Partida Rol por web

El hechizo de la casa Corbitt

Un propietario en apuros

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25/10/2014, 16:15
Narrador

La salita de estar era pequeña. "Acogedora" hubiese dicho el dueño. Y por supuesto que lo era, pero también pequeña. En el lado derecho una chimenea en desuso y ante vosotros una mesa baja con cuatro tés servidos. Aquella salita era muy corriente pero no las personas que ahora estaban allí sentadas. Solo había una de ellas que pudiera interesarle de verdad aquel asunto. Una "espiritista" quizás. Era raro ver en un barrio como aquel a una gitana pero allí estaba atraída por el anuncio que había leído de soslayo en el periódico. El resto, quién sabe que les había llevado allí. Un muchacho, que por su aspecto se había criado en la calle seguramente le había llamado el olor del dinero que se nombraba en el anuncio. La escritora, famosa ni más ni menos, seguramente fuese a por inspiración para su segunda novela. Quien sabe, quizás eso beneficiase al propietario en el futuro. Y por último un distinguido caballero, un hombre de ciencias que poco tendría que hacer allí aunque sus motivos tendría. 

A aquellas cuatro personas tan dispares les unía un pequeño anuncio en el periódico, un anuncio que casi nadie había tomado en serio. 

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25/10/2014, 16:22
Laurence Chase

Laurence, el anunciante, se sentó junto a vosotros y puso un sobre en la mesita. Laurence Chase era un hombre delgado, de nariz respondona como todo buen protestante y su pelo rizado hacía tiempo que había empezado a menguar. Hablaba rápidamente, nervioso pero en su tono se notaba que hablaba en serio:

-Buenas tardes, y sobretodo gracias por venir. Se que mi anuncio da lugar a la burla y la verdad es que no esperaba que mucha gente se lo tomase en serio pero de verdad que necesito su ayuda-dijo encendiéndose un pitillo- Verán, yo soy el propietario de una antigua casa aquí en Withechapel. Es una casa antigua y...-pareció pensárselo unos segundos y decidió ir al grano-bueno, está maldita. Si, ya se lo que estarán pensando, que eso no es posible-dijo nervioso- pero lo que sí es cierto, en esa casa solo ocurren desgracias. Verán, la familia Macario se trasladó a la casa en 1888. Un año después de la mudanza, el padre sufrió un grave accidente y, al poco, enloqueció de forma violenta y fue ingresado en un manicomio. Hace aproximadamente un mes, la madre enloqueció también. Ambos balbuceaban acerca de una aparición que tenía los ojos ardientes y contaban sucesos inexplicables que tenían lugar en la casa. Ninguno de los dos se atrevía a entrar en la habitación de la planta superior-hizo una pausa y miró al grupo antes de continuar- ya había escuchado rumores sobre que la casa estaba embrujada antes de adquirirla, pero yo no creo en esas cosas y el precio de la propiedad era tan bueno que no me pude resistir. Necesito que ustedes demuestren que todo esto es un rumor infundado o que... bueno, exorcicen a los fantasmas...-dijo mirando a la señorita Peterson- o lo que sea que haya ahí-dio una larga calada al cigarrillo- Por favor, les pido seriedad en este asunto. Quizás no crean en ello, yo tampoco, pero necesito que vayan allí y descubran que está pasando y me ayuden a demostrar que la casa es perfectamente habitable-el hombre ni siquiera parecía seguro de lo que el mismo decía, debía costarle hablar de fantasmas o maldiciones sin creer siquiera en ellos-Ese barrio se ha vuelto complicado desde los asesinatos de Jack el Destripador como para añadirle una casa maldita.

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25/10/2014, 21:00
Joseph "Pequeño J" Malloy

Le habian dado el dia libre a Joseph Malloy, por lo que habia decidido ir a esa "reunion". Le habia pillado la curiosidad, y despues de todo si mas gente como el se acercaba solo para asomar las narices, serian perfectos para despogarlos de algunos objetos de valor. Vaya que se entusiasmo, y a su corta edad, a veces aun le costaba disimularlo. Una señorita que creia haber visto en alguna libreria o anuncio y que llevaba trajes de buena costura y sobretodo joyas. Joyas! Y un hombre tambien bien vestido, con un elegante sombrero de copa y un baston que parecia lujoso. Aquello era un sueño para el. Y lo mejor de todo es que no parecia esta solo en aquellas ideas. Podia reconocer a alguien de su caña y aquella otra joven sin lugar a dudas no era ninguna novata en el arte de robar. Mientras el anfitrion hablaba, el bebia descortezmente el te, mientras observaba todo. Las joyas, el amueblado, los bolsillos, y en especial a aquella "espiritista". 

