Partida Rol por web

El Ídolo de La Pasión

2.0 Nuevo día en Altdorf

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19/10/2009, 15:36
Director

La ciudad continua su ritmo durante el nuevo día.

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19/10/2009, 15:45
Director

Altdorf, Año 2522 del Calendario Imperial.

Tributes, primera hora de la mañana.

Amanecía en Altdorf. Los tímidos rayos del sol daban los buenos días a la gente de la ciudad que una vez más, comenzaban como cada día, sus tareas y vidas en la ciudad. Luchando por hacerse con el control del cielo, el sol ganó la batalla con las nubes del día anterior, que se dispersaron a los cuatro vientos, dejando un cielo azul y soleado, salpicado de pequeñas nubes aquí y allá.

Pero pesar de la claridad y el buen tiempo, la mañana era fría y humeda. Las calles eeguían mojadas a causa de la pequeña lluvia del día anterior, reflejando la luz del astro rey en charcos y adoquines humedos.

Los comercios abrieron sus puertas y las plazas dieron la bienvenida a los puestos de los pequeños comerciantes itinerantes que hacían su negocio viajando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo.

Y mientras los comercios se disponían a comenzar con su jornada de trabajo diaria, los participantes de la curiosa reunión de la noche anterior en la taberna de El Gato Manchado, procedieron a acudir a su próxima cita con el hombre que podría contratarles.

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19/10/2009, 18:09
Ruy De la Vega
Sólo para el director

Ruy despertó temprano, como la gran mayoría de las veces que su vida se había envuelto en escaramuzas o batallas. A pesar de que normalmente anteponía una imagen de persona pícara que rehusaba la vilencia, conocía de buena tinta lo que era la soldadesca y ganarse un nombre en el campo del honor.

Se lavó la cara y el cuerpo. Se arregló el bigotón que prosperaba en su labio y afeitó su rostro a cuchilla. Había que estar presentable, pues era un hidalgo estaliano, no un vulgar bárbaro norteño. Se puso sus ropas y arreos, limpió su "material de trabajo" con óleos de buena calidad y dejó todo preparado con suma consciencia.

Abrió la ventana de su aposento y los ruidos de la ciudad que despertaba lo sobrecogieron. Realmente hacía demasiado tiempo que había dejado su hogar atrás...

- Si pudiera cambiar mi pasad... - pensó el estaliano, pero antes de finalizar se dio cuenta de que su pasado tampoco había estado tan mal. Ser el heredero del negocio de su padre, sería una vida fácil y en cierto modo, aburrida. Con lo que cada uno, tenía que servir para lo que tenía que servir. Y lo que él tenía claro, que su función era dar espadazos por otros, puesto que reunía las aptitudes y  las agallas suficientes par dedicarse de pleno.

Rezó a Myrmidia y a Santo Tomás Mártir, pidiéndoles una muerte rápida si había de hallarla en el día de hoy, y tras este ritual de años de repetición, cogió su mochila y marchó a cumplir la faena.

 

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19/10/2009, 21:18
Gustav Johannsen
Sólo para el director

Gustav despertó con los primeros rayos del sol acariciando su rostro. Se incorporó no del todo repuesto, pues no había dormido demasiado bien, dándole vueltas al asunto del nuevo trabajo en ciernes, ya que este se alejaba un poco se sus últimas aventuras. Y aunque no dejaba de repetirse que le era muy necesario el dinero, y de paso conocer a otras gentes capaces, sentía que faltaba de algún modo a su propio y autoimpuesto código de conducta.

Intentando dejar de lado tales pensamientos, el joven cazador se refrescó la cara en una jofaina roñosa que había en el cuarto, se vistió y con su mochila al hombro se encaminó hacía la salida de la hostería. Decidió que esperaría un rato en la calle, a fin de ir hasta el sitio de encuentro en compañia de Jekill y Ruy, y de paso irse conociendo algo más. Quizás por el camino encontrasen algún puesto de comida. y intercambiar algunas palabras entre sorbos de vino y algún bocado...

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20/10/2009, 00:17
Director

Cuando De la Vega bajó a las escaleras cargando su mochila, se encontró con Johannsen, que parecía esperarlo sentado en uno de los pequeños bancos apoyados contra la pared de la calle, mientras disfrutaba del frío amanecer de la ciudad.

El hombre del sombrero de ala ancha, no tardó en percatarse de la aparición de Ruy a pesar de estar ensimismado en sus propios pensamientos y la aparición del caballero de estalia lo trajo de nuevo a la realidad de la ciudad, cuando este salió a la calle atravesando la puerta de la casa de hospedaje.

