Partida Rol por web

El ultimo ataque del elfo es algo torpe y es facilmente desviado por su rival, el hombre parece haberse recuperado en parte de la herida y dice:

- veo que tu cabeza tiene un precio adecuado a tus capacidades, te propongo una cosa, si ganas te contare algo mas sobre el asunto que nos ha traido aqui.

Tras estas palabras que decia mientra se movia en circulo alrededor de sallyrion pero no demasiado alejado ya que el circulo de personas que se habia formado no lo permitia, Jaime da un largo paso y estira al maximo tanto su arma como su brazo, la posicion pilla por sorpresa a Saryllion que trata de evitar el ataque sin embargo no lo logra y siente como la punta del arma de su riva se clava en su hombro izquierdo, la herida no es muy profunda pero suficiente como para que no pueda usar bien ese brazo por el momento

El acero muerde mi carne, y por instantes maldigo la razón de mis maestros. El combate no culmina hasta que el adversario es completamente derrotado, ya sea muerto, inconsciente o clamando rendición. Todo cuanto sucede antes no son más que fantasmas y sombras tratando de engañar al espadachín.

Y me han engañado.

Ahora la cosa está más igualada, ambos estamos heridos, pero ha dicho algo que ha llamado mi atención: ¿contarme algo? Obtener información acerca de mi hermano y sus oscuros movimientos? Quizás crea que con esa promesa me distrae, pero es muy al contrario. Tal perspectiva me da fuerzas y coraje, un feroz interés en la victoria. Nuevas energías para ignorar el dolor de mi brazo y renovar los decididos pasos de mi danza de combate.

Giro sobre mí mismo vertiginosamente, descendiendo mi espada casi hasta ras de suelo para lanzarle la "ola de tormenta", un ataque ascendente destinado a sobrepasar la guardia habitual de los espadachines.

Los pasos finalmente terminan en la presencia de dos personas,dos guardias, uno de ellos una mujer que se acerca al ver a escena y con voz autoritaria dice:

- Oye tu, no tee muevas, que le has hecho a esa joven?

El otro guardia algo mas retrasado parece observar la situacion

El movimento del elfo es bastante rapido, de hecho pilla por sorpresa a Jaime que por su posicion no esperaba ese tipo de ataque y se ve obligado a interponer su arma mucho menos resistente que la cimitarra del elfo, el fuerte golpe hace que rechinen las armas y es entonces cuando algo pasa, un cilindro metalico sale por los aires, se trata de parte del arma de Jaime que ha sido cortada por el fuerte golpe, cayendo ruidosamente en el suelo.

Jaime con la empuñadura aun en la mano levanta los hombros y dice:

- Vaya parece que me pillaste en una mala estrategia, no calcule la dureza de esa arma que llevas

El impacto es duro, casi esperaba causarle algún daño con él, lo que no esperaba es lo que ha sucedido. Su arma se ha partido, apenas queda en su poder la empuñadura. El peso de mi cimitarra ha sido un factor importante frente a la fragilidad de su veloz estoque. Verle desarmado hace que sienta cierta satisfacción, aunque la herida que aún me sangra hace que adopte precauciones. Doy unos pasos atrás, aumentando la distancia de seguridad entre ambos, y solo entonces me relajo, adoptando una pose impertinente mientras camino alrededor suyo.

Allá de donde yo vengo, ser desarmado en un duelo suele considerarse algo así como una derrota ¿sabes? -Digo mientras dejo caer la hoja de mi cimitarra sobre mis hombros, acariciando la punta con la mano libre mientras hablo con aire afectado y aburrido- ¿Qué me dices, cazarecompensas? ¿Hemos terminado ya?

No albergo una especial esperanza de que así sea, pero merece la pena probar. No tenía desde el principio interés en llevar esto hasta el final, no deseo matarle. No quiero más muertes innecesarias por culpa de las maquinaciones de mi hermano.

El hombre deja caer la empuñadura y levanta los hombros asintiendo y dice:

- Claro, no tiene mas interes para mi prolongar este combate en el que claramente estoy en una gran desventaja, ademas como bien saben nuestros amigos los guardias el duelo es hasta que uno de los dos no pueda luchar y claro sin arma no se puede luchar

Mientras habla las personas se van dispersando, algunos parecen algo desilusionados pero la mayoria comentan que ha sido un combate interesante, entonces Jaime vuelve a hablar.

- Y bien, entonces supongo que querras saber cosas no? que es lo que deseas saber?

