Partida Rol por web

Las palabras de Staci me hicieron sonreír de nuevo, ella y yo habíamos estado tan inmersas en nuestro mundo durante la fiesta y posterior que apenas habíamos intercalado nada más que miradas furtivas. Como si fuésemos extrañas. Y eso no me agrada en absoluto, entre nosotras se ha creado un vínculo de amistad inquebrantable. No todo el mundo tiene el placer de tener una amiga tan buena persona, inteligente y protectora como ella.

Bajo el ritmo de mis pasos, hasta acabar a su lado. Y, sin pensarlo, cojo su mano con la mía en un intento de consuelo. Para ella y su mente analítica esta situación debe ser tan bizarra.

- Voy ganando, eh. 10 puntos por Zombie.- Saco la lengua juguetona mientras mis ojos verdes recorren el precioso camino de piedra y madera. El comentario de Donnie me hace sonreír, ¿Es cosa mía o le está tonteando a mi querida Staci?- Donnie acabas de sonar como un príncipe azul de los cuentos de hadas.- No lo estoy diciendo a mal, al contrario, me parece que hay tan buen rollo en el grupo que hace esta situación menos grave de lo que es en realidad.

Eve y Zach también comentan cosas al grupo. Ella tiene razón en una cosa, ¿Dónde dormiremos diez personas? En doce horas, tendremos que haber encontrado un refugio lo suficiente grande para albergar a todos. También el razonamiento de Eve concuerda con el mío, yo también pienso que se han ido.

- Puede que disponían de un coche y necesitaban gasolina. Podrían haber entrado pero no lo han hecho.- Añado ante su razonamiento bastante coherente.

Tess se pegó a mí en cuanto iniciamos la bajada y me sorprendió, no solo sus palabras de agradecimiento, sino sobre todo, que yo me sentía igual. No era lo que había esperado, pero mi prima era en aquellos instantes, mucho más. De repente, era como una hermana, alguien en quien confiar ciegamente y también a quién debía proteger.

Porque al final, únicamente podías fiarte de la familia. Muchos amigos, llegado el momento, simplemente escogían su propia piel antes que la de otros, pero los lazos de sangre unían mucho más.

-Yo también me alegro de que estés conmigo. Creo que si estuviera sola, me volvería loca. No tendría nadie por quién volver, porque supongo que mi madre...

...estará muerta a estas alturas.

No lo dije, pero lo pensé. Seguramente, todos lo hacíamos en aquellos momentos. Nuestros padres, hermanos y hermanas, y en general, todos los que conocíamos... estarían casi con toda probabilidad, muertos en aquellos instantes.

Después Tess se retraso para confortar a Staci. Sin duda, y a priori, era la más débil del grupo. Otra persona más a quien proteger.

....tenemos que tener presente el tema comida, agua y sobretodo refugio. 

No creo que eso deba preocuparnos ahora mismo. Dado que es verano, cualquier lugar nos valdrá. Mientras tengamos agua, todo irá bien. 

Y no nos encontremos a más zombies por el camino, claro.

- No puedes saber eso, bruja. Puede que ella haya encontrado un lugar seguro.- Añade Ares en un intento extraño de darle esperanzas a la joven.

El camino se estrecha en ciertas zonas, pero con la ayuda de todos conseguís llegar a la pequeña casita de vigilancia de John. La puerta está abierta y no parece haber nadie en el interior. La casita tiene lo indispensable: Una cama, una mesa con una silla, una mini cocina con una nevera llena sobre todo de cerveza y poco más.

- No hay señales de forcejeo.- Comenta Ares observando, todo el lugar.

En el baño hay un botiquín, para cualquiera que quiera cogerlo. La radio está junto a la ventana. Hera pasea con gesto impasible por la casa, hasta que algo capta su atención. Hay una nota sobre la cama. Sin pensarlo, camina hacia ella esperando quizás unas últimas palabras de John, pero esa carta no es suya. Después de lamer sus labios, comienza a leerla en voz alta.

Cita:

El silencio se forma durante unos segundos en el grupo. Ares camina hacia el frigorífico diminuto de la cocina y saca una cerveza fría, la abre y le da un largo trago con la mirada perdida pensando algo.

