Estación Sen Zonn

La estación Sel Zonn es una de las más de una docena de Plataformas espaciales XQ21 en órbita alrededor de Brentaal. Manufacturada por los Constructores de Naves Bengel algunos años atrás, la Estación Sel Zonn no ha prosperado hasta el auge del Imperio. Aunque posee un gran tráfico desde Brentaal y muchos viajes, el Imperio ha mantenido grandes secciones de la estación vacías y abandonadas.

Gracias al auge del sentimiento antialienígena, especialmente en los Mundos del Núcleo, las zonas más deprimidas de la estación Sel Zonn están ahora pobladas por diversas especies. Por ello, una brecha divide la estación: los privilegiados humanos ricos y leales al imperio ocupan las mejores secciones de la estación; mientras que el resto son relegados a zonas secundarias más deprimidas y en ocasiones más peligrosas.

Consultando uno de los terminales que hay repartidos por toda la estación es fácil descubrir los principales servicios que ofrece la estación:

- Cantina Gundark: Regentada y atendida por un Humano llamado "Gundark" Saff, la cantina de Gundark es un lugar donde gente de toda condición acuden a relajarse.

- El Credichip: un casino local, atendido por un Humano llamado Cecil Vane. Los juegos más populares de la galaxia, incluyendo el sabacc y el pazaak, pueden jugarse aquí.

- Suministros médicos Delgas: con atención médica y proveedor farmacéutico, los Suministros médicos Delgas atienden a aquellos que pueden permitírselo. La jefe médico en la consulta es Byra Fenn, humana

- Aliados Mecánicos: Tienda de venta y reparación de droides. Atendido por un twi’lek llamado San, vende toda clase de componentes y androides reparados.

... ajeno a gran parte de lo que está a punto de pasar, Tom Lightman sigue en busca de respuestas. Respuestas que le han llevado a la estación Sen Zonn. Un viejo conocido que te debía pasta tras una serie de malas manos al Sabbac te ofreció saldar su deuda contigo compartiendo una información de la que no le cabía duda estarías interesado.

Parece ser que durante un par de días, en la estación; iba a estar un agente de un conocido Senador opositor al imperio. No te supo decir nombres, pero si que te dijo que ese senador quizá podría tener cierta influencia y conocimientos ya perdidos acerca de los jedi.

Ya habías jugado con él, pero esta era la primera vez que te pagaba de esta forma, y aunque fuera información falsa merecía la pena el viaje e intentarlo. Tanto tiempo buscando respuestas y tan pocos frutos te han llevado a comprobar toda pequeña pista.

Por los altavoces del crucero en el que viajas, resuena una voz metálica. 

- Nos estamos aproximando a la estación Sen Zonn, por favor estén preparados para una posible revisión imperial. Las transportes hacia Brentaal salen cada 2 horas desde la misma plataforma en la que aterricemos. Deseamos que hayan disfrutado de su viaje y esperamos volver a servirles. - 

Un ruido seco indica el final de la transmisión. En poco más de 15 minutos la nave ya ha llegado a la estación y los pasajeros desalojan el crucero. A la salida hay varios soldados imperiales distribuidos por parejas hablando con diferentes pasajeros de forma aleatoria...

... ajenos a gran parte de lo que está a punto de pasar, la pistolera y la wookie navegan en una nave robada de su anterior trabajo y registrada a nombre del imperio. Son conscientes de que no durarán mucho en aquel transporte imperial en mitad de la galaxia. Con sus perseguidores a la vuelta de cualquier planeta eran carne de cañón.

Tras analizar las opciones, la que mejor oportunidad de supervivencia era atracar en uno de los hangares secundarios de la estación Sel Zonn, la cercanía y saber que esos hangares raramente están vigilados era la oportunidad perfecta para dejar la nave tirada y huir el algún transporte civil. Además la estación era conocida por el Credichip, un casino en donde no solo se podía jugar al sabacc y el pazaak; sino que además no se permitía la entrada con el rostro cubierto; lo que limitaba la actuación del imperio en su interior. Al menos de los soldados de asalto.

La aproximación de la nave al hangar ha sido discreta y rápida; sin embargo podéis ver que un par de soldados imperiales patrullan la zona. Podéis ver como detienen a un twi´lek con ropa de mecánico. Hablan no más de un par de minutos y cada uno prosigue su camino. El de los imperiales parece llevarles directamente a vuestra nave...

... ajeno a gran parte de lo que está a punto de pasar, Flamo O´Shil permanece escondido en la estación Sel Zonn desde hace un par de semanas. Ya había estado antes allí, y conocía los bares, el casino e incluso algunos mecánicos y trabajadores. Era el lugar perfecto para desaparecer un tiempo. Por desgracia el tiempo pasa lento. Muy lento... y nunca se sabe cuando pueden cansarse de buscarte unos mercenarios a los que les debes doce cazas Z-95.