Pequeño J, te has ganado un dia de diversion asegurado. Pero mejor me calmo, o podria arruinarlo. Se acomodo en su asiento algo incomodo por su propria reprienda, que a la vista de los demas parecia producto de aquella tonta historia de fantasmas. 

Volvio a prestar atencion a los detalles del relato. Una mansion abandonada y con leyendas de maldicion es excelnte para limpar a estos dos... La chica adivina me cae bien. Pero tal vez deba cuidarme de ella. 

Joseph permanecio en silencio mientras seguia el discurso. Esperaba oir gritar de susto a la niña bien y le interesaba eso de ahuyentar fantasmas... Aunque no tenia ni idea a que se referia. 

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26/10/2014, 00:13
Agnetha Elesten

La mañana había amanecido con un sol resplandeciente, había despertado de muy buen humor como de costumbre ,aunque hoy tenía un motivo en particular. El periódico de la semana anterior había traído un articulo, una suplica a la que no pude hacer la vista gorda, fuese lo que fuese podía oler que había una buena historia, una fuente de inspiración para mi próximo libro. Así que me dispuse a desayunar con tranquilidad antes de salir a la dirección señalada.

 

El lugar donde debía reunirme con quien había escrito la nota era por decirlo de alguna manera, acogedor, nada pomposo y de cierta manera ,me recordaba al primer sitio donde había vivido nada mas llegar a Londres.

Señores, Señorita - salude con una leve reverencia a quienes ya se encontraban ahí y me senté en una de las sillas dispuestas, no pude dejar de fijarme en los otros tres comensales, un joven de aspecto algo descuidado, un ladron? un matón? un alma desgraciada? quien sabe, el otro hombre se notaba curtido en alguna materia, abogado quizás? y la última criatura ahí congregada, una joven de fuertes facciones y ropajes curiosos, no podía ser una mendiga, su mirada transmitía algo mas, gitana? era la opción mas obvia, mas dejé mi escrutinio para mas tarde.

El Señor Chase parecía un hombre curioso, nervioso en sus movimientos, aunque cortés y educado, Escuché atentamente a sus palabras ya que no quería perder detalle de su discurso, pero entre mas hablaba mas asombrada me quedaba, aunque mi rostro permaneció inmutable en todo momento - Mi querido Señor Chase, entiendo su miedo y su petición ,pero me gustaría tener algún otro detalle - dije con toda cortesía - se sabe algo de los hijos de la familia? y vos ...habéis experimentado algo raro en dicha casa? - mientas terminaba la frase saqué de mi bolso mi cuaderno, mi pluma y mi tinta y anoté los datos que me parecían relevantes.

* Mansión encantada

* Padre y Madre en un manicomio 

* Barrio de los asesinatos de Jack el Destripador"

Cogí la taza de té que tan amablemente nos había preparado, y bebí un sorbo antes de seguir hablando - Perdón por mis modales, Soy Agnetha - si bien mi primera novela había sido un éxito rotundo, no me gustaba darme aires de ninguna naturaleza, así que me guardé mi profesión para mi - Y otra cosa que me gustaría saber - comenté mientras observaba como el joven bebía té con una carencia latente de modales - cual es vuestra idea? que pasemos un día ahí, o que pasemos ahí una temporada hasta descubrir el misterio? - quizás el buen hombre no quisiese que durmiéramos en el lugar, o quizás y era lo que sinceramente esperaba, era exactamente lo que esperase.

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26/10/2014, 02:14
René Peterson

Escuché atentamente y con cara de circunstancia al Sr. Laurence Chase mientras nos hacía ver sus preocupaciones, estaba acostumbrada a oír este tipo de historias, pobres personas caídas en desgracia por sus pegajosas y supersticiosas mentes, algo de lo que había aprendido a sacar buena tajada. No me preocupaba ni me impresionaban en absoluto las impresiones de Chase, es más, cuanto más inquietante y desesperado fuese el problema de mi cliente más cómoda me sentía, sobre todo con un sobre encima de la mesa.

