Partida Rol por web

Al mirar por el microscopio fue como si ninguno de esos diez años hubiera pasado. Arrugó el ceño y tuvo que mirar durante un largo rato para convencerse de lo que estaba viendo.

-Hay que joderse, se meriendan a esas cabronas como si fueran tarta de chocolate, sin esfuerzo...-movió uno de los ajustes del aparato, centrando más la visión en una de las zonas y ampliando los aumentos-Todos hacen lo mismo, por lo menos en esta muestra, inicialmente no se ve ningún comportamiento diferente en ninguno de los glóbulos blancos. Se los meriendan a una velocidad pasmosa.

Se apartó del microscopio y miró al doctor-Si no me lo hubiera dicho, nunca hubiera pensado que esa muestra es mía. Nunca he visto nada igual en ninguna muestra animal, generalmente hay cierto grado de resistencia al patógeno, bastante más grande en la más mínima infección que lo que veo aquí. Pero he visto pocas muestras de humanos... Debemos tomar más muestras, sí. Quizás la fiebre ayudó a esa reacción, tenía que tenerla muy alta, no llegué a delirar pero la aguanto bien por norma general, lo que quiere decir que para estar como estaba subió bastante ese día. Quizás no sea una muestra demasiado correcta. Una nueva nos ayudará a comparar, a ver si este comportamiento es el normal o estaba influenciado por algo aquel día. También deberíamos intentar hacer un análisis completo, vitaminas, minerales, marcadores tumorales, hormonas, azúcar, colesterol, todo lo que podamos obtener con los aparatos y los reactivos que tenga disponibles. Depende de los que tenga, podremos coger la muestra ahora o necesitaré estar en ayunas-asintió al doctor-Sí, intentemos averiguar algo, a ver si soy capaz de darle una pista. Pero ya le digo que podemos descartar lo del rayo-rió divertida-Páseme también los cuestionarios y los iré rellenando. Quizás también al leer las preguntas caiga en algo que pueda resultarle interesante.

La implicación y el interés que despertó en May ver aquella muestra fue enorme y ardía en deseos de ver la siguiente.

- Bien, me tome la libertad de hacer una lista de preguntas mientras dormía. Si le parece bien dejaremos los análisis para primera hora de la mañana, antes del desayuno.- dijo el doctor poniendo a tu lado una carpeta con varios folios y un bolígrafo.

- La fiebre es un síntoma de la infección. Se extendió por su cuerpo y en un momento dado su sistema inmune reacciono y empezó a merendarse al virus. Si descubrimos que paso en su organismo tal vez logremos algo. Mi teoría es que le faltaban nutrientes y descanso, en cuanto su cuerpo recibió algo eso reacciono... pero es una teoría.

Echaste un vistazo por encima al cuestionario. Era muy completo, preguntas desde enfermedades infantiles a alergias alimentarias o cosas como: ¿Ha vivido cerca de alguna central nuclear o empresa de productos químicos?¿Algún miembro de su familia contrajo algún tipo de enfermedad o patología poco común? 

También había preguntas en referencia a la alimentación muy minuciosas que iban desde tu etapa de lactante (si te dieron el pecho o no) hasta cosas que pudieras comer en estos últimos diez años, sabiendo que la gente llegaba a alimentarse de contenedores de basura y animales muertos en dudosas circunstancias. 

-Claro que sí, por la mañana mejor-asintió mientras cogía la carpeta con los papeles que le tendía el doctor y ojeaba su contenido. Aquello le iba a llevar un buen rato responderlo porque no quería contestar rápido sino pensar tranquilamente cada una de las respuestas, pensar un poco e intentar recordar algo que fuera interesante.

