Año 2016, dos años después:

Secuencia finalizada -comentaba la voz de la programadora una vez que aquello acabó.

¡Victoria, puede bajar de ahí!

La joven de unos 27 aproximadamente, se hallaba en lo alto de la pared. Al oír la petición -más bien, la exigencia-, descendió hasta el suelo.

-¿Qué tal, señor? -le preguntó a aquel hombre de voz gutural-.

-Bueno, podías dar más de ti, muchísimo más. No me sirves si eres tan..., en fin, vente, le he pedido a mis trabajadores que me vuelvan a imprimir tu expediente.

Hasan siguió a aquel hombre como si de un pato se tratase. Al llegar a la sala de controles, se reunió contigo, pues también trabajabas en el mismo oficio. Al parecer, dos años atrás, cuando el cónsul británico os facilitó el viaje, os recomendó a un viejo amigo que era detective, este hombre, resultaba trabajar para el gobierno británico, protegiéndolo y protegiendo al país de las oscuras calamidades que azoraban. 

Sin embargo, entre tanto, habías demostrado que valías para el trabajo, por lo que tu afamado esfuerzo se empezaba a conocer entre los demás compañeros de trabajo, digamos que, de cierto modo, te estabas ganando muy buena reputación y, aquello, desembocaría en un ascenso o en un traslado a un cuerpo más importante.

-El expediente dice que eres buena con el camuflaje, así mismo, con el combate cuerpo a cuerpo. Por cierto, ¿se te ha hecho el chequeo este mes? Ya sabes que todos los meses se realizan analíticas a los agentes para saber si consumen ciertas sustancias o tienen problemas con el alcohol.

El hombre se giró hacia Victoria y le indicó que se sentase en la correspondiente silla para proceder al análisis. Mientras tanto, el jefe/reclutador, caminaba por el pasillo hasta encontrarte.  Estabas también entrenando con una secuencia, sin embargo, esta era más dura que la de tu compañera. La habitación era de cristal, por lo que el hombre dio un toque en la pared y pidió que terminases.

-Buenas, agente, ¿qué tal vas con el entrenamiento? -sus ojos -ocultos tras unas gafas de sol oscuras y redondas reflejaban asombro. Sin lugar a dudas habías mejorado-. Eres una buena pieza de calidad, jovencito. He venido a entregarte los resultados de tu analítica, sí, esa que te hiciste ayer. Enhorabuena, limpio. Lo tendré en cuenta para próximas expediciones y... para tu posible ascenso. Tu currículum va a mejorar muchísimo, jovencito. Veremos qué tal le va a tu compañera. Últimamente la veo muy ida... ¿Ocurre algo en el lecho? De ser así, debes saber que las relaciones conyugales pueden ser un problema para nosotros... En fin, ¿bebe con frecuencia? -se acarició su bigote y se ajustó las gafas-, dentro de dos días lo sabremos.

Vicky y yo llevábamos semanas preparándonos en aquel complejo, los ejercicios era diarios, extenuantes y agotadores, pero el entrenamiento lo obligaba si querías ser uno de los "elegidos o elegidas". Muy poca gente llegaba a aquel lugar y un ínfimo porcentaje seguía dentro del programa, donde Vicky y yo nos estábamos matando a entrenar. La rutina era el pan de cada día y aunque sabíamos de sobra que "confraternizar" podía acarrear problemas, de sobra también sabíamos dónde ir para que nadie nos encontrase.

Así pasaban los días y las semanas, practicando, trabajando juntos, practicamente éramos uno si luchabamos juntos, aunque se nos exigía saber resolver situaciones en solitario, como en aquel día. Me encontraba en la sala sudando la gota gorda y jadeaba por el esfuerzo, saltos, esquivas, uso de cuerda y explosivos simulados, me estaba machacando a base de bien hasta que el jefe me interrumpió con lo que superar mi propio record tendría que dejarlo para otro día-Señor-dije escueto secándome el sudor de la frente con la mano.

Cita:

-Como la seda, Hoy tocaba combate en tierra y mañana tácticas en entorno submarino-dije con una sonrisa, era uno de mis entornos favoritos y Vicky lo sabía bien. Habíamos hecho buceo juntos, entrenado a alta profundidad y le gustaba tanto como a mí.

Cita:

-Gracias Señor-dije recogiendo el documento mientras oía con atención al hombre, mientras elogíaba mi trabajo, mentiría si dijera que no me sentía orgulloso de aquello pues era una manera de reconocer mi trabajo diario al igual que hacían con Vicky-Eh...no Señor, todo va perfectamente con ella y que yo sepa...si bebe es lo que solemos tomar con los demás y otras pocas ocasiones, pero nada fuera de lo normal-dije con una pequeña sonrisa-Si me permite Señor, voy a refrescarme y echaré un vistazo a los análisis, espero no necesitar tomar Danacol para bajar el colesterol. Si me permite..-dije despidiéndome de él cordialmente mientra de manera disimulada me encaminé hacía la sala de entrenamiento de Vicky la cuál estaba vacía.

Fruncí el ceño extrañado porque ella era muy germánica con eso y hasta dentro de 15 minutos no iba a terminar, deduje que quizás estuviese en la zona de análisis pues eran muy pesados con ello, debíamos estar totalmente limpios, nada de drogas, tabaco y el alcohol en la menor cantidad posible. Al llegar la ví allí poniéndose de pié con un algodón sujeto con esparadrapo en el brazo y la esperé con el hombro apoyado en el marco de la puerta.

-Hola pelirroja ¿no has llorado ésta vez? no me mientas que sé que eres de piel sensible-dije burlón sacándole la lengua-Anda vamos que te invito a una botella de agua-comenté para que ella la siguiera por un largo pasillo hasta una zona común que ahora estaba prácticamente vacía, así que dí con una mesa libre en la parte más lejana de la sala-Ven que tengo que comentarte un par de cosas-susurré con gesto más serio y al sentarnos en esa pequeña mesa frente a frente le dí un pequeño trago a la botella de agua.

