Partida Rol por web

El guardián de mi hermano [+18]

03. - Esto no es una estúpida pesadilla...

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21/01/2021, 17:00
Narrador

Despertáis.

Pero no en Nueva York.

No en la Bertcueva.

No con Bob.

No con… Uh, eso aún no lo sabéis… ¿Llegaréis a saberlo siquiera? Veremos, veremos…

Despertáis.

Y creedme, es suficiente impresión.

Lo primero que notáis es la lluvia golpeando vuestros rostros. Os cala en los huesos. Un gélido aguacero que cae inmisericorde como una espesa cortina se precipita sobre vosotros. Es una noche muy oscura, tan oscura que no hay luna en el cielo. Tan oscura que vuestra memoria os falla al recordar una tan hostil y lóbrega. Una tímida lucecilla proveniente de un farol se bambolea en el horizonte, como si fuera la última que desafía la negrura. El viento ulula con un susurro tenebroso en vuestros oídos, surcándolos de lado a lado, arrastrando hojas resecas de árboles quebradizos que siembran una extensión de campo a vuestra diestra y siniestra.

Estáis en ninguna parte. Pisáis fango hollado por pezuñas no hace mucho y en lontananza se advierte lo que parece una ciudad o, mejor dicho, un pequeño poblado, tan lúgubre como la misma noche.

A vuestra espalda, reconocéis con sobresalto un lienzo. Un lienzo en blanco que permanece en mitad del camino con una abertura en su centro, hecha con algún objeto cortante sin duda. Parece que alguien lo hubiese rasgado con violencia. En un sentido lírico de la expresión, el cuadro parece haberse desangrado. Su color yace desparramado por el barro, diluyéndose por efecto de la lluvia.

¿Qué significa? ¿Significa algo acaso?

Un detalle más os asalta de repente. Y no es algo que pueda pasarse por alto...

Bertrand no viste como Bertrand.

Mallory no viste como Mallory.

Nora no viste como Nora.

Bertrand viste un grueso hábito más propio de un monje franciscano en el Medievo, su testa cubierta por una gruesa capucha y calzando unas sandalias de arpillera.

Mallory viste un ajado vestido negro como la brea, sus hombros protegidos con un echarpe y su melena roja cubierta por un sombrero puntiagudo de ala ancha.

Por su parte, Nora viste con el práctico atuendo de una sencilla campesina, una cinta de cuero anudada en su frente recogiendo su cabellera y con un caftán mohoso como única protección contra el temporal que se ha desatado sobre vosotros.

El farolillo ondulante está cada vez más cerca y su luz revela a un anciano encorvado y de rostro ya marcado por el cincel del tiempo. El viejo habla con voz quejumbrosa en una lengua que, sorprendentemente, entendéis a la perfección.

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21/01/2021, 17:07
Otto

-¡Han elegido una mala noche para venir hasta aquí!-, exclama para hacerse escuchar entre la ventolera. -¡Aunque mucho me temo que la decisión no ha sido enteramente suya! ¿¡Estoy en lo cierto!?-. El anciano os regala una sonrisa desdentada y sacude la cabeza mientras una gangosa risotada escapa de su garganta, seguida de una tos.

-¡Dicen que la curiosidad mató al gato! ¡Pero bueno, ¿Dónde están mis modales?! ¡Soy Otto, el sereno! ¡Vengan conmigo! ¡Les conduciré a su destino!-.

El viejo comienza a caminar con un renovado vigor sosteniendo la única fuente de luz que hay en las inmediaciones. Al comprobar vuestro recelo inicial, se gira y con un intrigante brillo en sus cansados ojos se permite una apreciación inquietante.

-¡Yo que ustedes no me quedaría mucho por aquí! ¡Una vez se rasga el Velo, Ella llama al Homme du Sac! ¡Y él ve muy bien en la oscuridad! ¡Je, je, je! ¡Vamos! ¡Rápido!-.

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21/01/2021, 17:08
Director

Notas de juego

Bien, comienza la partida. Hasta aquí era calentamiento. Ahora sí vais a sufrir a EVIL DEWEY.

En lo sucesivo, todas las tiradas de CORDURA que pida, hacedlas en oculto, porrrr favorrrrr ^^

Sois libres de cuestionar todo lo que está ocurriendo. No esperaría menos de vosotros. Indicadme por favor si seguís a Otto o no. Esto es imprescindible para que os pueda avanzar.

Andad con cuidado. Quien avisa no es traidor ;)

Estáis a full de Puntos de Vida y Magia. Veremos lo que os dura... xDDDDD

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21/01/2021, 17:33
Mallory Grimes

Uno de los autores favoritos de la joven Grimes dijo una vez que a veces hay que inyectarse fantasía para no morir de realidad. En el momento en que sus ojos se alzaron al cielo y las gotas de lluvia resbalaron por sus mejillas como lágrimas heladas Mallory pensó que, en su caso, debía de haber sufrido tal sobredosis de fantasía que haría palidecer al más imaginativo de los escritores.  Suponía estar soñando, pero nunca había tenido un sueño tan vívido como aquel. A su lado Nora y Bertrand parecían tan confusos como ella misma. Parpadeó con fuerza y pasó sus manos por la tela empapada de su ropa. El frío le llegaba a los huesos haciéndola temblar ligeramente. Instintivamente buscó la mano de Nora en la oscuridad.

- ¿Dónde... Dónde estamos?  Nora... ¿Qué está pasando? - Incapaz de moverse mientras su mente intentaba procesar como podía lo que estaba sucediendo, Mallory observó el lienzo rasgado y la luz que se acercaba con inexorable lentitud. Cuando llegó ante ellos Mallory sentía ya el miedo enroscarse en su estómago. - ¿Nuestro destino dice? ¿De qué está hablando? ¿Qué es este lugar? Esto... ¿Esto es un sueño?  - 

¡Yo que ustedes no me quedaría mucho por aquí! ¡Una vez se rasga el Velo, Ella llama al Homme du Sac! ¡Y él ve muy bien en la oscuridad! ¡Je, je, je! ¡Vamos! ¡Rápido!

