Partida Rol por web

Las palabras de Ide Zhuo hacen que me estremezca. La confianza depositada en mi de la Samurai-ko me hacen sentirme importante para ella y por lo tanto mentalizarme de mi deber. Antes de acostarnos le susurro: - No te preocupes, no dejaré que ningún oni ni monstruo comenta actos atroces con tu cuerpo. - Con la esperanza de que estas palabras tranquilizaran a mi compañera y viendo que todas las guardias se habían distribuido me fui a descansar para que las vigilias no fueran en vano. Tampoco quise alejarme mucho de Ide Zhuo, por lo que me acurruque lo más cerca que pude, para poder reaccionar en caso de que pasara cualquier cosa durante la noche.

A la mañana siguiente di las gracias a mis compañeros por las guardias y me comprometí a realizar la siguiente guardia en caso de tener que pasar otro día más en ese pantano corrupto. Al igual que Tsuruchi Genji, desayune rápido para poder ponernos en marcha y continuar nuestra búsqueda.

Por la mañana, Zhuo desayuna agua de su cantimplora. A continuación le pide a la Escorpión que guie los pasos de todos hacía la venganza prometida.

Aunque, durante la noche, el extraño silencio roto solamente por aquellas criaturas que no deseábais encontrar cuando rozaban algún árbol o rama podrida invadía el ambiente, la congoja se apoderaba de vuestro corazón. La presencia del mal era como una espesa capa de aire que no podía ser ignorada.

El pantano os obligaba a avnzar y retroceder cuando el camino no llegaba a ninguna parte o era infranqueable. Los mosquitos os picaban sin pudor y el barro se apoderaba de vuestros pies a cada paso, como si quisiera que os quedárais allí para siempre.

Poco a poco la noche vuelve a caer y otra vez buscáis cobijo bajo los árboles en una zona defendible, aunque no tan buena como la de la noche anterior. Utilizáis un viejo árbol podrido para improvisar una barrera que impida el flanqueo a vuestros atacantes y una laguna profunda para la retaguardia. Ahora solo queda descansar y continuar camino a la mañana siguiente.

Luego de colaborar y al estar ya el "campamento armado" Genji habla tranquilamente

Esta noche me gustaría tomar la primera guardia si me lo permiten...

En caso de que nadie se lo impida toma posición en el centro exacto del campamento, desde donde pueda observar todas las posibles entradas o incluso desde la laguna por si el posible atacante llegase desde el agua.

Que descansen, el dia ha sido duro, un viaje tranquilo para lo que permite este terrible terreno pero al menos no hemos encontrado lucha...

Nuestros pasos por el pantano se vuelven ingratos. La sensación de maldad e impureza que nos rodea es asfixiante y cuesta mantener la moral en alto. De alguna manera, creo que vamos avanzando a pesar de que nuestros pasos son tanto en retirada como en avanzada.

La noche cae sin que nada adicional ocurra y el Tsuruchi se ofrece para hacer la primera guardia, a lo que le respondo:

 - "Yo haré la segunda si todos están de acuerdo. Descansen ustedes también, samurais-samas."

Comienzo a montar mi tienda de campaña para poder dormir en condiciones. El lugar no es tan bueno como el de la jornada anterior pero mientras pueda dormir seco, no habrá queja alguna de mi parte.

Tras detenerse nuevamente para pernoctar, Ide Zhuo trató de comer algo de su comida o raciones de viaje antes de dormir. En esta ocasión, como si ya no le importase nada, se quitó la armadura para dormir a pierna ancha.

— Yo haré la guardia que quieran.

-Yo haré la tercera guardia si me lo permite, Ide Zhuo. De esa manera podrá descansar más seguido y reposar de sus heridas. Temo que no pueda hacer nada mas por usted.- Kumako se inclina en una reverencia y dispone cerca su lanza, por si acaso.

La noche se hace presa del pantano y ni siquiera la luna llega a iluminar lo suficiente. Tratais de descansar pero no conseguís conciliar sueño. Agudizais vuestros sentidos cuando unas ramas crujen en alguna parte de la oscuridad.

Aferráis con la mano vuestra arma esperando el momento de utilizarla, el grito de alarma del vigilante, cuando un chapoteo os crispa los nervios.

¿Un pez? ¿Un zombi? ¿O tal vez alguna criatura más horrible y más oscura todavía que los zombis? Nadie alerta de peligro. Sentís la necesidad de incorporaros con vuestra arma preparada, sin embargo, sería una grosería hacia quien está de guardia. Sería como decirle a la cara que desconfías de él y de su capacidad de vigilancia. Una grave ofensa al honor que sería correspondida con sangre.

El sol ilumina poco a poco el pantano despertando algunas criaturas y durmiendo a otras. Ide Zhuo os llama uno a uno, aunque no os despierta por que ya estábais despiertos.
 

Zhuo se puso la armadura y esperó a que la escorpión guiase el camino haciendo total caso omiso de su cansancio mirando a sus compañeros y su alrededor.

Nuestra presencia en aquel pantano no era grata para ninguno de nosotros. El miedo a la desconocido, a lo que todo el mundo sabía pero ninguno se atrevía a decir. La sensación de estar siendo observado, de sentir un peligro a cada paso que damos, con cada respiración, con cada latido de nuestro acongojado corazón...

-"La fatiga nos acompaña en este nuevo día" sonreí mientras me colocaba de nuevo la armadura y acariciaba la empuñadura de arma.

-"Ningún susto esta noche.....a parte de mis "placenteras" pesadillas. Quizás las fortunas estén de nuestro lado" miré a mis compañeros tratando de darles ánimos. "Al menos de momento....¿nos ponemos en marcha?"

Una mala noche es la que pasamos y el amanecer es ingrato. Nuestros cuerpos están cansados y el día ya está sobre nosotros, instándonos para avanzar nuevamente en una jornada que no promete ser mejor que la anterior. El pantano no es un buen lugar para los buenos servidores del Emperador.

Por suerte, yo no soy un buen servidor sino solo un sucio ronin.

"Este cansancio y malestares aun peores no son nada que no haya vivido anteriormente."

Me pongo de pie y desarmo mi tienda de campaña, preparándome para continuar con nuestro camino. El enemigo aún no ha sido encontrado y no podemos darnos el lujo de no buscarlo hasta que le encontremos y le demos muerte como se merece. Asiento a las palabras de Shido Miko, indicándole que estoy listo para continuar.

Como de costumbre, desayunáis, intercambiáis impresiones y continuáis camino a traves del pantano. El día se va sucediendo hasta que, entre la vegetación, veis una choza de madera y barro construida en un árbol. El techo es de arpillera y sale humo blanco de su interior que trae el rico olor de un guiso. Alguien vive ahí.

Una escalera rústica de madera permite subir y bajar con destreza. Al pie del árbol un pequeño huerto contiene algunas cebollas, zanahorias y alimentos básicos. Al lado del huerto, sobre una piedra, veis un Nezumi meditando. Su ropa está remendada y descolorida por el tiempo. Parece no haber notado vuestra presencia.

Sabes que son una raza inmune a la mancha. La mayoría viven en las tierras sombrías en un estado lamentable y primitivo pero son sociales. Hablan su propio dialecto y se sabe que los cangrejo contactan con ellos.
Son de naturaleza cobarde aunque se atribuye mas a que huyen sin temor ante una fuerza superior y no tienen reparos en emboscar.