Partida Rol por web

-No se preocupe, no tiene la culpa. Y quizás desde fuera diera la sensación de que estaba persiguiendo a los niños, jugabamos al escondite-tomó asiento en una de las sillas mientras que se masajeaba el hombro, pensando-Quizás deberíamos poner un cartel fuera de "Visitas en casa" o algo así, así no se asustaran cuando me vean aqui. Es normal que me vean como un peligro para los pequeños y quieran defenderlos. Y si ese es el tito, no me quiero ni imaginar al padre. Haré luego el cartel por si las moscas...

Se calló cuando la puerta de la casa volvió a abrirse y dejó pasar a Erik. Ver como los niños lo volvían a recibir tranquilizó a May, realmente parecía una visita de un tio normal y corriente a casa de sus sobrinos. Salvo que la familia no era una familia al uso, ya lo tenía realmente claro. Seguía fascinada por la conversión que había visto ante sus ojos.

Mientras que los miraba, Erik levantó la vista y sus miradas se cruzaron. May se tensó sin querer. Era un tipo enorme y, después de lo que había visto, más aún-Sin problemas, lo entiendo, por los niños. No se preocupe-Se quedó mirando la enorme mano mientras él se presentaba, pero sus últimas palabras hicieron que se mordiera la lengua para no contestar sobre la marcha y sacar a aquel tipo de su error. Y para no reirse también. La forma de soltar la última frase era tan directa y, a su forma, tan animal, que estuvo tentada de sonreir, pero no lo hizo porque posiblemente el doctor no le vería la gracia por ningún sitio al comentario. Así que prefirió que el doctor tomara la iniciativa y pusiera las cosas en su sitio del mejor modo posible de cara a Erik, había pillado la indirecta anterior de Eduard y sabía que tenía que andarse con cuidado con él. Pero le hizo ilusión tener algo que contestarle en ese momento aparte de su nombre- May, May Guerrera de Gaia-le dijo estrechándole la mano en respuesta a su saludo.

- No tenemos ese tipo de relación Erick, la señorita Morgan es mi invitada. Los.... espíritus... guiaron a los niños y la encontraron.- Explico escuetamente, dejando de lado todo el tema de tu inmunidad y las condiciones en las que llegaste.

-Ella también tiene conocimientos médicos y va a ayudarme con mi trabajo.

Eduard resoplo.- Voy por una camisa, a ver si encuentro una que no me revientes.

El doctor fue a su habitación, donde encontró más barro y los zapatos de Liam en su armario. Cosa que causo que llamara a los niños para pedirles explicaciones. En un momento te quedaste a solas con Erick, el cual, sin saber porque, estaba sonriendo más de la cuenta.

Tomo tu mano con cuidado para estrecharla.- Es un placer conocerte. Si los espíritus te han dado un nombre significa que es han fijado en ti. No los culpo, solo que yo hubiera añadido un Bella a tu nombre.... Bella guerrera de Gaia.- comento.

Se puso detrás ti y poso sus enormes manos en tus hombros. Hizo la presión justa para ofrecerte un masaje fantástico en ellos.- Deja me compensarte por el susto de antes. No quiero que pienses que soy un animal... no todo el tiempo.-bromeó en claro coqueteo.

Miró su mano entre las de Erik. Aquello no era un simple saludo educado. Recordó lo que el doctor le había explicado y supo, cuando Erik se puso detrás de ella y comenzó a darle un masaje en el hombro, por donde iban los tiros. Estuvo a punto de decirle algo pero no podía negar que sabía dar un masaje en condiciones y que a su hombro le iba a venir de escándalo, así que lo dejó hacer.

-No creo que los espíritus estén para dar opiniones subjetivas, bastante con que me guiaron hasta aquí para que pudiera ayudar al doctor en su trabajo. Avisaron a los niños y ellos me trajeron hasta la casa, tienes unos sobrinos muy valientes.

Escuchó al doctor reclamar a los niños en su dormitorio.

-Vaya, creo que ha visto que Liam dejó sus zapatos dentro de su armario, le va a caer una buena...-no pudo mejor que decirse al saber lo que había visto el doctor-Alia-Gaia me ha comentado que sueles venir de vez en cuando a ver a los niños, ¿pasabas por aqui o has venido adrede a verlos? Les ha hecho mucha ilusión verte.

