Partida Rol por web

Jason corrió con Janet y le ofreció un Walkie. 

- Di algo en italiano, ¡guía a la guardia hacia los nazis! -

Acto seguido se parapetó junto a su jefa. No iba a perderla otra vez. Dejó el táser junto él en el suelo e intentó conectar con algunos de los drones que quedaban dentro del museo y atraerlos hacia su posición. 

Los ruidos inmediatamente cercanos parecían aumentar, al igual que la tensión del momento.

Lo primero que cayeron fueron las puertas del sur con un pequeño estruendo seguido de una serie de lanzamientos: ¡Granadas de humo!

No sólo aquella parte, segundos después, el mismo sonido provino de la entrada de los jardínes. Los asaltantes usaron la protección que les daba aquella "cortina" para internarse en la basílica.

Pancho gritó: ¡4 pendejos por la puerta de la plaza! -observación que pudo corroborar su compañero Arthur. El americano, junto a la jefa y Jason que había llegado a su posición, vieron como también cuatro sombras se deslizaban entre el humo que tardaría aún unos segundos en disiparse.

Aquellos tipos parecían cosa seria: armados con material militar y Styg Aug, parecían seguir las órdenes en alemán de despliegue de uno de los tipos que había entrado por la plaza.

Las armas automáticas empezaron con su sonido característico pero entonces, Marylin dio un grito de sorpresa y por un momento se giraron para ver como el cristo ¡Estaba sangrando por sus heridas y no era pintura precísamente!

El líquido carmesí caía lentamente recorriendo el cuerpo de la figura y empezó a gotear tímidamente sobre el grial que parecía amparar un Cartafilus que seguía centrado en su plegaria, completamente ajeno al apocalipsis que se había desatado a su alrededor.

- Mierda, otra vez como en la estación de tren - 

Jason estaba asustado. La cicatriz de su sien izquierda ardía. Pero no había mucho que hacer. No era tiempo de florituras.

Se asomó junto a Janet y apuntó a la cortina de humo que daba a los jardines. No se veía una mierda. Escidriñó el humo. 

- Vamos Jason, son sólo tíos con pistolas, van a cometer un error y tú lo vas a notar - se dijo

No me puedo creer que la vaya a palmar para que este tipo pueda morir...

Luna se acercó aún más a Cartafilus, para protegerlo de los disparos que pronto comenzarían a llegar. Al hacerlo vio la puñetera estatua sangrar. Aquello era incluso más increíble que el yeti que habían visto; era algo que traspasaba lo terrenal y se adentraba en el mundo de los espíritus. A pesar de la impresión, no dudo en ponerse al lado de su cliente. Cartafilus tenía que acabar lo que había empezado. Necesitaban darle tiempo. Luna miró a Janet, que tenía el cofre cerca. ¿Sería posible engañarlos aún? Lo dudaba. Especialmente cuando viesen al cristo sangrar. 

—Todo va bien. Bien jodido. Pero bien.

En todo caso, la joven no dudo a la hora de abrir el arco y disparar contra el líder, que parecía cubrirse tras una columna. Si algo tenían de bueno las flechas respecto a las balas era precisamente que podía modificarse el recorrido disparando en parábola. El humo le impedía ver con claridad pero su padre le había enseñado a no depender de la vista. Aquellas sombras hacían ruido y, aunque fuese muy poco, se veían. Lo suficiente para, tras el aviso de Pancho, ver unas sombras moviéndose.

Te pille

Luna dejó volar la flecha que trazó una sorprendente curvatura gracias al duro entrenamiento en aquel arma, que en manos de muchos era un juguete pero en los de la cazadora, un arma mortal. Aquellos tipos habían prometido a Janet que matarían a su equipo. Pero la cazadora no iba a permitir que aquello sucediese.

Janet cogió el walkie que le ofreció Jason.
—Attenzione. Rilevata presenza armata all'esterno dell'edificio, davanti all'ingresso principale e all'ingresso est. Soggetti armati. Schierare un agente armato. Ripeto: soggetti armati.*

A continuación, miró a Jason.
—Con un poco de suerte, la guardia atacará a los alemanes desde su retaguardia, lo que desviará su atención de nosotros. Aunque oigan nuestros disparos, si la guardia no nos ve quizá no sepan de nosotros hasta que ya estemos fuera de aquí —Janet sonrío, eran demasiadas cosas que pendían de un hilo— Bueno, quizá nos haga falta algo más que un poco de suerte. Vamos a ver cómo les sienta a estos cabrones que respondamos a su fuego.

Janet se asomó la cabeza y el brazo de la columna que la protegía y disparó hacia la entrada de los jardines.