La bebida ya no sabe igual que el primer día, el sabacc no te da suficiente entretenimiento ni ganancias como para disfrutarlo una semana más, y la continua presencia del imperio en la estación están haciendo plantearte abandonarla. Quizá no hoy, quizá mañana tampoco,... pero otra semana allí iba a acabar con tu cordura.

... ajeno a gran parte de lo que está a punto de pasar, Marco Drasti acaba de aterrizar en la estación Sen Zonn. Ha llegado allí tras el soplo de un contacto. Al parecer el dueño de un casino llamado "El Credichip" podría tener información acerca de aquel prestamista al que se enfrentó tu padre y del que no tienes dudas fue el culpable de su muerte y de la ruina de la familia.

Por los altavoces del crucero en el que viajas, resuena una voz metálica. 

- Nos estamos aproximando a la estación Sen Zonn, por favor estén preparados para una posible revisión imperial. Las transportes hacia Brentaal salen cada 2 horas desde la misma plataforma en la que aterricemos. Deseamos que hayan disfrutado de su viaje y esperamos volver a servirles. - 

Un ruido seco indica el final de la transmisión. En poco más de 15 minutos la nave ya ha llegado a la estación y los pasajeros desalojan el crucero. A la salida hay varios soldados imperiales distribuidos por parejas hablando con diferentes pasajeros de forma aleatoria...

Hasta ahora el viaje ha ido bien. La travesía ha transcurrido sin incidentes, permaneciendo en el camarote y solo saliendo alguna vez para jugar alguna partida para conseguir créditos. Viajar por la galaxia es caro, y más si no te pagan las deudas. Espero que el soplo que me han dado, aunque escueta, sirva para algo. Llegar a la estación ha sido sencillo, lo complicado será entablar contacto con el agente de ese senador y poder sacar información. En estos tiempos todos pecan de cautela y hablar sobre Jedis puede ser no bien visto, y más con un desconocido. Por suerte llevo conmigo el sable láser de mi abuelo, o lo que queda de el. Espero que esto sea suficiente para me digan lo que necesito saber.

Me encamino a la salida cuando me fijo en los soldados imperiales. ¡Rayos, tienen que estar en todas partes!

Pareciendo lo más natural posible, prosigo mi camino, esperando que no se les ocurra pararme.

Nugirrha respiró tranquila al comprobar que no había ningún bloqueo imperial en la estación. Era lo previsto en Sel Zonn, pero las cosas se habían ido endureciendo cada vez más en los últimos meses, de manera que ya no podías estar tranquila al visitar ni siquiera el asteroide más remoto de la galaxia. ¿El motivo? La wookiee lo desconocía. Quizá el Emperador se estaba volviendo paranoico, o puede que el poder de sus opositores fuera más alto de lo que parecía. 

En cualquier caso, aterrizaron en la estación sin problemas. Nugirrha recogió su equipo habitual, dispuesta a bajar a echar un vistazo. Había que empezar a pensar en conseguir un transporte alternativo.

Entonces, tan pronto puso un pie en el exterior, se fijó en unas voces que discutían. Eran unos soldados imperiales hablando poco amablemente con otro tipo. Cuando zanjaron el asunto, la wookiee miró hacia otro lado. No quería llamar su atención.

Demasiado tarde. Ya venían hacia aquí.

-Uuh huurh! Awwgggghhh aguhwwgggghhh aaahnruh... [¡Maldición! Tenemos compañía...]-le dijo a su compañera disimuladamente. Bueno, todo lo disimuladamente que permitía el sonoro lenguaje wookiee.

Estación Sen Zonn. La pistolera suspiro con un toque de amargura cuando su compañera sugirió que sería su mejor opción. Nunca discutas con una Wookie, salvo que lleves las de ganar. Además Nugirrha era la piloto, ¿como llevarle la contraria? Simplemente no le gustaba la idea de acercarse a los planetas del núcleo y Brentaal, ahí abajo, era uno de ellos. Al menos podrían aprovechar su estancia para visitar el casino, hacer algo de dinero extra y así comprar unos pasajes para un lugar muy, muy lejano de la galaxia.

El atraque no fue un problema y ambas viajaban ligeras de equipaje, así que recoger sus cosas y abandonar la nave, en tiempo record tras su llegada, no fue un problema. Estos los esperaban en el exterior. A penas se habían alejado de la nave cuando ambas vieron como una patrulla de imperiales se ensañaban con un mecánico twi´lek, observo la escena en silencio, por un instante, antes de girarse a Nugirrha y apurarla con un gesto de la cabeza en otra dirección.

-Venga, movámonos preciosa, no vaya a ser que...- tarde.

Había apartado la vista tan solo un dichoso instante y se dirigían directos hacía su posición. Era el riesgo de haber escogido aquella estación para atracar, la bifurcación entre las dos hiperrutas más importantes de la galaxia, Vía Hydiana y la ruta comercial Perlemiana. ¡Glorioso!

