Partida Rol por web

Tras escuchar a Tenebrae observé los arrecifes desanimado.

- Es cierto que no somos los primeros, pero no creo que mucha gente se anime a bajar el acantilado. Además, puede que un rapiñador haya pasado por alto cosas que para un ojo experto valen dinero. ¿Tu que piensas August, habrá algo de valor?

Volví a dirigir la mirada hacia los naufragios, y escudriñé el panorama, entonces vi algo que el Paladín había pasado por alto.

- Tenebrae ¿Qué crees que es aquello?

Perderíamos un día en bajar a ese lugar, buscar y volver a subir.

Le replicaba Tenebrae que tenía siempre presente el tiempo que pasaba, sobretodo luego de ver de nuevo aquel acantilado que con un paso en falso, todo podría terminar en una muerte inevitable. Pero por otro lado, cuando escuchaba como el drow le decía aquello, él enarcaba una ceja para mirar de nuevo hacia abajo, no notaba nada que lograra llamar su atención.

No veo nada.

Le terminaba diciendo, no notaba nada diferente en aquel lugar, aunque intentaba ver mas o menos en la misma dirección que el drow. Pero por dentro dudaba que fuera algo tan significativo como para ir a buscarlo y desperdiciar un día de viaje.

El hombre señala a una playa cercanamas bien una pequeña cala entre los acantilados y dice:

- Mi intencion es descansar para comer ahi, un par de horas, estamos a apenas 5 minutos, el tiempo que dediqueis mientras comeis es cosa vuestra mientras yo este seguro

El hombre sonrie levemente y añade:

- Algunos rapiñeadores me han vendido cosas encontradas en estas costas, si quereis mirar aprovechad y sobretodo quedaros con el olor del mar ya que en cuanto salgamos de la playa no volveremos a ver el mar y solo veremos montañas.

Ducky mientras observa se da cuenta que algo no muy lejos brilla, gracias a su fina vista puede ver que es una extraña armadura que la lleva puesta aparentemente alguien que no se mueve

Pongo una mueca de felicidad y sin pensármelo dos veces busco el mejor camino para bajar hasta los destellos brillantes.*

Se va a enterar el paladín éste si merecía la pena o no parar. Como sea una armadura de escamas se la venderé por cien-mil gians. Fantasee mientras me acercaba a los restos. A escasos metros me percaté que aún había alguien dentro de la armadura, no podía ver bien el estado del cuerpo pues estaba tumbado boca abajo, pero por un instante recordé los cuerpos descritos en todas las historias de naufragios: de un color cerúleo, cubiertos de algas, e hinchados por el agua.

Esperemos que este esté en mejor estado o habrá que llamar a alguien para que se la quite. Que asco...

Cuando me encontraba junto al cuerpo le lancé una patada al costado para ver si podía darle la vuelta.

Al escuchar los planes de August, Tenebrae seguía pensando en que no valía la pena el esfuerzo de descender por el acantilado para intentar buscar algún tesoro perdido, incluso si aquel comerciante aseguraba que le hubiesen vendido algunas cosas de aquel naufragio.

Descuide, por el momento cuenta con mi espada y este lugar parece ser muy tranquilo... Si las amenazas son como los asaltantes que atacaron al Drow días atrás, no hay mucho de que preocuparse.

Aseguraba Tenebrae que se mostraba dispuesto seguir al jefe de la caravana, comer un poco y esperar a retomar el camino, en el naufragio no parecía haber amenaza alguna, por lo que ese Drow debería estar seguro, siempre que logre descender del acantilado sin matarse...

Además, quisiera aprender un poco mas de esta región y del Templo de la Tierra.

Agregaba dispuesto a seguir con el camino hacia el sitio que indicó el comerciante, sería una oportunidad muy buena para aprender sobre el lugar en donde se encontraba, incluso saber un poco mas del Templo de la Tierra, quien lo dirige y tal vez, solo tal vez, saber cuales son las defensas con las que cuenta.

