Partida Rol por web

NO 14 fallo

Pero creo que sé que el caldero está limpio. Y nadie ha contraído la enfermedad de la mancha, sino lo hubiera mostrado. Gracias :)

LA Hiruma abrió los ojos y miró a la samuraiko Unicornio. -"Los Kami han hablado, no hay peligro alguno, Nas´Kriiit-sama está en lo cierto".

Tras decir eso, la Shugenja se puso un poco de sopa caliente en un bol y consumió su contenido totalmente. -"Está deliciosa Nas´Kriiit-sama sois muy buen cocinero, arigato gozaimasu".

El Nezumi te lo agradece con una ligera inclinación de cabeza.

Al poco el cansancio se echa encima vuestro y el estómago caliente por la sopa del "rátido" os implora descanso. Pronto Zhuo se rinde al sueño.

La cena estuvo exquisita y comencé a comerla mucho antes de que la Hiruma convocase a los kami para saber si estaba contaminada con la Mancha o no. No dije nada pero considero que aquel examen fue innecesario pues el rátido dijo que no había mancha alguna. Su paranoia podría haberse interpretado como una falta de respeto. Espero que el nezumi no lo vea así.

Al terminar de comer, agradezco de todo corazón a nuestro anfitrión:

 - "La cena ha estado exquisita y el calor de vuestra hospitalidad está más allá de cualquier agradecimiento que pueda manifestar, Nas´Kriiit-san. Domo Arigato gozaimasu."

Hago una profunda reverencia hacia nuestro anfitrión para luego ponerme de pie:

 - "Mi cansado cuerpo exige un sueño reparador y, aceptando la propuesta de nuestro honorable anfitrión, no se lo negaré. Que tengan un buen descanso."

Me acomodo en un rincón en el cual poder descansar. Apoyo mi cabeza sobre mi furoshiki y mi tapo con mi manta de invierno, para dormir, ataviado en mi armadura, como solo yo y quienes fueron educados conmigo pueden hacerlo.

La 2a y penultima. Podría?

La última. Sí. Será como si me levantara antes. Haré solo 1 y será la última.

Transcurre la noche sin más incidentes llegando el alba. Nadie os ha molestado, nadie os ha despertado, seguís vivos y el cansancio que el día anterior recorría vuestro cuerpo ha desaparecido.

Poco a poco todos despertáis. Aunque no es el mejor lugar del mundo donde amanecer, agradecéis la noche de descanso y lo que al parecer es arroz hirviendo en la misma olla que por la noche se hiciera la sopa.

-Buenos días samuráis. Os prepararé el desayuno y algunas bolas de arroz para que os llevéis al viaje.-

— Os agradezco vuestra hospitalidad, Nas´Kriiit-san

Mausuko se incorporó lentamente y pudo distinguir la figuro erguida de Zhuo hablando con el Nezumi. Las horas de sueño junto con la sopa caliente habían sido reparadores. Sentía que podía hacer cualquier cosa, pero lo primero que debía hacer era asearse como mínimo su rostro.

Tras rozar el agua con su rostro escuchó las palabras del rátido. -"Sois muy amable Nas´Kriiit-sama, Arigato gozaimasu". Dijo la Cangrejo con una suave reverencia y una sonrisa.

El Nezumi preparó bolas de arroz para comer y para llevar. Además, os dió un frasco de aceite.

-Hacia el oeste encontraréis en antiguo camino. Si veis uno de los faroles de piedra que antaño guiaban a los peregrinos, encendedlo y cobijaos en su luz a descansar.-

Os ponéis en marcha hacia el oeste, hacia el camino antiguo siguiendo los árboles para que os protejan.

-Hacia el oeste encontraréis en antiguo camino. Si veis uno de los faroles de piedra que antaño guiaban a los peregrinos, encendedlo y cobijaos en su luz a descansar.

—Vuestra amabilidad es sin duda remarcable. Y aunque la vergüenza me susurra al oído no puedo por menos que intentarlo. Nas´Kriiit-san sois el último de vuestra estirpe en estas tierras. Sois el último de vuestra gente. Os sobran motivos para buscar venganza. Y por si fuera poco, conocéis de sobra donde se oculta nuestro enemigo. Así pues, ¿por qué no venís con nosotros? Vuestra ayuda creo que valdrá por dos de nosotros que apenas tenemos experiencia en nada.

La mañana llegó y supe al abrir mis ojos, que sigo vivo y consciente. No me equivoqué con el rátido, creo que mis instintos están bien afinados. Supongo que es eso lo que me ha mantenido vivo hasta ahora.

