Partida Rol por web

La linterna recorre el sótano, como una isla de luminosa tranquilidad entre un mar de amenazante oscuridad. Todo parece inmóvil, a excepción de la miles de partículas de polvo que flotan sin rumbo en el denso ambiente allí abajo, cuando de improviso, una figura salta sobre Artie Gumshoe de detrás de una pila de sacos de arena amontonados cerca de un rincón. Artie, que se ha enfrentado a casos bastante peligrosos, como aquel asunto en los muelles hace un par de años, siempre vigila los flancos, así que reacciona rápido y esquiva el golpe que iba directo a su cabeza. Al enfocarlo con la linterna, se muestra la imagen de un vagabundo asustado y armado con la pata de una silla. Viste unos sucios pantalones remendados y un abrigo deshilachado. Su barba refleja afeitados ocasionales y su rostro, las manchas coloradas que produce el abuso de alcohol. Confundido y asustado, suelta la pata de la silla y corre escaleras arriba.

- ¡Oiga! - Gritó al vagabundo nada más esquivar el golpe. - ¡Alto, somos amigos! - Le ordenó.

Aquel hombre parecía realmente asustado. Podía tener motivos, pues al fin y al cabo vivía en una granja abandonada y no debía tener demasiadas visitas, menos en medio de la noche, como había sido la suya, pero Arthur sospechaba que había algo más. Podía ser que aquel hombre se hubiera escondido de otra cosa mucho antes de que ellos llegaran. ¿Y si se había cruzado ya con...? Con el ser del que Merryweather había hablado.

- ¡Carter, Bedford! - Llamó la atención de sus compañeros del piso de arriba mientras iniciaba una carrera por atrapar al vagabundo. - ¡Hay un hombre! - Les dijo pese a la obviedad.

Cuando lo alcanzó, se lanzó sobre él tratando de inmovilizarle en el suelo.

Artie derriba al vagabundo, que cae de boca contra el suelo mientras intenta escurrirse inútilmente del fornido investigador, que tiene encima.

- ¡Va a venir! ¡Va a venir! - Grita, totalmente fuera de sí, el tipo. - ¡No quiero verlo otra vez! ¡No!

Vocifera aterrado, preso de su propio pánico.

Artie había logrado atrapar a aquel hombre atormentado. Mientras los dos se mantenían en el suelo, el sintecho, empezó a decir cosas muy inquietantes. Tan inquietantes que dejaron al detective un tanto traspuesto y ese bastardo, que era tan escurridizo como una culebra, logró escabullirse dejando a Gumshoe en el suelo con tres palmos de narices.

- ¡Warren, Hendry, parece saber algo, no le dejen marcharse! - Les dijo a sus compañeros.

Bedford no es que sea un tipo fuerte, pero ante los gritos de su compañero se oculta en la esquina y le hace una zancadilla al pasar, apuntándole con su carabina y tratando de poner una voz amenazante - Si te levantas te vuelo la cabeza, responde algunas preguntas y te dejaremos marchar.

Al igual que el detective Gumshoe, el joven Carter pudo comprobar que el vagabundo era un pobre hombre sin más oficio ni beneficio -aparente- que ingerir alcohol, pasar las noches a resguardo del frío, mal comiendo y tratando de sobrevivir como pudiera. Lamentaba su situación, claro, pero ahora debían centrarse en lo verdaderamente importante. Y lo primero era subvertir la voluntad de aquel hombre
-Pagaríamos gustosamente por esas respuestas, amigo -añadió pues a lo ya expuesto por el profesor. Extrajo de su cartera un billete de 5 dólares con la cara de Alexander Hamilton, y lo aireó con una mano haciendo que su pálido color verdoso encajara en las pupilas del indigente. Poseyera o no algún vicio algo tan simple como el dinero podía atraerlo a su causa y tranquilizar sus ánimos

El tipo cae de nuevo al suelo y se gira para quedar con el trasero y las manos apoyadas en el suelo de madera, jadeando con fuerza. Su mirada se desvía una y otra vez a los lados, esperando algo. Algo que le aterroriza mucho más que el cañón de la carabina del profesor. Ignora por completo el billete que el joven Carter agita frente a él, de hecho, parece que ni siquiera llegue a verlo. Está en un completo estado de pánico del que es improbable que salga por sí mismo.

Warren se da cuenta del estado de pánico del pobre indigente, quizás ya ha tenido algún encuentro con esa criatura maligna y se ha quedado demasiado afectado. Sin cambiar de postura, Bedford trata de calmarlo con sus conocimientos de psicología, tratando de que el hombre se centre y vuelva a la realidad, dejándo el miedo en segundo plano. - Tranquilo, vamos a sacarte de aquí y a ponerte a salvo, si contestas a mis preguntas, te sacaremos de ésta casa de una pieza, te lo prometo. Respira, vamos con suavidad, nosotros estamos aquí, somos especialistas, no hay nada que temer. Dime, ¿Que te ha asustado tanto? ¿Quien va a venir? Si nos das una descripción y nos cuentas que ha pasado, nosotros acabaremos con él.