-Vicky...el jefe acaba de venirme diciendo que andas algo distraída en los entrenamientos ¿te ocurre algo?-le pregunté preocupado llevando disimuladamente una de mis manos para cubrir la suya-Puedes contarme lo que quieras ya lo sabes, no hay secretos entre nosotros Vicky ¿te has pasado con el alcohol últimamente?-la miré con intensidad, me había contado que en el pasado había sido bastante asidua al whisky, rozando sino alcanzando el grado de alcoholismo, pero se había rehabilitado hace unos años. Pero éste trabajo te machaca mucho, es muy estresante tanto a nivel físico como mental pero no quería que Vicky cayera de nuevo-Pelirroja, dime lo que te pasa...-

Victoria se apartó el cabello rizado de la cara y se levantó del asiento una vez que le hubieron vaciado las venas. En ese momento, la cara familiar de Ulthred asomó con su burlesco comentario. Victoria elevó el dedo corazón del brazo que le habían sacado sangre. Le siguió hasta la sala de descanso , donde habían mesas y se sentaron en la más apartada. 

Pero, la pregunta vino y Victoria frunció el ceño tras suspirar. 

El jefe lleva meses diciéndome que mi ritmo no es el que exige. No sé qué más hacer. Me esfuerzo todo cuanto puedo -miró hacia el techo -, ¿y si no soy lo que él busca? ¿Y si es porque no hago bien ciertas cosas? No cualquiera se sube ahí arriba... No... Creo. Sólo he bebido un par de veces a deshoras. Lo de Libia... Bueno, me dejó un poco mal y el mero hecho de que el jefe quiera más de mí... Es como si no quisiera que cometiese errores... Pero yo no soy capaz de verlos. 

Todas las mañanas voy a entrenar antes de desayunar. Me ducho, sacamos un rato a las mascotas y desayunamos. Descanso un poco y hacemos las tareas del hogar, luego, venimos, comemos y entrenamos. No encuentro los errores. ¿Es que no doy lo suficiente de mí? ¿Tengo que entrenar hasta que me desmaye? 

Ningún error, me ha quedado claro. 

Acto seguido, bebió un sorbo de agua y apoyó su cabeza en la mesa. 

Ojalá fuese whisky. 

Mis ojos se clavaron en los de Vicky llenos de preocupación-Oh vamos no digas chorradas, te esfuerzas al máximo a diario, lo veo a diario, te matas a entrenar y desde luego la agilidad que tú tienes no la tendré yo nunca...que te diga eso el viejo me jode bastante y de hecho a veces pienso que empieza a chochear. Éste sigue viviendo en la época del Vietnam y se cree que estamos en "La chaqueta metálica"-dije con desprecio que me hiciese la pelota no estaba mal, pero que echase por tierra el trabajo de Vicky me tocaba mucho las pelotas. Apreté su mano con ligereza de nuevo.

-Mira...sé que lo de Libia te dejó muy tocada, pero con el alcohol no vas a solucionar nada ¿no te apoyo lo suficiente, qué puedo hacer para que dejes de beber a deshoras?-pregunté-Si estar aquí te está minando de tal manera que acentúa lo tuyo con la bebida estoy dispuesto a mandar todo a la mierda, que le jodan al viejo y al proyecto, no me voy a quedar aquí ni un segundo más si te está afectando de esa manera...-continué bajando el tono para no llamar la atención.

-Vicky, somos seres humanos, somos falibles y cometemos errores, puedes ser el máximo especialista en algo que seguirás teniendo errores, no somos máquinas que se guían sólo por instrucciones que se basan en un código de unos y ceros. Te he visto entrenar a diario y no cometes un sólo error, ni uno, te esfuerzas al máximo en todo y...no sé por qué te trata así-negué con la cabeza ligeramente abatido-No quiero verte así pelirroja además...unos de mis mayores errores fue enamorarme de tí y estoy muy feliz de haberlo cometido-la miré con una sonrisa amplia y bonita, sabía que era algo que poco la iba a ayudar, pero haría todo lo que estuviese en mi mano para ayudarla, no deseaba por nada del mundo que se volviese a convertir en una alcohólica, en una mujer fría y sin corazón ni sentimientos, aquella pelirroja se merecía ser feliz.

Pero pronto, los problemas tuvieron radical solución cuando a la semana los resultados cayeron en las manos del jefe. Este interrumpió el entrenamiento de la joven ,para comunicarle su inmediato despido. Luego, él mismo se encargó de comunicártelo, por lo que pudiste ver, cómo Victoria recogía las cosas y colgaba el atuendo; para, acto seguido, marcharse a casa.

No comentó nada, y tampoco quería que se le comentase acerca de lo que allí había ocurrido.  Así pues, los meses que aquello precedieron y a sus vidas, tomaron caminos diferentes. A todo eso, había que añadirle el mero hecho que a Ulthred lo habían ascendido de categoría, por lo que su aclamada reputación alcanzó tal apogeo que ,incluso, los medios de comunicación mediáticos empezaron a interesarse en él, por lo que de ser un ''simple'' trabajador del ''gobierno'' a alguien con cierta repercusión mediática. 

Y, de cierto modo, la joven quien parecía llevar aquella nueva vida con sutileza, en el fondo, no lograba comprender cómo había surgido aquella fama. Lo único que entendía, es que debía de manejar su nueva vida con total discrepancia, manteniéndose al margen y deseándole a su pareja lo mejor.

Así pues, aquella mañana 31 de diciembre del 2016, mientras ojeaba una revista de vestidos de bodas, un mensaje le llegó a su teléfono móvil. Era de remitente oculto, por lo que no podía ver quién se lo había mandado; sin embargo, el contenido de este era sumamente misterioso. En el mensaje, le proponían una cita concertada en Islandia urgentemente con una solicitud de nuevo puesto de trabajo.

Victoria marcó la casilla del tic verde e inmediatamente la solicitud fue aceptada, por lo que dejó la revista encima de la mesa y abrió el Whatsapp para escribirle a su amado que debía de escoger un vuelo urgente con motivo de una entrevista, sin embargo, su mensaje fue interrumpido, al llegarle a ella uno de gran importancia -procedente de él-, en el que le contaba que su equipo y él, habían encontrado la explicación de la fuente de energía que hallaron en Libia. Esa fuente era debido a que en Egipto había algo oculto en la Esfingue de Guiza.

