Partida Rol por web

El hombre del traje gris

Gulliver

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25/01/2010, 16:52
Director

Un día los enanos
se rebelarán contra Gulliver.

Todos los hombres de corazón diminuto
armados con palos y con hoces
asaltarán al único gigante
con sus pequeños rencores, con su bilis,
con su rabia de enanos afeitados y miopes.

Pobre de tí, Gulliver, pobre de tí,
el día que todos los enanos
unan sus herramientas y su odio,
sus costumbres, sus vicios, sus carteras,
sus horarios. No podrán, no podrán,
no podrán perdonarte que seas alto.

Gulliver.
J. Sabina

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25/01/2010, 16:52
Director

A veces la vida es tan terrible que las pesadillas no pueden siquiera intentar empeorarla. Así eran las cosas para aquel grupo de personas que habían contemplado como la realidad se hacía añicos ante sus ojos confundiendo muerte, vida y pesadilla en un mismo crisol de locura.

Todos se reunieron en 'La Pérdida' tras pasar una noche relativamente tranquila. ¿La calma que quizás precedía a la tormenta? 

La escena podría parecer una réplica de aquel primer encuentro que tuvieran hacía unos días - parecía otra vida - tras el entierro del Gallego. Pero ahora eran otros los que estaban allí: no era una gente conmocionada por el dolor de perder, de forma inexplicable, a un viejo conocido o familiar. Eran unos viajeros desamparados que intuían que habían perdido mucho más: quizás el último vestigio de inocencia que podría quedarles por ser humanos. ¿Quién era realmente Exiquio Rial, conocido como 'el Gallego'? No era un simple carterista ni un apacible abuelo, no era un amigo de confianza ni un hombre simple. Sabían todo lo que no era pero la pregunta seguía allí ¿quien era en realidad?

Al final Domingo tuvo que pasar la noche en el hospital. Por mucho que se había intentado resistir sólo pudo arrancar a regañadientes y casi exhibiendo su placa que le dieran el alta por la mañana. Durante su estancia en el hospital había dormido plácidamente como nunca había hecho antes. ¿Tendría que ver algo con eso el misterioso extranjero que lo había acompañado como si se tratase del hijo que nunca tuvo? Desde que se había despertado por la mañana y hasta conseguir el alta Cornellius había permanecido en un concentrado silencio. Sólo aceptó confirmar que había hablado con su tutor místico y que tenía un mensaje que dar, pero a todo el grupo. Domingo sabía cuando una persona no hablaría más y ésta era una de esas ocasiones, así que esperó a que se reunieran nuevamente en el bar.

La Maca y Agustín se fueron tras la reunión para el piso de la última. Con una extraña mezcla entre miedo y ansiedad la muchacha comprobó si había algún mensaje en el contestador de Ricardo. Nada. No supo si lo que experimentaba era alivio o simple cansancio. ¿Qué había tenido que ver su primo con la muerte del abuelo? ¿Y por qué había huído, si es que había huído? No tuvo fuerzas siquiera para llorar cuando se derrumbó en su cama. En el salón, acomodado en el sillón, Agustín durmió como un niño por primera vez en muchos años.

¿Y Elías? Elías se había ido a casa para encontrarse con una nota de su hermana. Mejor era así: no tenía fuerzas siquiera para fingir que no pasaba nada. Al parecer su cuñado había regresado del viaje en camión y tenía mucho que celebrar: se irían unos días. Había comida en la nevera. La nota era tan prosaica y simple que el argentino pensó por un momento que todo lo sucedido durante aquella noche endemoniada no había sido más que un sueño. Que nunca había conocido a los demás y que en su cuarto no estaba el maldito librito negro con las confesiones de ¿quién? ¿un demente? ¿un iluminado? ¿dónde está el punto en que ambas cosas se separaban? Se tumbó en la cama con el temor de soñar nuevamente con aquella torre de piedra gris pero Morfeo tuvo a bien dejarle descansar sin soñar. 

Dicen que nunca se deja de soñar, sólo que a veces no recordamos lo soñado. Así quizás sea la vida: no estás a salvo sino que simplemente no sabes el peligro que corres...

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25/01/2010, 17:06
William Cornellius

Braulio estaba a sus cosas, leyendo el periódico como siempre e intentando ignorar a los presentes para que pudieran hablar de sus cosas con tranquilidad. Fue William quien rompió el hielo hablando el primero.