Le hago un gesto al resto, quizas sería buena idea sacarlo de ahí e interrogarle en el coche, mientras el resto preparamos el ritual. - Hay que preparar todo para antes de las 12, no podemos dejarle corretar por aquí y que lo fastidie todo.

Artie se acercó de forma calmada y pausada hasta aquel hombre. Se descubrió la cabeza y se colocó el sombrero contra el pecho. Le miró con una sonrisa, tratando de imponer calma y sosiego. Lo único que importaba en esos momentos, era tratar de tranquilizar a aquel hombre, pues su testimonio podía ser vital para que aquel asunto acabara bien.

- Ya nos hemos enfrentado a éste tipo de fenómenos anteriormente. - Le confesó al vagabundo. - Sabemos lo que hacemos. Por eso estamos aquí. - Posó suavemente una mano sobre el hombro de aquel sintecho. - Por favor, para poder resolver el caso, necesitamos las respuestas a las preguntas que le ha formulado mi compañero. ¿Lo entiende, verdad?

El habla inconexa y casi incoherente del vagabundo se torna más sosegada y articulada. Es así como descubrís que se llama Red Jake, un tipo tranquilo y simpático que cometió el error de pasar la noche en esta casa.

- Entonces, anoche - continúa - creí haber tenido un golpe de suerte y no dormiría al raso, pero pronto empezaron los ruidos. Sí, amigos. Ruidos del desván, como... un animal nervioso moviéndose. Yo no busco problemas, ¿saben? Me disculpé en voz alta, por si alguien pensaba bajar aquí y pegarme un tiro. No, no. Yo no quiero eso. También olía muy mal. Todo salía de allí - dice, señalando la trampilla del desván -. Los ruidos iban sonando más fuerte hasta que un golpe en la trampilla me asustó y salí corriendo de aquí hacia el bosque. Sólo miré una vez atrás y... Oh, Dios mío. ¡Oh, Dios mío! Un horroroso espíritu iba tras de mí. Era muy difícil de ver, como borroso o desintoca... desentoca... - Duda, pues no le sale la palabra. - desen... focado. ¡Sí, eso! ¡Desenfocado! Pues bien, me refugié en el bosque donde pasé la noche a la intemperie, temblando de frío y miedo. Hace un rato volví a recoger mis cosas, largarme y no aparecer por aquí, pero llegaron ustedes y... y... y... No quiero ningún problema con nadie, ¿saben? Me escondí a esperar que se fueran y terminar de recoger mis cosas. Sí, sólo quiero recogerlas para irme lejos. - Ahora, dirigiéndose a Artie, sigue entre sollozos de desesperación. - Lo siento, amigo. No soy mal tipo. No quería hacer daño a nadie. Tengo miedo. Tengo mucho miedo.

- ¡Tranquilo hombre! - Exclamó Artie mientras le arreaba un manotazo en la espalda. - Es normal que lo haya pasado mal. - Miró hacia el techo. - ¿Y dice que está allí? ¿En el desván? - Le preguntó.

Lo que acababa de describir era realmente aterrador. Un ser inmaterial por como lo describía le había seguido por todo el bosque. Para Gumshoe no era más que un cuento. Ni le creía, ni le dejaba de creer, pero si era cierto que aquella historia escapaba a todo entendimiento y no alcanzaba a entender todas las implicaciones que aquello tenía. Se había enfrentado a lo paranormal. Un muerto animado un zombie. Pero eso era algo distinto. Si no se le podía disparar... ¿Cómo detenerlo? Warren y Henry parecían tener la clave.

- ¿Cómo logró dar esquinazo a aquel ser? - Le preguntó entonces. - ¿Era un... fantasma? - Preguntó sin mucho convencimiento. - ¿Y la escalera? ¿Cómo subimos al desván? - Las preguntas cesaron y Artie esperó que todas fueran respondidas.

No podía negar que desde que habían llegado a la casa había estado muy callada, pero el asunto la había puesto nerviosa. Al verse frente a aquel cochambroso edificio de aspecto tan siniestro, pensando en la cuenta atrás que pendía sobre sus cabezas y ante la realidad de que podían encontrar algo allí, todo aderezado del recuerdo de lo vivido en la mansión Corbitt, no pudo evitar que un ligero sentimiento de miedo la invadiera.

No permitió que la congelara, pero apenas dijo nada y simplemente acompañó a sus compañeros. El incidente con el vagabundo la había devuelto a su ser. Incluso a pesar de su aspecto, agradeció ver una cara humana en aquel lugar, a pesar de la historia que contaba.

