Partida Rol por web

Principios de 2000, el mal llamado primer año del tercer milenio. Países Bajos, Rotterdam, principal puerto europeo.

A través de un contacto de Doctor Extraño te has podido enterar de la llegada esta madrugada de un importante objeto, sin duda con capacidades mágicas, el Vis Abdita. En el catálogo de la delegación de Rotterdam de la famosa casa de subastas Christie's aparece como un espectacular anillo de oro blanco con rubí:

Según el Doctor Extraño el anillo podría despertar capacidades latentes en un individuo con el Don de la magia. Interesado, has acudido al puerto para esperar la llegada del barco y echarle un vistazo antes que nadie. Llámalo intuición, sexto sentido, lo que quieras, pero tenías la impresión de que esa pieza nunca llegará a la casa de subastas.

El puerto es un gigantesco y caótico monstruo de muelles, grúas y almacenes activo las 24 horas del día, siempre lleno de operarios y camiones, estibadores y trenes, siempre hambriento de barcos y mercancías. En un entorno así, donde por sus instalaciones pasan diariamente decenas de millones de euros, siempre tiene que haber sombras. Esta noche en sus sombras algo se mueve, estás seguro.

 Llego con antelación al puerto caminando, tratando de no llamar la atención, vestido como lo haría uno de los estibadores que trabajan en el lugar y buscar con precaución el anillo que aguardo con mucho interés, mientras trato de sentir su presencia...

A pesar de ser de madrugada y haber algo de niebla, ves como se acerca al muelle un enorme barco mercante, el buque danés Louis Maersk, con más 270m de eslora y en torno a los 30m de manga, un barco contenedor que lleva casi 20 años de servicio transportando más de 3.000 contenedores en cada viaje. En sí mismo un enorme laberinto de contenedores de carga, pero cuando está a unos 150m del muelle, guiado por la embarcación del práctico del puerto, comienzas a sentir la presencia en él de un objeto mágico, presumiblemente el Vis Abdita, hacia el corazón del buque.

No obstante, no es lo único que percibes: aparcado frente a la zona de atraque hay un coche caro con una mujer joven, bien vestida (traje de ejecutiva) y un "segurata", lo más seguro empleados de Cristie's. Un camión aparcado tras el coche espera las instrucciones pertinentes, con toda probabilidad el camión que llevará el contenedor perteneciente a Cristie's hasta sus almacenes. Además, a la zona llega ahora mismo un coche de la policía del puerto y simultáneamente un "trabajador del puerto" tira su cigarrillo, nervioso ante la llegada del coche patrulla, esfumándose entre el laberinto de contenedores de puerto -que llegan casi hasta la zona- no sin antes echar un vistazo hacia otra parte del puerto. Siguiéndole la mirada descubres a unos 100 ó 150m una furgoneta grande de cristales tintados y un "trabajador del puerto" junto a ella, también fumando, que mira la llegada del Louis Maersk.

 Miro al "trabajador" que está al lado de su furgoneta y trato de leer su mente, para saber lo que planea y quien puede estar involucrado...

"Joder, tiene que ser un infierno estar ahí abajo, con el frío que hace y los motores a tope resonando en tu cabeza, me alegro de estar aquí, hace frío, pero no es tan jodido. Ahí está la pasma, como siempre no se entera de nada" -piensa el "operario".

 Trato de saber si el tipo está armado, porque es obvio que no está aquí para nada bueno. Si lo está daré paso al siguiente paso de mi plan...

El sicario se encoge por un agudo dolor mental, momentáneo, causado por tu intromisión en sus pensamientos y, contra todo pronóstico, una única idea, un único pensamiento, lo invade todo, expulsándote de su consciencia con una fuerza devastadora: ¡Nunca seremos destruidos! ¡Córtanos una cabeza, y dos más tomarán su lugar! ¡Nunca seremos destruidos! ¡Córtanos una cabeza, y dos más tomarán su lugar! ¡Nunca seremos destruidos! ¡Córtanos una cabeza, y dos más tomarán su lugar!

El hombre se reincorpora trabajosamente, apretando los dientes y mirando al infinito con la férrea voluntad de resistir.

 Adolorido, y sorprendido, vuelvo a intentar concentrarme para lograr mi plan, porque de lo contrario tendría que replatear mi estrategia...

Vuelves a concentrarte en el sujeto y finalmente logras ahondar en su conciencia, en el control de su cuerpo. Tomas las riendas con mucha mayor facilidad de lo que te había dado a entender ese momento de resistencia numantina y le obligas a sacar el arma de su funda y disparar contra la furgoneta. Lo que te sorprende es el resultado, ya que la pistola no es convencional, ni mucho menos: una ráfaga brillante de energía impacta contra el vehículo provocando el estallido de todos sus cristales de una sola vez. El sicario se encoge instintivamente, evitando ser herido por los cristales, pero sigue disparando a la furgoneta, provocándole daños menores (abolladuras, ruedas que pierden presión, etc)...

Ni que hay que decir que la policía, que acababa de llegar al muelle, enciende las luces de persecución de su coche (bañando la zona en el proceso de rojo y azul intermitentemente) y arranca a toda velocidad, maniobrando para recorrer la distancia que le separa del sicario en la menor cantidad de tiempo posible.

Se ha (has) armado una buena.

