Partida Rol por web

¡Qué jornadas más aburridas!

¿Es que acaso no podía suceder algo que, sin revestir mayor importancia, alterase un poco la tediosa monotonía? ¿Cuándo había sido la última vez que se había pasado un explorador o un bardo pidiendo cobijo para pasar la noche? Los viajeros solían ser fuentes de inagotables aventuras cuyas narraciones eran deliciosas de escuchar. Tampoco ningún comerciante se había paseado por los alrededores ofreciendo productos milagrosos, ninguna bruja había pasado ofertando pociones contra todo mal, ni un ladronzuelo del tres al cuarto había pasado por la zona intentando rivalizar en pillaje con la joven Violet.

Nada. Ni un alma. El caso es que hasta el tiempo estaba resultando monótono: un día de sol tras otro, una temperatura agradable, y nada que hacer una vez terminadas las ocupaciones diarias del campo y el ganado.

Por este motivo, para romper la repugnante monotonía que estaba volviendo a los pocos habitantes de aquella zona ligeramente huraños, hastiados del aburrimiento y perezosos por el calor, el joven Demian se encontraba ante la casa de Violet, lanzando piedrecillas contra la ventana del cuarto de ésta. Al poco, la joven se asomó. Su amigo, cuya familia poseía la granja vecina, había acudido para proponerle darse un garbeo por el bosque. Aunque el bosque cerrado no era un lugar demasiado seguro, si no se adentraban demasiado no deberían correr mayores peligros, por lo que Violet preparó un pequeño petate y salió de la granja para reunirse con Demian. Juntos emprendieron la marcha.

Al cabo de un rato de deambular cerca de las granjas, y antes de adentrarse en el bosque, hallaron a un joven medianillo aburrido como una ostra, tumbado boca abajo cuan largo era en el tronco de un árbol caído. Era el joven Wimper, un mediano muy jovial que aspiraba a convertirse en un gran explorador. Al verlos acercarse, sonrió contento. ¡Por fin aparecía alguien con quien distraerse un rato!

Al escuchar el propósito de sus amigos humanos, no dudó en pedir permiso para unirse a ellos. Demian se sentía un poco al cargo de sus acompañantes, pues ambos eran más jóvenes que él. Además de por la edad, su aún escasa formación como paladín le hacía sentirse un poco sobreprotector con toda criatura viviente a la que él creyera dotada de buen corazón. Violet era despierta y algo ladronzuela, pero la sabía de talante amigable, y Wimper era, en palabras de sus escasos conocidos, un cacho de pan.

Cuando Wimper regresó del interior de la casa con el permiso para partir y un petate en su hombro, los tres amigos reanudaron la marcha, contentos por estar haciendo algo para escapar del aburrimiento.

El tiempo era delicioso. Hacía bien poco que los tres amigos habían almorzado, y la tarde iba a ser larga, pues oscurecía muy tarde. Por lo tanto, había unas cuantas horas libres para poder disfrutar de un agradable paseo por el bosque. Pese a llevar viviendo bastante tiempo en la zona, el porcentaje de terreno boscoso que los tres amigos habían recorrido era abrumadoramente escaso. Siempre se habían oído tantas historias sobre el peligro que acechaba en cada rincón del bosque que la mayoría de los habitantes de la "zona segura" -donde vivían los tres jóvenes- nunca se habían adentrado a fondo entre el espeso follaje y la densidad de la arboleda. Se habían contentado con explorar la zona considerada segura, que no era precisamente un área pequeña. No obstante, años y años de no vislumbrar ningún peligro por ningún lado, más que el ataque de alguna ocasional fiera salvaje, condujo hacia un menor temor respecto a la zona. Incluso era bien conocido por todos que un puñado de familias habían instalado sus hogares mucho más allá de los límites donde el terreno supuestamente peligroso comenzaba. Bien se sabía que no les iba mal, pues cada cierto tiempo se acercaban a la zona segura a intercambiar productos con otras granjas, sin reportar nunca ningún peligroso suceso de interés.