Scire pareció aliviarse. Aparentemente sus motivos de preocuación habían sido infundados, la habilidad del elfo de sobra le había respaldado cuando mas lo necesitaba. Se acercó cuando el cazarrecompensas admitió su derrota, aparentemente contenta con el resultado.

-Ahora si deberías dignarte a desayunar como es debido, y de mientras puedes charlar lo que necesites con este hombre -dijo con una sonrisa leve.

Relajo mi postura, aunque me encuentro algo incómodo, incluso molesto, ante la espectación que ha levantado el duelo. Demasiados ojos observando. ¿Quién dice que no hay al menos un par que buscan lo mismo que este Jaime? Me alegro de no haber mostrado públicamente todas mis cartas, aunque haya desvelado mi capacidad con la espada.

Ufff... Este tipo de actividades, físicas y sudorosas, no son para mí. Ni finas ni elegantes. Será mejor regresar dentro y disfrutar de un generoso desayuno mientras conversamos en privado...

Accedo a la inteligente y afortunada propuesta de Scire mientras sacudo mis ropas, ya con la espada en su funda, y separo el tejido de la piel de mi pecho haciéndolo oscilar para airear mi sudor. Una vez dentro regreso a la mesa que habíamos dejado anteriormente mientras medito lo que voy a preguntar.

A decir verdad, hay tres cosas que quisiera saber, si es que tienes conocimiento de ello. La primera es sencilla: cuales eran tus instrucciones para conmigo. Si matarme, llevarme a algún lugar o ante alguien... La justicia de los Reyes Eternos no está detrás de esto, puesto que ya fui sometido a juicio y sentenciado por ello. Estoy cumpliendo la pena impuesta, de hecho. -Y temo saber quién está detrás de todo esto- También quisiera saber si tienes conocimiento de que se haya contratado a otros con el mismo propósito, y lo que puedas saber de ellos. Por último, aunque no albergo esperanzas de que puedas arrojar luz sobre ello... ¿Sabes algo sobre mi familia, la Casa Lionforge?

El hombre asiente y comeinza a hablar tras agradecer a la camarera el desayunoq ue trae a la mesa:

- Me ordenaron acabar con tu vida o simplemente incapacitarte, al contratista no le importaba demasiado simplemente era menester hacer que no fueras capaz de usar mas tus habilidades combativas y a ser posible magicas, pero no era ese el unico objetivo, de hecho fui contratado a traves de uno de los contactos habituales, y no me extrañaria que contratasen a mas personas para hacer el mismo trabajo y no puedo ayudarte en cuanto a sus capacidades o cualquier dato sobre ellos ya que unicamente ese contacto podria tal vez conocerlos y eso si es el unico con la capacidad para contratar para este trabajo.

En ese momento comienza a aparecer por las escaleras Eliza con cara de sueño aun algo alejada Jaime aprovecha para decir:

- Ademas en el contrato habia una segunda mision y era la de asegurar a esa niña por la descripcion estoy seguro que era ella, al parecer la quieren para algo y habia que llevarla a Lodoss

Cuando Eliza llega se calla repentinamente y añade:

- Sobre el nombre de vuestra familia investigue un poco y tengo entendido que es una importante familia noble elfica pero no se mucho mas

Eliza se sienta y dice:

- Buenos dias

Su voz sonaba cansada y podian verse ojeras en sus ojos, aparentemente no habia dormido mucho o al menos habia dormido mal. Cuando le traen el desayuno comienza a comer algo desganada

Las confesiones del caza recompensas hacen que me suma en una profunda meditación. Tomo un vaso con leche fresca y le doy un sorbo con aire ausente, mientras la imaginación o la astucia hacen de las suyas y pienso en las implicaciones de lo revelado. Las órdenes no son exclusivamente matarme o llevarme ante él para verme ante su verdugo. Las condiciones incluyen dejarme incapacitado para la espada y la magia, y eso no es en realidad venganza. Si bien es cierto que son dos de mis aptitudes más destacadas, no lo es menos que fuera del territorio donde vivía bajo el amparo de la economía y nombre familiar habré de buscarme la vida de algún modo. Podría buscarme un oficio, llevar una vida tranquila en cualquier ciudad, llevar una vida feliz… Y a él no le importaría.

No busca venganza, no… ¿Acaso teme algo?

