Partida Rol por web

Tedispones a tomar el primer autobus de la magnana hacia Boston. El Greyhound procedente de Salem hace una breve parada en Arkham a las 7:30 antes de continuar camino hacia Boston.

Las calles todavia estan oscuras y la escasa iluminacion de las farolas se une a la niebla y al frio para dar un ambiente muy poco acogedor.

Finalmente en el extremo de la calle aparecen un pa de faros que iluminan la calle y pocos segundos despues para ante ti el autobus de la linea 32 Salem-Boston. Abres la portezuela con calma y el conductor comienza a expedir tu billete sin apemas levantar su rostro, que queda sumido en las tinieblas a causa de su gorra. te devuelve el cambio con frialdad y en silencio mientras anuncia alos otros 10 silenciosos pasajeros del autobus: Proxima Parada, Boston terminal.

El autobus arranca y va siguiendo la carretera de la costa, permaneciendo el conductor impasible y con la mirada fija en la carretera mientras el vehiculo acelera vertiginosamente, quiyazas hasta los 60-65 Km/H, mientras las ruedas chirrian por la inercia y el esfuerzo al tomar las curvas.

Una hora mas tarde, con las primeras luces del amanecer, el vehiculo entra en el extraradio de Boston. es increible y sorprendente lo rapido que esta creciendo esta ciudad.

Unos minutos mas tarde el autobus aparca en la darsena correspondiente de la Boston Coach Terminal. Puedes notar el frio y palido, casi cadaverico, rostro del conductor clavarse en tu nuca mientras desciendes.

Poco despues estas ya caminando por las bellas y tranquilas calles de Boston.

Una bella y centrica mansion alberga el centro judio de Boston, el mas gfrande de todo Massachussetts: un bello edificio de pulcro y limpio ladrillo con un cartel blanco al lado de la puerta con una dorada estrella de David en su centro y unas letras negras que dicen " centro Judio de Massachussetts ".

Accionas una cadena situada al lado de la puerta y escuchas primero el sonido de una campana seguida de unos pasos tranquilos y calmados que avanzan arrastrando los pies en el interior. Te abre lapuerta Moses Lübzer, el viejo encargado del mantenimiento del edificio. Su negro bonete destaca sobre sus canos cabellos. Te mira con sus pequegnos ojos miopes situados tras sus gruesas y redondas gafas sobre su ganchuda nariz. Se hace a unlado al reconocerte y te invita a pasar.
Shalom, Mr Bauberg

Paul se coloca el kipá en la cabeza y saluda solemnemente a Moses con un Shalom.

Una vez más Paul se debate en la entrada del templo. Su educación le obliga a creer en esto a cumplir con sus deberes religiosos, pero su mente se ha liberado de esta parafernalia. En el momento que empezó a vender en el mercado negro objetos de arte y antigüedades, es como si hubiera hecho un pacto con el diablo. Bajando la cabeza intenta no mirar directamente a los ojos escondidos tras los gruesos cristales, esperando que le indiquen que puede pasar.

El segnor Lübzer se encoge ligeramente ante el frio de la manana que se cuela por la puerta abierta.
Mucho tiempo sin verle, Sr. Bauberg. Pase, pase o no ganaremos para calefaccion. dice mientras mueve la mano repetidamente indicandote que pases.
Mucho tiempo sin verle por aqui. murmura mientras cierra lapuerta a tu espalda.

He estado ocupado musita el anticuario

Aunque se que no es escusa para descuidar mi asistencia a la sinagoga

Paul se desembaraza del pesado abrigo de paño que lleva, agrdeciendo la calefacción y se dispone a ocupar un lugar en el templo para orar, recitar la Torá siempre es un ejercicio que calma, es simple, sin ambiguedades, reconforta el alma y disipa los malos pensamientos.

Entras a la sala de oracion.
Esta bastante bien decorada con una aterciopeladas y gruesas cortinas que protegen la sala de culto de las miradas de los curiosos que pasean por las calles.

Alli esta el rabino Goldberg, sentado en una silla: sus ropas de color oscuro que contrastan con su canosa barba instruyendo a algun estudiante con la Torah en la mano, quien permanece sentado a su lado mirando fijamente el sagrado libro. Levanta la mirada al percibir tu llegada, pero continua la conversacion teologica con el joven.

Paul se coloca relativamente cerca del rabino, aunque comienza con la Tefilá de forma individual, escucha con atención los comentarios del rabino sobre la Torah, pues como todo varón judío esta obligado a estudiarla.

Espero que en algún momento pueda acercarme a el para preguntarle sobre las frases en Yeddis.

Tras una interpretacion basante interesante de este doctor de la Ley de las profecias de Isaias, este se despide de su joven estudiante, quien se apresta a levantarse y se dispone a retirarse de la sala, sasludando levemente con la cabeza.

El rabino Goldberg cierra con cuidado la Torah, y te dirige una mirada fria y distante, como suele ser normal en el, pero que bien sabes que no es nada personal.
Shalom saluda.

Paul mira durante un instante al imponente rabino, para luego bajar la cabeza. El contacto de sus ojos gélidos es como si al orondo anticuario le reprocharan sus actividades menos legales, aunque Paul de sobra sabe que el rabino desconoce sus andanzas, el temor de una acusación por parte del clérigo hace que se le erice el pelo de la nuca.

Shalom, rabino Goldberg, ese joven es un privilegiado de contar con tan sabio maestro.

