Partida Rol por web

Hera nos hace entrar en razón de los nervios que nos consumían, puede que sea por el licor o la situación en general pero me encontraba empapado en sudor. Dejo el bidón de detergente y les sigo a la cocina.
Mientras comienzan a poner cosas sobre la mesa atino a dar el agua unos segundos y refregarme la cara para estar más despierto. Al ver sobre la mesa lo que encontró Hera, después de ella cojo una linterna la cual prendo a modo de prueba iluminando a todos los presentes en la habitación deteniéndose en Eve.

-Eve que buen cuerpo tienes- De inmediato se sonroja al darse cuenta que ese pensamiento no solo se quedó en su mente, coge el bate y se lo extiende a Eve, a lo cual agrego -Deberías tomar el bate, le sacaras mejor provecho con tus músculos-

No ves a John, ¿Dónde estará?

La luna llena resplandecía en lo alto del cielo, iluminando todo el suelo y el hermoso paisaje que, sin embargo, en aquellos momentos no me importaba un pimiento.

Lo único que quería era ver si John estaba solo o si había más como él, pero ni tan siquiera era capaz de verle. ¿Dónde demonios se había metido?

 ¿Ves algo?

Tessa se había colocado a mi lado. Ella había escogido el arco y al mirarla, daba toda la impresión de ser una amazona. De haber estado en otra situación, ambas nos habríamos reído por ello.

Negué con la cabeza.

-No, nada. Ni siquiera veo a John y eso me preocupa. A lo mejor ha encontrado una forma de entrar. Puede que los zombies sean idiotas pero a cabezazos seguro que es capaz de romper una puerta.

Entonces me giré y localicé a Ares con la mirada.

-Ares. ¿Hay más formas de entrar en la casa, como por ejemplo un sótano o algo parecido? John no está ahí abajo y si encuentra otra manera estamos jodidos -le dije, intentando no parecer alarmista pero temiendo tener razón.

Antes de que me respondiera, me incliné hacia Tessa y le hablé en voz baja, de forma que solo ella pudiera oírme. 

De todas maneras creo que estamos jodidos. Dudo mucho que John sea el único cara de vómito que esté por la zona ya que alguien tuvo que crearlo a él.

Pienso en la posibilidad de que alguna puerta, ventana o resquicio haya quedado expuesta a la apertura o entrada de John. La alarma tuvo que bloquear todas las puertas, pero ahora sin luz, no estoy seguro de ello. No quiero poner nerviosas a las chicas, así que me acerco a ellas, mientras guardo el revólver en mi cinturón. Sin previo aviso, abrazo a Tessa y a Claire a la vez. Es un abrazo corto pero cálido. Tessa es mi mejor amiga, la conozco lo suficiente bien para saber que debe estar aterrada. Y Claire, ella es tan especial. Siempre cubriendo sus inseguridades con alcohol y bromas, pero puedo decir que la conozco mejor que nadie. Conozco la sensación de fingir ser alguien que no soy. Siempre perfecto.

- Todo está blindado. Creo que la mejor opción es coger las armas, bajar con los demás y encerrarnos en una habitación segura. Al menos, hasta que amanezca.- Un suspiro se escapa de mis labios, estoy cansado.- Todo saldrá bien, os lo prometo.

Esta bien cogiendo el bate...me lo tomare como un piropo y no como que me estes diciendo marimacho o alguna gilipollez de esas que deciis los tios...

Eve coge el bate que le tiende Nikola y un mechero, se mira el echo de que no lleva bolsillos... odia haberse puesto vestido pero su ropa deportiva tampoco tenia bolsillos asi que hizo lo que hace la mayor parte de las chicas para guardar cosas sin tener lugar...pero se lo repiensa al llevar vestido asi que se lo pone en el sujetador, mucho mas accesible que la otra ropa interior.

 El pánico invadió a la niña prodigio, pero no de la manera llamativa y frenética de gritar agudamente cual película de terror. Staci se quedo helada. Viendo como aquel guarda golpeaba las puertas. Viendo como la alarma colmaba el lugar de ruido y luego era apagada por su propio vaso; quedando en las más oscuras penumbras. Y viendo como era hora de moverse y actuar para defenderse... o esperar a ver que era lo que aquel guarda podía llegar a hacerles. Tal vez ese último aspecto de la situación fue lo que hizo que saliera de su trance.

- ¡V-vamos! Te sigo, Hera...

 Staci acompañó al grupo a la cocina, visiblemente perturbada por la situación. Sus ojos se movían por toda la cocina en la búsqueda paranoica de amenazas, lo cual le daba un tono caricaturesco a la chica debido a sus gruesas y aumentadas gafas. Viendo que sus compañeros empezaron a repartirse los elementos que había en la cocina, Staci se tomó la licencia de tomarse la única linterna que quedaba y otro de los cuchillos afilados. Inconscientemente copiando la elección de inventario que Hera.

- N-no... ¿no vamos a tener que usar estos cuchillos, no? Son solo para... ¿a-amenazarlo?