- He contactado con Cesar.- su voz reflejaba una cierta preocupación, como quien está a punto de tomar una decisión sobre la cual ha meditado largamente pero que no tiene clara - Os voy a ayudar.

Al ver las miradas de los demás clavadas en él pareció sentirse incómodo. Le dio un sorbo a su café con leche antes de continuar:

- No estoy muy seguro de todo esto, sea lo que sea que pase. Quiero que entendáis que Cesar no está protegiéndonos. Me ha dado a mi la elección de implicarme o no. Creo que es una especie de prueba y no tengo muy claro si mi decisión es la correcta pero como decía un viejo amigo mío: 'si no arriesgas nunca ganas'. Así que si las cosas se tuercen mucho en la reunión espero poder ayudaros.

Mientras hablaba jugueteaba con una pequeña piedra negra que había sacado del bolsillo. No era más grande que un guijarro pero en su interior se veía una voluta de humo que cambiaba constantemente. Tenía una extraña propiedad: cada vez que los otros la miraban pensaban que la veían por primera vez, como si fuera un nuevo descubrimiento. Por algún motivo aquella piedrita negra no se quedaba fija en la memoria y todos sabían, sin entender por qué, que cuando la guardase en su chaqueta de nuevo la olvidarían como si nunca hubiera existido. Así fue. En el momento en que William guardó la piedra negra desapareció de la memoria de todos como si nunca hubiera estado allí.

- ¿Qué tenéis pensado? ¿Le vais a dar la libreta?- preguntó finalmente.

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26/01/2010, 18:19
Macarena

-Antes de decidir eso, William. Antes de decidir nada...

Macarena, hoy con la cara lavada, sin maquillaje, con el pelo casi blanco aún mojado de la ducha, oliendo a jabón y sin secar, con una camiseta ajustada, una chaqueta vieja, deportivas y un vaquero, parecía una niña. Nada que ver con la Maca de ayer, la de los ojos de rimmel, el pelo cardado y los brazales de pinchos. Nada de cadenas, ni botas, ni carmín. Nada que ver con ayer, con su ayer cotidiano. Parecería que deseaba haber roto, definitivamente, o a la espera de poder reencontrarse, que se hubiera aparcado a sí misma en un armario. Y la que estaba ahora sentada en el Pérdida era una nueva Macarena, frágil, infantil. Y, sin embargo, sorprendentemente sólida. Segura. Paradójicamente adulta.

Se giró hacia Elías, y le atravesó el alma con la mirada, la mirada profunda verde ondina.

-Necesito leer ese diario. Era para mi, ¿recuerdas? Te lo di, viejo, en depósito. Pero es justo eso, es justo lo que pido. Lo... necesito. Esto se me ha ido de las manos, como esa maldita libreta. Creí que me libraba de ella, y que me libraba de la carga que podía traerme. Pero no es cierto. El abuelo lo dejó dicho, y ahora sé que no lo dijo por que sí. Me dirás que no voy a entender palabra, también eso lo sé. -La muchacha se rebulló en su taburete, incómoda, incómoda consigo misma, no con el asiento- Sé que soy torpe, que soy ignorante. Vale. Enséñame. -Se giró ahora hacia el inglés, en un movimiento rápido, ladeado- Enseñadme. Estoy dispuesta a escuchar, a aprender. No es muy gorda, y hay tiempo...

Suspiró, y el suspiro quebró, casi se hizo gemido.

-No quiero ir allí y hablar con el holandés, ni darle, o negarle, la libreta, lo que me dejó el yayo, sin más. Quiero saber, quiero ser parte de esto, como él quiso que fuera. Ya no puedo darle más, ya no...

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27/01/2010, 09:36
Domingo Torres

—Esa decisión le tienes que tomar tú —dijo dirigiéndose a Macarena y respondiendo a William.

La noche había sido tranquila y, al menos, había dejado de sangrar. Todavía dolía pero el dolor ahora era soportable; ya no era ese pinchazo profundo que recordaba el colmillo de esos perros o la certera puntería del soldado.

—¿Sabes algo de tu primo, Macarena? —preguntó cambiando de conversación—. Me juré a mi mismo que encontraría a quienquiera que le hubiera hecho eso a tu abuelo pero ahora estoy confundido. Me temo que esa respuesta es una de las más difíciles con las que me he enfrentado en mi vida. Me temo que tu primo tiene algo que ver con todo esto y, si ese es el caso... espero que sepas disculparme.