Todos leímos aquel mensaje, y yo no sé los demás, pero no me molestó en absoluto que cogiese la gasolina. Alguien iba a morir. Mucha gente, en realidad, así que solo podíamos luchar por aquellos que verdaderamente nos importaban. Seguramente, cualquiera de nosotros habría hecho lo mismo.

Bueno, yo no, creo. O sí. 

No estaba segura.

El caso era que estábamos solos. Teníamos al menos una nota que nos informaba de lo peligroso que era el camino que nos esperaba, y eso ya era algo. A partir de allí, todo sería más complicado.

-Deberíamos seguir avanzando. Nos queda mucho camino y estoy segura de que no tardaremos en encontrarnos problemas. ¡Vaya puta mierda de mundo que nos ha quedado!

Resoplé. Lo peor estaba por llegar.

¿Hay algo útil por ahí? -pregunté, mirando en la nevera y por la casita.

 Por un momento, Staci se empezó a sentir tranquila. Apenas su mejor amiga tomo su mano y comenzó a hablar con ella, la bajada por el camino se volvió mucho menos terrible para ella. La pelirrosa siempre ha logrado transmitirle paz y crear un buen clima. Y eso era muy necesario, especialmente para una chica que mide casi dos metros y es insegura en todo lo que no sea desempeño académico. Por un pequeño momento, se permitió reírse de las ocurrencias de Tessa... y también de las de Donnie, porque no. Se notaba que el muchacho se esforzaba porque nadie perdiera los ánimos.

- Heh heh... si cada zombie te da diez puntos, creo que encontraré la manera de terminar con un marcador negativo...

 Finalmente llegaron a la cabina y pudieron responder la gran incógnita que rodeaba a la gasolina desaparecida. Por lo menos se consolaba a si misma pensando que la gente que la tomó la necesitaba más que ellos... pero eso tenía tan poco de verdad como que se merecían eso simplemente por estar haciendo una fiesta. Sacándose a la familia ladrona de la cabeza, la niña prodigio busca el botiquín de la casa. Ya estaban bastante abastecidos de vendas y alcohol, pero si la situación era tan fea como era pintada... un poco más no dañaba.

- Y-yo cogeré el botiquín...

Una vez que llegamos a la casita de vigilancia de John, mis ojos se van directamente al frigorífico. Me resultaba curioso que todo el mundo había cogido alimento, botiquines, armas, pero nadie había decidido llevar consigo lo indispensable: la cerveza. Cargando con seis latas, decidí abrirme una de ellas y echar un trago. Después de todo lo que había sucedido esa noche, necesitaba un trago más que nunca.

Mientras doy un trago a la cerveza, escucho a Hera leyendo la nota que había encontrado. Aparentemente un superviviente que tenia una hija pequeña era quien se había encargado de robarnos la gasolina y marcharse. Era un alivio saber que no teníamos a ningún flipado con una máscara y cierto desequilibrio mental queriendo jugar con nosotros al gato y al ratón. Era lo único que nos faltaba en aquella situación.

-Al menos no tenemos a ningún cabrón vivo rondando. Con los zombies ya hay más que suficiente -dije, en tono brusco-. ¿Alguien quiere? -señalé a la cerveza que tenía en la mano-. En el frigorífico hay mogollón.

Choco mi lata contra la de Larry, que ha optado por hacer exactamente lo mismo que yo. Beber. El sabor refrescante de la cerveza inunda mi boca hasta bajar por mi garganta. Agarro otra y se la tiendo a Claire, para que nos imite.

- Bebe.- Nos hará falta algo de valor para lo que tendremos que hacer. Staci coge el botiquín del baño algo dudosa, asiento en su dirección en señal de aprobación.

- Tendremos que ir a pie... Es una locura.- Mi hermana agarra una de las latas que señala Larry para beberla de varios tragos.- Serán días a pie.

