Partida Rol por web

El tabernero les miró con mal gesto, la mayoria de la gente se había ido ya y el esperaba para cerrar. Las noches se le hacían eternas.

Esto es una taberna, no una posada. La cama que tengo arriba es para mi y mi mujer. La cual esta esperandome. dijo aburrido.

-Bueno, parece que es hora de marchar... El tabernero no quiere tu dinero esta noche-digo sonriendo y poniéndome en pie.

Le extiendo una mano.

-¿Vamos?

Yo tambien me voy...
Se acerca al tabernero para disculparse.
Siento las molestias, nos emos quedado hasta muy tarde...
Se alza de la silla y, arrastrando con sus sonoros tacones sale de la taberna, pensando en lo que seria el dia de mañana...

Perdió toda la tripulacion? Pregunta mas para si que para el cantinero, pensativo. Uno de los sujetos interrumpe la conversacion pidiendo una habitación. Thomas parece no prestarle mucha atencion. Luego vuelve la mirada hacia el cantinero. Que ruta toma? Alguien mas podrías hablarme de él? Hace una pausa mientras mira de reojo, asegurandose que nadie oiga. Y sabes algo de ese... "tesoro"?

Marchemos pues, mi dama. digo dejando un doblon de oro sobre la barra mientras le sonrio al tabernero. Donde me llevará ahora que la noche ha caido? le susurro a Maddy mientras camino con mi brazo en su hombro.

Desconozco la ruta, solo se lo que se oye decir por aquí. dijo encojiendose de hombros. Según dicen el tesoro es cuantioso. Pero ya sabe, son rumores.

¡Bueno, señores! Dijo el tabernero ya cansado. Es la hora de cerrar.

Espera que no tuviera que echar a nadie y que todos salieran pacificamente, muchas veces a esas horas tenía que aguantar las quejas y alguna que otra vez dar buena cuenta de alguien con su escoba.

Todos fueron saliendo con alguna queja pero sin ir a mayores.

Me giro y ondeo mi mano hacia el tabernero.

Lástima de las camas le digo.

Cuando salian de la taberna el Sol comenzaba a salir también, como si se hubieran puesto de acuerdo. Los primeros rayos se clavaban en los ojos de los borrachos lo que no hacía sino aumentar su queja.

Todos fueron a sus casas, o a posadas donde pasar la noche. Algunos fueron en buena compañia y otros tuvieron que ir solos.

Después el Sol se alzó y la ciudad comenzó a tener otro tipo de vida, la de los mercantes y gentes humildes que habitaban la ciudad.
Llegó el mediodía y todos fueron llegando al puerto, unos más tarde que otros, tras preguntar encontraron al Tulipan y a su capitán.

Frank se encontraba tumbado y durmiendo aún en la pasarela que daba a su navío. Un buque de 69 metros de eslora con tres palos con aparejo de velas. El bauprés salía directamente del casco del barco como si fuera una prolongación de la quilla y en el relieve del mascarón podía verse una mujer que simulaba sujetarlo con una de sus manos y en la otra sostenía un tulipán.

Me despierto en el muelle con los primeros rayos de sol y me dificulta un poco la vista asta acostumbrarme a la brisa fresca del mar por la mañana.

He bebido demasiado a noche y por esa razon, el ron bebido lo suelto en vomito al propio mar antes agarrandome a un palo del muelle, me limpio los labios resecos con la manga de la camisa de lana blanca manchandola un poco de vomito de ron, me intento incorporar y ponerme rigido pero me caigo de culo dando la cabeza contra las maderas del muelle:

-Maldita sea.- se me olle maldecir y la gente me mira un poco raro y divertido tal vez.

A la segunda vez me incorporo y por esta vez no me caigo de bruces contra la madera, me limpio y toso roncamente, hace frio por las mañanas en Port Royal.

Me dirijo hacia un mercader acompañado por una esclava de piel negra, llevaba el pelo liso y bien cuidado, delgada, curvas perfectas y ojos de color azul atentos, una preciosidad, dirijo la vista al mercader que era gordo, paticorto, ojos negros y pequeños y desconfiados y calvo, le comento sobre el Tulipan:

-Señor ¿ sabe donde esta el barco El Tulipan?.- pregunto en acento Español y espero respuesta.

El mercader contesta amablemente a Anton.

