Partida Rol por web

El laberinto del bufón

III - Hacia La Vieja Senda

Cargando editor
28/02/2016, 13:59
Aldar

No respondo a su pregunta. No hay tiempo, ni demasiadas ganas. Pero lleva razón, algo ha cambiado, algo que me ha hecho huir del camino que me había marcado para recorrer otra senda más peligrosa. Ni siquiera yo estoy seguro de qué ha sido, pero mi determinación es firme.

Tan firme como el suelo, cuando nuestros besos y caricias se ven interrumpidas por Freya, empujándome y haciendo que quede tendido.

Impresionado y excitado por sus bruscas maneras, termino frunciendo el ceño al oírla hablar de las montañas grises, agarrada a mi pechera. Punto de encuentro si volvemos a separarnos.

No estoy dispuesto a que eso vuelva a pasar.

Pero un plan de contingencia siempre está bien. Asiento junto antes de que sus labios vuelvan a desatarse en los míos, apasionadamente. Sin embargo, algo enturbia mi mente mientras tanto.

Hmmm... -Llamo su atención con un murmullo, hasta que deja de besarme lo justo para poder decirle algo- ¿Qué tienen esas montañas, que te es tan importante? -Pregunto, serio. Pero pronto esbozo una pícara sonrisa- Luego me lo cuentas, ¿vale? -Digo agarrándola por la nuca y atrayéndola de nuevo.

Cargando editor
28/02/2016, 15:33
Freya

Asintió ante mis palabras, justo antes de que volviera a besarle de forma apasionada, pero emitiendo un murmullo poco después que hizo que me detuviera.  

Oh, las Montañas… Es cierto, aún no se lo he explicado.

Pero la seriedad de su rostro se tornó en una pícara sonrisa, instándome a postergar la respuesta mientras atraía mi boca nuevamente hacia la suya. Aquel gesto hizo que me encendiera aún más, abriendo mis muslos para colocarme sobre él, con una de mis rodillas a cada lado del explorador.

- Si tardamos mucho se van a preocupar… - murmuré, separando mis labios de los suyos, con nuestras caras aún muy cerca.

Pero en contra de los que decían mis palabras, me erguí ligeramente, llevando mis manos hasta los correajes de su abdomen y torso, soltando un par de ellos para mi propósito. Introduje entonces mis manos bajo sus ropajes, acariciando su cuerpo y haciéndome con el calor de su piel.

- ¿Volvemos? – le susurré acercándome un momento a su rostro, rozando sus labios con los míos, con nuestros cuerpos pegados y fingiendo que iba a besarle; pero separándome antes de que pudiera hacerlo.

Reí, moviéndome y bajando mi cabeza hasta su abdomen, subiendo su ropa hasta donde pude y quedándome unos segundos admirando su cuerpo.

- Te han sentado bien los años, abuelo… - le dije levantando un momento mi mirada, volviendo a bajarla poco después, para comenzar a devorar su cuerpo con deseo y ansia.

Cargando editor
28/02/2016, 21:03
Aldar

Aún podemos preocuparles un poco más... -Replico a Freya, cuando monta sobre mí y puedo sentir sus poderosos muslos a ambos lados de mi cuerpo. Sonrío, excitado y seductor, mientras noto sus manos firmes, ejecutoras cuando es preciso, pero también capaces de conceder caricias de placer, desabrochando parte de los correajes de mi ropa e introduciendo sus manos bajo ellas. Se inclina sobre mí, a punto de besar mus labios de nuevo, preguntando si volver- ¿A-ahora mismo? -Respondo, con la respiración agitada- Tu admirador enano podrá vivir sin ti un poco más... -Bromeo, acercando mis labios para besarla, justo cuando se aparta, jugando conmigo, riendo al dejarme con el deseo en los labios. Dejo caer mi cabeza al suelo, cerrando los ojos y suspirando de excitación.

Me vuelve loco, me vuelve completamente loco.