Dio un sorbo al café y disfrutó del silencio. Echaba un vistazo al periódico que ojeaba Braulio, quizá intentando volverse a conectar con ese mundo que hasta ayer consideraba real.

—William, ¿crees que puede ayudarle...ayudarnos? —dijo poniendo una mano sobre el hombro de Macarena—. Necesitamos entender las palabras de Exiquio y este diario es su último legado.

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27/01/2010, 10:46
Elías Bonabre

Elías estaba desayunándose una tostada con aceite, tomate y jamón, sintiéndose de buen humor. ¡Estaban vivos! ¡Habían sobrevivido a la peripecia nocturna! Duchado, perfumado y agraciado con un sueño reparador, el prestidigitador afrontaba el día con optimismo. Para mayor fortuna, el velo de lo extraordinario lo había escamoteado, tornándolo visible sólo a ojos de los cómplices, y eximido de darle explicaciones a Adelita acerca de su aspecto y las horas intempestivas. Y lo que era más fantástico aún, Cornellius había decidido ayudarles.

Durante el anuncio, él había estado, dejando en suspenso la tostada a medio camino de la boca, mirando como hipnotizado aquella piedra que el inglés manipulara, codiciándola, pero después de que se la guardara, Elías ya no sabía lo que quería, y se quedó con el reconcomio.

Y hacía unos instantes, había estado balbuceando, como un pez fuera del agua, preparando una respuesta para Macarena, pero se había frenado hasta que los aludidos satisficieran la inquisición de Domingo.

Ciertamente, en su poder estaban el diccionario esotérico sacado con el carnet de Macarena, el cuadernillo de Exiquio, el cartoncito del paquete de tabaco con las inscripciones en la Lengua de Muh y la foto de los tres iniciados.

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27/01/2010, 11:10
Macarena

La Maca simplemente se encogió de hombros y negó con la cabeza, sin añadir nada, cuando Domingo preguntó por su primo. También ella se preguntaba. Y hacía cábalas, cábalas que no le gustaban nada.

Siguió en silencio, esperando las respuestas de los demás, apurando un café con leche en el que mojaba una porra de vez en cuando.

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27/01/2010, 12:28
William Cornellius

- Deberían leerme ese diario, o al menos las partes que consideremos importantes. Por desgracia este pequeño truco de don de lenguas no me permite más que comunicarme con vosotros. Leer carteles o entender a otra gente ya es algo que se encuentra fuera de mis posibilidades.

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27/01/2010, 12:29
Braulio

- Si vais a tratar con un holandés será mejor que estéis preparados para lo peor.

La voz resonó tras ellos. William ni siquiera se giró porque quizás no entendiera aquellas frases en español, pero los demás no pudieron ocultar el rostro de sorpresa. Eso hizo que el extranjero también se girara.

No era tanto lo que se había sino quien lo había dicho. Braulio miraba con rostro preocupado a los allí presentes, dejando por un momento de leer su eterno periódico matinal.

- Una vez, cuando éramos más jóvenes, vuestro abuelo anduvo con un holandés y otro muchacho... Un tipo de la facultad. Estoy hablando de hace unos treinta años. Yo todavía era un pipiolo y ellos eran de los primeros clientes. Nunca me gustó ese extranjero pero los tres iban de un lado para otro como socios, como mucho secreto... Había quien rumoreaba que eran masones y toda esa milonga. Era una acusación jodida dados los tiempos...- incluso Braulio parecía sorprendido de haber hablado tanto. Repentinamente se calló y sólo añadió - No sé que pasó luego pero creo que el holandés les dio mucho por culo. Fue cuando encerraron a Tomás en el loquero y el holandés se dio el piro. Muchos años después el viejo me contó, en una de sus borracheras, que aquel tipo le seguía jodiendo...

Se quedó un momento más callado, como pensando. Su rostro reflejaba una cierta confusión:

- ¿Sabéis? Acabo de recordar todo eso ahora de golpe, al oíros hablar... Que raro... Nunca recordé que el gallego fuera un tipo de universidad... Es como... No sé...