Su piel se erizó ante la afirmación del anciano. Instintivamente, Mallory miró alrededor contemplando el inhóspito paisaje que la rodeaba. - ¿De qué velo habla? ¿Quién... quién es Ella? - preguntó la joven de repente aterrorizada ante la idea de quedarse a la intemperie y dando un paso para seguir al hombre. 

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21/01/2021, 18:01
Otto

- ¿Nuestro destino dice? ¿De qué está hablando? ¿Qué es este lugar? Esto... ¿Esto es un sueño?  - 

El anciano miró con ojos tristes a Mallory.

-¿¡Un sueño!? ¡Pobre criatura...! ¡Me temo que no! ¡Pero no se preocupen! ¡Todo el que llega aquí siempre está perdido en el tiempo y el espacio! ¡Y no me extraña! ¡No en vano esto es Nowhere!-. El anciano alzó la mano para evitar que el torrente de agua de lluvia cayese con toda su rabia sobre sus ojos grises, aunque por un momento pareció que quería señalar el horizonte.

-¡No se me permite hablar de Ella, jovencita! ¡Es la Ley! ¡A buen seguro nos está escuchando en este preciso momento! ¡Solo el Conde tiene una suerte de respuesta para tu interrogante! ¡Pero piensa bien qué le preguntas, pues el Conde jamás responde si no le ofreces algo valioso a cambio!-.

El anciano señaló el lienzo con mano temblorosa.

-¡El Velo! ¡El Velo!-. Asintió, como si fuese obvio. -¡Lo ha rasgado! ¡Para atraerles! ¿¡Comprenden!? ¡Rápido, síganme! ¡No deben perder el tiempo!-.

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21/01/2021, 18:35
Bertrand Dotter

Habían traspasado el velo. Eso estaba claro. Si lo decía Otto no tenía porqué dudarlo. De nuevo habían viajado a través del espacio y el tiempo y quizás no podrían regresar. Quizás tendrían que empezar a hacerse a la idea. No obstante, no iba a decirle aquello a Mallorie y a Nora. Eso podía desestabilizarles y no quería lloros, ni que armaran un maldito drama. Estaban allí ahora y lo que tenían que descubrir era lo que coño quería el multiverso de ellos. Esa era la clave, siempre lo era. 

Sin más Bertrand empezó a seguir a Otro hacia donde tenía que llevarles. Su mente estaba allí, con ese viejo u deforme anciano que sabía más de lo que decía. Aunque no se lo tendría en cuenta, al fin y al cabo todo el mundo callaba más de lo que sabía, siempre. Otto, Mallorie, el mismo, Nora... Bueno quizás Nora era demasiado sincera y eso era peligroso. 

Vayamos a ver al conde ese. Supongo que por el camino podremos cantar una canción algo más alegre. - Comentó. Se acercó a Otro y le susurró algo al oído. - Sabe... La tétrica melodía que suena por estos lares no me acaba de gustar demasiados. - Se apartó y miró a sus acojonadas femeninas. - ​​​​​​¿Conocen a Don McLean? Es mi cantautor favorito, ¿saben? Seguro que han escuchado está canción. 

 

Hace mucho, mucho tiempo,

todavía puedo recordar cómo esa música

solía hacerme sonreír

y sabía que si tuviera la oportunidad

podría hacer sangrar a esas personas

y tal vez serían felices por un tiempo.

Pero febrero me hizo temblar

Con cada periódico que entregaba

Malas noticias en la puerta

No podía dar un paso más

No puedo recordar si lloré

Cuando leí sobre su novia viuda

Algo me tocó profundamente

El día en que la música murió

Entonces, adiós, Miss American Pie

Conduje mi furgo hasta el dique, pero el dique estaba seco

Y esos buenos chicos estaban bebiendo whisky y centeno

Cantando, "Este será el día en que muera.

Este será el día que me muera "

¿Escribiste el libro del amor

y tienes fe en Mitra en el cielo

si el baatezu te lo dice?

Ahora, ¿crees en el rock 'n' roll?

¿Puede la música salvar tu alma mortal? 

Bertrand parecía alegre canturreando y moviendo rítmicamente el cuerpo al son de aquella melodía de compuesta por piano y guitarras que salía de alguna parte, pero... ¿De dónde cojones salía esa música? Lo cierto era que el maldito Bertrand cantaba bien y tenía un ritmo envidiable. Casi se podía decir que hubiera compartido escenario con el mítico Don McLean y se hubiera ido de gira con él en "The River Tour"  entre 1980 y 1981. 

¿Le gusta la canción, Otto? - Le preguntó. - ¡Vamos chicas, la conocéis! - Soltó una risiotada estaba en su salsa. Era un día fabuloso. - ¡Cantad conmigo! 

Notas de juego

N. del G. Editado para quitar el párrafo que hacía pasar a Bertie por sonámbulo ;)

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22/01/2021, 11:20
Nora Loxley

Nora abrió los ojos comprobando que todo era significativamente diferente, como el sitio pues ya no estaban en las alcantarillas donde el acogedor refugio, si no cerca de un pueblo donde imperaba la lluvia, hacía frío y los atuendos marcaban que aquella ensoñación era tan vívida como esa nueva realidad. Y allí estaba el lienzo, abierto por su centro, desgarrado para dejarles pasar a su interior, a su historia.

Un anciano que respondía al nombre de Otto les guiaría, dejándose llevar aquellos tres desdichados, por el sereno de la realidad paralela que visitaban.

