Partida Rol por web

Nñiaaagh...

Las correas de las cabras se escurren entre los dedos del snaga.

En un intento cobarde de rehuir el combate, Siomorang rueda por el suelo hasta un árbol cercano para ponerse a salvo del águila y prolongar su agonía.

Maglubiyet, ¿porqué me has abandonado?

Apoya su espalda contra el tronco y mira al cielo contrariado. Su fé le ha abandonado. O más concretamente: su fé ha nacido, pero no ha tenido tiempo suficiente para ahondar en el alma de Siomorang. Es un diente de león sobre la arena. Ya es un milagro en sí que en tan yermo pagano haya nacido una creencia.

 Lanzando un agudo chillido la enorme ave de presa se lanza medio saltando medio volando a por el trasgo del arco, dispuesto a ensartarle en sus zarpas.

 Pero Grolm, al parecer, había aprendido de Siomorang y logra escurrir el bulto a un lado, eludiendo el mortal zarpazo. Pero aún así la presencia de esa criatura, tres veces la altura del trasgo, y varaias veces más ancho con sus alas extendidas, amadretaría a cualquiera.

 Bajo un árbol, Siomorang, tapona sus graves heridas por las que se ven las tripas del trasgo, sangrando profusamente. Pero vivo, no obstante.

 Era el momento de que actuaran Akrate y Thok.

- Es una gran ocasión para dejar que se muera.. - Pensé por unos instantes y lo peor era que lo estaba pensando totalmente en serio, pero si el jefe lo había mandado era por algo así que simplemente negué con la cabeza, sabiendo que simplemente después no obtendríamos ni un gracias, simplemente otro de ataques de superioridad y palabras extrañas que no entendería.

Al fin, levanté mi hacha y salí corriendo con ella levantada, dispuesto a rebanar a aquella criatura en los cachos que hiciera falta, aunque sin reprimir lo que casi sonaba a rugido saliendo de mi boca.

 El terrible trasgo de la gran hacha se lanza a por la majestuosa ave sin pensar ni un instante en su seguridad. Tras una rápida carrera se lanza con gran ímpetu contra la parte trasera de la águila, logrando superar sus defensas y causándole una considerable herida. A la cual la águila lanza un nuevo chillido, este de dolor. Gira su cabeza un momento para ver la cara de psicópata de Thok.

- De donde salió eso? - pregunta el enfermero que duda entre ir a curar a quien le cae tan mal o intentar ayudar con el combate. Finalmente intenta hacer ambas cosas. Con un rápido movimiento utiliza la honda que tiene cargada en su mano, impulsando la bala hacia el águila, justo antes de dirigirse, tan rápido como un enfermero sabe hacer en dirección al herido

- Puedo ayudarte? - preguntó lo obvio - Quizás en este momento si aprecies un poco de mi pis mágico? - insistió con tradicional método de curar heridas - Tu decides - agregó encogiéndose de hombros

Maldito pájaro, se me quiere comer! gira la cabeza buscando algo, cualquier cosa, que le ayude a esquivar al pájarraco Ese árbol... si me pongo detrás no me llegará.. retrocede un paso hacia el árbol antes de efectuar dos nuevos disparos contra el animal. Sin embargo, quizás por estar más concentrado en la huída que en lo que está haciendo la primera de las flechas pasa de largo y la segunda sólo logra rozar al ave.

 Al parecer Akrate logra causarle daño cuando la pequeña piedra que le lanza le alcanza la emplumada cabeza, aturdiendola un instate. En esos momentos de confusión, Grolm se aparta un par de pasos y dispara de nuevo un par de flechas contra la criatura, la primera se pierde por las nubes, más la segunda logra raspar una de las alas, arrancándole algunas plumas.

 Parece que la águila no esperaba encontrarse tanta oposición, ni mucho menos...

 Sintiéndose repelida por los ataques de lo que parecía un menguado grupo de simples snagas parece que le puede costar la vida, tener a ese trasgo de la gran hacha y cara de psicópata a su espalda la hace terminar de decidirse y con un par de poderosos impulsos de sus enormes alas emprende llo que parece ser un intento de huida.