La situacion empezaba a desbordar al grupo: los hombres de Göering eran más, estaban bien armados y bloqueaban la salida. 

Arthur empezaba a ponerse muy nervioso, hasta que vio lo que solamente se podría concebir como un milagro. De haber estado en otras circunstancias no hubiera sabido si postrarse y rezar; pero urgía salir de aquella con vida. Ya tendría tiempo para preocuparse por la eternidad y todo eso. 

Recordó que tenía botes de humo. Y recordó el Procedimiento Operativo 15/84 del Departamento de Policía de Nueva York, relativo a la utilización de botes de humo y gas. En concentraciones humanas debían lanzarse paralelos al suelo, para evitar que al rebotar pudieran caer en algún lugar inflamable o cerrado; a una distancia lo bastante cercana al objetivo como para cegarle, pero no lo suficiente como para que pudieran devolverlos de una patada. 

En resumen: era como jugar a los bolos, y por eso le hizo gracia cuando lo estudió. También decía algo de no lanzarlos cuando se estaba en el interior de edificios, pero... qué demonios, no llegó a aprobar el examen de ingreso. 

Cogió una de las granadas, tiró con fuerza del seguro y la arrojó con energía al punto exacto para cegar a los asaltantes que avanzaban por la nave. 

Si querían dejarles a ciegas... a ese juego podían jugar los dos bandos. 

En unos segundos la basílica se convirtió en una batalla sin cuartel.

Jason fue el más rápido en actuar, tomando su ligera Beretta se asomó usando uno de los pilares como cobertura y abrió fuego cuando estuvo seguro de ver bien el objetivo. Las balas impactaron en la cabeza del soldado neonazi que cayó al suelo de inmediato.

Luna se movió sólo un par de zancadas mientras tensaba el arco hasta que le pareció ver a su objetivo. Sólo necesitaba eso. Tensó el arco y lanzó la flecha de forma parabólica de forma que el esbelto proyectil cruzó la distancia esquivando parte de la estructura de la basílica para ir a impactar de lleno en el cuello de uno de los soldados que también cayó de bruces sin entender qué había sucedido.

Janet había dado el comunicado y esperaba que con tanto jaleo se hubiera escuchado. Intentó imitar a Jason tomando fuertemente su Glock, pero la cortina de humo le hizo perder el objetivo.

Justo en el mismo momento, Arthur lanzaba la granada de humo por delante de Pancho y él para dificultar el avance de los que habían entrado por la Plaza. Otro muro de humo se desplegó por delante de la zona central de la basílica haciendo imposible ver bien para unos y otros.

Marylin afianzó su revolver S&W y disparó sobre otro de los atacantes que había entrado por los jardines. Impactó de lleno sobre el objetivo, sin embargo, el blindaje de aquellos tipos parecía especialmente preparado para aguantar las balas, asi que sólo dejó al soldado herido.

Los soldados que venían del lado de la plaza avanzaron disparando sin mucho éxito sobre la posición de Pancho y Arthur, pero la nueva cortina de humo era quizá demasiado espesa para que consiguieran blanco alguno. Lo mismo sucedió con los soldados que habían entrado desde los jardines. Con dos bajas, los soldados abrieron fuego sobre la posición de Janet y Jason. Suerte que estaban bien cubiertos con uno de los pilares porque no consiguieron impactar sobre ninguno de ellos.

Pancho se movió un poco para frenar a los soldados que venían de su lado. Abrió fuego con sus escopetas hiriendo a uno de ellos.

Entonces escucharon más ruido y nuevas figuras aparecieron en la entrada del jardín y seguramente desde la puerta de la Plaza. El problema era que la bomba de humo de Arthur sólo pudo hacerles entender que alguien más entraba pero ¿cuántos? era difícil de saber.

Lo más problemático, sin embargo venía por el lado de los jardines: cuatro figuras aparecieron por allí, otros dos soldados, otro de aquellos nazis que parecía llevar un traje de mejor calidad armado con una pistola Ruger SS y un cuchillo y, detrás de ellos reconocieron a Göering. Iba con una máscara anti-gas y casco protector, pero era él. Su fría mirada azul parecía traer más muerte a la sala.

Si alguna duda tenían, su voz se oyó vociferando en alemán: ¡¡Beende sie alle!! ¡Nimm den Gral!

Jason volvio a salir de su cobertura y apuntó a la cortina de humo, pero en el último momento observió movimiento a su izquierda. Volvió rápidamente a su cobertura mientras veía al nuevo grupo entrar. Le bastó un segundo para reconocer a Goëring, con su máscara de gas a lo supervillano de película.