La pregunta de Staci me deja sin aliento. ¿Sería yo capaz de apuñalar a John? No lo creo. Pero, quizás en una situación de vida o muerte... ¿Debería hacerle daño? ¿Quiere él hacernos daño a nosotros? Repaso con la mirada mi afilado cuchillo.

- Yo... Espero que todo se quede en eso, Staci.- Vuelvo los ojos inquietos hacia Nikola y Eve. Ellos ya han cogido sus armas, ¿Un bate? ¿En serio? Habiendo un cuchillo en la mesa prefiere un bate... Apostaría cinco dólares que será la primera en morir.Contemplo la ventana principal de la cocina. No hay rastro de John.- Todo está blindado. Creo que la mejor opción es coger las armas, reunirnos con los demás y encerrarnos en una habitación segura. Al menos, hasta que amanezca.

Observé lo que quedaba de las armas de fuego que pertenecían al padre de Ares y Hera. Solo un par de rifles de caza. Nunca había usado uno de esos, ni siquiera me agradaba la caza ni nada que pudiera hacerme similar a mi padre. Pero lo que íbamos a hacer esa noche no era caza, sino defensa propia. No vacilé en agarrar uno de los rifles para, acto seguido lanzar el otro a Zach, con intención de que mi colega y camello lo agarrase al vuelo.

-¡Toma eso, vaquero! -le dije, con una sonrisa maliciosa. Estaba seguro de que Zach sabría defenderse con uno de esos. Acto seguido, agarré el segundo de los walkies y lo ajusté en el cinturón-. Esto es cremita puta. Podremos ponernos en contacto si alguien tuviera que separarse en algún punto de la casa.

Asiento a las palabras de Ares. En esos instantes, lo mejor era buscar una habitación en la que parapetarnos y resistir a lo que pudiera entrar. Puede que sólo fuera John o puede... que hubiera más de esas criaturas.

La cosa se podía poner fea de un momento a otro y tenía que reconocer que temía lo que pudiera suceder a mis amigos: a Ares, a Hera, a Zach e incluso a esa chica con el pelo rosa chicle que me había fascinado tanto desde que habíamos podido intercambiar palabra. Aproximándome a Tessa, acerqué mi mano izquierda a la suya.

-No te separes de mí, ¿quieres? -le pedí, mirándola a los ojos y respirando hondo-. Vamos a salir de esta.

Peontamente, Hera comienza a dar indicaciones. Donnie se limita a asentir y swguir con el plan. Era lo mejor. La dueña de xasa tendría más idea de los puntos fuertes y flacos de la mansión. 

Esboza una pequeña sonrisa ante el intercambio entre Eve y Nikola. Era agradable ver que el buen humor no se había esfumado, ahuyentado por John. Una vez todos hubieron elegido, Donnie toma el cuchillo restante y la caja de fósforos. Nunca es buen momento para quedarse sin fuego o luz. Entonces se lw ocurre la idea de tomar también una botella de alcohol. Una bomba molotov podría ser un poco demasiado, pero los zombies no entendían el concepto de "demasiado".

Se ajusta el cuhillo en el cinturón, encaja los fósforos en un bolsillo, y lleva la botella tomada del cuello.

-Listo.-declara al fín. 

-¿¿qué habitación consideras segura?  Deberiamos poder refugiarnos alli y tener una via de escape, por si acaso. 

-Para nada, no nos metas a todos en el mismo saco- Le respondió a Eve para luego iluminar la mesa mientras sacaban el resto de objetos, hasta quedar con un mechero y una botella el cual se gurda en un bolsillo apaga la linterna y la guarda en el otro para finalmente tomar la botella como una maza.

- Si la se las tiras al rostro a alguno le podríamos dejar ciegos- Le indica a Donnie mientras alza la botella. Luego se dirige a Hera para agregar -Hera, ¿Tienes copias de llaves del vehículo?, las mías se quedaron con el violín junto a la picana...-

Bajar para regresar con los demás era una buena idea, pero encerrarnos... de eso no estaba tan segura. Si había un grupo de enfermos a nuestro alrededor, era cuestión de tiempo que entraran. Y sobre todo, si nosotros estábamos aislados... ¿íbamos a quedarnos allí el resto de nuestros días?

Ya, claro. Y yo era la princesa de los unicornios.

Dejé un momento a Tessa, quien para su alegría estaba recibiendo la atención de Larry, y me acerqué a Ares mientras descendíamos, para hablar con él sin que me oyesen los demás.

-Oye, me parece bien que te hagas el hombretón delante de todos. Precisamente lo que necesitamos ahora es seguridad. Pero no digas que vamos a estar bien encerrándonos e ignorando lo que hay allí fuera porque eso no va a funcionar. Y si John no está, no es porque se haya cansado de repente. Te digo que habrá encontrado una manera de entrar y si no, hay que asegurarse. ¡Encerrarse es siempre la última opción, joder!

Agarro al vuelo el rifle que me lanza Larry y mientras los demás comentan me dedico a palparlo. No respondo a nada de lo que dicen salvo al las últimas palabras de Claire

Así es, yo no pienso quedarme encerrado en una habitación a la espera ¿de qué? 