¿Estás idiota? No quiero tu pis mágico.

Siomorang miró con rabia como el águila intentaba alzar el vuelo.

Nirte salaz, pajarraco.

Y tras pronunciar estas palabras, lanzó un esputo maldito a la criatura. A Akrate no, a la otra criatura: el águila. La baba burbujeante empezó a corroer su plumaje.

Nirte... salaz...-dijo, satisfecho.

Y seguidamente se desplomó en el suelo. Inconsciente, balbuceaba cosas sin sentido:

Pis mágico, no... pis mágico, no...

Mientras, su sangre formaba un charco a su alrededor.

 Antes de que la criatura que tanto daño había causado a Siomorang se escapara con vida, este, inundado por un enorme deseo de venganza, ejecuta un hechizo menor que alcanza a la águila, una pequeña partícula correosa se forma entre las dos alas, en el 'lomo', arrancándole un agudo y estridente chillido a la ave... pero esta no termina de caer, manteniendose en el aire.

Me acerqué a nuestro compañero inconsciente ahora que aquella enorme rata con plumas se había ido y le di un golpecito con el pie a ver si abría los ojos, pero no lo hizo así que miré al listo.

- Podemos dejarle aquí, no creo que a nadie le importe o incluso puedo rematarlo y se los dejamos a las ratas para que se lo coman. Al final lo acabaré matando igual..

Miraba al cuerpo con ganas de querer decapitarlo, sin duda, sería divertido separarle la cabeza del cuerpo, pero luego me entró el poco sentido común que tenía, que solía estar bajo mínimos.

- Si le vas a curar aunque no haga falta meale al menos, que se joda..

Ahh no, ahora no te escapas! grita enfurecido al águila mientras le dispara una última flecha. Sin embargo, el pájaro que era torpe en tierra ahora está en el aire y esquiva limpiamente el disparo del snaga.

Maldita sea! gruñe al pensar en lo buena que habría estado a la brasa Al menos el ejercicio no nos ha ido mal

Voy a por las cabras dice desentendiéndose del estado del otro snaga, aunque no totalmente cuantos más seamos más setas podremos llevarle a Lerb y más contento estará con nosotros...

 Finalmente la enorme ave de presa, ya no tan majestuosa, huye surcando los cielos, logrando escapar apenas con vida tras el encuentro con lo que parecía un inofensivo grupo de snagas.

 Grolm, simepre atento, no pierde tiempo para ir en busca de las dos cabritas, ahora que aún están cerca.

 Mientras Akrate está ante el inconsciente trasgo nuevo, con el poder de decidir entre la vida y la muerte en sus manos...

Por mi parte dejé ahí al nuevo con el listo, que seguro que entre ellos se arreglaban y me puse a echar un vistazo por los alrededores aunque sin perder a mis compañeros de vista, no debíamos separarnos, eso lo sabía hasta yo.

Todo seguía siendo demasiado " bonito " para mi gusto y comencé a imaginarme como ardía, para dibujar una sonrisa en mis labios debido a mis ideas descabelladas, que si no solía tener muchas ideas, buenas, aún menos.

Si no veía nada peligroso volvería junto el resto y así esperar a que decidieran proseguir la marcha. Yo ya me había despertado del todo tras el ataque y sería incapaz de quedarme sentado y quieto durante un buen rato.

 Thok da un vistazo por los alrededores, el lugar es bastante distinto del pasiaje al que está acostumbrado. Aquí, cerca de las faldas montañosas, el terreno es más abrupto, con pronunciadas cuestas y pequeños valles. La zona es bastante boscosa y en el sotobosque los matorrales espinosos, como la zarzamora, son cada vez más frecuentes.

 Esta topografía tan accidentada limita bastante la visión, incluso los árboles que vaís dejando a vuestras espaldas hacen que limite parte de vuestra visión para ver lejos.

 Salvo estos detalles y que el bosque está bastante silencioso, posiblemente por la breve pero intensa escaramuza, no hay nada más a destacar.