Dejo el vaso en la mesa, degustando el aroma de la leche ordeñada no hace demasiado. No la han licuado suficiente, no tanto como hacían en las cocinas de padre, pero su sabor es fuerte y sabroso. Cojo una pieza de fruta y empiezo a darle vueltas sobre la mesa. ¿Temerme a mí? No debía temerme desde un principio, pero ¿cómo podría temerme ahora, que soy un simple exiliado? A no ser que lo que tema sea mi posible regreso. ¿Pero por qué? Igualmente sigue siendo el Primogénito de la familia, toda la Casa Lionforge será suya. Y de su delito soy el único testigo, sin prueba alguna en su contra… Es su palabra contra la mía.

Espera un instante…

No soy el Primogénito, pero soy miembro de la Casa Lionforge, la sangre noble de los reinos de los Elfos Dorados corre por mis venas, acumulada tras generaciones y generaciones de fieles servidores al servicio de los reyes Dorados. Y no, no tengo pruebas de la culpabilidad de mi hermano, pero él tampoco tiene pruebas de su inocencia. Con mi sangre noble puedo exigir un juicio, y como ninguna de las versiones tendrá más validez que la contraria, por ser de la misma escala social, podría solicitarse un Juicio por Combate. Rogar a los dioses que juzguen a los contendientes, y dejar que la lucha y el destino decidan la inocencia de uno y la culpabilidad del otro. Mi hermano es mucho mejor mago que yo, pero yo puedo añadir mi habilidad con la espada a mis dotes mágicas.

¿Podría ser eso lo que teme? ¿Qué regrese, limpiando mi nombre, y le acuse hasta batirnos en duelo?

Con estas elucubraciones, aparece Eliza por las escaleras, recién levantada y sin percatarse de lo que está sucediendo. Ignorante, para su fortuna, de cuanto ha acontecido entre anoche y esta mañana. La idea de que el encargo que recae sobre ella esté conectado al mío me llena de incógnitas, pero refuerza mi idea de seguir a su lado. No obstante, creo que esta muchacha ya está pasándolo suficientemente mal por culpa de sus problemas de memoria, no añadiré una preocupación más a su pequeña cabecita.

Pues me temo, Jaime, que ese es otro encargo que no va a ser posible cumplir -Digo con una sonrisa sarcástica, dejando claras las posiciones, antes de volverme hacia la joven levantándome educadamente de la mesa hasta que tome asiento- Buenos días, dama Eliza ¿Has dormido bien? –Le hago un gesto a Scire, negando con la cabeza, para que no mencione lo que hemos oído sobre ella.

El hombre asiente y dice:

- Y bin, necesitais algo mas de mi? pues os recomiendo que emprendais viaje lo antes posible ya que el dia parece que se ira nublando y el camino puede ser mas duro cuanto mas tarde se haga

Mira a Eliza, sonrie levemente y añade:

- Y no creo que una pequeña dama como ella pueda seguir por mucho tiempo por senderos peligrosos bajo la lluvia

Scire tenía la vista fija en una taza de leche que casi no había tocado. Levantó la vista, sacudiendo levemente la cabeza, y comentó:

-Falta Belyye, quizá este tomandose su tiempo para despertar.

Giró la cabeza y miró su propia sombra. Se le antojaba mucho mas larga que de costumbre, lo cual le hizo sentir un extraño presentimiento sobre la empresa que debía llevar adelante. Pero necesitaba encontrar el libro, y de momento no tenía nada que lamentar quitando aquel asesinato que había presenciado. Se había hecho de companía agradable de forma casual despues de todo.

Eliza parece escasamente despejada, eso me da esperanzas de que no se haya enterado de nada de cuanto estábamos conversando. No quisiera preocuparla con estos asuntos. Bastante cargo yo ya con las preocupaciones que me genera mi hermano.

En cuanto Belyye se una a nosotros tendremos que ponernos en marcha –Replico, dándole la razón a Scire- Y poner cuanto antes distancia entre esta ciudad y nosotros. De hecho, creo que iré a buscarle, el muy holgazán podría seguir durmiendo hasta el medio día.

Me pongo en pie y hago una reverencia en dirección a las damas.

Con vuestro permiso…

Sin despedirme del cazador de recompensas, me dirijo hacia la escalera para subir a las habitaciones, y despertar a Belyye.

Belyye se disponia a bajar las escaleras cuandos e encuentra al elfo casi de frente, mira algo ausente y dice:

- Parece que llego algo tarde, disculpad, pero estuve hasta tarde haciendo algunas averiguaciones

El hombre baja con tranquilidad y al ver a los que estan en la mesa saluda con la cabeza meintras dice a Eliza:

- Pequeña has dormido bien? espero que hayas descansado.