La noticia cayó como un mazazo, al final la verdad salió a la luz y los análisis de Vicky habían dado niveles de alcohol superiores a los permitidos lo que provocó su inmediato despido. Era injusto, Vicky era una gran agente y con apoyo y comprensión por parte del jefe podría haber seguido allí y ser la mejor pero ¿ por qué iban a esforzarse en ello si les era más fácil contratar a otro agente?. Les odié por ello y me apené por Vicky. Joder entrenar con ella era el pan de cada día, formaba parte de nosotros y nos compenetrábamos a la perfección pero el alcohol...el maldito alcohol...fue el culpable de todo.

Después de aquello y sin yo desearlo me convertí en alguien reconocido, algo que yo nunca quise, me gustaba mantenerme en el anonimato y siendo expuesto de tal manera, no me gustaba en absoluto, pero era a lo que estaba obligado. Vicky me seguía a todas partes, era mi eterna compañera, sonreía y charlaba, pero yo la conocía y sabía que podía ocultar sus verdaderos sentimientos ante quien le interesaba. Pero yo no disfrutaba de ello, sufría por ella y eso me amargaba, todo sería mucho más fácil si nos hubieramos convertido en unos simples militares, pero no, somos esclavos de nuestras acciones y ésta era la repercusión que debíamos de sufrir.

Pasaron las semanas y las misiones de alto secreto se sucedían, pero yo le contaba todo a Vicky, me daba igual lo que dijeran con las mierdas de la confidencialidad y ella era conocedora de todos mis secretos. Entonces llegó aquel día en el que hicimos un gran descubrimiento, algo que jamás creímos poder desentrañar, pero así fue y se lo conté a mi amada en cuanto pude, en secreto la escrbí dándole la gran noticia.

-"Vicky, no te lo vas a creer hemos encontrado la respuesta a la fuente de energía que encontramos en Libia cuando nos conocimos! al parecer está relacionado con algo escondido que hay en la Esfingue de Guiza, ¿lo puedes creer?"-estaba excitado por el descubrimiento y sabía que ella tenía tanto interés como yo en aquel tema. Ojalá estuviera con ella ahora mismo para abrazarla y besarla. Aunque no era así, ella se encontraba en casa, sola y con poca cosa que hacer mientras su novio se hacía famoso, aquello me entristeció ¿de verdad valía la pena estar inmerso en aquella vida de peligro y violencia? ¿qué habría de malo compartir una vida sencilla con la mujer que amaba?.

Quizás era el momento de replantearse ciertas cosas y pensar en lo que realmente era importante para mí...

Pues yo tengo otra noticia, debo coger urgentemente un avión a Islandia... no me encontrarás al volver a casa, pero he dejado la cena preparada, por si vuelves y estás cansado para ponerte en la cocina. ¡Eso es fantástico! -leyó el mensaje emocionada y se levantó del sofá.

Lo primero que hizo, fue meter en una bolsa de viaje pequeña su equipaje. Después de todo, sólo debía de pasar en el avión un total exacto de 2h con 55 mm, por lo que seguramente estaría en casa pronto. 

Mañana era uno de enero, los aeropuertos suelen estar llenos con las fechas de navidad y esto podía ser un inconveniente si quería llegar a buena hora. Con el equipaje listo, se montó en el vehículo, pues ambos tenían los suyos propios, y partió para el aeropuerto.

* * * * * * * * * * * *

Para cuando hubo llegado, eran nada más y nada menos que las doce de la mañana, por lo que tras pedir un taxi e ir a la ubicación que se le había mandado, Victoria soltó la bolsa en el suelo al ver tal edificio.

Lo primero que pensó fue el ¿cómo iba a entrar si no había ninguna puerta? Pero luego, tras recibir una nueva notificación en su móvil diciéndole que pasase su pantalla por un escáner (un póster de madera que había al lado) una apertura se abrió. El interior era dantesco, oscuro y frío. Además de oler a humedad. En aquella penumbra, las lámparas automáticas de sensores, se activaron para dejar pasar una silueta alta, enmascarada.

¡Dónde coño te has metido, Victoria...!

Y entonces, aquella figura abrió sus brazos y comentó:

Bienvenida a Triquel, agente 005, Hasan... Usted y yo, tenemos mucho de lo que hablar y, lo primero, es de un asunto importante.

Avanzaba hacia ella, mientras el sonido de sus botas resonaban en la estancia. Al llegar a la altura de Victoria, esta lo miró a los ojos -oscuros debido a la máscara- y tragó saliva.

Oh, no te asustes, querida. He indagado por los confines de la web para saber más de ti. Además creo que eres la sombra de alguien de tu vida, ¿no? Oh, sí, de eso quería hablarte...-El hombre le sujetó por la cadera y la llevó consigo hasta un cómodo sillón, donde le obligó a sentarse. Tengo un grave problema con una persona muy cercana a ti. Al parecer, se ha metido donde no le llaman... ¿Por qué os gusta tanto el morbo? ¿Es que no visteis que no debíais estar en aquel lugar cuando el gobierno -quien trabajaba para mí-, os batalló?

En aquel momento supo de quién le hablaba. De él. Lo miró sin comprender hacia dónde llevaba aquella conversación.

¿Qué insinúas señor ...?

Llámame, Ainsworth. Vas a trabajar para mí; tu antiguo jefe no veía tus cualidades, pero yo sí, y, además, sé lo perfeccionista que puedes llegar a ser -le sujetó del mentón con brutalidad- porque sé que no vas acometer ningún error... No lo harás, porque si no... acabaré con todo lo que tengas; todo cuanto tengas será esfumado...-susurró haciéndole entender que acabaría con todos sus seres queridos-, pónme a prueba, fállame y te juro que ese hombre con el que compartes lecho pagará por tus actos. Infórmame de toda la información que recopile acerca de esa energía, aléjalo y empezamos pronto.

Victoria apartó la mirada horrorizada. Aquel hombre le había puesto las cartas sobre la mesa y le despachó, tal cual, sin más. Así que, con un sólo pensamiento y velando por la seguridad de su pareja, Hasan volvió a coger el avión rumbo a casa.

Cuando leí el mensaje de Vicky sonreí inmediatamente y escribí con velocidad una respuesta.

