Partida Rol por web

La cena transcurre sin más incidentes. A la pregunta de 41-Vex tan solo responden con más dudas. Parece ser que de vez en cuando atacan el asentamiento de los trabajadores de las minas, pero no sabrían decir cuantos hay. Unas veces atacan dos nada más otras un grupo más numeroso...

La noche pasa tranquila y al día siguiente por la mañana todo parece estar listo. Al llegar al vehículo podéis ver la carabina de Oskara que descansa envuelta en una especie de tela blanca. Al abrirla esta esta reluciente. Un análisis de la misma desvelará que esta perfectamente arreglada y ajustada; casi como nueva.

Una vez en el deslizador, comenzáis la ruta. Poco a poco vais dejando atrás el puerto espacial. A los mandos del deslizador Pash, demostrando sus habilidades. El resto del grupo y B´ura B´an repartidos por los diferentes asientos del deslizador...

El paisaje se deslizaba rápido tras la ventana del aerodeslizador. Tras revisar el arma y mirar un rato el anodino paisaje la cazarrecompensas se vuelve hacia el otro twi'lek.

Con la pistola laser en la cadera y la carabina reposando sobre sus rodillas Oskara clava los ojos en el anciano twi'lek. Bueno B´ura, al final has conseguido que nos veamos envueltos en vuestros asuntos. Así que espero que puedas contestar alguna pregunta más, un poco de charla para el camino vamos. Dijo con tono jovial ¿Como es que esos matones os imponen su ley? ¿No contais con nadie que os proteja?

Me acomodé en unos de los asientos del aerodeslizador, y estiré un poco los musculos, tenia ganas de llegar y de que comenzara la acción. Tenía ganas de quitarme la rabia acumulada y que mejor que con unos buenos mamporros. Iba concentrado para poder ayudar a esta gente, al fin y al cabo no nos quedaba otra.

41-Vex se sentó en el puesto del acompañante, desde el cual podía controlar la consola de controles auxiliares del deslizador, que en realidad no parecía gran cosa. 

Estuvo en silencio durante el viaje. Para una duda que tenían, no se la habían querido resolver, así que no tenía mucho más que preguntar ni que decir. Pero sin duda la pregunta de Oskara,  le pareció interesante, con lo que se quedó pendiente de la respuesta del Twi´lek.

El esperar la pregunta por parte de Oskara me ayuda a simular estar completamente concentrado en el pilotaje del deslizador como si fuera una simple curiosidad por su parte.

Mi cabeza no se aparta de la pantalla, pero mis oídos están concentrados en lo que dicen.

Tampoco estoy muy tranquilo por si aparecieran otros vehículos intentando interceptarnos.

B´ura B´an mira melancólico el paisaje mientras el aerodeslizador se desplaza sobre las arenas del planeta. Escucha la pregunta de Oskara, pero tarda en responder; son solamente unos segundos, aunque parecen semanas.

Un suave suspiro y gira su cara hacia su compañera Twi´lek. - Ya habéis visto las condiciones del planeta. Y Nabat es la capital. Este es un lugar pobre, donde no hay seguridad, nadie puede pagarla. Ahora imaginaros Nueva Meen, un asentamiento poco más que temporal hasta que las minas cercanas dejen de ser productivas. En su mirada se aprecia melancolía, tristeza.

- No tenemos dinero para contratar a nadie de fuera, y nadie de dentro se jugaría el pellejo contra los hombres de Teemo el Hut.

Hace un buen rato que planeáis a toda velocidad sobre las tierras baldías de Ryloth, siguiendo las indicaciones que deberían llevaros a la mina de ryll. El terreno se vuelve cada vez más abrupto conforme os alejáis del puerto espacial; el paisaje está salpicado de montones de rocas sueltas y peñascos puntiagudos. Mientras B´ura B´an y Oskara hablan, te das cuenta de que deberíais reducir la velocidad del deslizador si no queréis arriesgaros a chocar.

Estoy tan concentrado en lo que podamos averiguar sobre B’ ura B’ an que cuando vuelvo a centrar la mirada en los controles me alarmo al darme cuenta de que ya no es un erial plano. De pronto hay montones de rocas sueltas y peñascos puntiagudos.

Mientas con una mano compruebo que lleve bien ajustado el arnés de seguridad y con la otra voy comenzando a reducir la velocidad. Nada mas comprobado mis dedos vuelan sobre los controles por la urgencia de la situación.

– Aseguraros los arneses de seguridad, vamos demasiado rápidos para este terreno. – Mirando a nuestro anfitrión. – Alguien podía habernos advertido.

41-Vex permanecía sentado en su puesto, con el cinturón correctamente asegurado.

Ante la sospecha de Pash, intentó comprobar si el deslizaro disponía de sistema de radares o algo que le pudiera advertir de la presencia de otras personas y/o vehículos en las inmediaciones.

Seguía en mi sitio esperando a llegar cuanto antes. Hago caso a las indicaciones de Pash y me pongo el arnés de seguridad para ir más seguro en el viaje. Quiero llegar en perfectas condiciones para el que más que posible combate.

B'ura B'an asiente a las palabras de Pash.