Mallory fue la primera en hablar y le preguntaba a su amiga qué estaba sucediendo -... No..., no tengo ni idea... Yo..., supongo que... Al mirar el cuadro éste nos ha absorbido... Y... ahora estamos aquí, el lienzo quiere mostrarnos algo...¿Su historia quizás?... - tenía miedo, ¿cómo no tenerlo?. Pero el amor que sentía hacia lo raro hacía incrementar el morbo en su interior. Loxley quería saber más y deseaba seguir al anciano, algo que Grimes intuiría -... Joder qué frío hace... - comentó Nora ataviada con sus ropas de campesina

El Velo se había rasgado, nadie podía hablar de Ella y el conde daba información siempre pidiendo algo a cambio, eran las normas, era la ley. Nora memorizó los pormenores antes de que Bertrand comenzase a cantar una melodía que sí conocía, pero en aquel momento la joven no se atrevió a seguir porque dentro de aquella situación entendía algo, cualquier despiste o llamada de atención podía resultar peligroso y ella, a pesar de querer seguir a Otto, también deseaba continuar viva.

- Otto, ¿hacia dónde vamos? ¿a ver al conde?....¿vive en un castillo quizás?.... Y, ¿por qué estamos aquí? ¿No hay forma de salir?.... ¿Cómo se llama este sitio? ¿Nowhere?... - comenzaron las dudas, saber en este caso les valdría muy bien, investigarían y quizás luego pudiesen volver a casa, o al menos eso era lo que Loxley creía -... Sigamos a Otto, sigámosle... - dijo antes de comenzar a hacer lo propio.

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22/01/2021, 12:16
Otto

El anciano correspondió a la canción de Bertrand con una ronca tos mientras el cielo, sacudido por un trueno, parecía a punto de partirse en dos ante la furia de una inminente tormenta.

-Reserve ánimos, intrépido joven. Va a necesitarlos más adelante...-, advirtió Otto alzando un dedo tan tembloroso como admonitorio a Bertrand. -El único consejo que estoy autorizado a dispensar es este... Todo lo que es alcanzado por el Hombre Cetrino desaparece en estos dominios. Para siempre. Hablen lo justo y necesario. Y cuiden lo que dicen en este lugar... Y ante todo, a quién lo dicen. No llamar demasiado la atención suele retrasar su inevitable aparición. Si no me creen, más adelante les aguarda un recordatorio.

El viejo aceleró su paso mirando de vez en cuando a ambos lados del cenagal que constituía el único sendero.

@Nora: - Otto, ¿hacia dónde vamos? ¿a ver al conde?....¿vive en un castillo quizás?.... Y, ¿por qué estamos aquí? ¿No hay forma de salir?.... ¿Cómo se llama este sitio? ¿Nowhere?... -

-¡Así es! ¡NOWHERE! ¡Vamos hacia el único asentamiento de por aquí, señorita! ¡Que vean al Conde o no dependerá en parte de ustedes y, de hecho, también dependerá del Conde!-, replicó con cierto misterio. -Vive en una casa acorde a su condición, aunque les prevengo: es un hombre maldito. A decir verdad... ¿Quién diablos no lo es en estos lares?

Otto se giró lentamente y el farolillo iluminó su deforme faz.

-Hay una forma de salir, sí... Pero me temo que no les va a gustar. Es todo cuanto estoy autorizado a contar... Lo siento-. Había sinceridad en sus lamentos. Parecía sentir una profunda pena por los tres viajeros. -Su sed no se apaga nunca... Nunca...-.

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22/01/2021, 18:02
Mallory Grimes

- Nowhere...- Mallory repitió el nombre como si lo saboreara. Aquel nombre tenía algo especial. Una promesa de misterio y peligro que evocaba sus instintos más salvajes hacía tiempo olvidados y despertaba temores hasta el momento desconocidos. El escenario desde luego parecía digno de ello. Si las circunstancias fueran otras la joven Grimes habría permanecido bajo la lluvia atisbando la grandeza de aquel tétrico paisaje como fuente de inspiración para alguno de sus cuadros. Pero sus voces en la noche parecían devolver ecos de muerte y su sentido común la impelía a andar más rápido tras aquel anciano misterioso. 

La parte racional de su cerebro insistía en considerarlo todo un sueño. Pero había algo demasiado real en las gotas de lluvia que chocaban contra su piel, en el viento que agitaba su vestido, en la negrura de aquella noche que parecía engullir el mundo. Por mucho que lo deseara una voz interior le advertía de lo peligroso que resultaría creer que podría despertar pasara lo que pasara. 

Fue entonces cuando Bertrand se puso a cantar. Mallory suponía que el hombre se tenía por un buen vocalista. - No hay más sordo que el que no quiere oír... -  pensó la joven mientras observaba al señor Dotter con una ceja alzada. - Debo confesarte Bertrand que cuando te conocí creí que igual eras estúpido, pero te he subestimado... - expresó con cierta sorna que consiguió traspasar los umbrales de su miedo para reflejarse en su voz. De repente, al volver a usar el escudo de su sarcasmo, se sintió un poco más ella misma de nuevo y sus hombros perdieron cierta tensión.

Más preocupada por Nora que por ella misma se acercó a la joven y le pasó el brazo por la espalda intentando darle algo de su calor corporal. A Mallory las explicaciones de Otto no solo no la tranquilizaban sino que le generaban una infinidad de nuevas preguntas. No obstante, decidió que en aquel mundo hostil y desconocido más valía seguir los consejos de un autóctono y caminó en silencio mientras observaba los alrededores y rezaba para que el hombre no mintiera y de verdad hubiera una manera de escapar de aquel lugar.

