Partida Rol por web

Terble no decae ante las heridas que le han producido y sigue hostigando al ballestero que por fin ha podido arrinconar junto con Blirk. Harto ya de las tacticas cobardes de estos duergar ballesteros, decide acometer con todas las fuerzas que le queda y desata una lluvia de golpes, algo que Clio premia aconsejandole donde tiene sus puntos debiles.

Eglath estiró los brazos para intentar golpear al enano con su hacha, pero un pequeño desnivel en el suelo le hizo desequilibrarse y falló el golpe.

Aprovechando el movimiento, se colocó entre los dos guardias enanos y les amenazó.

-¡Venid a por Eglath, enanos...!

ASALTO 4

Lanfear se transforma en pantera y trata de desgarrar al duergar de al lado de la puerta, pero sus garrazos son muy predecibles y tener la puerta en medio no ayuda.

 Viendo la situación Clio se acerca a su compañero Semigigante.  Aprovechando la cobertura que le brinda su compañero lanza una estocada. Pero esta en verdad es una finta para distraer al rival, su verdadero objectivo es darle a su compañero una oportunidad para atacar: ¡Eglath! Erradica a este enano manchado.....

Eglath descarga su hacha siguiendo las instrucciones de Clio pero esta vez el duérgar interpone su martillo para desviar el tajo que aún así araña su cota de mallas.

El duérgar aprovecha la distracción de Clio para golpearle con su martillo que tras el golpe se apaga e internarse en la habitación buscando cobertura. El otro guardia impacta a Terble bastante enfadado de nuevo con su martillo en llamas mientras el ballestero retrocede y lanza dos virotes: uno a Terble y otro a Blirk, acertando con ambos.

Tras el ataque Terble y Clio muestran mal aspecto con sangre y moratones en varias zonas de su cuerpo.

Faxtra se situó detras de Lanfear no tenía casi ningún angulo de visión pero aún así intentó atacar al duegar más cercano. 

El duergar no puede evitar asomar la cabeza y en ese momento Faxtra le provoca un fuerte dolor de cabeza. El guardia intenta lanzar un golpe lateral para alejar a Eglath pero falla.

Blirk da un salto hacia los hombros del duergar que está ya herido, para despistarle intentando ponerse en su costado, pero cuando va a aterrizar, tropieza con sus barbas, y se cae de bruces al suelo.

Terble no decae ante las heridas que le han producido y sigue hostigando al ballestero que por fin ha podido arrinconar junto con Blirk. Harto ya de las tacticas cobardes de estos duergar ballesteros, decide acometer con todas las fuerzas que le queda y desata una lluvia de golpes, algo que Clio premia aconsejandole donde tiene sus puntos débiles.

Los ataques de Terble dejan al ballestero en muy mal estado.

Eglath estira los brazos para intentar golpear al enano con su hacha, pero un pequeño desnivel en el suelo le hace desequilibrarse y falla el golpe. Aprovechando el movimiento, se coloca entre los dos guardias enanos y les amenaza: ¡Venid a por Eglath, enanos...!

La pantera avanza cautelosa hasta el duergar al que trata de desgarrar rabiosa. La sangre salpica el negro pelaje de la bestia mientras el guardia recula alejandose.

El combate ha sido duro pero habéis conseguido evitar que el duérgar siguiera corriendo avisando de vuestra llegada a todo el fuerte. Tras reponeros de las heridas investigáis las salas de las que han salido vuestros enemigos pero quedan puertas por revisar.

- Por Avandra que ese duergar era duro de pelar - suspira dejando patente el cansancio - me ha parecido que duraba una eternidad este combate - mira alrededor, sus ojos se detienen en Terble, sonrie, incluso así con su recien adquirida cota de malla manchada de sangre es precioso. Gira la cabeza hacia Clio, pero no parece prestar atención a su bardo.

- Creo que deberíamos asegurarnos de que no haya más sorpresas en la torre antes de intentar avanzar más. Propongo echar un vistazo al lugar de donde salio el duergar.

Terble sonrie a Lanfear devolviendole la mirada.

-Estas bien?- dice acercandose a la elfa y mirando si tenia alguna herida.- Yo también creo que deberiamos investigar el lugar de donde salió.

-Enanos molestos... -refunfuña Eglath mientras acaricia los moratones de su dura piel, sin hacer mucho caso al plan de rebuscar.

Sin decir una palabra me apoyé en una de las paredes escuchando las palabras de los demás. Una vez hubieran llegado a una conclusión, podría plantearme si era o no buena idea, o añadir algo para mejorarlo. Pero no daría mi opinión sobre un "posible" plan, era algo totalmente innecesario, discutir sobre una idea que aún no estaba decidida. Al menos para mí.

La habitación está vacía y algo polvorienta. La puerta que da al puente está cerrada con llave.

La elfa, con algunas trazas de picara, examina las puertas, empezando por aquella a la que presta atención Terbe - un segundito, no vaya a haber alguna sorpresa observa el suelo en busca de restos que delaten losas que puedan hundirse, restos de sangre seca en la puerta o cualquier otra cosa que pueda delatar una trampa.

—Si no eres capaz de tirar abajo esa puerta, siempre puedo tirarla abajo yo —comento al ver como Lanfear inspecciona la puerta.

Las dobles puertas al oeste de la sala a la que habéis entrado desde el puente no están cerradas y tampoco se escucha nada a través de ellas.