-Nutrientes y descanso...-dijo pensativa-Hasta que me he despertado no he tomado nada, ¿o me ha dado algo estando inconsciente?-Pensó en el descanso-En mi comunidad haciamos turnos, tres al día. En cada uno de esos turnos teníamos repartidas las tareas, que rotaban cada mes. El turno de noche era el más complicado porque rompe realmente con los ritmos del cuerpo, era duro estar vigilando durante la oscuridad de la noche, esperando a que algo se moviera en la oscuridad. Aún así no creo que descasara poco, porque cuando me acuesto generalmente no tardo en conciliar el sueño... pero lo que sí es verdad es que no garantizo que este fuera de calidad. Muy ligero, pesadillas,... ya sabe. Tenía miedo a que quien estuviera haciendo la guardia de la noche se quedara dormido y ya no volviera a despertarme, o que al despertame viera delante de mi a una de esas cosas-Suspiró y miró al doctor con caras de tener pocas ganas de hacer el experimiento que iba a sugerir, pero entendía que se lo debía-Ambas cosas son fácilmente reproducibles. Puedo intentar no dormir y no comer, puedo quedarme fuera de la casa para no oler lo que cocina para usted y los niños y no verles comer, creo que en mi mochila quedaba algo de carne seca y alguna que otra lata. Pero no se si realmente funcionaria... el nivel de estrés no es comparable. Aquí me siento segura.

Dejó que él decidiera lo que hacer al respecto, ella había dado la opción aunque no podía negar que le daba miedo que el proceso en su cuerpo revirtiera, aunque solamente fuera un poco. Pero quizás si lo hacían les diera una pista de por donde investigar.

-Algunas de estas preguntas puedo responderlas rápidamente, otras tengo que pensarlas un poco más. Por ejemplo. Enfermedades infantiles, todas las normales en un niño, soy propensa a pillarlo todo. Varicela, sarampión, paperas.... Alergias alimentarias, sí, el kiwi, me hinflo como un globo y me produce asfixia. Parientes con enfermedades poco comunes, no, ninguno, todos sanos como lechugas. Sí que me dieron el pecho y sobre la alimentación más actual, a ver, cultivamos patatas, calabacines, coles, tomates, calabazas, pimientos y pepinos. Creo que no me dejo nada, esa ha sido básicamente mi dieta, cada planta en su época claro, lo de los invernaderos no lo conseguimos del tipo. Un par de compañeros tenían huertos en sus azoteas cuando todo comenzó y nos enseñaron a crear más, teníamos varios dispersos por varias azoteas de la comunidad, en previsión de ataques no perderlos todos. Cosas en latas, caducadas, por cierto, pero cada vez menos. En mi ciudad ya no quedaba nada y teniamos que salir a las ciudades vecinas para recolectar, cada vez más lejos, cada vez se necesitaba más tiempo para ir y venir, cada vez más peligroso. Se redujeron las salidas a una al mes, una cada dos meses en los últimos tiempos y ya se obtenían pocos resultado, todo estaba ya esquilmado. ¿Carne? -negó con la cabeza-Esa cosa seca que no se ni de que es ni nunca pregunte, debe quedar algo en mi mochila. Ese conejo de antes es la primera carne fresca que como en meses o años, no sabría decirle. La verdad es que no se si esto es de mucha ayuda, quizás mi cuerpo solo necesitó una temperatura adecuada para despertar a mis globulos blancos. Como el conejo fue después de despertar, creo que podríamos eliminar que las proteínas fueran el detonante.

Miró el resto de preguntas por encima-El resto tengo que mirarlo tranquilamente, no quiero dejarme nada que pudiera ser interesante-su mente estaba intentando relacionar algo de su vida con aquellas preguntas escritas, alguna pista. Pensó en su trabajo y se irguió, arrugando el ceño-Por mi trabajo estaba todo el dia rodeada de animales. Enfermedades varias, ya sabe. Aunque siempre he sido muy cuidadosa con las medidas de seguridad e higiene y nunca he sigo contagiada por ninguno de nada... que yo sepa-dejó los papeles a un lado para mirar de nuevo al doctor-Aunque puedo ser portadora o haber tenido contacto con alguna alguna vez y tener defensas naturales. Si es algo de eso he sido completamente asintomática, porque no tengo nada en mente y tuve de todo en la clínica: rabia, moquillo, cachorros con parvovirus, leihsmaniosis, ya sabe, todo de lo que los dueños que se piensan que no tienen que vacunar a sus cachorros traen a la clínica cuando el perrito empieza a ser un incordio. Igual con los gatos, en menor medida otros animales como conejos, hurones y cerditos, que también he tenido. Entiendo que será casi imposibe que tenga los reactivos de las principales enfermedades veterinarias aquí, así que no podremos indagar más sobre ese tema. Es una lástima.

El doctor hizo anotaciones con todo lo que le comentaste, quería ser muy exhaustivo y no dejar nada al azar.