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20/10/2009, 12:50
Ruy De la Vega

Ruy se dirigió hacia el enigmático individuo y con los modales propios de su condición, le saludó llevando un par de dedos de su mano derecha, al ala de su sombrero de pluma de aguila.

- Espero que haya pasado una pla centera noche. - inició la conversación de forma amistosa. - Si no le importa, me gustaría estrechar la mano de una de las personas que será compañera de trabajo... Creo que ayer, los ánimos se fueron revolucionando. Mi nombre es Ruy.- Al tiempo que le tendía la mano.

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20/10/2009, 20:43
Joss

El matador pasó media noche en vela, buscando una cerveza digna de su exigente paladar por todas las tabernas que encontró abiertas en la ciudad.

Una vez que encontró un lugar cuya cerveza pudo considerar digna de su respeto, decidió que ya iba siendo hora de ir a descansar. Le había costado quitarse de la cabeza a la insolente niña con la que tuvo que compartir la reunión de la noche anterior, pero por fin, sus animos se habían enfriado y podría dormir tranquilo.

Acostumbrado como estaba a las penurias de la vida en batalla continua, no tuvo ningún tipo de remilgo en cuanto al lugar que escogió para pasar la noche y de esa manera, durmió hasta el siguiente día en una de las casas de hospedaje mas sucias y de peor fama del barrio pobre.

Al día siguiente, se levantó temprano para preparar sus armas y tras tomar el asqueroso desayuno que le sirvieron en aquel antro, las lunas que todavía podían verse tímidamente en el oscuro cielo, dejando paso al astro rey, le dieron los buenos días al salir en busca de la tienda de ultramarinos de Otto Eberhardt.

Preguntando aquí y allá, no tardó mucho en encontrar el lugar de la cita y como pudo comprobar Sigmund ya se encontraba allí esperándolos. Lo saludó dándole los buenos días y Joss hizo lo mismo.

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20/10/2009, 22:33
Jekil Finster
Sólo para el director

Había dormido a pierna suelta, no era lo que solía hacer cuando dormía en otra ciudad. Pero necesitaba estar totalmente descansado para que no se le escapara ningún detalle del lugar, que supuestamente, iban a visitar. No había vuelto a ver a las personas que se habían alojado en la posada y que desde aquella noche eran sus compañeros de trabajo. Al salir de la posada, en la que había pasado la noche, el frío y claro día recibió a Jekil. Notaba como el frío comenzaba a calar sus huesos, al tiempo que se frotaba las manos para hacerlas entrar en calor. El día no había hecho más que empezar cuando Jekil, bastante concentrado en lo que les había contado Sigmund, se dirigió al punto de encuentro en el barrio comercial.

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20/10/2009, 22:55
Director

Jekil no tardó en volver a ver a los dos hombres que se alojaron en la misma casa que él. Al salir afuera, los encontró charlando en la calle: Johannsen sentado en un banco junto a una pared y De la Vega de pie frente a él.

Ambos repararon en la presencia de Jekil cuando este apareció en la calle apresuradamente y con ademán de ir con prisa. A su alrededor, la ciudad seguía despertándose y ya se empezaba a ver bastante actividad.

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20/10/2009, 23:44
Jekil Finster

-Buenos días-dijo mientras saludaba a Gustav y a Ruy- Pensaba que no les vería de nuevo hasta llegar al lugar en el que nos hemos citado con Sigmund. A la vez que les hablaba un escalofrío recorrió su espalda. Jekil comenzó a frotarse las manos al tiempo que intentaba calentarlas con su aliento. No quisiera interrumpir su conversación, pero ¿que les parece si nos ponemos en marcha hacia el barrio comercial? Con este frío no vendrá mal mover las piernas ¿no? Tenía bastantes ganas por llegar a la reunión con Sigmund pero no pretendía ser descortés y partir sin sus nuevos compañeros.

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21/10/2009, 07:54
Ruy De la Vega

Ruy asintió a las palabras de Jekill. Hacía un día típico de las ciudades del Imperio, un sol radiante pero que a penas conseguía calentar el ambiente en las primeras horas de la mañana. 

- Tiene usted mucha razón. Si gusta de guiarnos caballero... -  

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21/10/2009, 14:08
Gustav Johannsen

Justo después de estrechar la mano del estaliano, Jekil apareció por la puerta de la hostería, y luegp del comentario sobre partir enseguida, el joven Gustav sonrió, e hizo un  gesto que indicaba que el recién llegado tomase la delantera.

-Por favor, usted primero. Ha pasado una buena noche? Algo fria para mi, pero bueno, es la época...

