Partida Rol por web

El salón era bonito, no demasiado pomposo pero si acogedor y cómodo. Encendiste el icono de Connor y empezó a establecer la llamada.

- Lo siento... me dejé llevar por eso de "tu hembra" y el comportamiento para cortejar a una chica... lamento haberte prejuzgado así, Erick.- Me disculpé. Se estaba portando genial conmigo y desde luego que en ese sentido se parecía a su hermano. Me preguntaba si tendría con el tiempo el mismo problema de atracción sexual que me generaba Jack cuando estaba tan cerca suyo y le olía.

- ¿Un Wraith? - Pregunté preocupada. - ¿No descansa en paz? ¿Por qué no puede hacerlo? ¿Acaso porque fue atacada por los zombis? - Temía un sí a aquello, pues Tommy sería uno de esos espíritus que parecían no ser buenos precisamente. - No, no me soltaré de tu mano Erick.- Dije apretándola aún más.

En ese instante sentí un escalofrío junto con una voz que me avisaba de Erick. Al girarme vi a aquella mujer espectral de edad avanzada, tratando de alertarme de lo promiscuo que era Erick. - No se preocupe señora. Es el hermano de mi novio. - Dije al espectro que ya no estaba allí, pero sentía que me temblaba todo el cuerpo.

Sabía que Erick no tardaría en preguntarme de que hablaba así que le conté lo de la anciana chismosa mientras se me pasaba un poco la impresión. Así la mujer no se le aparecería a May y si lo hacía al menos Erick ya sabría de que iba todo. De golpe las risas de unos niños me pusieron los pelos de punta. Erick me contó su triste historia. - Pues no hay nada que me de más miedo que precisamente el fantasma de un niño. - Y eso lo notó Erick en la fuerza con la que me agarré a su mano.

Apreté mi paso, casi empujándole a dejar aquel lugar atrás, a las risas de los niños lejos.

- No te disculpes, es normal que pensaras eso, paso demasiado tiempo en forma animal y mis modales se resienten.- dijo acercándose un tanto para hacer que te sintieras mas segura. 

- No se mucho sobre los Wraith, son almas en pena, si murieron de forma repentina, violenta, si no aceptan que murieron, se quedan aquí. Algunos siguen ligados a lugares que significan algo para ellos u objetos importantes en sus vidas.- explico de la mejor manera que pudo.

- Oh, esa señora. Si, le has dado un buen cotilleo. Jack tiene novia y se pasea por la umbra con su cuñado.- Erick se rió.- Seguro que con eso es feliz por meses.

Viste a unos metros un árbol que desprendía una luz radiante en forma de esferas. El ambiente allí era puro, calmado, la energía era maravillosa y generaba un bien estar increible.

- Este es nuestro túmulo. Estamos muy cerca de casa, solo unos minutos más y te presentare a mis sobrinos.- dijo queriendo animarte. 

Las risas infantiles habían cesado hacia rato, escuchabas trinos maravillosos de ruiseñores a tu alrededor. Era el lugar más maravilloso que hubieras visto, hasta el aire olía puro y fresco, con la fragancia de las flores frescas.

En ese momento sentiste un toque gélido en tu pierna. Al mirar abajo viste a tu pequeño. A Tommy, mirándote con los ojos llorosos, alzando las manitas para que lo cogieras en brazos.

- Los fantasmas en las casas encantadas... - Dije en referencia a las palabras de Erick a los Wraith. Luego comentó lo de la señora. - Bueno, si ella es feliz con eso durante un tiempo... ¿qué más da? Mejor tenerla contenta, ¿no? - Pregunté a Erick. - Además quería que viese que no había nada entre tú y yo... no te veo como un mujeriego. - En cambio con Jack era distinto. Todo había sido muy rápido, incluso él iba muy rápido y eso me asustaba.

Pero no pensé en aquello mucho más. No cuando pude contemplar el árbol más hermoso que jamás había visto en mi vida y que de alguna manera creía que no volvería a ver. - Es... increíble. - Le dije a Erick. - Me hace sentir bien, estar en paz...

En ese instante Erick dijo que aquel era su túmulo y la cercanía al refugio donde estaban los demás. - Espera, es tan... hermoso... - Dije mirándolo hipnotizada. Podía sentir los aromas frescos del lugar y la paz que generaba. De alguna manera sentía su magia. Y cuando estaba disfrutando de aquello, sentí aquel toque gélido y miré hacia abajo.