Esta ocasión se me antojó muy particular, normalmente las citas con mis clientes se desarrollaban en el "despacho de adivinación" de Rose, en aquella vieja pensión. Entre la zalamera anciana y yo misma atendíamos las preocupaciones de nuestros clientes de una forma muy metódica y esotérica. En esta ocasión la situación era distinta, había decidido desvincularme de Rose, su edad y sus achaques comenzaban a entorpecer nuestro trabajo y restaban credibilidad a nuestras labores, este trabajo parecía una buena oportunidad para sacar tajada en solitario, sobre todo por lo de no compartir los honorarios con ella, pero para mi sorpresa no era la única que había acudido por el anuncio del periódico.

Antes de sentarme en torno a la mesita me había fijado en aquellas personas, no había tenido la oportunidad de tantearles y apreciaba la intimidad con mis clientes, pero no me preocupaban demasiado, supuse que venían por el anuncio del periódico pero aún así no los vi como mi competencia en asuntos esotéricos.

Cuando terminó de hablar el Sr. Laurence coloqué mi bolso sobre mis rodillas mientras miraba a los presentes, saqué mi pitillera de metal y las cerillas para encender un cigarrillo, acompañando a Chase dí una primera calada suave y expulsé el humo parsimoniosamente mientras colocaba la cerilla usada sobre el cenicero y quitaba el bolso de mis piernas para cruzarlas, colocarme en una posición más erguida y poner mis ojos sobre Agnetha y sus preguntas.

Agnetha parecía una dama refinada, su forma de tomar apuntes así me los trasmitía, no sabía lo que estaba haciendo pero que tomase apuntes no me resultaba muy agradable, yo estaba acostumbrada a trabajar con total intimidad, aún así confié en que podría manejar la situación, como la vieja Rose en sus mejores tiempos.

-Srta. Agnetha- dije después de fijarme en sus manos- Con permiso del Sr. Chase, yo responderé a sus preguntas- dije para después sonreír levemente por un instante.

-Les recomendaría que antes de que se les ocurra poner un pie en aquella casa acudan a un profesional para limpiar la zona de malas vibraciones e incluso espíritus si fuese el caso... afortunadamente conozco rituales muy efectivos para tratar estas situaciones, de lo contrario no les recomiendo ni siquiera acercarse aquella casa.- dije en un tono serio.

-Por las palabras del Sr. Chase deduzco que habrá que tratar la vivienda antes de dar el primer paso, de lo contrario cualquiera podría enfermar, quién sabe si algo peor, como al parecer ha ocurrido con la familia Macario- dije para dar peso a mi argumento recordando las desgracias de aquella familia.

-No se preocupe- dije ahora para mirar a Laurence Chase – Si hay algún tipo de problema y los rumores son ciertos yo misma los solucionaré.- dije con una determinación bien impostada.

-¿Sabe Sr. Chase?- dije levantando una ceja- Yo hace no tanto tiempo tampoco creía en este tipo de cosas... hasta que descubrí mis dones, al principio sueles negarlo, después como en su caso, dejamos de lado las evidencias, pero finalmente si tienes fortuna, estudias conciencudamente lo oculto y cuentas con la sensibilidad necesaria, puedes verlo claramente. Déjeme decirle que hoy es su día de suerte, tengo mucha experiencia en estos casos, si sigue mis instrucciones comprobaré que sucede y tendrá una casa perfectamente habitable por un generoso precio.- dije aparentemente convencida de lo que estaba diciendo, con total tranquilidad.

Di la segunda calada al cigarrillo y volví a reposar mi espalda sobre mi asiento.

Notas de juego

Pese a que lo pueda parecer en apariencia, René realmente no es gitana.
 

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26/10/2014, 03:00
Laurence Chase

El hombre parecía sentirse algo incómodo con aquello. Se agitó en la silla antes de responder.

-Está bien, usted sabrá que es lo que se tiene que hacer-le respondió a René- Yo he estado allí un par de veces, es una casa antigua pero no he notado nada fuera de lo común, tampoco he estado demasiado tiempo...Solo para revisar que todo estuviese en condiciones para ser habitable. Les pagaré, como venía dicho en el anuncio, 5 libras al día a cada uno de ustedes. aunque espero que esto no les lleve demasiado-Laurence se atusó el bigote como si calculase por unos instantes el dinero que podía gastarse con todo aquello-. Respecto a los niños... como dije ambos padres están ingresados en Bedlam por lo que supongo que sus hijos habrán quedado al cargo de algún familiar. No se que mas puedo decirles que les sirva de ayuda...

