Partida Rol por web

Ver aquel lugar de cierto remanso y paz fue gratificante, aunque la visión de a quien pertenecía no lo fue tanto.

-"Un rátido" susurré algo sorprendido.

Este pantano ocultaba muchos secretos y al parecer no todo iba a ser muerte y maldiciones.

Mire a mis compañeros esperando ver sus reacciones. Miré a nuestro "guía":

-"¿es normal encontrar a estos seres por aquí?¿Creía que sólo estában en las tierras sombrías?"

Zhuo miró al ronin. No se atrevía a preguntar que significaba "ratido" y mucho menos no se atrevía a preguntar si aquella cosa era amigo o enemigo. No parecía que fuera de Rokugan. Nunca había visto algo así en su vida y se preguntaba como el ronin estaba tan bien informado.

Ella también miró a la Escorpión. Si por Zhuo fuera, mataría a aquella criatura solo por estar viviendo entre zombis. A saber que profanos pactos habría hecho para vivir en paz.

Kumako os miraba tan alarmada como vosotros a ella. Al parecer nunca había visto nada parecido y no sabía como reaccionar. Lentamente levantó la lanza en posición defensiva mientras flexionaba las piernas y se apartaba del grupo acercándose con cuidado a la criatura.

Mis ojos se detienen en el Nezumi mientras estudio el lugar. Parece una clásica choza como las que usan aunque me extraña verlo solo.

"Supongo que este pantano no es un mal lugar para esas criaturas, mucho mejor que las Tierras Sombrías."

Escucho lo que dice el Unicornio y le respondo:

 - "Generalmente viven dentro de las Tierras Sombrías aunque no creo que sea tan extraño ver alguno en el Imperio."

Le indico a Soshi Kumako que baje su arma mientras le niego con la cabeza mientras le hablo:

 - "No son malas criaturas y no nos atacará si no lo provocamos. Incluso puede ayudarnos si le caemos bien o le damos algo a cambio."

Avanzo un paso hacia él mientras guardo el Ono en mi espalda y le hablo a lo lejos:

 - "Buenos días, buen Nezumi.  Espero que no seamos una molestia, pero nos gustaría hablar con usted. ¿Podemos acercarnos?"

Termino de decir mientras espero que sepa entender nuestro idioma pues hablan su idioma propio y yo jamás tuve ni el tiempo ni la necesidad de aprenderlo. Permanezco de pie, en posición inofensiva, esperando su respuesta.

Poco a poco el "rátido" Nezumi alzó la cabeza. Sus ojillos negros se detuvieron durante un instante prolongado en vosotros, incluso creísteis ver un amago de ¿sonrisa?. Pero lo que más os impresionó fue lo que ocurrió a continuación;

-Sed bienvenidos extranjeros, a mi humilde morada.- Dijo en un perfecto Rokuganí. -Mi nombre es Nas´Kriiit y creo ser el último miembro de mi clan.-

Ide Zhuo era una mujer muy religiosa. De no ser porque no poseía la bendición de los shugenjas, habría sido una fiel sirviente de las fortunas. Sus conocimientos sobre teología eran lo suficientemente profundos para poder evaluar ritos y si ciertos actos podrían disgustar a los Cielos. Y, aunque no podía tildarse tal conocimiento como una maestría sabía de sobra que aquella criatura era una abominación para el Orden Celestial. Sin embargo se mantuvo callada. Tenía pequeños conocimientos que le decían que algunos clanes sustituían cierta mano de obra por criaturas de otros Reinos.

Por ello sintió cierta blasfemia cuando surgieron palabras de aquella criatura ¿Cómo en nombre de los Cielos era posible que una Persona hubiera enseñado el lenguaje de nuestras primeras fortunas a criaturas salvajes? Pero aquel lugar se mezclaban todas las cosas. Razón y Locura. Vida y Muerte. Bondad y Crueldad... Alzar las espada podía ser tan correcto como podía ser un error fatal.