Levanta mi ropa, y al alzar mi cabeza la descubro observando detenidamente mi abdomen, lanzándome acto seguido ese piropo con chanza incluida.

Mejor te han sentado a ti, niñ-ahhh... -Las palabras se convierten en un suspiro, casi un largo jadeo, a medida que su boca acaricia mi piel, recorriéndola como un sendero virgen por el que nadie más ha puesto los pies. Y nadie lo ha hecho, nadie como tú, mi fiera Freya.

Tal es mi excitación, mi ansia tanto tiempo reprimida, oculta en el fondo de mi ser, anhelando algo que no era más que un recuerdo, añoranza de lo que nunca más podría tener, que no puedo aguantar más. Me incorporo, tomando a Freya por el rostro con ambas manos, y la beso apasionada y desenfrenadamente. Sin tiempo para juegos, no voy a dejar pasar la oportunidad. Demasiado hemos pasado, nos merecemos esto. Joder, nos lo merecemos. Comienzo a quitarme la casaca y la camisola, de cualquier manera, alocadamente, dispuesto a hacer mía a la única mujer que me ha hecho sentir así. Dispuesto a disfrutar del goce de su cuerpo bajo la luz de las estrellas, una vez más...

Cargando editor
29/02/2016, 01:38
Freya

Mis palabras acerca de regresar con los demás eran respondidas por Aldar con negativas, tratando de posponer el momento de volver a poner ambos los pies en el suelo. Mi boca decía una cosa, pero mis besos y caricias decían otra completamente diferente, no queriendo abandonar aquello que tanto había anhelado y que ya no tenía esperanzas de recuperar. Aun así, sabía que aquel momento no podía durar mucho, con nuestros compañeros esperando por nosotros, así que pretendía detenerme tras colmar de caricias el cuerpo del explorador.

Tras aquella broma sobre su edad di paso a que fuera mi cuerpo el que hablara, dejando que mis labios se posaran rápidamente en su piel y mis manos recorrieran también esta. Su largo jadeo al devolverme la chanza me excitó aún más, acariciándole con mi boca sin descanso, llenándole de besos y saboreando su salada piel. Por fin tenía entre mis manos a aquel sueño hecho hombre, y antes de regresar al campamento, deseaba darle algo en lo que pensar esa noche.

Pero para mi sorpresa, la hora de volver llegaría tiempo después. Lejos de olvidarnos de aquel momento, Aldar se incorporó, deteniéndome al tomar mi rostro con sus dos manos para besarme de forma pasional. En ese momento, con sus fuertes manos sujetándome, me volví completamente mansa; dejando que hiciera conmigo lo que quisiera, confiando completamente en el hombre que hacía latir mi corazón. Pero aquello no duraría mucho, esa no era mi naturaleza, y al ver cómo me soltaba y comenzaba a desprenderse de su ropa; mi fiera interior volvió a despertar. Me deshice igualmente de mi armadura y ropas, dejando la reliquia a buen recaudo al liberar mis pechos, y me abalancé sobre el explorador; dispuesta a que ambos disfrutáramos de aquellos momentos de pasión carnal, pero también de expresión emocional.

Nos dedicamos el uno al otro durante unos largos instantes, de forma suave y tierna, que por momentos se volvía salvaje, unas veces peleándonos por quién tomaba las riendas, y otras confiándonos a la voluntad del otro. Cuando nos vimos satisfechos, nos tendimos sobre la hierba unos pocos segundos.

- Creo que ahora sí, es hora de volver… - le dije con una pícara sonrisa y rubor en mis mejillas, mientras jugaba con el pelo de su pecho. – Ya puedes pensar algo para explicar nuestra ausencia. – reí, dándole un suave empujón antes de comenzar a ponerme en pie.

Me acerqué a mi armadura y ropajes y comencé a vestirme, recordando entonces un asunto pendiente.