- Son buenos datos para empezar. Si fuera algo que su grupo comió otros de sus compañeros podían ser también inmunes, tener una muestra de alguno de ellos ayudaría en una comparativa, podríamos al menos descartar cosas...- Eduard chasqueo la lengua.-En fin, tenemos que trabajar con lo que tenemos.

Se dio un segundo para pensar y plantear un protocolo.- Saber de donde le viene sera una tarea ardua, así que vamos a empezar por fomentar que mantenga la mejor salud posible, una dieta equilibrada, horas de sueño adecuadas... y veremos como evolucionan sus pequeños guerreros. Si logramos convertirlos en espartanos tal vez podríamos intentar poner un poco de su suero sanguíneo en otro individuo y ver si sus defensas aprenden algo. No es una vacuna pero sería un gran paso para la humanidad.- dijo el medico, puede que queriendo aferrarse a la idea de que podría hacer algo para frenar la enfermedad.- Mi grupo sanguíneo es el AB+ puedo recibir donaciones de todos los grupos de sangre, así que llegado el momento podríamos probar si funciona. Después probar nuestros respectivos anticuerpos exponiendo muestras de nuestra sangre bajo un microscopio a muestras de sangre infectada. Nada que resulte peligroso.

Eduard se quedo pensativo un momento. El sonido de pies corriendo por encima de vuestras cabezas le hizo alzar la vista al techo y resoplar.

- ¿Le importaría entretener a los niños un rato mientras yo organizo el laboratorio para nuestro trabajo?.- Te pregunto con tono cansado, era agotador cuidar de esos pequeños traviesos.- Oh, por cierto, le puse un poco de suero, estaba deshidratada, nada más.

-No, sabe que no me importa-dijo mirando igualmente hacia arriba, imaginándose a los dos niños jugando en la primera planta.

Pero no se movió, algo de todo lo que el doctor había dicho le había preocupado-¿Sangre infectada? ¿Tiene de eso aquí?

Y esperaba que dijera que si porque la otra opción era cazar a uno de esos monstruos y sacarle sangre antes de matarlo. Y esa posibilidad no le apetecía en absoluto.

-Tengo unas muestras de la madre de Selene.... de lo que quedo de ella... Algo de sangre, una muestra de epiteriales y cabello, es poca cosa pero  contiene unos niveles de infección brutales. No es peligroso a menos que se corte y vierta las muestras directamente en la herida.- Te explico. Señalo a la nevera de las muestras, cerrada con un candado para evitar de toda forma posible un accidente.

Miró la nevera como si contuviera a uno de esos zombis vivos.

-Madre mía...-​​​​​​se levantó, asintiendo lentamente- Es usted una caja de sorpresas... Yo... No diré nada de eso... Claro...-señaló hacia arriba, dando a entender que no diría nada a la pequeña- Subo con los niños, llámeme cuando me necesite.

Subió las escaleras pensando en qué se encontraría en el piso superior y en lo que dejaba en el sótano. Abrió la puerta lentamente con la intención de ver qué hacían los dos hermanos antes de salir e interrumpirlos en lo que estuvieran haciendo.

Como era de esperar los niños estaban corriendo por todo el salón. Selene trataba de atrapar a su hermano mientras Liam se mostraba escurridizo. Los dos se reían sin darse cuenta de que sus suelas llenas de barro estaban dejando el suelo como una cochiquera.

-¡Te atrapare, no corras cobarde!.-Increpaba la niña, en respuesta Liam le dedico una pedorreta,

Abrió los ojos como platos cuando vio el suelo, pero una sonrisa apareció en sus labios. Le encantaba verlos. Hacía tanto tiempo que no veía a unos niños... Si Eduard veía aquel estropicio les regañaría seguro, pero le quedaba un buen rato allí abajo, así que tendría tiempo de arreglar todo aquello a tiempo para que no lo viera. Ella no pensaba regañarles, realmente les entendía y le apetecía jugar también con ellos, eran como una dosis extra fuerte de despreocupación y optimismo, de esas dos cosas que tanto necesitaba ella.