Que le ofreciesen un trabajo era una fantástica noticia y deseaba que me contase los detalles. Durante la última temporada desde que había sido despedida habíamos hablado seriamente de boda y yo me resistía a ello, no lo veía necesario al menos de momento, estábamos muy bien como estábamos, aunque en el fondo sabía que era puro miedo al compromiso. Una relación seria como aquella con Vicky había sido la más larga que había tenido nunca y la más intensa e importante para mí. Si, un hombre que supuestamente no teme a nada, tiene miedo a casarse con su amada. Pero solo se vive una vez, ya lo habíamos experimentado y Vicky tenía razón.

Cuando llegué a casa, me duché, me puse cómodo y  me calenté la cena, comiéndola con parsimonia viendo la silla vacía que había ante mí, viendo su fantasma ante mí sonriendo y riendo por cualquier chorrada. Al terminar de cenar recogí el móvil y miré si había respondido. Los mensajes le habían llegado pero no los había leído, fruncí el ceño pero lo achaqué a su estancia allí, no sabía ningún detalle de la entrevista ni de la hora exacta de llegada, lo que me ponía ligeramente nervioso, pero ella sabía cuidarse sola aunque eso no evitaba que pensase en ella y que estuviese bien. Así que me dispuse a ver la tele en un canal de pago-Vaya, los Vengadores, meh, es buena como cualquier otra-mascullé miestras ponía los pies sobre la mesa estirando las piernas mirando la pantalla de 50 pulgadas. Durante las siguientes dos horas me dispuse a ver como la Viuda Negra repartía leña que daba gusto, Iron Man destruyendo alienígenas sin parar y a Loki engañando al pánfilo de Thor, otra vez-Tío serás el Dios del Trueno, pero tu hermano te la mete doblada siempre-hablé para mí mismo con el móvil en la mano, mirando de tanto en tanto si Vicky había respondido.

La verdad, es que se las ingenió para introducir en el avión una petaca de whisky y unas tijeras. Al parecer las habilidades de espía aún las tenía la mar de afiladas. Así pues, cuando bajó del avión y fue hacia los servicios, bebió toda aquella petaca, sin dejar ningún resto de aquel horrible líquido. Se contempló en el espejo y, mientras se miraba, cogía las tijeras ocultas en alguna parte de su cuerpo. Lo que precedió más tarde, le causó un pequeño derramamientos de lágrimas, tras ello, consultó el whatsapp y le escribió a su futuro esposo.

Entre los nervios y el que su móvil necesitaba un cambio, Vicky envió dos veces el mismo mensaje. Tras fotografiarse, volvió por donde hubo venido en dirección al parking. Allí estaba su único vehículo hacia casa. Se subió en él y suspiró:

Actúa con normalidad...

*******************

Cuando llegó agradeció a todos los santos habidos y por haber la vuelta a casa. Abrió la puerta y el olor a comida recién calentada inundó sus fosas nasales, además, su estómago rugía de hambre, por lo que acompañó a Ulthred ,tras propinarle un cálido beso en la mejilla en la mesa.

Ha sido un largo día -suspiró ella mientras veía la película de Anastasia-, cuéntame, ¿qué tal esa fuente de energía? ¿Qué has descubierto? Mi jefe me ha comentado que soy perfecta para el puesto. Al parecer, la organización se encarga de buscar reliquias.

Se sacó del bolsillo una tarjeta con su nombre en clave: V.H.T/ Agente 005.

La 'T' pertenece a la sigla de la organización: Triquel -sonrió con dulzura, o ,al menos, intentaba-. Islandia es hermosa, espero que algún día la puedas ver.

En aquel momento cayó para escuchar la canción que la joven iba a interpretar en el castillo de Invierno: Una vez en diciembre.

Me parece hermosa la melodía, sobre todo una estrofa:

Cuanto fue no murió, 
como fuego que prende. 
Volverá esa voz, 
cuando llegue diciembre. 
oigo aun cuanto oí, 
una vez en diciembre.

¿Sabes si existen cajas musicales que imiten a esa?

Cuando ví la foto que se había hecho en el móvil me quedé perplejo, Vicky tenía un pelo precioso rojo fuego que siempre me había vuelto loco. Pasé de escribir y le grabé un mensaje de voz.

-¡Qué gran noticia cariño! Vicky ¡Estás guapísima! ¿y ese corte de pelo, te ha dado tiempo a ir a una peluqueria o lo has hecho tú? Siempre has tenido buena mano con los cambios de look cariño, jajaja. Te espero en casa!- envié le mensaje mientras sinreía mirando su rostro con ese nuevo peinado, estaba seguro de que se lo habría hecho ella, era un corte irregular, pero igualmente estaba preciosa.

Al fin llegó a casa reflejando una sonrisa de alegría-Al fin has vuelto, te he echado de menos-dije mientras me besaba la mejilla. Lo cierto es que esperaba un reecuentro más cariñoso, pero estaba cansada, agotada por el viaje seguramente sería eso.

Cita:

-Aún hay muchos datos que procesar, ha salido todo de repente, siempre que llegábamos a algún punto nuevo de repente se nos cerraba la puerta, pero al final lo hemos conseguido. De momento a mí no me han dicho gran cosa, solo que lo más importante se encuentra en la Esfinge, así que es cuestión de tiempo que nos lleven allí. Pero dejemos eso de lado, lo importante eres tú-dije con un brillo en los ojos mientras cogía la tarjeta que Vicky me acercaba.

-¡Vaya! ¿agente 005? la verdad que a mi me pareces muchos más sexy que James Bond-bromeé guiñándole el ojo-Dime ¿cómo es tu jefe? ¿es agradable? espero que no sea muy duro contigo o tendré que ir allí a partirle el cuello-dije entre sonrisas.

Cita:

-¿Triquel? no me suena de nada, que extraño...bueno, ya investigaré-dije mirándola-Islandia, nunca he estado y me gustaría estar allí contigo, un viaje de placer, tú y yo solos sin que nadie nos moleste, quizás en la luna de miel-dejé caer, quería demostrar que estaba listo para el compromiso, aunque me resistiese a decirlo abiertamente. A continuación presté atención a la canción que Vicky me decía.

