Partida Rol por web

Bueno, pues se le acabó el rollo al colega, estoy alejado y tengo esa ventaja para disparar, mi personaje acaba de abrazar la locura

Pese a estar alejado, Corintur escucha las palabras del guerrero (ventajas de ser un elfo), se levanta y se dirige hacia el.

Después de desenfundar el arma todavía seré yo el irrespetuoso con el grupo...

Hace el intento de propinarle un puñetazo, pero alguien le agarra cuando está lanzando el puño, que no llega a impactar en Menthor, no intenta soltarse de la atadura de su compañero, parece que acaba de recobrar la cordura, aun así mira fijamente al guerrero

No sabes nada de mi, no tienes idea de por qué he pasado antes de llegar hasta aquí, deberías moderar tus palabras y no desenvainar un arma ante las acciones de un compañero, si acaso sabes lo que eso significa, ¿Crees que una persona que hace eso puede dar lecciones?

No te acerques a mi, no me hables si no es estrictamente necesario, y si en la batalla tuvieras que intervenir para salvarme, no lo hagas, prefiero morir a ser salvado por alguien en quien no confío. Intentaré mantenerme todo lo alejado posible de ti, hagamos el favor al grupo de no entorpecer la misión con disputas personales.

Cuando todo acabe ajustaremos cuentas...

Eh, eh, eh, haya paz... haya paz!

Dijo el anciano mientras sujetaba al elfo impetuoso.

Y ahora no empieces tú, que no tengo más manos, Menthor.

Largo de aquí! Los dos! Uno a cada punta o mi cayado va a repartir leña. No me habéis visto enfadado!

Cuando Zaius suelta a a Corintur este se deshace suavemente de la ligadura y se vuelve a marchar al árbol al que se había ido a pensar con la cabeza gacha.

¿Qué me ha pasado? ¿Cómo he podido reaccionar así ante un compañero? Está claro que necesito aclarar mis pensamientos...

Dornadar mira atentamente todo lo que ocurre desde lo alto de su llama,por supuesto le encantaria bajar y meterse tambien en la pelea,hace tiempo que no tiene una buena pelea de puños,pero solo el pensar en volver que tener que subir de nuevo encima del animal,se le quitan todas las ganas.

Asi que fruñe el ceño y aprieta los puños aguantandose las ganas.Aun asi le dice a sus dos compañeros encolerizados:

-chicos,en mi pueblo,las disputas se solucionaban con una buena pelea a puño desnudo.Para desahogarse es lo mejor que hay y tras la pelea,compartir unas buenas pintas de cerveza y adios rencillas.ja ja ja ja.-Al reir,la llama,volvio a moverse bruscamente y por poco vuelve a caer al suelo,esta vez de espaldas.Menos mal que volvio a aferrarse nuevamente al cuello del animal.

-¡¡¡QUIETAAAAAAAA!!!!,¡¡¡BICHO DEL DEMONIO!!!!!.LO QUE NO HAN CONSEGUIDO LOS TRASGOS Y ORCOS CONMIGO,LO VAS A CONSEGUIR TU EN MEDIA MAÑANA-.Le gritaba mientras volvia a reincorporarse a la montura.Su corazon se le iva a salir del pecho del nuevo susto.

-lo que vayais a hacer,hacerlo ya.Por los dioses,que estoy deseando que acabe el dia y volver a pisar tierra firme.-

¿Pero este pardillo que intenta?.Esta fuera de si,sera mejor dejarlo que se tranquilise e ir a lo verdaderamente importante.
Si hubiera sacado el arma encontra tuya ni tu,ni nadie podria evitar mi golpe,no he desenfundado el arma encontra de nadie,he desenfundado el arma prometiendo mi venganza ante este templo,vuelvo a repetir nunca,nunca utilizare la fuerza ante un compañero.
En cuanto se aleja Corintur me dirijo ha Zaius.
Zaius,mis disculpa,no aguanto los malos modos.
Me doy la vuelta en busca de mi sitio.
Dragus,¿has podido identificar algo?

Zaius se lamentó de lo sucedido, pero no era el padre de estos jóvenes y ellos mismos debían aprender a convivir y a relacionarse con respeto. Le gustaría decirles unas palabras, pero los ánimos estaban todavía calientes y no creía que iban a tener el efecto deseado en sus corazones.

Sin más, esperó haciendo los últimos preparativos y echaba un vistazo a ambos de vez en cuando. Luego curioseó lo que hacía Dragus por si podía ayudar con su magia.

Por un instante creí que se derramaría la sangre. Le vejete se me adelanta al detener el puñetazo, pero es algo que hubiera hecho en ultima instancia.

Me alegro en parte, pero niego con la cabeza al tiempo que, caminando rumbo a Loy, murmuro más para mi que para otros

Un jarrón que se rompe puede arreglarse, pero las grietas y marcas quedarán, y este nunca volverá a ser el mismo... Pateo una piedrecilla.

Tras unos dias de viajes, llegais a un sendero estrecho y tortuoso, cubierto de nieve se introduce rodeado de venerables y antiguos árboles. Desciende abruptamente hacia un profundo valle donde apenas los rayos de sol penetran en él.
Poco a poco la luminosidad se va atenuando y las sombras comienzan a crecer entre las retorcidas raíces de los árboles. Es necesaria una fuente de luz para seguir el camino.
Llegáis a un punto del camino donde el desnivel es brutal. El sendero desciende abruptamente serpenteando entre antiguos robles cubiertos de espesa nieve. Un profundo, oscuro y boscoso valle se extiende ante vosotros. Debe ser el corazón de Valleoscuro.