Se sentía un poco rara sabiéndolo detrás. Quería preguntarle sobre su raza, verlo de nuevo convertirse, pero intuía que interesarse por él le daría más alas y... no estaba segura de fuera buena idea. El doctor le había advertido sobre él, ella procuraba no acercarse a tipos malos porque no traian nada bueno. Así que tendría que hablar más con el doctor, sobre todo para saber como tratar con él sin meter demasiado la pata. Erik no era como los niños y cualquier cosa, en su cultura, podía significar otra cosa bien distinta a lo que podía significar para ella. Le vino otro recuerdo como un cañonazo. ¿Cuando era la última vez que ella habia tenido la mestruación? Encerrar a Liam era posible, encerrar a lo que había visto sobre ella hacia unos minutos era imposible. Intentó hacer memoria... se maldijo por no llevar la cuenta ni saber el día en el que vivía.

Las manos de Erck siguieron trabajando tus hombros, soltando toda la tensión y nudos de tus cansados músculos. Podría pasar por un masajista profesional sin problemas.

-Son unos cachorros geniales, Enfrenta la tormenta tiene mucha suerte de tenerlos.... Yo estoy buscando una hembra que quiera tener los míos.- dejo caer como quien no quisiera la cosa.- El problema es que las hembras escasean, sobretodo las fértiles y bonitas como tú.- soltó como si ello fuera un piropo normal y corriente.

Se acerco a tu oído, notaste su aliento en tu cuello y la piel se te erizo, recordando te el tiempo que llevabas sin dormir en compañía. Tal vez fuera algo en el olor de Erick, unas hormonas primitivas que despertaban el "apetito". Nada que no pudieras controlar pero que sentías claramente.

- Es un secreto, una sorpresa para los niños, su padre esta de camino. Me lo cruce hace un par de días, estaba copulando con una hembra preciosa en el bosque, es posible que al fin encontrara a su compañera y quiera presentarla a los cachorros.

Erick se aparto y siguió con su masaje, bajando las manos por tu espalda.- ¿Y que hay de tí?¿Tienes algún macho que te monte de forma regular?.- pregunto como si fuera algo inocente, en una forma torcida de preguntar por una relación estable.

No tuvo que esperar mucho para que su intuición se viera confirmada. Nunca había escuchado un piropo tan directo y tan natural, tan genuinamente animal como el que le soltó a continuación Erik.

Se puso tensa, no quería que la conversación fuera por esos derroteros antes de hablar con el doctor. Cuando percibió que Erik se aproximaba más a su espalda, a su oído, y sintió como su cuerpo reaccionaba al instante a la cercanía. Su vello se erizó al sentirlo susurrarle en su oído y su bajo estómago cosquilleó despertando a ese tipo de sensaciones que hacia siglos que nadie le provocaba. Se miró, vestida con unos pantalones de chandal y con una camisa del doctor posiblemente bastante llena de barro, sin ni siquiera peinar desde hacía dias, pero todo aquello parecía no importarle a Erik.

Entre sus reacciones primarias y sus pensamientos acertó a entender lo que le estaba diciendo al oido y se sorprendió al sentir algo más, un sentimiento que la sorprendió. Tristeza. Escuchó a los niños hablar con el doctor en el dormitorio y entendió lo que le pasaba. De alguna forma que no entendía, había empatizado tan bien con esos dos hermanos que había pensado que aquella situación que apenas llevaba horas viviendo se alargaría en el tiempo. Pero si el padre venía con su pareja quizás se los llevaría. Fuera lo que fuese ya no sería igual. Sintió un vacio en el estómago que se mezcló con el resto de sensaciones que estaba teniendo y que la estaban desarmando. Sus guardias, normalmente en alto, se estaban desmoronando.

La siguiente pregunta de Erik la hizo recordar...

-Tenía. Pero murió en una emboscada de los zombis...-Y ahora sabía cual era la siguiente pregunta que le haría, y no estaba preparada. No esa noche. Le debía mucho más al doctor y no le parecía ético por su parte dejarse llevar. Además, ¿cómo explicarle a aquel tipo que hacía años que no hacía nada por temor a quedarse embarazada y traer un niño al mundo? ¿A tener un parto complicado? ¿A no ser capaz de darle una vida digna? ¿A no vivir para cuidarlo? Si no tenía ni para comer, como pensar en tener un bebé. Eso le había supuesto un distanciamiento con su novio a partir del momento en el que los preservativos se agotaron, pero nunca discutieron sobre ese tema. El pensaba lo mismo. Simplemente se acostumbraron a aquella situación, desapareció el amor y se convirtió en dependencia, amistad. Supervivencia.