 Sigo manteniendo la concentración, mientras controlo al sicario para que siga disparando al vehículo y a cualquier cómplice que salga de él o que se acerque a ver lo que pasa, esperando que los policías vean que no se trate de un arma convencional y pidan refuerzos, mientras trato de recordar si había escuchado antes las palabras que había escuchado en la mente del sujeto...

El hombre sigue disparando sin compasión contra la furgoneta, que rápidamente pasa a convertirse en un guiñapo, sin que aparezca nadie para detenerlo más que los policías. Los dos agentes rápidamente toman el control de la situación, apuntándole y gritándole que arroje el arma y se tire al suelo.

Y mientras tanto tratas de recordar de dónde te suenan esas palabras. No son exactamente místicas, no, no las has leído en ningún pesado volumen de magia. Ah, sí, formaban parte de la declaración de un sicario de Hydra al que pudieron atrapar y que salió en las noticias. No conoces la frase completa, pero hace referencia a dos cosas, la mitológica Hidra de Lerma, un monstruo de 7 cabezas al que le crecían dos cabezas por cada una que se le cortaba, y al hecho de que es una organización con multitud de células con facilidad para volver a renacer y expandirse. No se sabe demasiado de Hydra, sólo que no se sabe con seguridad hasta dónde llegan sus actividades, que es peligrosa y que tiene más capacidad ofensiva de la que pueden manejar los gobiernos normales... Oh, y como curiosidad, que su nombre no son siglas, a diferencia de la mayoría de otras organizaciones criminales.

 Así que Hydra está también interesada en el anillo... Bien, es mejor cogerlo yo antes...

 Hago que el tipo tire el arma y que se entregue, una vez que esté esposado, lo libero de mi poder y voy en busca del anillo, recordando al otro tipo que había visto antes y seguramente también me tendré que ocupar de él...

Mientras el sicario se entrega, el Louis Maersk, con sus más 270m de longitud, está atracando en el muelle. El ruido de sus potentes motores maniobrando lo inunda todo, eclipsando incluso los gritos de la policía. Afortunadamente para ti, aunque el buque sea enorme, no necesitas recorrerlo todo buscando un pequeño anillo, sino que sientes su presencia desde aquí: en la parte delantera, hacia el centro de la embarcación. Está claro que tienes que llegar hasta él, ¿pero como?

 Uso primero, después de buscar un buen lugar donde ocultar mi cuerpo físico, mi Forma Astral, para conocer la ubicación exacta del objeto que busco y lo que puedo encontrar allí. A continuación, después de reunir de nuevo mis dos cuerpos, me teletransportaré, a ser posible sin ser detectado, a donde se encuentra para cogerlo...

Retrocedes y te colocas en un "callejón" entre contenedores, pegando tu espalda contra uno de ellos, y formulas las arcanas palabras que te precipitan hacia el exterior de tu cuerpo, ahora sólo consciencia. En un instante vuelas por encima del muelle y te adentras en el barco, utilizando la presencia del objeto mágico como una señal de faro. Quiere la suerte que justo pases por un pasillo en el momento en el que dos hombres con traje de neopreno negro, armados con unos extraños fusiles, se desplazan sigilosamente hacia la bodega inferior, donde has localizado el artefacto. En su camino, a sólo unos metros y una corta escalera de distancia, un inocente marinero al que le quedan unos segundos para darse el susto de su vida, o peor...

 Me concentro y me preparo a usar mi magia para tomar control de uno de los bandidos...

Buena has liado de repente. El buzo al que dominas dispara a traición a su compañero, emitiendo su arma un brillo en vez de una bala, y yendo a impactar contra el pasillo, que vibra un segundo, reventando los cristales. Ha disparado, sí, pero aún así no estás seguro de que no haya desviado el disparo en el último momento. Se sabe que si los dictámenes externos impuestos mediante este hechizo son contrarios a su naturaleza, son más fáciles de resistir, aunque dudas que sea el caso. Sea como sea, su compañero ha salido casi ileso, sólo bañado en cristales, y no está dispuesto a dejarse abatir sin presentar resistencia. Raudo y veloz, se introduce en la puerta más cercana, para refugiarse de los disparos de tu amigo.

De la escalera asoma la cabeza del marinero, alarmado, pero vuelve a bajar rápidamente cuando ve al buzo armado y disparando.

 Controlando a mi marioneta, le ordeno que persiga a su amigo y abra fuego a la menor señal de verlo. Con suerte el otro no esperará una maniobra tan suicida y le tomará por sorpresa. Si mi marioneta es abatida, a continuación trataría de tomar el control del otro buzo...

La "marioneta", como así habías ordenado, ataca y vuelte a atacar. Los impactos se suceden contra el pasillo, con un intercambio en dirección opuesta, hasta que el marco de la puerta se deforma por los impactos y tu marioneta consigue encajar justo ahí un disparo -más de manera fortuita que intencionada, casi seguro-, resultando en un buzo proyectado varios metros atrás, estruendo de cachivaches rotos y gemidos de dolor, pero no una réplica.

 Me acerqué para comprobar su estado, manejando a su compañero, para saber si seguía vivo y quitarle cualquier arma que tuviera y atarlo. A continuación, si no había incidentes, iría a buscar el anillo, manejando al criminal...