Por ello, aunque los tres jóvenes iban armados, ya que tampoco era cosa de tentar al peligro, cabe decir que no se sentían especialmente desconfiados, ya que aquellas historias de los peligros que acechaban en cada rincón más parecían meras leyendas que historias basadas en testimonios reales.

El paisaje era de una hermosura sin igual. Altísimos árboles solamente dejaban penetrar la luz entre las ramas, moteando la iluminación del sol sobre la hierba del camino. A lo lejos se percibía el caudal de un riachuelo manando alegremente, y cada cierto tiempo se veía algún animal salvaje correteando entre los árboles y los arbustos, un ciervo aquí, un conejo, allá, hora un jabalí, hora una liebre... ¡Qué bonito era pasear por el bosque!

Los tres amigos se sentían contentos por haber tomado la decisión de pasear por allí. No sólo habían acabado con la insulsa monotonía de aquella semana, sino que el bucólico escenario por el que se estaban adentrando los había hecho sentirse de buen humor. Sabiendo como sabían que aquella zona era el inicio de "la zona peligrosa", aunque ninguno creyese que se iba a encontrar ningún mal, invitaba a soñar despierto con alguna aventura aguardando por "un héroe" que la resolviera. Realmente ninguno creía que se iba a encontrar nada remarcable, pero soñar era grátis.

- Cuantísimos animales hay por esta zona del bosque.

Habíamos decidido pasar de la zona segura hoy, Demian vino a por mi para dar un paseo por el bosque pero después de charlar un rato decidimos que hoy sería el día en el que iríamos más allá. No sabíamos que nos esperaba en el interior, pero podíamos ir hasta la zona de viviendas nuevas. Sólo hasta allí. Y luego volver a casa y no contarselo a nadie, pues sabíamos de sobra que nos caería una buena bronca.

Mientras camino por el lado del camino, voy canturreando una canción, una vieja, de las que hace tiempo que no se oyen en la taberna del pueblo, desde que por aquí no pasan ni bardos, ni exploradores, ni visitantes de lejanos lugares...

Veo un gran árbol con un nido enorme arriba y corro a trepar mientras sigo cantando la cancioncilla que se me ha metido en la cabeza y no puedo sacar.

-  ¿Os animais a trepar a los arboles o nadar en el río? Esto puede ser divertido, y aun nos quedan algunas horas de sol para disfrutar - les sonrío a mis amigos mientras ya estaba corriendo hacia el gran árbol.

Pues Wimper estaba paseando con sus amigos los cuales habian aceptado que los aceptara para caminar con ellos juntos al bosque, habia ido a su casa en busca de algunas cosas y luego partieron, habia estado tan aburrido que luego de esto estaria bueno salir en busca de un paseo y todavia con gente que podia conocer, empezaron a meterse mas y mas hasta la zona peligrosa esperando que solo fuera un paseo normal.

 - Pues los animales me gustan, espero que encontremos alguno y lo pueda ver, me gustaria dibujarlos y algun dia poder tener un dibujo de los animales y bestias del lugar, y creo que no estoy todavia para trepar arboles, mi estatura no me deja jajaja.

Se presentaba otro día sin aventuras ni emociones. Otro día de monotonía y sencilla diversión en compañía de Violet, seguido de un montón de tareas domésticas y reparaciones de mi cabaña. No es que me queje, me gusta la vida en el bosque, pero no me fui del hogar de mis padres para llevar una vida tranquila y monótona. Yo quería emociones, luchar contra el mal, salvar a doncellas en apuros, vivir mil aventuras que contar a mis nietos el día de mañana. Pero, por ahora, la vida en el bosque no me había traído nada de eso. Tenía todo lo que necesitaba: una pequeña y bonita cabaña, algunos animales, trabajaba la tierra, y un hermosísimo paisaje que disfrutar cada día. Muchos dirían que soy un quejica, un inconformista. Bueno, tal vez lo sea. Soy feliz, no lo voy a negar, y si mis días transcurren de la misma manera hasta la hora de mi muerte, no podré tener queja alguna que decirle a Dios... pero para mí no era suficiente. Me faltaba algo.

