue entonces cuando las druidas cayeron presa de aquel repentino malestar, cuando los pasos se volvieron reconocibles para todos. Trató de ayudar a las druidas, pero no sabía qué hacer, no sabía que es lo que había causado aquello. Pero de pronto cesó.

Se colocó entonces junto a la puerta, tratando de aprovechar el marco como cobertura ante quien fuese que se acercaba. Se fijó entonces en la ventana de la casa, debería abrirla por si tuviese que salir por allí, pero no había tiempo. Cogió su arco, una flecha del carcaj, y se preparó para lo que fuese que se acercaba.

Pero aun con todo lo que había vivido durante los últimos días, y todo lo que había visto y oído durante su vida como trovadora, no podía imaginarse lo que iba a aparecer ante ella. Cuando el Unicornio Negro se mostró ante ellos los ojos de la bardo se abrieron como platos, la boca se le abrió tanto que parecía que iba a perder la mandíbula  y las manos le temblaron casi haciendo que perdiese el arco. ¿Qué demonios era esa criatura? ¿Era posible que un unicornio se corrompiese de esa manera?

Tras un par de segundos de shock, Gaëlle volvió a centrarse en lo que estaba ocurriendo. Tenía claro que aquella criatura no iba a dejarles salir de allí sin luchar. Agarró de nuevo con firmeza el arco y se preparó para el combate mientras en su cabeza buscaba algún tipo de pista en alguna vieja historia que le ayudase a enfrentarse a aquella criatura.

- Tiradas (2)

Motivo: Iniciativa

Tirada: 1d20

Resultado: 10(+3)=13

Motivo: Con. Bardo

Tirada: 1d20

Resultado: 8(+7)=15

Notas de juego