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22/01/2021, 21:29
Bertrand Dotter

Lo que Mallorie acababa de decir le dejó sin palabras. Le rompió el corazón. Ni siquiera Tyris era tan cruel. Un hombre amable como él era, que les había abierto su guarida y sobre todo, que les había abierto su corazón, recibía un trato tan atroz y despiadado. Lo entendía, Mallorie no necesitaba canciones alegres que alimentaran el alma pues... su alma era oscura como aquel plano maldito de existencia al que habían ido a parar. 

Bertrand resopló dolido. Su mirada se clavó en el suelo. No se esperaba aquello de la señorita Grimes. Era una mala mujer, pero al menos había conseguido algo, que su líbido bajase a niveles insospechados en un hombre como él. Casi tenía que agradecérselo, ahora podía centrarse en lo realmente importante, sobrevivir, aunque... ¿Para que sobrevivir en un mundo sin canciones? Casi era mejor aceptar la derrota y abrirse de brazos con los ojos cerrados a esperar a la muerte que sin duda les acechaba en ese lugar.

Comprendo, señorita Grimes. - Dijo aún cabizbajo. - Ya me callo. 

Y de esa manera, en silencio y únicamente con aquella lúgrube melodía que sonaba por doquier, al menos en la mente de bueno de Bertrand, aquel hombre triste y derrotado, avanzó siguiendo a su guía, aquel tal Otto que debía llevarles a enfrentar su destino...

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23/01/2021, 07:46
Nora Loxley

El lienzo no era un sitio seguro, lo que allí se hacía y dijera era algo que alguien estaría observando, escuchando. No estaban solos en Nowhere y el conde, que por su condición estaba maldito, era una pieza imprescindible para comprender algo más sobre la historia del cuadro.

- Un hombre maldito... Es fascinante... ¡Todo lo que buscábamos!, ¿verdad Mallory?.... - dijo Nora hacia su amiga, le fascinaba tanto lo místico que podía llegar a ser una obsesión muy poco sana, psicológicamente -... Vale, creo que comprendo lo que implica salir de aquí aunque hace referencia a su sed, ¿es un vampiro?... - a estas alturas podía creer en casi cualquier cosa, hadas unicornios y gnomos.

Loxley no dejaba de mirar de soslayo a sus compañeros, Grimes parecía completamente fascinada al menos hasta que escuchó cantar a Dotter, elevando una ceja en el proceso -...¿A qué lo hace bien?.... - Mallory dijo una frase hiriente y sarcástica, comprendiendo Nora que no alababa precisamente a su compañero -... Bueno Mall... cielo..., estamos los tres en esto metidos, quizás si... nos relajamos... podríamos.... ¿llevarnos bien?... ¿sí?... - la tomó de la cintura para darle un achuchón un gesto muy de Loxley en sus arranques de pasión de "amiga fuerte" -... Tu ropa huele raro cielo... - un tufillo a medievo se filtraba por el tejido negro del conjunto oscuro que su amiga portaba aunque debía reconocer que el suyo era peor, sobre todo a nivel de axilas. Y aún así prevalecía la amistad, ambas se juntaba dándose calor, como dos cachorritos debajo de la tormenta.

- Mallory me doy cuenta de una cosa... Hemos estado toda nuestra vida persiguiendo mitos y leyendas, encontrando objetos que daban real miedo pero nada se parece a esto... - reconoció -...¿qué se supone que vamos a hacer ahora?... Iremos a ver al conde eso está muy bien pero..., ¿y después?... ¿Buscaremos una forma de salir? ¿de destruirlo todo?... - jamás se había planteado una consecuencia de aquel tipo tan a la larga siempre pensaba en conseguir objetos peculiares y ahora que tenía uno tan especial, o mejor dicho que estaba dentro de él ¿qué podía esperar de la vida?...

Bertrand por su parte parecía herido por el exabrupto comentario de la pelirroja, quizás debiera mediar para que sus compañeros salieran vivos del lienzo, no matándose entre ellos en el proceso.

- Mall está nerviosa Bertrand, todos lo estamos... Por favor, no se lo tengas en cuenta, supongo que la tensión no ayuda a mirar las cosas con perspectiva y que ninguno está dando lo mejor de sí... ¿No es así la magia de la amistad?... Aceptarnos con defectos y virtudes... - dijo Nora sonriente antes de comenzar a entonar una canción ella misma

Noche estrellada, estrellada
Pinta tu paleta azul y gris
Cuidado en un día de verano
Con ojos que conocen la oscuridad en mi alma

Sombras en las colinas
Dibujar los árboles y los narcisos
Atrapa la brisa y los escalofríos de invierno
En colores en la tierra de lino nevado

Ahora lo entiendo
Lo que intentaste decirme
Y cómo sufriste por tu cordura
¿Y cómo intentaste liberarlos?

Ellos no escucharon, no sabían cómo
Tal vez ahora escuchen

Noche estrellada, estrellada
Flores llameantes que brillan intensamente
Nubes remolinantes en neblina violeta
Reflejar en los ojos de Vincent de China azul

Colores que cambian de tono
Campos de la mañana de grano de ámbar
Caras desgastadas revestidas de dolor
Se calman bajo la mano amorosa del artista

Ahora lo entiendo
Lo que intentaste decirme
Y cómo sufriste por tu cordura
¿Y cómo intentaste liberarlos?

Ellos no escucharon, no sabían cómo
Tal vez ahora escuchen

Porque ellos no podían amarte
Pero aún así tu amor era verdadero
Y cuando no quedó esperanza a la vista
En esa noche estrellada y estrellada

Te quitaste la vida, como los amantes hacen a menudo
Pero podría haberte dicho Vincent
Este mundo nunca fue destinado para
Uno tan hermoso como tú

Noche estrellada, estrellada
Retratos colgados en pasillos vacíos
Cabezales sin marco en paredes sin nombre
Con ojos que miran el mundo y no pueden olvidar

Como los extraños que has conocido
Los hombres harapientos con ropa harapienta
La espina de plata de la rosa sangrienta
Mentira aplastado y roto en la nieve virgen

Ahora creo que lo sé
Lo que intentaste decirme
Y cómo sufriste por tu cordura
¿Y cómo intentaste liberarlos?