- Sobre las Montañas Grises… Es una promesa. – le miré un segundo, continuando con mi ropa. – Cuando Nanoc me dio el talismán, tratando de asegurar mi supervivencia en la arena, sólo me pidió una cosa; que si conseguía escapar lo dejara allí, en el templo de Obad-Hai. Espera así redimirse de sus crímenes… - volví a mirar a Aldar, esta vez con algo de tristeza en mis ojos.

Ya vestida de cintura para abajo, y con mi cabello pelirrojo cubriendo parte de mi pecho, me acerqué a él.

- Soy una mujer de palabra, tengo que hacerlo, espero que lo comprendas. – señalé, dejando claro que lo haría en cualquier caso, aunque queriendo contar con sus beneplácito y ayuda. – Fue la única persona que me trató bien en ese lugar, y se la jugó por ayudarme, se lo debo… - agaché la mirada un instante, entristecida, pero en seguida miré a Aldar, sujetándole por los hombros con ímpetu. – Si finalmente vamos a por Heinrich, ¿No podríamos liberarle? Cuando le pregunté por qué no huía me dijo que se debía a Nimble, a que Heinrich lo utilizaba para que no pudiera hacerlo, pero… Por lo que dijo Gerard en el establo, Nimble ya no está en los fosos.– le expuse mirándole fijamente a los ojos, con un brillo de esperanza en estos.

Cargando editor
29/02/2016, 11:18
Aldar

Extenuados, desnudos y sudorosos, quedamos tendidos sobre la hierba unos instantes, recuperando el aliento tras un rápido rato de placer del que ambos nos descubrimos necesitados. Mientras Freya acaricia mi pecho, jugando con el pelo que crece en él como hierba de verano, sonrío asintiendo, con la mirada puesta en la bóveda estrellada del cielo. Sí, habrá que volver. Me echo a reír, en voz baja, al recibir un empujón mientras carga sobre mis espaldas la búsqueda de una buena excusa para nuestra tardanza.

Jaja, pues estaba pensando en decir que necesitabas desahogarte tras tanto tiempo encerrada y me he sacrificado, pero... -Digo con humor, esperando en cualquier momento mientras se pone en pie para acudir en busca de su ropa que se gire y me propine una patada- Supongo que podemos decir que he encontrado un rastro reciente de corzo y hemos decidido seguirlo un poco por si existía la posibilidad de ofrecernos un copioso desayuno por la mañana, o algo así. Pero que he perdido el rastro, por desgracia. - Digo poniéndome en pie, estirándome al sentir el frescor de la brisa nocturna sobre mi piel antes de coger mis ropas y comenzar a vestirme.

Escucho a Freya, atentamente a pesar de afanarme en ponerme correctamente mis ropas, con gesto serio, hablar de esas montañas. Una promesa. Nanoc. Redención por sus crímenes al llevar ese talismán a un templo. Poco precio me parece, por haber cuidado de Freya en ese infierno subterráneo de sangre y heces. Poca retribución por mantenerla con vida para mí.

Si matamos a Heinrich... Deberíamos liberar a ese tipo, llevarle hasta esas montañas, y que deje el talismán él mismo. Eso sí sería un justo pago por el servicio que, sin saberlo, me ha prestado.

Como si me hubiera leído el pensamiento, Freya se acerca a mí de nuevo, con sus prominentes pechos aún al descubierto, apenas decorados por su larga cabellera pelirroja. Me sujeta por los hombros, con tristeza, y me hace un petición innecesaria, justo lo que yo mismo consideraba más justo hacer. Alargo mis manos hasta sus caderas, las perfectas caderas de mi amada, y la atraigo hacia mí, hasta que nuestros cuerpos quedan pegados nuevamente.

¿Qué podría yo negarte? -Le respondo en un susurro, seductor, antes de darle un tierno beso en los labios- Conseguir ese objeto, obtener el apoyo de la resistencia, matar a Heinrich, liberar a Nanoc, y llevarle a las Montañas Grises. No parece tan complicado... -Me burlo, exultante. Ahora mismo, tras sentir el inmenso placer renovador de las carnes de Freya en las mías, sintiendo entre mis brazos la suave caricia de su piel, me siento convencido de poder lograrlo, de poder lograr cualquier cosa que me proponga.