Además, aunque el doctor tuviera condones... que me aspen si hay uno de su tamaño...

Se volvió hacia él, consciente de que él, queriendo o no, le estaba provocando. Quizás algún tipo de feromona que usaban, como hacian los animales, para atraer a las hembras o quizás era simplemente que estaba aún cansada y débil por la herida, por la caminata hasta allí. Por sentir unas manos masculinas sobre ella buscando lo evidente.

-Disculpa, creo que voy a ayudar al doctor. Los niños le han dejado el dormitorio lleno de barro, por mi culpa en parte. Tengo que poner un poco de orden...Gracias por el masaje, ya me encuentro mejor.

Al verlo de frente, volvió a ver lo enorme que era. Aunque lo miró a los ojos, vislumbraba el enorme y esbelto torso, aquel vello rubio... Tenía que poner distancia entre los dos, cambiar de tema.

Se levantó con un movimiento rápido, haciendo que sonara de lo más natural, que lo hacía todo despreocupadamente, para no hacer que se sintiera mal-No tardamos en venir, ponte cómodo. Es que no quiero que los riña por mi culpa... -hizo un gesto, señalando al dormitorio y disculpándose por dejarlo solo en el salón.

- Lo siento, te he puesto triste. Soy un bocazas.- dijo por disculpa, dejando que te fueras pero sentías sus ojos sin despegarse de ti.- ¿Sabes que? ¡Hoy haré yo la cena! He traído venado, iré a desollar la pieza y a despedazar la fuera. La ultima vez que lo hice dentro me cayo una buena bronca por llenar todo de sangre.- explico.

Los niños salieron desfilando del cuarto, enfurruñados por tener que limpiar todo. Liam llevaba los zapatos en la mano y Eduard no parecía de buen humor.

- Me gustaría poder volver al laboratorio pero no estoy seguro de dejarla a solas con Erick. No es que piense que pueda hacerle daño pero es muy brusco en sus formas, no es como Jack, esta menos civilizado.- te explico.

-No, no te preocupes, no es culpa tuya para nada. Me parece una idea genial. Bueno, las dos cosas realmente. Es mejor que lo hagas fuera y, ¿quieres un consejo? Tampoco lo hagas en el jardin, escoge un buen sitio entre los árboles, qué no se vea desde aquí. El doctor te lo agradecerá. Y yo también... hace años que no como carne en condiciones y hoy voy a repetir- le dijo con una sonrisa mientras caminaba hacia el dormitorio-Cocinaremos entre todos, los niños tambien tienen que ir aprendiendo a hacer esas cosas y seguro que les encanta hacerlo con su tio.

Sentía sobre ella los ojos de Erick, sabía que ese no sería su último intento. Turbada con aquella idea, entró en el dormitorio esperando que aun no hubieran limpiado del todo para estar ocupada un rato y que se pasara el efecto de lo que fuera que la había hecho sentir viva como hacía tiempo que no había sentido.

Y justo antes de llegar a la puerta del dormitorio, los niños y el doctor salían de él, dejándola sin plan.

Asintió al doctor-El ha ido a desollar un venado que ha traido...Yo... bajaré con usted si no le importa. Me gustaría hacerle multitud de preguntas a Erick pero... no es que sea brusco... es que es demasiado directo y... creo que si me deja con él a solas un rato más me va a proponer directamente tener un par de cachorros esta misma noche-le dijo claramente, mientras notaba como volvía a ponerse colorada, pero qué mas daba a esas alturas ya-Necesito hablar más con usted para conocerlos a ellos. No quiero dar pie o hacer algo que pueda llevar a confusión y hacer sentir mal a alguien. O provocar algún tipo de enfrentamiento, sobre todo algo que a los niños los pueda confundir.

Selene te escucho y sonrió.- Si tuvieras cachorros con el tío Erick habría más niños para jugar.- dijo contenta pero a Liam no le gusto tanto la idea.

El doctor asintió y pidió a los niños que ayudaran a su tío fuera.

 - Venga, bajemos un rato mientras están ocupados. No se preocupe, Erick es primario pero entiende lo que es un no.- te explico.

- Lo que me extraña es que aun no le hiciera proposiciones deshonestas. Creo que si le pones una falda a la fregona también se las hace. 

Le revolvió el pelo a Selene a sabiendas de que no le gustaba- Serías la hermana mayor y tendrías que cuidarlos. No sé si te gustaría tanto entonces.