Notas de juego

Pero eso, chase no lo sabe :p

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26/10/2014, 11:42
Edward Temple

Y cómo un hombre de ciencia como él había acabado en un sito como ese? Una mujer. Como siempre la culpa era de una mujer.

La señorita Elesten no lo sabía, pero el eminente doctor Temple se había metido en la boca del lobo por ella.

Todo empezó cuando un amigo suyo le pidió ayuda. Tomas, ese era su nombre, estaba profundamente enamorado de la señorita Elesten aunque ella ni se había dado cuenta de su existencia. Era un simple limpia botas que trabajaba cerca de la casa de la escritora y pese a tan solo cruzar breves saludos con ella, se había convertido en fiel admirador de su belleza.

Edward le conocía pues había tratado a su hermana, una jóven prostituta a la que había salvado la vida. Tomas, agradecido, prestaba su ayuda al doctor siempre que éste al requería, creciendo entre ellos una gran amistad y respeto.

No se sorprendió ante la extraña petición que le hizo su amigo aquel día. Sabía que la mujer de sus sueños iba a acudir a esa casa que todos los del barrio consideraban maldita y le rogó a Edward que acudiese también para protegerla de que lo que alli hubiera.

Por supuesto el doctor Temple no creía en espíritus ni apariciones, pero sí en timos y violadores. Él sabía defenderse bién, cosa que Tomas, un delgaducho jóven, no podría, así que aceptó por la amistada que tenían.

Y ahí estaba, escuchando incoherencias de personas con posibles desequilibrios psicológicos; sin duda un buen tema para un libro de éxito.

Cuando las dos señoritas terminaron con las presentaciones, él hizo lo mismo.

Buenas tardes, señores, señoritas. Soy el Dr Temple, cirujano y con cierto interés en estudiós sobre la mente humana.  Por eso estoy aqui -mintió en cierta forma Edward, ya que sí estaba interesado en enfermedades mentales-. El señor Chase ha comentado que la pareja está ingresada en un hospital. Quizás debieramos ir primero a verlos para escuchar su historia de primera mano.

Miró uno por uno a los asistentes de la salita. Estaba clara la razón por la que cada uno de ellos habían acudido a aquel anuncio; la mujer 'vidente', una luchadora, iba a poder sacar una buena tajada. Aquel jóven callejero, tenía la mirada demasiado turbia. Sus ojos iban desde las joyas del la señorita Elesten a su bastón; también estaba claro a lo que había venido. Habría que tenerlo vigilado.

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26/10/2014, 13:48
René Peterson

Quizás debieramos ir primero a verlos para escuchar su historia de primera mano.

-Es una idea estupenda Dr. Temple- dije con la intención de quitármelo de en medio, era consciente de que las personas más cultivadas eran mucho menos susceptibles a mi metódica tela de araña, yo tenía presente que los hilos de mi engaño aún no eran tan fuertes como los de mi mentora, es más, sospechaba y me preocupaba que aquel cirujano no quedase satisfecho con mi teatrillo y me restase credibilidad frente a Chase.

-Estoy segura de que los testimonios de la familia Macario serán muy reveladores- dije en un tono que aprobaba la idea del doctor.

-Sería muy oportuno dividirnos el trabajo, es más que evidente que el Sr. Chase quiere acabar con este asunto cuanto antes. Sé por experiencia que de tratarse de una casa embrujada lo que más nos conviene es ser rápidos y resolutivos. ¿Le importaría a usted hablar con el matrimonio Macario mientras yo hago mis preparativos para tratar adecuadamente la vivienda?- dije en un tono profesional intentando trasmitir que aquello era la mejor opción mientras miraba fijamente a los ojos a Temple.

Volví a mirar a Chase mientras me incorporaba nuevamente sobre mi asiento hasta estar más erguida para dar otra calada a mi cigarrillo y echar las primeras cenizas en el cenicero -Por cierto, necesitaré cambiar los muebles de lugar, espero que no suponga un problema para usted encontrar a alguien que pueda echarme una mano- dije para después mirar al hombre de las barbas -usted por ejemplo- dije de forma espontánea pese a que en realidad ya lo tenía pensado.