Pide algo para desayunar, algo ligero como fruta y añade:

- Habeis decidido que hacer? deberiamos marcharnos ya antes de que sea mas tarde

-Si, aunque deberías desayunar algo antes.

Decidió no decir nada del pequeño gran escandalo que había sucedido de noche a la mañana, no quería invadir demasiado la privacidad de Saryllion.

-Los bocadillos de crema estan muy buenos -dijo para comer otro mas con gusto y glotonería que parecía despertarle lo dulce. El sabor le sonrojó levemente, y dibujó una sonrisa de gusto.

Belyye aparece por las escaleras justo cuando me disponía a subir a buscarle. Lo agradezco con una sonrisa, pues me ahorra el camino y así no tengo que dejar a Eliza con ese caza recompensas más tiempo del necesario. No dudo de que las dos jóvenes sabrían defenderse solas gracias a sus aptitudes mágicas, pero más vale prevenir.

Lo cual me recuerda que tendré que poner a Belyye sobre aviso de cuanto está sucediendo con Eliza. Es justo que sepa donde se está metiendo.

Ya buscaré el momento adecuado.

Haz caso a la dama, muchacho, no sabemos cuando dispondremos de otro desayuno "civilizado". -Me acerco a él para susurrarle- Pero mejor marchar pronto, hay cosas que debes saber...

El grupo comeinza el camino con tranquilidad, han podido salir de la ciudad sin demasiados problemas ya que la guardia esta pendiente de que nada suceda en el lugar. Los caminos pese a ser bastante temprano estan bastante transitados alrededor de la ciudad.

No tardan demaisado en llegar a una zona menos poblada, mas tranquila en la que apenas se cruzan con algunos mercaderes que su destino sin duda es la capital de Etoh. El sendero por el caminan es bastante tranquilo y a traves de la pradera en la que caminan pueden ver ya a bastante distancia de ellos como la capital se va alejando cada vez mas y mas con sus templos y sus fieles, la guardia y los comerciantes, en definitiva todas las personas que hacian que la ciudad pareciese realmente viva

Pero lso aventureros desean caminar y alejarse, asi transcurren varios dias en los que el camino es muy tranquilo, apenas se encuentran con algunos comerciantes y algunas construcciones, aldeas pequeñas, puestos comerciales y en definitiva lo normal de cualquier otro reino por la excepcion de que practicamente en todas las ciudades por pequeñas que sean hay algun tipo de templo o alter de cierta importancia.

La noche se acerca y el grupo decide descansar en una aldea, al parecer el templo que guarda esta dedicado a algun menor de la tierra, las casas todas construidas de roca en su totalidad parecen bastante seguras y robustas, la posada es algo mas grande que las demas casas al igual que el templo. 

Emprendo el camino con una falsa sonrisa despreocupada cubriendo mis emociones como una máscara de cerámica. Inmutable, impenetrable. Demasiados asuntos cruzan mi cabeza, demasiadas preocupaciones, informaciones incompletas y preocupantes. Trato de mantener la vista en el camino, aunque de cuando en cuando observo a nuestro alrededor, y a nuestra espalda, en busca de rostros que nos observen, o peligros ocultos. Mi postura es tranquila, mi caminar relajado, pero mi mano descansa cerca de la empuñadura de mi cimitarra.

De cuando en cuando, cruzo miradas cómplices con la dama Scire. Ella sabe lo que yo, cuanto pudimos averiguar del caza recompensas. Solicité que la dama Eliza no estuviera al corriente, por evitarle tal preocupación innecesaria. Al fin y al cabo, bastante tiene ya con su identidad perdida. Pero Belyye debe saber.

Un hermoso día ¿no es así? Ideal para comenzar nuestro camino... -Comienzo a hablar, despreocupadamente, con el extraño humano- ¿Podríamos hablar sobre un asunto privado, mientras caminamos? -Lanzo una nueva mirada cómplice a Scire, pues ella ya sabe de qué se trata, confiando en que se ocupe de entretener a Eliza mientras desvelo los problemas de nuestro viaje.

Belyye se acerca a Salyrion y dice:

- Claro que podeis acompañarme

Mira para atras durnate unos segundos como para confirmar que Scire sabia en cierta forma el porque se adelantaban y que cuidara de Eliza, sabia que por la mañana habia pasado algo, pero no sabia realmente el porque, lo que le parecio ver desde la ventana de su habitacion sin duda tendria alguna relacion