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27/01/2010, 13:21
Elías Bonabre

Había puesto los ojos en blanco ante la pega del oneiromante y estado a punto de intervenir, por fin, cuando aquella confesión del tabernero le hizo girar la cabeza y permanecer estupefacto presenciando hasta sus últimos titubeos. Se arrancó entonces de la sorpresa para atender a los de la mesa y asegurar en voz queda:

-Lo que dice concuerda con lo que sospechábamos. Por lo que respecta al diario, Cornellius, la mayor parte de él no está en castellano. Puede ser que vos lo entiendas incluso mejor que nosotros mismos.

Sobra decir que Elías se había propuesto tenerlos en vilo hasta el momento de descubrirles si lo había traído consigo o no.

-En realidad, antes de que nos dijeras que el holandés es un monstruo, mi interés, el mío propio, se concentraba a un franco conocimiento del tipo. Su magia era bien asombrosa, un multiplicador de los peces y los panes, como diría aquel. Y entonces, Macarena, no creo que debamos darle el cuadernillo al holandés. Lo único que le mencionamos fue la fotografía que encontré en lo de Tolito, y –en un visto y no visto, la fotografía de aquellos tres individuos en discordia, de fortunas desiguales, estaba ante ellos, atrapada entre el índice y el pulgar derechos del mago- ésta sí que pidió verla, por conocer del rostro de “su viejo” allá en su juventud, eso fue lo que nos dijo.

Dejó la fotografía en manos de su público, pero Elías ya los reclamaba exhibiendo en la siniestra el cartoncito donde había reproducido los signos que habían aparecido en el lugar del crimen.

-Mirá esto, Cornellius. Caracteres pictográficos de la Lengua de Muh, supimos por un diccionario. Estaban en el lugar donde Exiquio fue clavado.

Dejó el cartón a disposición del inglés y, sin transición, extrajo el diario de detrás de la carta de las tapas y se lo ofreció a la chica, culminando con cierto deje triunfal:

-Y acá está el diario. Macarena, su legítima propietaria, tiene una bonita voz, ella podrá leerte. Tan sólo acuérdense de que hemos quedado con ese tipejo a la una y media al pie de la estatua.

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28/01/2010, 21:42
Domingo Torres

Un gesto con la mano extendida invitó a Elías a detener su insistencia.

—Macarena es mayorcita para tomar una decisión. No insistas en convencerla de una u otra cosa, por favor —dijo francamente.

El policía observó como William ojeaba los símbolos que Elías le mostraba.

—¿Tienes alguna idea de que significan? Empiezo a pensar que toda esta simbología cabalística tiene mucho que ver con la muerte de "El Gallego" pero no consigo enlazar las explicaciones de Elías con la cruda realidad.

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29/01/2010, 00:34
Elías Bonabre

Le ofreció un gesto conciliador a Domingo y, antes de volver a dedicarse a su tostada, le comentó a Macarena por lo bajinis:

-El libro que sacaste de la biblioteca… Lo olvidé en casa.

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30/01/2010, 06:33
Agustín Morales Sierra

Como una idea pensada en vos alta, la voz de Agustin surgió desde su ensimismamiento, al oír las palabras de Braulio con la mirada fija en la mesa

-Esta claro que el Holandes necesitaba al gallego o algo que el gallego tenia... ¿que sabemos sobre las cosas que hemos ido recolectando?

Dijo, mientras levanta la mirada, esperando que otro continuara con su sinapsis de ideas con total normalidad, pero rápidamente continua

-Absolutamente nada, por lo que sabemos podía estar buscando ese mismo diario ya sea porque ahí se encuentre lo que necesita o sea un mapa que lo guié a lo que necesite.
Esas cosas que nos atacaron en el piso del gallego fueron a buscar algo, si vamos de frente al Holandes las tenemos contadas... creo que deberíamos ir a hablar con Tolito nuevamente, tal ves ahora se digne a contestarnos lo que paso en esa sociedad

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30/01/2010, 23:11
Macarena

Macarena tendió la mano y cogió mecánicamente la libreta que Elías le tendía. Pero al hacerlo su actitud era desconcertante, porque no había apartado los ojos de Braulio, y seguía pendiente de él, boquiabierta, haciendo un esfuerzo para entender.

De pronto respondió, pero no al argentino, sino al viejo tabernero.

-¿Has recordado de golpe...? ¿Lo de la Universidad...? Es... todo tan extraño.