Mientras se dirigen hacia la playa el mercader dice:

- Bueno, pues esta region no hay mucho mas que contar realmente, hay varios clanes de barbaros que son rivales entre ellos, pero desde hace unos años uno se esta imponiendo y esta logrando que se unifiquen todos, por lo que se quieren formar un reino que sea dirigido por ellos, la verdad que no es algo que me importe realmente, pero los barbaros normalmente suelen ser buenos para comerciar con ellos pero malos comerciantes asi que puede ser bastante bueno para mercaderes como yo

El grupo ya habia llegado a la pequeña cala cuando dice:

- Los elfos son ya otra cosa, son bastante diferentes de los elfos dorados, pero aun asi no les gusta demasiado que la gente entre en sus ciudades, tienen una zona especial para los extranjeros como nostros asi que estaremos tranquilos, comerciar suelen comerciar con cosas de alto valor como las escamas de dragon ah y le recomiendo no ser demasiado agresivo con ellos ya que las cimas donde esta su ciudad esta llena de dragones que son sus monturas, aunque ellos dicen que son sus compañeros.

Mientras Ducky se alejaba hacia los naufragios el mercader habla del templo:

- El templo es bastante grande, nunca me he adentrado mucho en el, pero lo que si puedo decirle es que mas que un templo parece una gran biblioteca, sus paredes estan llenas de libros de todas clases y las sacerdotisas llevan libros de un lado para otro, los paladines son como guardianes de los libros. Nunca he llegado a ver a los lideres del templo pero me dicen que son un hombre y una mujer, pero no se mucho mas ya le digo, el templo es mas cercano a una biblioteca gigantesca que a un templo propiamente dicho

Segun va acercandose Ducky puede comprobar como se trata de un hombre con una armadura extremadamente extraña, nunca habia visto algo asi, una armadura mas ceñida de lo normal y con un yelmo muy extraño, junto al hombre se encuentra una pequeña hada que parece incosciente como el, aunque aparentemente los dos respiran

Tenebrae escuchaba con atención las palabras de aquel hombre, en cierta forma entraban en un territorio un poco conflictivo debido a las puyas entre los bárbaros y el cuidado que debían tener con los elfos grises. Pero lo mas importante era cuando le narraba sobre el Templo de la Tierra, una fuente información que podría servirle mas de lo que creía, aunque un lugar así no debía tener una buena defensa...

Será interesante ver el templo con mis propios ojos... Aunque lo que me pregunto ahora, porque necesita protección? Los caminos son bastante tranquilos.

Le terminaba diciendo guardándose el resto de sus pensamientos para si mismo, debía advertirle, averiguar la situación del Templo del viento y orar... Su Diosa no se presentó aún y eso lo estaba preocupando, tal vez si le rezaba escucharía sus indicaciones aunque si no era así, tendrá que seguir con su plan de proteger las llaves y buscar a la Orden para matar a cada uno de sus miembros.

Hay algo mas que deba saber de este lugar? Hay algún conflicto con otra nación?

Preguntaba acordándose de como Vermass se había movilizado en contra del Templo, un movimiento que servio para poder ocultar las intenciones de la Orden... Puede que siguieran el mismo patrón, aunque eso tampoco era seguro porque de lo contrario, sería demasiado fácil.

El comerciante observa a Tenebrae y tras unos segundos mirando al hombre dice:

- La proteccion es necesaria en cualquier viaje, parece que no eres de por aqui, hemos atravesado los caminos de Farais el cual es uno de los reinos mas protegidos, sus ejercitos son tal vez los mas grandes y poderosos de este continente, sin embargo ahora estamos en Gaibeth y todo es muy diferente, como he dicho hay varios clanes de barbaros, la mayoria de ellos estan bajo el poder de un clan principal pero aun quedan muchos clanes menores que se dedican a asaltar mercaderes, sin contar con los bandidos del desierto de Drasenloft a lomos de sus lagartos gigantes que son muy peligrosos.

El hombre señala la carreta y añade:

- Ademas cuando carguemos las escamas seremos un objetivo muy goloso para cualquier ladron, disfruta de la primera parte del tranquilo viaje Sir Tenebrae de la temple, que la segunda parte no sera tan tranquila

Como presagiando las palabras del hombre se escucha un gran estruendo, el suelo comienza a vibrar con gran fuerza, todos los alli presentes escuchan un rugido poderoso, como si todo el oceano rugiese, sin embargo al mirar hacia delante pueden ver horrorizados como no es el oceano, sino algo que vuela sobre el, a bastante distancia y a un rumbo que no les interceptara pueden ver algo incrieble, la criatura mas grande que jamas hayan visto volando rodeado de cientos de seres de menor tamaño, esos seres deben ser grandes pero al lado de la criatura son poco mas que moscas.