— Oruno-sama ¿Cómo en nombre de lo sagrado tiene usted tanto conocimiento de estas criaturas? En mi clan, que ha visto mundo y es bien conocedor de los países vecinos, nunca se ha conocido una criatura parecida.

Me giro hacia la bushi Unicornio y le contesto en voz baja:

 - "Nunca había visto uno pero había escuchado en el pasado de ellos y como ayudan a los miembros del Clan Cangrejo cuando están en las Tierras Sombrías. Estas buenas criaturas son inmunes a la Mancha y, aunque no tienen nuestros mismos valores, no son nuestros enemigos."

Contesto al Nezumi con una pequeña reverencia antes de pronunciar palabra:

 - "Es un honor conocerle, Nas´Kriiit-san. Mi nombre es Oruno y hemos pasado pesares en este pantano, aunque nada comparado a ser el último de vuestro clan."

Mi rostro muestra un pesar por sus palabras pues debe ser una triste historia la que ha de esconderse detrás de aquel hecho. De seguro, ha sido algo que pesa sobre el corazón del rátido y no es algo a lo que debamos ser indiferentes pues ellos son criaturas tan sociales como nosotros y no creo que haya sido algo que desease.

-Ahhh...- Exclama el Nezumi. -Un vaioso miembro del clan cangrejo. Mis respetos joven Shugenja.- Dice inclinando la cabeza en actitud de saludo hacia Mausuko. El Nezumi se pone de pie. podeis comprobar que son mas bien pequeños y enjutos de hombros, pero en sus ojos brilla un destello de astucia.

-Si. Muchos pesares hemos pasado desde que llegó a estas tierras el mal. Un Maho-Tsukai que provenía de mas allá de la aldea de Mizu Mura, quería que le obedeciéramos. Nos negamos. Defendimos nuestro pantano pero sus tropas son de muertos y nuestros propios muertos cada día aumentaban la fuerza de sus tropas.- Veis como recoje una espada que ha permanecido apoyada en la piedra, oculta a la vista todo este tiempo. Una espada distinta, ya que, si bien es igual en distribución a una katana, su hoja es completamente recta y no curvada.

Nas´Kriiit os mira con sus ojillos brillantes. -Marchaos ahora que podeis. Avisad del peligro y reunid un ejército.-

-¡NO!.- Grita Kumako. -¡He jurado matar a ese hombre y vengar a mi familia y la afrenta al honor que supuso su no-muerte!.-

A Zhuo las palabras de la criatura sonaban sensatas. Era raro para ella que una criatura que no fuese humana tuviese inteligencia y sobretodo honor. "Tal vez Oruno-san esté en lo cierto después de todo", admitió desde sus adentros dándose cuenta de que habiendo vivido y conocido en Rokugan, el Imperio era más extenso de lo que podría describir en un día con palabras. La criatura hablaba con sabiduría y a diferencia de la samuraiko, Kumako, tenía tanta calma que le daba cierta profundidad a las palabras que pronunciaba entre esos dientes.

Pero era Soshi Kumako la que los guiaba, y Zhuo ya había hecho una promesa y la cumpliría en tanto tuviese aliento.

— Ya os he dicho que estar hablando con criaturas no humanas es una perdida de tiempo. Sigamos nuestra misión justiciera.
 

-Ahh....- Las cejas de la criatura se alzaron al oír a las dos samurais. -Entonces ya lo conocéis, conoceis al mago oscuro de Mizu.- Las orejas se dirigieron en vuestra dirección, tiesas, esperando la respuesta.

-Su nombre es Hokuru Saiki. Mató a mi padre, a mis hermanos y robó la espada de mi madre.- Kumako alzó la cabeza orgullosa, sin miedo y resuelta a realizar la tarea o morir en el intento.