 El joven snaga que estaba atendiendo al moribundo Siomorang mira a Thok.

 - Mmm, lo mandó Lerb, imagino que a parate de ser un capullo, tendrá su valía. Sinó Lerb no nos lo mandaría. Además, si tenemos problemas con alguna patrulla de orcos o otra águila, será bueno contar con cuantas más manos mejor.

 Sin esperar mucho más, el verde trasgo, echa para un lado el taparrabos y un dorado y oloroso chorro se derrama sobre el inconsciente Siomorang, haciendo que tras un intenso escozor la profunda herida del pecho, así como parte del profundo hachazo del hombro sanen.

 Tras sacudirse las últimas gotas, Akrate se aparta de Siomorang, para evitar darle la posibilidad de una reprimienda.

 - La piel-rata nos aguarda, en cuanto Grolm tranquilice las cabras pordemos continuar.- Dice con su talante habitual.

Siomorang abre los ojos muy lentamente. El dolor no le deja oler el aroma a pis; la luz del día no le deja ver cómo Akrate se sube los pantalones. La consecuencia es que saca conclusiones equivocadas.

Claro, claro. Maglubiyet lloró por la muerte de su trasgo predilecto, empapándome con sus lágrimas divinas. Eso me hizo resucitar. Obviamente estamos ante un milagro. Sólo puede ser eso.

Las palabras frías del matasanos y el pasota comportamiento del feo y el otro no son los propios de alguien que ha presenciado un milagro... ¿Cómo se explica? Ah, claro, están preocupados por las órdenes. Temen un castigo si fallan, tal vez su propio sacrificio al Oscuro. La obra de Dios les preocupa menos que su propio pellejo. Sí, debe de ser eso. Pero ya creerán. Cuando llegue el momento, ya creerán...

Sí, a por la piel-rata.

Se incorporó despacio, sin estar totalmente recuperado, y se aproximó a Grolm para retomar el papel de pastor de cabras.

Muy a mi pesar teníamos de nuevo " al nuevo " entre nosotros, cosa que no me hacía una excesiva ilusión, pero había sido el resto quien había elegido, ya que si llega a ser por mí... pero bueno, ya había dado mi punto de vista.

Al ver como abría de nuevo los ojos solté un pequeño gruñido más para mí mismo que para nadie más y luego simplemente esperé que todos comenzaran a caminar, pues volvería a ocupar la última plaza de la comitiva, paa vigilar que nada nos atacase por la espalda.

- Uno nunca sabe por donde pueden venir las ratas... como esta última que venía volando..

Recordé las otras ratas que volaban que habíamos visto en la cueva, pero no eran ni de broma, tan grandes como esta última. Eso sí, lamenté el no haber acabado con ella para poder arrancarle las plumas. Metido en una tela me hubiera quedado una almohada muy mullidita.

Las cabras no se habían alejado demasiado, no habían tenido tiempo aún, así que no le llevó demasiado localizarlas. Más complicado fue el tranquilizarlas lo suficiente como para poder coger las cuerdas y convencerlas de que volver con los demás era seguro.

Finalmente logró hacerlo y volvió con los demás a tiempo para ver al nuevo recuperado y dispuesto a seguir.

Toma le da las cuerdas de las cabras si estáis listos seguiremos la marcha, éste no es un buen sitio para parar mientras habla se dirige a la cabecera del grupo para volver a encaminarlos hacia su objetivo.

 Una vez el grupo se sobrepuso a la repentina escaramuza prosiguió la marcha por la geografia rota, boscosa y ascendente.

 Tras unas tres horas de pesada caminata el grupo alcanzó las estribaciones montañosas. En comparación con las planicies desérticas que rodean vuestra comunidad os sentís en un ambiente opresivo, casi asfixiante, todo lleno de grandes coníferas, por encima de la cúpula boscosa veís algunas paredes rocosas muy derechas y empinadas, manteniéndoos en una fresca sombra.

 Al parecer ya estaís en el lugar... ahora sólo falta encontrar cuevas, los lugares donde se encuentra la piel-rata...