Solo cuando los dos salieron corriendo al exterior le contesto al doctor- Lo vi venir, no le di oportunidad de que me propusiera nada directamente. Pero se le ve venir y lo hará. Me ha dicho que está buscando pareja. ¿Una vez que se emparejan es para siempre? Creo que los lobos no funcionan así. En la manada manda el líder, es el el que tiene el derecho de aparearse con las hembras. Pero eso son los lobos, aquí estamos hablando de otra cosa lo sé, por eso pregunto. Y ¿se tomará a mal un no? Es que...no quiero que se sienta mal...- realmente no sabia qué quería y que no y se dio cuenta de que su voz trasmitía más de lo que a ella le hubiera gustado transmitir. Aún no se le había pasado el efecto de la presencia de Erik y se había dado cuenta cuánto echaba eso de menos. Un roce, una caricia, un abrazo.Pero algo le decía que Erick solo sería un revolcón, un embarazo y...ella necesitaba más. Quizás solo es que tenía miedo a lo desconocido- me ha comentado que Jack está en camino. Es un secreto, no quiere que lo sepan los niños. Haré el cartel después de cenar para evitar una situación como la de antes.

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- Me parece que no funciona así. No son tan animales en eso, el lider lidera en la batalla, los organiza pero se respeta las familias y las parejas, son todos como los clanes escoceses, solo que en lugar de falditas de cuadros se transforman. Erick un niño grande, uno muy grande. 

Eduard resoplo.- Podría haber sido el lider de su manada pero prefirió estar del lado de Jack y de sus sobrinos. Cuando supo lo que había pasado lo busco y un buen día se me planto un lobo enorme delante la puerta de casa. Me dio un susto de tres pares de...narices.

El doctor empezó a ordenar papeles e informes para completar.- Erick esta buscando una hembra para formar su propia familia. Es un lobo solitario pero no por decisión propia, siempre quiso cachorros y una mujer con la que acurrucarse en su cueva... supongo. No se preocupe, sea directa. Aceptara la negativa... pero lo siguiera intentando... no es peligroso pero es persistente y pesado como él solo. Si la incomoda dígame lo y enrollare un periódico.

- El cartel sería una buena idea pero dudo que Jack se pare a leerlo. Seria mejor poner una prenda de ropa suya junto a otra de los niños en la puerta. Entenderá el mensaje olfativo muchos metros antes de que llegue a la puerta.

-Decidir dejarlo todo por estar con Jack y los niños habla bien de él. Dejar de ser jefe de la manada debe ser una decisión muy importante para ellos . Me alegro de que sean diferentes a los lobos en sus relaciones familiares...¿Le molestará que le pida que se convierta de nuevo? Me encantaría volverlo a ver como lobo.

Se sentó en la misma silla de antes y cogió la carpeta con todas las preguntas aún sin contestar. Tenía trabajo por delante con aquello.

-​​​​​​​​​​​​Respecto a lo de la ropa es buena idea, salvo por el detalle de que solo tengo su muda de ropa. ¿Se salvó algo de lo que yo traía o tuvo que cortar para quitármela?

Leyó una de las preguntas y apuntó la respuesta a su lado.

-​​​​​​Esta pregunta puede ser interesante. La de las vacunas. Estuve un verano colaborando con una ONG en África, en Kenia, una reserva de elefantes, y tuve que vacunarme. Fiebre amarilla, difteria, tétano y polio, creo recordar. Pero hace ya muchos años de eso, no he tenido recordatorios así que no se sé si aún tendré anticuerpos.

- ¿Molestarle? ¡Estará encantado de tener la oportunidad de lucirse delante de una mujer!.- aseguro el doctor ante tu idea de pedirle cambiar de formas a Erick.

El doctor apunto los datos.-Eso es interesante, puede ser una buena pista. Si no recuerdo mal, me pasaron el informe de un hombre que había sido misionero en áfrica y que también presentaba resistencias al virus. -dijo el doctor caminando con dificultad hasta la estantería y buscando un archivador.- Toda la información que pude recoger o recordar la guarde aquí. Veamos, vi cuatro muestras que presentaban resistencias al virus. Una mujer que termino canibalizada, el ex-misionero, el militar y la... bailarina exótica.-dijo suavizando su autentica profesión.

- El militar sirvió en el extranjero y fue convenientemente vacunado. La bailarina fue vacunada contra el tétanos después de un accidente.... profesional. La otra mujer....- reviso sus papeles buscando algún dato.- Acababa de volver de su luna de miel a Egipto, así que aunque es un dato que no consta, es mas que posible que también se vacunara.