Salió y cerró la puerta tras de si-¡Muy bonito! ¡Como se os ocurre!-exclamó en voz alta, dándole a su voz un tono de elevada indignación mientras ponía los brazos en jarras, intentando aparentar enfado-¡Jugar sin avisarme!-Cerró lo ojos y miró al techo de la habitación-Yo no puedo jugar a pillaros, porque los dos sois más rápidos que yo así que... contaré diez y... ¡salgo en vuestra busca!-rió, divertida-¡No vale salir fuera de la casa! Diez... nueve... ocho...

Y después jugaremos a limpiar todo esto, eso les va a hacer menos gracia, pero es lo que toca.

Los niños se miraron entre si. Al principio pensaron que ibas a reñirles pero cuando entendieron que querías jugar un amplia sonrisa se mostró en sus rostros.

Cuando empezaste a contar los escuchaste correr en dos direcciones distintas. Jurarías que uno subió escaleras arriba, dirías que otro se metió en el cuarto del doctor.

- ...tres...dos...uno... ¡Voy!

Abrió los ojos y miró hacía donde pensaba que cada uno había ido. ¿A cual seguir primero? ¿Cuál sería cada uno? No había distinguido los pasos... 

Al dormitorio mejor, dejo las escaleras para después.

A ver...a ver... detrás del sillón... ¡Bah! Nada por aquí... ¡Donde se habrán escondido! A ver en la cocina...seguro que estáis escondidos en la cocina...

Pero comenzó a andar hacia el dormitorio intentando no hacer ruido, andando con cuidado y casi de puntillas. Y aún así le parecía estar haciendo mucho ruido. Cuando llegó a la puerta se asomó lentamente a ver si veía a alguno de los dos desde allí o por lo menos veía algún sitio más donde esconderse a parte del evidente que era debajo de la cama.

Las huellas de barro te indicaban claramente que se encontraba dentro del armario, un clásico que seguramente desconocían ya que no habrían visto ni películas ni libros.

Al doctor no le haría mucha gracia encontrar barro dentro de su armario.....

Uf, en el armario. Eso va a ser complicado de limpiar. En fin, espero que nos dé tiempo.

El rastro era claro, las huellas delataban claramente y eso la llevó a darse cuenta de algo evidente. Los niños no se habían dado cuenta del detalle realmente. Y sería interesante enseñarles aquello.

-¡Oh! No están en la cocina pero ¡que es esto! ¡Un rastro! Si lo sigo los encontraré... A ver a dónde me lleva... Ummm

Ahora si, hizo que sus pasos sonarán cruzando la habitación y acercándose a la puerta del armario.

-Vaya, vaya, el rastro llega hasta el armario. Veamos quién se esconde aqui-​​abrió la puerta del armario con un movimiento rápido deseando que el doctor estuviera muy atareado en el sótano y no la viera husmeando en su armario que, aunque fuera jugando, era invadir la intimidad del doctor.

​​​

Abriste el armario.

 Bien organizado. La ropa estaba en buenas condiciones aunque se notaban los años de uso continuado. un par de trajes, camisas, algún suéter de lana gruesa para el invierno... 

Te llamo la atención la caja de madera cerrada con llave del aparador superior, pero por lo demás, no encontraste nada raro.

Ni rastro del niño, salvo unos zapatos sucios colocados en el suelo, bajo la percha de los pantalones. 

Una risita delato que estaba tras la puerta y te la había colado. Al girarte le viste salir corriendo de la habitación descalzo. Habías picado. Liam era mucho más astuto de lo que pensabas.

-¡Serás granuja! ¡Me has engañado!-exclamó al verlo salir corriendo del dormitorio.

Seré ingenua, ¿en serio pensaba que un niño lobo iba a ser tan ingenuo como yo a su edad? De verdad, así me va...

Miró al cielo y se rió de ella misma. La cosa se complicaba, a ver donde había ido ahora a esconderse el pequeñajo. Así que decidió salir y echar un vistazo al salón y la cocina y, si no veía nada, subir las escaleras al dormitorio de los hermanos. Allí estaría, o le habría tendido otra trampa Selene, y con suerte Liam habría subido también.

Escuchaste ruido arriba. Seguramente los dos hermanos estaban juntos.

Ibas a subir cuando por el rabillo del ojo viste pasar una sombra, una enorme. 

Por instinto te pusiste en guardia pero en solo un parpadeo lo tenías encima.