- Si disculpa, esta parte del camino es algo peligrosa por culpa del terreno. Pronto llegaremos al cerro, también es una zona algo peliaguda, será mejor reducir la velocidad cuando lleguemos.

A medida que esquiváis las formaciones rocosas, entráis en la parte de la que hablaba B'ura B'an; una zona de riscos elevados. A vuestra derecha veis un cerro de escarpada piedra rojiza, rodeado por varios montículos de escombros.  Un rápido análisis del entorno os dice que los riscos son demasiado elevados y los peñascos de escombros demasiado numerosos para tomar una ruta alternativa.

Las palabras del antiguo prisionero suenan ciertas. Este planeta es el patio trasero de la galaxia, un lugar sin ley donde los fuertes aplastan a los debiles. Palmeó la carabina, el tema con Teemo empezaba a tomar un cariz personal.

Conduce con cuidado Pash, no me gustaría acabar volcando antes de poder caer en alguna emboscada del Hutt. Añadió con humor mientras miraba hacia el cerro, quien sabe que les esperaba al otro lado.

Le hago un ligero gesto afirmación a B’ ura B’ an mientras me concentro en pilotar la lanzadera ya que cada vez es más difícil el camino.

En un momento en que no hay rocas busco con que sensores cuenta la lanzadera.

Si tuviera de infrarrojos podría usarlos para detectar si hay alguien cerca y no serían amistosos seguramente. Tal como es de hostil el planeta dudo que haya mucha fauna local por los alrededores.

Pash vas a lastimarme antes de llegar, y eso no es bueno. le digo en modo sarcástico esperando a tener un buen aterrizaje

El scanner no detectaba presencia de vehículos ni personas cercanas, así que 41-Vex se limitó a transmitirlo con su habitual voz monotonal.

-Señor, no detecto presencia de personas ni vehículos en las inmediaciones, ni rutas alternativas a la actual. Recomiendo extremar precauciones. El lugar parece perfecto para una emboscada.

Algo en la base del cerro capta tu atención. Hay una oscura abertura parcialmente oculta detrás de un montón de rocas sueltas, una cueva que se adentra en el cerro. Durante un fugaz instante ves una cabeza insectoide, grande y redonda, que se asoma por encima de las piedras y luego vuelve a agacharse rápidamente.

Los sensores de la nave no obstante no muestran nada, puede que la cantidad de rocas o algo de su composición estén haciendo que fallen los sensores... quizá a 41-Vex le haya ocurrido lo mismo, o puede que tan solo hayas visto una alucinación causada por el calor y la tensión de conducir entre las rocas de antes...

Este B’ura B’an debe ser el mas despistado del planeta, y con más suerte a la vez. Si he de creerme que todo son pequeños olvidos sin ninguna mala intención.

Sin nombrar lo que he visto maniobro para no pasar por el lado de ese cerro, ni por otras aberturas que pueda ver a tiempo.

Sin quitar la vista de los sensores y de donde se dirige la lanzadera comento intentando darle el tono de conversación casual. – Oskara, B’ura B’an, ¿qué tipo de fauna local tenéis en vuestro planeta? Tengo que reconocer que no se prácticamente nada de él.

Justo cuando Pash va a realizar maniobras se produce una fuerte explosión y un cegador estallido de luz. El deslizador se inclina hacia un lado y comienza a girar sobre sí mismo. Algo ha abierto un agujero humeante en el chasis, y únicamente con toda vuestra fuerza y habilidad lográis impedir que el vehículo vuelque. El deslizador se detiene bruscamente, con el morro clavado al menos un metro en el terreno arenoso.

Un humano aparece apuntándoos con dos armas cortas; desde luego no es la que se ha usado para derribar el deslizador.

—¡Quietos! ¡Quedaos donde estáis y soltad las armas! Somos agentes de las autoridades imperiales locales; se os acusa de presunto contrabando de ryll. ¡Repito: quedaos donde estáis y soltad las armas! -

Sus armas os apuntan, pasando de uno a otro... esperando una respuesta por vuestra parte...

Del fuego a las brasas piensa la twi'lek cuando por fin el mundo deja de dar vueltas. El desconocido que les amenaza bien podría ser una agente imperial, o un mercenario del Hutt, o un salteador cualquiera. Malas noticias en cualquier caso. Oskara trata de echar un vistazo cerca del hombre para ver si encuentra a su compinche, el que haya disparado el lanzacoehetes, pero no logra ver nada a causa del reflejo del sol y el polvo lecantado por la colisión.

Tras oir las ordenes de su asaltante Oskara reflexiona sobre sus opciones. Si pudiera arrojar una de sus armas y conservar la otra aun habría margen para volver las tornas.

No logro apartarme lo suficientemente rápido, o mi maniobra ha sido demasiado evidente, el caso es que ha disparado a la lanzadera derribándola. Hago todo lo que puedo para evitar estrellarnos y logro casi aterrizar, aunque puede que los demás hablen de estrellarnos.

Intento parecer mareado después del aterrizaje forzado como si no lo hubiera oído mientras busco donde esta el que ha usado un arma anti-vehículo contra la lanzadera.

– Pero ¿qué ha pasado? – Girando la cabeza en todas direcciones. – ¿Qué ocurre?