- Señorita Morgan, creo que podríamos tener algo.- aseguro.

El doctor busco unos viejos tomos de medicina y se puso a consultarlos, en busca de algún dato que pudiera respaldar esta teoria.

Mientras le ayudabas se os paso un tanto el paso del tiempo.

Unos golpecitos tocaron la puerta y la voz de Selene os aviso de que la cena ya estaba lista.

Nada más abrir la puerta notasteis el aroma del la carne a la brasa. Erick había hecho una barbacoa en el jardín, montando una fogata sobre la cual había puesto una rejilla. Los niños habían puesto abierto una mesa plegable y unas sillas para cenar fuera.

Era emocionante investigar siguiendo una pista. El doctor tenía apuntes y libros de medicina para aburrir y estuvieron consultando muchos de ellos.

Entre libro y libro, May también leyó la información de los cuatro sujetos que le había indicado Eduard. Lo único que tenían en común era esa vacuna. Así que podía ser una pista válida.

Cuando Selene les avisó de que ya estaba la cena, May se sorprendió de lo rápido que había pasado el tiempo- ¡Oh! Le había comentado a Erick que cocinariamos todos... Vaya...

Siguió al doctor al exterior, el olorcillo de la comida era todo un reclamo para May. Al salir al jardín y ver la fogata, las sillas y todo preparado, se le vinieron a la cabeza múltiples recuerdos que ya pensaba olvidados. Barbacoas similares con su familia y sus amigos, todos buenos recuerdos, aliñados aquí por un hambre inmensa que sus tripas se encargaron de recordarle con un movimiento interno que produjo un ruido inequívoco. Se llevó las manos al estómago, mirando al doctor divertida- Creo que tengo a unas chivatas por tripas. Pero ese olor es irresistible. Creo que soy capaz de comerme el venado entero. ¡Que bien huele!

Se acercó al fuego y observó los filetes de carne bien cocinada crepitando en el fuego. Volvió a sujetarse el estómago- Al final no os hemos ayudado. Hemos estado liados, pero esto tiene una pinta excelente. ¡Estáis hechos unos buenos cocineros! ¿Habéis ayudado a vuestro tío a sacar estos enormes filetes del venado? Seguro que cada uno tiene ya su dueño. ¿Cuáles son los vuestros, chicos?

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- Es que tardabais mucho.- protesto la niña cogiendo un plato que te dio para que te sirvieras.- Hemos puesto la mesa, No nos a dejado hacer nada divertido con el cuchillo.- protesto la niña.

 El doctor se sentó directamente ya que al final del día su cansada pierna ya no respondía como antes y Erick le llevo el primer filete.

- Es señal de respeto servir al más anciano de la manada.- te explico guiñando te un ojo y tuvo que correr para no recibir un bastonazo.

.- ¿A quien llamas viejo, pedazo de animal?.- gruño el doctor mientras los niños se reían como si estuvieran jugando con otro niño más, uno enorme.

 Erick dio la vuelta a la mesa y aparto una silla, queriendo ser cortes, ofreciendo te asiento.

- Bella, te he guardado un buen pedazo de carne bien jugoso. ¿Como te gusta? ¿Al punto, muy hecho...poco?.

Los niños tomaron posiciones, uno a cada lado tuyo, anulando toda posibilidad de que Erick se pusiera a tu lado. El Garou enorme no dijo nada, pero viste en su expresión que hubiera preferido mandar a los niños a la cama sin cenar por aquello. Cada pequeño se había servido un filete que se salia del plato y esperaban ansiosos que todos os sentarais para empezar a cenar.

Rió divertida con el pique entre Erick y Eduard. Le estaba tomando el punto al caracter del doctor y creía saber cuando andaba enfadado de verdad y cuando solamente se lo hacía.

-Gracias-le contestó con una sonrisa y una pequeña reverencia a Erick cuando le ofreció asiento, no teniendo ella que averiguar cual era el sitio de cada uno e invadir uno que ya tenía dueño-Hecho, por favor. Vaya, que bien rodeada me encuentro-sonrió a Liam y a Selene que se sentaron cada uno a su lado con su respectivo filete en el plato, estableciendo, sin querer, una distancia prudencial entre ella y el enorme tito de los niños, al que pescó lanzando una mirada de pocos amigos a los dos hermanos, cosa que le hizo sonreir para sí misma.

