Partida Rol por web

Todos menos Kuroth escucháis unos gritos, producto de lo que parece un forcejeo y el inconfundible sonido del acero chocando contra más acero que provienen de más adelante.

Al poco rato de recorrer el amplio pasillo de mármol las sombras permiten vislumbrar a Leila, agazapada con su arco en alto, y a Tyriael, en el marco de la puerta de la sala siguiente, conteniendo lo que parece ser un grupo de draconianos que, dado que desde dentro no pueden rodearle, se dedican a golpearlo con todo lo que llevan encima.

No has conseguido escuchar nada, aunque a juzgar por la reacción de alerta y los rostros tensos de la pareja de elfos, ellos sí que han conseguido escuchar algo que les ha sobresaltado.

-¿Que pasa? Digo entre susurros mientras enarbolo mi espada. ¿Viene alguien?

No habia tiempo para pensar, quien sabe cuanto tiempo llevaba Tyrael aguantandoles, dandose unos segundos para calcular la distancia empezo a conjurar, siempre preferia usar su especialidad, pero en medio del combate de poco le iba a servir.

Un par de segundos despues una pequeña llama pasa po rencima de las cabezas de los combatientes y estalla llevando una oleada de calor y llamas a los draconianos.  Y si lo habia calculado bien(y siempre lo hacia) solo calor a Tyrael.

Draconianos, delante- responde al minotauro. El sigilo ya no tenía sentido, habida cuenta de que Laurana había lanzado su hechizo. Leinard desenvainó su arma- sigueme Kuroth- le dijo mientras corría hacia allí- caballero, hazte un lado- no podrían luchar si Tyrael bloqueaba la puerta.

Siguiendo las indicaciones de Leinard me lanzo a la carga mientras enarbolo mi espada para descargarla sobre el primer enemigo que vea. -A un lado, dejad sitio para mi espada.

Kuroth se lanza a la carga, pero sin saber donde se encuentra desorientado y ve como todo el mundo se le anticipa.

Leila pone otra flecha en el arco de forma maquinal y apunta a los espacios entre los marcos de las puertas que el caballero no cubre de forma intermitente.

Pero duda, podría fallar de nuevo y hacer blanco otra vez en su propio compañero de manera que, aguantando con dedos entumecidos la cuerda del arco, permanece apuntando de forma intransigente.

-¡Quítate de ahí o podría volver a darte!-

El segundo draconiano, al igual que sus compañeros, sigue enfrascado en aporrear la armadura de a Tyriael con todo el acero que juntan entre cuatro cuchillos y una espada. Los marcos de la puerta evitan que puedan flanquearlo pero precisamente al bloquearles la salida expresamente se convierte en el blanco de su ira.

En el frenesí de ataques, un mordisco consigue causarte suficiente daño para sentir los afilados dientes de las fauces del draconiano.

Leinard, sabedor de que poco puede hacer ahora, opta por lo mas lógico: decide utilizar su arco, esperando a que Tyriael se aparte para disparar cuando tenga ocasión.

En lugar de detallaros con más indicaciones las posiciones y el cuidado que debéis tener con los ataques a distancia/conjuros os he editado este sencillo mapa donde queda bien claro por qué no podéis atacar a los draconianos si Tyriael no se quita de en medio el marco de la puerta. Si disparáis podríais darle a él y el cuerpo a cuerpo resulta imposible.

Laurana: Os separan 20 pies y aunque consiguieras colar la bola de fuego entre las aperturas que deja ocasionalmente Tyriael (éxito en una tirada de ataque de toque bastante alta) y no se estrellara contra su espalda, la explosión de 20 pies de radio les engulliría tanto a él como a Leila, a parte claro de los Draconianos y a TODO lo que hubiera dentro la cocina.

Tyrael estaba en el centro de todo, aunque no la habian visto no importaba, ahora les superaban en numero.

¡Tyrael!¡Da un paso atras, ya llegamos!

No tenia muchas alternativas sobre que conjuros usar, pese a la variedad necesitaba ver donde lanzaba el conjuro asi que opto por sacar su varita y apuntar al draconiano que estaba enfrente del caballero.

El caballero asintió ante las palabras de sus compañeros y se dispuso a apartarse para dejarles pasar. Con un fuerte tajo se quitó de encima al draconiano que tenía delante, aprovechando el movimiento dió un paso al frente y asestó un nuevo golpe al draconiano al que la maga había tenido a bien golpear con sus proyectiles de luces y con nuevo paso le hizo enfrentarse al draconiano que quedaba en pie. Elevó el filo de su espada de nuevo contra este nuevo enemigo esperando acabar con él y finalmente se adentró al interior de la cocina permitiendo el paso de sus compañeros por la puerta.

El último enemigo tenía los minutos contados.