Todos se quedan paralizados por el terror durante unos segundos, al menos hasta que se dan cuenta que la criatura no se dirige hacia ellos.

Retrocedo alejándome del mar hasta dar con la espalda en las rocas. Si perder detalle de aquello agarro con fuerza la ballesta como si de algo me fuera a servir y le echo un vistazo a Tenebrae. No creo que ninguno de nosotros pueda contra algo así, ni siquiera él...

Cuando parece que pasa da largo me relajo un tanto, sin embargo al poner la mano en el pecho siento como el corazón me va a mil. Me apoyo en las rodillas y agacho la cabeza para contener las nauseas y recuperar el aliento.

Miro a August a lo lejos y le grito:

- ¿Eso es un dragón? ¡Con una escama de esas yo no me hago una armadura... ¡Me hago un barco! Grito sintiéndome engañado por la falsa seguridad que había inspirado en mi.

Tenebrae comprendía un poco mas el porque ese hombre requería protección, puede que incluso contratar mercenarios luego de hacer negocios fuera arriesgado aunque por otro lado, el no pasara mucho por eso. Cuando llegara al Templo de la Tierra su camino se separaría del de ellos, tenía preguntas que debían ser respondidas, pero su objetivo era mas importante que cualquier duda.

Pero antes que pudiera comentar nada al respecto, algo pasaba haciendo que elevara su vista... Lo que sus ojos veían era un Dragon si duda alguna, pero el tamaño de aquella criatura era impresionante, tan grande como los titanes de las leyendas e incluso, mas grandes de los Dragones que él mismo escucho. Aquella criatura podría devorar con facilidad un barco mercante, podría aplastarlos como si fueran simples insectos y aunque su vuelo lo alejaba de ellos, su simple presencia era una demostración de poder... Un rival imposible de vencer.

Si... Imposible... Muchos imposibles estuvieron ante nosotros y seguimos con vida... Lo sientes no? Lo puedes oler incluso... La sangre nos llama, solo necesitamos cargar, darle caza y esperar a que toque tierra... Esa criatura no volará por siempre y cuando descanse, solo debemos subirnos a ella y avanzar, siempre hacia adelante... Sus ojos son blancos fáciles y luego, solo habrá que ir mas adentro... Si, es realmente extasiante, la victoria nos dará mas poder, el reto nos hará invencibles y si morimos... Si que sera la muerte mas deliciosa de todas.

Tenebrae permanecía de pie con una mano en la empuñadura de su espada, sintiendo como su corazón se aceleraba al igual que su respiración, la sensación de peligro, la sensación de encontrarse con un ser tan poderoso... El deseo de una lucha a muerte, de enfrentarse a lo imposible y la sensación de su interior hirviendo. Pero pronto se llevaba una mano a la cabeza mientras fruncía el ceño, un gruñido era ahogado por sus labios cerrados, una lucha por no perder el control y reconociendo esa voz sin problemas... Era su propia voz, la voz de su instinto, de aquel que se liberaba en las las luchas mas salvajes.

No... Estamos sirviendo a nuestra Diosa, estamos cumpliendo con el deber de nuestro Clan y por lo tanto nuestro... Nos enfrentaremos a la Orden, al espadachín invencible y enemigos realmente insuperables... Moriremos cumpliendo con nuestro deber, no por nuestro egoísmo. 

Respondía él con sus pensamientos, imponiéndose a dura penas para recobrar la serenidad, su voluntad inquebrantable y esa mirada inexpresiva. Pero a pesar de eso, de haber recobrado la calma interna y notando como todos parecía asombrados por el Dragón como él, Tenebrae ya no lo como un ser tan imposible de vencer...

Aquí... Todos los dragones son tan grandes?

Era lo que preguntaba Tenebrae para reafirmar su calma, no quedarse sólo con las palabras dentro de su cabeza y buscando averiguar mas de los Dragones de aquella tierra. Si todos eran de aquel tamaño, los elfos grises debían ser realmente impresionantes como para poder domarlos.