Vamos, fierecilla... -Digo, dándole una palmada en el trasero con picardía- Regresemos al campamento...

Cargando editor
29/02/2016, 12:01
Aldar

Nuestros pasos nos guían en la oscuridad, primero tentando cada pisada por la escasa luz, guiándonos por la situación de las estrellas, el rumor del agua del río cercano, la silueta de los oscuros árboles del bosque recortada en la tenue luminosidad que el cielo estrellado otorga al paisaje. Pero pronto, guiados como los marineros por un faro al detectar la luz de la hoguera del campamento. Nuestras voces anuncian nuestra llegada, evitando sobresaltar a nuestros compañeros de viaje. Voces divertidas, entre risas producidas por la historia rocambolesca que traemos desde la calzada, el motivo último de nuestra tardanza.

Jaja, ya estamos de vuelta, perdonad la tardanza. -Digo en voz alta, en cuanto las luces del campamento iluminan mi figura. Porto mi arco en la mano, aunque todas las flechas están en el carcaj- ¿Todo bien por aquí? No había luces en bastante distancia, hasta donde hemos podido ver. Pero nos hemos entretenido un poco. -Miro a Freya, de reojo, esperando que vuelva a vacilarme con el tema, como ya hizo ahí atrás- Encontramos un rastro reciente de corzo, y nos pareció buena idea desayunar carne fresca, así que lo seguimos, jaja. Alguna vez he sido capaz de seguir un rastro en la oscuridad, supongo que es verdad eso de que me hago viejo...

Cargando editor
01/03/2016, 02:40
Director oscuro
Sólo para el director
- Tiradas (5)
Cargando editor
01/03/2016, 02:42
Director oscuro

  Después de que pasara un buen rato Aldar y Freya regresaron al campamento. El enano agradeció que la parejita regresase o de lo contrario podría haber acabado estrangulando al gnomo, sin embargo, antes de que pudiera hacer cualquier tipo de broma al respecto para dar la bienvenida al explorador y la bárbara este se le adelantó formulando de manera precipitada una explicación que nadie le había pedido. De manera casi inconsciente el enano se encontró a si mismo esbozando una sonrisa sobre las conjeturas que se le habían pasado por la cabeza sobre el por qué de aquella historia del corzo.

Cargando editor
01/03/2016, 02:46
Director oscuro

  Había pasado un buen rato desde que tanto Freya como el explorador habían dejado el campamento, a Jake le había sobrado el tiempo para terminar con los últimos detalles previos a irse a descansar e incluso terminar la cena en torno a la hoguera atendiendo a alguna de las interminables e inverosímiles historias del gnomo. Cuando por fin escuchó los pasos de aquel par regresando al campamento cuando Avlin se había detenido para empezar a estudiar sus libros. Nada más llegar Aldar se lanzó a dar explicaciones sobre el por qué de su tardanza pese a que nadie se las había pedido, la primera parte resultó convincente, pero toda la parte del corzo... en fin, se suponía que iban a regresar sobre sus pasos no a adentrarse en el bosque, algo no terminaba de cuadrar en ese trozo del relato.

Cargando editor
01/03/2016, 02:53
Director oscuro

  Para cuando regresaron al campamento Freya y Aldar vieron que sus compañeros ya estaban casi listos para irse a descansar, la comida ya se había guardado, las zonas para el descanso estaban despejadas e incluso Avlin permanecía en silencio estudiando sus libros a la luz de la hoguera. Cuando se encontraron lo suficientemente cerca la presencia del explorador y su compañera fue detectada rápidamente y de este modo Aldar pasó a dar una explicación razonable del por qué de su tardanza.

