Partida Rol por web

Todo sucedía muy rápido a mi alrededor, mientras yo sentía cómo poco a poco mi animus Yin despertaba y me envolvía. Decían que generaba frío a mi alrededor cuando eso sucedía, pero aquello era algo que nunca había llegado a percibir. Rara era la vez que no sentía frío.

La mujer que observaba se volvió de repente hacia mí. Lo había sentido. La energía que emanaba estaba ahora más en sintonía con la suya, y trataba de encontrarme entre las sombras. Se trataba de una mujer joven con unas marcas seguramente fruto de alguna enfermedad o de una mala alimentación. En otras circunstancias puede que me hubiera preguntado la historia detrás de estas, pero no en ese momento. Sólo eran las marcas de un fantasma, uno que se estaba interponiendo en nuestro objetivo.

Era clara su unión con el copiloto. Veía claramente las hebras que le unían a este, y a pesar de que la mujer había comenzado a acercarse a mí, el que Zhi Xue golpeara a aquel hombre hizo que el fantasma cambiara de rumbo. Pretendía atacarle, llena de furia, y comencé a correr en su dirección.

En ese momento Huang gritaba al copiloto, pareciendo disponerse a atacarle.

- Sólo luchando de igual a igual podrás protegerle. Venir a este lado es tu mejor opción. - le dije a la mujer mientras trataba de darle alcance, en mi habitual tono de voz, segura de que aun así me escucharía.

Traté asi de convencerla de que se materializara, pues de ese modo nos sería más fácil acabar con ella, y mis compañeros serían capaces de ver dónde se encontraba. No pude advertir a estos para que la mujer no desconfiara, pero podrían deducir fácilmente por mi comportamiento qué estaba sucediendo.

Huang se centra de nuevo en el que fue su pupilo, quien en vano ha tratado de aplicar las enseñanzas de su maestro para cubrirse. El joven se vuelve nuevamente al escuchar una voz que le resulta familiar y al verte queda petrificado, olvidando por completo a Zhi. Se incorpora tan rápido como puede tratando de recomponerse - MAESTRO, puedes ver claramente la vergüenza reflejada en su rostro. El estanque mas tranquilo puede verse perturbado por la caída de una hoja en sus aguas, y ver a tu antiguo discípulo hace aflorar emociones que te desconcentran hasta el punto de que cuando tratas de derribarlo, apenas consigues desequilibrarlo. Trastabilla y cae al suelo de culo, para rápidamente ponerse de rodillas frente a ti con su frente rozando el suelo y sin mirarte a la cara, repite, - maestro.

Yuan de nuevo esgrime su espada delante de su oponente acabando con su vida. Sientes su carne abriéndose y sus vísceras se desparraman de golpe por el suelo mientras sus ojos se ponen en blanco y abre la boca tratando de pronunciar un último grito que nunca llegas a escuchar. La sangre mezclada con la lluvia forma un extraño rio que comienza a deslizarse hacia el mar.

Como dice el refrán, a río revuelto... y el caos se había desatado abajo violentamente, como una tormenta tropical. Wang desciende sobre el barquero como un azor, sobre el bote, su presa que solo acierta a cubrirse con los brazos ignorando de donde proviene todos esos golpes, grita. Sus esfuerzos por protegerse poco a poco van cediendo, hasta que puedes observarlo sobre el bote, cubierto de hematomas y sangre.

Min corre en la misma dirección en la que se encuentran Huang y Zhi. Mientras avanzas sabes que tu animus se extienden alrededor dejando un rastro de viento gélido por donde pasas. Te diriges a la muchacha que enojada camina hacia tu hermano tratando de convencerla, apenas te dedica una mirar de soslayo cuando le hablas y puedes ver tras sus ojos el brillo de la determinación, nada ni nadie va a detenerla. Está claramente enojada y corre hacia Zhi, cuando aún está a unos diez metros de él, emite un sonido profundo y desgarrador. como un canto desolador, que resuena en tus oídos.

El conductor sube al vehículo, un par de intentos le bastan para arranca la furgoneta y tras echar marcha atrás encara el camino avanzando a toda velocidad hacia la salida del puerto.

Mao avanza sigiloso aproximándose hasta el muelle. Observas a la muchacha chapoteando en el agua, apenas durará unos minutos en las aguas en esta época del año. Saltas tras dudar unos instantes y comienzas a brazear con cierta torpeza, deseando que cuando llegues, hasta la joven, no se tarde y tengas la suficiente fuerza como para arrastrarla fuera del agua. Sientes la corriente del agua arrastrarte y arremolinarse alrededor de ti, siempre pensaste que las corrientes del puerto serían mas suaves.

Solo durante segundo Zhi se muestra contrariado ante la intervención de Huang. Luego diriges al joven unas palabras que no sabes si habrán sido escuchadas. Te propones a saltar hacia el conductor del vehículo cuando sientes una emoción casi olvidada, una profunda sensación de desesperación, de dolor, de pérdida, recuerdos que permanecían olvidados surgen con la fuerza de una riada, la muerte de tu hermana, un niño abandonado a su suerte en un bosque frío y oscuro, el olvido, la vergüenza... arrastrando cualquier sentimiento positivo, y dejando a su paso el convencimiento de la vacuidad de todos tus actos.