Estábamos sostenidas en el aire con nuestras alas cuando nos explicó todo eso el hombre ese. Al notar como temblaba la carreta vi el dragón y exclamé. - Jope si es enorme, ¡más que el grandullón del barco! - Cuando recordé todo lo que pasó en el barco me dio un escalofrío pero ya pasó. - ¿A dónde irá esa bestia?

Se despertó algo atontado. Se puso de rodillas, mientras apoyaba las manos en la arena, hundiendo sus dedos en ella. Miro a todos lados, sin encontrar nada mas que a la hada aleteando para mantenerse en el aire... Volvió a mirar, y se dio cuenta de que había perdido su equipo. Puto millón.. Pensó el marlockiano de cabello negro, mientras se ponía de pie, viendo no muy a lo lejos a lo que parecía ser una caravana. Se puso de píe, cuando un poderoso estruendo a sus espaldas llamó su atención. Se giro, para ver sorprendido a aquel colosal dragón, la criatura mas grande que había visto en su vida. 

Observó atento a como la criatura se retiraba, volando en una dirección opuesta a la de ellos, pero ¿cual era su dirección? No sabía si había encallado cerca de Drasenloft, o en el mismo país, aunque esperaba que así fuese, por lo menos. Tenía que conseguir a un halcón mensajero o algo por el estiló para podar enviar un mensaje a sus tierras, y solicitar así apoyo y equipo nuevo, dudaba en demasía que en estas primitivas tierras hubiese un radiotransmisor para comunicarse con las islas marlockianas.

Volvió a ver al hada, con el ceño fruncido, y aunque estaba molesto, su problema no era con ella. Al contrario, ella podría ayudarle. 

- Eh, tú... Acompáñame... - Murmuró, en un tono seco, y un tanto arisco, mostrandose autoritario con aquel diminuto ser que podía escapar si quisiese. Habría intentado agarrarla, pero notaba que sus músculos y sus reflejos no estaban en condiciones optimas para intentar hacerlo con éxito.

Así pues, inició la marcha hacía aquella caravana, con lo único que le quedaba puesto, el pantalón negro, sus botas, y la playera blanca sin mangas... Maldición...

Me encontraba a medio camino entre la caravana y el náufrago. Aún estaba pendiente de Tenebrae y August, si aquello era un Dragón común mejor que no contaran conmigo para ir a ver a los puñeteros elfos, cuando vi la figura Gabriel levantarse. "Pero qué co... esta vivo!" No sabía si ir a socorrerle o volver junto a los demás, no me atraía la idea de que August se pensara que recogía a todos los cachorritos que me encontraba, y mucho menos que me amenazara con tener que repartir recompensa...

- Vaya mierda...

En cualquier caso, en mis años en el camino, mi padre siempre me había educado en prestar ayuda a los demás. Nunca sabes cuando te puede tocar a ti. Así que, mientras veía como aquel ser enorme se alejaba y con bastante desgana me dirigí hacia el náufrago otra vez.

Cuando estuve a su lado me agache hasta ponerme a su altura y le mire a la cara unos segundos, no parecía agresivo, pero sí tenía cara de enfadado:

- Si me muerdes, aquel colgado de allí al fondo . - Señalé a Tenebrae. - Te cortará en dos.

Luego miré al hada, me sorprendió bastante su tamaño pues siempre había pensado que cabrían en un puño, pero realmente aquella medía un palmo y medio quizás más. Volví a dirigir la mirada al náufrago y le tendí la mano para ayudar a levantarse.

- Soy Ducky. ¿Por qué no vienes con el grupo y hacemos un fuego? Quizás podamos secarte esos harapos...

Observó como Ducky se les acercaba, sin cambiar la expresión de su rostro. Aún tenía los músculos adoloridos, y la piel reseca por la sal en la piel, el sudor, y el sol, ademas de la garganta seca por la sed, ¿cuanta agua salada habría tragado? Aquél sin duda era uno de los peores días de su vida.

Miró de lejos a Tenebrae, cuando escucho el comentario sobre aquel sujeto. Sonrió de lado y bufó, como si aquello le importara una mierda, al igual que el tema del hada, realmente lo único que esperaba de ella era venderla, para conseguir algo de dinero.

La propuesta de Ducky le agrado, aunque no lo demostró en su rostro, ya que aunque era un arrogante de mal genio, no era estúpido, y sabía cuando debía recibir ayuda si se la ofrecían. Trato de sonreír, negando con su cabeza, para luego pararse junto a Ducky.