Ellos no escucharon, no están escuchando todavía
Tal vez nunca lo harán

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23/01/2021, 08:57
Narrador

Entre el lodazal y la tormenta dibujándose en aquel paisaje onírico, los ánimos de los tres estaban por los suelos. Mallory sentía un terror atávico germinando en su interior, algo que trató de disimular desplegando su inflamable sarcasmo hacia Bertrand, ahora insólitamente silencioso y triste tras cantar a pleno pulmón para mantener los ánimos altos. Y Nora, por su parte, intentó mediar y establecer algo de paz entre sus antagónicos compañeros de viaje. Aunque cantó en un claro guiño a Bertrand, su canción no resonó igual. Y es que la música requiere de una paz de espíritu para ser disfrutada que aquel entorno les había arrebatado.

Otto no contestó más preguntas. Se limitaba a repetir como un mantra que él no estaba "autorizado".

¿Autorizado para qué? ¿Autorizado por quién?

En anciano parecía avanzar como si intuyese la persecución de un ser invisible e implacable. O para ser más exactos, como si llegase tarde a algún sitio importante. Jadeaba pesadamente, pero proseguía la marcha con un paso constante, inaccesible al desaliento.

Al cabo de unos minutos sumidos en la tempestad, un desvencijado tablón de madera les advirtió de que se aproximaban a su destino con un "Bienvenidos" al que alguien había grabado a cuchillo un signo de interrogación. De repente, un cuervo enorme graznó posándose justo enfrente de Otto, en el sendero. El anciano pareció ser presa de un miedo sobrenatural, dando de forma instintiva un paso atrás y observando al córvido con una mezcla de temor y reverencia.

El ave, de un negro brillante y con su plumaje húmedo por la intensa llovizna, pareció mirar con inteligencia a los tres visitantes y graznó de forma hostil cuando detuvo su mirada en Bertrand. Quizás intuyó una personalidad anárquica. O quizás...

¡Bah! Los cuervos son aves estúpidas, ¿no? ¿Cómo iba un cuervo a tratar de comunicarse con alguien...?

El viejo Otto agachó la cabeza y dedicó un sombrío giro de cabeza a sus acompañantes, estudiando sus rostros, quizás tratando de escudriñar sus almas. Mallory pudo jurar que, de algún modo, el anciano, aun en su silencio, entendía al cuervo y que el ave trataba de avisarle de algo.

-Estamos cerca-, dijo Otto con su voz cavernosa. -El árbol está cerca-.

* * * * *

Un enorme roble rodeado por un murete de piedra de no más de medio metro de altura aguardaba no muy lejos del lugar donde fueron abordados por el cuervo. Era un árbol extraordinariamente grande y robusto, y así había de serlo para soportar los quince cuerpos que pendían de sus ramas por el cuello. Todos ellos permanecían amortajados con unos sacos oscuros cubriéndoles la cabeza, sus manos atadas a la espalda y la piel que se intuía entre sus castigados harapos había adquirido una tonalidad grisácea con vetas azuladas. El grotesco detalle de los cadáveres es que aún se agitaban en busca de un aire que no llegaba a sus pulmones.

Otto evitó mirar el roble de frente. Tragó saliva y entonó una plegaria entre susurros.

-... And if I die before I awake, pray the Lord my soul to take...-.*

El anciano, tembloroso como un sauce llorón agitado por un vendaval, se apoyó en el murete. Sus ojos estaban vidriosos y, a la luz del farolillo, parecían tener un tono amarillento.

-He cumplido...-, dijo mientras clavaba la mirada en el lodo y sorbía la nariz. -Tomad. Yo ya no lo necesito-. Tendió el farol a... Bertrand**.

Otto señaló un terraplén que descendía el sendero hacia lo que parecía un pequeño pueblo.

-Estáis muy cerca. No os detengáis. Buscad la casa de tejas azules-. Y tras decir eso con la voz quebrada, rompió a llorar en silencio.

- Tiradas (7)

Notas de juego

*Este fragmento lo escucháis los tres. Recuerda a una oración cantada.

** Otto da el farol a Bertrand.

Los tres perdéis 3 puntos de Cordura ante la visión del árbol.

En lo sucesivo, dejad en notas vuestra Cordura total.

Recuerdo que Mal y Nora han perdido hasta ahora solamente 4 puntos en toda la sesión en lo que claramente se llama PAPAFRITA.

Bertie, en cambio, ha perdido un total de 18 puntos... U_U'

Restadlos a vuestros totales y ponedlos por aquí. Será importante ;)

El primero que postee, que haga una tirada grupal de Descubrir con puntuación 70 (Mallory es la más alta) y que la haga con Bonus (Dos tiradas, se queda la más alta). Es una tirada para localizar "la casa de las tejas azules" ;)

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23/01/2021, 18:57
Bertrand Dotter

Starry, stary nigth... - Sonrió Bertrand.

Era su canción. Don la había escrito par Vincent, pero él se sentía totalmente identificado con ella. Recordaba cuando la escuchó por primer vez. Fue en aquel lago onírico, mientras remaba hacia aquella extraña isla en medio de la nada. Fue cuando su alma, golpeada por los hados del destino, había tocado fondo y sólo necesitaba algo de paz, para tratar de recomponer su cabeza y recuperar la cordura perdida. Aquel momento, uno de los más felices de su vida, devolvió la paz a su ser y Bertrand por primera vez en mucho tiempo pudo disfrutar del momento sin tener que pensar en el futuro como una amenaza inminente que le  perseguía para acabar con él de la manera más horrible. El tiempo que duró, fue eterno para aquel hombre atormentado, pues aún recordaba esa paz y anhelaba el momento en que de nuevo, Moprheo le permitiera regresar a aquel lago y remar de nuevo y en esa ocasión, dejar aquella isla atrás y simplemente seguir en paz, remando, en el lago...

