Partida Rol por web

El Medallón de Lolth

11. En busca de la caverna perdida

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07/04/2015, 14:12
Director

Notas de juego

Wimpeeeeer, pleaseeeee, que no queda nada para darle punto y finaaaaal :)

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07/04/2015, 15:14
Wimper

-No mereces la muerte Femshen. -dijo el mediano aprobando las palabras de su compañero Kaelendril- Nos has ayudado a llegar hasta aquí. Puede que tu pasado no haya sido tormentoso y que no te sientas orgulloso de él, pero no por eso debes desear la muerte. El deseo de poder te hizo realizar sacrificios que ahora te perturban y de los cuales te oscurecen el corazón... Pero puedes sanar ese dolor, Femshen. Puedes acabr con aquello que comenzaste junto a tu hermano.

Miró los medallones y observó el bastón que el elfo le ofrecía.

-Si alguien debe acabar con Mastodonte y sus descendientes, ese eres tu. Tuya es la responsabilidad... En tus manos estuvo el inicio de todo y en tus manos está el poder finalizarlo. Femshen, destruye los medallones...por favor.

Notas de juego

Tanta semana santa me ha dejado medio grogui! Perdón por el retraso y aquí estamos...jejeje

 

saludos

nanuk

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14/04/2015, 11:06
Femshen

Femshen se puso en pie, cabizbajo. Se acercó a los medallones sin atreverse a levantar la cabeza, sin mirar a su madre, ahora convertida en Mastodonte, ni por un instante.

Y lo hizo. Descargó el golpe sobre el primer medallón, y una de las arañas se desvaneció. Y siguió golpeando hasta que todas y cada una de ellas dejó de existir por fin, salvo Mastodonte.

Suspiró con violencia y abatimiento, pesaroso por todo lo que había hecho, derrotado por no haber hallado cura para enmendar el mal cometido. Había fallado una vez, y ni siquiera había podido arreglarlo. ¿No merecía morir? Lo que no merecía era vivir.

Alzó el bastón sobre su cabeza, procediendo al momento a golpear el último medallón con fiereza. Un haz de luz intenso rodeó el colosal cuerpo de la araña, quien poco a poco comenzó a desvanecerse en la nada, hasta que desapareció por completo. El medallón se había desintegrado, cumpliendo el último sueño de Mastodonte.

La historia había llegado a su fin.

Femshen agarró el bastón por los extremos y lo bajó hasta la rodilla, partiéndolo en dos. Luego arrojó los extremos lejos de sí, con una patente mueca de asco, dándose la vuelta a continuación.

-Vayámonos de aquí- dijo al pasar entre vosotros- Todo ha terminado. Ya nadie adorará a Lolth en este bosque. Dedicaré toda mi vida a que así sea.