Se giró entonces al inglés, y preguntó:

-¿Tienes tú algo que ver en eso? Sigo sin entender nada, ¿sabes? Me... duele la cabeza. En fin, prefiero no intentar entender, creo que eso me hace daño.

Y abrió  la libreta, abstrayéndose del resto, y empezó a leer.

Notas de juego

Tú dirás, director.

Por cierto, estoy en una pda, siento mi microposteo.

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03/02/2010, 17:37
Director

Mientras los demás hablaban la Maca intentaba leer la pequeña libreta. Había demasiada información allí para que pudiera absorberla en un mero instante... Empezó, leyendo las primeras notas y luego puso cara de sorpresa mientras pasaba páginas y páginas, todas seguidas. Los que no habían ojeado aún la libreta podían ver en las carillas dibujados extraños símbolos y retazos de textos al parecer incoherentes (todo parecían consonantes al azar) e incluso algunas fórmulas que evocaban de alguna forma viejos tratados de alquimia.

Notas de juego

Sólo la Maca está leyendo, aunque los demás podéis ver las páginas desde vuestra posición. ¿Cuánto tiempo le dedicará la Maca a la lectura? En un post privado pondré lo que normalmente haría un lector curioso: leer la primera página y las últimas, ojeando las demás al vuelo (unos cinco minutos) pero si luego quiere revisar el texto con más cuidado debéis especificar cuanto tiempo le dedica a la libreta. Aunque es pequeña tiene muchísimo texto - con lógica o no - condensado en ella.

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03/02/2010, 17:41
Director

El primer párrafo no era demasiado revelador:

Cita :

Mi primera tarea al recuperar la libertad ha sido comprar este cuadernillo. Tomás me lo ha forrado bellamente. Según él todos los Servidores tienen uno similar en el que apuntan sus avances en el conocimiento. Debo ser cuidadoso y evitar que caiga en manos equivocadas. Su principal objetivo es evitar que pueda olvidar lo poco que he aprendido si Ellos modifican la Realidad. No sé cuanto puede haber de cierto o mentira, pero después del enfrentamiento con Paulus no tengo motivos para dudar. Entraré en la Logia de forma oficial dentro de unos días.

La Maca pasó las páginas de forma rápida. De pronto, a las veinte páginas, parece que la libreta continúa en otro idioma ¿alemán? Luego viene un galimatías incomprensible con fórmulas y palabras imposibles. Extrañada, la Maca se dirige a las últimas páginas donde el documento se cierra con un texto comprensible en castellano:

Cita :

Está hecho y no hay vuelta atrás. La carta ha sido escogida y el ritual asignado. Ahora todo debe cumplirse y de este modo esquivaré la rueda. Debo cuidarme de Ahasverus y evitar su desconfianza. Tolito me ha ungido tres veces, y tres veces he negado mi recuerdo siguiendo los rituales. No tienen más valor que dar sentido a la pantalla, pero me ha asegurado que funcionará.

Después hay un espacio y los últimos trazos están escritos de forma apresurada, evidentemente en otro momento:

Cita:

Macarena, si lees esto es que todo ha sucedido ya. Mete esta libreta en un recipiente metálico y entiérrala en el Retiro. Al norte del Angel Caído hay un viejo roble con rostro adusto. Entre sus raíces encontrarás un lugar adecuado para depositar este tesoro y luego olvidarlo.

¿Qué demonios estaba pasando allí?

Notas de juego

Lo dicho en el mensaje público: sólo has ojeado el documento.

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03/02/2010, 20:36
Macarena

Macarena levantó los ojos apenas un segundo de las palabras escritas en la libreta. Lo hizo para poner la mirada en William, y susurrar rápidamente, como si temiera que el tiempo se consumiera:

-Tú sabes más de esto que todos nosotros juntos, más que Elías... y eso... -se giró levemente, lanzando ahora su kmirada al argentino, de soslayo, para volver a ponerla en el inglés -y eso que sabes mucho, ¿eh, Elías?. -Negó con rotundidad- No, no voy a darle esta libreta al holandés, que seguro que es ese Ahasverus. Ni a él ni a nadie... ¿cómo pude desprenderme de ella...? Por suerte eres legal, tío, porque esto es una especie de testamento... un testamento... sobrenatural. Si hubieras querido hacer daño, Elías, si hubieses sido uno de ellos... -se estremeció- joder.  Pero no ha sido así.