Miró a Nora. Su expresión apesadumbrada había desaparecido casi por completo. Sonreía un poco más, pero lo más evidente era que le agradecía sin palabras, sólo con la mirada, que le hubiera sacado de ese profundo pozo en el que la oscura Mallorie le había sumido. Cuando ya pensaba que no podría volver a salir de aquel lugar tan profundo, angosto y claustrofóbico, un ángel había acudido en su rescate. Le debía a Nora mucho más de lo que ella creía. Le debía que le hubiera dado una razón para continuar. Y es que hasta aquel adalid del caos hubiera sucumbido al desánimo de no ser por aquella alma pura con una sonrisa en los labios y una canción en el corazón.

Gracias, señorita Loxley. - Le dijo al oído. - Le debo una. 

Y fue entonces cuando Bertrand apretó los labios y de nuevo se puso al frente del grupo, caminando al lado de Otto con la determinación de un panzer alemán, dispuesto a aplastar a cualquier enemigo o problema que se le pusiera por delante, pues ahora tenía algo por lo que vivir. Nora Loxley, su protegida, la mujer que había tocado las finas cuerdas de su alma y había entonado la canción precisa en el momento oportuno. Aquel había sido un mensaje inequívoco para Betrand y había entendido algo, Nora Loxley estaba hecha para él y ningún lugar impío y lúgrube dentro de un cuadro, en el que hubiera un millón de árboles del ahorcado y aunque hubiera un ejército entero de Mallories Grimes, volverían a hacer que perdiera el ánimo y su profunda fe en el caos que le rodeaba y que sin duda, aunque a veces costara verlo, le protegía de todo mal.

Y hablando de árboles de ahorcados...

Este árbol... - Dijo con expresión funesta. - ...no es buen augurio. Pero tranquilas señoritas. - Comentó. - Que Otto y sus lágrimas no os destruyan el ánimo. Vamos por buen camino. Saldremos de ésta. Os lo prometo. - Asintió y abrió los brazos buscando un abrazo. - Sigamos hacia el pueblo. Encontraremos esa casa y descubriremos que hacemos aquí. - Sonrió. - Este es solo el inicio de nuestro regreso a casa. ¿Confiáis en mi?

- Tiradas (1)
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24/01/2021, 09:47
Narrador

Avanzáis unos cuantos pasos por el cenagal en que se ha tornado el sendero hasta divisar la pequeña ciudad de la que os habló Otto recortándose contra las oscuras nubes que copan el cielo. Estáis ateridos de frío y lo cierto es que el ánimo inicial de Bertrand se ha disipado poco a poco, aunque el hombre trata visiblemente de mantener la llama del optimismo en ese extraño lugar en el que os encontráis.

Bertrand sostiene el farolillo que le entregó el viejo y lo esgrime en vanguardia, sus piernas enfangadas hasta los tobillos. A su espalda, Nora, la única de los tres que no tiene con qué cubrirse la cabeza, se agarra a su amiga Mallory para encontrar algo de calor. La pelirroja tiene la fortuna de poder evitar lo peor de la tormenta gracias a su sombrero, al igual que Bertrand con la gruesa capucha de su hábito.

El paisaje es hostil. Ya no solo por la terrible tormenta que el cielo despliega contra vuestras cabezas. Tenéis la creciente sensación de estar siendo observados. Es un sentimiento muy intranquilizador que os alerta siempre por el rabillo del ojo. Como si alguien… o algo, aguardase en el límite de vuestro umbral perceptivo, disfrutando del juego del gato y el ratón.

Vuestra angustia se incrementa a cada pestañeo, pues, de algún modo, los raquíticos árboles que flanquean el camino parecen torcerse en un escorzo imposible, estirando sus troncos para cerraros el paso con sus afiladas ramas.

Respiráis aliviados al divisar la entrada a la ciudad gracias a las débiles llamas purpúreas de dos farolas. Un relámpago ilumina la noche y Mallory señala el horizonte al reparar en que el tejado de una imponente casa destella con un inconfundible color azul, en contraste con las tejas negras del resto de las casas. Estáis cerca de vuestra única pista, así que os disponéis a avanzar con más brío, momento en que os sobresalta el lejano crujir de una rama, al que le siguen otro par de crujidos y un grito de terror ahogado.

Os giráis notando erizarse el vello de vuestra nuca.

Otro relámpago se dibuja entre las nubes, como la herida de una puñalada en el firmamento.

Alzándose en lo alto del terraplén donde se hallaba el siniestro roble, el árbol ahora tiene muchas menos ramas de las que recordáis haberle contado a primera vista.

Y en la cima del terraplén, sombras tambaleantes se congregan.

Murmuran.

Conspiran.

Ninguna tiene rostro, pues llevan la capucha de los condenados.

Solo una de ellas, cuya mortaja está rasgada a la altura de uno de sus ojos, señala con sus maniatados dedos el horizonte.

Os señala a vosotros.

Y entonces un chillido terrorífico, ni remotamente humano, exhala de sus muertos pulmones.

Los ahorcados caminan de nuevo en la medianoche de Nowhere.

 

- Tiradas (4)

Notas de juego

Bertie - Pierdes 2 de Cordura.

Nora - Pierdes 2 de Cordura.

Mallory - Pierdes 6 de Cordura.

Aceptadme un consejo... CORRED.

@Todos: Haced una tirada de Suerte pura.