Comenzáis a descender.....

El viejo clérigo tenía las piernas doloridas de tanto caminar, así que subió en una de las llamas para descansar en el viaje. Al principio era buena idea, pero luego el trasero, flaco, como el de todos los elfos, y más si eran de edad avanzada, no soportaba los rigores del trote del animal. Así que le tocó caminar otra vez y los dolores le volvieron.

Qué hago yo con estos jóvenes, quién me mandó meterme en esto? Ay!

Se lamentaba en silencio, pero en el fondo sabía que en la misión todos y cada uno era importante. Con la edad se había ganado el derecho de poder quejarse a gusto. Aunque era discreto y no lo expresaba sino que era una especie de confesión a la divinidad, el cual escuchaba excelentemente sin interrumpir.

Llegaron al valle y en el descenso su visión se resintió por la escasez de luz. Paró y lanzó un conjuro...

Hágase la luz!

...sobre la punta de su bastón.

Sé que es de día porque aún no hemos merendado, compañeros, pero no se ve un rijostio por aquí. Jejeje.

 El camino le reconforta. Los movimientos de Mandala hacen que por unos instantes deje de pensar en las figuras ensangrentadas de los que fueron sus compañeros de juego y (al menos eso creía él) de destino. Viaja ensimismado en sus pensamientos, con la mirada perdida. Recita mantras de vez en cuando, en ocasiones más alto no para que le oigan, si no por inercia.

La llegada a la boca del valle hace que un escalofrío le recorra la espalda. Sabe qué es lo que hay ahí abajo o por lo menos eso se imagina: los responsables de la muerte de sus compañeros. Cierra los ojos para concentrarse, para invocar las aguas gélidas de su alma para que, como un indómito torrente sin amo ni señor, ahoguen las llamas de la venganza que amenazan (como tantas veces a lo largo de los últimos días) con devorarle por dentro.

Inspira.

Expira.

Todo está bien.

En los días pasados, cuanto el sol comenzaba a caer y el fuego empezaba a arder, yo disponías los objetos que todavía no habían sido identificados, ardua tarea para un aventurero, pero quizás no tanto para alguien que tiene su torre y aprendizes para divertirse, pero para eso falta mucho, tal vez demasiado.

Ahora estamos encerrados por la oscuridad, por los árboles y las raras sensaciones que todo esto nos transmite con cada paso que damos. De vez en cuando miro al monje que desde ese "día" pareciera ser que ha cambiado más que en toda su vida y eso lo podría afirmar aún conociéndolo desde hace tan poco.

Solo espero que el cambio sea para bien, para una instancia superior o como ellos le llamen y no el inicio a un camino del cual se podría arrepentir toda su vida.

Siguiendo a sus compañeros, Corintur seguía ensimismado, sólo mostró una reacción ante la broma de Zaius e hizo una mueca de simpatía.

Cuando comenzó a tener problemas para ver al iniciar el descenso se puso un poco nervioso, pese a que se manejaba bien en la oscuridad no podía evitarlo.

Prosiguió el descenso junto a sus compañeros, pero esta vez con el arco en la mano. Flecha en la mano derecha, arco en la izquierda debidamente entrelazados mientras veía a través de la luz de Zaius.

La oscuridad es asfixiante, parece casi que desea envolverlos y aplastarlos poco a poco hasta que exhalen su último suspiro. Loy frunce el ceño ante ese ambiente tan hostil.

-Tengamos cuidado -dice serio a la par que sereno-, no sabemos qué puede haber en estos lares.

Como distraído, acaricia el cuello de Mandala.

Demasiado frio,demasiado oscuro y demasiado silencioso.Era lo que no paraba de dar vueltas en la cabeza de Dornadar,y era algo que no le gustaba absolutamente nada y le hacia sentirse intranquilo.

No paraba de mirar a un lado y a otro del camino,entre los arboles y en sus copas,tenia la sensacion como si fueran directos a la boca del lobo y que en cualquier momento caerian en una emboscada.

se diriguio a los compañeros:

-Chicos,saldremos pronto de aqui??,no me gusta nada este lugar.Estad atentos porque hay algo que me da muy mala espina.Estoy deseando bajar de este animal,pero mas,alejarme de este lugar abandonado por los dioses.AAAAAAAAAAAACHIIIIISSSSSSSSSSSSS!!!!!!!!!!!!!!.Eso es!!!, encima voy a pillar un resfriado y asi poder llamar mas la atencion de nuestra posicion.-

Dijo mientras se limpiaba la nariz y maldecia cada uno de los minutos que habia estado desde que entraron en este lugar.

-Loy,dame una alegria y dime que queda poco para salir de aqui.-

UUUUUUUUFFFFFFFFFFFFF,este frio no se va acabar nunca,es preciso darnos prisa o quedaremos aqui congelados.
Tenemos que ser parte del bosque no podemos hacer ruidos,nuestro adversarios son mas fuertes que nosotros,nosotros tenemos que ir improbisando segun los acontesimientos,pero no podemos ser descubiertos.Dije susurrando.