Me levanto y escucho lo que el rátido hace por nosotros, otra muestra de su generosa hospitalidad. Le hago una reverencia mientras le agradezco:

 - "Es usted demasiado generoso Nas´Kriiit-san. Jamás podremos agradecerle suficiente su ayuda."

Preparo mis cosas y recibo el alimento para el camino que nos brinda, agradecido. Lo estoy guardando cuando escucho las palabras de la Unicornio. No hablo, me quedo en mudo silencio, evitando mirar al Nezumi pues no quiero participar en esa invitación.

-Si me fuera con vosotros entonces sería el último, pero si ayudo a que mi gente regrese ya no sería el último. Ese es mi destino, al igual que el vuestro es enfrentaros al mago. Encontraréis la verdad de vuestro corazón allí afuera. Partid, se hace tarde.-

Dicho esto el Nezumi se sienta en la misma piedra que lo visteis la primera vez y sus brillantes ojos os siguen hasta desaparecer entre la espesura.

Continuais la marcha por entre los árboles retorcidos del pantano. A medida que anochece sus figuras os hacen pensar en malignos seres retorcidos por los oscuros poderes del Maho y como vendrán por la noche en busca de vuestra alma.

Casi al acabar el día entrais en una zona donde una extraña niebla verdosa lo cubre todo. Poco después por fin encontráis el antiguo camino, Baldosas agrietadas que comienzan a cubrirse de vegetación, aunque extrañamente hay trozos del camino que han sido "borrados" literalmente, pues no hay piedra que continúe el camino, volviendo a aparecer mas allá y desapareciendo otra vez.
En uno de estos tramos os encontráis una lámpara de piedra, de un metro de alto, que ayudaba a guiar a los peregrinos hacia el templo. La noche ya está aquí y debéis decidir donde acampar.

— Creo oportuno hacer caso de las indicaciones de la criatura y dormir bajo el cobijo del farol. Siempre es mejor ver que es lo que matas.

Nuevamente nos ponemos en camino pero esta vez sabiendo que la dirección que estamos tomando es la adecuada, además de tener el estómago lleno con comida nutritiva. Las indicaciones de rátido han dado completo resultado, mostrando delante nuestro lo que debe ser el viejo camino. La tétrica y a la vez repugnante niebla está frente a nosotros tal como había sido predicho.

Avanzamos mientras la tarde da paso a las sombras de la noche pero conseguimos llegar a uno de esos faroles que nos indicó el Nezumi. Saco de mi furoshiki la yesca y pedernal y enciendo el fuego de aquel farol para que nos cobije esa noche. Más allá de que vaya a generar calor, las formas que me parece ver en las sombras son muy perturbadoras y no quiero exponerme a la oscuridad en esta parte del pantano. Mis entrañas me dicen que estamos demasiado cerca como para confiarnos.

Asiento a las palabras de la Unicornio y le respondo:

 - "Estoy de acuerdo con usted, Ide-sama. Debemos dormir rodeados por esta luz y hacer guardias pero nadie, nadie debe alejarse de la luz en la noche, sin importar qué crean ver fuera de su rango. La oscuridad nos intentará hacer creer que debemos movernos y aprovechará cuando caigamos en su trampa.  No debemos dejarle vencer ni jugar con nuestra mente."

Acomodo mi estera tatami y mi manta de invierno a uno de los lados del farol. Decido no poner mi tienda de campaña, temiendo que bloquear la luz sea invitar a la desgracia. Dormiré bañado en la luz y con la armadura puesta, preparado para lo peor mientras espero lo mejor. Solo deseo ver el alba aparecer nuevamente.

Esta partida es de ritmo medio y se requiere compromiso. Si alguien tiene algún problema con el ritmo que lo diga pues no tengo problema en pnjotizar un personaje por poco tiempo, pero esta aprtida está siendo lenta por que hay gente que tarda demasiado en contestar.
He posteado el día 11 y estamos a 15, si mañana no contestais os mandaré un segundo aviso por privado. Si pasado mañana no dais señales de vida os borro de la partida con el consabido negativo.

Avisados estáis.

De nuevo en camino, en busca de nuestro destino: salvar a aquel lugar del terrible mal que se había cernido sobre él.
Los consejos que nos dió nuestro amable anfitrión avivaba nuestra esperanza de victoria.
-"Permanezcamos a la luz, siempre bajo su cobijo" comenté a mis compañeros la mismo tiempo que buscába un lugar para a hacer un alto en el camino.
-"Yo haré la primera guardia" respondí.
Una vez terminada dormiría con la armadura puesta y preparada para la lucha pues en aquel maldito lugar no se podía bajar la guardia.