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Castrojeriz
Distaba de Santiago de Compostela unos 450 km (unas 100 leguas aprox.). A media legua se ubicaba el hospital de San Antón. Se cree que fue la ciudad de Castrum Sigerici, cuya calzada de paso atravesaba la población. Contaba con varias iglesias y varios edificios de importancia. Su castillo, en lo alto de una loma fue fundado por Nuño Núñez, que logró defenderlo a los árabes a finales del siglo IX. Antes había sido fortaleza celtíbera, visigoda y romana.

La Orden de San Antonio
Fue una congregación fundada en 1095 en Francia, por Gastón de Valloire y su hijo Girondo, sanado de la enfermedad del Fuego de San Antón gracias a las reliquias de este santo. El propóstico de la órden fue el de cuidar de aquellos que sufrían dicha enfermedad. Sus frailes primero fueron laicos, y en 1218 recibieron por bula papal la sanción de órden monástica, constituyéndose como religiosos. Tomando la Regla de San Antonio y adscritos a los Hermanos hospitalarios, los antonianos tuvieron dos grandes encomiendas en Navarra y diferentes hospitales en Castilla, incluyendo el de Castrojeriz.

Hospital de San Anton
Media legua antes de llegar a Castrojeriz (parada obligatoria del Camino de Santiago), los peregrinos se encontraban con el Hospital General de San Antón, Casa General de los Antonianos (también llamado San Antonio Abad), que tenía por misión el auxilio a los peregrinos (Construcción del Siglo XIV). El convento se fundó en 1146 bajo el patrocinio del Rey de Castilla Alfonso VII. Poseía tres naves y la entrada de la iglesia se hacía a través de una portada con seis arquivoltas adornadas de estatuas. El propio Camino de Santiago pasaba delante de su entrada. Aquí se realizaba la cura del “mal del fuego” o “fuego de San Antón”. Se ayudaba a los peregrinos y se les imponía la Tau (símbolo de la órden antoniana, una cruz en forma de T) como signo de protección de los males del Camino. También les tocaban sus extremidades afectadas con un báculo en forma de Tau o les regalaban escapularios a los enfermos para que mejorasen. La Órden era única en España aunque sus orígenes eran galos. Sus frailes llevaban hábito oscuro con una gran T azul en el pecho, y dejaban alimento y medallones junto al pórtico de la entrada en dos alacenas u hornacinas para los peregrinos que cruazaban el lugar a altas horas de la madrugada. A veces no bastaba con peregrinar para curarse, sino acudir a ver al santo y regresar el peregrinaje pasando de nuevo por el convento de San Antón.

El Fuego de San Antón
Esta enfermedad estaba muy extendida en la Edad Media y era producida por la ingesta de pan centeno, infectado previamente por el hongo cornezuelo. Los efectos del envenenamiento podían ser alucinaciones, convulsiones, contracción arterial y posterior necrosis, así como gangrena en extremidades. La enfermedad comenzaba con un frío intenso y repentino en todas las extremidades hasta convertirse en quemazón aguda (a veces también en la cara). Otra variante eran intensos dolores abdominales que finalizaban en muerte súbita. El único remedio conocido de la época se basaba en peregrinar a la Ciudad Santa de Compostela, ya que el convento de San Antón era de parada obligada, y en él sus frailes ofrecían pan de trigo candeal en vez de centeno. Otros nombres dados eran “fuego del enfermo”, “fuego de San Antonio” o “Fuego del Infierno”.