Un día más hacía sol. Lo cierto es que mis cosechas empezaban a echar un poco en falta la lluvia, pero al menos con el sol podía salir y disfrutar de las delicias del bosque. Y, cómo no, un día más fui en busca de mi amiga y vecina Violet para ir a dar un paseo. Siempre dispuesta y con su jovialidad habitual, me acompañó.

Lo estábamos pasando estupendamente cuando encontramos a un hombrecillo bastante gracioso espatarrado plácidamente a la sombra. No había que fiarse mucho de los desconocidos por si las moscas, pero aquel hombre parecía de todo menos peligroso. Nos cayó tan simpático que le permití acompañarnos en el paseo. Digo que se lo permití yo porque, siendo el mayor y el varón, me sentía en la obligación de cuidar y proteger a Violet. Charlábamos con Wimper, el desconocido hombrecillo, y todo iba de maravilla, aunque yo no les quitaba el ojo de encima a ninguno de los dos: a Violet para protegerla y a Wimper por si nos sorprendía con alguna treta malintencionada.

No obstante, como siempre me ocurría, al poco tiempo de estar los tres juntos me relajé por completo y me sentía con Wimper como si fuese un amigo de toda la vida. Siempre me pasaba lo mismo, en seguida confío en la gente. Muchas veces, de niño, había acabado llorando a lágrima viva por culpa de eso, porque algún niño venía, a los cinco segundos yo ya le tomaba por un buen amigo, y resulta que el niño era un bribonzuelo que solo quería robarme la comida o mi espada de madera. No obstante, soy demasiado optimista y tengo demasiada fe en la gente como para no dejarme llevar por mi primera impresión. Mi madre solía decirme que, de tan bueno que soy, soy tonto. Pero bueno, es lo que hay y dudo que pueda cambiar.

Nos adentramos en el bosque un poco más de lo habitual pero, ¿qué más da? No había peligro ninguno. Dudo que, en todo el mundo, haya un lugar más tranquilo que aquel. Violet estaba muy animada y, aunque yo era fuerte y ágil, no tenía muchas ganas de ponerme a trepar o de desnudarme para darme un baño. Prefiero guardar mis "encantos" para la intimidad, sobre todo porque no quería arriesgarme a hacer el ridículo cayéndome de culo del árbol ante un hombre que acababa de conocer.

No, Violet, prefiero quedarme aquí sentado. Tú trepa o báñate si quieres, pero ten cuidado no te hagas daño, ¿eh?

Luego me dirigí a Wimper: ¿Te gusta dibujar? ¿Eres una especie de artista o solo lo haces por diversión?

Nadie se anima a trepar conmigo ni a nadar. Pero yo soy inquieta y  no puedo estarme mucho rato quieta, ni mucho rato en el mismo sitio. No los pierdo de vista mientras trepo al gran arbol que me vigila desde el camino. Una vez alli arriba distingo un largo, largo camino que se pierde entre espesura y distintos tonos de v erde y marrón.

- ¿hasta donde vamos a llegar hoy? Podriamos ir a ver la pobalción más allá del bosque. Tengo ganas de explorar... wimper, ¡¡podrias dibujarme en el arbol!! 

- Pero como no joven compañera, seria un placer poder hacer vuestro retrato en un arbol, solo soy un joven en busca de aventuras y que le gustaria dibujar, esperemos que no os pase nada en camino por el bosque, siempre intento llevarme a mi casa lo que veo, es una buena aventura.

Mientras camina al lado de sus compañeros y de vez en cuando los mira y les sonrie.

Me dedico a pasear mientras veo a Violet trepar y hablar con Wimper. Hace un día precioso y no tengo la menor gana de irme a casa, así que la idea de Violet de caminar hasta más allá del bosque me parece estupenda. No obstante, no deja de ser peligroso... Bueno, ¿y quién iba a hacer nada a tres simples viajeros que se nota a la legua que no tienen ni un ápice de riquezas?

De acuerdo, Violet. Si Wimper quiere acompañarnos, podemos ir hasta el otro lado del bosque. Eso sí, no quiero que ninguno se aleje de mí. Nunca se sabe quién vaga por los caminos y no quiero arriesgarme a que os pase nada, ¿entendido?