Sin duda es un joven impetuoso pero con un gran afan de conocimientos. dice sin dar muestras de sentirse halagado por tus palabras mientras te indica un asiento a su lado.
?Ha venido en busca de consejo, sr. Bauberg? somos conscientes de que Arkham no esta precisamente cerca de aqui, pero le echabamos en falta en nuestra comunidad. Nuestro numero es nuestra fuerza.

Como decii vuestra sabiduría queda patente, pues, en efecto busco consejo.

Paul saca del bolsillo de la camisa un papel doblado con algunas anotaciones.

Entre las viejas pertenencias de mi abuelo, el fundador del negocio que regento, encontré estas notas y por desgracia no entiendo la vieja lengua, esto es lo que dice:
Vermiis Mysteriis Brukhtsol , Egiptsch Kastn

Que Yave me perdone por no contarle toda la verdad al rabino.

Probablemente son anotaciones de alguna obra de arte, pero hay algo que me intriga en esas palabras.

mmmm... veamos.... dice mientras se coloca sus gafas sobre su ganchuda nariz y observa con atencion.
Es yiddish, en efecto. Significa libro de Vermiis Mysteriis; y caja egipcia. Levanta la mirada de los papeles que le has mostrado.
De Vermiis Mysteriis es Latin. Significa "de los misterios del gusano" dice con su tono aburrido y monotono, aunque dando a entender la existencia de una leve curiosidad, mientras sientessu gelida mirada traspasando sus pupilas intentando desentragnar los misterios que tu alma no le ha terminad de contar.

Paul pasa su mano por el menton pensativo

Umm, interesante, aunque no le veo ninguna relación. Gracias de todas formas, rabino.

De nada, de nada. Ya sabe que aqui en esta comunidad todos nos ayudamos, especialmente mientras estemos en tierras de gentiles. Es lo menos que podemos hacer hasta que tengamos dinero para comprar nuestro propio estado que nos de seguridad. dice mientras carraspea ligeramente y segnala con su cabeza la caja de los donativos que serviran para comprar un estado donde eregir la Nueva Jerusalen,

Paul observa el cepillo y ante la duda de como valorar en efectivo el consejo dice:

Tal vez deseéis visitar mi tienda un de estos días, estaría muy complacido en contribuir a la belleza de este templo con alguna de las antigüedades que allí reposan. Tengo la esperanza de que alguno de esas piezas esté a la altura de tan alto cometido.

Ah, segnor Bauberg, sabe usted tan bien como yo que cuando se tiene que comprar un reino los bancos solicitan dinero en efectivo y no bellas piezas decimononicas. Ahora, segnor Bauberg, si me disculpa, tengo mucho que hacer. dice para posteriormente estrecharte la mano y acudir hacia la habitacion posterior, donde sabes que el sabio maestro se encuenra haciendo una reinterpretacion sobre los manuscritos del mar Muerto.

Bauberg mete 5 dólares en el cepillo y se despide, antes de salir por la puerta se gira y recorre con la mirada el santuario, como aquel que no sabe si se va de casa o se vuelve a ella.

En la calle se cobija en una grueso abrigo de paño y camina contra el viento en dirección a la biblioteca de Boston, mientras en su cabeza pasan algunas de las explicaciones del rabino sobre los pasajes de la Torah.

Apenas 10 minutos mas tarde llegas hasta el 700 de Boylston St. , donde se encuentra la gran bibliteca publica de Boston, con unas bellas arquerias en la fachada en una zona muy agradable, justo enfrente de una bella y tranquila plaza

Accedes al interior, donde hay una atmosfera bastante tranquila y pausada, apenas rota por el eco que producen tus pasos al contacto con un bellisimo mobiliario de caoba y unas bellas lamparas de aragna de estilo muy clasico que dan un aspecto muy sobrio al edificio. Tus ojos no pueden evitar admirar la belleza de la arqueria que da al patio interior del edificio, ahora desierto.

El edificio se encuentra bastante tranquilo. Un hombre calvo y con un bien recortado bigotillo hojea el Boston Globe desde el mostrador de informacion, mientras emite algun que otro bostezo.

Busco la sala de lectura y los archivos en el caso de ser accesibles. En caso de no encontrarlos me dirijo al mostrador de información.

La sala de lectura es una habitacion de grandes dimensiones y con una boveda de medio cañón. Numerosos volumenes se agolpan en las estanterias laterales, ordenados por materias.
En estos momentos la sala esta medio llena, con unos 60 caballeros estudiando sus volumenes mientras guardan un sepulcral silencio apenas roto por el paso de las hojas.
Tus pasos se dirigen hacia la zona central de la sala en medio de este silencio apenas roto por tu fatigosa respiración y por el golpear de tus zapatos contra el suelo.

En la zona central se encuentra el archivo general con una ficha por cada libro existente en el edificio, para consulta del público. En la pared izquierda, se encuentra además un escritorio y otro archivo para uso de los auxiliares de biblioteca.

Paul se dirige sirectamente al archivo, previa consulta de un reloj de bolsillo de latón y cobre que se aferra a su camisa mediante una tintineante cadenita.

Frente al archivo trata de ordenar sus pensamientos para encontrar información acerca del misterio que atañe a la cajita egipcia. En primer lugar busca sin muchas esperanzas el "libro de Vermiis" o referencia a el, sino busca todo lo que pueda encontar de la dinastía a la que pertenece el objeto y referencias claras a el.