- Joder, si no estuviesen intentando matarnos molaría bastante - pensó mientras apuntaba sus pistola y sacaba la lengua. Tomó aire y lo soltó despacio - Ya te tengo hijo de perra - pensó mientras apretaba el gatillo.

Sin esperarse a ver el resultado de su dipsaro, saltó de su cobertura hacia la pared interior de la columna en la que estaba, a cubierto de ambos grupos.

- Arthur, Pancho, tenemos movida aquí atrás. Acabad lo que sea que estéis haciendo y venid a cubrirnos. El cabrón mayor ha venido de visita - gritó por el comunicador.

Janet esperó que sus disparos hubieran servido para algo, pero no se quedó a esperar. Miró hacia su izquierda y vio a los recién llegados. Por fin aparecía uno de los invitados de honor. Y traía compañía. Giró su brazo hacia allí y disparó, justo antes de saltar hacia la cobertura. Con suerte, quedaría protegida de ambos flancos. ¿Dónde demonios estaban esos guardias suizos?

—Jefe, dese prisa. El puto loco ha llegado

A pesar de la situación, Luna tuvo tiempo de girar la cabeza para ver como iba Cartafilus. La situación se estaba volviendo demencial, y no podían hacer otra cosa salvo resistir. Resistir y acabar con aquel maldito desgraciado antes de que hiciese daño a alguien. Sentía el corazón latiendo con fuerza, y se debatía entre no llamar la atención para que Cartafilus estuviese más protegido o llamarla para que lo estuviesen Janet y Jason.

—Esquiva esto, cara cubo

La cazadora estiró el brazo de nuevo, abriendo el arco y soltó una flecha que voló directamente hacia el líder de los nazis. Parecía haber decidido

Las buenas noticias eran que Arthur había logrado protegerse a sí mismo y a Pancho gracias al humo. Las malas eran que la parte más dura de sus enemigos estaba entrando por otro lugar... Y al distinguir a Göering se le hizo un nudo en el estómago. 

—¡Oído! — respondió a Jason, girándose de inmediato para disparar a la entrada del jardín. Con suerte... acabarían con el jefe y el resto se rendiría. 

Viendo que todos fijaban su atención sobre él, Göering pareció moverse rápido como un rayo de vuelta hacia la puerta dando una voltereta por el suelo hacia la puerta de los jardines, haciendo que fuera imposible por todos sus atacantes el alcanzarle.

-¡Sieg Heil brüder! ¡Selbst wenn ich falle, ihr wisst, was zu tun ist! -alentó a sus compañeros desde su escondrijo a lo que el resto de soldados gritaron "¡¡Sieg Heil!!" de una forma que podía helar la sangre de sus contrincantes.

El hecho de centrarse en Göering tuvo sus consecuencias negativas, ya que los Herederos se lanzaron al ataque sobre los defensores de Cartafilus.

La buena noticia es que Marylin, agobiada por la situación, disparó con su revolver sobre uno de los nuevos soldados que había entrado junto a Göering hiriéndole.

Por lo demás, el asesino disparó sobre Luna. La bala le rozó la cabeza y fue a estrellarse en una de las columnas del baldaquino. Aquel estaba aprovechando que Luna y Marylin se habían centrado en su jefe para avanzar rápidamente. Estaba claro que quería usar aquel cuchillo en distancia corta. Otro de los soldados que había entrado en primer lugar intentó alcanzar a la medio nativa, pero tuvo mucho menos acierto.

Los soldados dispararon sobre Marylin, Janet y Jason, pero la suerte estuvo de su lado y las balas fueron a estrellarse tras de si por pocos centímetros.

Entretanto, Arthur había abandonado su posición para poder intentar un ataque sobre Göering, dejando su flanco desprotegido. Por el rabillo del ojo el ex-agente de seguridad vio como el "sargento de la escuadra" de los soldados y su compañero aparecian tras una buena carrera.

Al otro lado, Pancho volvía a abrir fuego con sus escopetas finiquitando al tipo que había herido en un primer momento. El compañero siguió acercándose a la carrera intentando atacar al mexicano pero las balas se estrellaron en el pilar que le cubría.

La cosa se complicaba por momentos...

-¡¡Qué #carajo# haces Arthur!! -gritó cabreado Pancho- ¿No ves que vienen más por este lado?

El mexicano no tenía miedo al combate, pero ya tenía un soldado casi encima, dos habían ido por la otra nave, superando la cortina de humo y lo peor es que se vislumbraban más figuras que habían entrado por la puerta de la plaza y que aún no se veían bien por el humo... pero no tardarían en hacer acto de presencia...

La pirueta del nazi le pilló por sorpresa y la lluvia de balas que milagrosamente había esquivado le hizo temer por su vida y la de sus compañeros. Tenían que salir de allí.