- No será tanto, hay que seguir la autopista.- Busco algo entre todos los papeles que John tiene esparcidos por su escritorio, hasta que encuentro un mapa de la zona. Tiro de un manotazo todas las cosas de encima de la mesa y extiendo el mapa ante la vista de todos.- Estamos aquí.- Señalo un punto en el mapa junto a la autopista, la cual queda a unos metros de la casita.- Si seguimos por aquí, llegaremos al bosque. Ahí hay un hospital, puede que encontremos información o un medio de contactar con nuestras familias.- Mi dedo se pasea por la autopista hasta llegar al bosque y señalar el icono del Hospital.- No tenemos que desviarnos. Si allí no encontramos nada o vemos algún tipo de peligro, siempre podemos seguir con la ruta. A cierta distancia hay un pequeño pueblo, de muy pocos habitantes. Allí podremos encontrar agua y comida. Desde allí podemos seguir surcando la ruta.

La cara del príncipe azul se tiñe de rojo ante el comentario de Tess. -Aer-responde con elocuencia. Camino abajo, llegan finalmente a la casita de John. Al leer lo de la niñita de 5 años, no puede menos que asentir y comprender la situación. 

Mientras Ares examina la ruta a seguir, Donnie intenta hacer funcionar la radio moviendo algunas perillas y botones. Con la oreja parada hacia el grupo que habla, escucha la idea de ir al hospital cercano. Es entonces que su amplio conocimiento de pelis de zombies se hace presente. -No creo que lo mejor sea ir al hospital-comenta sin despegar la vista de la radio. -Lo primero que intenta hacer la gente en caso de emergencia es ir a edificios públicos. Además, todo el mundo que tenga los mínimos indicios de la infección iría al hospital en busca de tratamiento; sería un camión cargado de infectados. Finalmente, si la cosa está tan mal y los hospitales han....-traga saliva y empuja de su mente la imagen de su padre de su cabeza-...caído; la gente que busca abastecerse de recursos va a ir también allí. 

Nikola pasa respirando profundamente para evitar tantas voces que suenan. Saca de su maletín unas píldoras y con un sorbo de agua las ingiere, quedan solo un par. Ve como la gente se da cuenta de los vehículos a lo cual no agrega nada. Se pone en marcha con el resto del grupo sacando unos guantes, agarrando la pala y cerrando la puerta de la mansión.

Una vez llega a la casita de John se deja caer sobre una silla mientras contempla la escena en particular, después de la elocuente intervención de Donnie agrega, - También tendremos que dormir en algún momento – acompañado de un bostezo. – O terminaremos matándonos entre nosotros...-

Mientras los demás hablaban sobre lo que debíamos hacer, cogí la cerveza que me ofrecía Ares y tomé un sorbo. No me apetecía demasiado. Lo cierto era que tenía el estómago revuelto y no sabía si era por el alcohol o por lo que estaba ocurriendo.

En realidad, no importaba demasiado. Lo único importante era qué hacer a continuación.

Vayamos donde vayamos habrá problemas -dije en voz alta, mientras me retiraba la espuma de los labios -. Si hay un lugar con suministros, estoy segura de que habrá gente como nosotros intentando conseguir todos los que puedan. Antibióticos, analgésicos, vendas... todo eso podría sernos de utilidad llegado el caso. Si queremos sobrevivir, hay que ir al hospital. Y no deberíamos perder más tiempo. Las horas de luz no son infinitas, ¿Sabéis?

Terminé de beberme la cerveza, la aplasté en mi mano y después la lancé al suelo a una esquina.

Pienso como Donnie, pero sea como sea lo mejor sera ir en grupo, por suerte hay algunas escopetas...asi que al ser nombrosos y armados se nos acercaran menos problemas vivos.

Eve empezo a buscar por la casa, alguna manta delgada y botellas vacias con tapon o cantimploras.

Tenia la intencion de beber ahora para no tener que tirar de suministros.

Chicos la cerveza deshidrata, tendremos que llevarnos toda la agua que podamos...

Haciendo caso omiso de la conversación, como si de un murmullo molesto en mi mente se tratase, me pongo nervioso observando como Donnie intenta encender la radio, obsesionado por empezar a escuchar algo por el maldito altavoz y que la noticia complete la escasa información de esa nota desgarradora.

Venga Donnie, maldita sea

La radio no funciona. Por mucho intento que hacen los chicos es imposible contactar con nadie.