Volví a mirar a Chase casi ignorando al Dr. Temple, casi dando por hecho que se prestaría a hablar con los Macario. -¿Puede usted apuntar lo que necesitaré que me facilite para el ritual?, puede estar tranquilo, no será nada del otro mundo, solo algunas cosas sencillas como sal, limón y miel... apuntelo le daré una lista completa.- dije muy metida en mi papel, trasmitiendo de que estaba muy segura de cómo proceder cuando en realidad estaba inventándomelo todo.

Dí una última calada y apagué el cigarillo con unos suaves toques en el cenicero mientras el humo del mismo flotaba entre los presentes. Volví a reposar mi espalda en mi asiento con una actitud relajada y expectante.

 

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26/10/2014, 14:28
Laurence Chase

-Claro, po-por supuesto. Tome, para lo que necesite del ritual-dijo el hombre sacando un pequeño monedero y entregándoles un adelanto de 50 libras, suficiente para pagar el primer día y as cosas que había pedido la pitonisa- ahora si me disculpan no quisiera entretenerles más tiempo. Confío en que ustedes sabrán como tratar este asunto con discreción-el hombre se levantó y les acompaño hasta la puerta una vez se hubieron terminado los tes-¿Necesitan algo más?-preguntó por última vez antes de despedirse de ellos.

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26/10/2014, 14:55
Agnetha Elesten

Bebí otro sorbo de té mientras escuchaba a la joven que aún no se había presentado, hablaba con firmeza y vehemencia, por lo que descarté que fuese una gitana, había conocido a muchas, y ninguna se expresaba con tanta facilidad. Mientras la joven seguía hablando seguí tomando notas, obviamente esto era como cualquier otra investigación y tenía que apuntar todo aquello que me pareciese importante.

Señorita...? - la joven no se había presentado así que dejé en el aire su nombre - vuestro Don me parece maravilloso sin duda, que alguien sea capaz de...liberar un lugar de tan malignos seres es digno de admiración - y no mentía, de ser cierto era realmente admirable, pero sino, me resultaba igual de impresionante su nivel de manipulación - pero solo tenemos la opinión de dos dementes me temo, así que no estamos seguros de que esto sea realmente cierto, lo de las presencias.

Luego el señor Chase habló sobre los hijos tal - Los hijos pueden darnos indicios, pistas mas creíbles de lo que realmente pasó en ese lugar, como fue que sus padres terminaron en tan terrible estado...me inquieta que, si sus padres fueron presa de estas presencias, por qué ellos no. - esto me parecía realmente importante, tener la versión de dos personas cuerdas.

Doctor Temple, estoy totalmente de acuerdo con vos, mas creo que los jóvenes aquí presentes deberían acompañarnos, uno por protección - dije mientras señalaba al hombre que aún no había abierto la boca - como la joven de tan extraordinario talento, quizás aquellos seres no estuvieran en la casa si no que acompañaban a estas dos personas - no era ingenua, y aunque el dinero no era lo que me motivaba a ir, no iba a perder de vista a mis compañeros, no quería perder detalle - Ademas, me encantaría estar presente en vuestra limpieza de la casa, creo que, sería lo mas apropiado - esperaba no sonar arrogante, ya que no era esa mi intención , pero tampoco iba a dejar que me dejaran de lado.

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26/10/2014, 16:44
Edward Temple

Había notado como la vidente y él habían entendido a la perfección la situación de cada uno. Era una mujer inteligente, iba a ser un trabajo muy entretenido.

- Por supuesto señorita... cómo he de dirigirme a usted? Iré encantado a visitar a los Macario.

Se encaró hacía la escritora y dijo:

- Sería usted tan amable de acompañarme al sanatorio? Dos mentes piensan mejor que una sola. Quizás encuentre usted en sus palabras algo que a mi se me escape.

No debía perder de vista a Agnetha.

El señor Chase daba por finalizada la reunión. Por su parte no necesitaba nada, aunque quizas conveniese tener las llaves del inmueble.

- Un par de juegos de llaves no estaría mal. Supongo queno tendrá la casa abierta para todos. La casa esta provista de luz?