Cita:

Elevé las cejas dudando-La verdad es que no lo sé cariño pero seguro que la hay, es una canción preciosa Vicky-dije mirándola con fijeza. Algo había en su mirada, no sabía qué era exactamente, pero había vuelto diferente, quizás era agotamiento pero...¿y si no era así? tendría que informarme sobre qué era Triquel lo antes posible. Si metían a Vicky en algo turbio desde luego que la sacaría de allí sin dudar.

No, no me sigas contando más, retira lo que has dicho, retira que tienes que ir a ver la Esfing-

¡Me parece impresionante!, pareces un pequeño arqueólogo más que un agente de gobierno. -sus ojos se posaron de nuevo en los de él y, tras escuchas las palabras ''luna de miel'', se quedó perpleja-, ¿tienes fiebre? -comentó entre risas-,dime que tienes fiebre, me parecerá lo más creíble del mundo...

¿Te imaginas que tengo al James Bond 'asumido', así como esa película de ... ¿The Things?? -desvió la mirada en la película y lentamente se iba levantando de la mesa para recogerla-, pues algún día espero que vayamos.

Vas a ir, si sigues metido en ese proyecto...

¡Oh! mi jefe es... Bueno, es eso, nada más que un jefe. Supongo que no es el típico enrollado.

Duro, frío, dantesco... 

-No seas tonta, arqueólogo? Para mí el único arqueólogo que existe es Indiana Jones-dije categóricamente como si tuviese la razón absoluta. Luego mis ojos la miraron con ternura mientras reía.

-No...no tengo fiebre... verás, sé que te he dado largas más de una vez respecto a la boda pero he estado pensando pelirroja y quiero seguir adelante, quiero vivir y hacerme viejo a tu lado-me acerqué a ella y le di un dulce beso.

-Te quiero y quiero que seas mi mujer-le susurré observando sus profundos ojos verdes.

-¿The Thing? Para nada, quita quita que esa peli me da muy mal rollo-puse un gesto de desagrado mientras me ponía de pie y la ayudaba a recoger mientras sonreía fantaseando con la imagen de un selfie ambos sonriendo y un paraje nevado a nuestras espaldas.

-Y bueno, supongo que es mejor llevarlo con respeto y ya, seguro que es un tío rancio con el frío que hace allí- contesté mientras fregaba los platos-Y ahora mueve ese bonito culo que tienes, vete al sofá y descansa que has tenido un día muy duro-le ordené con tono serio pero poniendo gesto cómico.

Victoria disfrutó del tierno beso que le había pillado por sorpresa, aunque más lo fue tras la pequeña aclaración de él. Tras separarse, los ojos le centelleaban y sonrió un poco sonrojada. Una parte de ella, se había derrumbado en aquel momento, sentía la necesidad de gritarle que no siguiese con la expedición, que buscase otro trabajo, como o que lo destinasen a otro lugar, pero que no siguiese en Libia e indagase más aún en esa extraña energía.

Antes de que se marchase hacia el sofá, Victoria le agarró ,temblorosa, del brazo y lo miró con neutralidad -o, al menos, intentaba que sus expresiones faciales no saliesen a la luz-.

Búscate otro trabajo. -sentenció. Las palabras asomaron en su boca con todo el dolor del mundo, duras. Le estaba proporcionando seguridad, pese a que por las expresiones de él de incredulidad no lo entendiese- ¿Por qué no pides un traslado? Sí, que te envíen a otro destino, pero deja de buscar más allá de lo que no puedes ver.

Entonces, hizo como si se enfadase y se giró dirección al salón. Apretó el puño y se mordió el labio. Pudiera ser que Ulthred no lo entendiese, pero... debía de ponerlo a salvo sin sentenciarlo a muerte.

Estás todo el día por ahí, de vez en cuando deberías descansar. Además... ¿Cuándo dices que te vas a Libia? ¿La semana que viene? Niégate.

Obviamente ella no era de ese tipo de personas: de las personas que le decían a los demás qué debían de hacer con su vida. Victoria le gustaba que las demás errasen si debían de hacerlo -mientras ella no...- y que tomasen sus propias decisiones.

Sí, debes. No deberías, porque eso supone un condicional, te lo ordeno, debes, imperativo -se dirigió al sofá sin mirarle a la cara. Mirarlo supondría una invitación a verla llorar y no podía darle aquel ticket. No ahora, que estaba en pleno proceso de guardarse sus emociones personales.

Y si ves que no, acepta otro trabajo, haz que te despidan.

Lo siento, de veras que lo siento, sé cuánto te apasiona el oficio y esos misterios, pero... Para. 

Cogió la cerveza que él no se había terminado y se dejó caer en el sofá.

Sí, sí, hazme caso, tengo razón... No te hace nada bien ese trabajo.

La cara de Vicky se iluminó y hasta sus mejillas se sonrojaron y eso era algo que no había visto muchas veces, pero su solicitud de que dejase mi trabajo me sorprendió enormemente mirándola estupefacto-¿Cómo, por qué me pides eso? nunca me lo habías dicho antes...-dije extrañado-Vicky...sabes que éste es un descubrimiento que cambiará todo lo que dábamos por sentado hasta ahora ¿sabes lo que supondra ésto para todos?-le pregunté cargado de razón con gesto grave.

Vicky se alejaba de mí dándome la espalda ¿qué le pasaba? eso no solía hacerlo nunca y su comportamiento era raro-¿Que me lo ordenas? mira, tú sólo me ordenas en la cama y ahora no estamos precisamente allí y no me gusta nada el tono que estás usando-en otra situación había sonado hasta gracioso pero la situación se estaba tornando tensa.

-No puedes estar diciéndolo en serio ¡no puedo forzar a que me despidan Vicky! no..espera-fruncí el ceño mirándola fíjamente con ojos interrogantes-¿Qué ha pasado en Islandia? algo ha ocurrido porque un cambio tan radical no es lógico-me acerqué y me puse ante ella, para poder verla bien-Vicky, mírame a los ojos ¿que ha paso en Islandia? ¿te han dicho algo, es esa empresa Trikel de mierda?-le pregunté ofuscado. Pocas veces teníamos discusiones pero ésta era demasiado extraña y se estaba tornando más seria de lo que esperaba.