Intentó ser todo lo amistoso posible, ya que no le apetecía volver a pasar otra velada de discusiones por naderías.

-Os parece que por el camino busquemos algun puesto para almorzar algo rápido...? Eh, ah, lo siento...les importa que ...les tutee? Si vamos a ser compañeros...

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21/10/2009, 22:44
Director

Notas de juego

Tus compañeros ya han ido a la cita con Sigmund, dime si vas a postear algo o si no te meto directamente en la escena.

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22/10/2009, 01:07
Jekil Finster

-Claro, no hay ningún problema- dijo mientras miraba a Ruy y sonreía.

Parecía que el ambiente era muy distinto al de la noche anterior, eso beneficiaría al trabajo aunque aún no se habían encontrado con la muchacha y el enano.

-Por lo que a mi respecta no hay ningún problema en que me tutees, de hecho yo haré lo mismo. ¿Vamos?-dijo haciendo ademán de dar un paso hacia adelante- seguro que de camino podremos parar a comer algo, nos vendrá bien ya que el día será largo.

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22/10/2009, 09:24
Ruy De la Vega

Ruy asintió a sus nuevos compañeros. Le parecía bien dejar las formalidades entre personas que iban a trabajar juntas. En situaciones de acción, no había tiempo para fórmulas de cortesía, sólo unos segundos para discernir si tu propio corazón seguía o no latiendo...

- Lo de comer algo, me parece una idea genial, pues me desagrada comer con el buche vacío, ja, ja, ja...  - comentó mientras reía.

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22/10/2009, 11:29
Gustav Johannsen

Gustav caminaba al lado de sus dos compañeros, bastante más relajado que la noche anterior, y adivinando un nuevo rumbo en este viaje que sería trabajar con otras gentes. Llevaba demasiado tiempo andando solo por el mundo, y aunque su mente no cejaba en recordarse que su misión última y primordial era su "caza" particular, si fué bueno para el joven el distraer sus cábalas con otros menesteres, y de paso en compañia de, al parecer, buena gente.

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22/10/2009, 15:35
Larymian Lari
Sólo para el director

Notas de juego

Oh, perdone, pensé que ya estaríamos con Sigmund. Bueno, sí, voy a la cita ^^

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22/10/2009, 19:14
Director

Los tres hombres se detuvieron un momento para poder desayunar algo antes de ir a la cita con Sigmund y aprovechando los comercios que veían de camino a la tienda de Otto, compraron algo con lo que llenar el buche por el trayecto.

Encontrar la tienda de ultramarinos no resultó difícil y para cuando llegaron allí, la actividad en las calles ya era notoria. Sigmund los esperaba frente a la entrada del comercio y a su lado, con una cara bastante seria, se encontraba el matador que habían conocido la noche anterior.

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22/10/2009, 19:17
Sigmund

Con una amplia sonrisa, Sigmund los saludó al verles aparecer en la calle:

-Buenos días señores ¿Han dormido bien? Parece que hoy no lloverá, ya que hace un sol estupendo, sin embargo no podemos esperar que deje de hacer este frio. Les dijo para ir entrando en conversación. Todavía tenemos que esperar a la joven de ayer, pero mi instinto me dice que no será impuntual.

Apenas había dicho aquello cuando miró más allá de los hombros de los hombres haciendo un gesto con la mirada al ver a alguien.

-Vaya, no estaba equivocado, por allí viene ella.

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22/10/2009, 19:22
Director

Larymian despertó temprano y tras lavarse y tomar un adecuado desayuno en el lugar en el que se alojaba, partió de inmediato a la cita con Sigmund.

Había descansado bien, a pesar de haberse despertado un par de veces durante la noche a causa del frío, y se encontraba de buen humor para encarar el nuevo día. Abandonando el edificio, se puso a buscar de inmediato la tienda de ultramarinos de Otto Eberhardt y aquello fue lo que la confundió y frustró.

Siendo una chica de campo, la ciudad le resultaba extraña y demasiado grande, con gentes demasiado frías y le costó un poco encontrar el lugar de la cita. Se llegó a perder en dos ocasiones, pero preguntando aquí y allá, pronto encontró la dirección correcta. Para cuando llegó allí, la actividad en las calles ya era notoria.

Sigmund los esperaba frente a la entrada del comercio y a su lado, con una cara bastante seria, se encontraba el matador que había conocido la noche anterior. Ella entró en la calle justo despues del resto de los hombres que habían asistido a la reunnión de la noche anterior, que como pudo comprobar venían juntos y se dirigían hacia Sigmund sin percatarse de su presencia tras ellos, hasta que Sigmund y el matador la miraron descuidadamente por detrás de sus hombros.