- Menuda mierda.- Espeta Hera cabreada dándole golpes secos al aparato, como si eso lo pudiese revivir. Pero no lo hace.

- Hera, lo mejor será que volvamos al camino. Claire tiene razón, tenemos que llegar lo más lejos posible.- Ares le da un suave abrazo a su hermana, intentando aplacar sus nervios.

- Lo que dice Donnie tiene sentido, ¿No crees que sea peligroso el hospital?- Sus nervios se aplacan ante el gesto cariñoso de su hermano mayor.

- Mirad, si llevamos buen ritmo seremos capaces de alcanzar el hospital en el atardecer. Si vemos que la cosa está chunga en el hospital, no entraremos.- La seguridad de Ares ha crecido durante la última hora. Parece que la imagen de un John muerto se ha disipado de su mente.- Lo mejor será seguir.

Al salir de la casita no tardan en llegar a la autopista. Todo está vacío, ni un coche conduce por ella. Caminan por el arcén unas horas. Hay coches, camiones y motos abandonadas por todas partes, posiblemente con el depósito vacío. Tampoco hay rastros de personas ni de seres extraños. El Sol está escondido entre las nubes, pero aún así hay mucha claridad esa mañana.

Después de pasar un trailer lleno de tubos, encuentran una furgoneta que destaca sobre las otras. Es un camión que repartía botellas de agua. Las puertas están cerradas, pero quizás si la forzáis podréis encontrar suministros.

- Parece que si existe un Dios, ha escuchado tus quejas.- Añade Ares irónico volteando los ojos hacia Eve.

El bosque se puede apreciar en la lejanía, no estáis lejos de él.

La exploración en la casa de John ha sido infructuosa, la radio no ha funcionado, pero esa nota ha conseguido erizarme la piel. ¿Qué hubiese hecho yo en su lugar? Nosotros ya no somos unos niños, hemos dejado esa etapa muy atrás pero aún así... ¿Sería capaz de robar gasolina a unos desconocidos aún sabiendo que podría desembocar en su muerte? Shit. Puta mierda de todo.

Quizás si ese hombre hubiese entrado y nos hubiera explicado la situación, podríamos habernos ayudado mutuamente. Aunque realmente, dudo que Ares le hubiese dado su coche. Ni tampoco Hera. Durante las horas que caminamos por la autopista, no dejo de pensar en ese padre con su hija durante todo el tiempo.

- El refugio de la ciudad... Espero que no caiga.- Mi preocupación es tan grande que necesito hablarlo, pero entonces Ares señaló algo en el camino ajeno a mí. Agua. Mejor que eso, una furgoneta supuestamente llena de botellas. La contemplo desde lejos, algo insegura.- ¿Alguno sabe forzar una cerradura?

Miro a Zach de reojo. Dudo que Donnie, Ares, Nikola o Larry hayan tenido que forzar una cerradura en toda su vida.

Hera se queda un poco atrás durante el camino, cerca de Nikola. No para de pensar en el hospital donde van; Ella, Nikola y Ares ya habían estado allí antes, pero ninguno de los hermanos lo confesaría ante los otros. El hospital del bosque es un psiquiátrico.

- Nick.- Lo llama en un susurro, intentando que todos los demás del grupo no escucharan sus palabras.- Ese lugar... lo odio. No quiero volver allí, ¿Crees que sigue allí?

La referencia es clara, habla del director del psiquiátrico un hombre horrible, adicto a experimentar con las mentes de sus pacientes enfermos.

Aunque parecía que jamás de los jamases íbamos a salir del recinto, pero por fin conseguimos volver a ponernos en marcha, superando las reticencias que parecía tenían todos por continuar.

En parte lo comprendía. Allí dentro estábamos relativamente a salvo. Pero qué sentido tenía el estar a salvo si al final habría que ir a buscar suministros y aclarar nuestra situación. Pues mejor hacerlo ya y acabar con todo. ¿Quién quería vivir para siempre?*

Pero cuando llegamos a la autopista, nuestros temores se hicieron realidad. Aquello era la maldita "the walking dead", ni más ni menos. La carretera estaba terroríficamente silenciosa, llena de coches volcados, detenidos de cualquier manera y de todas las formas posibles, cruzando la mediana, en el arcén, y más de uno y de dos, habían chocado.