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24/01/2021, 10:56
Mallory Grimes

Mallory observó a Bertrand agradeciendo el silencio. No se lo había dicho a sus compañeros, pero montar un escándalo en aquel lugar no solo podía atraer atención indeseada, sino que además les impedía estar alerta ante cualquier ruido que pudiera avisarles de alguna amenaza inminente. Tal vez salvarles la vida. No obstante, ante las palabras de Nora, Mallory asintió y se dirigió al hombre con cierto arrepentimiento en su voz. - Perdona, Bertrand, no era mi intención. Es que este lugar me pone los pelos de punta. Tenemos que salir de aquí. Lo antes posible... - 

Todo en aquel lugar era lúgubre y siniestro. Desde el cartel que supuestamente les daba la bienvenida, aunque sin demasiada convicción, a la fauna local, como el cuervo que parecía comunicarse con el anciano que ahora los guiaba. No obstante, todos sus funestos presagios cobraron forma cuando llegaron ante aquel árbol salido directamente del infierno. Mallory se quedó clavada en el sitio, mientras su corazón comenzaba a latir descontrolado. No solo porque el árbol estuviera plagado de ahorcados, es que estos no estaban muertos. Se retorcían desesperados en busca de aire.  

- Este lugar está maldito. Debemos darnos prisa...- La joven apartó la mirada del árbol aunque la imagen parecía grabada a fuego en su retina. Dudaba que alguna vez pudiera olvidarla. Mallory apretó con fuerza la mano de Nora y tomó la mano de Bertrand mientras lo miraba con intensidad a los ojos. Intentando decirle todo lo que no se atrevía a decir en voz alta en aquel lugar. Que debían proteger a Nora. Que debían cuidarse mutuamente. Que debían estar unidos. Porque Mallory empezaba a creer cada palabra de lo que les había dicho Otto y de repente la voz del anciano parecía resonar con fuerza en sus oídos. - Cuiden lo que dicen en este lugar. Y, sobre todo, a quién lo dicen... - ¿Habría alguien o algo escuchando? 

Cierto alivio se instaló en su espíritu al divisar la ciudad a lo lejos en la oscuridad y más concretamente aquel tejado azul del que les había hablado Otto. No obstante, duró poco. Mientras avanzaban, Mallory empezó cada vez a mirar menos hacia los edificios y más a los alrededores compulsivamente. La rama de un árbol se enganchó en la manga de la joven y la rasgó como si fuera un cuchillo. Fue en ese momento cuando un grito aterrador le heló la sangre en las venas. Con rapidez se volvió y lo que vio la dejó aterrorizada. Podía ver las cuerdas de los ahorcados moverse con vida propia mientras los señalaban. Como si de serpientes se tratara que buscaran enroscarse en su cuello. Y, de repente, vio cuerdas en los árboles que les rodeaban, que reptaban por el suelo, que surgían del fango para atraparla, para inmovilizarla hasta que llegaran aquellos espectros y la hicieran pedazos. Sus pupilas se dilataron y el árbol pareció acercarse a ella a la velocidad de la luz. Había un cuerpo colgado de una rama, un cabello rojo como el fuego caía por su espalda por debajo de la capucha y al girarse en su lucha infinita en busca de aire sus propios ojos le devolvieron la mirada. Fue como si el golpe la arrojara de nuevo a su cuerpo violentamente. Un miedo atávico que nunca antes había sentido se apoderó de ella, se dio la vuelta y con Nora aún agarrada de la mano arrancó a correr como no había corrido nunca. - ¡Esto es lo que pasa por cantar! ¡Corred! ¡Corred! ¡¡¡CORRED!!! - 

- Tiradas (2)
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24/01/2021, 11:56
Mallory Grimes
- Tiradas (2)
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24/01/2021, 19:32
Bertrand Dotter

- Tranquila Mallorie, está olvidado... - Y Bertrand se sintió bastante reconfortado.

Podía ser que todavía tuvieran una oportunidad de escribir una bonita historia salida de aquella extraña aventura en un nuevo plano de existencia.  Pero para eso... debían sobrevivir claro y en esos momentos no las tenía todas consigo para que así fuera.  Sin embargo, notó como Mallorie le  cogía de la mano y notaba su calor. Estaba con él al igual que Nora. Eran un extraño trío, pero juntos podían conseguirlo. Algo renació en la la vez que despertaba en él una nueva esperanza. Una esperanza a la altura de la entrepierna.

Salgamos de aquí. - Les dijo a las chicas. - Nora, no te quedes atrás. - Le cogió también de la mano. Era suave, caliente y eso provocó que un escalofrío recorriera su cuerpo. Tiró de ella y los tres unidos por las manos, salieron a toda prisa hacia la casa del tejado azul.

- Tiradas (1)
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25/01/2021, 10:12
Nora Loxley

 

Otto no estaba resultando de ayuda como medio útil para extraer información, lo único bueno es que al menos no mentía, diciendo una y otra vez de que él no estaba autorizado para decir más de lo que ya había comentado. Nora no insistió, era mejor centrarse en cantar y animar a su ya de por sí, entristecido equipo, sintiendo que ganaba conexión con Bertrand a través de sus miradas, ella le sonrió, esperando en su fuero interno que se sintiera mejor, a pesar de las circunstancias.

- No me lo agradezcas Bertrand, hoy por ti y mañana por mi, en esta vida siempre es bueno contar con gente que te quiera bien... Me gusta saber de que estás mejor y tienes motivos para sonreír....- y con aquella frase determinó que Nora, a pesar de sus excentricidades, podía ser muy buena persona, vigilando constantemente que tanto Dotter como Grimes se encontraran con buen estado de ánimo, iban a necesitarlo en aquel lienzo oscuro y lúgubre del que no estaba segura, se pudiera salir.