De pronto, con un impulso incomprensible, abrazó al viejo. Una lágrima asomaba en el rabillo del ojo, pero se la limpió con el dorso de la mano. Se rehízo, y prosiguió.

-Voy a leerte lo que entiendo. Lo otro, vas a tener que verlo por ti mismo, y traducirme tú a mi, a nosotros.

Y se puso a leer, siguiendo el orden por el que ella había mirado antes.

Cita :

Mi primera tarea al recuperar la libertad ha sido comprar este cuadernillo. Tomás me lo ha forrado bellamente. Según él todos los Servidores tienen uno similar en el que apuntan sus avances en el conocimiento. Debo ser cuidadoso y evitar que caiga en manos equivocadas. Su principal objetivo es evitar que pueda olvidar lo poco que he aprendido si Ellos modifican la Realidad. No sé cuanto puede haber de cierto o mentira, pero después del enfrentamiento con Paulus no tengo motivos para dudar. Entraré en la Logia de forma oficial dentro de unos días.
Está hecho y no hay vuelta atrás. La carta ha sido escogida y el ritual asignado. Ahora todo debe cumplirse y de este modo esquivaré la rueda. Debo cuidarme de Ahasverus y evitar su desconfianza. Tolito me ha ungido tres veces, y tres veces he negado mi recuerdo siguiendo los rituales. No tienen más valor que dar sentido a la pantalla, pero me ha asegurado que funcionará.
Macarena, si lees esto es que todo ha sucedido ya. Mete esta libreta en un recipiente metálico y entiérrala en el Retiro. Al norte del Angel Caído hay un viejo roble con rostro adusto. Entre sus raíces encontrarás un lugar adecuado para depositar este tesoro y luego olvidarlo.

Se detuvo al final, y giró la libreta hacia William, para que éste pudiera leer a su vez el texto de extraños caracteres.

-....¿Y bien...? ¿De qué ritual se trata, qué quiere decir con esquivar la rueda...  qué está pasando...?

Notas de juego

Macarena insistirá en desentrañar y leer todo el texto de la libreta entre los presentes, William, Elías, Domingo y Agustín, e incluso Braulio.

Tome el tiempo que tome.

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04/02/2010, 12:33
Director

William cogió la libreta. En su rostro no pudo dismular una cierta avidez. Para un mago las notas de otro mago son como un faro para una polilla: una fuente de luz inagotable, eterna, llena de riesgos pero tan deseable como el aire para respirar.

Echó un primer vistazo rápido al cuadernillo. Pasó varias páginas para luego enarcar una ceja sorprendido:

- Hay partes en alemán... es un idioma que no conozco.

Pasó varias páginas hasta que encontró un punto escrito con letra trémula:

- Esto parece importante y está en vuestro idioma.

Giró la libreta hacia la Maca, quien leyó en el punto señalado:

- Nos hemos salvado casi por pura intervención de la Providencia. No recuerdo todo lo sucedido pero creo que he logrado destruir al Poder. ¿De donde he sacado esa fuerza? Tomás no ha podido resistir el encuentro. Dudo que salga de esa ruina babeante en la que han encerrado su mente. Debo encontrar a Jan y saber que ha sido de él. Me temo lo peor.

La Maca levantó la cabeza sorprendida pero William ya está pasando hojas de nuevo. Símbolos cabalísticos, notas transversales. El inglés lo mira todo a un vistazo y pasa páginas de forma rápida. Algo llama su atención de nuevo: un nombre. Gira la libreta indicando un párrafo escrito nuevamente en castellano. Obediente la Maca lee:

- La traición de Jan ha despertado toda mi memoria. Como en el pasado Ahasverus ha sabido ocultarse entre nosotros. Con mi poder recuperado lo he expulsado de este Círculo, espero que para siempre. Pero los Poderes han sido advertidos de mi presencia. Ahora comenzará mi caza. Debo prepararme para lo peor.

El extranjero se recuesta en la silla. Enciende un cigarro y casi de inmediato lo apaga, como si temiese que el fuego fuera a devorar la libreta.

- Ashverus... Es un líctor... El Holandés Errante es un líctor.- dice confirmando probablemente sus temores.