- Tranquilo amigo, no vamos a hacerle daño y es libre de irse en cuanto nos conteste, pero nosotros también creemos que hay algo en esta casa y estamos decididos a detenerlo. Cualquier información que pueda darnos nos será de gran ayuda. –

Entonces me giré hacia Artie.

- señor Gumshoe, creo que antes de ir al desván, sería conveniente que terminemos de investigar el sótano. Tal vez encontremos alguna pista más. ¿Había algún granero o almacén fuera? Si lo hubiera, es posible que allí encontremos una escalera. -

Estanb dándole vueltas a demasiadas cosas y a la frase de marras y entónces abrí la boca ignorando al mendigo que parecía que ya nos había dicho todo lo que tenía que decir-¿La frase al revés no sería: Sator y arepo, tenet, opera, rotas?-digo con dificultad intentando no trabarme.-Es decir, letra por letra y no palabra por palabra. ¿Qué opináis?¿Tiene algún sentido? ¿Qué dice al revés?Sator y opera se repiten, así como arepo y tenet. 

Después de este esfuerzo miro al mendigo y miro a Artie y Rachel. Al profesor y a Henry los dejo pensando en las palabras al revés. -¿Vamos al desván?y......¿Cómo nos enfrentamos a esa cosa si sale? Supongo que es mejor todos juntos que no el "vigilante" sólo contra la cosa.....que seguro intenta interrumpir el ritual.-Cojo la pata de la silla que llevaba el mendigo en la mano, la cojo con un pañuelo para no mancharme las manos. Miro a Rachel y respondo-Querida, no se si había algo fuera. Pero si hay algo ahí dentro es posible que salga nada más abramos la trampilla. -Busco algún palo que sobresalga, quizás la trampilla tenga una pequeña escalera incorporada.

- Creo querida... - Hizo una breve pausa. - ¡Vaya! Creo que me dijiste que no te llamara así. Me sale solo. - Sonrió. - Lo que quería decir es que igual, es preferible no abrir todavía el desván. Creo sinceramente, que será mejor esperar a que Warren y Henry hayan preparado el terreno. Me refiero a que es primordial recrear los dibujos, los glifos custodios. ¿Se dice así? - Miró a Rachel. - Ella tiene razón. Acabemos de revisar el sótano. - Se acercó entonces a Anna y señaló las palabras mágicas. - Que se repitan es pura simetría. Cada una de las palabras es un palíndromo y las cinco palabras en conjunto, también lo son. Muy ingenioso la verdad. - Sonrio de nuevo orgulloso de lo que acababa de decir. - ¿Volvemos al sótano mientras los académicos hacen su trabajo?

Estábien, vayamos al sótano-digo convencida.-pero no creo que dejar a esa cosa suelta mientras recitamos lo que sea ese trabalenguas no creo que sea buena idea.......irá por nosotros y sólo uno será el "guardian".-Digo sintiendo un escalofrío ante la idea de esa cosa suelta matándonos uno a uno mientras nos perdemos en rezos extraños.-Aunque supongo que no podemos herir a un fantasma, tocará confiar en el ritual.-digo resignada encogiendome de hombros.-No tengo problemas en que me llames querida, querido......es esncanto, muñeca y esas cosas que seguro que llamas a otras chicas.-digo sonriendo.

El sudor en la frente de Warren era notorio, ahora todo parecía haberse desmadrado con la aparición del mendigo. Le ayudo a ponerse en pie y le doy sus cosas despúes de registrarlas, por si ha ocultado algo de la casa que nos pudiera servir. - Si no recuerdas nada más que pueda ser de utilidad, puedes marcharte.

Una vez concluido eso, me puse con Anna y las palabras. - En realidad, si lo leemos al revés, letra a letra, el cántico es exactamente el mismo que cuando se invoca, por eso creo que no debe ser así que debemos leer al revés las palabras. Fíjate bien y entenderás lo que te digo, aunque siempre es posible que este pobre viejo se equivoque.

Cuando con todo el ímpetu del momento se pusieron a intentar abrir la trampilla, la vena de mi frente engordó de forma considerable. - A ver, un poco de previsión, si alguien toca esa trampilla sin tener el ritual listo, yo salgo de aquí como alma que lleva el diablo, me monto en el coche y os buscáis las habas vosotros. Soy viejo, pero sigo sin tener ganas de morir. - Digo tajante aunque me tiemblen las piernas.

- Necesitamos dibujar la estrella con algo, creo que lo mejor sería dibujarla justo debajo de la trampilla y colocar los glifos protectores alerededor, tanto en el suelo, como de la trampilla, para conducirle y atraparle allí. La estrella debe permanecer intacta o podría ser liberado. Si lo hacemos bien, deberiamos poder retenerlo mientras concluye el ritual. - Suspiro cansado y llamo a Carter, para que tome nota de los pasos del ritual y tareas pendientes, con la esperanza de que el resto escuche y vean si hay cosas de utilidad por la casa.