-Vicky ¿qué te pasa?

Le había encarado, con dos pares de cojones, ahí enfrente de ella estaba él, mirándole y pidiéndole que le devolviese la mirada. 

¿Que me lo ordenas? mira, tú sólo me ordenas en la cama y ahora no estamos precisamente allí y no me gusta nada el tono que estás usando

 

Ah,no, por ahí si que no paso.

Victoria se levantó bruscamente del sofá, y con sus brazos -abrazándose a sí misma- se protegía. Lo miró y bufó. Se había enfadado. 

¿Es que no lo comprendes, imbécil?

¿Qué has dicho? -le preguntó elevando una ceja. ¿Qué has d-i-ch-o? Te estoy aconsejando -mantuvo el contacto visual, esta vez sin apartar la vista de él- y no me estás haciendo caso. ¡Te estoy dando soluciones! No es el mero hecho de que te despidan o no, ¡faltaría más, joder! -cogió el botellín y se terminó, de un trago, lo que quedaba-. ¡Me importa una real mierda lo que suponga ese descubrimiento! Debes pararlo, debes pedir que te manden a otro lado, un traslado... ¡¡UN TRASLADO!! 

Se llevó las manos a la cabeza y se echó a un lado para subir las escaleras. Aunque al avanzar, se dieron un choque con los brazos.

Por gracioso -se paró en seco en el primer peldaño-, duermes en el sofá esta noche. No quiero saber nada de ti en lo que queda de día. No es Triquel de mierda, en ningún momento he insultado a tu agencia... Espera, rectifico, a tu mugriento jefe. -chascó la lengua y sonrió sarcástica-. Buenas noches, cariño, espero que cuando sea demasiado tarde para reparar en tu error me hagas caso. Porque entonces te diré: ''te lo dije y la ambición te pudo''. ¿Algo más que añadir? No, ¿verdad? Pues ... ¡Hala, a tomar viento!

Se estaba poniendo la cosa calentita y Vicky era muy cabezona cuando se ponía así pero el instinto me decía que había algo más detrás, al elevar el tono mi rostro se crispó.

-¿Pero se puede saber que coño te pasa? ¡no me vengas con milongas que nos conocemos y no me dejes con la palabra en la boca que la conversación no ha terminado Vicky!-aumenté el volumen de mi voz-Mira, soy tonto pero no gilipollas y a-l-g-o ha pasado en Islandia que no me quieres decir, esa solución que me acabas de ofrecer ni la pensabas antes, lo hemos hablado más de una vez ¡asi que dime que mierdas pasa!-terminé gritando mientras ella me miraba desde la escalera.

-Me la suda mi agencia y mi jefe de mierda, ¿hace falta que te recuerde que ese cerdo es el que te despidió? ¡ni por un momento se te pase por la cabeza que soy feliz porque tú no hayas conseguido lo que querías ¿pero por qué bebías? habla conmigo, te lo guardas y no me dices nada Vicky ¿así como quieres que funcione ésta relación? ¡sinceridad, mierda!-sentía como la vena del cuello se me hinchaba sin verla.

-¿Ambición? de eso nada, ya tengo bastante con tener una fama que nunca he querido, que aborrezco y no te preocupes que dormiré en el sofá muy agusto, a mí tampoco me hace especial alegría dormir a tu lado ahora mismo-terminé cabreado como una mona sentándome en el sofá. Escuché un portazo proveniente sin duda de nuestra habitación y me tumbé, dando un gran suspiro. Odiaba pelearme, odiaba tener discusiones con ella, pero a veces era tan dificil...

¿Sabes? Si pudiese regresar en el tiempo... Realmente lo haría. Justamente a aquella noche. Te hubiera pedido rotundamente que nos fuéramos, que Triquel acabaría conmigo, contigo, y con todo lo que habíamos construido sobre nuestros cimientos. 

Me arrepiento de aquella noche. Sé que como todas las parejas, nosotros teníamos nuestros rifis y  rafes, pero lo sabíamos solucionar... y esa noche... En cuanto comprobé que te habías dormido, caminé hacia la entrada, y partí hacia Islandia. Aquella fue la peor decisión de mi vida. Te juro que...

Cuando llegué a Islandia, se podía decir que me recibieron con los brazos abiertos. Aquel hombre abofeteó mi rostro hasta saciarse. Me comentó cosas como: ''Has cometido varios errores este día, sólo has hecho uno bien''. Y a raíz de ahí...comprendí que debía de permanecer lejos de ti, porque esa era la única forma de protegerte: desde las distancias.

Me opuse, mentalmente me oponía a seguirle informando acerca de tus noticias. Pero cada vez que me oponía, era expuesta a grandes conflictos. Por motivos de seguridad, más tuyos que míos, tuve que deshacerme de mi teléfono móvil, jamás me contactarías, jamás sabrías de mí. Hasta que, aquel agosto del 2017, tras siete meses, mientras estaba en los bosques del Amazonas recuperando una reliquia, uno de mis compañeros del equipo, con unas palabras, le bastaron para hacerme comprender que te habían atrapado: Lo siento, ya está, deberías despedirte de él, Hasan, no lo vas a recuperar. La resistencia ha sido dura.

Así que volví a la base, al helicóptero donde te habían traído hasta mí. Al señor Ainswoth le gustaba hacerme sufrir mentalmente. A mí, y a cada uno de los demás. Le gustaba recalcar quién mandaba allí y yo, por extraña razón, era la máquina de matar y el blanco de todas sus dianas. Para colmo, mi único refugio era el alcohol...

Aún recuerdo el sonido de tus gritos del dolor al notar las agujas en vena. Te estaban suministrando algún líquido con el que conseguirían paralizarte. Yo me acerqué, te miré desde el cristal de aquella penumbra y te observé.

Aprovechando que te dejaron solos, pues bien querían hacerme saber que debía de desprenderme de esa parte de mí que aún te amaba, me acerqué a ti. Estabas pálido y medio aturdido. No sabía si podías  reconocerme. Sudabas y estabas con fiebre. Te acaricié el rostro y te besé. Era el beso de las Valkiryas. Y, entonces, di luz verde para que comenzasen, dejando sólo un recuerdo en aquella sala: la caja musical.