Violet trepó hacia la copa del árbol sin mayores dificultades y, una vez arriba, posó para que Wimper la dibujase. Demian se apoyó contra un árbol, disfrutando del buen tiempo.

Violet, desde la copa del árbol, percibió que a lo lejos, como a trescientos metros, se veía lo que parecía el tejado de una casita. Quizás se tratase de uno de los vecinos que se habían mudado hacia el interior, años atrás.

Además, a medio camino entre la zona en donde se hallaba la casa y el lugar en que estaban descansando los tres amigos se abría un espacio de terreno no arbolado. A juzgar por el hecho de que se percibía el sonido del caudal de un río fluyendo, quizás se tratase precisamente del río, lo cual explicaba la separación entre árboles. Debía de encontrarse a unos cien metros, quizás un poquito más.

- ¡¡Chicos!! No muy lejos de aquí se ve una casa... ¿que os aprece si nos acercamos? Pueden decirnos que hay por aquí para poder investigar y visitar.

Un poco más allá de donde estabamos se veía una casita pequeña, echando humo por la chimenea, por lo que debía de haber gente dentro. No había ninguna casa más alrededor y para llegar hasta allí teníamos que pasar por un enorme claro, por el que pasaba un río. Eran unas bonitas vistas ya desde lo alto del árbol, de cerca aún debía ser más bonito.

- Hay muchas vistas que serían perfectas para un bonito dibujo - le digo a Wimper sonriendole.

Bajo corriendo y dando pequeños saltos de rama en rama, tan rápido que apunto estoy de caerme en uno de ellos. ME dirijo hacia Demian y le miro dulcemente a los ojos con cara de buenisima.

- Demian...¿podemos ir más allá? Vamos... seguro que podemos encontrar animales, pescar peces, o descubrir alguna cueva o páramo sin habitar para luego presumir por el pueblo. ¡qué dices? ¿vamos?

Soy débil, lo admito. En cuanto Violet me pone esos ojitos de niña buena y esa vocecita de no haber roto nunca un plato, no puedo resistirlo y ella siempre acaba por salirse con la suya. Viéndola insistir de aquella manera, no pude negarme. Solté un pequeño suspiro y una pequeña risotada, y puse mi mano sobre la cabeza de Violet, despeinándola un poco.

Vaaaale. Qué lista eres, pequeñaja, cómo sabes que no puedo decirle que no a esa carita de inocente que pones.

Sonrío a la muchacha y me paso la mano por el pelo, apartándolo de mi cara.

Vamos pues. A ver si vemos algún animal interesante, que la verdad es que por aquí no se ha asomado ninguno. Con lo que me gustan a mí los pájaros y los conejos...

Me separo del árbol y me dispongo a ponerme en marcha. Me sentía en plena forma y con muchas ganas de disfrutar de la naturaleza. Bueno, eso no era algo raro en mí, la verdad. Cualquiera que me conozca mínimamente sabe que, para mí, no hay nada más hermoso que estar rodeado de árboles, animales y arropado por el brillo del sol. Así que, ¿qué mejor manera de pasar las horas que en aquel bosque, en busca de un lugar desconocido, y acompañado por mi mejor amiga y un hombrecillo majete?

¡Vamos! ¿A qué esperáis? ¡En marcha! Digo sonriendo.

- Espero que haya mas animalitos puesto que si es asi puedo observarlos y luego dibujarlos, chicos pero siento algo que me es raro, podemos ir con cuidado, no olvideis donde estamos y que nos pueden hacer, digo no por miedoso solo que me han llegado rumores no muy lindos de esta parte.

 Mientras los miraba y luego volvia a mirar el camino, nunca fue miedoso solo que queria mejor ir precavido.

Salgo corriendo hacia el camino que lleva más allá del bosque, al claro por donde discurre el río. Tengo ganas de conocer a la gente que vive en aquella casa que he divisado desde el árbol, a ve si nos dicen dónde encontrar lugares maravillosos y neuvas aventuras.

- Vamos Demian, ¡¡corre!! - digo muy emocionada.