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26/10/2014, 17:09
Laurence Chase

-Aquí las tiene. Solo hay un juego de llaves así que cuando vayan a entrar, vayan todos juntos. La casa tiene lamparas de gas y la mayoría funcionan perfectamente. Les veré en unos días cuando el trabajo esté terminado. Un placer conocerles-dijo dando un beso en las manos a las mujeres y un buen apretón a los hombres. Tras aquello cerró la puerta dejando a los cuatro con sus divagaciones sobre la casa.

Notas de juego

Entonces Edward y Agnetha van al psiquiatrico a ver a los padres y rené y little J? 

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26/10/2014, 17:15
Agnetha Elesten

Por supuesto Doctor Temple, será todo un placer acompañaros - aquella era una oportunidad que no podía dejar escapar sin ninguna duda. Cuando el Señor Chase dejó las llaves y se despidió de nosotros, me levanté para hacer una reverencia y hablé para todos cuando esté se fue - viendo que solo tenemos un juego de llaves, lo mejor será ir todos juntos no creéis? - pregunté con una sonrisa, de su respuesta y sin mayor problema podría ir desvelando sus verdaderas intenciones con respecto al tema.

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26/10/2014, 17:20
René Peterson

mas creo que los jóvenes aquí presentes deberían acompañarnos

-Co-como prefieran- dije sin mucho ánimo, acariciando mi cabello de forma parsimoniosa para contestar a Agnetha, intentando inconscientemente con aquel gesto que no se notase mi encasa disposición a que acudiesen a la vivienda siendo testigos de un ritual aún por inventar.

cómo he de dirigirme a usted?

-¿Mi nombre?, mi nombre es, René, René Peterson- contesté con cierta inseguridad, por un momento dudé en dar un nombre falso, pero recordé rápidamente que aquello me había traído problemas en el pasado, estaba casi completamente segura de que aquellas personas no habían oído nunca mi nombre de boca de alguno de mis clientes menos satisfechos con mi trabajo.

Volví a disimular bebiendo de un solo trago y sin apenas modales mi taza de té caliente. Coloqué la taza ahora vacía nuevamente en el platillo, aproveché rápidamente y sutilmente de aquel movimiento para agarrar suavemente el sobre de dinero por un extremo.

viendo que solo tenemos un juego de llaves, lo mejor será ir todos juntos no creéis?

-Sí, aunque primero iré a comprar lo que necesito, un gusto.- Dije para despedirme de los presentes de forma hábilmente huidiza mientras colocaba el sobre de dinero en mi bolso para después colocarme la chaqueta oscura y un viejo sombrero. Acto seguido me levanté de mi asiento y con una sonrisa algo forzada comencé a buscar la salida.

-¡Qué sencillo fue, Rosa estaría orgullosa de mí si pudiese verme!- pensé cada vez más satisfecha con cada paso que daba hacia la salida.

 

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27/10/2014, 01:53
Joseph "Pequeño J" Malloy

La infusión había estado bien. Pero a Pequeño J le apetecía un trago de Coraje. No es que le gustase, pero necesitaba algo mas fuerte luego de esa aburrida reunión. Lo cierto es que le brillaban los ojillos a cada momento, e incluso se le pudo abrir la boca por cuenta propia al ver el manojo de llaves de una mansión abandonada. Pero lo que realmente le había aburrido es que terminase sin mas. Sin poder aprovechar el apretón de manos del anfitrión para dar un caluroso abrazo a los bolsillos de aquel hombre. Pero no. Debía contenerse. Pensar en las joyas le ayudo. Sin embargo debía esperar mas, pues al parecer estaba invitado a ir a un loquero. Allí no hay nada de valor... Mucho peor. Tienen médicos y guardias, y locos. Pufff vaya perdida de tiempo. 

Pero Joseph estaba aprendiendo a ser paciente. Una vez en la casa, seguro valdría la pena. Tenia el día libre y nada mejor que hacer, asi que pensaba acompañarlos hasta encontrar el momento oportuno.

Cuando Rene se dirigio a el, para que lo ayude con el inmueble de la casa, el musito, agarrando su sombrero de lana con un mano y agachando la cabeza: -Pequeño J, para lo que necesite. 

Sin embargo la reunion estaba finalizando y la espiritista prefirió retirarse. Joseph dudo un momento, pero no tenia intenciones de quedarse con aquel par de cultos, no sabría sobre que podria charlar. Por lo que se levanto, saludo con la cabeza a la dama que llevaba escribiendo un buen rato, y salió detrás de la joven. 