Después salgo a paso ligero del lugar.

-nos vemos abajo

Las palabras de consuelo de Ares me reconfortan, le devuelvo el abrazo con algo de desesperación. Por un segundo pienso en los retos, "Sal tres minutos al bosque". Menos mal que Staci no lo acepto, sino ahora sería otra de ¿Ellos? ¿Existe un ellos? ¿Dónde está la policía o el gobierno? Tantas preguntas sin respuesta.

Una vez separada de sus fuertes brazos, Larry agarra mi mano. Sus palabras son igual de reconfortantes que las de Ares, ¿Por qué mi corazón comienza a latir con tanta fuerza por un solo contacto? Mis mejillas se tiñen de rosa, ¡Joder, Tess, no es momento de pensar en tonterias!

- Gracias, Larry. - Le murmuro con una sonrisa diminuta. Estar con Larry, Ares, Zach y mi prima en el fin del puto mundo hace que no todo sea tan malo.- No podemos dejar a nadie detrás, volvamos con Hera y los demás.

Afianzo mi agarre, entrelazando mis dedos con suavidad entre los suyos. Escucho los argumentos de Claire, está tan nerviosa como yo y es por esa razón por la que le está gritando sin descanso a Ares. Zach, tan cabezón como siempre, sale del cuarto dándole la razón a Claire.

- ¡Zach, espera!- Mis ojos ven como desaparece de la habitación, con rumbo hacia la planta inferior.- Creo que lo que quiere Ares es esperar a que podamos ver mejor. Si intentamos salir ahora puede que nos ataquen. Lo mejor será esperar a que amanezca... No debemos dejar solo a Zach, vamos.

Con suavidad tiro de Larry hacia el pasillo, afianzando el arco en mi otra mano. No quiero que nada malo le pasa a ninguno. 

Hera asiente ante las palabras de Nikola. Ella tiene sus llaves, pero Ares tiene la del otro coche. Pero para llegar al coche deben pasar un largo camino de piedra hasta el estacionamiento. Serían un punto fácil para ser atacados.

Entonces, un ruido sordo retumba. Una de las ventanas de la cocina se parte. John ha saltado encima de Eve con tanta fuerza que la ha tirado al suelo, colocándose encima de ella intentando morderla. Espuma sale de su boca y sus ojos están inyectados en sangre. Hera grita horrorizada, dando unos pasos hacia atrás asustada.

- ¡Ares!- Chilla llamando a su hermano, desesperadamente.

Su hermano al escuchar el grito se precipita por el pasillo de la segunda planta corriendo hacia la cocina. La simple idea de que John haya conseguido entrar y pueda hacerle daño a su pobre hermana es espantosa. No puede permitir que nada le pase a Hera. Al llegar, observa con terror la escena. John está fuera de sí, de todo razonamiento lógico. Sólo quiere sangre y carne humana.

De un manotazo, coge por la muñeca a Hera y la esconde detrás suya en un intento de protección. Apunta a John con su arma, pero sus manos no dejan de temblar.

John había cuidado de él desde que fue contratado, cuando Ares apenas contaba con cinco años. Siempre se había preocupado por su seguridad, hasta le había ayudado a encubrir asuntos turbios frente a sus padres.

No es capaz de disparar.

Era cuestión de tiempo que todo se torciera. Tal y como le había dicho a Ares, no podíamos simplemente encerrarnos y esperar a ser sobrepasados, sino que debíamos tomar la iniciativa. 

Así que no me sorprendí demasiado cuando escuchamos un cristal rompiéndose y los gritos de Eve y Hera llenando toda la casa. John estaba en el edificio.

Mierda, como odio tener razón.

Fui directamente detrás de Ares y nos encontramos la dantesca escena que parecía salida de una puta película. John sobre Eve, lanzándole mordiscos como si fuese la Reina Alien y Eve, la jodida Ripley.

-Mierda -exclamé en voz alta.

Ares agarró a su hermana y la quitó de allí, apuntó a John... y no sucedió nada. +

-¡ARES, DISPARA! -le grité. Pero no sucedió nada. Simplemente, no era capaz.

Así que le di un manotazo, levanté la escopeta, apunté a la parte más alta del cuerpo, esperando no darle al menos a Eve, y disparé.

A mi mente vinieron todo tipo de imágenes de mi pasado. Recordé una de las pocas veces que mi padre y yo hicimos algo juntos. Aquel verano, el último que estuvo con nosotros, me llevó al parque de atracciones y no dejó que regresáramos sin conseguir al menos medio centenar de sonrisas por mi parte. Aquella fue la primera vez que cogí un arma, aunque solo fuese de agua y únicamente intentase llenar un globo.

Pero no la última.

Había disparado muchas veces. No sabía por qué, pero practicar con un arma me permitía concentrar toda mi ira en un solo dedo y también, en un solo punto. Así que no tenía por que fallar en aquel momento. No debía fallar.

No podía hacerlo.

Tiré del gatillo y la cocina se llenó con el sonido de mi arma.

Y fallé.