No podía creérmelo. Tommy, mi pequeño Tommy, estaba ante mí. Inicialmente apreté la mano del garou con fuerza, con miedo a aquella visión. Pero al verle alzar sus bracitos sentí como mi corazón respondía a aquello y rompí a llorar. - Erick, dame un momento... - Y solté la mano del garou para agacharme en el suelo y ponerme a la altura de mi pequeño.

- Tommy, cariño... yo... lo siento... lo siento tanto... - Le dije al pequeño que estaba frente a mí. - No podía hacer nada más... no sabes cuanto me arrepiento de aquella decisión, de aquel día. Debí quedarme a tu lado... - No sabía si le podía tocar o si pasaría como con los fantasmas de las películas, que atravesaría su cuerpo. - Sabes que te quiero y me encantaría poder abrazarte de nuevo. - Dije dejando que mis lágrimas se deslizasen por mi rostro.

Erick noto que le soltabas la mano pero cuando se dio cuenta de lo que ibas a hacer te aparto de un empujón antes de que aquella angelical visión cambiara sus pequeñas manitas por enormes garras. 

En un parpadeo viste la verdadera forma de aquel ser que a por muy poco estuvo a punto de desfigurarte. Abrió la boca y empezó a reír de una forma sádica y siniestra.

- ¡Fomori!.- Gruño Erick poniéndose delante de ti.

Aquella cosa casi ya no recordaba un ser humano, la locura se reflejaba en sus fríos ojos muertos mientras su boca se desencajada mostraba una monstruosa forma.

- ¡Cuanto amor por tu pequeño! ¡Yo puedo devolvertelo!.- exclamo aquel ser con tono burlón. - ¿Quieres recuperarlo? ¡Sigueme!

El Garou no perdía de vista a la bestia.- Es una criatura del Wyrm, no le escuches.- Te pidió.

El empujón de Erick me hizo caer de culo. Por fortuna la mochila amortiguó el golpe y para mi horror vi el monstruo que tenía delante. No era Tommy, era una criatura cruel que se burlaba de mí. Su risa me produjo escalofríos y solo la paz que el túmulo generaba aún en mí me mantenía serena.

Su mandíbula inferior se desencajó, mostrando su horrible rostro, donde su lengua parecía un apéndice bucal más. Daba la sensación de que con la mandíbula sujetaba la cabeza y con ese apéndice perforaba el rostro y se alimentaba del cerebro del incauto como yo que cayese en sus manos.

- No. El ya no está... no pertenece a mi mundo. Me reuniré con él un día de estos. Pero no será hoy. - Dije con lágrimas en los ojos, pero creyendo en lo que decía. Era mi pequeño, le amaba, pero no iba a fiarme de un ser como ese que usaba la mentira para acercarse y morder a quienes no le conocían.

Me levanté tan deprisa como pude y me aferré con fuerza al brazo de Erick. - Sácame de aquí, ¿quieres? No quiero ver a ese mentiroso más ni escucharle mencionar a mi hijo. Si mi pistola tuviese balas... le hubiera volado la tapa de los sesos sin dudarlo. - Dije mirando a aquella espeluznante criatura del averno.

Erick te miro de reojo.- Lo siento mucho Alex.... No puedo dejar que dañe el espíritu del túmulo.- se disculpo antes de verle cambiar la forma a un hombre lobo real, una bestia que solo habías visto semejante en películas de terror.

Esta vez tiro de tiro de ti y notaste que el mundo daba vueltas. Caíste sobre la hierva, junto a un árbol hermoso, el mismo que hacia un segundo que observabas con maravilla, solo que ya no tenía esas luces hermosas a su alrededor. Comprendiste que Erick te saco de la umbra y se quedo atrás para combatir aquella aberración.

Al menos, en el mundo real, no había enemigos.

Aturdida escuchaste la risa de niños, pasitos acercándose a la carrera.

Connor prometió hacer lo posible pero la distancia era un serio problema.

El hombre llamado Hansel era la siguiente opción.

Al llamarle tardo en responder. La pantalla se mostró en negro y la voz ronca de un hombre dijo.- Espera un momento, tonto del culo... me has pillado durmiendo. 

Movió una cortina para tener algo de luz en el cuarto. Viste un hombre con el torso desnudo, sentado al borde de la cama donde descansaban dos señoritas desnudas, a medio cubrir con una suave sabana de satén. 

Enseguida te diste cuenta que Hansel era todo lo contrario a Owem.