- Actuá casual y no te preocupes – respondió a su peluda amiga, guiñando un ojo divertida y retomando la marcha con la más cordial de las sonrisas dibujada en sus labio

Nugirrha hizo caso de su compañera e intentó actuar con normalidad, andando tranquilamente. Y si era posible, alejándose de la ruta que llevaban los imperiales.

Como casi todos los soldados de asaltos estos dos andaban con seguridad y ciertos aires de superioridad. La confianza de tener su rostro cubierto y la fuerza que aquel anonimato les confería unido a la más que temida por muchos armadura laminada blanca les daban una seguridad que transmitían allí donde iban.

Los dos se acercaron hasta la nave, y se quedaron en la parte inferior de la rampa, sin llegar a entrar. Esperando que bajarais de vuestro transporte. La primera impresión al ver a la wookie fue la de dar un paso para atrás, pero enseguida volvieron a cuadrarse y uno de ellos tomó la iniciativa.

- Identifíquense. -

Dijo en un tono seco y directo, manteniendo el arma pegada al cuerpo y sujeta con las dos manos

- Identifíquense y expongan los motivos de su llegada a la estación - 

Nugirrha abrió la boca pero la cerró sin decir nada. Miró de reojo a su compañera cediéndole a ella el honor de hablar con los soldados. La dialéctica no era el punto fuerte de la wookiee, y aunque Val era más de disparar primero y preguntar después, por lo menos dominaba la lengua básica.

Como casi todos los soldados de asalto, andaban con seguridad y ciertos aires de superioridad. La confianza de tener su rostro cubierto y la fuerza que aquel anonimato les confería unido a la más que temida por muchos armadura laminada blanca les daban una seguridad que transmitían allí donde iban.

Dos de ellos se acercaron hasta ti, y comenzaron a hablar, impidiéndote el paso:

- Bienvenido a la estación Sel Zonn -

Dijo uno de ellos, que parecía era el que llevaría la voz cantante.

- ¿Cuales son los motivos por los que ha venido aquí? -

Divertida ante la reacción de “pánico” por la imponente presencia de Nugirrha, se paso por su mente la tentación de responder en Shyrriwook, pero convencida de que ofendería a su acompañante y se pondría más en ridículo que otra cosa, decidió optar por una vía más “diplomática”. Mientras estos llegaban a su encuentro, ella se dedico a observar el entorno a su alrededor en busca de vías de escape, testigos, etc...algo que venía de formación, que siempre resultaba últil, sobre todo cuando no querías enfrentamientos estupidos con el imperio. No tenían manera de eludirlos pero bien podían darles esquinazo de ser necesario.

- Soy Vi, diminutivo de Venus* pero por un módico precio puedo ser quien tu quieras – cambio el peso de su cuerpo sobre una de sus caderas con pose seductora o lo que Val entendía por sarcástica seducción - jeje ahora en serio, solo somos dos viajeras que están de paso, nos han dejado aquí tiradas y ahora nos toca buscarnos la vida en el Credichip ¿algún problema con eso? - pregunto en tono sereno y despreocupado ante los soldados imperiales

A pesar de las apariencias Val permanecía atenta al entorno de la zona, no tenía la mas mínima intención de enzarzarse en un discusión o pelea innecesaria pero era mejor asegurarse que no había gente alrededor por si las cosas se torcían.

Al parecer mis intentos de ser lo más discreto y normal posible no funcionan demasiado, por lo que estos malditos cabezas-huecas no tienen nada mejor que hacer que preguntarme. - Saludos caballeros. Estoy de paso, como las estrellas fugaces que surcan el firmamento. Siempre voy a dónde me llevan, a la siguiente estación, sea dónde sea. Me han dicho que aquí hay chicas bonitas y gente que se deja vaciar los bolsillos en las mesas de juego, y uno tiene que buscarse la vida para poder coger el siguiente transporte.- Les hago una amplia sonrisa de oreja a oreja.

Los soldados escuchan con presumible atención tu respuesta, aunque no sois capaces de descifrar sus reacciones con los cascos puestos. Uno de ellos asiente a tu explicación y ambos se abren uno hacia cada lado, haciendo un pasillo por el que os conceden el paso.

- Esta bien, circulen. - 

Cuando va a pasar Nugirrha uno de los soldados mueve su arma poniéndola delante de la wookie, aunque sin llegar a tocarla. 

- Los no humanos no son bienvenidos por muchas zonas de la estación, ándate con ojo peluda. - 

La frase podría ser tanto una amenaza como un cortes aviso, y parecía algo pensado más para la libre interpretación del destinatario que ninguna de ellas en particular. Por lo demás parece que ambos soldados no opondrán resistencia en que entréis en la estación Sel Zonn.