Un lobo enorme te tiro al suelo y con sus enormes patas en tu pecho te mostró unos enormes dientes amenazantes.

 El sonido de la caída y los gruñidos del animal hicieron que los niños bajaran corriendo y el doctor subiera tan aprisa como le era posible.

- ¡Tio Erick, no, es amiga nuestra! Deja la.- pidió la niña acercando se a la bestia sin ningún miedo.

El lobo miro a los niños desconcertado y luego te olfateo, pasando su fría nariz demasiado cerca de tu piel.

Liam iba detrás de su hermana.- No le hagas daño, es muy buena, los espíritus lo dicen.- argumento el niño logrando que apartara el morro de tu cuello, pero aun no estaba muy convencido.

 El doctor fue mucho mas contundente.-¿Como te atreves a entrar en mi casa sin llamar y a atacar a mi invitada?.- Le grito al tiempo que un voluminoso libro impactaba en plena cabeza del lobo. Este se aparto atontado de ti, permitiendo te levantar.

Los niños corrieron a tu lado para ver como estabas mientras ante tus ojos aquella bestia, el lobo mas grande que hubieras visto nunca, tomaba forma humana ante tus ojos.

En unos segundos viste ante ti un hombre de mas de dos metros, desnudo, en mitad del salón de la cabaña, restregando su cabeza en el lugar donde sin duda le saldría un chicho.

- Lo siento.- dijo con tono de disculpa, sin mostrar pudor alguno por mostrar sus atributos, con un ligero acento nórdico.

- La vi perseguir a los niños y pensé mal de usted.- se disculpo tendiendo su mano para ayudarte a levantar. 

 - ¿Tu pensando? ¡Eso si que seria una novedad!.- exclamo el doctor y viendo que se acercaba a ti desnudo le riño de nuevo.-¡Por el amor de Dios! ¿Quieres taparte?

El hombre desnudo tomo un cojín para cubrir sus partes. - Tengo la ropa fuera... ahora vengo.- dijo a modo de disculpa. Se dio la vuelta, mostrando sus esculpidos glúteos y salio al jardín un momento.

Miro hacia el techo al escuchar el sonido, allí ariba estaban los dos, y seguramente preparándole otro nuevo engaño como el que Liam acababa de urdirle. Menudos dos.

Comenzó a andar hacia las escaleras cuando algo fuera de lugar demasiado cerca de ella encendió todas sus alarmas. Una sombra, un movimiento rápido, ese sonido casi inaudible que advierte de que algo se aproxima. Se giró rápidamente para enfrentar al zombi. Su cabeza recordó donde dejaron los cuchillos al medio dia, se preguntó como habían fallado las defensas, cómo había logrado entrar en la casa sin que los niños se hubieran dado cuenta, todo eso en una sola fracción de segundo. Pero al volverse sintió una fuerza descomunal caer sobre su pecho y empujarla al suelo. Demasiado fuerte, demasiado directo. Golpeó el suelo con un ruido sordo, pero no atendió al dolor que más tarde descubriría en su hombro y su cabeza, solo quería defenderse y salvar su vida porque, por mucho que el doctor dijera que era inmune, diez años evitando tener cerca a uno de esos zombis pesaba mucho más.

Y entonces percibió cosas que no debían estar allí. Garras que se clavaban en su pecho bajo el peso de su dueño, pelo en lugar de ropas o piel donde ella había agarrado en la caída, gruñidos y aquella respiración animal y oscuridad rodeandolo todo. Abrió los ojos que había cerrado en la caida y lo vio. A pocos centímetros de su cara estaban las mandíbulas más grandes que había visto en su vida, los ojos más oscuros y mirando con un nivel tan alto de advertencia que se le entrecortó la respiración. Soltó el pelo y levantó las manos en señal de rendición, apartó los ojos y miró para otro lado, recordando de sus estudios y su experiencia que mantener la mirada fija en los ojos de los animales era señal de afrenta, de reto y de amenaza. Sintió a los niños y al profesor gritar en algún sitio del salón, y la nariz del lobo olfatear su cuello demasiado cerca. Era consciente de que si no lo detenían a tiempo ella no tendría ninguna posibilidad, con esos dientes de un solo bocado le rompería el cuello. Confió en ellos, ella no podía hacer nada por convencerlo de que ella no era un peligro.