Volvió a salir de su covertura improvisada y atacó al soldado más cercano que estaba herido. Había que reducir el número de atacantes o pronto se verían desbordados.

—Estoy bien

La guerrera notó el silbido de la bala a pocos centímetros de su cara, lo que le hizo agacharse instintivamente y avisar por el pinganillo a sus compañeros, que debían haber visto al tirador disparar en su dirección. La joven tensó el arco dispuesta a acabar con él que la había atacado. Hecho esto se movió para acercarse más a Cartafilus lo que le permitió ver como se acercaban a Arthur por la espalda

—Arthur a tu espalda

La situación se complicaba por momentos, ya que estaban siendo acorralados. Si Cartafilus no terminaba su maldito ritual, iban a morir todos allí

—¿Cómo vamos ahí atrás? ¿Avanza Cartafilus?— dijo Janet esforzándose en mantener un tono de voz tranquilo.

Se asomó un instante y disparó contra una sombra que se aproximaba. Volvió a cubrirse.

Alertado por el aviso de Luna, Arthur se giró tan rápido como pudo, apuntó instintivamente y disparó al soldado que se acercaba.

El combate se recrudeció.

Jason disparó sobre uno de los soldados que había aparecido en primer lugar. Ya fuera por suerte o por la tensión del momento, la bala impactó en el cuello del tipo que se fue al suelo muerto sin poder decir mucho más.

Luna tensó su arco y disparó sobre el asesino que parecía ir en busca de su sangre... El blindaje que llevaban los Herederos no estaba preparado para un arma como la de la afroamericana, que encontró un hueco en el brazo izquierdo del nazi. 

¡Schwarze Hündin! -vociferó el tipo al ver el brazo derecho atravesado por la flecha. Lejos de quedarse quieto, se abalanzó sobre ella machete en mano. Por un momento, a Luna le pareció que aquel tipo era imparable, pero bien fuera por el dolor del otro brazo o sus reflejos, el peligroso matón no consiguió su objetivo.

Janet salió un momento de su cobertura, apuntó a la cabeza de otro de los soldados y disparó sin miramientos. La bala se fue a colar por el hueco de la visera del casco de forma fatal.

Lo mismo ocurrió con Marylin que volvió a disparar contra otro de los soldados neonazis... su sangre manchó también el suelo de la basílica.

El soldado que quedaba de ese lado, tuvo que decidir a quién disparaba, pero al ver que sus compañeros habían caído, se quedó Sobrepasado por la situación sin saber muy bien qué hacer mientras murmuraba y apuntaba a todos y a ninguno, sin decidirse a disparar.

Con algo de fortuna, el lado del jardin se había despejado bastante más, quedando sólo un soldado y el asesino que parecía querer acabar con Luna.

Del lado de la puerta la cosa se complicaba. Arthur habría fuego sobre uno de los soldados que llegaba impactando de forma superficial sobre su blindaje, mientras le respondía sin mucho acierto. El soldado con distintivos, disparó sobre Pancho pero tampoco tuvo mucho acierto.

El mexicano por su parte, recibió de forma fatal al soldado que se le echaba encima con una ráfaga de sus escopetas a quemarropa.

En todo aquel intercambio de disparos, sangre y muerte, Janet y Jason pudieron ver cómo Göering salía disparado de su escondite en dirección a la bóveda de la basílica ¿querría atacarles desde otro ángulo?

La sangre goteaba lentamente desde el Cristo del altar al Grial, pero éste se llenaba muy poco a poco, bajo la atenta mirada de Cartafilus. Era difícil saber si quedaba mucho o poco, pero aquellas gotas de sangre cayendo sobre la sagrada copa parecían convertir aquel momento en algo angustiosamente eterno.

Se escuchaban más disparos provenientes de la Plaza o de los jardines y, finalmente, de entre la humareda que había provocado Arthur aparecían tres soldados más. 

Lo peor que tres figuras hicieron también aparición desde el lado izquierdo de la basílica. Se trataba de miembros de la guardia suiza. Al ver aquel espectáculo, parecieron mirarse los unos a los otros mientras sacaban las armas de fuego y uno de ellos gritaba: 

-¡¡State tutti fermi nel nome del papa o rispettare le conseguenze!! -lo que no sabía aquel pobre guardia es que nadie en la sala le iba a hacer demasiado caso...

-#¡No mames wey!# -exclamó Pancho al ver que entre la guardia suiza y los nazis, parecía flanqueado.

-¿Qué hago jefa? Tengo bollitos por la izquierda-preguntó por el pinganillo esperando que Janet entendiera sus motes.