Ya no me recordarías. Habías desaparecido de mi vida y yo, Ultrhed, debía hacer lo mismo contigo. Lo siento, de veras que lo siento. Ojalá... me perdones.

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Bienvenido a casa, señor Drake.

https://youtu.be/PZG7Ivilih0

A la mañana siguiente cuando abrí los ojos parecía que las aguas se habían calmado, de hecho demasiado para mi gusto, no escuché a Vicky rezongando ni tirándome un cojín a la cara llamándome idiota para luego decirme que me quería y terminar en cualquier lugar de la casa descargando mutuamente la tensión acumulada. Me levanté y la llamé por su nombre pero no contestó así que recorrí toda la casa buscándola sin dar con ella. La llamé al móvil varias veces y no contestó, durante los primeros intentos me colgaba directamente pero luego directamente no lo cogía y su localización vía satélite estaba desactivada ¿Tanto se había cabreado como para eso? Era cierto que la discusión había sido fuerte, pero nunca habíamos llegado a un punto tan extremo pues siempre nos habíamos reconciliado.

Las primeras horas las llevé relativamente con paciencia, Vicky tenía un carácter fuerte y aunque sabía llevarla bastante bien, cuando estallaba era peor que un volcán, pero cuando llegó la noche estaba muy preocupado, no había contestado a ninguna de mis llamadas ni mensajes, había incluso hablado con los pocos amigos comunes y no comunes que tenía, tampoco sabían nada, así que llegué a la conclusión de que algo había pasado. Todo era muy sospechoso, el cómo regresó de ese extraño viaje, su reacción pidiendo que solicitase un traslado.. busqué movimientos en su tarjetas de crédito, pasajes de avión incluso cámaras en los aeropuertos, pero no obtuve nada, al fin y al cabo Vicky era una experta en el arte de la ocultación y pasar desapercibida, era absurdo.

Desde ese momento mi objeto fue encontrarla, se convirtió en una obsesión, que mí futura mujer me hubiese dejado de aquella manera me mortificaba a diario y me culpaba a mi mismo de todo aquello, si hubiese dado mi brazo a torcer, posiblemente nada de aquello hubiese ocurrido pero ya estaba hecho y estaba decidido a encontrarla. Pedí la baja temporal del servicio, mis superiores se oponían ya que era un efectivo muy importante y valioso para ellos, pero necesitaba saber dónde estaba Vicky, si estaba bien y sobre todo qué era Triquel. Durante los siguientes meses dediqué todo mi esfuerzo y recursos para descubrir qué era esa empresaby quién la dirigía, tiré de contactos que tenía por gran parte del planeta, de amigos y aliados, hasta de algún enemigo que me debía algún favor, pero nada, apenas sacaba información. Sabía que era una especie de organización secreta con varias bases desperdigadas por todo el planeta pero desconocía tanto su ubicación como su organigrama. Ni socios ni jefes..nada en absoluto.

La desesperación comenzaba a hacer cierta mella en mí, aunque la determinación de encontraba jamás menguaba y al final obtuve una pista de uno de mis contactos. Al parecer esa organización tenía como objetivo descubrir unas reliquias y aunque no sabía cuál era su importancia si Vicky había sido contratada por ellos desde luego su valor debería de ser incalculable. Actualmente se rumoreaba que podían encontrarse en el Amazonas, aquello me dió esperanza, quizás ella estuviese allí, era agarrarse a un clavo ardiendo, pero a estas alturas ya no me importaba.

Llegué a casa, preparé mis pertrechos y aquella última noche en nuestro antiguo hogar escribí una carta que seguramente ella nunca leería, pero necesitaba hacerlo. Me senté en la mesa donde tantas veces habíamos comido y empecé a escribir con un nudo en el estómago.

-Lo siento Vicky...lo siento tanto... ojalá pudiera volver atrás en el tiempo, regresar a aquella noche en la que nos peleamos y que provocó que tú te fueras, he cometido muchos errores en mi vida pero el que cometí ese día, fue el peor de todos, con diferencia. Me he devanado los sesos preguntándome una y otra vez el por qué no te hice caso, cargaba la culpa sobre tí, pero no, el verdadero culpable fuí yo. Tenías toda la razón, me dejé llevar por la ambición pero en ese momento no quise admitirlo y cuando te fuiste entonces todo lo vi más claro. Tras aquello no pedí ningún traslado directamente me fuí y he dedicado todos mis esfuerzos en encontrarte, he recorrido todo el globo buscándote y creo que al final te he encontrado. Es muy posible que no estés allá donde voy e incluso puede que yo mismo no regrese pero ya no me queda nada más, lo único que sé es que te quiero y que eres lo único que me importa.

Cuando finalicé el texto vi cómo las letras bailaban turbias ante mis ojos y descubrí para mi sorpresa que tenía los ojos más húmedos de lo normal. Doblé la carta y la guardé en un cajón ¿Era sólo una carta de perdón o una especie de testamento? Quizás eran ambas.

En un lugar indeterminado de la selva Amazónica

Llevaba semanas allí, desgranando cada minúscula pista que lograba encontrar encontrando al fin la ruta a seguir. La estructura estaba perfectamente oculta tanto a la vista humana como la electrónica de los satélites, pero sólo casi. Estaba fuertemente vigilada pero mi entrenamiento había servido para algo y pensaba llevar hasta el fondo del asunto. Mi mayor motivación era la esperanza de encontrar allí a Vicky. Pero justo aquella motivación me llevó a caer en un error fatal y me atraparon. Les pregunté una y otra vez, sabía que estaba allí lo presentía, Vicky estaba allí pero aquellos hombres encapuchados no abrían la boca-¡Bastardos, os juro que os mataré lentamente, decidme dónde está, sé que está aquí!-les grité ininterrumpidamente hasta que me obligaron a sentarme en una silla, intenté zafarme pero un golpe seco me dejó sin sentido.