Tuvo que mirar cada uno de los dos filetes que se habían servido los niños como si fuera la primera vez que veía un filete en su vida-¿Os coméis todo eso cada uno para cenar? A ver... dejar que adivine, seguro que repetís. Y, oye, Selene, ¿que cosas interesantes querías hacer con el cuchillo y tu tio no te ha dejado?

Era especial ver aquella mesa reunida, todos felices y disfrutando, como si detrás de las protecciones que los rodeaban, el infierno no campara a sus anchas. Aquello era un remanso de paz y libertad que nunca hubiera podido llegar a imaginar. Sus ojos se iban sin querer a mirar a Erick. Sabiendo lo que era le parecía increíble tenerlo allí tan cerca, ver que era tan humano como el doctor o ella pero tenía esa cualidad de convertirse en lobo. Solo su apariencia ya imponía. Era enorme. Procuraba mirarlo cuando él estaba haciendo otra cosa, intentaba que no la pillara mirándolo para que no pensara lo que no era. Para él era normal ser un hombre lobo, pero para ella era la primera vez que veía a uno real, de cerca.

-¿Sabeis cuando fue la última vez que tuve una barbacoa? El veintisiete de mayo de hace diez años. Me acuerdo exactamente de ese fecha porque era mi cumpleaños. Hicimos una parecida a esta pero más pequeña y en la playa. Comimos carne, como hoy, y también hamburguesas con mucho queso ¿sabéis lo que es el queso?-miró al doctor buscando la respuesta-Y patatas asadas en el fuego. Las metimos debajo de la madera que quemamos en la fogata y dejamos que se hicieran muuuucho rato hasta que estuvieron tiernas y sabrosas. Y de postre comimos tarta de manzana. Nos reimos mucho, como nos estamos riendo ahora y cuando mucha gente se fue, y nos quedamos los más amigos, nos tumbamos en la arena y estuvimos viendo las estrellas hasta que amaneció. Yo vi siete estrellas fugaces y pedí tres deseos. Generalmente se pide un deseo por cada estrela fugaz que se ve, pero yo repetí mis tres principales deseos varias veces, así esperaba que se cumplieran sí o sí. Fue una noche muy divertida. ¿Conocéis las constelaciones?

-Si, me lo voy a comer todo.- te respondió la niña con una gran sonrisa.- Así me haré muy fuerte como mi tío y mi padre.

- Mira, yo quería que me dejara hacer los filetes pero me dijo que si me cortaba un dedo Alia-Gaia se enfadaría y yo le dije que Alia-Gaia era médico y me lo podría pegar otra vez, pero él me dijo que si me pasaba algo Alia-Gaia y mi padre le cortaría otra cosa... no me dijo que... igual la nariz.-la niña se encogió de hombros.

El Garou te puso tu filete, justo como lo querías.- La próxima vez tendrá patatas y un delicioso postre.... o  la tarta de manzana.- Te susurro al servirte.

Erick se sentó frente a ti con su filete delante pero eras tu a quien se comía con los ojos.- Yo si conozco las constelaciones, se las enseño a los cachorros pero nosotros lo que hacemos es aullar a la luna. Así sabemos si otras manadas andan cerca pero también ayuda a mantener la manada unida... y es divertido. ¿Quiere unirse a nosotros después?.- Te pregunto con una enorme sonrisa.

May río con ganas.

-​​​​​​Yo creo que será el pelo. Porque si le corta la nariz quedará un poco raro, ¿no? Nunca he visto a un lobo sin nariz.

Miró a Erick riéndose aún- Mejor no dejarle el cuchillo, no. No sería igual... el pelo corto, no. Te quedaría fatal.

Tuvo que beber un poco de agua para parar las risas. Bendita inocencia infantil.

​​​​​​Erick le alcanzó su filete, hecho como a ella le gustaba. Tenía buena mano. Y volvió a susurrarle con aquel tono que volvió a revolver le algo por dentro. Decía cosas sin palabras, su forma de hablar trasmitía promesas y atenciones. ¿Serían todos así?

-¿Tenéis patatas y manzanas?- ¿Que no tendrían allí? Lo mismo pedía chocolate y aparecían con una tableta.

Verles aullar a la luna.

May se lo quedó mirando como si le hubiera prometido la misma luna. De hecho, tardó unos segundos en responder, y lo hizo mirando al doctor por si había algún tipo de problema, restricción o doble sentido en esa propuesta -¿Puedo ir yo aunque no sea...como vosotros?

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