Vuelve a echar un vistazo a la libreta. Lo que vienen a continuación son ristras de números. William deja la libreta en la mesa y va hasta el mostrador. Allí coge un palillero y saca un mondadientes de dentro. Usando el mondadientes como guía empieza a repasar la ristra de números a una velocidad asombrosa. Niega con la cabeza varias veces, como si no pudiera descifrar aquella maraña... Luego se detiene cuando un párrafo, escrito nuevamente en castellano, reluce en medio del galimatías numérico. La Maca, que ya se ha situado detrás de él y mira por encima de su hombro lee antes de que se lo pida:

- Se la han llevado. Todos creen que ha muerto en el parto pero yo sé que se la han llevado. No tengo lágrimas para ella. Una parte de mi sigue siendo Exiquio y otra pertenece a Hansert. Estoy seguro de que hubo otras antes, pero ahora mismo estoy confuso y solo duele lo último que sufrimos. Están cerrando la trampa. Es inútil intentar huir. Debo pensar y planear.

La muchacha se detiene a pensar un momento y luego murmura:

- La abuela... La abuela murió en el parto de mi tío... del padre del Chapas... el tío Alfonso...

Sin detenerse William pasa rápidamente el palillo por las líneas que vienen a continuación, escritas en el idioma incomprensible. Los ojos del lector siguen la guía del pequeño trozo de madera absorbiendo la información a gran velocidad. En un determinado momento se detiene, como si necesitase tomar aire.

- Son conjuros de protección y notas... Esta libreta contiene... contiene información cifrada... pero no la podemos leer. Está preparada para ser leída sólo por su destinatario... Por vuestro amigo fallecido...

William cierra la libreta y la deja en la mesa, delante de él. Parece estar asimilando todo lo que ha leído en este breve intervalo de tiempo. Ha pasado una hora escasa desde que comenzaran el examen de la libreta. Ahora el mago observaba los caracteres que había dejado Elías sobre la mesa: las runas de la muerte de Exiquio.

- Que hijo de puta...- no pudo contener la expresión.

De pronto Cornellius rompió a reir mientras daba una palmada en la mesa y cogía el trozo de cartón. Cuando vio la cara de los demás dio una palmada en la mesa:

- ¡Os la ha jugado a todos joder! ¡No lo han matado! ¡Él mismo ha orquestado su muerte! ¡Está intentando salirse de la Rueda! Pero si Ashverus está aquí no es por una casualidad... ¡Alguien lo ha descubierto! ¡Por eso estaba taumatúrgicamente bloqueada la ciudad al exterior!

Notas de juego

Perdón que te haya PNJizado un poco a Maca pero así le damos más dinamismo a la escena :) 

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04/02/2010, 19:43
Domingo Torres

El policía acercó el café hacia Braulio y le hizo un gesto apuntando con el pulgar hacia el vaso. Braulio entendía perfectamente el gesto. Domingo no solía desayunar un carajillo habitualmente, sólo lo hacía cuando estaba preocupado por algo o cuando preveía un mal día.

—Primero, ¿qué es un lictor? —dijo un tanto reprimido—. ¿Y que es La Rueda?

Domingo estaba confundido. Ya había asumido que su racionalidad no era tal y que había algo más allá, pero todo esto le venía grande. Su vieja cabeza no procesaba la extraña información tan rápido como lo hacía con la rutina diaria. Se había convertido en un viejo de costumbres y ahora se culpaba por entrar en ese tramado rutinario.

Cogió el café que Braulio había rellenado con algo de aguardiente y lo acabó de un trago. Apretó los labios reprimiendo el estómago y se levantó del taburete.

—Mirad, todo esto me viene un poco grande pero las palabras de ese diario me han despertado la sinrazón. Ahora que lo escucho me parece que esa Providencia de que la habla el Gallego en el diario fue lo mismo que nos sacó con vida de esa... ¿Metropolis?

»William, estoy dispuesto a hacer el esfuerzo de entender todas estas cosas. Por favor, explícame su significado para poder ayudar.

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05/02/2010, 18:58
Macarena

Macarena simplemente asintió. Muda, estaba muda. Pero las preguntas que se hacía Domingo, las que se hacían probablemente todos, eran también las suyas.

Esperó la respuesta, ávida.

Notas de juego

Pjnotízame, pjnotizame. (qué mal suena eso...) A ver si vas a pedir permiso!!