  Al margen de todo aquello lo cierto era que ya estaba entrada la noche y pese a que era de agradecer el no haber forzado la marcha más de uno empezaba a sentir más que necesarias unas horas de sueño por pocas que fuesen. Las llamas de la hoguera ayudaban a ver perfectamente el campamento y los alrededores, pero de no haber estado tampoco lo hubiesen tenido tan difícil, la luz del plenilunio acompañada por la de un cielo bien despejado permitía observar con claridad casi la totalidad de la pradera en la que se encontraban hasta alcanzar el molino y las lindes del bosque.

Cargando editor
01/03/2016, 02:59
Asdra

  Cuando Aldar terminó de hablar Asdra aprovechó para tomarle la palabra por un momento, en verdad ella y Avlin eran los que peor llevaban la falta de descanso, apenas hacia un día que llegaban a Saduj tras aquel infierno con los orcos para volver a meterse en otro viaje que solo los dioses y quizás el explorador sabrían decir cuanto iba a durar. 

  -Buenas noches compañeros. Pues por aquí todo ha seguido tranquilo desde que os fuisteis, hasta hace un rato Avlin hizo que la espera resultara mucho más ligera gracias a sus historias mientras terminábamos de recoger la cena y preparar la zona para cuando vayamos a dormir, una lástima lo del corzo, hubiera estado bien poder contar con algo más de provisiones extra, pero de todos modos mañana podremos reabastecernos de lo que haga falta. Por otro lado yo... bueno, creo que va siendo hora de que descansemos un poco, si seguís creyendo en el riesgo de que nos puedan haber seguido o cualquier otra amenaza podríamos hacer guardias por turnos hasta la hora de partir individuales o por parejas o como vosotros mejor veáis.- La chica esperó tras aquello a ver como el grupo se tomaba su propuesta, en verdad se notaba que la costaba mantenerse despierta pero estaba haciendo su mejor esfuerzo por tratar que no se notase.

Cargando editor
01/03/2016, 07:59
Balakar

Agradecí desde lo más profundo de mi corazón que Aldar y Freya regresasen del bosque. Desde que el hombre de los bosques se acomodase cerca de ellos y empezasen con su charla complice, habia notado como un nudo en las tripas.

Estuve a punto de caerme al suelo en mi afán por pegar la oreja y tratar de descifrar sus gestos y sus miradas. de modo que, cuando se levantarón y se fueron para el bosque, mis orejas se encedierón como dos rojas cerezas.

"Te estas haciendo viejo... Un viejo idiota... Como se te ocurre ponerte celoso a estas alturas..."

Para cuando quise darme cuenta y reprenderles con un comentario mordaz sobre el destino que Moradin reservaba a aquellos que se aporvechaban de la inocencia y buena fé de los demás, ambos se habian perdido en la linde del bosque.

Regruñí de nuevo, pensativo.

"Estamos metidos en un lio... Las lealtades de Sully no estan muy claras... Parece confiar en Heinrich pero tambien se muestra dispuesto a ayudarnos a frustrar sus planes... Sean los que sean..."

La historia de Avlin apenas conseguia distraerme, aunque, a mi pesar, consiguieron que dejase de vigilar la espesura y me centrase en las bailarinas llamas del fuego de campamento.

La vuelta de ambos alivió el nudo del estomago y me llenó de alegria, aunque el tono complice y dicharachero con que ambos tonteaban agrió de nuevo mi semblante.

- Demasiadas distracciones, imagino.

Por suerte, Asdra tomó la palabra y nos sugirió retirarnos a dormir despues de organizar los turnos de guardia.

- Me parece bien... Aldar y Asdra, Freya y Avlin y yo me quedo con Sully... ¿Todos de acuerdo?

Notas de juego

Siento el retraso. Un fin de semana mañanero y muy complicado.

Cargando editor
01/03/2016, 09:07
Avlin Tuercegris

Cuando el explorador y la muchacha regresaron, Avlin levantó la cabeza del libro de encantamientos para averiguar que la noche empezaba a avanzar y el tiempo de descanso se reducía peligrosamente. Cerró el libro y acarició los lomos de piel, en una vieja costumbre que casi se había convertido en una manía a estas alturas, y lo deslizó en su bolsa de terciopelo con cuidado.

