Partida Rol por web

 Le miré unos instantes antes de responder:

 - Yo no soy de los que matan a sangre fría, una cosa es matar en medio de la batalla, pero no tolero el asesinato...

Sigo caminando por el tunel en busca de su final - No es asesinato, - sonrío sin mirar al hombre - es una acción preventiva. - sentencio encogiéndome de hombros - Ellos te matarán si tienen la oportunidad y si los detienes y entregas a la policía, escaparán o sus abogados conseguiran que salgan libres, volviendo a las calles y a delinquir, matar y hacer sufrir a personas decentes... - suspiro y guardo silencio unos segundos al recordar a mi familia - No te pido que mates a nadie, tu conciencia es cosa tuya, pero no me pidas tú a mi que los deje vivir. - concluyo mirando de medio lado al anciano.

 - Si les matas, les quitas la oportunidad de reconsiderar su vida y cambiar de aptitud, en busca de redención. ¿No sabías que Wonder Man, de los Vengadores, empezó siendo un criminal?. Y mira las cosas que logró luego, cuando cambio... - Susurré, para que nadie nos oyese.

- He pasado muchos años rodeado de esta gente... - digo sin dejar de caminar - Joder, este puto tunel es infinito. - pauso un segundo la conversación - Mi familia, toda ella fue asesinada por gente como esta, por el simple hecho de que me negué a ser un perro potenciado a su servicio. - le explico con la voz rasgada - Creeme, por cada uno que puede cambiar de opinión hay cien que vuelven a lo mismo una y otra vez. - niego con la cabeza mientras alumbro el techo del tunel por si hay alguna abertura que nos pueda ser util - No permitiré que a alguien le pase lo que me pasó a mi por tener fé en esta gentuza.

 No estaba de acuerdo con aquello, pero ahora no era el momento de iniciar una discusión, cerca de la base del enemigo, así que permanecí en silencio, mientras andábamos...

Y finalmente el túnel se acaba. No hay una puerta, es más bien una pared. Os acercáis a ella silenciosamente y rápidamente descubrís que se trata de una falsa pared. Al otro lado no hay luz y no se escucha ningún ruido.

 Miré a mi compañero, mientras me sentaba en el túnel, con mi espalda apoyada en la pared, le susurré:

 - Vigila mi cuerpo, mientras yo voy a explorar un poco...

 Entonces salgo de él en mi forma astral y, con cuidado esta vez de no ser visto, me dispongo a explorar la sala continua...

Me quedo allí mirando lo que hace aquel tipo y me encojo de hombros - Parece útil... - suspiro extrayendo un cigarrillo y encendiéndolo, total allí no había nadie...

La sala contigua es una especie de almacén, sin más luz que la que entra bajo la única puerta de salida de la habitación. Pese a la falta de claridad puedes percibir montones de suministros ¿médicos? y/o quimicos en cajas y barriles metálicos. La habitación es grande, puede que tenga fácilmente más de 60 metros cuadrados. Más allá de la puerta se oyen ruidos, como de un discurso, de hecho acaba de sonar una aclamación y el restallar de las palmas.

Te quedas con el cuerpo sin mente de Corvinus mientras tratas de relajarte un poco fumándote un pitillo, pero de repente tu agudo oído te permite detectar lo que crees que han sido gritos provinientes de más allá de la sala a la que da acceso este túnel. No gritos de auxilio o terror, no, más bien como de aclamación. Y palmas. ¿Alguien tiene en marcha una fiesta?

- A tomar por culo... - mumuro mientras tiro el cigarrillo y empiezo a andar en silencio hasta allí para ver si puedo echar un vistazo sin que me vean, era algo raro que hubiesen gritado al poco de irse el tío este tan raro y a lo mejor lo habían capturado, si él podía verlo, a lo mejor ellos podían incluso retener su imagen de algún modo.

 Me acerco más a la fuente del sonido, tomando todas las precauciones posibles, para asomarme sin ser visto y escuchar de lo que están hablando...

Deslizas la pared a un lado y accedes a lo que parece ser una especie de almacén, sin más luz que la que entra bajo la única puerta de salida de la habitación. Pese a la falta de claridad puedes percibir montones de suministros ¿médicos? y/o quimicos en cajas y barriles metálicos. La habitación es grande, puede que tenga fácilmente más de 60 metros cuadrados. Más allá de la puerta se oyen ruidos, como de un discurso, de hecho acaba de sonar una aclamación y el restallar de las palmas. Ni rastro de Corvinus, bueno, del Corvinus semi-translúcido.