Escuchó un golpe, una exclamación contenida y frente a ella se desparramó un enorme volumen y, segundos después, el peso que comprimía su pecho desapareció. Solo entonces ella se atrevió a mirar y asistió a la conversión de aquella mole de dientes y pelo en un hombre, igual de enorme, pero hombre al fin y al cabo. Parpadeó, tumbada aún en el suelo y sin moverse, aún sin creer lo que acababa de ver. Tampoco reaccionó cuando él habló, pidiéndole disculpas y tendiendole la mano para ayudarla a levantarse. Pero cuando miró la mano tendida no pudo evitar fijarse en cierta parte de la anatomía del hombre que quedaba justo encima de ella. La voz del doctor y la reacción del hombre, cogiendo un cojín y tapándose hicieron que se diera cuenta de que no estaban los dos solos en el salón, sino que el doctor y los dos niños miraban cerca. Sintió que la sangre le subía al rostro rápidamente, pero por suerte aquel tipo ya abandonaba el salón por la puerta principal.

Solo cuando quitó la mirada de la puerta y la devolvió al techo, se encontró con las miradas inquisitivas de los dos niños que la miraban desde arriba.

-¡Oh! Estoy bien... estoy bien... auggg -se quejó cuando intentó levantarse y se llevó la mano a su hombro-Estoy bien, pero he debido caer con el hombro...

Consiguió sentarse y volverse hacia los dos pequeños y el doctor-Madre mia, nunca pensé ver algo así, es... increíble...-su mirada se encontró con la del doctor-...su tamaño... su...-vale, no lo estaba arreglando y su rostro, que sabía rojo, no estaba ayudando-me refiero a que verlo pasar de lobo a humano ha sido... increíble, sí -menuda situación, el doctor debía haberla avisado de... en fin, daba igual. Pensó rápidamente como salir de aquella situación y las miradas preocupadas de los dos hermanos le dieron la solución. Agarró a uno y a otro de una de sus pequeñas manos y exclamó, triunfal-¡OS PILLE! Ayudadme a levantarme, anda.

Y cuando se incorporó para levantarse fue cuando vio el suelo. Había caído sobre las manchas de barro que Lian y Selene habían dejado en sus juegos por todo el salón. Se llevó la mano a la espalda y cuando la miró estaba llena de barro, tenía que tener toda la camisa del doctor manchada de barro. Y el doctor mirándolo todo. Ya no había tiempo de limpiar nada sin que él no se diera cuenta y los niños se llevaran una reprimenda. Lo miró, disculpándose por los niños antes que nada-Enseguida limpiamos todo esto, ¿verdad niños? Corred a por una fregona y un cubo con agua anda... y gracias a los tres por... ya sabéis, por detener al... tito.

- Le pido disculpas, Erick es un grandisimo....rubio.- dijo haciendo que entendieras el insulto que a los niños se les escapaba, evitando hablar mal de su pariente en su presencia.

El doctor se froto el puente de la nariz.- No se preocupe por el barro, en esta casa quien mancha limpia.- aseguro mirando a Selene con el ceño fruncido ante la idea de limpiar.

Liam en cambió ya estaba llenando el cubo con agua.

-Debí decirle de esto. Erick se pasa por aquí de vez en cuando, como dos veces al año. No avisa, entra sin más, no le esperaba hasta por lo menos navidad pero se ve que tiene el don de la oportunidad.- se disculpo el doctor.- Por favor tome asiento y descanse.- te pidió

Erick volvió a entrar, su idea de ir vestido era ponerse unos vaqueros raídos y unas zapatillas. Los niños se le tiraron encima a modo de saludo hasta que Eduard les recordó que el barro del suelo no se limpiaba solo.

El tipo enorme te miro y forzó una sonrisa.- Hemos empezado con mal pie, espero no haberte asustado mucho, no pretendía hacerte daño... bueno si, pero solo si eras una amenaza para los cachorros.

Volvió a tenderte la mano.- Me llamo Erick, Erick sangre de fuego, soy hermano de Jack Enfrenta la tormenta, por parte de padre. Imagino que tu eres la compañera de Eduard Aliado de Gaia, me alegro mucho por él, estaba muy necesitado de tener una hembra.- dijo el Garou asumiendo cosas que nadie le había dicho.