- ¡Joder, tu no eres Owem!.- exclamo algo molesto.- ¿Quien coño eres y por que me molestas?

Por un momento había pensado que Hansel no cogería la llamada. Si Connor decía que Owen se enfadaría por avisarlo, no esperaba nada muy diferente por parte de ese tal Hansel. Pero no iba a dejar de encontrar ayuda para Owen aquella noche, Connor lo tenía verdaderamente difícil para poder hacer algo.

Cuando la llamada se descolgó y escuchó el saludo de Hansel, supo que había adivinado. La relación no era, lo que podía decirse, cordial, como podía aventurar con Connor. Así que se dispuso a enfrentarse a un gemelo de Owen en carácter complicado, aún a pesar de tener a dos muchachas desnudas en su cama.

Que ya podía enfocar la cámara de otra forma, digo yo…

-Buenos días. Disculpe si le he despertado. Me llamo May y le llamo de parte de Owen… y de Connor. ¿Tiene un segundo para hablar? En privado, por favor. Es importante lo que tengo que decirle.-Había dudado un segundo en nombrar a Connor, pero sobre la marcha decidió que era lo mejor. Si con Owen no se llevaba bien, lo mismo hasta le colgaba sin escucharla.

Mientras esperaba la respuesta del mago, y su vista se iba para la imagen que la Tablet le ofrecía esperando no tener que ver a ninguna mujer desnuda saludar al hombre con el que había dormido, pensó en la reacción de Owen a aquella llamada. No tenía ni idea de cual podía ser la reacción de Owen, porque lo había visto molesto con su presencia y la de Alex, pero no enfadado realmente.

- Lucharé a tu la... - No llegué a decir nada más al verle cambiar de forma. Si Erick ya era alto, se convirtió en una criatura enorme, con grandes fauces y unas garras capaz de partir a una persona en dos. Mi mano, que buscaba el cuchillo para unirme a la lucha, se quedó paralizada ante semejante visión. Era grande, enorme, impresionante y daba miedo, mucho miedo.

Y sentí como me agarraba con una de sus garras. No me hizo daño, no rompió mi ropa, pero tiró con una tremenda fuerza de mí y sentí como me mareaba al tiempo que volaba y tenía la sensación de estar cruzando de nuevo el espacio-tiempo, para caer junto al árbol que había visto antes. Se notaba que era viejo, llevaba allí años y años. Lo observaba desde el suelo.

Ya no tenía aquellas luces, pero seguía sintiendo esa sensación de paz y armonía y el canto de los pájaros aliviaban el acelerado latido de mi corazón. - ¡Erick! - Exclamé. No dudaba que él solo pudiese con aquella criatura, pero entre los dos nos resultaría más fácil y... no sabía como volver a la umbra.

Me senté y contemplé de nuevo el árbol. - Así que es a ti a quien hay que proteger. - Le dije. - Lamento que yo no esté en esa batalla... era el mago o yo y con él hay más posibilidades de que lo logren. A fin de cuentas... yo soy prescindible. - Aquello me había llegado hondo y me dolía más de lo que Owem pudiese pensar, aunque algo me decía que mis palabras le jodieron bastante, básicamente por el nivel de cabreo que tenía encima.

Me levanté y me acerqué al árbol y acaricié su corteza con cuidado. - Todo saldrá bien. Estoy segura de que te salvarán. - En ese momento escuché la voz de unos niños acercarse a la carrera y me separé del árbol. Si eran los hijos de Jack y el chico era, tal y como me dijo Erick, un metis, con algún tipo de malformación, quería estar lista para no llevarme una sorpresa. - Liam y Selena. - Me dije a mí misma. - ¿O era Selene?

Y de pie, aún aturdida por la salida de la umbra, ver a Erick convertirse en aquella criatura y aquel cabrón que me engañó de esa manera, esperé en silencio la llegada de los chicos.

Viste a dos niños correr hacia ti. La niña se paro a unos metros y te miro con desconfianza pero el pequeño se te tiro encima con los brazos abiertos, contento de verte.

-¡Hola Alex!.- dijo como si te conociera de toda la vida.-¡Bienvenida a la manada! Los espíritus me dijeron que venias.

El niño parecía completamente normal, no le viste anomalías, al menos en lo que pudieras percibir a primera vista.

- ¿Donde esta Sangre de fuego?.- pregunto la niña seria y cortante. 