Cuando desperté me encontré atado a aquella silla de manos y pies, vi ante mí a un hombre con mascarilla y gafas que me miraba fijamente, junto a él una pequeña mesita auxiliar con jeringas de diferentes colores y entonces entendí lo que iba a ocurrir. Ejercí toda la fuerza que pude sobre los reposabrazos, pero mis muñecas estaban firmemente sujetas y con una vía intravenosa en el brazo...-Vamos cobarde, sueltame y veremos qué valor tienes- espeté con los ojos llenos de furia y odio-Sé que Victoria está aquí, dejarla ir y me quedaré por ella, yo soy mejor que ella, seguro que lo sabéis-dije con firmeza pero aquella figura no dijo nada, tan sólo cogió una de las jeringas y la lleno de un líquido amarillento para luego acercarse a mí e inyectarme el extraño líquido.

Durante los primeros segundos no noté nada, solo un pequeño adormecimiento en el brazo, pero a continuación comencé a sentir como un fuego comenzaba a inundar mi cuerpo. Aquel calor creciente comenzó a tornarse insoportable y creí sentir que mi cerebro ardía. Intenté contenerme, pero fue inevitable gritar, el dolor era insoportable y entonces el hombre habló aunque no le entendí pues mis gritos ocultaron lo que decía. Los siguientes minutos se me antojaron horas y tras dos inyecciones más ni sabía ni dónde me encontraba en lo más recóndito de mi mente seguía resistiendome, pero los muros iban cayendo uno a uno.

-Cerdo...no..no podrás conmigo..soy más fuerte que esa mierda que me estás...metiendo..-dije exausto con los ojos medio cerrados. Me aferraba a la imagen de Vicky a lo que sentía por ella, pero poco a poco su bello rostro, su sonrisa, se fue desdibujando y tras otro latigazo de dolor insoportable en el que creía que mi cráneo se abría por la mitad mis gritos se fueron apagando hasta perder el sentido y justo antes de ello la última imagen que retuve fueron unos ojos verdes preciosos y profundos ¿De quién serían? Eran tan bonitos...

Carta de despedida: para mí, no para ti, porque sé, que tú no sabrás quién soy.

Horas antes de que te despertaras, la organización, Triquel, había preparado todo para que la base fuese el escenario de una gran compañía de submarinismos. Al parecer, te suplantaron los recuerdos tuyos por los de un submarinista John E.Drake, un hombre que desapareció hacía mucho tiempo. Se borró toda fuente de información que pudieras saber acerca de ti y, como no era muy conocido, su entorno se creyó la patraña de Triquel. Eran buenos hasta para engañar.

Así que, cuando te despertaste, yo tuve que partir también, empero me aseguré que aquella caja musical fuese vista por ti. Además, el señor Ainswoth, con todos los aires de grandeza, me comentó que habló contigo -él también es experto en el disfraz-, por lo que se hizo pasar por un entrevistador y te ''contrató'' como submarinista para una expedición del yacimiento de Anticitera. Movió sus hilos y trabajarías para la empresa correspondiente.

¡Qué gracia!, tú hablabas con totalidad elocuencia, como si aquella vida londinense fuese en su totalidad... tuya. El señor Drake era un hombre de renombre, famoso en su círculo y en los demás, un hombre adulto al que te supiste adaptar.

Realmente, no me imaginaba mi vida así. Pero, si algún día me ves, si algún día nos cruzamos... Quisiera que sepas (¡cómo si me pudieses recordad!) que una vez... me enamoré de un hombre.

Supongo que nadie lo supo. Nadie debía de saberlo. Una vez... Pude saber lo que era el ser correspondida, el amar a alguien con tanta pasión que ni siquiera había abismo entre los dos. Las noches eran etéreas y sempiternas. Había respeto, nadie estaba sometido al yugo del otro. Una pareja de mente abierta y rebelde, revolucionaria en el hecho ... éramos... Nosotros dos. 

Una vez amé, pero... de la misma manera que pude amar, me inundé de dolor. Yo... bueno, no sé bien por dónde empezar exactamente. Ni siquiera sé si esta carta podré leérsela algún día. Espero que me perdone; lo hice para salvarle. Él no estaba seguro junto a mi lado. No desde que ingresé en esa asociación.  Da igual si tras su jefatura estuviera Aeryn, Esperanza o, incluso, el señor Ainswoth, daba lo mismo porque él no iba a estar a salvo.

¿Fue egoísta en romper con todo por ponerlo a salvo? ¿Es egoísta pensar en ello?

 Sabía que él vendría a mí si estaba en peligro, lo sabía... ¡Por el amor de Dios, Ra, Odín o cualquiera de los dioses que pudiera escucharme en aquellos momentos, que me maten si de así no saberlo! Pero tuve que elegir, era él o su muerte. Jugaban conmigo y me mermaron todo cuanto disponía. T-O-D-O. Dándome en aquel Talón de Aquiles. Jodido, Jaque Mates.

Y todo... me pareció efímero.

Hasta siempre, hasta nunca y hasta la próxima vez. Ojalá sepas vivir tu nueva vida y, cuando la situación se vuelva oscura, mira aquella pieza musical -la caja- y te traerá paz. Porque, créeme, la hubo en tiempos mejores. Debo decirte, que tus exposiciones/conferencias como Drake fueron maravillosas. Me permití el capricho de asistir ,al menos, a una de ellas. 

Ocultándome entre la muchedumbre te velaba. Me aseguraba que no me vieras. Pero, supongo, que es aquí donde, después de estos años, terminan las historias. Y ,para que veas, no es una película de Disney con Happy End, más bien es un jodido punto muerto... Joder, no soy buena expresándome. Después de todo, me han enseñado en los años a no expresar, a no sentir, a ser una muñeca de porcelana que está hueca y vacía por su interior. Y quiero escapar, quiero escapar de esta jaula y quemar con todo... Pero no puedo. I can't, sorry me. 

Sinceramente, hay noches en las que no puedo respirar y me refugio en el alcohol. He empeorado y sigo sin asimilar que los fantasmas del pasado saben perfectamente dónde y cuándo deben acudir a nosotros. Los míos no se olvidan de nada. Me torturan.

Espero que seas feliz, porque así podré descansar mentalmente de esta tortura. Sé feliz, cásate, vive solo, adopta un perro, móntate en el London Eye, planta un árbol,... haz una vida, con la vida que te queda.

Hasta siempre, hasta nunca.

Fin del bonus con Victoria