Sin embargo, y a pesar de aquel desastre, no había ni rastro de nadie. Ni muertos ni vivos, ni enfermos ni no enfermos... Na-die.

Quizás alguno de los coches tuviese combustible, pero después de lo que habíamos visto, no tenía mucho sentido preocuparse por ello. Moverse en coche era mucho más limitado que ir caminando. Así podíamos salir de la carretera o volver a ella según nos conviniese, por lo que ni siquiera me preocupé por ello, a pesar de lo cual observaba en el interior de todos y cada uno de ellos para cerciorarme de que estaban vacíos y por si hubiera algo de interés, al menos a simple vista.

Lo que si encontramos fue un vehículo que transportaba agua. Todos nos interesamos inmediatamente por él.

¿Alguno sabe forzar una cerradura? -preguntó Tess.

Ni corta ni perezosa, me acerqué y golpeé con la culata del rifle la ventanilla, haciendo que los cristales se rompieran en mil pedazos hacia el interior.

-No hace falta ser tan sutil -dije, elevando una ceja.

No había caído en cuenta a que hospital se referían, la verdad es que se encontraba totalmente distraído, para cuando cae en cuenta solo responde - Si tenemos suerte puede que tuviera el mismo destino que John – Recuerda por un momento unas extrañas sesiones, entonces saca el frasco de píldoras para mostrárselo a Hera. –Me quedan dos, si encontramos más en el hospital te pido que me las apartes – Estaba de más decir que como psicóloga Hera comprendía claramente lo que significaban las píldoras. Un silencio les acompaño por unos segundos agregando - Aunque me gustaría que estuviera vivo, podríamos vengarnos, ya sabes es el fin del mundo.-

Le di un nuevo trago a la cerveza, apurándola tras unos cuantos sorbos.

-Estoy de acuerdo con el Pequeñín, en parte -dije, señalando a Donnie con un gesto de cabeza, por si no quedaba claro quién era el más bajito del grupo-. Un hospital es un arma de doble filo. En una situación como esta, lo más probable es que el gobierno o el Ejército lo haya convertido en una Zona Segura a la que no permitan entrar a personas que puedan estar infectadas. Podríamos ir y tratar de ponernos a salvo e intentar contactar desde allí con nuestras familiares. El problema es que no sabemos si habrán conseguido mantener los hospitales como zonas seguras. Si han fracasado, ese hospital se convertirá en el peor sitio al que podamos ir. Pero por más que pueda ser peligroso, quizá debamos acercarnos, aunque sólo sea para asegurarnos. -Dirigí una mirada a mis compañeros, esperando que ellos apoyaran la idea de Ares-. Vamos, comprobamos si es seguro y, si no lo es, nos marchamos.

Escucho a Eve mencionar que la cerveza deshidrata y pongo los ojos en blanco. Siempre me habían enervado los deportistas obsesionados con la vida saludable cuando luego ellos eran los primeros que se dopaban de cara a participar en las competiciones.

-¡La cerveza no deshidrata! ¡La cerveza purifica, Anti-Doping! -le espeté a la chica, en tono brusco-. Joder, si la bebían hace siglos. -Técnicamente era hacía milenios, pero no era el mejor momento para dármelas de ser un cerebrito.

Cuando salimos de la casita, no nos costó mucho llegar hasta la autopista. Todo estaba desierto, sin rastro alguno de una sola persona, ni viva ni zombificada, aunque por fortuna habíamos encontrado una furgoneta de reparto de botellas de agua.

-Si estuviera aquí mi hermano Luke, ya habría forzado esa cerradura -comenté, con cierta tristeza, casi como si se tratase de una respuesta a la pregunta de Tess-. Se pasó media adolescencia en un reformatorio. Los candados no tenían ningún misterio para él.

Afortunadamente, Claire era una chica práctica. No era necesario forzar nada. Tomando la culata del rifle, la muchacha había logrado destrozar la ventanilla. Si bien probablemente había hehco mucho ruido, al menos habíamos acabado con aquel problema de raíz. Agua para todos.