Veis a Zhi detenerse, permanece inmóvil y con la mirada perdida.

Te sientes sobrecogido por la oleada de emociones, y los recuerdos se agolpan uno tras otro, el rostro de tu hermana, su carne putrefacta, horadada por los gusanos y las larvas, la carne desprendiéndose de los huesos, la cuencas oculares poco a poco se van vaciando a medida que los líquidos van abandonando su cuerpo. El rostro dolido de tu padre, las miradas y la culpa vomitada como un oscuro icor sobre la existencia de un niño, un niño que de no haber nacido, habría ahorrado tanto sufrimiento a su familia, habría evitado la muerte de su hermana con solo nacer muerto. El llanto desgarrador de una madre que sobrevive a su hija. El dolor de una niña pequeña al ver degollado a su padre, la desolación de esa misma muchacha que sola en el mundo, será devorada por el mismo, su carne desgarrada por los millones de dientes que habitan el reino, su blanca piel arañada por las uñas de las diminutas alimañas que se ocultan tras las sombras. El Yomi Wan vomitando de vuelta al Reino Medio a un monstruo, un demonio que no han querido en ninguno de los Mil Infiernos. Y la Rueda de las Edades avanzando inexorable, bajo la atenta mirada del karma, como si de una cruel broma se tratase, para vivir una y mil veces el eterno suplicio de verse solo, desesperado en un mundo que agoniza sin ningún atisbo de esperanza, ser engullido por las fauces de los grandes Reyes Demonio. Eso eres, nada, NADA.

Apenas se detiene Zhi la mujer encara ahora a Huang. Pero repara entonces en el copiloto como se inclina hacia tu compañero , y se inclina corriendo hacia el copiloto acariciando su rostro y cubriendolo de besos. Tras asegurarse de que esta bien, mira con cierta ferocidad a Huang. Aguardando

Algo estaba sucediendo y al principio creyó que era cosa de otro kuei-jin. Ahora todo indicaba que había uno o más espíritus en este mismo lugar, causando algún tipo de caos "espíritus, yo debería de poder hablar con ellos usando el prana yang" se recordó, solo que tenía otro asunto entre manos. Había dado una tunda al barquero que era justo lo que quería "no me ha podido ver bien, así que he de felicitarme. Ahora he cumplido mi parte y puedo hacer otra cosa". El pensamiento iba influido por el P'O, que siempre buscaba intervenir de algún modo subrepticio.

"¡El camión se ha puesto en marcha!" al escuchar el motor del vehículo creyó que tenía un nuevo objetivo, sin embargo, una sensación le invadió en contra "ya he cumplido mi parte...", la situación se había vuelto urgente y eso hizo que el P´O insistiera en el razonamiento. "Tengo que ir" como de costumbre se inició un conflicto interior que Wang esperaba ganar. Por ahora, recogió el cuerpo vapuleado y trató de volar de vuelta hacia el puerto. Desconfiaba del barco pues los espíritus parecían querer destruirlo.

- ¡Os dejo aquí a éste, está inconsciente!

Gritó dándo a entender a sus amigos que había capturado a uno de ellos. Estuvo atento a lo que hacían sus hermanos de Wu, deseaba que alguien parara el camión pero si nadie lo lograba trataría de... "un momento, puedo seguirlo desde el aire" el pensamiento le alteró, ¿era parte de una estrategia del P'O? ¿O convendría realmente seguirlo hasta su guarida? No parecía mala idea.

Iniciativa 7

Corría dejando una gélida estela a mi paso, tratando de convencer a aquel espíritu que se dirigía hacia Huang y Zhi de que no podría proteger a su víctima si no se materializaba, pero apenas logré que la muchacha me mirara un instante de soslayo antes de continuar con su camino.

Su mirada estaba llena de determinación, con lo que proseguí avanzando en pos de impedir que dañara a mis compañeros. Su víctima se había arrodillado frente a Huang, y la mujer fijaba su objetivo en Zhi Xue, dejando escapar un desgarrador sonido en dirección a él que llegó también hasta mis oídos.

Por un instante creí ir a perder el control, a no poder hacer lo que debía por culpa del demonio que albergaba en mi interior, pero a pesar de notar claramente como se agitaba pugnando por salir; logré mantenerlo bajo control.

El espíritu encaró a Huang al ver cómo Zhi se detenía, observando cómo el copiloto se inclinaba hacia mi compañero. Ante aquello se apresuró en inclinarse hacia su víctima, acariciando su rostro y llenándolo de besos.

- No le hagas daño. – le dije a Huang al darle alcance, momento en que el espíritu le miraba con ferocidad tras asegurarse de que su víctima estaba bien. – Ella está esperando a que le dañes.

Apreté entonces las ruedas de viento y fuego que sostenía con mis manos, canalizando mi energía Yin hacia ellas para cargarlas. De aquella manera el daño provocado sería mucho más feroz, pero no suficiente con aquel ser. Cerré mis ojos un breve instante, conectando con la oscuridad, pudiendo ver al abrirlos cómo la energía Yin comenzaba a crepitar en mis armas.

Entonces de una zancada me adelanté hacia el espíritu, tratando de asestarle un golpe con una de mis ruedas, que imbuida de energía Yin podría dañarle directamente en su Chi.