-Ya veo.- Dijo el nezumi mirándoos con los brillantes ojos. -En ese caso será mejor que descanséis y recuperéis fuerzas, pues no solo los no-muertos son aliados del Maho-Tsukai. Por favor,- dijo haciendo un gesto con la mano a modo de invitación. -estáis en vuestra casa. Os traeré comida y os diré todo lo que sé.- 

Mausuko había permanecido atenta a las palabras de Nas´Kriiit. Saludó cuando este la halagó y volvió a permanecer callada hasta que el nezumi confirmó que podía ser un liado valioso. La información, por pequeña que pudiera ser, podría decantar la batalla hacia la victoria o la derrota.

-Aceptamos con gusto su invitación Nas´Kriiit-san.-

Al parecer nuestra misión tenía algo en común con aquel ser: Acabar con el Maho Tsukai. El ser sinceros y dialogar antes de golpear siempre tenía sus frutos.

La maldad de nuestro objetivo no entendía de razas ni lugares sagrados sólo saciar au propia sed de poder y destrucción.

Nuestra intención era buena. La amabilidad del rátido era un rayo más de esperanza en aquella misión que las fortunas nos habían presentado sin desearlo.

-"Agradecemos sus buenas maneras." le sonreía amigablemente inclinando mi cabeza levemente.

Las palabras del rátido indican que fue su clan también una víctima del maho-tsukai que buscamos, lo que nos acerca más a su situación, mas nos subestima y considera que poca utilidad tenemos más allá de avisar a otros. La mujer Soshi indica de forma muy visceral que le daremos caza y muerte antes de retirarnos, a lo que asiento de forma vehemente.

Niego con la cabeza ante las palabras de la mujer Unicornio pues no apruebo lo que dice, tanto por respeto como por astucia. Pero entonces ocurre aquello: La escorpión menciona el nombre del enemigo y no es aquel que yo persigo. Mis hombros se relajan, con una mezcla muy difícil de discernir entre decepción y alivio.

"No será aún el momento de medirnos. Ya llegará."

Pero también di mi palabra y poco más que eso tiene un ronin. El Nezumi nos invita a pasar, para comer y que nos de toda la información que tiene del mago oscuro de Mizu. Asiento y le respondo junto con el resto de los presentes:

 - "Será un honor aceptar su invitación."

Hago una leve reverencia mientras me dispongo a seguirle al interior de su morada. No nos vendría mal un poco de comida y descanso, considerando lo mal que pasamos la noche y todo lo que hemos avanzado a ciegas en el pantano. Si el rátido es capaz de decirnos donde exactamente está el enemigo, habrá valido la pena.

La Unicornio espero a que la Escorpion aceptase la hospitalidad porque de no hacerlo, ella no la abandonaria.

-Si eso puede ayudarnos a acabar con ese asesino, acepto humildemente.- Dice la escorpión.

Todo aquello era muy raro, pues los nezumi siempre se movían en grandes grupos, apoyándose en su superioridad numérica para acabar con sus enemigos. Por lo que Mausuko había escuchado, esos seres eran resistentes a la mancha, de ahí que vivieran en tierras sombrías. Sin embargo era raro verlos durante las horas diurnas, ya que sus grandes y brillantes ojos les permiten ver en la oscuridad y moverse a través de las cavernas que existen es las tierras del enemigo.

La shugenja sopesó las enseñanzas de su dojo una vez más apoyándolas con lo que sabía o había oído y contrastando todo aquello con la situación en la que se encontraban. Sin embargo, no dijo palabra alguna, se limitó a seguir la estela de sus compañeros.

Todo parece cuadrar y tus sospechas, al principio sustentadas por los conocimientos de tu clan, pronto se ven refutadas al fijarte mas detenidamente:

...pues los nezumi siempre se movían en grandes grupos, apoyándose en su superioridad numérica para acabar con sus enemigos

Como recuerdas que ha dicho, es el ultimo de su clan, por lo tanto eran muchos antes.

Sin embargo era raro verlos durante las horas diurnas, ya que sus grandes y brillantes ojos les permiten ver en la oscuridad y moverse a través de las cavernas que existen es las tierras del enemigo.

La floresta del pantano mitiga mucho el sol, además está la amenaza de los no-muertos y al ser el último tiene que vigilar de día y de noche.