- ¡Joder! por un momento he pensado que querías cambiarme de compañía movil.- Gruño levantándose de la cama. No tenía cuidado de donde enfocaba la cámara. Dejo la tablet sobre la cama y le viste el culo mientras se ponía unos calzoncillos.- Un momento.- dijo mientras lo hacia.

Tomo la tablet y escuchaste voces femeninas de fondo, muy suaves para saber que decían.- Seguir durmiendo chicas, voy a cagar y vuelvo.- dijo como escusa para salir del cuarto. Cerro la puerta detrás de él y viste un salón muy distinto a donde tu estabas.

- Que conste que no la mando a la mierda porqué a mencionado a Connor.- dijo áspero.- Bien, suéltalo, nena.

May mantuvo la calma, en parte porque le estaba resultando curioso ver el comportamiento tan dispar de los magos y porque quería ver la reacción de Hansel a lo que iba a decirle. Siempre le quedaba la maga que le había dicho Connor. Y no podía olvidar que tenía que conseguir ayuda aún a riesgo de que Owen la mandase a donde ahora quería mandarla Hansel. Algo le daba en la punta de la nariz que al final, alguien la mandaría a la mierda de verdad.

- Owen ha descubierto que se está planeando un ataque al nodo que tenemos aquí. Según lo que ha podido averiguar es un grupo de nefandos, danzantes y tremeres que llegarán a media noche. Connor está intentando arreglar un helicóptero para llegar al nodo que tiene más cerca y poder ayudarnos desde allí. Owem está en la biblioteca, en la habitación al lado de la que estoy, estudiando como hacer frente al ataque, por eso le estoy llamando yo.

Cogió aire y esperó la reacción al otro lado de la pantalla.

Cuando el niño se lanzó a mis brazos me quedé sorprendida por el recibimiento. Desde luego no me esperaba algo así, ni que los espíritus hablasen con él, ni que supiera mi nombre. No sabía que edad tenía pero no sería muy distinta de la que tendría Tommy ahora. Por eso, después de lo que había vivido allí abajo y el recuerdo de mi hijo, al igual que aquella engañosa visión, me hicieron abrazarme al chico con fuerza.

Aún no pertenecía a la manada. Al menos no me había decidido, pero estaba claro que alguien si lo había hecho por mí. - Gracias Liam. - Le dije sin soltarle. - Tienes un padre fantástico que tiene muchas ganas de veros y abrazaros a los dos. Me ha hablado muy bien de ambos. - Añadí mirando a la niña. - Y un gran tío por lo que he visto.

Entonces vi la desconfianza de la pequeña y su pregunta me dejó descolocada. - No se quien es Sangre de Fuego, pequeña. Aunque supongo que me preguntas por tu padre o por tu tío. Erick sigue en la umbra, espero que salga pronto... y Jack está con May y otro amigo suyo acabando unas cosas. Si no le vemos esta noche será mañana por la mañana. - O al menos eso esperaba. La verdad era que temía que le pasara algo a Jack en aquella batalla.

Jack, nuestro papá, se llama "Enfrenta la tormenta" y tio Erick es "Sangre de fuego".- dijo el niño muy dispuesto a ayudarte y explicarte cuanto no supieras.- Selene y yo aun no tenemos nombre de Garou pero el doctor Eduard, que vive con nosotros, se llama Aliado de los hijos de Gaia, aunque no es Garou, es un humano como tu. Los espíritus le llaman así y nosotros lo acortamos porqué es muy lago y le decimos Alia-Gaia.

La niña resoplo.

 - ¿Tenemos que esperar tanto otra vez?.- pregunto con aburrimiento.- ¿Y para esto nos escapamos de casa?... Venga Liam, volvamos antes de que Alia-Gaia se de cuenta y se enfade.

 Estaba claro que la niña no tenía el más mínimo interés por ti. Giro sobre los talones y volvió por donde había venido.

 - No te preocupes, es un poco bruta pero es así con todos.- dijo ofreciéndote la mano para acompañarte a su casa.- Le cuesta hacer amigos... ¿Te pesa la mochila? Es muy grande.. ¿quieres que te ayude?

Hansel te escucho y viste que torcía el gesto.- Owem es gilipollas si piensa que puede solo con eso. ¡Que coño! Es gilipollas y punto.- espeto soltando unas maldiciones entre dientes y lo pensó un tanto.- Bien, iré a ayudarlo pero no iré gratis. Mi tiempo es valioso y soy un hombre ocupado. Quiero tres piezas de Tas y que me enseñe las tetas.- dijo con total desvergüenza.- ¡Vamos, seguro que ha hecho cosas peores para sobrevivir! No les estoy pidiendo que me la chupe, no sea mojigata.