Es aquel del final del puerto, el navío grande. dijo señalando un barco.

Observo el barco y pienso: Bah no es tan grande como Aura de Hierro y Sable de Mar aun asi espero que resista las tormentas del Caribe.- Mis ojos se fijan en la chica le guiño amistosamente y asiento con la cabeza al mercader:

-Gracias mercader.

Me dirijo hacia el Tulipan y veo a Frank durmiendo:

-ARRIBA BELLACO, SUELTEN AMARRAS, DESPLEGAR VELAS, LIMPIAR LOS CAÑONES.- grito a Frank pero sin exito y me acerco a el y le susurro.- Somos la guardia real venimos a por ti pirata de la plebe o te le levantas o te fusilamos aqui mismo tu decides.

¡¡Eh!! ¿¡Que!? ¿que? dijo sobresaltado intentando desenvainar la espada sin mucho éxito.

¿¡Quien sois!? dijo más traquilo al ver que no era la Guardia Real.

-Jajaja.- hago mi ronca sonrisa y le digo a Frank.- Tranquilo Frank soy Anton Castella ayer nos conocimos junto con Maddy Bones, Reiko y los demas del grupo en la taberna, buscabas tripulacion porque la actual la perdiste en una tormenta, y algo de un tesoro.- le pongo mi mano derecha en el hombro derecho suyo y le doy unas palmadas amistosas y luego señalo con el dedo indice al Tulipan.- Ese barco es tuyo, yo soy miembro de tu nueva tripulacion y guarda ese sable, que por la mañana Frank hay mercaderes, campesinos normales y guardias.

Se dirige tranquilamente y ha paso lento y suave, dejando resonar un poco sus finos tacones, hacia el puerto.
Ve al capitán y a Anton ya a bordo.
Vaya..., se me ha adelantado...
Va corriendo dejando al aire su lisa melena y con el viento acariciendole las mejillas.
Al llegar frente al barco lo observa detenidamente...
¿Osea que este será el barco...?
No está mal...

Sube las escaleras y se dirige hacia Frank y Anton.
¡Buenas dias!, ¡estoy ansiosa por salir!
Les dirige una alegre y risueña sonrisa a los presentes y se dispone a esperar a los demás, apoyandose en una de las barras del barco.

Sonrio a Reiko y le saludo:

-Buenos dias Reiko, nuestro capitan Frank esta un poco alterado por la pequeña broma de La Guardia Real que le he echo jajajaja, yo tambien estoy impaciente por surcar los mares de nuevo.- Guiño amistosamente a Reiko y comento a Frank.- Bueno Frank ¿ que puestos vacantes nos das primero a Reiko y ami?.

la brisa fresca de la mañana me hace temblar un poco de frio, es bueno para los barcos pero malo para el mar adentro es posible que halla tormenta:

-Hace frio por la mañana ¿he?.- comento esto a los dos compañeros y espero que vengan el resto.

Frank levantó las cejas sorprendido. Vaya.. tendre que beber menos...

Asique... ¿Mi nueva tripulación? dijo. Me temo que estaís equivo... Justo en ese momento vió llegar a Reiko y comenzó a recordar la anterior noche.

Ahhh. Cierto, ya recuerdo, estabais en el Tridente de Poseidón ¿no?

Hago una leve sonrisa a Frank y le digo:

-Si Frank estuvimos en el Tridente del Poseidon anoche asta muy tarde algunos, te fuiste haciendo eses y habia un tipo raro, parecia del ejercito ingles. Como si fuera un general o tal vez un alferez, vestia ropajes militares.

Extrañas son las noches en esa taberna, pero me alegro que al menos sacará algo de tripulantes...

Miró a los dos intentando asignarles una función que pudieran desempeñar.

¿Teneis experiencia en barcos anteriormente?

-Bueno servi como Corsario y Ayudante de Campo en los galeones Sable de Mar y Aura de Hierro en Tortuga dure 5 meses justos en el primero y 8 meses largos y aburridos en el segundo, soy mas de combate, aunque estuve como 2 semanas del 1 mes en Sable de mar como ayudante de Cañón.

Aun asi prefiero avistar barcos enemigos, ¿ teneis problemas con España o Inglaterra?.- digo en tono seco y ronco y observo a Frank y Reiko y luego la gente que pasa por los muelles y los barcos.