- ... bueno, creo que va siendo hora de que descansemos un poco, si seguís creyendo en el riesgo de que nos puedan haber seguido o cualquier otra amenaza podríamos hacer guardias por turnos hasta la hora de partir individuales o por parejas o como vosotros mejor veáis.

- Nos vendrán bien unas horas de descanso- bostezó el gnomo mientras estiraba sus músculos entumecidos- mañana todavía nos espera un largo camino. Los bosques siempre se hacen largos para los viajeros.

Balakar tomó entonces la palabra para organizar los turnos de guardia.

- Me parece bien... Aldar y Asdra, Freya y Avlin y yo me quedo con Sully... ¿Todos de acuerdo?

- Ningún problema por mi parte, capitán- rió el gnomo mientras se ponía la mano sobre la frente, a modo de burlón saludo militar- la joven bárbara sabe apreciar una buena historia.

Cargando editor
01/03/2016, 20:54
Freya

Mis ojos continuaban fijos en los de Aldar, esperando una respuesta a mi propuesta de liberar a Nanoc, pero esta comenzó en forma de gestos y no palabras. Sentí las manos del explorador posarse en mis caderas, atrayéndome hacia él, susurrándome con nuestros cuerpos pegados que no había cosa que pudiera negarme.

Tras regalarme un dulce y breve beso, comenzó a enumerar lo que debíamos hacer, una nada despreciable lista de proezas a las que quitó importancia con humor. A pesar de su tono jocoso, se hacía obvio en su mirada que estaba convencido de hacer aquello, seguro de que lo conseguiríamos.

- No, no es tan complicado… - le sonreí, empujándole ligeramente hacia atrás para que soltara mis caderas, disponiéndome entonces a terminar de vestirme.

Me cubrí la parte superior y acomodé mi pelo, sin olvidarme de volver a guardar la reliquia en el escote.

- ¿Fierecilla? ¿Es que quieres que te de otra patada? – reí, recordando la propinada con su broma sobre utilizar mi necesidad como excusa. – Regresemos, hombrecillo… - le respondí, devolviéndole el azote mientras le miraba de reojo con una sonrisilla.

Cargando editor
01/03/2016, 21:15
Freya

Regresamos al campamento, caminando sin prisa pero sin pausa, valiéndonos de nuestros conocimientos de la naturaleza para guiarnos en la oscuridad. No tardamos en dar con el campamento, donde nuestros compañeros aún se encontraban en torno a la hoguera.

Pudieron vernos llegar, también oírnos, acercándonos hasta ellos mientras charlábamos animadamente. Una vez les dimos alcance, Aldar comenzó a explicar el tema del corzo. Al mirarme de reojo asentí, esperando a que terminara para hacer mi aportación.

- ¿Supones? ¿Cuántos tenemos que llamarte abuelo para que te convenzas? – le di una fuerte palmada en la espalda al explorador, mirando a Balakar con una sonrisa, quien también se había referido así a este con anterioridad; aunque al percatarme de su agriado rostro mi sonrisa se atenuó  – Ya habéis oído… Ni luces ni corzos en el camino, estamos a salvo. – miré a Aldar, con una media sonrisa llena de ironía.

Asdra tomó entonces la palabra, instándonos a descansar, mostrando Avlin también su conformidad;  mientras el enano formaba los grupos para las guardias. El gnomo parecía contento con que nos hubiera tocado juntos, señalando incluso que sabía disfrutar de una buena historia. Me fue imposible no fruncir el ceño.

¿En serio? No veo ninguna otra joven bárbara por aquí…

- De acuerdo, pero… ¿Podríamos hacer la primera guardia? – pedí, temiendo dormirme más adelante si tenía que escuchar otra de esas interminables historias que tanto entusiasmaban a Avlin.

Cargando editor
01/03/2016, 21:28
Director oscuro
Sólo para el director
- Tiradas (1)
Cargando editor
01/03/2016, 22:28
Aldar

Un combatiente en cada turno, muy astuto, viejo enano bribón, a la altura de la capacidad que te estimaba...