La verdad era que esperaba que Sangre de Fuego fuese Jack, aunque Enfrenta la Tormenta le pegase, a mí me gustaba más el otro nombre. - Selene. Eri... Sangre de Fuego está justo aquí, al lado del túmulo... pero peleando con algo que nos surgió al llegar. Me lanzó fuera de la Umbra para protegerme, pero espero que no tarde mucho en salir... - Miré con preocupación hacia el último sitio donde le había visto, en aquella doble realidad.

Miré entonces a Liam, quien parecía más abierto y listo. - No se si habrá alguna manera de ayudarle desde aquí... - Le dije al chico. - Dudo que lo que fuese pueda hacer daño a Sangre de Fuego, más aún después de ver en que se puede convertir pero... estoy preocupada. No hubiera salido de allí de no ser por su tirón.

Me parecía sorprendente que los dos niños fuesen tan distintos y de alguna manera entedí que la madre de Selene fuese una Wraith, puesto con un temperamento como ese, no podría descansar en paz. Miré a la pequeña, preguntándome si aceptaba ser parte de la manada, siendo la pareja de Jack, como se lo tomaría ella. Liam parecía más abierto a cualquier cosa, pero ella...

- Pero volved a casa. Yo esperaré a Erick aquí. No me gusta dejar atrás a quienes se portan bien conmigo. - Sonreí a Liam, negándome a ir con ellos de esa manera. - Si os acompaño, Alia-Gaia... - No sabía si lo había dicho bien.- Sabrá que os escapastéis. Creo que es mejor que dentro de un rato le digas que los espíritus te han dicho que estoy aquí, si ves que tardo en llegar con Erick y vengáis, los que queráis, a buscarme. - Le dije al chico. - ¿Te parece bien?

Se tuvo que morder la lengua para no mandarlo a la mierda sobre la marcha. ¿Pero que se creía?

-No puedo negociar con los Tas, ahí solo puede hablar con Owen. Respecto a que le enseñe mis tetas sí que puedo negociar pero creo que sería una mojigata y una gilipollas integral si pagará por adelantado en cualquier caso.

Se quedó mirando a Hansel y negó lentamente-Me parece increíble que un mago como usted se rebaje a comerciar con sus poderes de esa forma. Tiene a dos chicas monísimas en la cama, seguro que ellas se las enseñarán y harán lo que quiera. Yo no tengo tiempo de esas cosas, se me viene encima un grupo variopinto de seres con ganas de destruir un nodo. Si quiere formar parte de esto, adelante. Y si no dígamelo ya y nos apañaremos como podamos.

La niñas se volvió con interés renovado .- ¡Esta peleando con algo! ¿Con que! ¿Con una perdición?¿Con un fomori?¿Con una mago malvado?¿Con un engendro del Wrym?.- pregunto deseando oir los detalles.

Aquella niña adoraba las peleas, se veía un brillo casi psicopata en su mirada buscando detalles.

El niño por el contrarío te miro con dulzura.- No te preocupes, Sangre de fuego es uno de los mejores guerreros del mundo, hasta para los Garou es de los mejores. A mi me da igual que me riña Alia-Gaia, me quedo contigo, eres importante para mi papá y tengo que cuidarte.

Escuchaste que algo caía a plomo a unos metros, entre los arbustos. Selene corrió a mirar, esa niña no tenía miedo a nada. De camino tomo un palo del suelo por si era un enemigo sacudirle, de echo no miro lo que era, se le tiro encima y le sacudió un par de golpes antes de darse cuenta de que era su tio.

- ¿Que puedo decir, preciosa? En este mundo nada es gratis.- aseguro.- A esas chicas tan monas les he conseguido esta casa y comida para un tiempo y puedes estar segura, se han divertido mucho cumpliendo su parte del trato pero ya veo que tu eres una amargada como Owem, que no sabe disfrutar de la vida.

Hansel ser rio ante una idea repentina.- ¿Te lo estas tirando? ¿Te estas follando a Owem?. ¡Que necesitada tenías que estar!.- bromeo entre más risas.-Bien, voy para allí, llegare a su posición en.. una hora.- miro a la habitación de reojo.- Mejor hora y media. Puedo renunciar a alegrarme la vista pero espero algo de TAS por el esfuerzo.