- Mi nombre es... Gabriel. - Cerró los ojos un momentos, su voz se oía cansada y rasposa, más por la sed que por el estrés del naufragio, pero trató de mantener la conversación.- Agradecería su ayuda... Naufragamos, había una tormenta, y de pronto se nos vino encima una ola enorme... ¿No has visto cerca de la costa un barco encallado, lo que quedase de él? - Preguntó, con un ojo levemente entrecerrado, por la incomodidad que le producía la luz del sol.

Agarré a Gabriel por debajo de la axila y le "permití" apoyarse en mi hombro. Lo cierto es que como dudaba que aceptara mi ayuda le apreté las costillas contra mi costado para que no tuviera más remedio que apoyarse en mi. Parecía un tipo bastante rudo, pero en su estado temía que se desplomase a medio camino para luego tener que arrastrarle hasta el campamento que estaban montando.

- Pues lo cierto es que viniendo hacia aquí hemos visto varios naufragios. De echo detrás de ti hay restos de lo que en su día sería un casco, pero no se si la marea bajará tanto como para que sean accesibles.

Imaginé que sol y la deshidratación le habían nublado la vista.

- ¿Necesitas recuperar algo? Podemos preguntarle a August, el sabe de estas cosas... el sabe de todo...

Me giré un segundo hacia el hada antes de ponernos a caminar:

- ¿Tu andas, vuelas o también tengo que cargar contigo? 

Tenebrae entrecerraba los ojos cuando se fijaba de nuevo hacia abajo, notaba algo diferente y por un momento su mano volvía a la empuñadura de su espada. El Drow no estaba sola en ese naufragio y por un momento pensó que ese ser de piel oscura se estaba metiendo nuevamente en alguna clase de confrontación, aunque pronto se daba cuenta de que eso no era así a pesar de que estaba lejos como para escuchar bien sus palabras.

August, parece que el Drow encontró algo vivo entre los restos de aquellos barcos.

Terminaba diciendo esperando que el aviso hiciera que el comerciante detuviera la caravana mientras que por otro lado, no apartaba la mano de la empuñadura de aquella espada, esperando ver como se desenvolvía la situación. Si eran náufragos, seguramente habrá que auxiliarlos, aunque de no ser así pueden haber problemas y todo dependía de lo que vieran sus ojos en aquellos instantes.

- No te preocupes, podemos volar nosotras. - Dijimos a la vez mientras nos manteníamos sotenidas al aire como si fuéramos un colibrí buscando alimento en las flores.

El mercader y sus hombres se mantenian callados sin duda impresionados por la vision de la enorme criatura, sin embargo, cuando preguntan a August este responde:

- Ni mucho menos, nunca habia visto algo asi, es decir, solo he visto los dragones de los elfos grises que son de un tamaño similar al doble de un caballo, pero algo asi nunca habia oido hablar de ello.

Cuando hablan sobre los aparecidos responde:

- Si lo desean pueden venir con nostros a pie, mañana reanudaremos la marcha y tardaremos medio dia en llegar a un poblado de barbaros donde deseo hacer algunos negocios, alli podreis encontrar algo supongo

Es un hombre muy bueno August, conocí personas que los dejarían tirados.

Comentaba Tenebrae que al ver como aquel grupo aumentaba en número, buscaba descender con cuidado para prestar ayuda ya que cuanto antes lograran sacarlos de allí, antes levantarían el campamento y podría prepararse para continuar con el camino luego. Pero a medida que se acercaba al Drow y a ese hombre que parecía un mercenario en toda regla, no pudo evita fijarse mas en esa pequeña criatura, aunque lo que llamaba su atención no era el tamaño, sino esas alas que salían de su espalda.

Debemos buscar a mas náufragos, puede que no sean los únicos.

Terminaba diciendo el Paladín del Equilibrio pensando que debían haber mas, aunque esa situación le era bastante familiar en realidad... Hace no muchas semanas él mismo estaba en un barco y terminó siendo el único sobreviviente, en aquellos días el no pensaba como lo estaba haciendo, sobrevivir y buscar una forma de volver a su tierra dominaba cada una de sus acciones. No pasó mucho tiempo, pero él era consciente de todos los cambios que sufrió, como cambiaron las motivaciones que lo impulsaban.