Partida Rol por web

Cuando llegáis a la cima de la colina, veis al Jinete de la tormenta sobre su caballo, gritando a las nubes sobre él. A su alrededor yacen decenas de árboles, todos arrancados o partidos en dos como si de simples ramitas se trataran. Hay restos de troncos, ramas y hojas esparcidas por todos lados, que crean una escena de inmensa destrucción

Postrando la rodilla izquierda en el suelo murmura unas palabras que no acabáis de entender, tras murmurarlas se pone en pie  y comenta - ha llegado la hora señores. Acabemos con él de una maldita vez ¿plan de batalla? ¿alguien tiene alguna idea?- pregunta refiriéndose más bien a los guerreros que más experiencia tenían en el combate.

Cuando el mago hace aquellas preguntas, Lorine vuelve sus ojos hacia Clobi. Él está al mando (al menos a ojos de ella); él decide. Se para a un lado del gigante y espera. Está cansada, pero sobre todo agobiada por las dudas. Siente que su lealtad hacia Mistridge flaquea, tanto como la alianza los dejó solos...

Al frente, el maldito jinete. El combate final se avecina. Lorine presiente que su vida se apagará como una vela ante el vendabal de la ininente batalla. Pero no teme, si ha de morir será peleando.

Pol, dame fuerza...

Lo cierto es que hemos estado esperando este momento compañeros y compañera. Tomás mira su bastón y piensa. Poco puedo hacer yo con esto pero, confío en que el jinete escuche mis palabras... y si no en la fuerza de mis compañeros.

-Debemos calmar antes su espíritu.

Mira hacia el jinete. Si no deja de invocar a la tormenta ni si quiera podrán acercarse a él sin sufrir daño. Podría usar un hechizo para intentar calmarlo, pero sería posible que no funcionase y entonces el jinete pondría su atención en ellos en lugar de descargar su furia contra el cielo.

-Intentaré un hechizo para que Tomas intente hablar con él cuando esté más tranquilo.

Se acerca lo más posible al jinete, a riesgo de perder su propia vida, y desde una distancia en la que sabe que funcionará el hechizo, comienza a mover las manos y a pronunciar las palabras para realizarlo.

Phoe se acerca lo suficiente al Jinete como para lanzar un hechizo sobre él, el aspecto del Jinete cambia, veis a un hechicero cansado encima de su caballo, os mira y se prepara para el combate, pero no parece tan temible como en su otra forma

Lorine corre tras de Phoe mientas prepara el arco y las últimas flechas. Después apunta al maldito jinete cuyo aspecto ahora es menos temible, más humano.

Extrañamente, no hay odio en ella, ya no, solo algo de rabia y mucho de cansancio. 

Lorine tensa el arco y espera. No dispara, solamente aguarda con los los clavados en el jinete.

Tomas ve a Phoe lanzando el hechizo y al jinete cambiando a una forma más terrenal. Tal vez menos temible pero...acaso menos peligrosa? Acto seguido Lorine prepara su arco aunque no lanza ninguna flecha. Se mantiene impertérrita apuntando al jinete. Preparada.

Tomás corre hacia el anciano dispuesto a hablar con él. Entonces levanta su bastón sobre su cabeza y grita :  ¿ No estás cansado de odiar?. Perdónalos y vuelve a tu hogar en paz. Libera tu alma con el perdón... Ella lo querría.

¡ Eram quod es, eris quod sum !

Remigius permanecía en silencio, sujetando sus heridas. Observó el intercambio de palabras; posiblemente aquellos que habían tenido la premonición del monstruo estarían más capacitados que él en aplacarlo.

El Jinete de la tormenta escucha las palabras de Tomás, se quita el yelmo, ahora no es más que un anciano y bastante cansado. Tira su espada y baja del caballo, entonces el caballo empieza a cocear y a resoplar llamas, empuja a su Jinete con las coces y se lanza hacia vosotros lleno de ira

Por todos los santos! Es que esto no se va a acabar nunca! - piensa tomás. Entonces, viendo que el caballo se dirigía hacia ellos se esconde detrás de Cobi. Tal vez el gigante pueda protegerle contra la bestia.

Una extraña mezcla de conternación, piedad y furia se agitan en la grog al contemplar la decrépita figura del asesino de su padre, de sus compañeros y de tanta otra gente. Piedad... Es un sentimiento que no puede, que no quiere permitirse. Tantos años esperó este momento. Pero, ahora, debe ocupar su cabeza y sus sentidos en otra cuestión más inminente.

Lorine se vuelve hacia Clobi, espera uno orden, al mismo tiempo que apunta con el arco hacia el endemoniado corcel.

Caeron al ver el caballo desbocado se lanza a un lado fuera de la trayectoria del caballo, no era el momento de atacar al animal... pero... ¿por qué les atacaría? el jinete al fin y al cabo se había dado por vencido, o la maldición que le poseía había desparecido.

Remigius buscó un sitio donde evitar la embestida de aquella criatura. Su conocimiento no se extendía a las bestias, ya fuesen mágicas o mundanas, y poco podía contribuir al combate que se avecinaba.

No es que Phoe sea la mejor peleando en primera linea y de forma física así que se aparta como el resto de sus compañeros. Pero en lugar de solo mirar, decide que es mejor actuar y usar uno de sus hechizos para tratar de aletargar al caballo. Comienza a recitar el hechizo y a hacer movimientos con las manos para lanzar su conjuro de la maldición de los hielos.

Phoe lanza un hechizo sobre el corcel, pero no parece afectarle, mientras tanto Clobi y Lorine se lanzan al ataque del corcel pero ambos fallan sus ataques. El corcel se detiene, desde su posición, un fuerte viento empieza a producirse y va avanzando hacia vosotros, sin saber muy bien como, veis que al corcel le sale una lanza que se queda suspendida a su lado en posición de ataque

Intenta lanzar el hechizo pared de espinos para proteger al grupo.

Remigius observó al demoníaco corcel mientras buscaba un sitio donde esconderse de la terrible criatura. No tenía muy claro cómo podía contribuir al combate que estaba teniendo lugar, ya que era un galeno, no un guerrero. Estudió a la criatura para determinar si había manera de cancelar el uso impío de magia que estaba haciendo.