- Según el diario que nos dio Merryweather hay que seguir los siguientes pasos: Encender la chimenea, así que necesitamos madera seca y algo con lo que encenderla.- Continuo revisando el diario - Aquí dice que

Dibujamos con tiza una estrella de cinco puntas en el suelo, marcada con los símbolos apropiados e iluminada por dos cirios negros, situados cerca del centro y flanqueando el ámbar que encierra al espíritu.

- ¿Alguien ha encontrado el ámbar? Quizas si lo ponemos, podamos atraparlo dentro. ¿Y los cirios negros? ¿Alguien los ha visto? Veamos como continua...

Los demás se sientas formando un círculo mientras yo, que he sido elegido "vigilante" para proteger contra los espíritus maléficos, me siento en el rincón más alejado de la habitación

- Esta parte es fácil, esta controlada. Veamos si dice algo de los polvos...

Marion lanza un puñado de polvo a la chimenea y produce un humo hediondo que oscurece las llamas que, en este momento, arden con unn chisporroteo de color verde y marrón. Los que están sentados comienzan a entonar el cántico en latín.

- Hay que comporbar los polvos que encontramos, a ver cual de ellos se usa con la chimenea. También dice que después del desastre, el cual es mejor omitir, ejem, volvieron a recoger sus cosas, así que es posible que no tengamos todo el material... - digo con aure preocupado. - Pero los glifos son importantes, al final lo menciona:

Los símbolos de protección, que Marion grabó con tanto entusiasmo en tiempos mejores (unos tiempos que ahora quedan tan lejanos), parecen ser eficaces, e impiden que la criatura entre en la casa, salvo en el desván.

- ¿Tenemos claro lo que necesitamos?

- Yo puedo ser el vigilante. - Dijo entonces Gumshoe. - Ya visteis como me las di con el no muerto de la mansión Corbitt... - Se regodeó con aquel asunto.

Poco después se arrepintió un poco, pues al zombie del caso anterior podía destruirle a balazos, pero si el de aquella granja era como decía el vagabundo, un ser incorporal... igual no le iba tan bien. Aunque ya lo había dicho e iba a mantener su palabra. No iba a quedar ahora como un cobarde. 

- No hemos encontrado ni las velas, ni el ámbar... - Respondió entonces a la pregunta de Warren. Eran elementos que parecían importantes para el ritual, por lo que necesitaban encontrarlos si o si. - ¿Usted ha visto algo de eso? - Le preguntó al señor Red. - Nos iría muy bien que nos dijera que si. - Sonrió.

Asintió profusamente a lo expuesto por el profesor. Como siempre, brillante y conciso. Lo que estaba claro es que con la tiza debía dibujarse la estrella, por lo que se dispuso a prepararlo todo para poder acometer la tarea sin mayor dilación. Sabían qué hacer y cómo hacerlo, únicamente bastaba algo de suerte y las herramientas adecuadas

-Coincido con el profesor Bedford. Quizá lo más oportuno sería, en caso de que quieran ir a investigar, que lo hagan en esta misma planta. Busquen cualquier elemento de los que necesitamos, o pistas sobre algo fuera de lugar -no se explayó más, pues sabían de sobra (de hecho incluso antes que él mismo, que era novato en la organización) qué hacer. No era una persona nerviosa, más bien fría y lógica, pero comenzó a notar un leve cosquilleo de impaciencia que no sabía identificar. Ignoraba qué ocurriría, y de hecho esperaba que nada más allá de lo planeado, pero tenía la extraña sensación de que se encontraban en una encrucijada

Un poco avergonzada por la corrección del profesor.-¡Es verdad, que tonta! 

En ese momento, con un tono de disimulado desprecio me dirijo al vagabundo al que acaba de hablar Artie- ¿Y cómo dice que escapó de esa....cosa?-Me mostré desconfiada, pero clavé los ojos en el, unos ojos que habían seducido a muchos hombres y mujeres para bien o para mal.

Me acerqué a una distancia que era un poco más próxima que la situación de confort con las personas. Podia incomodarlo o seducirlo, quien sabe. El asunto es que preste especial atención a lo que me decía, quería saber si realmente el tipo era lo que decía ser y no estaba poseido por esa cosa. Con un tono más cariñoso y con ojos brillantes le dije-Venga, cuentanoslo.....y si recuerdas algo más también-Parecía que el mundo se detenía entre el y yo, y eso era exactamente lo que quería.-Y de paso.....no sabrás dónde encontrar las velas y el ámbar¿verdad querido?-Le sonreí de manera calida, como si fuese una niña pidiendole algo a su padre.

Espero la respuesta del tipo y evaluo sus palabras.