Atraviesas la puerta y das a un corredor pobremente iluminado con unas bombillas leds verdes, que recuerdan a las de los submarinos. Al fondo del pasillo por la izquierda hay una puerta tipo quirófano, mientras que por la derecha el pasillo continúa sin puertas hasta girar al final hacia la izquierda. Por ahí parece provenir la algarabía. Sin dudarlo mucho y gracias a tu velocidad astral, sigues el pasillo pegado al techo (la gente no suele mirar nunca hacia arriba), intentando no ser descubierto. Hay dos guardias junto a unas puertas dobles cerradas, pero no suponen ningún problema para tu forma actual. Te deslizas hacia el interior sin ser visto.

La imagen que te espera al otro lado es dantesca: un hombre embutido en un traje verde y amarillo, pronunciando un discurso en neerlandés (holandés) al que atienden una veintena de encapuchados, con unas vestimentas similares a su jefe. A derecha e izquierda del líder, dreadnoughts, monstruos metálicos como el que te enfrentaste en el puerto, y tras él un enorme símbolo de Hydra, una representación esquematizada del legendario monstruo. Todo tiene una estética que te recuerda a la de los documentales sobre los nazis. Escalofriante.

 Decido regresar junto a mi compañero, volviendo sobre mis pasos, tratando de no ser visto. Cuando llego hasta él, le respondo:

 - No te lo vas a creer, hay una especie de reunión a lo nazi hay, hay una sala llena de tipos uniformados y de armamento pesado de todo tipo. Hay dos centinelas antes de llegar allí, pero me puedo ocupar de ellos, si tú te encargas de llevar mi cuerpo. ¿no entenderás el holandés, verdad?. Hay un tipo que está soltando un buen discurso, pero no le entiendo nada...

- Ni puta idea de holandés... - niego con la cabeza mirando los suministros médicos y químicos del lugar, todo aquello me suena... Me recuerda vagamente al complejo donde la mafia rusa me inyectó el suero y me hicieron lo que soy ahora - Pero sospecho que en este lugar intentan recrear el suero que me inyectaron... - aprieto el puño enfadado - ¿Esperas que me quede de niñera de tu cuerpo mientras tu te diviertes? - le pregunto señalando al anciano.

 Le miré con una expresión sarcástica:

 - Créeme, tendrás toda la diversión que quieras, pero no nos conviene que los guardias den la alarma y se nos echen encima un ejercito de robots asesinos. ¿vale?. Dame unos minutos y entonces lo verás con tus propios ojos...

 Luego volví sobre mis pasos...

 A continuación volví a donde estaban los dos centinelas y traté de controlar a uno de ellos...

Me encojo de hombros de nuevo cuando él se vuelve a largar así de guay, no me cae bien pienso mientras miro el reloj, en ese momento estarían echando mi serie favorita en Rusia... Y yo aquí en la puta Holanda con un tío que se cree la puta hostia... Maldigo haber tirado el cigarrillo para ir a ver si le habían capturado pues era el último y lanzo un suspiro mientras viene de vuelta.

Avanzáis hasta la entrada del almacén de productos químicos/médicos y abrís sigilosamente. Corvinus pronuncia unas palabras arcanas, palabras que acompaña con una extraña gestualización también mágica y de repente su cuerpo translúcido se separa de su cuerpo físico. A continuación Corvinus se adelanta con su forma insustancial por el pasillo (un corredor pobremente iluminado con unas bombillas leds verdes, que recuerdan a las de los submarinos; al fondo del pasillo por la izquierda hay una puerta tipo quirófano, mientras que por la derecha el pasillo continúa sin puertas hasta girar al final hacia la izquierda, que es de donde provenir la algarabía).

Corvinus trata de hacer su parte, pero de repente el ruso puede escuchar claramente:

-¿Jenkin Jenkin is er mis?

Y otra voz que le responde:

-¡¡Arj, het doet pijn, iets porren mij in het hoofd!!

Son las voces de los guardas, hablando en holandés, el primero con tono de preocupación mientras echa mano a la funda de la pistola y el segundo con las manos en la cabeza, quejándose del dolor.