Me echo a reír ante la palmada de Freya. Menudo brazo tiene. También río por otro motivo, se que le va a encantar tener que aguantar las historias del gnomo, el pequeñajo va a exasperarla a base de bien. Por mi parte, Asdra parece una mujer tranquila que no habla sin necesidad. Eso está bien, puede que diga algo interesante y pueda sonsacarle información sobre Heinrich, y si no al menos fumaré un rato tranquilo de mi pipa.

Perfecto, pues. Despertadnos para el segundo turno. -Digo acomodando mis pertenencias apoyadas en la silla de montar, recostándome junto a ella enrollado con mi capa y cubriendo mis ojos con la capucha- Balakar, ¿te encargas del desayuno?

Cargando editor
02/03/2016, 00:05
Avlin Tuercegris

- Excelente- rió el gnomo- primera guardia. Así después podremos dormir a pierna suelta.

El gnomo se levantó de un ágil brinco y se acercó a la muchacha con una sonrisa de oreja o oreja.

- ¿Te he contado ya la de Marvin El Conjurador? Oh, te aseguro que esa te va a encantar- aseguró ante la cara poco convencida de la bárbara.

Le pareció escuchar alguna risa entre algunos de sus compañeros, probablemente ya les había contado la historia de Marvin en alguna ocasión pero para Freya sería una nueva y refrescante historia en la que perder sus pensamientos, así la guardia se les haría más llevadera.

Cargando editor
02/03/2016, 13:11
Balakar

Sonreí, pagado de mi propia astucia, al comprobar que nadie parecía estar en desacuerdo con mi planificación. "La última guardia, ¿eh? Perfecto."

- Muy bien, mañana me encargo de preparar un nutritivo y saludable desayuno enano... Haré lo que pueda con lo que tengo, pero ya os voy advirtiendo que no espereís florituras. Caliente y en cantidad. Asi es como hacemos las cosas.

Dicho eso, me acomodé en mi saco de mantas, lo ablandé un poco con un par de puñetazos y me senté encima. Antes de acostarme, repasé las armas colocandolas a mano, por si habia que saltar en mitad de la noche. Y, despues, recé en decoroso silencio por la bendición del padre de todos los enanos.

Moradin, padre de los enanos. Señor Bajo la Montaña. Herrero celestial. Martillo de enemigos. Cuida de este, tu siervo y de sus compañeros que, a pesar de no haber sido bendecidos con tu simente ni linaje, son dignos de luchar y morir, si se diera el caso, como un autentico hijo de la piedra. Paz.

Concluí la plegaria golpeandome el pecho con ambos puños y me eché a dormir, bien arrebujado entre las mantas.

 

Cargando editor
02/03/2016, 14:04
Jake O'Sullivan "Sully"

Jake aguantó la mirada del explorador un segundo.

¿Seguir el rastro de un corzo de noche por el bosque?

Hasta alguien de ciudad sabía que eso debía ser harto complicado, más si llevas al lado a la mujer pelirroja, que cada vez que pisaba se debía escuchar al otro lado del bosque. Puede que fuese de ciudad, pero su oído estaba tan afinado como cualquier experimentado explorador.

Y puede que precisamente por eso, por ser de ciudad, tenía más experiencia que otros en discernir cuando alguien mentía.

Y el explorador lo hacía.

Miró al resto, al enano, Avlin y Asdra, ninguno pareció darse cuenta de la mentira del explorador o no quisieron verla. Jake se encogió de hombros y se preparó para irse a dormir.

Hasta la fecha él había sido sincero en sus palabras y, sobretodo en sus actos, y por menos se le había criticado y vilipendiado.

Que hicieran lo que quisieran, él ya estaba harto de aquellos dos que se creían mejor que él sin saber nada de su vida. Se acercó a Asdra y le susurró unas palabras.

Después buscó un hueco cerca de la hoguera y se dispuso a dormir.