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27/10/2014, 02:09
Joseph "Pequeño J" Malloy

-Señorita Peterson! grito Malloy, mientras salia del establecimiento. -Sino le parece inoportuno, me gustaría acompañarla... Ayudarla con esos preparativos. Dijo esbozando una sonrisa, que esperaba fuese caballerosa, aunque parecia mas de niño travieso que otra cosa. 

Notas de juego

Master si prefieres que los demas lo vean tambien, por mi esta bien.

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27/10/2014, 06:59
Edward Temple

Espere señorita Peterson - dijo el doctor antes de que la vidente abandonase la habitación-. Debemos quedar antes de que se marche ha hacer lo que considere oportuno. Qué tal en un par de horas en la puerta del hospital mental? Aunque no sé yo si nos dejaran pasar a todos, pero no perdemos nada por probar.

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27/10/2014, 11:36
René Peterson

Espere señorita Peterson - dijo el doctor antes de que la vidente abandonase la habitación-. Debemos quedar antes de que se marche ha hacer lo que considere oportuno. Qué tal en un par de horas en la puerta del hospital mental? Aunque no sé yo si nos dejaran pasar a todos, pero no perdemos nada por probar.

Me detuve en el marco de la puerta al oír al doctor Temple y me giré para responder:

-Está bien, allí estaré, puntual como un reloj de bolsillo... si no, esperen un poco más...- dije de buena gana a Temple para después salir por aquella puerta con naturalidad.

No era demasiado buena calculando el tiempo, tampoco disponía de reloj, no ayudaba mucho ser una mujer con mi oficio, debería saber la hora sin nisiquiera mirar un reloj, por lo que siempre evitaba pedir la hora a algún caballero en la plaza, me conformaba con el sonido de las campanas de la iglesia.

Notas de juego

(Salgo de escena para Agnetha y el doctor y contesto al post de Malloy aparte)

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27/10/2014, 12:11
René Peterson

-Señorita Peterson! grito Malloy, mientras salia del establecimiento. -Sino le parece inoportuno, me gustaría acompañarla... Ayudarla con esos preparativos. Dijo esbozando una sonrisa, que esperaba fuese caballerosa, aunque parecia mas de niño travieso que otra cosa.

Me detuve al oír las palabras de Pequeño J y esperé a que alcanzase mi posición para agarrar su brazo y caminar a la par descendiendo la calle, aquel gesto serviría para dar a entender que aceptaba su ofrecimiento.

-Así que Pequeño J ¿eh?- dije elevando la mirada y sonriendo para ver el rostro del hombre alto.

-Parece que tenemos bastante trabajo por delante, confío en que sepa usar estos músculos para portar muebles- dije de forma zalamera mientras apretaba y comprobaba ligeramente su biceps con la mano derecha, la misma con la que caminaba tomando su brazo.

-Iremos a la floristería, a la frutería y a una farmacia donde venden una deliciosa miel de caña...- dije sin indicar el camino a seguir, simplemente me dejé llevar por él, quería comprobar si conocía la zona, su cara, al fin y al cabo, no me resultaba familiar y yo siempre fui bastante curiosa.

-No me había fijado, que bonitos ojos tiene debajo de esas dos cejas ¿Está casado J?- dije de forma salerosa- No me lo diga...- dije para cerrar los ojos como si estuviese meditando por unos instantes, casi de forma cómica.- No, no lo creo...- dije para volver a mirarle a los ojos mientras caminábamos.

-¿A que se dedica?- pregunté espontáneamente pese a que no tuviese ningún interés en conocerle mejor, pero dadas las circunstancias pensé que sería una pregunta oportuna, ya que ahora compartíamos el trabajo.

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27/10/2014, 18:24
Narrador

Cuando se separaron de los otros dos se dirigieron directamente al manicomio. Hablar con quienes habían padecido lo que fuese en la casa hasta tal punto de acabar en un manicomio como Bedlam, del que todo el mundo había oido hablar, era sin duda buena idea.

No tardaron mucho en llegar al lugar. Un edificio imponente de piedra con varios pisos, casi parecía una fortaleza. Una de lo mas siniestra. Amos tomaron aire y decididos se dispusieron a traspasar la verja, el pequeño patio y por fin las puertas que les llevaba a aquel oscuro lugar.