Un cuervo se aproximó hacia donde se encontraban, Otto mostró ante el animal un miedo que Loxley consideró irracional, a no ser que esa criatura contuviera algo inicialmente invisible a sus ojos. Era lo bueno de creer, veías fantasmas en cualquier rincón los hubiera o no, imaginando al ver al cuervo observar a Dotter, que su futuro marido, aunque él no lo supiera y Grimes se opusiera, que había alguna conexión entre ambos.

Llegaron hasta el árbol, un ejemplar de roble grande y robusto, el orgullo de un botánico si no llegaba a ser que tuviera una amplia colección de cadáveres adornándolo fúnebremente.

- Pero…¿Qué diablos?... – A Nora se le salían los ojos de las órbitas, ¿realmente habían tantos muertos colgados del árbol? Por primera vez deseó que aquello fuera una fantasía más que realidad, sintiendo arcadas al ver los cuerpos grisáceos agitándose como si quisieran respirar. Todo eso era una locura y que el anciano le diera a Bertrand el farol provocó más miedo el Loxley -... No lo cojas o te unirás inexorablemente al cuadro... - dijo sin tener ni puta idea de si sus palabras se cumplirían o no -... Bueno, o cógelo, si ya estamos dentro... - era la lógica dentro de lo ilógico.

Bertrand abrió los brazos y Nora no se contuvo, tirándose sobre él con emoción, como si estuviera deseando la invitación -...¡¡¡Achuchón fuerte!!!!.... - y es que con gestos de ese tipo siempre una se sentía renovada -...Sí qué confiamos en ti, claro... ¿A qué sí Mallory?....

Continuaron su caminar y la lluvia comenzaba a ser un estorbo -... Me siento húmeda.... - aquella afirmación era el sueño erótico de todo hombre si no fuera porque se refería a que tenía el pelo mojado, aunque las mentes perversas podrían derivar ese pensamiento a otras regiones más recónditas de su cuerpo.

Llegaban a la casa del tejado azul cuando los relámpagos iluminaban la noche y un grito llegó hasta sus oídos. Loxley giró el rostro hacia la dirección del lamento, visualizando los cuerpos de los condenados, cerca del roble y uno de ellos los señaló, mientras que los desafortunados iban a clamar venganza a los vivos por el destino cruel que les llevó hasta su propia descomposición.

Y la voz de Mallory resonó con fuerza instándoles a correr, pero no hacía falta que repitiera la orden más veces. Nora, sin soltar la mano de su amiga, comenzó a mover el culo como nunca jamás lo había hecho, Bertrand por su parte también le cogió de la otra mano para ayudarla a continuar la huida.

Podía haber sido esta una imagen preciosa de los protagonistas del Mago de Oz, todos abrazados, recorriendo juntos las baldosas amarillas que les llevaban a su destino, y no la historia que podía titularse como "Frikis en el lienzo, recorriendo la ciénaga que les dirigía hacia el infierno mientras un ejército de no muertos los señalaban para condenar su alma"

- Ya corro....¡¡¡Ya corro!!!.... - o lo intentaba, mientras no decía algo totalmente bochornoso, se había orinado encima.

- Tiradas (2)

Notas de juego

¡¡¡Corred insensatos!!!....XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD

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25/01/2021, 16:36
Narrador

Notas de juego

Gracias, señorita Loxley, por fallar la tirada.

No sabe cuánto se lo agradezco... Uhuhuhuhuhahahahaaaaa...

Cargando editor
25/01/2021, 17:36
Director

Negándose a aceptar un funesto destino, los tres sufridos huéspedes de aquel paraje imposible corrieron a todo lo que daban sus piernas entre el lodazal para ganar distancia a los condenados, una tambaleante jauría que avanzaba a rápidas zancadas a pesar de que sus capuchas hacían creer que carecían de toda visión.

Los gritos de los ahorcados eran aterradores y resonaban cada vez más cerca, a su espalda, poniendo a prueba el temple de los tres fugitivos; mas corrieron hasta el límite de sus fuerzas, hasta sentir un asfixiante ardor en sus pulmones a punto de estallar. ¿Fue eso suficiente para escapar…?

Eso pareció… Al menos, temporalmente…

En su huida de aquellos seres de pesadilla, atravesaron el arco de piedra que demarcaba la entrada a la extraña ciudad de la que les advirtió el viejo Otto. El camino desembocaba en una plaza central con una fuente cuya agua estaba estancada y turbia, desparramándose sobre el suelo por efecto de la lluvia. Las casas, todas hechas con piedra negra y de una sola planta, tenían una estructura muy similar y era fácil advertir las construcciones más llamativas de aquella villa. No les pasó desapercibido el detalle de que algunos de los lugareños, gente extraña que parecían vestir con el atuendo tradicional de los cuáqueros, se apresuraron a atrancar puertas y ventanas en cuanto hollaron la plaza. Los tres sospecharon, no sin cierta lógica, que no lo hacían por la terrible tormenta, sino por su llegada al pueblo… O quizás, por los aullidos de sus perseguidores.

La casa de las tejas azules parecía aún lejana y alcanzarla les exigiría remontar una pronunciada y serpenteante cuesta para la que no tenían fuerzas. Aun sin aliento, Bertrand, un tipo astuto cuando se lo proponía –Ya he mencionado que era sumamente escurridizo- sugirió a sus compañeras refugiarse al amparo de la oscuridad en uno de los callejones de la ciudad, aguardando el paso de sus infatigables perseguidores.

El resonar de los murmullos y lamentos de los ahorcados resonaban por doquier. Estaban al acecho, y el inquietante pensamiento de que podían estar al girar cualquier esquina entre aquellas callejuelas no desapareció hasta que, para nuevo sobresalto, al girarse para encontrarse los unos a los otros, los tres se encontraron solos.

¿A dónde habían ido los demás?

Notas de juego

La tirada atlética es tan buena que ni se la pido a Bertie.

However... La tirada de Suerte... Hehehehehe...

Keep on reading!