Los pájaros cantan sin cesar y aún quedan unas cuantas horas de sol para disfrutar. Más adelante ya se oye el agua discurrir y salpicar las piedras.

El grupo de amigos se pone en marcha de nuevo. LLegando hasta un río de ancho caudal. No parece demasiado profundo, acaso como para cubrir hasta el cuello a un mediano o un gnomo, no mucho más.

Los tres amigos ven con resignación que no hay puente alguno, por lo que habrán de saltarlo si quieren cruzar al otro lado. Aunque el río es bastante ancho, parece factible cruzarlo de un solo salto cogiendo algo de carrerilla e impulso.

Llegamos al río, pero no había manera de cruzarlo.

Creo que puedo saltarlo. ¿Lo intentamos?

Wimper toma carrera y intenta cruzar el rio con todo velocidad, cuando llega al borde para saltar... Da un gran salto y llega al otro lado, luego de esto se seca el polvo de la ropa y mira a sus compañeros-.

- Hey Chicos demoran demasiado.. 

Yo soy demasiado pequeñita para poder saltar de lado a lado del río, ¿pódré cruzarlo a nado? Creo que voy a intentarlo...

Demian da un salto y cae directamente en medio del río. Nunca ha destacado por su agilidad, así que su torpeza le cuesta unas cuantas carcajadas por parte de sus compañeros. Luego es el turno de Wimper que, para ser tan pequeño, logra un salto ágil y elegante que lo deposita en el otro lado del caudal. Violet también da un salto pero cae poco más allá que Demian, para algarabío de sus compañeros.

Como el río no está a demasiada profundidad, ambos logran llegar al otro lado sin mayores problemas. No cubre del todo, y un par de buenas brazadas para ayudarse los llevan al borde del río. Una vez en tierra, escurren sus ropas mojadas.

Entre las carcajadas de Wimper, escucháis unos sonidos que os alarman. A lo lejos, hacia la zona en que habíais divisado la casa, se perciben voces de una mujer. Parece francamente alterada.

Se escuchan pasos, y las voces de la mujer cada vez suenan más próximas. Parece que corre hacia la zona del río.

Estallé en carcajadas al ver que con mi salto llegué nada más que a la mitad del río. Pero me reí más todavía cuando vi a Violet aterrizar en el agua un par de pasos más adelante que yo. Estaba claro que ninguno de los dos era muy ágil, desde luego. Wimper se partía de risa en la orilla, y cuando llegué hasta él escurrí mi ropa y mi pelo, y exclamé:

¡BRRRR, QUÉ FRÍA ESTABA EL AGUA!

Estaba de lo más animado cuando, de pronto, noté algo. Alcé la mano para indicarle a Wimper que bajase la voz.

¿Habéis oído? Parece que alguien se acerca. Parece... sí, creo que es una mujer. Viene hacia aquí y está bastante alterada. ¡Violet, Wimper, venid los dos aquí! No os separéis, ¿vale?

Me puse en guardia. En el fondo no creía que pudiese haber ninguna amenaza. Probablemente la mujer habría discutido con su marido o algo así y venía al río para despejarse, pero estaba al cuidado de Violet, así que era mi deber estar alerta y evitar que le pasase nada. Y Wimper, bueno, él no era nada mío, pero era mñas bien pequeñito y, en caso de haber problemas, no estaba yo muy seguro de que pudiese defenderse demasiado bien.

Salgo del río entre carcajadas, viendo a Demian escurrirse la ropa. Me quito mi capa y la dejo al sol para que se seque un poco cuando empiezo a oir los gritos. Demian enseguida reacciona, aunque yo ya estaba situada un poco más atrás que él. Me tiro al suelo detrás de unas pequeñas rocas que hay en la orilla del río. Desde ahí veo a Delian, a Wimper y lo que pueda pasar.

Me mantengo alerta, los gritos me han asustado un poco pero ya no lo estoy. Menos mal que soy pequeñita y las rocas me ocultan...

- Delian - le digo en un susurro - Yo estoy justo aquí detrás tuya. Avisame de lo que sea...